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5. EL PAPEL DE LA BIOMASA FORESTAL COMO ENERGETICO
EN LA INDUSTRIA ALFARERA DE SANTA FE DE LA LAGUNA, MICHOACAN

5.1 INTRODUCCION

La Comunidad Indígena de Santa Fé de la Laguna, constituye el primer asentamiento del Pueblo Purépecha en la zona del Lago de Pátzcuaro, siendo por cuatro generaciones (de las más antiguas) uno de los ejes culturales de mayor importancia antes de la formación del Imperio Purépecha, como se asienta en las “Relaciones de Michoacán”, siendo precisamente éste asentamiento elegido por Tata Vasco como el más adecuado para crear el primer Pueblo-Hospital de Indias, con el nombre de Santa Fé de la Laguna en el año de 1532; donde además se establecen formas de organización, convivencia y producción sustentadas tanto en las Utopías de Tomás Moro como en las tradiciones y hábitos comunitarios de los indios Purépechas.

Desde sus orígenes, y reforzado a la llegada de los invasores españoles, Santa Fé de la Laguna ha mantenido como su principal fuente de sustento y de vida a la alfarería, y en menor medida la agricultura y la pesca.

5.2 ANTECEDENTES HISTORICOS

Desde la época Prehispánica el arte de los mexicanos ha dejado evidencia del alto desarrollo estético y técnico en el manejo de diferentes elementos naturales, para la elaboración de artículos de ornato, religiosos y de uso.

De entre éstos, la alfarería mediante el uso de materiales como la tierra, el agua y el fuego es de las primeras en practicarse; la elaboración de ollas, jarros, platos y comales además de figuras e ídolos de arcilla y barro ha jugado un papel de primer orden para el hogar, la religión y la manifestación de la vida y la muerte para los pueblos de México.

Precisamente Santa Fé de la Laguna se caracteriza y posee un ascendente cultural sobre los Pueblos Purépechas, siendo el único productor de las Poncheras Negras que entre las Comunidades Indígenas Michoacanas tienen una función ceremonial desde su elaboración, utilizándose con este fin exclusivo la greda negra; al respecto es necesario señalar que la Ponchera representa la fuente de la casa y el pueblo, ya que sin distinción de rango, clase social o etnia para quien toma de ella su agua refresca la memoria y se lavan (diluyen) las distancias; es decir, mantiene el pasado y fortalece los vínculos de unidad por lo que permite conservar limpia la entidad en el presente; y ésto es lo que convierte a quienes la elaboran y la usan en un factor de unidad, respeto y convivencia. Lo que ha permitido a la etnia Purépecha mantenerse activa y presente hasta nuestros días.

Con la llegada de los españoles los pueblos indígenas incorporan técnicas y elementos en su producción artesanal, pero siguen manteniendo rasgos propios de su cultura y de su idiosincracia en cada objeto elaborado.

En los Estados de México, Michoacán, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Guanajuato y Aguascalientes, es donde actualmente se concentran las zonas y poblados con mayor importancia por su producción artesanal alfarera y básicamente son dos los tipos de alfarería que se practican: la vidriada (en la cual se emplean insumos como la greda molida, pedernal molido y cobre), con decorados de “pastillaje” (detalles figurativos sobrepuestos a la pieza); y la alfarería bruñida o rústica de la que se obtiene la loza para el uso cotidiano en la mayoría de los hogares rurales y suburbanos en el Estado de Michoacán.

Si bien la alfarería forma parte sustancial de la economía familiar, para un importante sector de la población rural también constituye un mecanismo de manifestación cultural y de defensa hacia el hostigamiento ladino-urbano, por parte de las comunidades indígenas e incluso forma parte del proyecto estatal de establecer una real identidad nacional; ésto no ha posibilitado el que los alfareros mejoren en sus condiciones de vida, siendo por el contrario, parte de los grupos humanos más marginados del país, no alcanzando a figurar su actividad productiva y su oficio de artesanos en las estadísticas oficiales.

En Michoacán el quehacer alfarero y las luchas por la reivindicación cultural y el reconocimiento de sus tierras patrimoniales son acciones que siempre van unidas para los pueblos Purépechas; y es Santa Fé de la Laguna, a partir de 1979, la Comunidad Indígena que más se ha significado en este proceso, mismo que recientemente se concretó en la constitución del Consejo Supremo Purépecha, la presencia cultural de Santa Fé ha resultado vital históricamente en lo que concierne a mantener y hacer crecer sus valores etnoculturales parte de los cuales es precisamente la actividad alfarera.

5.3 MARCO REGIONAL DE REFERENCIA

Santa Fé de la Laguna se ubica dentro de la Cuenca de Pátzcuaro, esta Región se encuentra en la parte Centro-Norte del Estado de Michoacán estando circundada por el Valle Morelia-Queréndaro, la Meseta Tarasca y la zona de transición a la Tierra Caliente.

Los suelos de esta región están constituidos principalmente por rocas de tipo ígneo. El clima de la región se clasifica como templado.

La vegetación terrestre de la cuenca se caracteriza por bosques de coníferas y encinos, y vegetación derivada de ellos, existen también pastizales y zonas de matorral transicional a las selvas bajas caducifolias (Caballero, 1981).

