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6 Proyectos forestales de fijación de carbono

Hasta el capítulo 7, sobre Industria, se ha hecho una descripción de los factores con mayor importancia presente del sector forestal: productos madereros, en un primer lugar, y los no madereros en segundo término.

En este capítulo se va a describir el potencial de la fijación de carbono para el sector, lo que hasta el momento no se ha llevado adelante como consecuencia de que aún el protocolo de Kyoto no ha sido ratificado. Sin embargo, ya se incluyen y detallan en este capítulo experiencias en Rumania y en Brasil que ya han sido certificadas.

Existe un consenso mundial de que se están produciendo cambios climáticos que van más allá de los ciclos naturales. Esto va a tener influencia en la Argentina y en el mundo en puntos tan importantes como el nivel de las aguas y en las temperaturas medias por regiones, modificando las zonas naturales de algunos cultivos.

La Argentina está acompañando las acciones del mundo en este sentido y forma parte del IPCC. Además, en mayo de 2003 se creó la Unidad de Cambio Climático dentro de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Se describirá, entonces, el estado actual de situación acerca de este tema y se harán algunas reflexiones acerca de proyecciones posibles.

6.1 Rol de los bosques como sumideros de carbono

Desde el inicio de la era industrial, producto del uso de energías derivadas de fuentes fósiles (petróleo, carbón, gas), las emisiones antropogénicas han aumentado considerablemente la concentración de dióxido de carbono (CO2) en el aire. En los últimos 50 años este incremento ha sido mayor al 25%. Considerando las absorciones por los sumideros naturales (bosques, vegetación, mares) y las emisiones por las fuentes de CO2, el balance anual neto de emisiones a la atmósfera llega a 3.000 millones de toneladas por año. Por este exceso de concentración de CO2 se ha incrementado el efecto invernadero, provocando un aumento en la temperatura media de la atmósfera desde el inicio de la era industrial del orden del 0,6 ºC, lo que ha provocado cambios en los procesos físico-meteorológicos y medioambientales, con consecuencias negativas tanto biológicas como económicas y sociales.

Para evitar la continuidad en la alteración del sistema climático mundial, producto de la acumulación en la atmósfera de gases efecto invernadero (GEI) representados por la unidad de CO2 equivalente, se han realizado diversas acciones en el ámbito internacional. En 1988 se creó el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, con la representación de más de 100 países, y se formuló un tratado mundial para enfrentar el problema del cambio climático, que en 1992 fue adoptado por las Naciones Unidas, y fue ratificado por Argentina a través de la ley Nº 24.295 en 1993.

6.2 Compromisos establecidos en el Protocolo de Kyoto

A partir del Protocolo de Kyoto (1997), se establecieron compromisos vinculantes (obligaciones y plazos) de reducción de las emisiones de GEI para los países industrializados, principales responsables de emisiones GEI y sus fuentes, quienes se comprometieron a reducirlas en más del 5,2% en promedio respecto de los niveles de 1990, para un primer período entre los años 2008-2012. También el Protocolo de Kyoto establece mecanismos flexibles para compensar emisiones de estos países a través de:

Compromisos conjuntos, que permitan redistribuir el peso de reducir emisiones (mecanismo utilizado en la Unión Europea), art. 4.

Desarrollo de proyectos de Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) entre países industrializados con compromisos de reducción de emisiones y países en desarrollo, sujetos al principio de suplementariedad, de los que podrán participar entidades públicas o privadas distintas de los Estados, art. 12.

Compromisos de emisiones entre países, donde un país con emisiones menores a sus objetivos puede intercambiar su “exceso” de reducción con otro país industrializado, art. 6.

Así, se ha planteado la posibilidad de incluir los proyectos de cambio de uso del suelo y manejo forestal como una opción para mitigar las emisiones de GEI, a través de la absorción de CO2. Prácticas tales como manejo forestal sostenible, disminución de la deforestación y maderero de bajo impacto, disminuyen las emisiones o conservan el Carbono. Otras prácticas tales como restauración de bosques degradados a través del restablecimiento de la vegetación, la forestación (conversión a bosques, por acción del hombre, de tierras que no han sido boscosas durante un período mínimo de 50 años y establecimiento de plantaciones), y la reforestación (conversión, debida a la actividad humana, de las tierras no forestales a tierras forestales), son todas actividades que capturan o secuestran Carbono.

