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EL GÉNERO PROSOPIS “ALGARROBOS” EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DISTRIBUCIÓN, BIOECOLOGÍA, USOS Y MANEJO.

I. INTRODUCCIÓN

I.1. GENERALIDADES

El nombre con que se conocen en diferentes lugares de América Latina es “Algarrobo”; la palabra deriva del árabe “al carub”, que significa el árbol por antonomasia.

La gran diversidad morfológica de las especies de Sudamérica, que abarca casi todos los caracteres encontrados en Norte América y el Viejo Mundo, sugiere que Sudamérica sería el centro de diversificación del género. Evidentemente los procesos de especiación y diversificación ecológica proceden en su gran mayoría de las zonas no tropicales de Sudamérica.

El género Prosopis pertenece a la subfamilia Mimosaceae, familia leguminosae, comprende 44 especies Burkart (1976), de gran importancia en la composición arbórea y arbustiva de zonas áridas y semiáridas, abarcando su distribución el Sureste de Asia (tres especies nativas), Africa tropical (una especie nativa) y América (40 especies), llegando en este último continente desde el S.O. de EE.UU. hasta la Patagonia Argentina y Chile. De un total de 31 especies Sudamericanas, 11 son endémicas de Argentina; Burkart (1976), Hunziker y col. (1986).

No sólo los parámetros físicos y ambientales actúan como agentes selectivos sobre las especies. Estudios sobre los herbívoros de hojas, flores y frutos indicaron que las interacciones bióticas pueden jugar también un rol significativo en muchas formas adaptativas observadas en los algarrobos de norte y sudamericanos; Solbrig (1977).

El establecimiento de las especies en Secciones y de especies que frecuentemente hibridizan dentro de ellas, indica que Prosopis es un antiguo género que divergió tempranamente en varios linajes principales, pero que dentro de algunos de esos linajes se han producido episodios recientes de especiación parcial Burkart and Simpson (1977).

Roig (1993), haciendo una revisión del género Prosopis en Argentina, propuso algunas hipótesis sobre su evolución. El centro de radiación sería la Región Chaqueña hacia el sur y hacia el Oeste, conquistando territorios cada vez más xéricos. Este proceso evolutivo lo evidenció en las bioformas, las espinas, las hojas y los frutos. La especiación se habría producido en las zonas periféricas conquistando nuevos nichos, y destaca la importancia de los hábitats marginales en el proceso evolutivo.

Los resultados alcanzados con diferentes especies muestran la existencia de alta variabilidad de los caracteres en todos los niveles estudiados. Si a esto se agrega la existencia de híbridos interespecíficos, que aumenta la variabilidad en la base genética salvaje, se pone en evidenccia la enorme importancia del Género desde el punto de vista de la biodiversidad. Los rasgos excelentes, como rectitud del tronco, el crecimiento rápido, la falta de espinas, la elevada producción de biomasa, la producción abundante de frutos y la resistencia a las diferentes presiones ambientales y antrópicas a que está sometida la base genética, lleva a recapacitar sobre la necesidad y el valor de la conservación.

Cuando estos recursos genéticos se combinan con las mejores técnicas de manejo para la captación de lluvia, resistencia a la sequía para establecimiento en lugares con déficit hídrico, propagación vegetativa exitosa, y la opción del germoplasma adecuado para cada sitio, la reforestación con especies de Prosopis en diferente zonas áridas y semiáridas del mundo tendrá excelentes posibilidades de éxito.

El establecimiento de una red de familia, con ensayos de procedencias de las especies más importantes de Prosopis, permitirá en un tiempo relativamente corto contar con el germoplasma nativo importante para ser usado en diferentes zonas áridas y semiáridas del mundo y, con el material adecuado, para realizar forestaciones con diversos fines.

En Argentina se realizan actualmente importantes esfuerzos de conservación con el objetivo de salvaguardar el germoplasma y la variabilidad de ejemplares superiores; cabe mencionar: el Banco de Germoplasma para el género Prosopis en Argentina, del Laboratorio de Recursos Nativos y Ecología FCA-UNC en la conservación de semillas puras, en bolsas de papel madera perfectamente identificadas por fichas y conservadas a menos de 17°C, ex situ, y en huertos con un Programa de Domesticación de especies y Transferencia de Tecnología, in situ. Estas semillas son sometidas anualmente a test de viabilidad y se mantienen en un 99%, desde hace 17 años. El almacenamiento de semillas en el fruto parece que tiene un efecto negativo en la conservación de las semillas. Muestras de semillas tomadas del extremo proximal del fruto y del distal, dan una tasa de germinación más pequeña que las ubicadas en el medio de la misma. El tamaño de la semilla, a su vez, parece no tener influencia en la tasa de germinación, pero sí en el crecimiento en altura del arbolito. Por lo tanto, es importante tomar en cuenta estas consideraciones en aquellos lugares donde aún no se ha establecido una forma de conservación de germoplasma, con vistas al futuro.

El Banco Nacional del género Prosopis provee semillas de distintas especies del Género, está también en la FCA-UNC, pero las semillas guardadas no son puras.

En el Banco de Germoplasma de Forestales Nativos la Provincia del Chaco la conservación es en vivo y en cámara.

El IADIZA (Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Aridas) cuenta con un Banco de Germoplasma donde las semillas se conservan en frascos de vidrio con silica - gel y en heladera.

En Chile, se conservan en frascos de vidrio cerrados herméticamente con agregado de alcanfor o naftalina.

En Perú, las semillas previamente secadas se colocan en bolsas o frascos herméticamente cerrados, en ciertos casos pueden usarse resecantes como el NaCl, dentro de pequeñas bolsitas, para hacer que el aire circule alrededor de los envases. Los lugares de conservación pueden ser cuartos ventilados y a una temperatura de 0° o cámaras; Celis (1995).

Ffolliott y Thames (1983) sugieren cómo deben conservarse las semillas en un banco de germoplasma, haciendo referencia a un almacenaje de corta y de larga duración.

Ha habido varias iniciativas para explorar y coleccionar germoplasma de Prosopis en México, y durante la última década, CTFT hizo colecciones pequeñas de algunas especies de Prosopis en Ecuador, habiendo también incluido un rango de especies de Prosopis en México, Perú y Chile; FAO (1980).

Este género tiene una alta variabilidad morfológica, ocupa territorios de gran diversidad climática y edáfica, y su demostrada importancia histórica desde un punto de vista económico-social y como restaurador de ambientes deteriorados, favorecerían las posibilidades de selección de árboles que ocupan una gama de ambientes tan diversos como subtropicales húmedos a xéricos fríos. y desde el nivel del mar hasta más de 3000 msnm con toda la gama intermedia. La existencia de híbridos enriquece la variabilidad ampliando las posibilidades de selección.

La monografía publicada por Burkart (1970), donde describe 44 especies del género Prosopis sobre la base de caracteres morfológicos, sentó los fundamentos para el desarrollo de numerosos estudios que aportan al conocimiento de este complejo Género, en distintos aspectos: proteicos, isoenzimáticos, moleculares, ecológicos, manejo, etc., que permanentemente se llevan a cabo en toda América Latina y otros lugares del mundo.

Estudios cromosómicos no mostraron diferencias entre las especies (2n= 28), excepto para P.juliflora, en la que encontraron razas diploides y tetraploides. La poliploidía es un fenómeno poco frecuente en el Género, y los únicos casos registrados están limitados a algunas variedades tetraploides (2n=56; X=14) de P.juliflora de Haití, Aruba, Colombia y Venezuela.

Para explicar esta variabilidad intrapoblacional Burghardt (1992) propone que la incompatibilidad. el relativamente alto número gamético (n=14) y la frecuencia de quiasmas (1.61–1.65) polivalentes serían suficientes para asegurar la variabilidad en las poblaciones naturales.

En base a los estudios que toman una variedad de técnicas, que son congruentes con las morfológicas, electroforesis entre otras, Saidman y colaboradores han encontrado que existen pocas barreras cromosómicas o genéticas para la hibridación entre las especies de Prosopis Hunziker, y col (1996); además de estos hechos citológicos, hacen referencia a la simpatría. Burkart (1976); Morello et al. (1971), a la ausencia de barreras de aislamiento. Burghardt y Palacios (1981); Burghardt (1982); usando cromatografía de fenoles Carman (1973); Palacios y Bravo (1981); Naranjo et al. (1984); con cromatografía de ácidos grasos y la utilización de aminoácidos libres, Carman et al. (1984) combinando las propiedades inmunológicas Cohen, et al. (1967) mostraron dentro de las Secciones Strombocarpa y Algarobia, una similitud mayor que la esperada para especies bien establecidas, no encontrándose compuestos marcadores diagnósticos que permitieran reconocer inequívocamente una especie de otra. Sin embargo; Saidman (1996, 1998) en estudios isoenzimáticos comparativos entre especies de las dos Secciones nombradas, mostró que la variabilidad genética en la Sección Strombocarpa es más baja que en la Sección Algarobia, con mayor divergencia entre especies y con un notable número de loci diagnósticos.

