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V. ESTADO ACTUAL DE LA INFORMACION SOBRE MADERA PARA ENERGIA
(OSWALDO ENCINAS, FRANCISCO PAC HECO, CONSULTORES FAO)

Resumen ejecutivo

El presente estudio preliminar sobre los combustibles forestales en Venezuela, es parte del Proyecto “ Información y Análisis para el manejo forestal sostenible: Integrando Esfuerzos Nacionales e Internacionales en 13 países Tropicales de América Latina” (GCP/RLA/133/EC), bajo la responsabilidad de la Dirección General del Recursos Forestal del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARN), desarrollado por el Grupo de Investigación en Conservación de Maderas (GICOM) y la colaboración del oficial de la FAO Sr. Miguel Trossero.

Debido a la carencia de documentos similares y datos estadísticos confiables en relación con la disponibilidad y consumo de recursos energéticos de origen forestal, fue preciso realizar aproximaciones y análisis de la información disponibles partiendo de pocos elementos disponibles, para proporcionar los datos sobre dendrocombustibles usados con fines energéticos en el país, especialmente (leña, carbón y licor negro)para los últimos 5 años. En algunos casos se hicieron muestreos puntuales en áreas donde la información no está disponible o es poco confiable o en zonas donde se están verificando cambios en la situación de los bosques. Esta información se compara con los datos suministrados oficialmente por la FAO, y complementariamente se analiza el papel, la importancia y contribución de los dendrocombustibles al sector forestal energético y ambiental de Venezuela.

Aunque la imagen que tiene Venezuela, rica en recursos energéticos basados en el petróleo y sus derivados, es de una sociedad que utiliza en una mínima proporción los biocombustibles derivados de los bosques, montes y árboles en general, las presiones económicas, sociales y políticas que soportan los bosques en el país, con la resultante expansión de la frontera agrícola y los recientes cambios en el planteamiento político forestal, están originando una disponibilidad de leña que de algún modo representa una fuente importante de energía, en igual forma que el escenario que tienen los países en desarrollo para satisfacer las necesidades energéticas del sector residencial, especialmente el rural. Todavía no se puede señalar que los recursos dendroenergéticos en Venezuela representan una fuente de energía con fines industriales por su precio en desventaja en relación con los precios de los combustibles fósiles en el país; sin embargo, se pronostica que en un futuro cercano se incrementará este uso.

Parece impostergable establecer un sistema eficiente, confiable y actualizado de estadísticas que comprendan la producción y consumo de los recursos dendroenergéticos, para lo cual debería establecerse una coordinación eficiente entre los responsables de la administración del recurso forestal y los organismos que auditan el comercio y la industria en Venezuela. El potencial que tiene el país en esta materia puede representar una fuente alterna a los combustibles fósiles, junto con la ventaja de ser renovable y con menor impacto en el medio ambiente; sin embargo, deberán establecer controles especialmente para limitar y orientar en forma adecuada la utilización de este recurso, cuyo potencial inmenso aun está casi inexplorado.

Introducción

La información disponible señala que, en el mundo, los combustibles a base de leña representan en promedio alrededor del 7 por ciento del suministro total de la energía mundial, pero que en los países en desarrollo este promedio llega a ser del 15 por ciento, lo que se explica puesto que en estos países la leña es una fuente importante de combustible tanto en el hogar como en las limitadas industrias. Abundando en esta información, se conoce que en 34 países en desarrollo, la leña y el carbón vegetal llegan a representar hasta el 70 por cierto de la demanda nacional de energía; en este grupo de países, donde la madera constituye la principal fuente de energía, figuran países del África Subsahariana, América Central y el Asia Sudoriental Continental. La leña, es la forma predominante de dendroenergía utilizada en las zonas rurales de los países en desarrollo a la que debe añadirse el carbón vegetal, que también representa una fuente importante de energía para muchos países de africanos, asiáticos y latinoamericanos, principalmente en los hogares de los núcleos urbanos.

En consecuencia, aunque existen grandes diferencias en los volúmenes consumidos entre los países, los combustibles forestales son una fuente importante no sólo en América latina y el Caribe sino también en Asia, África y en países de la OECD (Organización para la cooperación y Desarrollo Económico) tales como Finlandia, Suecia, Austria, Canadá y otros. En consecuencia comienzan a ser de importancia los cambios en políticas energéticas que deben implementarse en los sectores rurales y mayormente para satisfacer la demanda en consumo doméstico, particularmente en los países con densa cubierta forestal y con industrias de elaboración de madera desarrolladas. Adicionalmente, el impacto ambiental que tiene el uso de combustibles fósiles, comienza también a ser de importancia para proyectar el uso de combustibles a base de madera (FAO et al, 1991).

En la contra parte, en los países desarrollados, los combustibles a base de madera representan tan sólo una mínima fracción del consumo total de energía, con variaciones o diferencias en el consumo a nivel nacional y regional. Por ejemplo, en algunos países de Europa, como el Reino Unido, Bélgica y Alemania, se utilizan cantidades relativamente reducidas de combustibles a base de madera, mientras que en países con amplias coberturas forestales, como Finlandia, Suecia y Austria, el consumo puede llegar a ser muy alto; en Finlandia, por ejemplo, se estima que la dendroenergía satisface el 17 por cierto de la demanda nacional de energía. En estos países, junto con el carbón, el licor negro resultante de los procesos industriales para producir pulpa para papel, constituyen también una proporción elevada de la oferta de combustibles de madera, principalmente por las mismas grandes industriales productoras de pulpa y papel que lo utilizan para cubrir parte de sus necesidades de energía.

Debe aceptarse que a pesar de estas diferencias, gran parte de la madera extraída en el mundo se destina a la producción de energía. Se estima que de los 3.350 millones de m3 de madera que se extrajeron en el mundo en el año 1995, alrededor de 2.100 millones de m3, es decir el 63 por ciento, se utilizó como combustible a base de madera, con variaciones muy significativas: hasta el 33 por ciento en los países desarrollados y hasta más del 70 por ciento en los países en desarrollo (el 91 por ciento en África, el 82 por ciento en Asia y el 70 por ciento en América Latina).

Tale elevadas proporciones en el uso de madera como fuente de energía en los países en desarrollo, ha influido en la opinión casi generalizada de que la leña y el carbón vegetal, combustibles de los pobres, principalmente de los que habitan los grandes centros urbanos y de la mayoría de los campesinos, son erróneamente considerados el motivo de la destrucción de bosques y otras formaciones forestales y consecuentemente son considerados como una de las principales causas de deterioro ambiental que sufren los países en vías de desarrollo de la región. No puede negarse que la importancia que tiene el consumo de combustibles derivados de la biomasa forestal ha sido ampliamente manifestada en diversos estudios, documentos y reuniones de carácter nacional como internacional. Algunos de ellos analizan el tema de una manera muy genérica y cualitativa, otros se concentran en aspectos específicos de realidades muchas veces locales. A menudo, a partir de estos estudios se elaboran generalizaciones que , en muchos casos , no se ajustan a la realidad (Bouille y Gallo, 1993).

Cualquiera que sea su origen, la preocupación sobre este tema ha originado, desde hace mucho tiempo que organizaciones como la FAO presten apoyo a sus países miembros, y en consecuencia a la comunidad en general, para elaborar proyectos y programas encaminados, por un lado a aumentar la utilización de la biomasa forestal como fuente de energía limpia, renovable y disponible localmente y, por el otro lado a la obtención de informaciones y datos estadísticos sobre el consumo, mercadeo y producción de combustibles forestales a nivel nacional, regional e internacional para proporcionar los datos que complementen u originen bancos de datos, prioritariamente para los organismos nacionales y también para las agencias técnicas forestales y del área energética internacionales (FAO, 1998). Según este organismo, la información existente sobre los dendrocombustibles en la mayoría de las bases de datos en silvicultura es algo limitado y sobre todo resumida, dificultando su análisis.

El Programa madera para la energía de la FAO y la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Dendroenergía, han considerado oportuno realizar esta recopilación de las informaciones y datos disponibles a fin de efectuar un análisis de la situación y mostrar la importancia para los países de la región. Se considera que como resultado se originen y planteen, en cada país, las bases necesarias para la consideración de la biomasa forestal como fuente de energía del futuro, en la cual, los biocombustibles jugarán un papel importante como fuente de energía limpia, desde el punto de vista ambiental, y en consecuencia contribuir al desarrollo sostenible, tal como se considera en la Agenda 21.

Para atender a esas necesidades, la FAO ha comenzado una serie de actividades para confeccionar bases de datos mejoradas sobre dendroenergía y para brindar asistencia técnica a los países miembros con miras a desarrollar sus capacidades locales para el almacenamiento, interpretación y comparación de datos sobre distintos aspectos y problemas relacionados con la dendroenergía. En la región ya se han desarrollado estudios sobre “El análisis de la contribución forestal a la producción de energía en América Latina” que han sido completados con actividades de campo en algunos países: México, Honduras, República Dominicana y Brasil. En áreas fuera de la región se han realizado estudios específicos en muchos países de Asia, África y de la OECD; estudios que se están realizando a través del programa “ Dendroenergía hoy para el día de mañana”, considerado como el principal mecanismo para la obtención de informaciones y datos existentes, especialmente a nivel nacional, sobre la producción, el mercadeo y el consumo de combustibles forestales. Dicha base de datos ha permitido crear el Sistema de Información Dendroenergético (WEIS, Wood Energy information System).