La Cuenca del Lago de Pátzcuaro abarca una superficie de más de 1.000 km2, teniendo el espejo una superficie de 100 km2, está dividida políticamente en su parte interior en 4 Municipios que son, en orden de importancia económica: Pátzcuaro, Quiroga, Tzintzuntzan y Erongarícuaro; la población total de la región es de 108.900 habitantes, de los cuales el 60% es población indígena, misma que se distribuye en 54 comunidades de las cuales 23 poblados conservan aún como primera lengua el Purépecha.

La región cuenta con importantes recursos tanto forestales como agrícolas, pesqueros y minerales; las principales poblaciones de la Cuenca son Pátzcuaro, Tzintzuntzan y Quiroga en las que se concentra la actividad comercial así como los servicios públicos (teléfono, telégrafo, etc.),

PRINCIPALES ACTIVIDADES ECONOMICAS DE LA REGION (CUENCA)

ACTIVIDADES ECONOMICAS Y PRODUCTOSCONDICIONES DE PRODUCCIONORGANIZACION PARA LA PRODUCCION
Artesanía  
Alfarería (ollas de barro vidriado, tejido, telas bordadas, modelado de tule)Talleres familiares (hornos rústicos y moldes)Familiar.
Agricultura  
Maíz, haba, frijol, lenteja, tomate, hortalizas, trigoSe cultivan en tierras de riego y temporal, trabajadas con tracción animal y con maquinaria agrícolaFamiliar y algunos grupos que trabajan en forma colectiva.
Forestal-industrial  
Aprovechamiento de maderas y resinaLa producción a nivel industrial se encuentra en manos de industriales y/o contratistasLos miembros de las Comunidades no participan en el aprovechamiento de las maderas de su monte, y por lo tanto, tampoco de sus beneficios.
Ganadería  
Vacuna, caballar, asnal, porcina, avícolaRazas criollas en libre pastoreoFamiliar o a través de medieros.
Pesca  
Pescado blanco, acúmaro, charal, truchaSe pesca con canoas de madera y redes, como la cherémicuaSe pesca de manera individual; sólo con chinchorro se pesca en grupo, ya sea familiar o con medieros.

La producción artesanal es la más importante en cuanto a generación de empleo e ingreso, orientándose la agricultura, ganadería y pesca hacia el autoconsumo. En la región se da la más importante actividad turística del Estado; sin embargo, como la actividad forestal (materias primas e industrias) se encuentra en manos de pocas familias, ejercen influencia y control de tipo caciquil en toda la región desde principios de siglo.

5.4 LA ACTIVIDAD FORESTAL EN LA REGION

La Región de la Cuenca del Lago de Pátzcuaro mantiene desde principios de siglo una actividad forestal extractiva e industrial importante, en sus orígenes conformada principalmente por la industria mueblera y a partir de los años '70 se ha venido ampliando la industria del aserrío principalmente.

La Cuenca cuenta con importantes recursos forestales, que ascienden a las 106.000 ha, abarcando el 70% de la superficie total; la composición del recurso forestal es: masas puras de pino (con un 40%), masas de pino-encino (60%), y hace 10 años se reportaba la presencia de importantes poblaciones de madroño que en la actualidad se encuentran prácticamente extinguidas, sin que haya habido oportunidad de inventariarlas. La superficie forestal “comercial” es de 33.000 ha en las cuales, de acuerdo a cifras del inventario forestal de Michoacán realizado hace 30 años, se dispone de un potencial anual de 101.000 m3 para pino y de 18.000 m3 Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.para encino.

Los recursos forestales se encuentran distribuidos en un 80% para ejidos y comunidades indígenas, siendo éstos un total de 18 núcleos agrarios, y el restante 20% se encuentra en manos de un número indeterminado de pequeñas propiedades; lo que se explica por irregularidades e indefiniciones en la tenencia de la tierra, problema que esta región no ha podido resolver desde que les fueron dotadas y/o restituidas en posesión, así como a procesos recientes (década de los '70 a la fecha) cuando por presiones turísticas se inicia la compra-venta de terrenos comunales.

La producción forestal comercial en la región se inicia como tal en los años '70 ya que hasta esas fechas, como consecuencia de la veda forestal que durante 30 años tuvo el Estado de Michoacán, las demandas domésticas de madera para construcción y energía así como para fines muebleros y de aserrío sólo se obtenían de volúmenes provenientes de maderas muertas por incendio o dañadas por plagas, estando sólo permitida la actividad resinera comercial oficialmente como la única actividad forestal comercial.

Los volúmenes anuales de producción maderable en la región, ascienden a los 140.000 m3 anuales, que son controlados en su totalidad por industriales e intermediarios, teniendo los campesinos de las comunidades sólo una función de asalariados en los trabajos de monte (derribo, corta y extracción).