Las especies del Género constituyen un recurso natural importante, especialmente en áreas donde otros forrajes provenientes de pastizales y bosques, son escasos; sin embargo es también un recurso económico valioso, aun en Estados Unidos.

En diferentes lugares del mundo las especies del género Prosopis tienen usos múltiples. En Perú sus frutos y sus derivados se utilizan para alimentación humana y animal; en el nordeste de Brasil el uso es semejante. En Argentina, el uso de frutos de diferentes especies para alimento humano y de animales se remonta a siglos atrás.

En Senegal y otros países africanos, P.Africana ha sido un recurso muy importante como forraje y madera; en este país se han introducido 14 especies, varias de las cuales son sudamericanas para uso múltiple. López Villagra(1995). P.juliflora ha sido introducido en el Sahel y se ha convertido en una fuente de forraje, ya que se utilizan sus frutos y follaje durante la estación seca como diferido, al tiempo que sirve como barrera contra vientos y para estabilizar dunas. Se utiliza para la alimentación humana y animal y Nobre (1981) asevera que el valor alimenticio de los frutos de este algarrobo igualaría a los de cebada y supera a los de avena, pero es inferior a los de maíz.

Díaz (1962) habla de la utilización sistemática en Tucumán, Argentina, para la alimentación del ganado lechero; en tanto que Briones (1985) dice “debemos reconocer al Prosopis como una fuente fundamental de nutrición tanto para animales salvajes como domésticos”.

En la literatura se encuentra abundante material en el que se detallan las bondades forrajeras de varias especies del género Prosopis a lo largo de su área de distribución.

Los habitantes nativos del continente dieron gran importancia a los árboles y arbustos de este Género. En general se los llama “algarrobo”, y cuando se refieren a estas especies se los llama simplemente “el árbol”. Las especies más importantes son P.alba var panta (árbol bello), P.chilensis (algarrobo blanco), P.nigra, P. elata, P. flexuosa, (algarrobo negro), nombre que hace referencia al color de los frutos, sin embargo existen algarrobos con frutos rojizos dentro de las variedades de P.nigra, P. strombulifera y P.campestris; son arbustivas que viven en suelos salinos. Son todas excelentes forrajeras para el ganado bovino, las primeras, y caprino las dos últimas.

En Argentina se utilizan en pastoreo directo y diferido (los frutos se recolectan y se secan) para suplemento en invierno, para ganado vacuno, caballar, caprino y porcino.

También se utilizan como alimento para humanos: una vez secos se muelen y preparan lo que se llama “harinita” mezclada con leche: es muy nutritiva y el sabor es semejante a la cocoa (chocolate). También con la harinita se hacen tortas cocidas al horno y “patay” una torta seca cruda que puede guardarse por varios meses. Se preparan también bebidas alcohólicas, como la “aloja”, que es un producto derivado de la fermentación de los frutos maduros molidos, colocados en agua.

Gomes (1962), menciona más globalmente que el uso de Prosopis en la alimentación humana es muy antiguo, tanto en América (especialmente Perú y Chile), como en Asia y Africa. El mismo autor hace referencia a su uso en virtud del gran valor forrajero de sus frutos. Éstos han sido utilizados para alimentar bovinos, caprinos y porcinos en Colombia y Venezuela.

En el sur de Perú, un tipo de aloja derivada de P. alba var. panta fue tradicionalmente usada como bebida ritual y sólo podían consumirla caciques y brujos de las tribus. Pero en la actualidad es comúnmente usada en varios países, y en Perú se comercializan bebidas derivadas de los frutos de algarrobos.

Varias especies del Género se utilizan como medicinales. En Sudamérica se utilizan con este fin los frutos de P.strombulífera, pallida, alba, alba var.panta, nigra, elata, chilensis y otras. Dentro de otros usos tradicionales está la construcción de muebles, parkets, aberturas, etc., con la excelente madera de distintas especies; además está el uso generalizado como leña y carbón.

La mayoría de las especies son importantes como fijadoras de suelos y restauradoras, porque contribuyen al desarrollo de los mismos Donoso et al. (1992); Galera (1995). Además son importantes por su capacidad de asociarse simbióticamente con Rhizobium y otros organismos fijadores de N. La incorporación de especies del género en sistemas silvopastoriles es una importante contribución al desarrollo de sistemas agropecuarios sustentables y de multipropósito.

El conocimiento sobre cómo cultivarlas, llevarlas a campo y las tecnologías de manejo para algunas, está bien probado y se han realizado con éxito plantaciones con diferentes técnicas y con fines diversos.

Algunas se conocen muy bien, como la bioecología de P. Juliflora. Silva (1986) hace una extensa descripción sobre requerimientos, formas adecuadas para la germinación, siembra, trasplante, diferentes tipos de distribución y consociaciones para su cultivo, cosecha y almacenamiento. Aguirre y Wrarin (1985), por su parte, han realizado estudios sobre P. tamarugo, incluyendo tipos de plantaciones, crecimiento, desarrollo y productividad. En Piura, Perú, se realizaron experiencias de cultivos de P. pallida, determinándose su velocidad de crecimiento, necesidad de agua y sistema radical, y su ciclo vegetativo, según consta en Montesinos et al (1988). Galera et al. (1993, 1995, 1997, 1999) han trabajado y domesticado P. alba var. panta, P. nigra. P. elata y P. Torquata, habiendo establecido sistemas de intercultivo con algarrobo, maíz, poroto y plantaciones de P. alba var. Panta para restaurar suelos deteriorados por agricultura de monocultivo de soja.

Ayerza, Díaz y Karlin (1980), describen el cultivo realizado en Catamarca, Argentina, con 2.500 individuos de P. nigra por hectárea.

Durante el año 1985, cerca de 1.800 hectáreas de P. tamarugo fueron plantadas en el desierto de Atacama, Pampa Central del Tamarugal. Chile CORFO / INFOR (1985), siguiendo a Habit (1982). En Perú, en un extenso programa del gobierno, dos millones de hectáreas fueron sembradas con semillas pregerminadas, desde avión, en el desierto de Piura en los años 1997 y 1998, aprovechando el fenómeno del “Niño”.

El interés en el estudio de especies consideradas como alternativas en la producción de alimento, tanto humano como animal, crece día a día, con lo que se encuentran vacíos acerca de la biología y forma de crecimiento y desarrollo de la mayoría de las especies de este Género, que aún no han sido domesticadas.

Los problemas taxonómicos son todavía un rasgo importante que está limitando el progreso en la exploración, colección y evaluación de los recursos genéticos del Género. En muchas colecciones recientes de semillas, se han encontrado problemas con la identificación de material que se ha extendido alrededor del mundo.

Hay gran confusión sobre la identidad de material cultivado y que se naturalizó en el nordeste de Brasil, en Sudán, Sudáfrica, Chad y en otros lugares. Estos problemas son en parte debidos a problemas taxonómicos genuinos, que requieren extensa investigación, pero también se debe a las limitaciones de una revisión botánica. Un usuario común necesitaría una guía sencilla para la identificación a campo. Hay una gran necesidad de producir una guía clara, bien ilustrada para la identificación de especies de Prosopis con dibujos, fotografías, gráficos y descripciones. Además, está claro que las modificaciones a las secciones básicas delineadas por Burkart (1976) deberían hacerse considerando la evidencia reciente, como ADN y otras.

Hay información disponible hasta ahora en lo relativo a la variabilidad dentro de las procedencias para las especies, también amplia evidencia de una significativa variación genética en un rango de rasgos, como las características de la vaina, la tolerancia medioambiental y el crecimiento dentro de las especies. Gran parte de este conocimiento se incluye en esta obra.

Para las colecciones de semillas en el futuro se requieren los mapas completos y detallados de distribución de las especies. Las nuevas colecciones de semillas pueden ser congregadas por el Banco Nacional, en cada país, y los bancos de semillas regionales que siguen los procedimientos regularizados. Para la coordinación y el intercambio libre de material, regionalmente, y con otros continentes, deberán respetarse los convenios sobre biodiversidad existentes.

Se necesita el apoyo de donantes para el mantenimiento permanente de los bancos de semillas; debería fijarse un costo real para que estas colecciones se mantengan, y se requerirá la actualización permanente de los bancos creados con estos fines.

De las aproximadamente 44 especies de Prosopis que crecen en el mundo, más del 60 % está representado en Argentina. Están protegidas en las áreas naturales de jurisdicción de la Administración de Parques Nacionales 24 especies, variedades y formas, de las cuales cinco son vulnerables y ocho raras, según las categorías de especies amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la naturaleza. Además la mayoría de ellas son endémicas de Argentina, sin embargo deberían agregarse al Sistema Nacional de Áreas Protegidas otros sectores que están en proyecto, a los efectos de salvaguardar a la mayoría. No hay registros de que existan áreas protegidas con especies de Prosopis en otros países de Sudamérica.

