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9 Situación Social

La situación social formó parte marginal de la descripción del monte nativo, de la descripción del complejo industrial, del comercio exterior y de los criterios e indicadores. En este capítulo se hará una descripción acerca de cómo es la situación en ciudades cercanas a importantes áreas forestales.

Frente al contexto de ausencia de información oficial para el conocimiento de indicadores sociales en las zonas de los bosques naturales e implantados, debido al hecho de que no existen relevamientos formales en zonas no urbanas, se tratará de identificar a partir de datos de la EPH (INDEC) y censales, relevados en localidades seleccionadas del interior del país cuáles son los principales indicadores sociales de las localidades que se asimilan a las regiones forestales argentinas, de acuerdo a la importancia relativa de estas actividades en la estructura productiva.

Cabe aclarar que el análisis de la pobreza en la Argentina ha estado tradicionalmente limitado al área metropolitana del Gran Buenos Aires, y esta restricción geográfica tiene su explicación en deficiencias informativas. La tasa de pobreza oficial se construye sobre la base de los ingresos declarados pertenecientes al mes previo a la encuesta de hogares. Tal como se observa en la Ilustración 40, la evolución de la pobreza acompaña la evolución de la tasa de desempleo, salvo en los episodios inflacionarios de 1989 y devaluatorio de 2001, que provocó inflación sin incremento de los ingresos de las personas.

Ilustración 40. Tasa de desempleo e incidencia de la pobreza en GBA

La tasa de incidencia de la pobreza para el total de los aglomerados urbanos relevados en la EPH en octubre de 2002 era del 57.5%, lo cual representa más de 21.5 millones de personas con ingresos familiares por debajo de la línea oficial de pobreza, sin embargo esta información difiere marcadamente entre regiones. Lo mismo ocurre con la proporción de personas que no alcanzan a cubrir lo estrictamente necesario para su subsistencia, siendo la tasa de indigencia para el total de aglomerados del 27.5%, afectando a 10.3 millones de personas. Tal como puede observarse en el gráfico, acompañando el incremento de la tasa de desempleo, la tasa de incidencia de la pobreza muestra un patrón ascendente a lo largo de las últimas dos décadas, considerando la evolución en GBA. En la primera mitad de los ochenta la tasa creció del 6% a alrededor del 12%. La inestabilidad macroeconómica de fines de los ochenta situó a la pobreza en niveles sin precedentes: en 1989 el 40% de los encuestados por la EPH en GBA declararon ingresos por debajo de la línea de la pobreza. Alcanzada la estabilidad a principios de la década siguiente, la tasa de pobreza no volvió a los niveles anteriores a la hiperinflación: en 1992 y 1993 la tasa se estabilizó en 17%. A partir de 1994 se inicia un nuevo episodio ascendente en la pobreza, con un aumento fuerte en 1995. Luego de otro breve período de estabilidad entre 1997 y 1999, en el que se alcanzó una meseta de 26%, el escenario de recesión y desempleo de fines de la década desencadenó un nuevo episodio de incremento de la pobreza. Al aumento moderado en 1999, le han seguido un aumento considerable en 2000 y una drástica suba en 2001. El incremento de precios desatado a partir de la devaluación de enero de 2002 generó un salto inédito en el indicador.

Es importante destacar que la pobreza difiere sustancialmente entre localidades y regiones. Las zonas con mayores niveles de pobreza e indigencia son el NEA y el NOA, seguidas de Cuyo, la región Pampeana y GBA. Las ciudades de la Patagonia presentan los menores indicadores de pobreza. Las diferencias dentro de cada región son menores, es así que todas las localidades del NEA presentan tasas de pobreza significativamente superiores al promedio nacional, mientras que todas las ciudades patagónicas registran tasas de incidencia muy inferiores al resto. Sin embargo, a grandes rasgos todas las ciudades y regiones presentan una evolución de la pobreza parecida: caída en 1993, aumento hasta 1996, estabilidad hasta 1998 y crecimiento hasta la actualidad.

Las ciudades del NOA, Cuyo y varias ciudades pampeanas no bonaerenses (Paraná, Rosario, Santa Fe y Córdoba) y del NEA (Corrientes y Posadas), con mayores niveles de pobreza, presentan un ingreso promedio inferior. En los casos de Concordia y Resistencia la pobreza es superior tanto por menor ingreso promedio como por mayor desigualdad.

Las marcadas diferencias regionales se repiten para el caso de la medición de la pobreza a través del indicador de población con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Mientras que en las ciudades de Tierra del Fuego el 6.1% de la población es NBI, en Jujuy el porcentaje es de 26.4%. Nuevamente, las ciudades del NEA y el NOA aparecen como las de mayor pobreza por NBI en el país. En el otro extremo, la Capital Federal y las ciudades patagónicas son las que presentan menores tasas.