La producción de materias primas en la región se caracteriza por un deficiente manejo técnico, si bien el aprovechamiento se realiza sustentado en estudios dasonómicos y la participación oficial de personal técnico, en la práctica tales estudios no se respetan y la asistencia técnica no se da; hasta ahora la producción se ha centrado exclusivamente en la extracción de los volúmenes de pino dejándose en pie el encino, la extracción se da sobre el mejor arbolado en conformación y diámetro quedando el arbolado de menor calidad, lo que aunado a la incidencia sistemática de incendios forestales -que en la región son ocasionados para presionar sobre las áreas forestales en litigio-y la presencia sistemática de plagas (Dendroctonus sp.), que se extienden ante la negligencia de contratistas productores; todo esto ha propiciado que en la actualidad se encuentren seriamente deteriorados los bosques de pino y pino-encino de la cuenca.

Las operaciones de monte se realizan de una manera deficiente; así tenemos que en lo que toca a caminos forestales la práctica común es la construcción de caminos y brechas de saca rudimentarios e improvisados, debido al interés inmediatista de los productores que contribuye a agudizar el problema de erosión y deterioro tanto de la cuenca como del Lago, para la Cuenca de Pátzcuaro se han estimado (por el Centro de Investigaciones Forestales de Occidente) que se incorporan anualmente al proceso erosivo, alrededor de 800 ha, siendo los volúmenes de azolve de más de 60.000 las que anualmente se depositan en el vaso del Lago de los años '70 a la fecha.

La industria forestal en la región alcanza un total de 50 instalaciones, según datos oficiales, que cuentan con una capacidad instalada de 162.000 m3r, que se destina principalmente a la producción de dimensionados (aserrío, cajas de empaque y muebles rústicos); como se puede apreciar la capacidad instalada en la región rebasa en más de un 1.155% a los volúmenes de materia prima oficialmente autorizados para extracción.

RELACION ENTRE CAPACIDAD INSTALADA Y VOLUMENES APROVECHADOS

MUNICIPIOVOLUMEN APROVECHADOTOTALCAP.INSTAL.
PINOENCINOm3 rm3 r
Erongaricuaro  8.000       0 8.000    2.400
Quiroga         0       0        0    9.000
Pátzcuaro  4.0002.000 6.000 1 2.900
Tzintzuntzan        0       0        0          0
TOTAL12.0002.00014.000162.000

FUENTE: DISTRITO DE DESARROLLO RURAL - PATZCUARO, MICH.

INDUSTRIAS EN LA CUENCA DE PATZCUARO

MUNICIPIOCANTIDAD DE INDUSTRIASCAPACIDAD INS TALADA m3 rSOCIALESPRIVADAS
Erongaricuaro11  24.0002  9
Quiroga  2    9.000136
Pátzcuaro37129.0000  2
Tzintzuntzan  0           00  0
TOTAL50162.000347

FUENTE: DISTRITO DE DESARROLLO RURAL - PATZCUARO, MICH.

El déficit de abastecimiento lo cubre la planta industrial mediante la extracción clandestina de materia prima, tanto de la misma región como de zonas aledañas; caso representativo de esto es la población de Pátzcuaro donde se concentra el 74% de la industria y el 80% de la capacidad instalada, que opera la mayor parte del año (por lo menos 250 días, con dos turnos de 8 horas al día) cuando las posibilidades de materia prima locales sólo son de menos del 50% de lo que se produce, obteniendo la diferencia por la vía ilegal de zonas que se ubican en un radio de 100 km, tanto dentro como fuera de la cuenca.

De manera paralela a esta industria existen un número no cuantificado de talleres familiares dedicados a la producción de muebles tradicionales y diversas artesanías de madera, que cubren sus necesidades de materia prima de manera clandestina; el caso más representativo en la región es el poblado de Cuanajo, en donde se localizan más de 150 talleres que consumen 300 m3r en promedio al año, no disponiendo esta comunidad de áreas arboladas en la actualidad, por lo que sus requerimientos (más de 4.000 m3r anuales) son extraídos de los bosques de la cuenca en comunidades vecinas sin ningún control técnico ni oficial.

5.5 CARACTERIZACION BASICA DE SANTA FE DE LA LAGUNA

La Comunidad Indígena de Santa Fé de la Laguna está ubicada en el Municipio de Quiroga, Michoacán; al norte de la cuenca del Lago de Pátzcuaro. El poblado y sus terrenos patrimoniales se ubican en la orilla norte del Lago de Pátzcuaro al borde de la carretera nacional 15 México-Guadalajara. Está rodeada de cerros y montañas de los cuales el más alto es el Tzirate de 2.700 m.s.n.m.

Como se ha mencionado, la Comunidad Indígena de Santa Fé de la Laguna, se ubica al norte de la Cuenca del lago de Pátzcuaro y cuenta con una superficie total (legalmente reconocida) de 5.169 hectáreas5, mismas que en términos de uso se distribuyen en:

área de bosque2.494ha
área agrícola de humedad    231ha
área agrícola de temporal2.334ha
área federal del lago    88ha

Cuenta con una población total cercana a los 6.500 habitantes, de los cuales la mayoría (60–65%) son jóvenes y niños; casi el 100% de la gente es de ascendencia indígena pura, a ello obedece el que mantengan el idioma Purépecha como primera lengua así como todas sus costumbres ancestrales en cuanto a organización social, trabajo, vestido y práctica religiosa. Lo que resulta altamente significativo si consideramos que desde hace más de 40 años cuenta con buenas vías de comunicación. De las poco más de 700 viviendas que dan forma al poblado, la mayoría, el 90%, son de techo de teja, paredes de adobe y pisos de tierra, no disponiendo la mayoría de los servicios básicos (agua potable, drenaje, electricidad, etc.).