6.3 Proyectos forestales y CERs15

Los proyectos forestales que se consideran para mitigar las concentraciones de GEI en la atmósfera se agrupan en tres tipos:

Proyectos de conservación de carbono: Están orientados al control de las tasas de deforestación, hecho que se logra mediante la protección de bosques, manejo forestal mejorado y mediante el control de alteraciones, tales como incendios forestales.

Proyectos de captura de carbono: Este es el caso de las plantaciones, que generan adicionalidad al incrementar la superficie cubierta por bosques y la biomasa mediante forestación, reforestación agroforestería, forestación urbana, enriquecimiento y extensión de rotaciones. También se contempla el enriquecimiento de bosques naturales y el manejo de productos, que permitan obtener una adicionalidad de carbono.

Proyectos de sustitución de carbono: Éstos se relacionan con la energía, por ejemplo, a través de plantaciones específicas para bioenergía que permitiese el reemplazo de combustibles fósiles, o a través de un mayor empleo de la madera que pudiese reemplazar el uso de otros materiales que consumen más energía en su elaboración (ej. Aluminio).

La implementación de proyectos para compensar emisiones consiste en acuerdos por medio de los cuales una entidad en un país cumple parcialmente con su cometido de reducir los niveles de GEI, compensando algunas de sus emisiones domésticas con proyectos de mitigación que financian otros países. De esta forma, las entidades emisoras de dióxido de carbono en los países industializados con altos costos de reducción de emisiones de GEI podrían invertir en Argentina a través de proyectos de MDL con oportunidad de reducción de emisiones a costos más bajos. Este tipo de arreglos internacionales es posible debido a que las acciones eficaces dirigidas a disminuir los GEI tendrán el mismo impacto sobre la capacidad de la atmósfera para atrapar el calor, independientemente de dónde estén la fuente y el sumidero de carbono.

Argentina sólo participa del Artículo 12 del Protocolo de Kyoto llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio. Esto implica la posibilidad de transferir grandes cantidades de recursos financieros y de know-how tecnológico para promover procesos de desarrollo sustentable. En la Tabla 75 se indican, a modo de ejemplo, los precios de los Certificados de Reducción de Emisiones (CERs) para distintos proyectos entre 1990 y 2001:

Tabla 75. Valor de los Certificados de Reducción de Emisiones (CERs)

La decisión de Berlín (1995) estableció que los criterios que deben reunir los proyectos CERs son:

Tener consistencia con las prioridades nacionales de desarrollo

Contar con el respaldo de gobiernos participantes

Alcanzar reducciones de emisiones cuantificables que no hubieran ocurrido sino por la actividad

Ser financiados por fuentes adicionales a la actual asistencia oficial para el desarrollo

El Protocolo de Kyoto crea un vehículo a través del cual pueden fluir capitales desde países industrializados hacia países en desarrollo, a través del financiamiento de proyectos forestales mediante pagos por fijación de CO2, generándose así oportunidades de inversión para Argentina, particularmente en el sector forestal a través de: proyectos de sustitución de combustibles fósiles por generación de energía eólica, solar y biocombustibles, mejora de procesos tecnológicos, plantaciones forestales para proyectos tipo sumideros o proyectos combinados de biomasa, particularmente en terrenos marginales.

Argentina ratificó el Protocolo de Kyoto en julio de 2001 a través de la Ley Nº 25.438. La Oficina para el Mecanismo de Desarrollo Limpio es el órgano creado por el Gobierno Nacional, en el ámbito de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, para la gestión de proyectos que se encuadren en el MDL. De acuerdo con lo acordado en las negociaciones internacionales, para su presentación, los proyectos deben cumplir con ciertas características:

Serán permitidos como proyectos LULUCF16 solamente las forestaciones y reforestaciones

Argentina solo participa del MDL y los proyectos forestales podrán ser presentados a partir del año 2000

Fueron permitidos los proyectos unilaterales bajo el MDL, así los países podrán realizar sus propios proyectos y vender en el mercado los CERs resultantes. En este sentido, la Patagonia argentina, por ejemplo, presenta un gran potencial para el desarrollo de forestaciones con especies exóticas de rápido crecimiento y de alta capacidad de absorción de CO2 en una faja de aproximadamente 50 km. de ancho entre el bosque nativo y la estepa que abarca las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut. La superficie forestable estimada es de 2 millones de ha. Estas tierras incluyen suelos fuertemente degradados por el pastoreo excesivo a lo largo del siglo, encontrándose grandes zonas con marcados procesos de desertificación. Las especies forestales utilizadas en dichas forestaciones, que actualmente no cubren más del 3% del área forestable son el pino oregón y el pino ponderosa. Algunas de las principales ventajas de la Patagonia para el desarrollo de forestaciones en el contexto de los MDL son:

• Tierras aptas para forestación fuera del bosque nativo, con diferentes grados de desertificación

• Estructura y tenencia de la tierra favorables

• Organizaciones forestales establecidas (Dirección de Bosques provinciales, CIEFAP, CORFONE, CORFO, INTA)

• Altas tasas de desocupación rural. Posibilidad de mejoramiento socio-económico

• Conocimientos técnicos par el desarrollo de plantaciones y manejo silvicultural

• Tasas de crecimiento promedio entre 15-20 m3/ha/año con turnos de 35-40 años

• Promociones estatales a las forestaciones a través de incentivos nacionales y provinciales

• Plantaciones ya desarrolladas en una magnitud que demuestra su viabilidad

La cantidad de carbono que pueden acumular estas plantaciones en la biomasa aérea y subterránea es de 3-4 ton/ha/año, considerando que los árboles extraídos en los raleos se convierten automáticamente en emisiones de CO2. Si se asumiera que el volumen comercial de los raleos conservaría el C hasta el turno, el almacenamiento de C ascendería a 4.5-6 ton/ha/año, lo que equivale a 160-210 ton/ha de C acumulado a los 35 años. Ello representa un equivalente de absorción de CO2 del aire del orden de 580-770 ton/ha. La productividad actual de los sitios, según el uso tradicional ganadero, permite mantener estabilizado un nivel de C estructural en la vegetación rala que alcanza solo 3.5 ton/ha. Ello muestra el importante potencial adicional de fijación de C que se podría alcanzar con el desarrollo de forestaciones en la Patagonia. Se incorporan estos datos porque la Patagonia fue la región del país en la que más se ha analizado e impulsado esta alternativa de uso de los bosques hasta el momento.

6.4 Proyectos CERs

Debe considerarse que en la actualidad no existe un mercado desarrollado para la comercialización de los certificados de reducción de emisiones, pero se han realizado proyectos que permiten estimar los costos de fijación de carbono. Los proyectos a realizarse en Argentina deben ser competitivos con otros proyectos de reducción de GEI y el precio de mercado dependerá de un balance entre la oferta (países en desarrollo) y la demanda (países industrializados). Para que un proyecto forestal de un país permita vender la fijación de carbono a otro, se requiere un CERs, cuyos requerimientos básicos son:

Aceptabilidad del proyecto: de acuerdo con los objetivos del país anfitrión y sus prioridades económicas, y su contribución al desarrollo sostenible

Adicionalidad y Línea Base: el proyecto MDL debe demostrar que la reducción o fijación de emisiones de CO2 es adicional a lo que ocurría en su ausencia. No es adicional cuando en ausencia del pago por fijación de CO2, el establecimiento del bosque ocurre de todos modos, por esto, para comercializar CER de proyectos forestales se deberá probar que las condiciones económicas, políticas y regulatorias en las que se ejecuta, la fijación de CO2 con el proyecto es mayor que en el escenario sin el proyecto (línea base). Es decir que no basta con tener un stock de carbono para obtener CER, sino que se requiere realizar un cambio en el uso del suelo que permita incrementar los niveles de carbono con relación al escenario base.

Permanencia: No existe una metodología internacionalmente aceptada para tomar en cuenta la permanencia en proyectos MDL forestales, ni un acuerdo que indique cuantos años debe mantenerse el bosque para considerar la fijación de carbono permanente. Hay instituciones que en el proceso de validación y certificación de proyectos de reducción de GEI consideran que fijar en el bosque una tonelada de carbono por un tiempo de 100 años compensa la emisión de una tonelada de carbono en el sector energético y es permanente. Sin embargo otros opinan que mantener una tonelada de carbono por un tiempo de 46 a 55 años compensa una tonelada emitida en el sector energético, y a eso corresponde una fijación permanente. Para proyectos de corta duración se debe evaluar el costo de fijar una tonelada de CO2 por un tiempo limitado y emitirlo nuevamente a la atmósfera. El valor de esta fijación se justifica porque permite prorrogar los daños que causa el calentamiento global, y permite ganar tiempo hasta que se desarrollen nuevas tecnologías en los sectores energéticos, de transporte e industrial, que reduzcan las emisiones de GEI a bajo costo.

Sistemas de contabilidad: En proyectos de larga duración lo más adecuado es estimar la fijación promedio durante 100 años del proyecto, lo que se denomina “average storage capacity - ASC”.