Otra de las tareas a la que FAO ha dedicado sus esfuerzos, es la preparación de una “ Terminología Dendroenergética Unificada”, que consiste en un conjunto de términos revisados, actualizados y armonizados que se utilizan comúnmente en el sector. El principal objetivo es promover el uso de términos correctamente definidos, unidades bien establecidas y difundir la utilización de factores de conversión claramente identificados. Mas recientemente, el Departamento de Montes de la FAO ha establecido un “Grupo de trabajo sobre dendroenergía, secuestro y sustitución de carbón”, orientando a articular las actividades en el área de cambio climático y estudiar la contribución forestal, para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero (FAO,1998).

La obtención de datos sobre dendroenergía, a nivel nacional y regional, constituye así uno de los principales desafíos que hay que afrontar, para reorientar la tarea de los organismos forestales nacionales que también deberían prever la infraestructura y el entrenamiento de personal, para manejar en forma adecuada la obtención, interpretación, análisis , almacenamiento y presentación de datos sobre dendroenergía. También en este aspecto, la FAO está apoyando actividades para confeccionar bases de datos mejoradas sobre dendroenergía y para brindar asistencia técnica a los países miembros con miras a desarrollar su capacidad para el almacenamiento, cotejo y análisis sistemáticos de información sobre distintos aspectos y problemas relacionados con la dendroenergía.

Como es necesario comprender cual es realmente la situación del sector forestal venezolano, principalmente porque se considera que no puede separarse la demanda y consumo de madera (y/o de leña) de los escenarios forestales identificables en el país, se considera que es preciso forzar un panorama forestal actual de Venezuela.

El panorama forestal de Venezuela

Venezuela cuenta con alrededor de 56,8 millones de ha cubiertas con vegetación arbórea predominante (bosques, bosque de galería y manglares) distribuidos en la región de los Andes, Cordillera de la Costa, Escudo de Guayana, cuenca del Lago de Maracaibo, Sierra de perijá, Llanos Occidentales y la Orinoquía Amazonia (Luy, 1992). El grado y la naturaleza de la intervención antrópica ocurrida en estas formaciones vegetales durante los últimos años, ha resultado en la conformación de escenarios variables según la situación geográfica donde se ubican estas formaciones vegetales.

Pueden reconocerse en consecuencia dos grandes escenarios: Al Norte del Río Orinoco con paisajes que presentan creciente y sostenida desaparición de las formaciones boscosas, resultado de la expansión agrícola, construcción de represas, extracción de maderas e incendios internacionales, cuyas principales actividades resultan ser agricultura y pecuaria extensiva, que han sido por otra parte las causas que originaron la mayor deforestación resultado de las favorables condiciones del suelo y la alta densidad demográfica en esta zona .

Al Sur del Río Orinoco, cuya reconocida fragilidad ecológica y relativa pobreza de los suelos ha limitado su densidad geográfica, donde la deforestación se origina también en actividades mineras, aunque más al Sur está empezando una presión creciente para deforestar los bosques con fines mayormente agrícolas. Estos dos grandes escenarios pueden reconocerse por formaciones boscosas altamente intervenidas al Norte del Orinoco, principalmente en los llanos occidentales, y bosques no disturbados, ecológicamente intactos en buena parte de las formaciones boscosas al Sur del Río Orinoco.

Merece especial mención el desarrollo de plantaciones forestales con fines industriales, y en este panorama hay que destacar las plantaciones de pino caribe en el Oriente de Venezuela, que hasta la fecha suman alrededor de 600.000 ha concentradas en una zona de vida reconocida como improductiva y caracterizada por su vegetación de sabana (pastos y chaparrales). También están cobrando importancia , las plantaciones de especies exóticas, principalmente Teca, Melina y Eucalipto, plantaciones establecidas principalmente en suelos agrícolas emprobrecidos o áreas deforestadas para actividades agropecuarias, ubicadas al Norte del Río Orinoco.

Hasta el año 1999, las plantaciones realizadas por el sector público llegan a las 542.578 ha, mientras que el sector privado ha establecido 115.927 ha; las empresas concesionarias de bosque por su lado, han plantado 72.492 ha en áreas de las Reservas Forestales (MARN 2001).

El Estado Venezolano , en su afán por normar la creciente desaparición de las formaciones vegetales, principalmente al Norte del Río Orinoco, ha establecido desde 1950 el sistema nacional de Reservas Forestales y el sistema nacional de Parques Nacionales. En este último se incluyeron áreas con formaciones vegetales destinadas a su preservación, mientras que las Reservas Forestales agrupan áreas con potencial forestal, destinadas a abastecer de materia prima a las industrias forestales nacionales. Todas estas figuras se definieron sin estudios profundos de biodiversidad de las formaciones forestales involucradas y en áreas que se conocen como terrenos de la Nación. Posteriormente se delimitaron los Lotes Boscosos, formaciones forestales con elevado potencial industrial no incluidas en el concepto de Reserva Forestal y que se encuentran en lo que se conocen como terrenos propios o privados y ejidos.

La declaratoria de Reservas, Parques Nacionales y Lotes Boscosos no tomó en consideración algunos de los usos potenciales de las áreas consideradas, mayormente agricultura al Norte y minería al Sur del Río Orinoco, actividades de gran importancia económica en comparación con la comercialización de maderas y/o la conservación de la naturaleza. Esta coincidencia de usos , actual y potencial, es una de las principales causas que originan la creciente desaparición de los bosques en Venezuela y la existencia actual de solamente pocas áreas que pueden considerarse como bosques no disturbados dominados por procesos naturales y con mínima intervención humana.

Actualmente, para la administración de los recursos forestales en Venezuela se cuenta con un Sistema de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) que ampara un total de 42, 5 millones de ha (alrededor del 46 % de la superficie del país), con categorías de áreas destinadas a: 1) Producción Forestal (Reservas Forestales y Áreas Boscosas Bajo Régimen de Protección) con 15.200.495 ha, 2) Producción Agrícola (Áreas de Aprovechamiento Agrícola Especial y Áreas Rurales de Desarrollo Integral) con 1.440.260 ha, 3) Protección Estricta (Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Refugios de Fauna Silvestre) con 17.889.230 ha y 4) Protección Normada (Reservas de Biosfera, Zonas Protectoras, Reservas Hidráulicas, Reservas de Fauna, Áreas Críticas con Prioridad de Tratamiento, Áreas de Protección de Obras públicas, Zonas de Protección y Recuperación Ambiental) con 28.950.777 ha.

En el Cuadro 1, se presenta el detalle de los componentes del Sistema ABRAE (MARN, 2001) y en el Cuadro 2 las superficies decretadas, bajo Planes de Ordenamiento y Manejo Forestal y remanente estimado de las Reservas Forestales y Lotes Boscosos (Fuentes: Encinas, Pacheco y Van Ginneken , 1999).

Cuadro 1. Areas Boscosas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE)

Categorías

Figuras

Superficie

(ha)

Producción

Reservas Forestales

11.812.606

Forestal

Areas Boscosas Bajo Protección

3.387.889

Producción

Areas de Aprovechamiento Agrícola Especial

357.955

Agrícola

Area Rural de Desarrollo Integral

1.082.314

 

Parques Nacionales

13.559.578

Producción Estricta

Monumentos Naturales

4.276.178

 

Refugios de Fauna Silvestre

53.474

 

Reserva de Biosfera

9.602.466

 

Zonas Protectoras

12.859.531

 

Reservas Hidráulicas

1.740.783

 

Reservas de Fauna Silvestre

71.856

 

Areas Críticas con Prioridad de Tratamiento

3.599.146

 

Areas de Protección de Obras Públicas

116.425

Protección

Normada

Zonas de Reserva para Construcción de Presas y Embalses

7.043

 

Areas de Protección y Recuperación Ambiental

4.168

 

Costas Marinas de Aguas Profundas

26.336

 

Sitios de Patrimonio Histórico

1.209

 

Zonas de Interés Turístico

505.650

 

Zonas de Seguridad

121.846

 

Zonas de Seguridad Fronteriza

294.315

Total

 

63.480.774

Fuente: A partir de la información contenida en el Boletín No. 3 del MARN (2000)

Resulta difícil identificar cuáles de estas áreas permanecen aún no disturbadas o se mantienen ecológicamente intactas. Desde el punto de vista de la influencia de las actividades madereras en el estado de los bosques, deben considerarse en principio las características de la industria forestal en Venezuela y cómo se abastecen cada una de ellas.

Cuadro 2. Superficies decretadas, bajo Planes de

Ordenación y Manejo Forestal y remanente estimado de

las Reservas Forestales y Lotes Boscosos

Figura Legal
(Reserva Forestal R.F. Lote Boscoso L.B.)

Sup. Decretada (ha)

Sup. Bajo Planes de Ordenamiento y Manejo Forestal (ha)

Sup. Forestal remanente estimada (*)(ha)

R.F. Imataca

3.640.899

1.497.561

1.320.000

R.F. El Caura

5.134.000

-

5.134.000

R.F. La Paragua

782.000

-

782.000

R.F. Guarapiche

370.000

27.240

Inf. No conf.