El suministro de agua, lo capta a través de una red de manantiales, que se destinan a diversos usos que demanda la comunidad (consumo humano, animal, lavado de ropa, aseo personal y del hogar); los problemas de salud y atención de enfermedades son tratados en primera instancia con prácticas tradicionales -herbolaria y quimioterapia-, siendo poco frecuente recurrir a la medicina halópata ya que disponen de una larga experiencia heredada de generación en generación y una gran variedad de plantas (silvestres y cultivadas).

La organización social y política de la comunidad se da vinculada a la distribución y acomodo de las familias, obedeciendo y respetando el trazo original establecido por Don Vasco de Quiroga cuando le dio el carácter de pueblo-hospital, es así que el pueblo está conformado por 8 barrios.

5 Con relación a las superficies, no existe una cifra coincidente entre las cifras oficiales y las que la comunidad sustenta en los Títulos Reales y la posesión que por siglos ha tenido, encontrándose desde 1979 en conflicto con la Secretaría de la Reforma Agraria por el reconocimiento de sus tierras y derechos, de ahí que las cifras entre superficie total y su distribución no sean coincidentes, ya que esta última información es la que la comunidad maneja de acuerdo a su práctica.

Esta distribución se ha mantenido desde la fundación de Santa Fé de la Laguna como pueblo-hospital, siendo la base de organización y participación de la población.

Cada barrio colabora en las actividades comunales y mantiene fuerte arraigo en sus costumbres y fiestas tradicionales, es de resaltar que a pesar de ser un pueblo a bordo de carretera y cercano a ciudades importantes de población mantiene una vida cultural y organizativa en lo social, familiar y político propio de su Comunidad Purépecha.

La familia está conformada por los padres, hijos solteros e hijos varones casados con su familia, siendo el “Tata” (el mayor) la máxima autoridad tanto en lo social como lo productivo; de ahí se explica por qué parecerá contradictorio que por un lado hablemos de sólo 300 alfareros y por otro lado se diga que es más del 80% de la población total la que se dedica a la alfarería, la comunidad sólo considera artesano al jefe de la familia.

La vida económica de Santa Fé gira en torno a la alfarería, a la que se dedican la mayor parte de la población (hombres, mujeres y niños) en tanto que el producto de la actividad agropecuaria se destina al autoconsumo y para ello mantienen un esquema de organización-participación productiva que todos están obligados a respetar; el área agrícola de humedad (habilitada para riego recientemente) es trabajada de manera rotativa por todos, ahí se producen principalmente las hortalizas que consume el pueblo, del área agrícola de temporal en este caso se destina una parcela a cada familia, con la obligación de hacerla trabajar, realizando la cosecha del maíz, frijol, alfalfa, etc., con la ayuda de toda la comunidad.

La ganadería local está destinada también al autoconsumo y a la venta en el ámbito local, el ganado vacuno se suelta la mayor parte del año al cerro en un libre pastoreo una parte del año, ya que también es empleado en las yuntas para el arado; para su consumo especialmente durante fiestas religiosas o las fechas familiares importantes, se tienen gallinas y puercos en los solares (traspatio), siendo mantenidos con los desperdicios vegetales del hogar.

En Santa Fé es difícil hablar de población económicamente activa con los estándares convencionales, ya que literalmente todo el pueblo participa en todas las actividades.

5.6 LA ACTIVIDAD ALFARERA EN SANTA FE DE LA LAGUNA

Como ya se ha mencionado, la vida económica y de alguna manera cultural, gira en torno a la producción alfarera en la cual participa prácticamente toda la población; hombres, mujeres y niños dedican una buena parte de su tiempo a moldear con sus manos vajillas, figuras ornamentales, miniaturas animales, candelabros, Poncheras Negras y jarros policromados; éstos tres últimos tipos de obra son los que mantienen y conservan, tanto en su elaboración como su uso atendiendo a los valores más profundos de la cultura Purépecha.

La actividad alfarera tiene un carácter eminentemente familiar dentro de la Comunidad, al interior de la familia se dan responsabilidades y cargas de trabajo, constituyéndose incluso en un importante espacio de convivencia y educación para los niños y jóvenes.

Siendo Santa Fé una comunidad en donde los jóvenes constituyen el sector mayoritario de la población, son ellos los depositarios de la responsabilidad de conservar en todos sus aspectos las tradiciones de Santa Fé, es así que a partir de 1979 bajo la dirección de los jóvenes en esta Comunidad se inicia un proceso de recuperación de sus tierras y de organización de su principal actividad económica, la alfarería.