Tal como puede observarse en la Tabla 81, los críticos valores que se informan se incrementaron en una forma significativa entre 2001 y 2002, dado el fuerte impacto de la crisis económica nacional en las condiciones de vida de la población. El incremento del costo de vida y de la desocupación, así como también el efecto del retraso en los pagos de la coparticipación federal que representan una proporción muy elevada de los recursos presupuestarios totales de la mayoría de las provincias analizadas, son hechos que impactan directamente sobre los ingresos reales de la población y producen como efecto el aumento de la pobreza y la indigencia.

Entre las provincias hay marcadas diferencias en lo que respecta al mercado de trabajo. Existen ciertas pautas empíricas básicas que permiten explicar estas diferencias. En primer lugar, la estructura etárea de cada provincia determina diferencias en la oferta laboral. Cuanto mayor es el porcentaje de la población en edad de trabajar, más alta es la oferta de trabajo en la región. Además, existe una correlación positiva entre el Producto Bruto Geográfico (PBG) y la proporción de población activa. Esto claramente marca una diferencia entre provincias: las provincias más ricas enfrentan mayor oferta de trabajo. También existe una correlación positiva entre tasa de actividad y nivel educativo: cuanto más alto es el nivel educativo (medido como proporción de la población mayor de 25 años con educación universitaria completa), mayor la tasa de actividad. Así, las provincias más ricas, tienen una población más joven y más calificada enfrentando en consecuencia una mayor oferta de trabajo. Del mismo modo, la ocupación también es más alta en las provincias más ricas. La tasa de empleo muestra una correlación positiva con el PBG por habitante. Así también pareciera existir una relación negativa entre el PBG por habitante y la tasa de desocupación. Del mismo modo, se observa una relación negativa entre la tasa de informalidad y PBG per capita. Es decir, que las provincias más ricas tienen una menor tasa de desocupación y registran menos informalidad en el mercado de trabajo que las de las provincias más pobres.

Tabla 81. Proporción de personas bajo la línea de pobreza e indigencia. Aglomerados urbanos seleccionados y regiones

En cuanto a los principales indicadores del mercado de trabajo, sintetizados en la Tabla 82 y extraídos de la EPH, analizando su evolución entre 1983 y 2002, se observa que para las provincias que componen el NEA la tasa de actividad cae entre el 0.2 y 0.8% anual, mientras que en Concordia y GBA crece a poco menos del 1% anual, es decir que aumenta casi un 18% en el período seleccionado. Por su parte, la tasa de empleo cae a un ritmo promedio del 1% anual para las localidades seleccionadas, mientras que en GBA cae al 0.3% anual en el período indicado. La tasa de desempleo se comporta en forma más heterogénea de acuerdo a la localidad seleccionada, en Concordia crece casi al 8% anual, en Corrientes al 6.3%, en Chaco al 4.6%, en Posadas al 3.3 y en Formosa al 2.9%, creciendo para GBA al 7.9% anual, dejando para el conjunto de aglomerados urbanos aproximadamente un número de 119 mil personas sin trabajo por año entre 1983 y 2002.

Siendo la situación más crítica en las provincias del NEA, a continuación se realizará una breve descripción de los principales indicadores sociales de algunas provincias seleccionadas (Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Chubut).

La provincia cuenta con una población de 979 mil personas (Censo 2001) siendo la más poblada de la región del Noreste Argentino (NEA). En el período 1991/2001 la población creció un 16,6%, por encima de la tasa de crecimiento nacional (10,5%).

Desde el punto de vista socioeconómico la provincia de Chaco, al igual que el conjunto de las provincias de la región NEA, se halla en una situación sumamente crítica. La pobreza por ingresos alcanzaba en octubre del 2002 al 71.5% de las personas, porcentajes que muestran una situación mucho más crítica que para el promedio del país (57.5%). La indigencia afecta al 42.8% de las personas, valores que resultan superiores a los nacionales (27.5%). Cabe señalar que las provincias del NEA son las que presentan los mayores niveles de pobreza e indigencia de todo el país. Además, la provincia muestra una alta desigualdad en la distribución del ingreso de acuerdo a información de Octubre de 2001. El 50% de los hogares más pobres reciben el 22,6% del ingreso, en tanto que el 10% más rico acumula el 30,7% del ingreso total.