R.F. Sipapo

1.215.500

-

1.215.500

R.F. Ticoporo

187.156

101.075

7.000

R.F. Caparo

181.143

180.511

26.000

R.F. San Camilo

97.100

-

12.000

R.F. Río Tocuyo

47.640

-

5.000

R.F. Turén

116.400

-

10

L.B. San Pedro

615.405

565.405

312.223

L.B. Caño Blanco

178.854

24.248

14.480

L.B. CVG El Frío

65.000

65.000

Inf. No conf.

L.B. Río Parguaza

65.700

-

65.700

L.B. Dorado Tumeremo

78.993

63.106

70.640

L.B. Fundo Paisolandia

8.101

-

8.101

L.B. Fundo Flamerich

19.196

7.000

Inf. No conf.

L.B. Hato Santa Marta

38.516

-

38.516

L.B. Altiplanicie del Nuria

171.720

171.720

143.100

Fuente: Encinas, Pacheco y van Ginneken, 1999

(*) Superficie Forestal Remanente, área que teóricamente conservas sus características de bosque original. Sin embargo la Superficie Forestal Remanente puede ser mayor si se incluyen las superficies intervenidas consecuencia del Manejo Forestal, pero en este caso el bosque que queda no conserva su estructura original.

Consideraciones acerca de la dendroenergía en Venezuela

En forma contraria a los países desarrollados, donde la demanda de energía es satisfecha principalmente por combustibles fósiles, en los países en desarrollo, el consumo de dendroenergía ha aumentado sin cesar a la par del crecimiento demográfico. Para algunas regiones esto significa la desaparición casi completa de su cubierta forestal por la sobre explotación de los bosques, por ejemplo en Haití. En otras regiones, donde los costos de los combustibles fósiles no es muy alto, la demanda de dendroenergía ha sido satisfecha por la mayor utilización de estos combustibles fósiles.

En el caso particular de Venezuela, la mayor parte de la demanda de energía es satisfecha por combustibles fósiles e hidroelectricidad. Sin embargo, su potencial para proporcionar dendroenergía es muy alto.

Siendo un país con abundantes fuentes energéticas primarias, Venezuela tiene definidas sus políticas en materia de hidroelectricidad, petróleo, gas natural y carbón mineral; sin embargo no posee una política definida para mejorar la eficiencia en el uso de ellas y no ha prestado atención al potencial de biomasa para uso dendroenergético. Por el contrario, pareciera que el esquema de desarrollo económico tiene como una de sus bases el uso ilimitado de energía proveniente del petróleo y sus derivados, destacando sus “ventajas comparativas” frente a los países que no disponen de esta relativa abundancia. El modelo de desarrollo privilegia las inversiones en acero, petroquímica, aluminio y carbón mineral, industrias de alto consumo de energía fósil. Por otro lado, el esquema de desarrollo de la industria manufacturera ha basado su modelo copiando los modelos tecnológicos de los países altamente industrializados, en los que las tecnologías y eficiencias energéticas de las mismas están determinadas por los tipos de tecnologías generadas en esos países (Bouille y Gallo, 1993).

El convencimiento de que Venezuela posee numerosas ventajas potenciales para la utilización de la biomasa de sus bosques, naturales e implantados, como una fuente alterna y económicamente competitivas, resulta de comprender que solamente un manejo racional y sostenible de los recursos forestales puede dar lugar a la dendroenergía, como uno de los objetivos del manejo forestal. Naturalmente, este convencimiento debe partir de la compilación de la información disponible, de su análisis y proyección en el futuro, que pueden orientar a las oficinas de administración del recurso forestal. Estas son las metas subyacentes del presente estudio; cuyo esquema de realización se corresponde a las exigencias de la FAO que también se ha aplicado a otros países.

Objetivos

1. Realizar una revisión de los datos estadísticos nacionales y estatales de los últimos 5 años, con relación ala producción, consumo, exportación e importación de los combustibles forestales (especialmente leña, carbón y licor negro usados con fines energéticos).

2. Comparar los datos obtenido con los suministros por la FAO y realizar un análisis exhaustivo con relación a las discrepancias y similitudes con los valores existentes de las tablas producidas por la FAO

3. Analizar el papel, la importancia y la contribución de los dendrocombustibles para el sector forestal, energético y ambiental del país y diferenciar los valores del consumo de los dendrocombustibles estudiados a nivel rural y urbano, así como por tipo de usuario: domésticos, industrial y comercial.

4. Analizar las tendencias en el pasado y en el presente y las perspectivas para el futuro, de la variación en el consumo de dendrocombustibles a nivel estatal y nacional, y para usuarios finales.

5. Describir los aspectos institucionales y las capacidades existentes para la obtención, interpretación de los datos estadísticos de los dendrocombustibles , a fin de identificar áreas de posibles de mejoramiento en la administración forestal, de energía y/o servicios estadísticos.

Metodología

En términos generales se atendieron las directrices de la FAO para este tipo de estudios. Para la revisión de los datos estadísticos de los últimos cinco años, se utilizaron los datos estadísticos nacionales producidos por el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MANR) y publicados en los Boletines Estadísticos Número 1 (Período 1993 – 1996) y Numero 2 (1998) y la reciente versión sin publicar del Boletín Número 3, que contiene los datos del año 1999 y los valores preliminares para el año 2000, y cuya versión preliminar fue proporcionada por el MANR para la realización de este estudio. También se han utilizado, para complementar los datos del año 1997, las estadísticas forestales del año 1997 (Serie No. 5).

Como las publicaciones mencionadas contienen información acerca de la producción de leña y carbón vegetal en Venezuela y no se hace mención a la producción de licor negro como combustible, esta información se obtuvo de fuentes primarias de la industria de pulpa y papel.

En lo que se refiere a la información utilizable para el análisis dendroenergético del país, el primer análisis de la información disponible y consultada, resultó en la nada estimulante conclusión de que existen incongruencias y datos incompletos, sino en todos en varios de los boletines consultados, por los que se realizó un muestreo puntual consistente en visita a algunas zonas productoras de madera (y en consecuencia de potencial material dendroenergético), que proporcionó datos actualizados para el análisis, producto de encuestas preliminares y compilación de datos “in situ”.

Para la selección de las áreas donde se efectuaron estas visitas, se partió del hecho de que el panorama forestal de Venezuela puede dividirse en dos grandes áreas, como se describió anteriormente: los bosques situados al Norte del río Orinoco y los bosques situados al Sur del Orinoco y también que al Norte del río Orinoco se concentra la mayor parte de la población e industrias. La imposibilidad de contar con los recursos necesarios para un muestreo sistemático y estadísticamente válido en todo el país, obligó a que se eligiera como zona de muestreo el área comprendida entre los estados Barinas y Táchira, regiones situadas al Norte del río Orinoco y que se caracterizan por tener una particular producción y consumo de madera (y también de leña) producto de los cambios que se están observando en las Reservas Forestales ubicadas en esa zona. Se considera que hubiera sido altamente recomendable la realización de un muestreo similar al Sur del Orinoco y al Este del país, pero tomando en cuenta que los bosques al Sur del Orinoco aún no son objeto de intensa actividad forestal y que los bosques de pino en el oriente de Venezuela están produciendo ante todo madera para carpintería y construcción, el muestreo se limitó a la zona indicada.

Este muestreo también sirvió para recoger información en relación con otro rubro de consumo: leña utilizada en la preparación de carne asada en varas, práctica culinaria típica de los llanos venezolanos y también se obtuvo la información en materia de consumo dendroenergético a nivel industrial.

Recursos dendroenergéntico en Venezuela en los últimos cinco años

Producción de leña

Para el calculo de la producción nacional de leña se ha partido de la compilación de los datos suministrados por el MARN en sus estadísticas forestales, que especifica tres rubros relacionados con la madera como leña (leña, desperdicios, y recortes). Casi la totalidad de éstos tres rubros se consumen como leña, por tanto se han sumado los tres para obtener la producción total de leña expresada en kilogramos, tal como viene expresado en las estadísticas forestales, luego se ha utilizado el factor de conversión adoptado por la FAO para expresar el resultado en metros cúbicos, como está requerido para uniformar la presentación de resultados, Cuadro 3

Cuadro 3. Producción Nacional de Leña (período 1995-2000) según

Estadísticas oficiales del MARN

Año

Leña
Kg.

Desperdicios
Kg.

Recortes
Kg.

Total
Kg.

Total
TM

Total
CUM

1995

8.466.000

1.240.000

-

9.686.000

9.686

13.360

1996

2.917.602

-

4.512.950

7.430.552

7430

10.249

1997

13.202.558

1.040.000

1.998.762

16.241.320

16.241

22.402

1998

10.111.465

1.308.125

10.466.366

21.885.956

21.886

30.188

1999

11.533.386

-

4.535.275

16.068.661

16.069

22.164

2000

12.146.535

1.322.193

14.557.968

28.026.514

28.027*

38.657

* Obtenido a partir de cifras preliminares que presenta el MARN hasta el mes de septiembre del año 2000

Consumo de leña

Se consideró que la información contenida en la Estadísticas Forestales del MARN por no contener información detallada conforme los requerimientos del estudio, debiera completarse con algún tipo de muestreo que proporciona información confiable y detallada. El área seleccionada para el efecto cubrió parte de los Estados Táchira y Barinas, Norte del Río Orinoco y donde se encuentran ubicadas las Reservas Forestales de Caparo y Ticoporo. Las Reservas se encuentran intensamente sometidas a intervención humana originando un cambio en el uso de las tierras y en los recursos forestales; estas Reservas (en la misma forma que las otras áreas bajo régimen especial) fueron decretadas como áreas boscosas destinadas a la producción de madera para satisfacer la demanda de la industria forestal venezolana, pero en la actualidad prácticamente ha dejado de cumplir al objetivo.