A partir de esa fecha se han ido conformando dos organizaciones de artesanos, por una parte los que están controlados y presididos por los 20 comerciantes de la localidad agrupados en torno a la Unión Estatal de Artesanos de Michoacán (UNIAMICH), que es patrocinada por el Gobierno del Estado y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías aglutinando a la mayor parte (entre 180 y 200) de los artesanos de la Comunidad, en la medida de que cuentan con el acceso a los principales mercados gracias al apoyo gubernamental; por otra parte, está el Centro Cultural Uarameo que es la organización de los artesanos jóvenes que aglutina al resto y que se ha planteado dentro de sus objetivos la revaloración productiva, social y comercial del quehacer artesanal orientando su búsqueda a alcanzar una relación directa con el mercado sin la dependencia del intermedirismo para la venta de sus propductos.

El tiempo productivo que la comunidad dedica a la actividad alfarera es de aproximadamente entre 6 y 7 meses al año, repartido en dos períodos: entre enero y abril, y entre los meses de octubre y diciembre; ya que el resto del año se dedica a actividades agrícolas y pesqueras.

Durante los períodos dedicados a la alfarería los artesanos realizan una “quema” total por semana, término que se refiere a la fase del proceso productivo alfarero más importante y en ese sentido constituye la unidad temporal de referencia.

El proceso productivo abarca, nominalmente, entre 8 y 10 días pero debido precisamente a la participación de todos los miembros de la familia en el proceso, pueden ellos cubrir simultáneamente diferentes fases del proceso, lo que les permite “hacer que rinda” el tiempo dedicado a la actividad y los ingresos que ésta les genera.

A continuación describiremos las características y fases del proceso productivo alfarero, en la forma que se da para la Comunidad de Santa Fé.

FASES Y COMPONENTES DE LA ACTIVIDAD ALFARERA

FASEPRINCIPALES ACCIONESCONDICIONES DE TRABAJO
1.Obtención de barro
  1. Localización de área de extracción
  2. Excavación, corte y extracción
  3. Traslado del barro al taller (2 días de labor)
- El trabajo se realiza en terrenos aledaños, tanto propios como contratados

- Las piezas (bloques) de barro son transportadas en costales, usando bestias de carga
2.Obtención de leña
  1. Localización de arbolado
  2. Derribo y troceo
  3. Arrastre del monte al taller
- La madera para combustible la obtienen sin costo de su bosque comunal

- Actualmente recorren distancias de entre 5 a 7 kilómetros

- Para el arrastre utilizan animales de carga
3.Molido y primer amasado
  1. Molido y cernido del barro hasta obtener un polvo fino
  2. Primer amasado con agua, hasta obtener un lodo de “regular” espesor
  3. Reposo cubierto del lodo por 24 horas
- Al taller llega “tierra” que es la materia prima principal, a la cual solo se añade agua durante esta fase
4.Segundo amasado y obtención de la “tortilla”
  1. Segundo amasado, hasta obtener la elasticidad requerida
  2. Machaque o aplanado del barro hasta formar la “tortilla”
- En esta fase se tiene como objetivo dar a la masa de barro la elasticidad suficiente para proceder al moldeado
5.Preparación de la(s) pieza(s)
  1. Colocación de la “tortilla” en el molde
  2. Pulida en el molde y corte de excedentes superficiales
  3. Secado fresco y liberación de la pieza
  4. Secado en el lugar húmedo y pulido del interior
  5. Secado
- Durante esta fase, como las subsiguientes con excepción del horneado, de hecho toda la vivienda funciona como parte del taller, ya que se requiere pasar de ambientes húmedos a secos secuencialmente.
6.Horneado
  1. Acomodo de las piezas en el horno
  2. Primera horneada
  3. Decorado y engretado
  4. Segunda horneada
- La mayor parte de las viviendas cuentan con un horno, pero los volúmenes de producción sólo son considerados por familia.
7.Acabado y venta  

La actividad alfarera se inicia con la fase de obtención del barro, materia prima que es obtenida en las minas de la propia comunidad siendo de dos clases: “barro rojo” y “barro blanco”. Los yacimientos han de ser localizados por cada artesano, procediendo a excavar una fosa hasta encontrar la “piedra”, que normalmente está a una profundidad de entre 2 y 3 m, posteriormente se procede a hacer el corte de la “piedra” hasta dejarla en porciones de entre 30 y 35 kg para ser trasladada a lomo de burro hasta el taller. Hasta el momento son autosuficientes en cuanto a la obtención del barro, no costándoles nada ya que se trata de un patrimonio de la Comunidad; excepcionalmente llegan a contratar la obtención del barro de otras áreas, ésto cuando la demanda de sus trabajos excede la producción normal, termina esta fase con el secado al aire libre del barro lo que se realiza en el solar de la casa.

La obtención de leña para la Comunidad es mediante el abastecimiento de su propia área arbolada, ya que dispone de una superficie boscosa de 782.500 ha; el bosque al igual que el resto de los recursos patrimoniales está a disposición de todos los miembros de la Comunidad para satisfacer sus necesidades de materia prima sin costo alguno. En ese sentido su área arbolada nunca ha estado sujeta a un proceso de manejo técnico comercial, siendo todos los miembros responsables de su conservación y cuidado en caso de incendios.