Tabla 82. Indicadores del mercado de trabajo para localidades seleccionadas (onda mayo 2001)

9.1 Chaco

En Resistencia, como en el resto del país, se observó durante los últimos años una tendencia permanente a la deflación de las remuneraciones del trabajo. La falta crónica de oportunidades de empleo le da un rasgo peculiar a este mercado de trabajo. Esta circunstancia, que induce a un fuerte desaliento de la población para insertarse en el mercado laboral, ha llevado a que la participación laboral de la población sea inferior a la del conjunto de los aglomerados. (Ver Ilustración 41)

Ilustración 41. Evolución de la Tasa de Actividad, Chaco y GBA (onda mayo 2001)

Tal como se puede observar en la Ilustración 41, la tasa de actividad es de 36% de acuerdo a la EPH de octubre 2002 y en los años noventa sufrió leves variaciones, aún en los momentos de crisis. Este comportamiento se combinó con la disminución de la tasa de empleo, que mostró también a lo largo de la década un descenso lento, siendo en el último relevamiento del 29.7%. Ambos hechos influyeron para aumentar la tasa de desempleo, que a octubre 2002 alcanzó un valor del 17.4%. Una característica del empleo urbano en este aglomerado refiere a la importancia de la informalidad en la estructura del empleo, que asciende a más del 50%. Esta proporción es mucho más elevada en los hogares de menores recursos, donde el 80% de los trabajadores es informal.

La crítica situación económico social de la provincia también se manifiesta en sus indicadores sanitarios y educacionales. La proporción de la población que sólo tenía acceso al hospital público para el cuidado de su salud era de casi el 50%. La tasa de mortalidad infantil es una de las seis más altas del país. En relación con los indicadores de educación se observa que la tasa de asistencia escolar en Chaco es alta en el nivel primario, pero más baja en los demás niveles.

9.2 Corrientes

La provincia cuenta con una población de 927 mil personas (Censo 2001), donde la pobreza por ingresos alcanzaba en octubre del 2002 al 74.4% de ellas y la indigencia al 43.1%. La situación social de la provincia es de las más críticas del país, con la mayor proporción de población por debajo de la línea de pobreza, compartiendo con las otras provincias de la región NEA los índices más altos del país de población indigente.

Ilustración 42. Evolución de la Tasa de Desempleo, Corrientes y GBA (mayo 2001)

La tasa de desocupación en Corrientes es del 19.7% en octubre del 2002, encontrándose sobre la tasa nacional (17.8%) y de la mayoría de la desocupación de las provincias de la región NEA. La provincia también muestra una alta desigualdad en la distribución del ingreso. El 50% de los hogares más pobres reciben el 26 % del ingreso, en tanto que el 10% más rico acumula el 29,3% del ingreso total. El 10% más rico de la población recibe un ingreso que es casi 33.2 veces que el del 10% más pobre.

9.3 Entre Ríos

Entre Ríos tiene una población de 1.1 millones de personas (Censo 2001). La población de la provincia ha crecido a un ritmo superior al del conjunto del país. Este se relaciona con las tasas de natalidad superiores a la media nacional observadas en la última década. Se estima, además que la migración de otras provincias habría contribuido a este crecimiento. En tanto, la mortalidad general y la infantil ha tenido niveles similares a los del promedio del país. La provincia se caracteriza por un índice de urbanización alto y una gran dispersión de la población urbana en pequeños centros. Los principales aglomerados -Gran Paraná y Concordia- sólo concentran un tercio de la población urbana.

Durante la década pasada Paraná y Concordia tuvieron una tasa de actividad inferior a la del conjunto urbano. En Paraná creció la tasa de actividad durante la recesión, incentivada por una mayor entrada de trabajadores varones al mercado de trabajo, siendo en octubre de 2002 del 37.5%.

En Concordia, en cambio, el retiro de un importante contingente de trabajadores del mercado de trabajo produjo, a partir del 2000 una caída de la tasa de actividad, siendo en el último relevamiento 36.9%. En los últimos dos años la tasa de empleo cayó en forma abrupta. Actualmente Concordia se ubica entre los centros urbanos que tienen menor capacidad de generar empleo. El aumento de la tasa de actividad y la disminución de la tasa de empleo convergieron para potenciar el crecimiento del desempleo en ambos centros urbanos, que en Concordia asciende al 18.3% y en Paraná al 15.4%, en octubre de 2002. La subutilización de la mano de obra se acentuó en estos dos centros urbanos, donde más de un tercio de los trabajadores no habían logrado una inserción laboral adecuada.