Por otra parte, se ha verificado que como consecuencia de la masiva intervención humana, desde hace algunos años existe un importante consumo doméstico de leña, el cual se obtiene prácticamente sin costo alguno, excepto las tareas de explotación y movilización que se realiza en los mismos sitios, por lo que se aprecia una tendencia al cambio de la utilización de combustibles fósiles hacia los recursos dendroenergéticos. No es el objeto de este estudio analizar las causas que motivaron y que están estimulado situaciones similares de intervención masiva en las concesiones forestales; sin embargo, debe reconocerse que el resultado visible es la desaparición paulatina de las formaciones forestales que habrían originado en su tiempo la clasificación de estas tierras como Reservas Forestales.

Las Reservas Forestales de Caparo y Ticoporo, propiedad del Estado Venezolano, están ubicadas en el Estado Barinas al Occidente del país, constituyeron inicialmente unas 389.000 ha que fueron otorgadas en concesión a diferentes empresas madereras desde hace tres décadas. Periódicamente se han concretado desafectaciones de parte de estas Reservas, cuando la presión de los invasores, al amparo de movimientos políticos y sociales, obligó a reducir el área original de las Reservas; es que la intervención de campesinos buscando expandir la frontera agrícola y el mínimo cumplimiento de los compromisos por parte de los concesionarios de estas áreas boscosas, ha dado como resultado una creciente intervención de las Reservas , hasta el punto que en algunas Unidades se pueden observar solo potreros y áreas de pastoreo, y muy poca actividad agrícola. Se cumple así el destino de prácticamente todas las tierras forestales: su conversión en tierras agrícolas y posterior utilización para actividades pecuarias extensivas.

El Estado venezolano a través del Ministerio del Ambiente está implementando el nuevo concepto de manejo comunitario y como parte del mismo se están tomando las precisiones para orientar en el uso racional de los recursos dendroenergéticos y en el empleo adecuado de cocinas a leña para satisfacer la demanda de energía a partir de leña en estas áreas.

En la Reserva Forestal de Ticoporo viven alrededor de 8.600 familias con un promedio de 5 integrantes por familia. Como resultado del muestreo puntual, en esta Reserva intervenida, se ha estimado que casi el 80% de estas familias (6.880 familias), consumen leña par satisfacer sus necesidades de energía. El restante 20% , está conformado por familiares que tienen más de 15 años en la Reserva, utilizando en principio leña del bosque, pero en la actualidad, por ser invasores beneficiados con desafectaciones, bien establecidos y por largo tiempo, sus condiciones de vida han mejorado y han adoptado el uso de gas natural para satisfacer sus necesidades de energía. Utilizando la misma metodología se obtuvo que en la Reserva Forestal de Caparo, se presenta un panorama muy similar al de la Reserva Forestal Ticoporo, contabilizando unas 3500 familias, que habitando dentro de la mencionada Reserva.

Debe destacarse el esfuerzo que realiza la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales en el mantenimiento de la Unidad Experimental asignada a esta institución para su manejo; tema que merece especial análisis, fuera del contexto de este estudio.

Consumo de leña doméstico rural

Para el cálculo del consumo de leña doméstico rural en la zona muestreada, se realizaron visitas a los hogares y entrevistas a los habitantes, siguiendo un esquema completamente aleatorizado . Se determinó que la unidad de medida para la leña utilizada por estas familias es la “brazada” o “tercio”.

Una brazada o “tercio” consiste en un peso aproximado de 15 kg. , que se obtiene simplemente cortándola madera o las ramas de los árboles derribados en la explotación, esta cantidad se usa prácticamente en su totalidad cada día exclusivamente para la preparación de los alimentos. El resultado de estas estimaciones se presenta en el Cuadro 4.

Al igual que Caparo y Ticoporo, existe un consumo de leña en las otras Reservas Forestales y Lotes Boscosos, consumo que se consideró necesario cuantificar, partiendo de las estimaciones realizadas en estas dos Reservas. Las otras Reservas de Occidente han sido o totalmente intervenidas, donde la cubierta forestal prácticamente ha desaparecido y consecuentemente ha sido desafectadas como en el caso de Turén o San Camilo, o están siendo objeto de invasiones y se está verificando el proceso de destrucción de los bosques, como en las Reservas de Imataca, Sipapo y El Caura. A pesar de no tener datos exactos, y con los indicadores obtenidos en Ticoporo y Caparo, se ha estimado que viven unas 5.000 familias en estas zonas, con un consumo promedio por familia similar de 15kg/día. Con estos indicadores, se obtuvieron las estimaciones contenidas en el Cuadro 4.

Cuadro 4 Consumo de leña en las Reservas Forestales de Ticoporo y Caparo y otras Reservas

Reserva Forestal

Número
Familias

Consumo
Diario Kg.

Consumo
Anual TN

Ticoporo

6.880

15

37.668

Caparo

3.500

15

19.162

Total Caparo y Ticoporo

10.380

 

56.830

Otras Reservas

5.000

15

27.375

Es preciso destacar que las instalaciones que se usan para cocinar, utilizando esta leña, corresponde a cocinas de bloques de concreto, ladrillos o barro y soportes metálicos para los recipientes o utensilios de cocina, con diseños caprichosos , sin atender a recomendaciones técnicas que se conoce existen para optimizar el rendimiento calorífico de los “fogones” u “hogares” donde se quema la leña.

Al parecer , la tradición se transmite de familia a familia por recomendaciones de vecinos, los cuales han importado sus tradiciones en este aspecto de sus lugares de origen, muchos de ellos desde otros países vecinos como Colombia.

Cocinas típicas a leña usadas corrientemente por los habitantes en la Reserva Forestal de Ticoporo y Caparo. Nótese que son abiertas sin optimización de la instalación para aprovechar al máximo el poder calorífico de la leña.

Por otra parte, considerando que existen otras familias en el área rural que consumen leña a nivel doméstico, dispersas a lo largo de todo el territorio nacional, desde los Andes hasta el Delta del Orinoco, que por sus condiciones socioeconómicas, sus costumbres ancestrales y cercanía a fuentes de leña, utilizando combustible, se ha estimado que por lo menos unas 60.000 familias utilizan este recurso energético, con un consumo promedio estimado de 15 Kg/día, Cuadro 5.

Cuadro 5. Consumo de leñas en áreas rurales fuera de las Reservas Forestal

Tipo de
Consumo

N° de
Familias

Consumo diario (Kg.)

Consumo
Anual TN

Rural (otros)

60.000

15

328.500

Consumo de leña doméstico urbano

Respecto al consumo de leña doméstico en áreas urbanas, se ha considerado que rubro comprende el uso de la leña por parte de familias que, viviendo en las áreas urbanas, utilizan leña para preparar las clásicas parrilladas o carnes en brasa, sancochos y hallacas (Ambos platos tradicionales de la familia venezolana), el rubro también comprende familias que viviendo en las zonas andinas, frías por la altitud donde se ubican estos poblados, utilizan parcialmente leña para calefacción, aunque se reconoce que esta práctica no está generalizada. El muestreo realizado para estimar este consumo señala que cada familia consume en promedio unos 25 Kg. de leña a la semana y que solamente unas 10.000 familias en todo el país demandan esta cantidad, Cuadro 6.

Cuadro 6. Consumo de leña en áreas urbanas

Tipo de
Consumo

N° de
Familias

Consumo
semanal (Kg.)

Consumo
Anual TN

Urbano

10.000

25

13.000

Consumo Industrial

El consumo de leña a nivel industrial es una práctica muy poco común en Venezuela; la disponibilidad y los bajos costos de combustibles fósiles con que se cuenta en prácticamente en todo el país, hace que las fuentes de energía para las industrias, inclusive en aquellas calificadas como industrias forestales (aserradero, plantas de pulpa y otros) sean petróleo o gas. Solamente una industria forestal, en la zona de los Llanos Occidentales de Venezuela, utiliza madera o leña en sus instalaciones, aunque la misma no ha sido diseñada para quemar leña, sino es más bien modificación de una caldera alimentada con bagazo de caña.

Esta instalación se utiliza para producir calor para una caldera de agua caliente utilizada para una planta de secado, quemando recortes de aserradero y desperdicios de sus plantas de aserradero y chapas. Como anécdotas curiosa se puede señalar que los responsables del aserradero no tienen cuantificado el volumen o cantidad de madera utilizada para abastecer la planta de secado y fue con motivo del muestreo realizado que se pudo estimar que la empresa consume alrededor de 800 CUM al año.

Otros consumo de leña aunque no específica para ser usado como combustible, es la utilización de madera por parte de las empresas siderúrgicas ubicadas en el Estado Bolívar, en Ciudad Guayana, el centro metalúrgico de Venezuela. La madera que consumen estas industrias siderúrgicas no proporciona energía calórica, sino más bien se utiliza para el proceso de reducción del mineral de hierro durante su fundición. Dos tipos de maderas son los preferidos por las industrias siderúrgicas: madera en varas proveniente de latizales de los bosques naturales y madera de pino caribe en forma de astillas, producto de los cortes iniciales en aserraderos que poseen “chopper canter” en sus líneas de aserrado. Como resultado de entrevistas a los responsables de la comercialización de este producto se ha llegado a la conclusión de que la industria consultada consume mensualmente alrededor de 15.000 CUM, lo que significa en términos conservadores alrededor de 180 CUM al año por empresa por este concepto.