De manera individual cada artesano selecciona el árbol que utilizará como combustible, realizando la labor de derribo, desrame, troceo y traslado al taller, normalmente auxiliado por uno o dos adultos de la familia, y apoyándose solamente del empleo del hacha y el burro; hasta finales de los años '70 la comunidad no había tenido problemas en el abastecimiento de leñas; sin embargo, a raíz del proceso político que empezó a vivirse se descuidó la vigilancia y protección de su bosque, lo que propició la vigilancia y protección de su bosque, lo que propició el inicio de una fuerte extracción clandestina por parte de otras comunidades asimismo por estos años el artesano empezó a compartir las labores de obtención del material combustible con parientes cercanos en los cuales delegó la responsabilidad de obtención de la leña, y que en la Comunidad se les denomina “burreros” convirtiéndose estas personas en abastecedores de leña para el pueblo cercano -Quiroga-y los alfareros de Tzintzuntzan, sin ningún control por parte de la Comunidad; esta situación ha ocasionado una preocupación grande en la Comunidad, ya que ellos aprecian la forma en que está siendo depredado su bosque que desde siempre ellos “caminaban poco” para obtener la leña, y actualmente necesitan caminar entre 5 y 7 kilómetros para obtener la madera teniendo que dedicar en promedio 3 días a esta labor.

Si bien nunca ha existido un estudio técnico en la Comunidad que permita establecer las existencias y posibilidad de extracción anual, a lo largo de los más de 500 años Santa Fé ha obtenido la leña para cocer su loza, calentar su vivienda y preparar sus alimentos de manera autosuficiente, mediante una práctica de selección, derribo y extracción del arbolado que se hereda de padres a hijos; en los años 80–82 la comunidad inició acciones tanto de vigilancia para detener el clandestinaje, como de recuperación con trabajos de reforestación que hasta la fecha ha sido de 500 hectáreas, el cual no ha crecido toda vez que ya no han contado con el apoyo financiero para esta actividad en los últimos años.

Una vez que el barro está lo suficientemente seco se procede a molerlo y cernirlo, empleando tela de alambre y un metate hasta obtener un polvo fino para posteriormente iniciar el primer amasado agregando agua hasta obtener un lodo, mismo que se cubre con costales y se deja reposar durante 24 horas.

Una vez pasado el período de reposo, se inicia el segundo amasado el cual se realiza sobre una plancha de madera que recibe el nombre “kontatarakua”; una vez que el lodo tiene el grado suficiente de elasticidad se procede a su aplanado, hasta formar la “tortilla” misma que ha de tener las dimensiones acordes a la pieza que se va a elaborar.

A continuación se procede a la preparación de la(s) pieza(s), para lo cual se emplean moldes de madera labrada, que son elaborados por cada artesano y se heredan generacionalmente al hijo mayor; una vez que se coloca la “tortilla” en el molde se da una pulida a la pieza hasta lograr el grosor deseado, cortando los excedentes superficiales, procediendo a acomodar los moldes en un lugar seco hasta que la humedad se ha reducido lo suficiente para liberar la pieza del molde trasladándose las piezas a los lugares húmedos (sombreados) de la casa para que logren el secado total, una vez que se logra esto se pule el interior de las piezas, empleando en ello olotes y trapos húmedos.

El horneado de las piezas se realiza en hornos rústicos construidos con adobe, y cuyas características son las siguientes:

-diámetro del horno1,70 m aproximadamente
-altura del horno1,50 m aprox.
-formaovoide
-entrada40 cm, a una altura de 1 m
aprox., de forma cuadrada

La colocación de la loza en el horno se hace sobre tejas de barro ubicándose sobre pilares internos en un solo nivel; la leña se distribuye sobre el piso del horno y se procede a su encendido, hasta concluir la primera quema que finaliza con la obtención de una loza verdosa que se denomina “kuakari”. Durante esta primera quema emplean 1,5 cargas de leña por horneada, exclusivamente de pino lacio (Pinus tenuifolia cada carga comprende en promedio 540 kg; posteriormente se procede a incorporar la mezcla de greda y pedernal, materiales con los que se logra el vidriado característico de la loza. La obtención de estos materiales ha constituido un problema para los artesanos ya que no se dispone de ellos en la región, teniéndose que llevar de otras Entidades como Guanajuato lo que constituye un factor de dependencia y control por parte del grupo de comerciantes de la localidad y del pueblo de Quiroga.

Posteriormente se procede a la segunda quema para la cual sólo se emplean las partes de madera que no tienen presencia de nudos y que esté completamente seca, cuando la “quemada está a punto” se continúa alimentando el fuego solamente con el corazón de la madera que recibe el nombre de ocoye, durante esta fase se emplea preferentemente el pino chino (Pinus leiophylla y P. oocarpa); al igual que la primera quema es 1,5 el promedio de cargas empleadas (una carga es equivalente a 0,75 m3, en tanto que carga y media es apenas un poco más de 1 m3). Si consideramos, como ya se ha mencionado, que son dos quemas las que se realizan a la semana y son 300 los artesanos, tenemos que la comunidad consume para la producción alfarera 900 cargas por semana, equivalentes a 489 t que referido a los 6 meses que en promedio se trabaja al año da un consumo de 11.730 t/año equivalentes a 11.000 m3r (la equivalencia es de 725 kg por m3r). Como se puede apreciar en el caso de Santa Fé no es el consumo de leña para esta pequeña industria el principal factor de extracción de sus bosques; sin embargo, sí es de apreciar que el volumen de leña para fines domésticos mantiene también importantes niveles de consumo, alcanzando un promedio semanal de carga y media por vivienda (75 kg ), lo que equivale a 2.690 m3r anuales ya que en la comunidad hay 700 viviendas; no obstante, es importante señalar que la composición de esta leña es mayoritariamente de encino y desperdicios de las maderas de pino, por lo que requeriría una evaluación especial para determinar el impacto real sobre el bosque comunal.