Se observó en Paraná un significativo aumento del desempleo de larga duración, dada la reducción de las oportunidades de empleo y la presión de una oferta laboral creciente. Concordia, en cambio, las menores expectativas de encontrar empleo han desalentado a los desocupados a continuar la búsqueda, propiciando así un retiro más temprano del mercado de trabajo. La menor persistencia en la búsqueda ha sido un factor que ha contribuido a que se amortiguara el crecimiento de la tasa de desempleo.

Entre los trabajadores de menores recursos la tasa de empleo se mantuvo por el aumento de las ocupaciones informales. Este proceso fue acompañado por una fuerte caída de los ingresos laborales. A partir del 2000, los estratos medios, donde también son relevantes las ocupaciones informales, empezaron a registrar la caída del empleo y una reducción de las remuneraciones. El deterioro de la situación ocupacional fue el principal determinante de la caída del ingreso per cápita familiar. En cuanto a la distribución del ingreso, puede afirmarse que en Paraná el ingreso del 10% más rico era 27 veces mayor que el 10% más pobre y en Concordia esta diferencia era de casi 39 veces.

Las cifras de la pobreza en la provincia sintetizan un cuadro económico y social extremadamente crítico. En Concordia, los datos a octubre del 2002 muestran que el 77.7% de las personas se ubicaban por debajo de la línea de la pobreza y el 50.5% no alcanzaba a cubrir el nivel mínimo de subsistencia. Estos datos indican que se trata de la localidad con indicadores más dramáticos. Por su parte, Paraná registra un creciente empobrecimiento. En octubre del 2002 el 66.7% de la población estaban bajo la línea de pobreza, y el 32.2% era indigente. Considerado el universo de los hogares con menores de 18 años, se tiene un cuadro aún más crítico. La problemática de los jóvenes excluidos del sistema educativo y del mercado laboral tiene menor incidencia relativa en el aglomerado de Paraná (12,8%), que en el nivel nacional (15.5%). Sin embargo, esta condición de vulnerabilidad tiene un importante peso en Concordia, donde llega a un nivel de 20%.

9.4 Formosa

La provincia de Formosa tiene 485 mil habitantes (Censo 2001), representando el 1.34% de la población del país. La población de la provincia ha crecido a un ritmo del 2% anual, duplicando al del conjunto del país. Este resultado puede relacionarse con el nivel de la tasa natalidad provincial superior a la del promedio. La provincia se caracteriza por un índice de urbanización intermedio (77,2%), inferior al del total del país (89.3%). El porcentaje de inmigrantes de países limítrofes hacia la provincia de Formosa es de un 6.29 %. Las ciudades de Formosa y Clorinda concentran el 55% de la población provincial.

De acuerdo a los datos de la EPH de octubre de 2002, la tasa de actividad de Formosa alcanza al 33.7%, y es una de las más bajas de las que se registran. La tasa de empleo es del 30.6%, siendo la subocupación del 12.8%, y la tasa de desempleo es del 9.2%. (Véase Ilustración 43)

Los trabajadores de los primeros quintiles son quienes han sufrido una pérdida mayor en sus ingresos. Por el bajo nivel de ingreso de sus habitantes, y por la elevada inequidad de su distribución, el aglomerado Formosa se sitúa entre los centros urbanos más críticos. La evolución dispar de los ingresos per capita incrementó la distancia entre el 10% de los que ganan menos y el 10% los que ganan más. En 1998 éstos últimos ganaban 24 veces más que los primeros, pero tres años después esa distancia era de 42 veces.

Ilustración 43. Formosa: Evolución de la Tasa de Actividad, Empleo y Desempleo (onda mayo 2001)

El impacto que el mercado de trabajo y la redistribución regresiva del ingreso ejercen sobre la pobreza llevó al 68.7% de la población a esa condición. La indigencia, sufrió un aumento importante, que hizo que el 36.8% de la población no cubra sus necesidades básicas alimentarias.

En cuanto al impacto de la situación social en la salud de sus habitantes, Formosa presenta una de las tasas de mortalidad infantil más altas del país (23%). La tasa de mortalidad neonatal en Formosa fue de 15.2%. Por otro lado, la tasa de natalidad en Formosa se mantiene alta para los indicadores nacionales y de otras provincias. La tasa de mortalidad materna es la más alta del país, mientras que el 20% de los nacimientos fue de madres menores de 19 años. El 24% de las madres formoseñas en el 2000 son analfabetas o tienen el nivel primario incompleto.

9.5 Misiones

La provincia de Misiones tiene 964 mil habitantes (Censo 2001), que representan el 2.7% de la población del país. La población ha crecido a un ritmo de 2.2% anual, duplicando al conjunto del país (1.05%). La provincia se caracteriza por un índice de urbanización relativamente bajo (69.8%), muy por debajo del promedio nacional (89.3%). El aglomerado Gran Posadas concentra el 29% de la población provincial y el 42% de la población urbana de la provincia.