Consumo Comercial

El concepto de consumo comercial de leña implica el uso de madera para actividades donde el producto final se comercializa; en el caso de Venezuela, este concepto se circunscribe al uso de la madera por parte de restaurantes, particularmente en la preparación de “carne en vara”, forma de cocinar al fuego la carne de res, abundante en la zona, y plato tradicional en la zona de los llanos venezolanos, Fotografía 8.

Para la estimación de este consumo, se realizaron visitas a todos los restaurantes que ofrecían “carne en vara” ubicados a lo largo de la vía que conduce desde la Ciudad de Barinas (Estado Barinas) hasta la Ciudad de San Cristóbal (Estado Táchira), unos 350 Km. Adicionalmente se contabilizaron entre 10 a 15 restaurantes en cada una de las ciudades y poblaciones grandes. La carne en vara también se prepara en otras ciudades de Venezuela, pero en menor proporción que la que se acostumbra en la zona de los Llanos Occidentales. El muestreo realizado en esta zona permitió cuantificar la cantidad de leña utilizada por estas instalaciones, resultando un promedio de 4 CUM mensuales por empresa, aunque con valores tan bajos como un CUM y tan altos como 8 CUM mensuales. Se ha estimado que en el país funcionan unos 250 restaurantes que consumen leña para cocinar este plato tradicional de los llanos venezolanos. En el Cuadro 7 se presenta la estimación del consumo de leña para uso comercial.

Cuadro 7. Consumo de leña a nivel comercial en restaurantes

Restaurantes

Consumo Mensual Promedio

Total Anual

250

4 CUM

12.000 CUM

En el Cuadro 8 se presenta un resumen de los consumos estimados en el presente estudio. Se considera que aún con las limitaciones explicadas en la metodología y las observaciones que se pueden hacer sobre las generalizaciones efectuadas estos valores reflejan considerablemente bien el consumo de leña en Venezuela. En el Cuadro 9 se presentan estos valores conforme las especificaciones por partidas de la FAO.

Cuadro 8. Resumen de las diferentes modalidades de Consumo de Leña en Venezuela, según el muestreo y estimaciones del presente estudio.

Fuentes

Consumo
TM

Consumo
CUM

Tipo de
Consumo

       

R.F. Caparo y Ticoporo

56.830

78.386

Rural Doméstico

Otras Reservas Forestales

27.375

37.759

Rural Doméstico

Otros Domésticos

328.500

453.103

Rural Doméstico

Otros Urbanos

13.000

17.931

Urbano

Industria Forestal

 

800

Industrial

Industria Siderúrgica

 

180.000

Industrial

Restaurantes

 

12.000

Comercial-Urbano

       

TOTAL

 

779.979

 

Cuadro 9. Modalidades de consumo de leña en Venezuela para el año 20001.

Tipos de Consumo para el año 2001

Código

Cantidad
(CUM)

Consumo

37,1,1

779.979

C. Residencial Urbano

36,1,1

17.931

C. Residencial Rural

36,1,2

569.248

C. Comercial

36,1,3

12.000

C. Industrial

36,1,4

180.800

C. Electricidad – Calefacción

36,1,5

?????

Consumo

36,1,1

779.979

Producción, Importación, Exportación y Consumo Nacional de Leña

Para la presentación de los valores en producción, importación, exportación y consumo nacional de leña, se ha utilizado la información contenida en las estadísticas forestales del MARN, con las modificaciones y conversiones necesarias, de los años 1996 hasta el 2000; mientras que para el año 2001 se utilizaron los resultados obtenidos en el muestreo puntual que se realizó en la zona de los Llanos Occidentales y sus derivaciones, Cuadro 10.

Cuadro 10. Producción, Importación, Exportación y Consumo Nacional de Leña en Venezuela (Período 1996 – 2001) CUM.

AÑOS

Código

1996

1997

1998

1999

2000

2001

               

PRODUCCIÓN

37,1,4

10.240

22.402

30.188

22.164

38.657

779.979

IMPORTACIÓN

37,1,2

--

--

--

--

--

--

EXPORTACIÓN

37,1,3

--

--

0,28

--

--

--

CONSUMO

37,1,1

10.240

22.402

30.188

22.164

38.657

779.979

C. Residencial

Urbano

36,1,1

--

--

--

--

--

17.931

C. Comercial

Rural

36,1,2

--

--

--

--

--

569.248

C. Comercial

36,1,3

--

--

--

--

--

12.000

C. Industrial

36,1,4

--

--

--

--

--

180.080

C. Electricidad -

Calefacción

36,1,5

--

--

--

--

--

--

Con la información disponible hasta el año 2000, no fue posible disgregar los tipos de consumo en Venezuela, ni especificar los valores de importación y exportación. A este respecto, Venezuela no sería ni importador ni exportador de leña, pero esta afirmación puede sesgada por la carencia de datos fidedignos en materia de estadísticas registradas; existe la posibilidad de que estos rubros no se hayan informado oportunamente o que se hayan alterado involuntariamente los valores al momento de la trascripción de valores, puesto que en las estadísticas forestales del año 1998, se ha conseguido que Venezuela exportó 0.276 metros cúbicos de leña, valor muy bajo para ser tomado en cuneta y que no se repite en los años posteriores.

Por otra parte, los rubros consumo para electricidad y calefacción se aplican en muy poca proporción para Venezuela, puesto que como se señaló anteriormente el fluido eléctrico es originado a partir de los recursos hidroeléctricos y utilizando combustibles fósiles, principalmente petróleo y gas licuado. En Venezuela por estar ubicado en el cinturón tropical, no existe la necesidad de utilizar calefacción para calentar los hogares y oficinas, aunque debe aceptarse que en algunas zonas andinas, ubicadas a alturas de más de 2.5000 msnm, suele utilizarse sistemas de calefacción en chimeneas, aunque esta práctica es utilizadas por los hoteles, habitaciones en viviendas de familias con ingresos medios altos y como una prolongación de las cocinas en viviendas del medio rural.

Producción, Importación, Exportación y Consumo Nacional de Carbón

Los valores que se presentan en el Cuadro 11 son la relación en cuanto a producción, importación, exportación y consumo nacional de carbón en Venezuela. Las cifras están basadas en las estadísticas del MARN, que nuevamente no permiten disgregación por rubros de consumo, ni presenta datos de importación y exportación para antes de 1997.

Cuadro 11. Producción, Importación, Exportación y Consumo Nacional de Carbón (Período 1995 – 2000) TM.

AÑOS

Código

1995

1996

1997

1998

1999

2000

               

PRODUCCIÓN

37,1,4

6.257

2.156

9.213

7.778

8.223

ND

IMPORTACIÓN

37,1,2

--

--

--

27,6

0

ND

EXPORTACIÓN

37,1,3

--

--

--

1.796

1.750

ND

CONSUMO TM

37,1,1

6.250

2.156

9.213

6.010

6.473

ND

C. Residencial

Urbano

36,1,1

--

--

--

--

--

--

C. Comercial

Rural

36,1,2

--

--

--

--

--

--

C. Comercial

36,1,3

--

--

--

--

--

--

C. Industrial

36,1,4

--

--

--

--

--

--

C. Electricidad -

Calefacción

36,1,5

--

--

--

--

--

--

La producción de carbón en Venezuela se limita a varias industrias pequeñas ubicadas principalmente en el Oriente y el Sur del país, particularmente en áreas donde se ubican formaciones vegetales con maderas duras como Cují en la zona de Falcón y Zulia y Algarrobo, Puy, Zapatero en áreas aledañas a la Reserva Forestal de Imataca. Este carbón se destina prácticamente en su totalidad a su comercialización como carbón para parrillas. No existe producción de carbón activado en Venezuela.

No fue posible constatar personalmente la validez de los datos del Cuadro 11; sin embargo, tomando en cuenta el número de carboneras registradas en el MARN y a través de entrevistas telefónicas a personas claves en el sector del carbón y a algunos fabricantes de carbón, se pudo constatar que los datos contenidos en las estadísticas del MARN pueden reflejar la realidad.

Es posible que la importación de 27,6 TM de carbón en el año 1998 represente carbón activado; las industrias de refrigeración y farmacéuticas utilizan este material y se ha conocido que estas importaciones son periódicas, es decir cada 3 o 5 años se importa la cantidad que se estima se necesita para tales períodos. Por otra parte, llama la atención los datos relaciones como exportaciones en los años 1998 y 1999; estos volúmenes pueden representar carbón de maderas duras que se produce en el Estado Bolívar con destino al Brasil.

Nuevamente debe considerarse la posibilidad de que las informaciones reportadas en las estadísticas del MARN reflejen datos mal interpretados. En el caso del carbón, es posible que se comience a relacionar la producción de carbón mineral que se está comenzando a producir en el Estado Táchira.