Tradicionalmente la producción alfarera de la localidad estaba dirigida al mercado regional mediante la participación inidividual de cada artesano en las ferias y fiestas religiosas, o la concurrencia a los principales mercados dominicales; sin embargo, a raíz de la construcción de la carretera México-Guadalajara, que pasa por la orilla del poblado, y con el apoyo financiero de empresas dedicadas a la venta de artesanías se empezó a conformar un grupo de personas que tuvieron oportunidad de adquirir camiones y construir bodegas, así como controlar el mercado de la greda y el pedernal, lo que creó una dependencia comercial de ellos de carácter caciquil; a partir de 1979 con la formación de las dos agrupaciones de alfareros, el Centro Cultural Uarameo ha intentado recuperar la tradición de la venta directa al consumidor en el mercado regional, así como de abrir especios de comercialización directa hacia los principales centros turísticos nacionales e internacionales; espacios comerciales que hasta estos momentos son controlados por la UNEAMICH, quien como ya mencionaba cuenta con el respaldo financiero del Gobierno del Estado, el FONART y los más importantes revendedores de artesanías de la región.

Con relación a los precios y costos, con excepción de la greda y el pedernal, el resto de las materias primas e insumos empleados no tienen más costo que el tiempo y el trabajo que se dedica para su obtención y elaboración (en el caso de las herramientos y los moldes, por ejemplo).

En cuanto a los volúmenes de producción y precios de venta, la producción depende del tipo de piezas que se elaboren; últimamente se ha dado preferencia a las miniaturas, por la demanda de ellas en el mercado regional; no existe un registro ni control de los precios de venta, ya que cada artesano fija el precio de su producción a su libre albedrío.

Ya que todo depende del mercado al que concurran, y de las necesidades que se desean satisfacer; así, una parte de su producción se destina al trueque (intercambio de alfarería por alimentos, enseres, vestido, etc.), en otros casos el precio de venta está de acuerdo a la calidad del acabado o el tipo de comprador, ya sea éste turista o vecino, llegando a variar sustancialmente el precio para una misma pieza.

5.7 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.7.1 Conclusiones

5.7.1.1 Conclusiones generales

Las relaciones que establece la Comunidad de Santa Fé con su bosque, para el abasto de leña, no se repite en la mayoría de las comunidades y poblados de Michoacán que también se dedican a la alfarería; ya que en algunos casos están situadas en regiones que como la Meseta Tarasca presentan una crítica degradación de sus bosques, y dependen por ello de la compra de leña a otras comunidades llegando en algunos casos -como los alfareros de Uchán y Santo Tomás-a tener que llevar su madera distancias a veces mayores de 50 km; teniendo que competir con otras actividades y usos de la madera, lo que hace más costoso y difícil la obtención de este material combustible.

En lo que corresponde a la Cuenca de Pátzcuaro, ésta se encuentra seriamente degradada y ha sido una actitud cómoda por parte de técnicos y “especialistas” el responsabilizar a las Comunidades Indígenas de tal situación, pero en opinión de las propias Comunidades ha sido la actividad forestal con fines industriales la mayor responsable del deterioro; ya que como se apuntaba ésta se da de manera anárquica y sin una supervisión real con fines estrictamente económicos e inmediatistas por parte de las empresas forestales, y sin haber reinvertido jamás en la conservación de los bosques de la región y por el contrario, las Comunidades que en general mantienen la actividad artesanal como principal quehacer productivo, han convivido con sus bosques desde hace más de cinco siglos y fue con la llegada del “técnico” y el maderero cuando los problemas empezaron para los bosques, el Lago, y su propia economía y cultura.

Al respecto, la región presenta un desequilibrio en la relación capacidad instalada-disponibilidad de materia prima, que en mucho ya ha rebasado el potencial maderable de la región; de ahí que mediante la extracción ilegal se esté satisfaciendo la demanda industrial sin importar las consecuencias de esta sobreexplotación. Si a lo anterior agregamos que a raíz del fomento de la actividad turística de la región los campesinos han visto reducidas sus posibilidades pesqueras, y que por otra parte el apoyo y asistencia tanto técnica como financiera ha sido deficiente, tenemos que el impulso de “desarrollo” que se ha intentado para la región en los últimos 20 años ha acabado marginando y haciendo dependientes a las comunidades de la región, así como llevando a una situación crítica a la Cuenca, sus recursos naturales y al Lago Pátzcuaro.