En la primera mitad de la década de 1990, la evolución de la tasa de actividad en Posadas tuvo un comportamiento similar a la tasa urbana general, registrando ambas una leve tendencia ascendente. Durante la fase recesiva de 1995-96, mientras la tasa urbana tendía a aumentar, la de Posadas bajó hasta cerca del 35%. Esta tendencia declinante se mantuvo desde el corto ciclo expansivo 1997-98 hasta la actual recesión, por lo cual la brecha con el promedio nacional se amplió. Posadas, como la mayoría de los aglomerados del NEA, se ubica entre las ciudades con menor actividad laboral. En Posadas, este comportamiento se debió, en parte, a la baja propensión de las mujeres a insertarse en el mercado de trabajo. También son bajas las tasas de actividad de los jóvenes de 15 a 24 años y de las personas que no han completado aun los niveles de educación medio o superior. Este escaso dinamismo de la oferta laboral contribuyó, conjuntamente con otros factores tales como la fuerte incidencia de la informalidad y la subocupación de la fuerza de trabajo, a atemperar el crecimiento del desempleo que se mantuvo en cifras marcadamente inferiores a las del conjunto urbano a lo largo de la actual recesión, llegando en octubre de 2002 al 9.7%.

Ilustración 44. Posadas: Evolución de la Tasa de Actividad, 1974-2002 (mayo 2001)

Una tasa de actividad relativamente baja y una tasa de empleo más elevada fueron las que diferenciaron a Posadas del resto de los aglomerados de la región, determinando que se ubicara entre los pocos aglomerados que no alcanzaron los dos dígitos de tasa de desempleo en los noventa. La problemática del empleo en Posadas se expresó más acabadamente en el subempleo. Este componente explica que la tasa de subutilización de la fuerza de trabajo haya sido creciente en el tiempo, ascendiendo al 26.7% en octubre de 2002, siendo el promedio nacional 19.9%. A diferencia de lo que ocurrió en el conjunto urbano en el aglomerado Posadas el subempleo fue persistentemente más alto que el desempleo durante la década de 1990.

En cuanto al perfil de los desempleados, más de 70% de los asalariados que habían perdido sus empleos carecía de descuento jubilatorio en la última ocupación. El resto de los desempleados provenía de un empleo autónomo, en su mayoría (86%) de ocupaciones inestables (changas, tareas temporarias o de duración no definida). El ingreso per cápita de los hogares descendió, entre los años 1998 y 2001, alrededor de 26%.

La fuerte incidencia del sector informal y una presencia del sector público relativamente baja en relación con el promedio regional son otras características destacadas de la estructura del empleo de este aglomerado. Entre los asalariados, tendió a aumentar la proporción de los que no contaban con cobertura en la seguridad social (casi 46% en 2001), hecho relacionado con la pérdida de empleos en las empresas de mayor tamaño. Por otra parte aumentó la presencia de trabajadores por cuenta propia no profesionales. Este último factor, así como el crecimiento del empleo en el servicio doméstico, alimentó el incremento de la informalidad. En la década de 1990, la capacidad de la economía local de generar empleo siguió, en general, las fluctuaciones del ciclo económico. La tasa de empleo de Posadas, como la del conjunto urbano, creció en la primera fase expansiva 1991-93, decreció en la crisis del efecto tequila y se recuperó en el ciclo expansivo 1997-98.

En octubre 2002 el 69.9% de su población se ubicaba por debajo de la línea de la pobreza y el 43.1% de la población no alcanzaba a cubrir con sus ingresos el nivel mínimo de subsistencia, ubicándose en la indigencia.

Indicadores de acceso a derechos y servicios sociales de grupos poblacionales de mayor riesgo socioeconómico sirven al efecto de completar el cuadro social provincial, poniendo en evidencia el impacto de la crisis en sus condiciones de vida. Según datos de la EDS de 1997, el 48.6% de la población de la provincia de Misiones estaba afiliada en el sistema de obras sociales. El 48.4% sólo cuenta con cobertura del hospital público. La crisis de los hospitales públicos y de las obras sociales permite prever que en el período bajo análisis se habrían dado las condiciones para una mayor restricción en el acceso y un deterioro en la calidad de las prestaciones afectando a quienes cuentan con tales coberturas.