Los programas que han utilizado Prosopis para introducciones han tomado un fragmento estrecho del recurso genético existente. En general han confiado en un número pequeño de especies o familias de las más conocidas como por ejemplo P.juliflora. La mayoría de éstas fue mal o pobremente documentada y la identificación en muchos casos prueba que son de una base genética estrecha, por ejemplo en el nordeste de Brasil.

En muchos casos estas introducciones tempranas se han naturalizado y extendido ampliamente dentro del país, por ejemplo en el Chad, Hawai, Senegal, Pakistán, India, etc.

Hay peligros inherentes asociados con la confianza en una base genética estrecha. Esta opción pobre de especie y fuente de semilla limitada u otra forma de propagación, como clones, puede tener implicancias serias. En muchos casos ha tenido una percepción incorrecta y mezclada de los Prosopis. Más allá de estas consideraciones, es probable que para la introducción exitosa de nuevo material genético existan limitaciones serias, por la dominación aplastante de las poblaciones ya naturalizadas extensamente, ayudadas en la dispersión por las especies animales nativas y el ganado.

Para implantar nuevos programas con algarrobos se puede confiar en la opción especie y en una elección apropiada de fuente de semillas, o en otros elementos de propagación, a los efectos de no desvirtuar el gran potencial del género, así como el importante rol de árboles prominentes para el árido y semiárido.

I.2. ESPECIES Y VARIEDADES INCLUIDAS.

Las 36 especies y variedades de Latinoamérica que se incluyen por orden alfabético con detalles sobre: Ubicación taxonómica, descripción botánica, origen y distribución geográfica, bioecología, calidad de los frutos y usos, silvicultura y manejo y costos (cuando existe información disponible) son:

I.2.1    Prosopis abbreviata Bentham H.J.

I.2.2    Prosopis affinis Sprengel

I.2.3    Prosopis alba Grisebach.

I.2.4    Prosopis alba var. Panta Grisebach.

I.2.5    Prosopis alpataco R.A Philippi.

I.2.6    Prosopis argentina Burkart.

I.2.7    Prosopis burkartii Muñoz.

I.2.8    Prosopis caldenia Burkart

I.2.9    Prosopis calingastana Burkart

I.2.10 Prosopis campestris Grisebach

I.2.11 Prosopis castellanosii Burkart

I.2.12 Prosopis chilensis (Molina) Stuntz.emend Burkart

I.2.13 Prosopis denudans Bentham.

I.2.14 Prosopis elata (Burk.) Burk

I.2.15 Prosopis fiebrigii Harms.

I.2.16 Prosopis ferox Grisebach.

I.2.17 Prosopis flexuosa D.C.

I.2.18 Prosopis hassleri Harms

I.2.19 Prosopis humilis Gillies ex Hooker & Arnott

I.2.20 Prosopis juliflora (SW) DC

I.2.21 Prosopis kuntzei Harms Kuntze

I.2.22 Prosopis laevigata (H. B. ex Willd.) Johnst. M.C

I.2.23 Prosopis nigra (Grisebach) Hieronymus

I.2.24 Prosopis pallida (H. et Bonpl. ex Willd.) H.B.K.

I.2.25 Prosopis pugionata Burk

I.2.26 Prosopis reptans Bentham

I.2.27 Prosopis rojasiana Burkart

I.2.28 Prosopis rubriflora E. Hassler

I.2.29 Prosopis ruizleali Burkart

I.2.30 Prosopis ruscifolia Grisebach

I.2.31 Prosopis sericantha Gillies ex Hooker & Arnott

I.2.32 Prosopis strombulífera (Lam.) Bentham

I.2.33 Prosopis tamarugo F. Philippi

I.2.34 Prosopis torquata (Cavanilles ex Lagasca) D.C.

I.2.35 Prosopis vinalillo Stuckert.

I.2.1 UBICACIÓN TAXONÓMICA

Nombre científico: Prosopis abbreviata Bentham H.J.

Nombre común: “Algarrobillo espinoso”

Familia: Mimosaceae (Leguminosae, Mimosoideae)

DESCRIPCIÓN BOTÁNICA

Es un árbol pequeño, de 2–4 m de alto, con troncos de hasta 10 cm. de diámetro; Burkart (1976).

BIOECOLOGÍA

Florece entre setiembre y diciembre. Fructifica en enero y marzo; Legname (1982).

ORIGEN Y DISTRIBUCIÓN

Es un elemento del Bosque Chaqueño seco; Roig (1993).

BIBLIOGRAFÍA

Burkart A. 1976. “A Monograph of the Genus Prosopis”. Journal Arn. Arb. 57 (3–4)

Legname, P. 1982 “Arboles indígenas del NW Argentino”. Opera Lilloana XXXIV. Tucumán.

Roig, F.A. 1993. “Informe Nacional para la Selección de Germoplasma en Especies de Prosopis en la República Argentina” IADIZA-CRICYT.

I.2.2 UBICACIÓN TAXONÓMICA

Nombre Científico: Prosopis affinis Sprengel

Sinónimos: Prosopis algarrobilla Grisebach
Prosopis nandubey Lorentz ex Grisebach
Prosopis algarrobilla Grisebach var, ñandubay

Nombre común: “Algarrobo-Pava”, “Pava”, “Algarrobilla”, “Algarrobillo”, “Algarrobo Ñandubay”, “Algarrobo negro”, “Calden”, “Espinillo”, “Espinillo ñandubay”, “Ibope-moroti”, “Ñandubay”

Familia: Mimosaceae (Leguminosae. Mimosoideae)

DESCRIPCIÓN BOTÁNICA

Es un árbol de 2,5–10 m de alto, con el tronco erguido de 50–60 cm. de diámetro, ramoso, con ramas ascendentes o flexuosas, inermes o espinosas. Las espinas geminadas, axilares, divaricadas, de 5–18 mm de largo. Las hojas de 4,5–14 cm de largo dispuestas en grupos de 3–8 hojas por nudo. El pecíolo de 10–35 mm de longitud con glándula interpeciolar cupuliforme, sésil, parduzca con poro apical. Las pinnas de 2–7 cm de largo con 13–16 pares de folíolos, de 6–17 cm de largo por 2–2,5 mm de ancho, elípticos, cortamente mucronados, cinereos y villosos, el raquis y nervios reticulados son prominentes abajo. Las flores amarillentas, dispuestas en racimos de 8–14 cm de largo, tienen un cáliz de 0,8–1 mm de largo, y una corola de 2–2,5 mm de largo, los estambres de 3,8–4 mm de longitud; el estilo de 2–2,4 mm de largo, ovario de 0,8–1,2 mm de largo. Pedicelo de 15 a 20 mm de largo. Maduran de 2–5 frutos por inflorescencia. El fruto de 12–25 cm de largo por 12–18 mm de ancho y 7–10 mm de grosor, es comprimido, ligeramente falcado, más o menos moniliforme, violáceo, hasta morado. El acumen de 8–20 mm de largo, glabro, curvo. El pedúnculo de 6–15 mm de largo, glabro; Ferreyra (1987).

BIOECOLOGÍA

Las flores son visitadas por abejas polinizadoras que contribuyen al proceso de la fecundación. Además producen abundante miel. Los frutos morados deben su color a la presencia de antocianinas, pigmento que imprime la coloración a la superficie del fruto; Flores (1987).

En la Universidad Nacional de Piura (Perú), se intentó conocer la influencia que presentan las auxinas con relación al enraizamiento de estacas de algarrobo, prendimiento y la realización de un análisis económico. Las estacas, de material proveniente de campo, que fueron obtenidas del tercio medio de la copa, de 25 cm de longitud, y diámetro casi uniforme, libres de hojas, fueron plantadas verticalmente en un sustrato esterilizado, compuesto por arena lavada de río y aserrín en una proporción de 70% y 30% respectivamente.

El sistema de aplicación de las auxinas se realizó a través del método de inmersión lenta por espacio de 24 horas. Las estacas fueron distribuidas al azar, en el interior del invernadero, recibiendo mediana luminosidad y riego con lluvia fina.

El efecto de las auxinas se reveló a través del enraizamiento alcanzado por las estacas. Las estacas tratadas con AIB en la dosis de 50 ppm y con AIA en dosis de 100 ppm en solución diluída muestran el mayor número de estacas enraizadas. A las 12 semanas se encontraron estacas latentes (sin y con callos), en cantidades variables pertenecientes a dosis más bajas. La más alta tasa de mortandad, con presencia de quemaduras en la base donde se había aplicado el producto, correspondió a las dosis más elevadas.

ORIGEN Y DISTRIBUCIÓN

Ocupa una extensa área geográfica, desde Perú hasta Argentina. Habita desde la costa norte y sur del Perú hasta Bolivia, Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay; Flores (1987).

Se distribuye en Argentina en: norte de Córdoba, centro y sur de Santa Fe, Entre Ríos. Según el botánico Pío Correa, P.algarrobilla sería la única especie silvestre de este. Género en Río Grande do Sul, Brasil; Roig (1993).