5.7.1.2 Conclusiones particulares para el caso de Santa Fé de la Laguna

5.7.1.2.1 Respecto a su relación con la biomasa forestal

Como se ha podido apreciar los artesanos mantienen una relación de equilibrio y respeto hacia sus bosques, encontrándose las causas del deterioro de su área arbolada -como ya se mencionaba-en la extracción desmedida por parte de otras comunidades de la región, como consecuencia del déficit que la región empieza a sentir en cuanto a la disponibilidad de leñas; reconociendo ellos que también ha incidido en esto la deficiente atención y vigilancia que han dado a su bosque a partir de la división de los artesanos, y el intenso proceso político que han vivido en los últimos años. En este sentido la Comunidad manifiesta su mejor disposición, producto de los acuerdos tenidos en una reciente Asamblea Comunal en la que se analizaron las causas de que su recurso boscoso se esté perdiendo y decidieron superar las diferencias de los grupos, y asumieron la decisión de manera unitaria de restablecer la vigilancia en sus bosques así como solicitar a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos y al Gobierno del Estado: apoyo técnico y financiero para iniciar un proceso de recuperación forestal.

5.7.1.2.2 Respecto a la actividad alfarera

El proceso productivo alfarero en términos generales no representa problemas, a principios de los años '80 Santa Fé junto con otras comunidades alfareras con la asesoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, estuvieron experimentando con el uso de diesel y gas, pero abandonaron esta experiencia a fin de no depender de un energético que no estaba bajo su control tanto en suministro como en precio, así como a la opinión generalizada de que la loza no tiene un cocimiento homogéneo, lo que ocasiona quebraduras y fragilidad en las piezas.

Siendo más bien los problemas de organización y financiamiento, para la obtención de la materia prima, así como el mercado cautivo a que los someten los comerciantes revendedores y la falta de apoyo gubernamental para abrir canales de comercialización que controlen los propios artesanos, y que requiere fuertes inversiones iniciales especialmente en el rubro de transporte y disponibilidad de bodegas.

Es opinión de la Comunidad que de superar estos problemas podrán estar en condiciones tanto de mejorar en lo familiar como hacer mejoras sustanciales al pueblo, dar más oportunidad a sus hijos de hacer estudios superiores e invertir en la recuperación de sus bosques sin depender de Organismos ni agentes externos.

5.7.2 Recomendaciones

5.7.2.1 Generales

Es necesario emprender acciones programáticas e integrales que permitan mejorar las condiciones de vida, producción y comercio para las comunidades alfareras de Michoacán; las cuales deben sustentarse en el conocimiento y respeto de su cultura, formas de organización social y productiva, y los términos en que ellos interactúan con el ecosistema en el que por siglos han vivido.

Es urgente abordar la problemática de la Cuenca de Pátzcuaro, mediante un programa de recuperación y ordenación de la Cuenca que tenga como punto de partida la participación activa de las Comunidades Indígenas, tanto en la toma de decisiones como en la ejecución de tareas y reparto de los beneficios.

Ya que no es sólo la alfarería la única actividad artesanal que utiliza la madera, sino que existen también la talla de máscaras, figuras ornamentales, juguetes, instrumentos musicales, muebles rústicos, etc., es necesario elaborar los estudios forestales y realizar las evaluaciones de consumo que nos permitan conocer el tamaño de la necesidad y demanda de manera que tienen, tanto como materia prima como con fines energéticos, así también conocer las posibilidades reales de disponer de madera de los bosques naturales y los requerimientos de recuperación, por la vía de las plantaciones así como las zonas prioritarias.

5.7.2.2 Particulares para el caso de Santa Fé de la Laguna

Se requiere que tanto la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos como el Gobierno del Estado, canalicen de manera efectiva su apoyo técnico y financiero capitalizando el interés manifestado por los artesanos de Santa Fé para iniciar la recuperación de sus bosques; la comunidad cuenta en la parte alta de su área arbolada con suficiente semilla de las pináceas que utiliza como energético, asimismo dispone de una significativa población de madroño de donde puede disponerse de material genético para impulsar su restablecimiento en otras zonas de la cuenca.

Es necesario ofrecer alternativas por la vía de las plantaciones y el mejoramiento del abasto de leña a las comunidades aledañas a Santa Fé que tienen problemas con su obtención,

Se requiere un estudio integral que permita sistematizar y evaluar la tradición y experiencia de los artesanos de Santa Fé, ya que existen suficientes elementos que pueden servir como puntos referenciales, por ejemplo para programas de desarrollo en otras regiones.

Se debe exhortar tanto al Fondo Nacional para el Fomento de Artesanías como al organismo especializado del Gobierno del Estado (Casa de las Artesanías), para que efectivamente cumplan con su función de apoyo y fomento de las artesanías; antes que seguir siendo un obstáculo para el mejoramiento productivo y la comercialización directa de las comunidades artesanas, como es el caso de Santa Fé de la Laguna.

Se debe aprovechar el interés de organizaciones no gubernamentales del extranjero, para que de manera coordinada, entre ellos las autoridades mexicanas y la comunidad, se abran mercados que permitan la comercialización directa en el extranjero.

Se deben abrir canales de financiamiento por parte de la banca nacional, estableciendo líneas de crédito flexibles, que permitan a los grupos alfareros la adquisición de las materias primas (greda y pedernal).

5.8 BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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