Producción, Importación, Exportación y Consumo de Licor Negro

En lo que se refiere a la producción y consumo de licor negro para producir energía, en Venezuela solamente una planta de pulpa utiliza procesos químicos para producir cartón corrugado y obtiene el licor negro como subproducto que utiliza la misma empresa para producir energía. No existe importación, ni exportación ni otro rubro de utilización del licor negro producido en el país. La información de primera mano obtenida de la Gerencia de la planta de Pulpa permitió elaborar el Cuadro 12.

Cuadro 12. Producción, Importación, Exportación y Consumo Nacional de Licor Negro (Período 1995 – 1999) TM.

AÑOS

Código

1995

1996

1997

1998

1999

             

PRODUCCIÓN CUM

37,1,4

135.780

175.200

186.150

186.150

170.820

IMPORTACIÓN

37,1,2

--

--

--

--

--

EXPORTACIÓN

37,1,3

--

--

--

--

--

CONSUMO CUM

37,1,1

135.780

175.200

186.150

186.150

170.820

C. Residencial

Urbano

36,1,1

--

--

--

--

--

C. Comercial

Rural

36,1,2

--

--

--

--

--

C. Comercial

36,1,3

--

--

--

--

--

C. Industrial CUM

36,1,4

135.780

175.200

186.150

186.150

170.820

C. Electricidad -

Calefacción

36,1,5

--

--

--

--

--

Comparación de los datos obtenidos con los suministrados por FAO

Leña

Como no fue posible validar los datos de los años anteriores al 2000, el Cuadro 13 presenta una comparación con los datos recientes del año 2000 y la comparación en los valores proporcionados por las Estadísticas del MARN y la FAO. Como se observa existen marcadas diferencias entre los datos obtenidos en el presente estudio y las estadísticas que presenta y maneja la FAO. Las estadísticas de los años analizados que presenta el MRAN, no reflejan los valores estimados a través del muestreo realizado. Aún aceptando que el muestreo no fue del todo satisfactorio por la reducida cantidad de visitas realizadas al campo, las estimaciones del presente deben llamar a la reflexión para establecer un buen mecanismo de control de estadísticas en esta materia.

Cuadro 13. Comparación de los datos de producción de leña en Venezuela (Período 1996-2001)

Años

FAOSTAT
(CUM)

Estadísticas
MARN (CUM)

Este estudio
(CUM)

1996

858.000

10.249

 

1997

876.000

22.402

 

1998

894.000

30.188

 

1999

912.000

22.164

 

2000

-

38.657

779.979

No se conoce el origen de las fuentes de información de la FAO para elaborar FAOSTAT; sin embargo, llama la atención la aproximación de los valores de su serie 1996 – 1999, muy parecidos al valor general resultado de la estimación hecha por este estudio.

Carbón

No existen mayores diferencias entre los datos de FAOSTAT y los datos que maneja el MARN, Cuadro 14, para la producción de carbón. La diferencia observada en el año 1996 puede reflejar la inexactitud de los registros en las estadísticas oficiales cuyo origen puede estar en la tardanza de entrega de datos y/o la ausencia de algún reporte faltante por parte de alguna de las zonas del MARN.

Cuadro 14. Comparación de los datos de Producción de carbón en Venezuela

(Período 1995-2000)

Años

FAOSTAT (TM)

MARN (TM)

1995

10.000

6.257

1996

10.000

2.156

1997

9.000

9.213

1998

10.000

7.778

1999

8.000

8.223

2000

-

 

Licor negro

Comparando los datos de FAO con los suministrados por la Gerencia de Recuperación de la única planta de pulpa en el país que utiliza licor negro como fuente de energía, se puede observar que en los años 1995 y 1996 los datos de FAO estaban aproximadamente ajustados a la realidad, Cuadro 15. Los valores posteriores que deben merecer validez son los proporcionados por este estudio puesto que tiene su origen en fuentes de primera mano.

Cuadro 15. Comparación de los datos de Producción de licor negro (Período 1995-1999)

Años

FAOSTAT

CUM

Este Estudio

CUM

1995

154.360

137.780

1996

154.360

175.200

1997

313.416

186.150

1998

474.667

186.150

1999

-

170.820

Importancia y contribución de los dendrocombustibles para el sector forestal energético y ambiental del país

Forestal

Venezuela cuenta con reservas de más de 6.800 millones de m3 de materia prima, madera para diferentes usos, distribuidos en unos 53 millones de hectáreas de áreas boscosas en todo el país. Además, posee más de 600 mil hectáreas de bosque plantados, lo cual representa adicionalmente alrededor de 72 millones de metros cúbicos (CUM) de madera rolliza al final del turno comercial. Hasta ahora, el uso de los productos del bosque ha sido la industria forestal en menor proporción, eliminadas y quemadas como parte de las invasiones para expandir la frontera agrícola y en proporción muy reducida utilizada como fuente de energía. La vocación energética con base en los combustibles fósiles (petróleo, kerosén y gas) y la gran oferta energética representada por la hidroelectricidad, pueden considerarse como los principales factores que han impedido el desarrollo del sector dendroenergético en Venezuela. La desaparición de los bosques que se está observando desde hace tiempo en Venezuela, no puede atribuirse a la demanda de la madera para energía. Son otros factores que merecen estudio aparte.

No se conoce que exista un plan gubernamental para considerar la posibilidad de utilizar los bosques como fuentes de energía, aunque las ventajas del país dada su condición tropical podrían facilitar enormemente el desarrollo de plantaciones energéticas. Sin embargo, a nivel de empresas privadas, se conoce que existe una empresa en el Estado Bolívar que está presentando un proyecto para el establecimiento de plantaciones energéticas con Eucaliptos, en el orden de las 12.000 ha/año, para continuar alimentando una planta de carbonización que en primera instancia utilizaría la madera que va a ser inundada cuanto la Presa Macagua II esté lista, la capacidad inicial de esta planta es de 48.000 toneladas al año. Este tipo de iniciativas no han recibido en el pasado el apoyo gubernamental necesario; cuando se construyó la presa Raúl Leoni en el Hurí (la más grande del país y que exporta energía eléctrica), se planteó la posibilidad de utilizar la biomasa a inundar para producir chips y carbón, pero en definitiva la madera de los bosques inundados no ha sido extraída más que en proporciones muy bajas.

En la actualidad, se está promocionando el manejo forestal comunitario del bosque (MICB), que construye una de las opciones para evitar los procesos de desertificación en zonas sometidas a explotación forestal de tipo minería, por parte de empresas privadas o concesionarias o cuando dichos espacios han sido objeto de procesos intensos de colonización. En opinión de los oficiales forestales del MARN, “al constituirse este manejo del bosque en una política de Estado, permitiría corregir las distorsiones que se presentan cuando grupos de poder, atendiendo solo a intereses particulares, procuran beneficios localizados en terratenientes o ganaderos”. Con el MICB se pretende resolver las inequidades socioeconómicas que afectan a los campesinos empobrecidos y se busca frenar el deterioro ambiental y la pobreza, dos problemas heredados de anteriores formas de acceder a los recursos forestales y su aprovechamiento, mediante concesiones a entes privados, sin una visión global de los intereses nacionales.

De considerarse la posibilidad de incluir de la leña como fuente de energía en estas zonas, deberá también iniciarse una etapa de enseñanza y aprendizaje para que el uso de la leña sea racional y técnicamente apropiada.

La utilización de astillas, tanto de madera de especies latifoliadas como de pino caribe, en forma de fuente de carbón para reducir el mineral de hierro, es una alternativas que también podría fomentar el establecimiento de plantaciones energéticas, con la ventaja que en muy pocos años se podría tener madera de plantaciones de rápido crecimiento para satisfacer esta demanda que, conforme los planes estatales en materia de siderurgia, va a crecer en los próximos años.

El análisis de los datos recolectados y de la formación disponibles, permite afirmar que la utilización de madera como leña no es la causa de la deforestación de los bosques nacionales. Parece conveniente hacer un paréntesis en las decisiones que se están tomando y establecer cuan grande es la importancia que el estado le asigna al bosque como entorno que puede favorecer o desmerecer la calidad de vida del venezolano. Las generaciones futuras son los jurados que juzgarán las mediadas que se adopten y apliquen en materia de conservación de los bosques y en consecuencias de los recursos naturales renovables.

La elaboración de políticas forestales basadas en el conocimiento exacto de la situación de los bosques y tierras forestales tiene que contemplar un registro adecuado de las estadísticas de aprovechamiento, uso y comercialización de los productos el bosque pero también de la leña que se produce y consume en todo el territorio nacional. El fácil acceso a los recursos del bosque, su costo bajo y la ausencia de control están facilitando la oferta de leña que actualmente se encuentra a lo largo de muchas vías principales cercanas a lo que fueron las Reservas Forestales, y refleja el fenómeno que viene sucediendo con el cambio de la función para la que fueran creadas.

El desconocimiento del potencial de uso de un gran número de especies forestales, y de bosque mismo, está originando una pérdida de los recursos del bosque y de la biodiversidad que tienen los bosques tropicales. Así sucede no solamente el empobrecimiento de las masas forestales, sino también la pérdida de especies vegetales y animales que están siendo eliminadas por la acción del fuego, primera acción que conlleva la “ampliación de la frontera agrícola”.