En el Chaco ocupa suelos bien evolucionados y no erosionados, que pueden ser salinos y a veces alcalinos, o sólo salinos en profundidad. Allí la sabana de Elionourus con P. affinis constituye una etapa de degradación del bosque climax.

P.affinis y la palmera Copernicia alba entran en expansión explosiva apenas la sabana es alterada por el pastoreo mayor. Su agresividad para ocupar ambientes degradados lo ha llevado a ser considerado una plaga en el Paraguay; Michalowsky (1954).

En la llanura del NO de Santa Fe se suceden hacia el SE tres tipos de bosques, primero los quebrachales de Quebracho colorado, luego los de Quebracho blanco y por último, bosques donde P. affinis domina conjuntamente con P. alba y P. nigra.

En Entre Ríos, donde es común en la región de Montiel, es considerado como un árbol ideal para combinar la ganadería con la producción silvícola; Burkart (1987).

USOS - CALIDAD DE LOS FRUTOS

P.affinis es una de las especies más importantes. Su madera es de excelente calidad y durabilidad.

La albura es amarillenta, y el duramen es marrón rojizo, cambiando a marrón oscuro al exponerse al aire. El tronco es erecto, alto, siendo muy apropiado para postes, vigas y maderas de construcción. Los frutos tienen glucósidos que hacen de ellos un excelente forraje; Tortorelli (1956).

En Brasil es muy usado como leña, excelente por el calor que produce. También allí se utiliza para construciones civiles, por tener madera muy dura. Es muy usado en durmientes. La cáscara se utiliza en curtiembres; y la pulpa de los frutos fermentados produce una bebida alcohólica denominada chicha; Roig (1993).

BIBLIOGRAFÍA

Burkart, A. 1943. “Las leguminosas argentinas”. Acme Agencia de Bs. Aires.

Burkart A. 1976. “A monograph of the Genus Prosopis”. Journal Arn. Arb. 57 (3–4)

Burkart, A. 1987. “Leguminosae. In Burkart”, A. N. Troncoso. Flora ilustrada de Entre Ríos. III: 442–742.

Dias Celis, A. 1995. “Los Algarrobos”. CONCYTEC

Ferreyra, R. 1987. “Estudio Sistemático de los Algarrobos de la Costa Norte del Perú”, Publicación Auspiciada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC). Dirección de Investigación Forestal de Fauna. Ministerio de Agricultura.

Flores A. 1987. “Efecto de dos Auxinas en el Enraizamiento de Estacas de Algarrobo Paiva”. Tesis para optar al título de Ing. Agr. 1–87- U.N.P.

Roig, F.A. 1993 “Informe Nacional para la Selección de Germoplasma en Especies de Prosopis en la República Argentina”. IADIZA-CRICYT.

Michalowski, M. 1954. “Arboles y Arbustos del Paraguay”. Min. De Agric. Y Gan. Publica ción No 231. Asunción.

Morello, J. J. Adamoli. 1967 “Vegetación y Ambiente del NE del Chaco argentino”. Guía de Viaje del Tramo Resistencia - Pilcomayo. IX Jornadas Arg de Bot. Offset, pág. 75

Souza, S. y Souza N.C. 1984 “Propagación Vegetativa de Algarrobo a Través de Estacas”, 56,300 Petrolina, PE.

Tortorelli, L. 1956 “Maderas y Bosques Argentinos”. Bs. As.

Foto 1

Foto 1: Ejemplar de Prosopis affinis, Sur de la laguna de Mar Chiquita. Córdoba 1978. F.M. Galera.

Foto 2Foto 3
Foto 2: Inflorescencia de P. affinis. Santa Fe. 1978.
F.M. Galera.
Foto 3: Frutos de P. affinis. Algarrobilla. Santa Fe. 1982.
F.M. Galera.

I.2.3 UBICACIÓN TAXONÓMICA

Nombre científico: Prosopis alba Grisebach.

Nombre común: “Algarrobo blanco” (Argentina, Chile) “Acacia de catarina”, “Algaroba”, “Algaroba blanca”, “Algarrobo”, “Algarroba”, “Algarrobe blanco”, “Algarrobo”, “Algarrobo bianco”, “Algarrobo impanta”, “Algarrobo panta”, “Aroma”, “Arbasco”, “Bate caixa”, “Bayahonda”, “Carbón”, “Chachaca”, “Cuji yaque”, “Ibope-para”, “Igope”, “Igope-para”, “Ironwood”, “Jacaranda”, “Manca caballa”, “Mesquite”, “Nacasol”, “Screwbean”, “Tintatico”, “Visna”, “Vit algarroba”, “White algaroba”, “Tacu”.

Variedades: Prosopis alba Grisebach var. alba
N. común: “Algarrobo blanco” (Argentina y Chile)
Prosopis alba Grisebach var. Panta Grisebach.

Familia: Mimosaceae (Leguminosae: Mimosoideae)

DESCRIPCIÓN BOTÁNICA

Es un árbol de ramas retorcidas, delgadas largas y péndulas, con follaje fino. Las espinas, geminadas, axilares, de 1 a 4 cm de longitud, no son muy abundantes. La copa redondeada, extendida de hasta 15 m de diámetro. La altura total varía de 5 a 15 m con diámetro de fuste de hasta 1,5 m. P. alba alcanza una altura entre 9,5 m y 12,3 m en Formosa.

Las hojas tupidas con 1 a 3 yugas, glabras, pecioladas, con el raquis de 0,5 a 8 cm de longitud. Las pinnas con 25–50 yugas encorvadas. Los folíolos lineales rectos o levemente encorvados, agudos, subsésiles, de base asimétrica, miden de 0,5–1,7 cm de longitud por 1–2 mm de lado. Son subcoriáceos, glabros, con una distancia entre folíolos de 1,5 a 6 mm.

Las flores, dispuestas en racimos cilíndricos densifloros, amarillos de 7 a 11 cm de longitud, son hermafroditas blanco verdosas a amarillentas, pequeñas, subsésiles. El cáliz de 1 mm de largo, la corola de 3–3,2 mm; los estambres 4,5 mm; el pistilo de 5 mm de largo.

El fruto es una legumbre recta, falcada o semicircular, chata, de suturas paralelas gruesas y caras onduladas, estipitada brevemente acuminada, color pajizo-amarillenta, coriácea, muy comprimida, sección biconvexa, carnosa, azucarada, comestible. A veces con forma acampanada o lineal, muy comprimido, amarillo suave no punteado de 12 a 25 cm de longitud por 11–20 mm de ancho por 4–5 mm de grosor. Con 12–30 artejos subcuadrados, más largos que ancho, de aproximadamente 1cm por 0,6 cm. Burkart (1976). Mesocarpo, grueso en la madurez, marrón suave, con endocarpo segmentado longitudinalmente, terminación bastante ancha de 5 a 7 mm, subcoriácea; con la terminación del fruto de 1 cm de longitud recto o curvado en la base, y a veces mostrando las formas de las semillas del interior con una subyacente marca. La sección transversal lo muestra como biconvexo, subcoriáceo, cerrado. Las semillas son de color marrón suave a rojizo, oblongas, sin punta, alisadas, abovedadas transversal y elípticamente, algo asimétricas y protuberantes, la línea de fisura es bastante larga, y el funículo es corto. De terminación brusca, ahusada, con una grieta en forma de cruz, de 4,2–7 mm de longitud por 2,6–3,9 mm de ancho El endosperma es vítreo y asimétrico. Los cotiledones son amarillo claro en forma de “s”, con base asimétrica redondeada en la parte de la radícula, más pronunciada que en las otras especies. (2n=28): Briner (1985).

Las principales diferencias entre Prosopis alba var.alba y Prosopis alba var.panta son que los folíolos de la var. Panta son más pubescentes y más largos que los de alba. Los frutos de panta son rectos, más oscuros, con más mesocarpo (pulpa) y sin bordes sobresalientes, a veces con manchas y de mayor tamaño (2n=28). La variedad Panta se encuentra representada por individuos escasos y dispersos, en virtud de que por sus excelentes características ha sido muy explotada, quedando pocos remanentes de ellos en el NO de la Pcia. de Córdoba; Galera (1999).

BIOECOLOGÍA

Es apreciado en el Paraguay por su gran resistencia a la sequía. Es una de las maderas indígenas de mayor uso.

Las condiciones del hábitat natural y de las localidades donde la especie ha sido cultivada exitosamente son las que se mencionan a continuación A los algarrobos blancos se los encuentra en zonas de 500 a 1200 mm de precipitaciones, con temperaturas que van desde los 48 °C de máxima absoluta, hasta los -10 °C de mínima absoluta, donde las lluvias se producen en la época estival. Se desarollan en distintos tipos de suelos, especialmente en los franco arenosos. Tolera bajos niveles de salinidad. Soporta anegamientos temporales de 1 a 2 meses. Habitan en zonas serranas sobre suelos con cierta pedregosidad o aluvionales hasta los 1000 msnm.

