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Setas silvestres comestibles de los bosques de la región pacífica noroccidental de América: un producto forestal no maderero rentable

P. Vantomme

Paul Vantomme es Oficial Forestal (Productos forestales no madereros)
en la Dirección de Productos Forestales, Departamento de Montes
de la FAO, Roma.

Gracias a la rápida expansión del mercado de setas silvestres, los recolectores experimentados pueden conseguir buenos ingresos.

La región pacífica noroccidental de los Estados Unidos de América y el Canadá es famosa por sus bosques, maderas finas y algunas especies arbóreas (maderas rojas, abeto Douglas) que alcanzan tamaños no igualados en todo el mundo. Las compañías productoras y elaboradoras de madera contribuyen notablemente a la creación de empleos y a la economía de la región.

Pero esos bosques son también la base de un próspero negocio de recolección de setas silvestres comestibles, tanto para el consumo local como para la exportación. Las setas han formado siempre parte de las dietas de los pueblos indígenas y de los colonos de la región, pero en los últimos decenios, al crecer rápidamente el número de inmigrantes de Asia, el interés por las setas se ha intensificado.

Hasta 36 especies de setas se recolectan y comercializan en la región, pero el grueso de la industria está constituido por el cigró o rodellón (Boletus edulis), el rebozuelo (Chanterellus spp.), las múrgulas o morillas (Morchella spp.), las trufas (Tuber spp.), la seta langosta (Hypomyces lactiflorum) y la matsutake americana (Tricholoma magnivelare). El volumen estimado del mercado de setas silvestres en los estados de Washington, Oregón e Idaho en los Estados Unidos pasó de 21,5 millones de dólares EE.UU. en 1985 a 41,1 millones en 1992 (Alexander, Weigand y Blatner, 2002).

Los precios medios pagados a los recolectores entre 1992 y 1996 fueron desde 5 dólares EE.UU. por kilo de rodellones o morillas hasta 14 dólares por kilo de matsutake. El salario medio estacional estimado se situaba entre 830 dólares para recolectores ocasionales y 5 000 dólares para toda la temporada (Alexander, Weigand y Blatner, 2002). Recolectores experimentados ganaron un salario medio de hasta 15 dólares por hora en los territorios noroccidentales del Canadá en 2000. (Compárese con el salario básico mínimo federal de los Estados Unidos de poco más de 5 dólares por hora.)

Los recolectores reciben de inmediato su dinero en efectivo de los compradores, que son sobre todo pequeños intermediarios más o menos reconocidos, proveedores de los mercados nacionales e internacionales. La cadena de distribución y exportación de setas (frescas, secas o congeladas) desde la costa oeste de los Estados Unidos está particularmente bien desarrollada.

Las exportaciones de setas comestibles en general, tanto cultivadas como silvestres, han crecido en los últimos veinte años, pero son sobre todo las silvestres las que han cobrado impulso. Por ejemplo, entre 1989 y 1997, las exportaciones de matsutake americana al Japón pasaron de 2,5 a 9,5 millones de dólares (equivalentes a 275 toneladas). Mientras que el precio medio de exportación de las Agaricus spp. cultivadas se mantuvo en torno a 2 dólares el kilo durante este período, los precios de la “especialidad” de setas silvestres fueron tres o cuatro veces superiores (Oregon Agricultural Statistics Service, 2002). Seattle, Washington, en los Estados Unidos es también el principal puerto de embarque de las setas comestibles exportadas a la Unión Europea.

El mayor interés por las setas comestibles de la región pacífica del noroeste ha hecho que aumente el número de recolectores. No solo es mayor el número de recolectores tradicionales y ocasionales de la región, sino que éstos se han encontrado con duros competidores migrantes venidos de fuera. Además, se han hecho más frecuentes las técnicas inadecuadas de recolección que afectan a la sostenibilidad del suministro, como la de rastrillar (y dañar) la capa de humus (FAO, 2003).

Se está procurando en la región proteger los ecosistemas naturales para estimular la producción. Sin embargo, los efectos de las prácticas de silvicultura como el aclareo o la poda sobre los rendimientos de setas se conocen todavía mal (Pacific Northwest Research Station, 2000), y los rendimientos anuales dependen en gran medida de las lluvias y de las temperaturas ambientes en los momentos importantes del año.

Los propietarios de los bosques, tanto públicos como privados, están paulatinamente controlando la recolección, restringiendo o regulando el acceso de los recolectores a sus bosques, de lo que al mismo tiempo obtienen ingresos. Por ejemplo, la venta de 3 733 permisos de recolección de matsutake en el Bosque Nacional de Winema, Oregón, en la temporada de 1997 reportó más de 365 000 dólares (USDA Forest Service, Pacific Northwest Region, 2002.). La regulación del acceso puede ser complicada y costosa (especialmente la vigilancia) y tiene importantes consecuencias sociales, tales como los frecuentes conflictos violentos entre recolectores, o entre éstos y propietarios o contratistas madereros. El éxito del control dependerá del pragmatismo con que se protejan los recursos naturales facilitando al mismo tiempo un acceso equitativo a los recolectores y una compensación equitativa a los propietarios de los bosques.

Las múltiples y a menudo contrapuestas demandas de productos forestales por parte de diversos usuarios (madera y diversos productos forestales como flores, miel natural, bayas y plantas medicinales) plantean la exigencia de acuerdos para la solución de conflictos mediante normas forestales innovadoras en todos los niveles, desde los propietarios, los municipios, los grupos de usuarios y las organizaciones no gubernamentales hasta los organismos estatales y federales. Dados los altos intereses financieros que están en juego en varios de los usos de los bosques, las autoridades administrativas de la región están perfilando aceleradamente políticas y reglamentaciones forestales sobre el acceso a los bosques y los derechos de los usuarios y promoviendo una gestión forestal atenta a los diversos usos del bosque.

La matsutake americana (Tricholoma magnivelare)es una de las setas más populares para la exportación y proporciona elevados ingresos a los recolectores

Bibliography

Alexander, S.J., Weigand, J. y Blatner, K.A. 2002. Nontimber forest product commerce. En E. Jones, R. McLain y L. Weigand, eds. Nontimber forest products in the United States. Lawrence, Kansas, Estados Unidos, University Press of Kansas.

FAO. 2003. Wild edible fungi – a global overview of their use and importance to people, por E. Boa. Non-Wood Forest Products Series. Roma. (En prensa.)

Oregon Agricultural Statistics Service. 2002. Oregon Agri-facts, Vol. 17-02. Disponible en Internet: www.nass.usda. gov/or/AF17-02.pdf

Pacific Northwest Research Station. 2000. Symbiosis and synergy: can mushrooms and timber be managed together? Science Findings No. 28. Portland, Oregon, Estados Unidos, United States Department of Agriculture (USDA) Forest Service. Disponible en Internet: www.fs.fed.us/pnw/sciencef/Scifind28.pdf

United States Department of Agriculture (USDA) Forest Service, Pacific Northwest Region. 2002. Special projects and programs – matsutake mushrooms. Disponible en Internet: www.fs.fed.us/r6/winema/specialprojects/matsutake.shtml

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