Energético

Venezuela, país productos nato de petróleo y con grandes excedentes de petróleo y gas natural, satisface la demanda de energía mediante el uso de estos combustibles fósiles. Los relativamente bajos costos y facilidad de acceso a estos combustibles, en cualquier lugar del país, han hecho que la población use ésta energía. En los pocos lugares donde se emplea leña para energía, su empleo no es masivo y obedece a costumbres ancestrales, de moda o exigencia del status social. Con excepción de las áreas cercanas a las fuentes de leña, usar leña antes que combustibles fósiles es cuestión de costumbre local.

La importancia de la biomasa forestal en la satisfacción de los requerimientos energéticos del sector residencial (urbano y rural), crece cuando mayor es la porción de población que habita en el medio rural, cercana a las fuentes de madera, mientras que en el medio urbano las necesidades energéticas son sustituidas por otras fuentes, principalmente gas y energía eléctrica. De igual forma, en el sector industrial, es mayoritario el uso de combustibles fósiles y este consumo es mayor cuanto más grande es la escala de producción industrial.

Es llamativo el hecho de que haya comenzado a usarse el licor negro, producto de la producción de pulpa para papel en Venezuela. La planta que emplea este combustible, está estableciendo al mismo tiempo plantaciones, principalmente Eucaliptos, Melina y Teca, para satisfacer la demanda de madera para su planta. Es muy probable que otra compañía papelera, ubicada en la zona de San Carlos (estado Cojedes) y que también ha iniciado plantaciones de Eucaliptos, comience a utilizar el licor negro para satisfacer parte de sus necesidades energéticas. Es que el costo de los servicios eléctricos ha subido durante los últimos años y en la misma forma, aunque en forma poco impactante, también los costos de los combustibles fósiles, tanto a nivel doméstico como industrial, han tenido una escalada de precios. Otras empresas papeleras, que usan otras materias primas, como el bagazo de caña y fibras reciclables, por sus características tecnológicas de fabricación de pulpa, posiblemente sigan abasteciéndose de combustibles fósiles e hidroeléctricos.

Otra potencial fuente de energía a partir del bosque, está conformada por la corteza de pino caribe, especie intensamente utilizada en las industrias forestales que se están estableciendo en el Oriente de Venezuela. Una mínima proporción se está utilizando para la reducción de carbón en las industrias siderúrgicas y aunque alguna porción de la misma podría ser utilizada en la recuperación de fenoles para fabricación de colas, el bagazo del mismo y una buena proporción de la corteza puede ser quemada para a generar energía; en este aspecto nuevamente cobra importancia el desarrollo de tecnologías que permitan obtener energía a partir de este subproducto , a precios por debajo de la oferta de los combustibles fósiles, única forma de constituirse en una potencial fuente de energía.

Ambiental

Entre Los factores que intervienen para evaluar el impacto ambiental de la utilización de los recursos forestales como fuente de energía, se encuentran el descontrol en la oferta, esto es la cantidad excesiva de leña que puede salir del bosque sin perjuicio de la masa forestal original. Se calcula que los bosques tropicales crecen a una tasa del 10% de su volumen total cada año que, en palabras de equilibrio ecológico, debiera ser la cantidad posible de extraer sin desmedro de la calidad y cantidad del bosque. Naturalmente este criterio sería válido en aquellas zonas donde se establece como norma el manejo sostenible del bosque. En Venezuela, quedan bosques susceptibles de este tipo de manejo solamente al Sur del Orinoco; desafortunadamente, al Norte del Orinoco, donde las Reservas Forestales han sido antrópicamente intervenidas, solamente un proceso de reforestación mediante plantaciones de rápido crecimiento puede minimizar el deterioro ambiental que han sufrido.

El mantenimiento del ambiente, que se supone un compromiso de los responsables de la administración forestal, tiene que involucrar necesariamente el compromiso político.

Tendencias y perspectivas en el consumo de dendrocombustibles

El consumo de leña en Venezuela se ha caracterizado por ser escaso, sin control estadístico y sujeto a las costumbres en pocos consumidores. Este panorama del pasado tienen en la actualidad un ingrediente social y político que tienen que tomarse en cuenta: el intenso aprovechamiento actual de las formaciones vegetales, particularmente las Reservas Forestales, que está originando, paralelamente a la destrucción de los bosques, una oferta de leña que está siendo utilizada por los mismos campesinos que están ocupando estas tierras. Se está verificando en consecuencia un cambio en las costumbres de los poblados rurales cercanos a las Reservas Forestales: uso de leña en lugar de combustibles fósiles, producto de los mínimos costos que tiene la madera eliminada de los bosques para convertirlos en cultivos o potreros. Se prevé sin embargo que esta oferta es artificial y puede ser válida solamente hasta que se acaben las formaciones forestales. Al norte del Orinoco, a la velocidad con que está ocurriendo estas intervenciones, se estima que dentro de 5 años habrá un nuevo cambio en el uso de combustibles. De aplicarse correctamente políticas de manejo sostenible y /o eventualmente el establecimiento de plantaciones para energía, lo que es deseable, podría estimarse mayor futuro a la oferta de la leña como material energético.

Al sur del Orinoco, donde está comenzando el proceso de intervención antrópica, es más urgente la toma de decisiones políticas para el manejo sostenible de los bosques. Los suelos de esta zona no son favorables para las actividades agrícolas. Así, puede ocurrir un desastre ecológico si se siguen el modelo de expansión de la frontera agrícola, como el observado al norte del Orinoco: intervención humana, destrucción de la masa forestal, mal uso de la masa forestal, destrucción de la biodiversidad y conversión, primero a áreas agrícolas y posteriormente a zonas pecuarias con ganaderías extensiva.

En la actualidad, el carbón se utiliza principalmente para restaurantes y preparación de platos tradicionales en algunos hogares venezolanos. No se produce carbón activado, producto del alto valor agregado, con gran futuro en el mercado nacional y para exportación. Al sur del Orinoco existen especies forestales demandadas para su conversión en carbón debido a la alta densidad de las maderas; si continúa esta tendencia , puede presentarse la excusa de aprovechar los árboles para convertirlos a carbón, afirmación que no puede sostenerse a la luz del desarrollo tecnológico en la fabricación de carbón que juntamente con la peletización facilitarían el uso de otras especies. Con este mismo criterio debiera atenderse la iniciativa de establecer plantaciones para energía, utilizando especies de rápido crecimiento que aprovechen las ventajas de país tropical que tienen Venezuela.

Las especies de rápido crecimiento permiten la producción de latizales, que tendrían buena receptividad en la fabricación de pulpa, pero también en la industria siderúrgica , puesto que podrían utilizarse como leña o como materia prima para fabricar carbón. El futuro del mercado del carbón, para este uso, parece asegurado por la continuidad de las políticas gubernamentales en materia de siderúrgica. No se vislumbra su uso como material para generar energía a precios competitivos, por lo que ni la leña ni el carbón parecieran tener posibilidades ene l sector industrial para generar energía industrial.

En lo que se refiere al uso de licor negro para producir energía, se vislumbra una demanda sostenida y eventualmente creciente en el sector de la industria de pulpa y papel. Naturalmente, la oferta será una consecuencia de la instalación de otras industrias que usen madera para producir pulpa. La iniciativa de la industria de pulpa iniciada en 1994, satisface una demanda de energía muy localizada, la misma industria, pues se entiende que los costos de producción subirán notablemente si se tuviera que mover el licor negro a instalaciones ubicadas en otras localidades. De todos modos, una planta para quemar licor negro y producir energía tiene costos mucho más elevados, principalmente ambientales, que las plantas que consumen gasoil o gas natural.

Desarrollar o adoptar tecnologías que, usando residuos o desperdicios industriales forestales, particularmente la corteza de maderas, permitan la producción de energía a precios competitivos con los de los combustibles fósiles, podrá ser posible si se compadecen los intereses del sector siderúrgico con políticas nacionales en materia de dendrocombustibles.

El potencial de la dendroenergía en Venezuela

Los combustibles a base de madera seguirán cumpliendo su limitada función, al igual que en los otros países en desarrollo, como fuente tradicional de energía, por lo menos durante algún tiempo; en Venezuela particularmente en los sectores de población con bajos ingresos y cercanos a los centros de producción de leña, en la actualidad las Reservas Forestales.

No se descarta sin embargo que paralelamente con la utilización de combustibles fósiles para producir energía en Venezuela, se contemple la posibilidad potencial de establecer políticas en materia de dendroenergía. El uso de recursos naturales renovables, como la madera, tiene muchas más ventajas competitivas: en el aspecto económico dejaría libre una buena cantidad de combustible fósil que puede dedicarse a la exportación para la generación de divisas; en el aspecto social, enseñaría el uso racional y complementario, de los recursos del bosque y en el aspecto ambiental podría contribuir al mantenimiento del ambiente, porque establecería un racional manejo sostenible de las formaciones forestales. En determinadas situaciones, los combustibles a base de madera pueden competir ventajosamente con los combustibles fósiles y esta afirmación es enfáticamente en aquellas áreas donde se pueden establecer plantaciones para producir energía.

El otro aspecto en que tiene ventajas el uso de madera como fuente de energía es que durante su proceso de conversión, la emisión de gases tiene menos efectos negativos que los combustibles fósiles; esa es la razón por la que se promociona el potencial de los combustibles a base de madera en la estrategia de sustitución para reducir las emisiones de CO2 procedente de los combustibles fósiles.