Crecen mejor en arenas permeables, pero a veces se los encuentra en arcillas, arenas arcillosas y aun en suelos salinos. Son muy resistentes a la sequía, crecen en áreas climáticas secas. No resisten las heladas prolongadas.

En las zonas donde las precipitaciones varían entre 500 y 600 mm, se comporta como freatófito, encontrándose preferentemente a orillas de cañadas y ciénagas o a lo largo de ríos y arroyos. Alcanzan el mayor crecimiento donde las napas freáticas se encuentran hasta 15 m de profundidad.

Entre las especies de la Sección Algarobia encontramos individuos con características intermedias que seguramente se deben a hibridaciones interespecíficas, haciéndose dificultosa la diferenciación entre ellas. Una de las principales causas es que las flores de los algarrobos son protogínas o sea que el estigma madura antes que las anteras, favoreciendo la fecundación cruzada. Existen numerosos híbridos: Prosopis alba × Prosopis nigra; Prosopis alba × Prosopis ruscifolia, P.alba × P. flexuosa, etc.

Balboa y Arce (1988) estudiaron Prosopis alba y P. nigra en Chile que crecen en condiciones ambientales adversas, las diferencias fenológicas con variabilidad intra e interespecífica entre las especies de Prosopis son atribuidas a la autoimcompatibilidad genética. Realizaron tratamientos de emasculación. El procedimiento usado fue el cruzamiento artificial, aislando las inflorescencias con bolsas apropiadas para evitar la entrada de los vectores polinizadores. Los resultados muestran una disminución en la cantidad de fruto, ya que la manipulación de las inflorescencias durante este procedimiento tan laborioso y arriesgado hace que la mayoría de las flores se caigan. Se aconseja a futuro la polinización artificial sin la manipulación de la flor.

P.alba es una especie heliófila, potencialmente invasora. La polinización es entomófila, preferentemente por himenópteros. La dispersión es zoócora y endozoica, el ganado y especies de la fauna silvestre son importantes diseminadores. Es común ver deyecciones con gran cantidad de plántulas de algarrobo; la mayoría no prospera por no darse las condiciones necesarias para el establecimiento definitivo, debido a la falta de humedad, ataque de roedores, ramoneo y falta de protección.

La fenología es variable según la latitud, aunque también existe una gran variabilidad ( *10–15 días) en el árbol, entre árboles y entre rodales.

La floración comienza en setiembre en el norte de Argentina, extendiéndose hasta noviembre en el límite sur del país; la fructificación comienza a fines de noviembre y culmina a fines de enero.

En la provincia de Entre Ríos florece de octubre a diciembre y fructifica desde febrero hasta junio.

Un árbol adulto puede producir hasta 100 kg de vainas, pero la producción de frutos no es todos los años pareja por distintos factores; en promedio es alrededor de 20 kg de frutos por árbol/año.

Los algarrobos son especies caducifolias. La caída de las hojas se produce en invierno, cuando ocurren heladas, o en su defecto cuando comienza la nueva brotación.

En Piura (Perú), en condiciones bajo riego por goteo, en 3 años, alcanzó alrededor de cuatro metros de alto y una copa muy densa. Galera (1998). Se regenera bien por semilla, aun en áreas degradadas.

En general, condiciones de estrés temprano, provocadas por altas temperaturas, falta de agua y salinidad durante la germinación, no afectan en mayor grado el desarrollo de plántulas de esta especie. De acuerdo a Arce et al (1990), de las tres especies más comunes en Chile, en forma experimental todas resistieron bien a la salinidad durante la germinación, siendo P.alba la más tolerante, germinando por sobre un 89% aun a 3.0 μpa; esto se hace comparable a la resistencia en otras especies, estrictamente halófitas.

Sólo a través de la propagación asexual es posible la multiplicación y utilización de selecciones o clones de mayor calidad, preservando las características deseadas. Para P.alba, utilizando estacas seleccionadas de brotes basales o subterráneos (tocones) de 10–15 cm de largo con 2,5–4,5 mm de diámetro, usando una solución de 2000 ppm de ácido indol-butírico en solución, manteniendo el 100% del área foliar, se ha logrado un % de enraizamiento de 44% respuesta que puede mejorarse con aplicaciones de fertilizantes a las plantas madres. En esta especie, la propagación es bastante eficiente, ello ha permitido la producción industrial de aproximadamente 5000 árboles/año por estacas Harris (1992). Según Felker (1984), el enraizamiento de estacas de P.alba es óptimo a altas temperaturas, como 35°C, iniciándose a 27°C. Indica además que luminosidades altas son mejores, dando una respuesta de 69% con respecto a la de baja intensidad (10%); sin embargo, la duración del fotoperíodo no marcó gran influencia en los porcentajes de enraizamiento. Esta tendencia de una mayor respuesta rizogénica frente a temperaturas relativamente altas (25–30°C) y de condiciones lumínicas contra las de oscuridad; se manifiesta igualmente bajo condiciones in vitro; Pinto M. (Comunicación personal).

En el caso de secciones nodales cultivadas a 20°C, tanto la iniciación de callo como la inducción de raíces fue la más baja respecto a las respuestas a 25 y 30°C. Respuestas diferenciales entre estas temperaturas dependieron simultáneamente del nivel de fitohormonas empleadas. P.alba realiza la formación de raíces in vitro sin necesidad de reguladores a 25 °C, pero no a 20°C. En cuanto a la formación de callo y organogénesis, se obtuvo abundante proliferación de callo usando cotiledones en presencia de 2.4D y BA (1 mg/1 respectivamente), aunque con baja formación de primordios; Jordan (1996).

Las concentraciones de NaCL 0.1N en el tratamiento de las semillas previos a la siembra estimulan la germinación de P. alba, quizás debido al más bajo potencial osmótico que previene una pérdida importante de las sustancias de la misma; Killian (1988).

La semilla de P. alba presenta un endocarpo muy delgado y puede ser la causa de la sensibilidad al ataque de bruchidos mostrando en general un ataque del 15%.

Como todas las especies del género Prosopis, tiene la capacidad de fijar N2, debido a la relación simbiótica con bacterias del género Rhizobium.

En tratamientos para fijación de N2 se utilizaron Rhizobium y semillas procedentes de la Pampa del Tamarugal; se observó la capacidad para producción de nódulos en raíces y la capacidad de fijar nitrógeno de P.alba, utilizándose para el cultivo medio de Jensen. P según Torres (1985). El inóculo fue preparado con organismos seleccionados y mantenidos en ese medio, fue diluído con agua con peptona y estandarizados entre 107 y 108 células por ml. Las semillas fueron escarificadas con ácido sulfúrico concentrado por 10 minutos, se aislaron los Rhizobium a partir de nódulos, el material se extrajo de las raíces y luego se lavó; fue esterilizado con etanol a 45°C; los nódulos fueron machacados y mezclados con 0,5ml de agua destilada estéril y colocados en cápsulas de petri con agar-manitol y colorante; se observó el crecimiento en estas cápsulas. Se realizó un test de infección para ver la capacidad de infección de las cepas, en tubos de vidrio. Las semillas pregerminadas se implantaron en dichos tubos, con las cepas de Rhizobium. El proceso se llevó a cabo a 38°C y con un fotoperíodo de 14 horas de luz.

Se hicieron también experiencias sobre resistencia a la salinidad en las mismas condiciones, utilizando diferentes soluciones salinas, partiendo desde el segundo mes de implantación de los plantines en los recipientes y con una solución de 0,9% de cloruro de sodio, agregada a una solución nutritiva. Los tratamientos fueron: control con semillas no inoculadas con cuatro repeticiones, semillas inoculadas con cepas extranjeras, seis repeticiones, y semillas inoculadas con cepas indígenas, seis repeticiones. Se evaluó la capacidad de formar nódulos a las doce semanas, para ocho cepas indígenas aisladas. La evaluación se realizó por ausencia o presencia de nódulos, aspecto y apariencia general de la planta. Los nódulos aparecieron luego de 5 a 6 semanas, generalmente en raíces secundarias nuevas. Los nódulos con C2 y C3 mostraron excelente apariencia y tamaño, y en un corte transversal la presencia de leghemoglobina. Los producidos por C6 y C7 fueron muy pequeños.

De las 8 cepas utilizadas, las C2, C3, C6 y C7 son organismos del género Rhizobium y las C2 y C3 pueden ser consideradas como muy efectivas; de ellas se seleccionó C2 por su nodulación temprana comparada con las restantes. En general, en las leguminosas la nodulación temprana está asociada a una alta eficiencia y alta productividad.