9.6 Chubut

La provincia cuenta con una población de 408 mil personas (Censo 2001). En la década de los noventa la provincia de Chubut, al igual que el conjunto de la región patagónica, disminuyó significativamente la tasa de crecimiento de la población (1,3% anual) respecto a la que había alcanzado en los años ochenta (2,8% anual). La densidad poblacional de la provincia es de 1,79 Hab/Km2, concentrando el 84,29 % de la población en las 5 mayores ciudades de la Provincia: Comodoro Rivadavia, Trelew, Puerto Madryn, Esquel y Rawson.

En Rawson, la pobreza por ingresos alcanzaba en octubre del 2002 al 51.8% de las personas. La indigencia, por su parte, alcanzaba al 24.9% de las personas. Mientras que en Comodoro Rivadavia, la pobreza alcanzaba al 51.8% de las personas y la indigencia al 19.2%. En Ushuaia, Tierra del Fuego, el 38% de las personas se encuentra por debajo de la línea de pobreza y el 16.9% es indigente.

La tasa de desocupación en Comodoro Rivadavia era del 17.3% de octubre del 2002, que se encuentra por debajo de la tasa nacional (17.8%) pero por encima de la desocupación de las provincias del sur de la Patagonia (Tierra del Fuego, 15.6%).

La provincia de Chubut muestra una alta desigualdad en la distribución del ingreso. El 50% de los hogares más pobres reciben el 25,2 % del ingreso, en tanto que el 10% más rico acumula el 27,7% del ingreso total. El 10% más rico de la población recibe un ingreso que es casi 27 veces que el del 10% más pobre.

El porcentaje de población que no tiene cobertura de salud ascendería a casi el 40%. Durante la década de los noventa la tasa de mortalidad infantil descendió en una proporción importante: de 20,6 por mil en 1990 a 15,8 por mil en el 2000. La inasistencia escolar en la provincia resulta ligeramente más baja que para el promedio del país pero es mayor a la que se observa en provincias como Tierra del Fuego y Santa Cruz. La deserción escolar de la escuela media se manifiesta en forma significativa entre los adolescentes que tienen entre 15 y 17 años, en los cuales la asistencia se reduce a sólo al 90,7% para el total de la población de esa edad y al 80% de la población pertenecientes a hogares pobres.

Adicionalmente, tal como ocurre en todas las provincias australes, los sectores más pobres de la provincia son afectados con especial dureza por las severas condiciones climáticas que imperan en la época invernal. Las bajas temperaturas, las persistentes heladas y la acumulación de nieve generan situaciones de emergencias climáticas donde se registran muertes, aislamientos de poblaciones enteras, muerte de ganado en los parajes rurales de la región, afectando especialmente a los sectores de menores ingresos por lo que deberían pensarse acciones específicas para prevenir esta situación.

9.7 Proyecciones sobre el mercado de trabajo 2002-2020

A los fines de estudiar la evolución esperada del mercado de trabajo se ha optado por desarrollar proyecciones sobre el nivel de empleo en las provincias par las cuales la gravitación de la actividad forestal resulta de relevancia. Las mencionadas provincias son Chaco; Corrientes; Entre Ríos; Formosa y Misiones, además del Total País.

La opción por el estudio del empleo y la tasa de empleo17 radica en el vínculo directo que existe entre el nivel de actividad económica y la demanda de factor trabajo; vínculo que se encuentra únicamente afectado por shocks de índole tecnológica y los asociados a los precios relativos de los factores. Los mencionados shocks pueden redundar en una mayor intensidad en la utilización de un determinado insumo productivo.

Los análisis econométricos desarrollados a nivel del grupo de provincias seleccionadas, mostraron la existencia de demandas "inelásticas" de trabajo, dado que se obtuvieron valores en el entorno del 0.4% para la década del 90, significativos estadísticamente; con excepción de la provincia de Formosa y Entre Ríos, para las cuales la elasticidad producto de la demanda de trabajo resultó imposible de ser estimada con un alto grado de confianza estadística. En línea con lo anterior cabe mencionar que la elasticidad estimada para la provincia de Chaco es estadísticamente significativa considerando niveles de confianza usualmente altos.

Tabla 83. Elasticidad Producto de los puestos de trabajo ocupados. Localidades Seleccionadas

Los resultados de las proyecciones para el período 2002-2020 se presentan a continuación en términos relativos a la evolución estimada de la tasa de empleo total país. Las provincias que finalmente fueron mantenidas en el análisis, Chaco, Corrientes y Misiones; muestran un comportamiento diferenciado, mientras que Corrientes y Misiones muestran una recuperación del empleo relativo, la provincia del Chaco muestra un deterioro constante con relación al total país.

Los resultados permitirían inferir mejoras en términos de reducción del desempleo en el período proyectado y con relación a la situación actual para las provincias de Corrientes y Misiones.