En proyectos de corta duración, cuando no se puede garantizar que el proyecto dure 100 años, se han propuesto sistemas flexibles de contabilidad en los cuales se adjudica un valor parcial de CERs dependiendo del tiempo del proyecto.

Tiempo de adjudicación de CERs: Existen distintas propuestas para la adjudicación de CERs, a saber de forma anticipada, continua o al culminar el proyecto.

Costo, eficiencia, incertidumbre y riesgos: Los riesgos de un proyecto de secuestro de carbono están asociados a fenómenos naturales, causas humanas e incertidumbre en la estimación en los niveles de carbono, tales como incendios, terremotos, plagas, tenencia de la tierra, inestabilidad política.

Efectos externos: Fugas de un proyecto (leakage): Es cuando su implementación causa la emisión/reducción de GEI fuera de sus límites, en casos tales como la rotación de actividades (establecer un bosque en una zona agrícola puede provocar la destrucción de otro bosque para ser convertido en uso agrícola) o efectos de mercado (si zonas agrícolas se convierten en bosques, podría provocar un aumento de los precios de los productos agrícolas, estimulando a los productores a convertir los bosques a uso agrícola). Cuando estas fugas son significativas, deberán tomarse medidas para disminuir su efecto.

Beneficios ambientales y sociales: Deben evaluarse los beneficios ambientales y su compatibilidad con los objetivos del desarrollo social y ambiental del país en ejecución.

Los compromisos nacionales para reducir emisiones de GEI están induciendo hacia una economía de carbono restringido. Un mercado de carbono está emergiendo, suministrando las herramientas necesarias para una administración costo-efectiva de los compromisos de C. Así, los créditos por carbono representan una nueva fuente de recursos de capital para los proyectos energéticos y se deben tratar como un elemento adicional en su estructuración financiera.

En la tabla 76 a continuación se reproduce la estimación del mercado de MDL de acuerdo a F. Jotzo y A. Michaelowa, indicando el volumen del MDL, el precio internacional de los CERs y los ingresos totales de los proyectos de MDL y el respectivo monto de impuestos.

Tabla 76. Mercado de MDL: Volumen, Precios e Ingresos

Para cada proyecto, debe realizarse un análisis y valoración de la reducción de emisiones a través de los siguientes pasos:

Análisis doméstico (país huésped) de política y regulación internacional concerniente a los créditos de C y el comercio de emisiones, de conformidad con las políticas del régimen regulador.

Cuantificación de la reducción de emisiones generadas por el proyecto en relación con la línea base existente determinada por el escenario sin el proyecto.

Estimación del valor de los créditos de C en el mercado, análisis de los riesgos y estrategias de administración del riesgo y las estructuras potenciales de financiamiento que se podrían utilizar para la venta de créditos del proyecto.

En este contexto, cabe citar a continuación a modo de ejemplos, el resumen de objetivos de dos documentos seleccionados correspondientes a proyectos de fijación de carbono:

Tabla 77. Minas Gerais, Brasil - Proyecto Plantar - Prototype Carbon Found - Marzo 2002

Tabla 78. Rumania - Proyecto de Reforestación de tierras agrícolas degradadas en la región de Europa y Asia Central

6.5 Conclusiones y proyección de MDL en la Argentina

Dado que aún no se trata de normas en aplicación y que no se ha desarrollado un mercado de carbono, más allá de las experiencias iniciales recientemente citadas, es muy difícil hacer una proyección acerca del impacto que pueden tener estos mecanismos en la Argentina.

Cabe aclarar, sin embargo, que más allá de lo que establecen los acuerdos internacionales como obligaciones o como posibilidades, los gobiernos pueden encarar acciones per se para morigerar los efectos indeseados del cambio climático. Por ejemplo, es posible encarar un plan de forestación en las rutas que tenga como objetivo, más allá de lo paisajístico o la generación de empleo, la absorción de carbono sin esperar por ello la firma de acuerdos especiales.

El factor energético, que también puede ser inscripto como MDL, presenta importantes ventajas en la Argentina; no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también porque permitiría ampliar la oferta exportable de combustibles fósiles.

15 Los CERs son certificados obtenidos como producto de un proyecto realizado en países en vías de desarrollo donde se reducen o fijan emisiones de GEI en comparación a un escenario base. Los CERs pueden expresarse en toneladas de dióxido de carbono (tCO2) o en toneladas de carbono (tC), donde 1tc=3,7 tCO2.
16 LULUCF (land use, land use change and forestry) son los proyectos de uso de la tierra, cambio en el uso de la tierra y forestación.

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