Efecto de inoculación de P.alba con C2 y dos cepas extranjeras, f1 y f2, procedentes de CKW-

Tratamiento% NodulaciónAltura de la planta (cm)Peso seco por planta (mg)% de Nitrógeno
No Inoc. Control02970.73.1
NoInoc + N Inoculadas032105.63.7
F-1 (3)75.02667.83.1
F-1 (4)100.02868.93.5
C2 (3)67.02670.43.4
C2 (4)100.029109.82.7

RI, Texas A&I University
(3) Semillas inoculadas antes de la germinación.
(4) Plántulas inoculadas ocho semanas luego de la germinación.
Fuente: Torres 1985.
C: Cepas

No todas las plantas inoculadas mostraron nodulación. Basándose en la apariencia general mostraron una correlación entre materia seca y N fijado, los nódulos crecieron en las raíces secundarias, muy cerca del punto donde se encuentra el ápice radical; todas las plantas tienen dos a tres nódulos, pequeños, pero con muy buena apariencia y con color rojo. Las características de los nódulos son típicas para P.alba; los tratamientos respondieron bien a la inoculación, fijando una mayor cantidad de N que los controles, la producción de materia seca fue similar, esto pudo ser por la duración de los tratamientos.

Se observan diferencias cuando los tratamientos son más largos. Se puede concluir que las plantas fijan N atmosférico mostrando un buen desarrollo en medio libre de N, esto probaría un eficiente desempeño de los nódulos. Las plantas mostraron una tasa de nodulación diferente, dependiendo de la fecha de inoculación. Plantas inoculadas luego de las 8 semanas mostraron un 100% de nodulación, en contraste con otros tratamientos más cortos, que mostraron 65 y 70% de nodulación.

Tratamiento% NodulaciónAltura de plantas en cmPeso seco (mg)% Nitrógeno
No Inoc. Control029.070.73.1
NoInoc + N Inoculadas032.0105.63.7
F-1 sal(3)70.033.5128.32.9
F-1 sal(4)100.025.592.5 
C2 sal(3)67.026.0104.43.1
C2 sal(4)100.031.0130.12.3

(3) Semillas inoculadas antes de la germinación.
(4) Plántulas inoculadas ocho semanas luego de la germinación.
Fuente: Torres 1985.

No existió correlación entre peso seco y tasa de fijación de nitrógeno. Si la materia seca cosechada se compara en experiencias en las cuales se adiciona sal y otras libres de ella, es posible observar que el tratamiento con sal dio una mejor respuesta, a pesar de las diferencias en las tasas de fijación de N; los nódulos tiene una buena apariencia y desarrollo en las raíces secundarias; Torres (1985).

Los plantines de Prosopis alba fueron inoculados y no inoculados con hongo VAM en 27 recipientes con mantillo y mantenidos en estos envases durante cinco meses, luego fueron transplantados en un paisaje simulado y observado el crecimiento de plantines irrigados y noirrigados.

Después del transplante, un grupo fue irrigado por goteo a intervalos regulares, y otro grupo solamente recibió un riego de implante. El seguimiento se hizo por un año. Seis meses luego del transplante, el hongo VAM había colonizado solamente las raíces del inoculado, pero a los doce meses ambos Prosopis, inoculados y no inoculados, habían sido infectados por el hongo VAM. Se encontraron niveles más altos de hongo en Prosopis irrigados comparados con los no irrigados. La irrigación promueve el crecimiento de los tallos y la inoculación con VAM inhibe el crecimiento de éstos cuando los plantines no se riegan. El tronco fue más grueso para los plantines irrigados que para los no irrigados; seis meses luego del transplante, el VAM promovió un crecimiento de raíces delgadas para árboles irrigados y raíces gruesas para los no irrigados.

A los doce meses luego del transplante, el crecimiento de las raíces fue incrementado con riego por goteo, y esto no afectó el que hubiera sido inoculado previamente con VAM. La colonización de raíces por un grupo llamado VAM ocurre naturalmente en muchas especies de árboles, y esto incrementa la toma de nutrientes minerales, tales como el fósforo, en el intercambio por reducción fotosintética del carbono, y también se ha encontrado que altera la relaciones planta-agua. Varios estudios mostraron una correlación inversa entre la colonización de micorrizas y la concentración de fósforo.

El éxito del establecimiento de plantines transplantados es mayor cuando se usan sistemas de paisaje simulado que promueven el crecimiento en extensión de las raíces que se encontraban apoyadas en las paredes del recipiente. En plantines que crecieron en viveros, en poco suelo, se produce un desarrollo radical medio, que es menor cuando ha sido específicamente inoculado. La colonización con micorrizas ha sido asociada a cambios morfológicos de las raíces de plantas herbáceas, afectando el espesor y la forma de ramificación. El sistema de transplante al que se le incorpora inoculación con micorrizas, durante la fase en que los plantines están en las macetas, puede facilitar el crecimiento luego del transplante, porque altera el crecimiento de las raíces y el desarrollo; Stutz (1995).

En cuanto a la madera, la albura es ligeramente amarilla, mientras que el duramen es castaño rojizo a castaño oscuro porque muestra una raya pronunciada, enclavada en el grano. Es liviana y blanda, con gran cantidad de parénquima longitudinal y radios anchos. Comparado con P.tamarugo se encuentran diferencias en el lúmen, en tamarugo es marrón rojizo, y en alba es marrón rosado. Las líneas del radio son claras y marcadas en alba, dándole una apariencia de madera moteada. El lustre, la textura y el grano medio le dan una apariencia muy decorativa. La estructura anatómica no muestra diferencias significativas con el tamarugo.

Características Macroscópicas:

CaracterísticasProsopis alba Gris.
Color 
Albura
Blanco amarillento
Lumen
Marrón rosada
VenasSuaves y sostenidas
BrilloMedio
PesoPesada a moderadamente pesada
DurezaDura
OlorOlor no característico
FlavourNo característico
TexturaMedia y heterogénea
GranoInclinado e intercalado
Visibilidad de los constituyentesVasos, parénquima, rayos y fibras
Porosidad de vasosSemicircular
Luz entre vasosSolitarios, 2 a 3 en líneas radiales y en pequeños racimos.
ParénquimaMuy abundante, en igual o mayor proporción que fibras
Contenido celularAbundante en el duramen

Fuente: Ulloa 1985.

La corteza es marrón rojizo, y luego de cortada se transforma en marrón oscuro. Con un aroma muy peculiar, la textura es media y homogénea con abundantes granos entrelazados, las venas son suavemente marcadas, esto es causado por el tamaño de los vasos, a ojo desnudo, es más evidente en el corte tangencial.

Giménez A. et al(1998) realizaron un análisis epidométrico y consideraciones anatómicas en P.alba, con los objetivos de caracterizar el patrón de anillos de crecimiento, analizar la evolución de la albura, duramen y espesor de la corteza en función de la edad, diámetro y altura, y enumerar los principales defectos del leño. Determinar la evolución del Dap, sección normal y volumen de fuste, IMA en relación a la edad.

Las conclusiones son las siguientes:

Los anillos de crecimiento de P.alba están demarcados por una banda de parénquima terminal. El espesor medio de los anillos es de 4.048 mm con un máximo entre 29 y 32 años. Su espesor no está influenciado por la orientación. El espesor de la albura en número de anillos es de 3 (2–6), no existiendo correlación entre la albura y la edad.

La corteza dehiscente es del tipo fibrosa, con fisuras longitudinales profundas, el espesor medio de la misma es 1,6 mm, la corteza viva 0,39mm y la corteza muerta 0,74 mm.

El proceso de duraminización se inicia entre los 3–6 años.

La proyección del IMA en el volumen se interceptaría a una edad de 25 años, pudiendo interpretarse como el turno tecnológico de corta. La evolución del volumen de fuste en relación a la edad ajusta una función polinómica de segundo grado y es una variable altamente correlacionada con la edad, al igual que el diámetro, sección normal y altura total.

Los principales defectos de la madera son: cicatrices por fuego, que alteran el patrón de crecimiento, rajaduras, excentricidad.

Características Microscópicas

CaracterísticasProsopis alba Gris.
Poros y Vasos 
PorosidadSemicircular, con tendencia a difusa
No por mm2No numerosos: 5 a 10
Diámetro tangencialMínimo: 40μ
 Máximo: 260μ
 Promedio: 150μ
Largo:Muy cortos.Min: 80μ y máx 240μ
Puntuaciones:Alternativa ornamental
Perforación en placa:Simple
Fibras 
LargoMuy cortas a cortas, 500 a 1300 μ
Diámetro8 a 10 μ
Líneas de radios: 
Tipo:Homogéneos
Conformación:Multi, tri, y uni seriados
No por mm4 a 6. No numerosos
Parénquima Longitudinal 
Tipo:Paratraqueal, vasos centrales y en Confluencia. Apotraqueales en líneas de 1 a 2 células.
Contenido CelularGran acumulación de gomas.
 Cristales y fibras en parénquima.

Fuente: Ulloa 1995.

La duración de la madera es independiente de la edad, la permeabilidad de la albura es mucho más alta que el corazón de la madera (duramen) y muestra una tendencia a incrementarse junto con el aumento de la edad de los árboles. Está definida por la resistencia a hongos que se alimentan de ligninas; puede observarse que en esta especie la duración natural es poca. La madera es relativamente densa, cerca de 700 a 800 Kg/m3.

La capacidad mecánica puede incrementarse con la edad del árbol, en cambio, es relativo el incremento de la densidad de la madera.