Ilustración 45. Proyección de la Tasa de Empleo Relativa Total País

Fuente: INDEC

Como comentario final puede indicarse que, para las provincias con un importante peso relativo del sector forestal, la dinámica del mercado de trabajo es bastante heterogénea y responde a diferentes factores, tales como la dimensión del empleo público, migraciones, bajos niveles educativos y de capacitación técnica, desaliento por persistencia de la situación de desempleo, cambios en la tasa de actividad, etc. Podemos suponer que si se incrementa el peso de la actividad forestal en esas áreas, esta situación contribuirá en parte al desarrollo económico y social de la población.

Sin embargo, los dramáticos indicadores de pobreza e indigencia que presentan estas provincias representan un común denominador entre ellas, así como la alarmante situación de los niveles educativos y de salubridad, por la ausencia en unos casos, la deficiencia en otros y la dificultad de acceso a esos servicios.

Como última consideración, parece necesario recalcar que debe impulsarse la construcción de información para zonas no urbanas vinculadas a actividades económicas que adquieren un peso relativo relevante en ciertas regiones, tales como silvicultura, dado que la ausencia de información no permite hacer diagnósticos de la situación social ni efectuar evaluaciones eficientes que coadyuven a tomar decisiones con respecto a qué políticas correspondería implementar para mejorar la calidad de vida de comunidades que habitan esas regiones.

9.8 Impacto social del manejo de bosques naturales y problemática aborigen en la Argentina

Un gran número de personas se abastece del bosque nativo para aprovisionarse de combustible, alimento, postes, etc. De acuerdo con estimaciones del Instituto de Cultura Popular, en Argentina habitan entre 500 mil y 1 millón de indígenas, lo que representa entre el 1.5 y 3% de la población total18. En general, los distintos grupos aborígenes se localizan en zonas donde hay bosques nativos.

A pesar de ello, el conocimiento de indicadores sociales es muy precario en las zonas de los bosques naturales. De hecho, no existen relevamientos formales en zonas no urbanas.

Provincias tales como Formosa, Salta y Neuquén han formalizado la posesión de tierras en beneficio de aborígenes bajo la forma de propiedad comunitaria, y en otras hay iniciativas al respecto, tal es el caso de Jujuy y Chubut.

En el entendimiento de la existencia de esta carencia, con el apoyo del Proyecto Bosques Nativos y Áreas Protegidas, se realizaron los talleres participativos que se describen a continuación.

9.8.1 Talleres participativos regionales

Entre los meses de agosto y noviembre de 2000 se realizó en Argentina una convocatoria para lograr un Marco Político Forestal Nacional (MPFN) en la defensa y restauración de las Masas Forestales Nativas Argentinas (MFN), que consistió en la formación de Talleres Participativos Regionales donde todos los sectores involucrados pudieran dar su opinión y aportar ideas, y cuyo objetivo es el logro de una propuesta aplicable de un Marco Político Forestal Nacional. Estos talleres involucraron a regiones tales como la Selva Misionera, Parque Chaqueño, Selva Tucumano Oranense, Monte y Espinal en Córdoba, Bosque Andino Patagónico y a los pueblos aborígenes que habitan estas regiones. A continuación se mencionarán las principales problemáticas que se plantearon y las posibles soluciones propuestas.

9.8.2 Principales problemáticas

Las principales problemáticas que se plantearon fueron las siguientes:

• En cuanto al problema de la relación entre el Estado, el sector privado y las comunidades indígenas:

• Poca o nula intervención del Estado provincial y nacional ante las denuncias por manejo irresponsable de los recursos forestales. A lo que se agrega la discriminación de parte del Estado provincial cuando las comunidades aborígenes presentan planes de ordenación de bosques nativos y criterios de extracción, y la no participación en la toma de decisiones para la elaboración de las leyes de bosques nativos. Todo esto agravado por el hecho de que no se aplican las leyes vigentes.