En el futuro inmediato, Venezuela tendrá que definir su grado de participación en el futuro de los combustibles a base de madera. Los resultados de una futura planificación en este contexto, dependerán en parte de la existencia de una base de información adecuada, puesto que en la actualidad la información disponible es escasa. Es preciso llevar a cabo una labor constante y mejorada para recolectar y analizar la información en materia de dendrocombustibles, la leña en particular, cuyos resultados pueden contribuir, entre otras cosas, a evaluar con mayor precisión los costos y beneficios relativos que ofrecen los combustibles a base de madera, sin descuidar los beneficios y compromisos ambientales.

El potencial dendroenergéticos de Venezuela puede ser proyectado en beneficio de la población rural y, bien planificado, también puede incursionarse, a nivel competitivo, en el mercado de la leña y el carbón vegetal. El primer paso es complementar la actual política energética nacional incluyendo el factor o recurso leña y el carbón vegetal, con el objetivo muy bien definidos y con la asignación de recursos necesarios.

Algunos de los aspectos a tomarse en cuenta, cuando se intenta formular una política energética para la leña, debieran ser: Considerar las dimensiones actuales y características del recurso maderero y su futuro desarrollo a la luz del manejo sostenible. Establecer cual es el esquema más idóneo para fomentar el consumo de leña y carbón, definiendo su futura participación en el sector energético nacional. Definir los campos de utilización más adecuados en compatibilidad con los recursos energéticos disponibles y su competitividad con otros usos, como en siderurgia.

Aspectos institucionales y capacidades para la obtención, interpretación y presentación de los datos estadísticos de los dendrocombustibles

Desde La creación del Ministerio del Ambiente y de los Recurso Naturales en 1977, el sector forestal ha sido relegado en su importancia frente a los otros rexcursos, particularmente el agua; es que el MARNR fue concebido para atender la planificación, administración del recurso hídrico, uno de los más importantes que tienen el país. Inicialmente, el sector forestal ha estado incluido en tres Direcciones Generales: Administración del Ambiente, Información e Investigación y Planificación y Ordenamiento; en todas ellas el recurso forestal fue minimizando su importancia por la estructura burocrática del MARNR. Ninguna de estas Direcciones prestó atención al registro de las estadísticas forestales, hasta el año 1979, cuando la Dirección General de Información e Investigación del Ambiente, compiló las estadísticas forestales de los años 1977,1978 y 1979. En esa oportunidad se definieron las planillas que servirían para continuar con el registro de las estadísticas y solamente se pedía completar, además de otros datos, el registro de recortes y desperdicios; para esa época estaban en funcionamiento alrededor de 225 aserraderos en todo el país que utilizaban madera proveniente de las Reservas Forestales y de permisos anuales, una práctica para convertirla en área de cultivos agrícolas.

Durante la década de los ochenta no se prestó mayor atención a las estadísticas forestales y en esa época también se intentó recuperar la autonomía del sector forestal, mediante la creación del Servicios Forestal Venezolano (SEFORVEN), que con una agresiva y novedosa política, logró recuperar o parte de la información en materia de producción de madera y otros productos forestales. Posteriormente, como consecuencia de la reestructuración del MARNR en MARN, el Servicio Autónomo Forestal Venezolano fue sustituido por la Dirección General del Recurso Forestal, actual organismo gubernamental responsable del recurso forestal.

En 1997, el Servicio Forestal Venezolano publicó el Boletín Estadístico Forestal No. 1, para el período 1993-1996, pero con los datos de carácter provisional para los años 1995 y 1996. En 1999 se ha publicado el Boletín No. 2 con estadísticas del año 1998 y se encuentra en preparación el Boletín No. 3, para el año 1999 y preliminar del año 2000.

Una característica de los últimos Boletines Estadísticos Forestales es que además de la información recopilada originalmente por las oficinas del MARN en todo el país, se están incluyendo datos contenidos en los Boletines Estadísticos del Banco Central de Venezuela (BCV), la Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI), la Asociación de Productores de Pulpa, Papel y Cartón (APROPACA), la Corporación Venezolana de Guayana-Productos Forestales de Oriente, C. A. (CVG-PROFORCA), EL Ministerio de Producción y comercio (MPC), la Compañía Nacional de Reforestación (CONARE) y otros organismos nacionales e internacionales vinculados con el sector forestal. El inconveniente de esta inclusión es que podrían estar tomándose en cuenta datos erróneos o interesados, es decir, datos sesgados por las mismas fuentes de información, o por la compilación y preparación de los datos. Es necesario establecer una misma fuente de información, que luego podría ser presentada conforme las especificaciones de cada organismo gubernamental o privado.

Actualmente, en lo que se refiere a los datos del MARN, el proceso de recopilación de la información necesaria para las estadísticas, descansa en la delegación de funciones a algún personal de las regiones del MARN, pero sin especificación de una Dirección o División o Departamento específico en cada región. Esto origina un proceso anárquico de compilación y presentación de los datos para ser enviados a Caracas, donde se centralizan los datos y se procesan para ser incluidos en el Boletín.

En su estructura, los boletines del MARN contienen agrupada por sectores o regiones y presentan un capítulo sobre la producción de productos forestales secundarios, incluyendo leña y carbón y otro sobre comercialización de productos forestales abarcando importación y exportación. No están discriminados conforme a las especificaciones requeridas por organismos internacionales como la FAO.

Parece conveniente en consecuencia prestar atención a tres aspectos fundamentales: la disgregación de los datos requeridos, las fuentes de información y la responsabilidad para la compilación de los datos. La inclusión de información detalladas sobre los recursos dendroenergéticos en necesaria.

El valor de la información y su variedad pondrán en evidencia, sin lugar a dudas, cuales son las bondades y problemas que conlleva el uso del recurso dendroenergético. Los combustibles forestales no son solo fuente de energía disponible localmente, constituyen, si se organiza y planifica su uso adecuadamente, la mejor fuente de energía renovable que puede contribuir al mejoramiento de las condiciones ambientales, especialmente en las áreas donde tiene su origen esta materia prima, con la adicional ventaja de abrir fuentes de trabajo local.

La consideración de los residuos agrícolas y subproductos industriales como el bagazo, corteza de madera y licor negro, como fuentes complementarias a los provenientes del bosque en forma de leña para combustión o carbón, podría contribuir a equilibrar la oferta; convertidos en fuentes de energía pueden disminuir los volúmenes de madera como combustible, con la consiguiente conservación no solo de los bosques, sino, algo que es sumamente importante, se conservaría la biodiversidad.

Adoptando las políticas adecuadas en materia de energía, es posible lograr su consideración a nivel de cualquier otro recurso natural productos de energía y, posiblemente pueda dejar de considerarse como fuente alterna de energía, exclusiva de los pobres y acusada de causar el empobrecimiento y desaparición de las masas boscosas, como sucede en otros países.

Comentairos finales

Uno de los trabajos más serios en esta materia fue elaborado por Bouille y Gallo en 1993, que presenta los resultados y análisis de la contribución forestal a la energía en América Latina; después de 8 años aparentemente, las conclusiones y recomendaciones de entonces podrían seguir siendo válidas: Este estudio conduce irremediablemente a llamar la atención del MARN para que se asigne mayor interés a la recolección, análisis y divulgación de datos en materia de dendroenergía; su análisis objetivo puede contribuir al desarrollo socioeconómico del país y de la región. El esfuerzo realizado por el MARN para mejorar las estadísticas forestales parece necesitar de mayor atención a los aspectos organizativos, de responsabilidad y compilación de la información.

En las recomendaciones vigentes hoy en día figuran: “Formular políticas dendroenergéticas nacionales, con criterios ambientalistas y bajo el principio de la sostenibilidad de los recursos forestales”. Para el efecto es imprescindible inicialmente preparar una plataforma de sustentación que comprenda la recolección sistemática y contínua de la información, y la correspondiente divulgación, sobre los recursos, la oferta y la demanda de combustibles forestales como fuente de energía en sus diversas aplicaciones. También tiene vigencia actual “Reforzar institucionalmente el área de las estadísticas forestales”, lo que podría conseguirse mediante la creación u optimización de algún mecanismo burocrático que organice y facilite la compilación de la información a nivel nacional.

Adicionalmente es conveniente promocionar el área de la dendroenergía, prestando atención a la promoción, establecimiento y utilización de plantaciones con destino complementario a la generación de madera y conservación de la biodiversidad, es decir destinada a la generación de energía.

Bibliografía

Bouille, D.Gallo G. 1993. Análisis de la contribución forestal a la producción de energía en América Latina IDEE Tomo 2 de 2. Fundación Baroliche (Instituto de Economía Energética) Argentina, Roma-Italia.

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Acronimos

ABRAE Áreas Bajo Régimen de Administración Especial

APROPACA Asociación Venezolana de Productores de Pulpa, Papel y Cartón

BCV Banco Central de Venezuela

CONARE Compañía Nacional de Reforestación

CVG Corporación Venezolana de Guayana

DGSRF Dirección General Sectorial del Recurso Forestal

FAO Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación

GICOM Grupo de Investigación y Conservación de Maderas

LNPF Laboratorio Nacional de Productos Forestales

MARN Ministerio del Ambiente y de los Recurso Naturales

MPC Ministerio de Producción y Comercio

OCEI Oficina Central de Estadística e Informática

OECD Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico

PROFORCA Productos Forestales de Oriente, C. A .

R.F. Reserva Forestal

ULA Universidad de los Andes

WETT Wood Energy Today for Tomorrow

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