EspecieAñosDensidadBásica
(gr/cm3)
  AlburaDuramen
P. alba220.780.65
P. alba500.730.73

Fuente: Ulloa 1985.

La cantidad de sustancias del tipo de los polifenoles y los polisacáridos extractables es bastante alta, particularmente los solubles en agua y en agua con 1% de NaOH. Pueden ser estimadas un 30% sobre peso seco, lo que es una proporción extremadamente alta y generosa, teniendo en cuenta la elevada densidad de estas maderas. Para estos árboles, también es de interés observar la alta cantidad de extractivos solubles en agua de P. Panta jóvenes, mientras que en adultos predominan los solubles en NaOH 1%.

Composición química General de maderas de P.alba:

ConstituyentesEdad (años)
2250
AlbumenDuramenCortezaAlbumenDuramenCorteza
Cenizas1.722.075.201.982.727.98
Extractivos en alcohol/benc.3.008.309.206.004.275.09
Extractivos en alcohol4.124.257.382.505.985.95
Extractivos en agua14.137.3413.067.587.3711.02
Extractivos en NaOH1%8.6712.8715.9614.1410.6414.97
Total de extractivos29.9232.7645.6130.2228.2637.03
Lignina*21.0521.3033.2222.1220.6734.82
Holocelulosa*79.0579.7065.7579.8478.2867.02
Alfa-celulosa*41.9043.0426.7139.9240.7724.13
Grupo Metoxidil**-----15.75----------16.50-----
Taninos***1.314.0010.24<17.658.90
No taninos16.6911.4516.12-----11.9816.11
*Porcentaje expresado sobre la base extraíble en madera libre.
**Porcentaje expresado sobre la base de lignina anhidro.
***Estimado sobre el método Stiasny. No taninos obtenidos por diferencia sobre lo extraíble.
Fuente: Rosende 1995.

Composición de elementos en árboles de 50 años de cenizas del duramen.

ElementoDuramen, P. alba de 50 años de edad
P(%)  0.06
K(%) 15.63
Ca(%) 26.00
Mg(%)   0.10
Mn(ppm)187.0
Zn(ppm)112.5
Cu(ppm)300.0

Fuente: Rosende 1995.

Monosacáridos y ácidos urónicos identificados en P.alba de 20 y 50 años de edad.

Azúcar20 años50 años
Glucosa
+ (65)
+ (60)
Xilosa
+ (5)
+ (5)
Manosa
+
+ (5)
Arabinosa 
+ (5)
Ramosa
+
+
Acido Urónico
+ (20)
+ (25)

Fuente: Rosende 1995.

PH Solución

Albura:5.1
Duramen:5.5
Corteza:4.0

Calorías pertenecientes a un árbol de 50 años de edad, con distintos contenidos de humedad:

DescripciónDuramenCorteza
Calorías valuadas en Madera Anhidro (Kcal/Kg)47204702
Calorías con 10% de humedad39963980
Calorías valuadas con 20% de humedad36133598
Calorías valuadas con 30% de humedad32893275
Calorías valuadas con 40% de humedad30112998

Fuente: Rosende 1995.

ORIGEN Y DISTRIBUCIÓN

Prosopis alba se encuentra en áreas planas del subtrópico de Argentina, Uruguay y Paraguay. También está presente en forma de manchones en las zonas semiáridas de Bolivia, Perú y Chile.

Tolera precipitaciones anuales de 200 a 2000 mm. Temperaturas de 18 a 28° C y pH de 6 a 8,5. Felker et al(1981). Temperaturas mínimas anuales de 20,5° C definen el límite para la distribución de este Prosopis.

Es un componente normal del bosque alto de madera dura, donde ocupa el segundo estrato. Vive también en comunidades puras, fuera de los bosques. Es común en el margen de las represas y elemento normal de las galerías de ríos. Forma cinturones alrededor de depresiones salinas suaves.

La eliminación de los quebrachos, en los bosques chaqueños, favorece a esta especie, que puede entonces llegar a dominar.

Se lo observa como constituyente del estrato arbóreo de la sabana de Sorgastrum pellitum, conjuntamente con Copernicia alba en suelos netamente hidromórficos. Morello y Adamoli (1967). En suelos más altos, pero descabezados, el algarrobal de P.alba presenta con frecuencia charcos debido a la acumulación superficial de agua, en las zonas muy compactadas.

En Argentina es una especie muy abundante, encontrándose en la zona centro y norte del país, correspondiendo a las provincias fitogeográficas Chaqueñas y del Espinal, y penetra en la provincia fitogeográfica del Monte en el sector Noroeste. A menudo con Prosopis nigra, P.kuntzei, P.ruscifolia y otras especies en Argentina, Paraguay, Uruguay, sur de Brasil y Perú. Burkart (1976). Según Adámoli alcanza una frecuencia del 85% en todo el Chaco.

USOS - CALIDAD Y COMPOSICION DE LOS FRUTOS

La madera es de fácil secado, tiene poco movimiento, lo que permite el trabajo en verde. De color más oscuro que otros algarrobos, dura para clavar y permeable a tratamientos de impregnación. Posee buena respuesta al cepillado y posibilidades de debobinar.

Es un árbol valioso para cortinas rompevientos y plantaciones en el borde de caminos, es útil también como forraje para ganado caprino y como árbol maderero en reforestación de suelos salinos y secos. Al ser palatables para el ganado y animales silvestres, son pocas las plantas que llegan a adultas en lugares sin protección. Las que prosperan en estas condiciones generalmente se encuentran resguardadas por arbustos u otras plantas espinosas, en el caso de que algún animal las coma quebrando la dominancia apical, las plantas emiten varios rebrotes, dando como resultado plantas con varios fustes. Este fenómeno ocurre con la mayoría de las especies del Género. Los árboles originados de esta forma son de más rápido crecimiento en los primeros años porque se nutren del árbol madre. Produce un combustible de calidad como leña con 4200 Kcal/Kg, o para la elaboración de carbón vegetal de 6500 Kcal/Kg, con una eficiencia de transformación donde 4–5 tn de leña equivalen a 1 tn de carbón.

Se puede producir alcohol etílico de buena calidad a partir de la fermentación de los frutos con un rendimiento de 27 litros de alcohol absoluto por cada 100 Kg.

Postes y varillas para la infraestructura ganadera. Rodrigones y varillones para las viñas son derivados muy comunes; estos productos son de mediana duración, de 15 a 20 años.

Carpintería de obra, como la construcción de marcos, puertas, ventanas, parkets, tirantes, etc. y productos para carpintería rural, fabricación de mangas, bretes, casillas de operar y construcciones y viviendas rurales, etc, son usos muy frecuentes.

Se utiliza en la fabricación de muebles de estilo rústico, pesados y con buen acabado de color oscuro.

En Argentina más del 60% de los muebles de algarrobo son elaborados con madera de Prosopis alba. También, esta especie se usa para elaboración de barriles de vino, hormas de zapatos y parquets; Cisternas (1998).

La elaboración de platos, utensillos, cajas, adornos, etc, es realizada por los artesanos locales.

Se adapta perfectamente en sistemas de producción silvopastoriles y agroforestales, ya que permite que pasturas y cultivos prosperen bajo su dosel. La amplia copa no densa aporta materia orgáncia y nutrientes, en especial nitrógeno. El sistema radical no es competitivo con gramíneas; Karlin et al(1997), Galera (1999).

En el centro y norte de la provincia de Santa Fe su savia se utiliza para combatir “el mal de ojo”. Sus hojas procesadas se utilizan para curar las rescaldaduras y quebraduras de los huesos. En las hojas se han encontrado alcaloides. Y el macerado se utiliza como antiséptico; Amsler (1986).

Gomas y resinas fueron colectadas y vendidas en diferentes mercados de Sudamérica. Por su viscosidad en solución acuosa es un sustituto ideal para la goma arábiga.

Los frutos de Prosopis alba presentan 25 a 28% de glucosa, 11 a 17 % de almidón, 7 a 11 % de proteínas, hierro, calcio, bajo tenor graso y buena digestibilidad. El 10% aproximadamente del peso corresponde a la semilla. Esta contiene entre 30 y 32% de proteína bruta y un 2 a 7% de aceites, con altos valores de linoleico (42 a 48%) seguido por oleico (25 a 27%). Mantiene valores normales de colesterol para el Género (5%).

Las hojas tienen buenos valores de proteínas, 22% de proteína bruta, 15% de proteína digestible y un 55% de digestibilidad de la materia seca.

Por cada 100g de pericarpo se reportan los siguientes datos: 4g de agua, 10g de proteína, 40g de azúcar y 19g de fibra.

Para la alimentación animal se lo puede utilizar in situ o también se lo cosecha y almacena por algún tiempo, para brindárselo a los animales en épocas críticas.

En la alimentación humana, se preparan distintos productos que son muy consumidos por la población en las zonas donde se encuentra la especie, entre otras podemos citar el “patay”, que es una pasta harinosa obtenida al moler la algarroba madura y seca en mortero y pasada por cedazo fino; secada en horno, se puede guardar por largo tiempo. Y puede ser adquirida en los comercios regionales.