• Ausencia de recursos para sustentar los gastos comunitarios de los pueblos indígenas, hecho que los lleva a explotar el bosque sin asistencia técnica ni inversión que les permita hacer un buen manejo de los recursos, hecho que se explica por la falta de asignación de presupuesto y la ausencia de un plan de manejo de los recursos forestales

• Problemas de los pueblos aborígenes con respecto a la propiedad de la tierra

• Manejo político de la promoción por parte del Estado para atraer capitales privados para proyectos vinculados al turismo, minería, industria del papel y la madera y sector agropecuario

• Desplazamiento forzoso de las comunidades, generando aglomeraciones y no permitiéndoles el buen aprovechamiento de la tierra

En cuanto a la sustentabilidad de los recursos forestales:

• Desintegración y pérdida de equilibrio de los ecosistemas, por la tala, destrucción y quema indiscriminada del bosque, a lo que se agrega la extinción de la flora y fauna nativas, debidas principalmente a la falta de concientización para hacer un uso sustentable de los recursos naturales en algunas comunidades. A lo que se agrega la ausencia de mecanismos de control sobre la problemática de la deforestación y la subsecuente erosión del suelo, y el saqueo por parte de terceros (terrateniente, empresas privadas, paisanos vecinos y del mismo estado). Esto también repercute en las comunidades a través de la pérdida de recursos naturales, medicinales y materia prima para los artesanos

• Los programas de reforestación no se aplican en el territorio indígena

9.8.3 Posibles Soluciones que proponen las Comunidades Aborígenes

• Mayor interés por parte del Estado provincial a los petitorios de las organizaciones aborígenes. Cumplimiento de la legislación indígena ante el estado municipal, provincial, y nacional. Existencia de convenios entre las comunidades aborígenes y el gobierno para garantizar la ejecución de proyectos aportando este último la parte técnica. Que el gobierno haga cumplir la ley provincial de bosques

• El Estado nacional, a través de los organismos que tienen competencia sobre el control del medio ambiente y de los recursos naturales existentes, debe establecer legislación y códigos ambientales sobre los recursos de los territorios y/o áreas restringidas en posesión de los indígenas.

• Establecer programas de control sobre el uso sustentable de los recursos naturales del bosque, basado en la investigación científica y en la experiencia en el manejo de los recursos más importantes: a. Productos de la madera b. Fauna silvestre, aves regionales, peces, productores de la miel (apicultura).

• Establecer un nivel de usufructo realista y sustentable para las especies, monitoreando su existencia y diversidad en niveles razonables

• Crear una ley de financiamiento de programas de proyectos indígenas para efectivizar la conservación de los bosques y la capacitación de los pueblos aborígenes, y premiar en forma de incentivos a las comunidades que mejor cuidan su monte

• Resolver el problema de la asignación de la propiedad de la tierra de los aborígenes. Alambrar o delimitar las extensiones de tierras o reservas indígenas para evitar saqueos e incendios

Ante el contexto de ausencia de información oficial y a partir de la organización de las convocatorias mencionadas de los actores sociales que interactúan en el bosque nativo, se trata de identificar cuáles son los problemas comunes a todas las regiones forestales argentinas, los específicos de cada una de ellas, y las estrategias para su superación.

Es claro que no existe suficiente información en nuestro país para planificar programas y proyectos de reparación y explotación sustentable de los recursos forestales nativos. Por tanto, a partir de la información de carácter cualitativo obtenida, se procurará determinar los fundamentos y estrategias necesarias para inducir a la dirigencia en la adopción de decisiones destinadas a dar sustentabilidad a la utilización de los recursos que se extraen del bosque nativo, y además establecer alianzas y acciones entre los actores sociales involucrados en el uso y aprovechamiento del bosque.

9.9 Conclusiones

No fue posible encontrar estadísticas que muestren la situación de las zonas en donde se lleva adelante la actividad forestal en forma sistemática, por lo que se ha decidido utilizar aquello que se encontraba disponible y estaba más cercano a ese análisis para tener una referencia sobre las áreas de mayor interés. El elemento encontrado fue la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC, pero que se centra sobre áreas urbanas. Las áreas urbanas escogidas, entonces, fueron las que están cercanas a los centros forestales de mayor relevancia presente y potencial en la Argentina.

Sobre esa base, se ha realizado, en la medida de la disponibilidad de los datos, una descripción y, en la parte final, una proyección del empleo. Esta proyección está basada en la continuación de los fenómenos estructurales acaecidos durante los años de la serie. Si el sector forestal modifica esta realidad histórica, mediante, por ejemplo, la concreción de los proyectos relevados en el capítulo 5.2.4 Proyectos identificados y potenciales en Misiones de página 30, o se logra procesar industrialmente el potencial forestal incluido en la página 32, a esa tendencia histórica hay que adicionarle los puestos de trabajo derivados de los nuevos proyectos.

Es claro que una mayor actividad económica y una mayor cantidad de empleos van a impactar positivamente en las economías regionales, representadas aquí por las principales provincias relevadas en la EPH.

17 La Tasa de empleo queda definida por la participación de la población ocupada en la población total de la economía.
18 Estado de la Información Forestal en Argentina – Volumen 1 – FAO, Chile, Diciembre de 2001.

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