La “añapa” es una bebida refrescante que se obtiene al machacar en un mortero la algarroba y agregarle agua. La “aloja” es una bebida alcohólica autóctona, obtenida de la fermentación de los frutos en agua, y es un líquido de color lechoso dulce. El contenido de alcohol es variable, dependiendo de la cantidad de veces que se hace fermentar. Esta bebida generalmente se elabora en forma casera. La misma se utiliza también con fines medicinales por sus propiedades diuréticas.

El “arrope”, la “algarrobina” o “miel de algarrobo”, es un líquido oscuro y espeso que se obtiene de cocinar en agua los frutos, permitiendo la concentración de los azúcares; el tiempo de cocción es de alrededor de ocho horas y se cocina luego de machacado en mortero de piedra; a la mitad de la cocción se eliminan las semillas y luego se espesa el jarabe. Este producto puede comprarse ya en muchos lugares y se ofrece como artesanal.

La “chicha” se prepara mezclando con P.chilensis gran cantidad de frutos de algarrobo, que se aplastan entre dos piedras y meten en bolsas de cuero llenas de agua. Se deja fermentar, se forma una espuma que se quita con cuidado; se añade otra porción de algarroba hervida y se mezcla agitando fuertemente. Esta preparación es bastante agradable y produce embriaguez. Otras especies también son utilizadas por diferentes pueblos para la elaboración de chicha.

Los frutos tienen la propiedad de disolver los cálculos de vejiga. Emplastos de frutos verdes, después de separar las semillas, curan fracturas de huesos sin herida; Hieronymus (1882).

SILVICULTURA Y MANEJO

Para multiplicar árboles con buenas características se han realizado con éxito plantaciones con estacas. También han dado buenos resultados los injertos utilizando yemas de árboles sobresalientes. La forma de propagación más utilizada es la obtención de plantines a partir de semillas; se aconseja utilizar semillas de procedencia conocida y de buena calidad. Es conveniente cosechar semillas de rodales puros, en lo posible aislados para evitar que la semilla esté contaminada con otra especie, en especial Prosopis ruscifolia.

En Argentina existen importantes rodales puros, ya inventariados por diversas instituciones, como así también semilla recolectada y conservada en bancos de germoplasma.

La cantidad de semillas por kilogramo oscila entre 12.000 a 17.000. El poder germinativo de la semilla supera el 90%. Se recomienda someter las semillas a una temperatura de -18°C durante 10 días para controlar el ataque de brúchidos.

Las semillas de Prosopis presentan latencia impuesta por su tegumento duro. En Argentina se realiza escarificación mecánica o inmersión en agua a 80° C dejándolas enfriar por 24 horas, lográndose más de un 95% de germinación a partir de semilla seleccionada. Las temperaturas óptimas de germinación comprenden un rango de 20°C a 30°C.

Para la plantación es conveniente utilizar hoyos de 30 cm de diámetro por 40 cm de profundidad. Se aconseja llenar con agua al hoyo el dia previo a la plantación. Luego se depositará la plántula sacándole el envase plástico, y se compacta bien la tierra a su alrededor. Posteriormente se realizará una cazuela y se regará abundantemente. Es aconsejable colocar un tutor, si se quiere mantener la dominancia apical y evitar que se ramifiquen los plantines, con lo que se perderá parte de la energía de crecimiento en ramas que luego el árbol eliminará. Se recomienda realizar la plantación en el período de lluvias, evitando los meses de más altas temperaturas para independizarse de riegos posteriores.

Según el destino de la plantación, variará el distanciamiento de la misma. Así, si el objetivo es la producción de frutos, se recomienda 5 × 5 m; si se desea construir un sistema agroforestal, se puede utilizar un espaciamiento de 10 m entre líneas con una separación de 5 m entre plantas a fin de facilitar las labores culturales; si el objetivo es netamente forestal, puede plantarse a 3 × 3 m.

El Ministerio de Bienes Nacionales de Chile cedió unas 450 hectáreas en comodato a la CONAF para realizar experiencias con plantaciones de Prosopis alba. El objetivo es detener procesos erosivos y mejorar suelos degradados, contribuyendo con estas acciones al combate de la desertificación. Se plantaron con una densidad de 100, con una aplicación de riego mensual de cinco litros/árbol. La plantación se llevó a cabo entre 1997 y 1998, la supervivencia de las plantas ha sido superiror al 95%; Cisternas (1998).

En todos los casos se podrá realizar un raleo y poda de formación a los 10 ó 15 años. Se deberá cuidar el lugar de plantación del ataque de insectos y roedores. Debido a su palatabilidad, es conveniente impedir el acceso del ganado al área de plantación, recomendándose un período de 2 a 3 años de exclusión.

Como esta especie posee buena capacidad de rebrote, es muy importante la época de corta de los mismos. Experiencias realizadas demuestran que rebrota mejor cuando se corta el árbol en período de otoño-invierno, época que coincide con la mayor acumulación de nutrientes en la raíz.

La costumbre de los hacheros es cortar con luna en cuarto menguante para obtener productos de mayor durabilidad y libre del ataque de insectos.

Esta especie es apta para ser combinada con pasturas naturales o implantadas. La producción tradicional contempla, desde hace algún tiempo, aunque en una forma no planificada, su uso mediante sistemas silvopastoriles. Se recomienda en este caso una cobertura arbórea del 30 a 50%, la cual se correspondería con una densidad de 80 árboles adultos por hectárea.

Pueden implementarse bajo condiciones de riego, sistemas agroforestales mediante combinaciones con maíz, hortalizas, tuna, etc. Dadas las características de la especie y según el tamaño de la unidad de producción, puede propiciarse un uso múltiple del sistema, con la obtención además de productos como miel, frutos, forraje, etc.

Esta especie es atacada por insectos xilófagos, llamados vulgarmente “taladros”, pertenecientes a las familias Bostrychidae, Cerambycidae y Buprestidae. Dentro de los más dañinos, se encuentran Oncíderes saga y Oncíderes germani, conocidos como “cortapalo o serrucho”, que se caracteriza por el hábito que tienen las hembras de practicar incisiones alrededor de las ramas y en troncos de poco diámetro, produciendo la muerte de las mismas.

Los daños que producen pueden llegar a ser de importancia cuando se trata de renovales o plantaciones nuevas, provocando deformaciones en las plantas y pérdidas considerables.

Otro tipo de plagas de importancia son los hemípteros, lepidópteros, coleópteros que atacan frutos y semillas. Dentro del orden coleóptera se encuentra la familia Bruchidae, con Géneros como Pectinibruchus, Rhipibruchus y Scutobruchus, que se limitan a comer exclusivamente semillas.

Giménez, A., N. Ríos, G. Moglia y P. Hernández (1997), quienes calcularon el crecimiento expresado en diámetro, sección normal y volumen a fin de estimar turnos tecnológicos de corte, establecieron para Prosopis alba que la corta sería a los 45 años.

Se calculó también el IMA (incremento medio anual) e IA (incremento anual) en función del diámetro de referencia a 1.3 m, sección normal y volumen. Los resultados demuestran que en todas las especies los máximos de incremento se producen a edades mucho más avanzadas que aquellas de diámetro mínimo fijado por la ley. Se sugiere revisar las normas legales en defensa de la vitalidad del bosque, ya que la legislación forestal de la provincia de Santiago del Estero, por ejemplo, determina como diámetro mínimo de corta DAP de 30 cm para especies principales y 25 cm. para las secundarias.

INTRODUCCIÓN COMO EXÓTICA

Ha sido introducida en Brasil, India, Marruecos, Pakistán, Senegal, Sudán, Kenia y Australia. En este país fue introducida como ornamental y se ha expandido como una maleza.

EXPERIENCIAS DE PLANTACION: CON COSTO CALCULADO

Ing. Horacio Ochoa 1999 (Comunicación Personal)

Programa de establecimiento de plantaciones de algarrobos (P.alba) a lo largo de rutas, en escuelas y en campos. Costo calculado para 1000 has, con una densidad aproximada de 100 plantas por ha. Tiempo de establecimiento calculado en el primer año con 80 personas empleadas por año, se establecerían 100 has/año.

Costo aproximado hasta los 20 años: U$S 1.500.000

A partir de la fructificación con la venta del producto se obtendrían U$S 3.000 por año.

Una aplicación alternativa puede ser colocar colmenas entre la plantación en número de 8 a 10 por hectárea, lo que daría un ingreso adicional, considerando también el ingreso proveniente de leña a partir de podas y raleos.

Otra forma de utilización sería el pastoreo, soportando una carga de 100 Kg de peso vivo por hectárea.

En Campo de San Isidro, Santiago del Estero, según Alonso y Cersuosa (1999), los costos de plantación de P.alba, con las siguientes labores: rastreado, subsolado, plantación y control de plagas y distribución de las plantas en el campo. Cantidad de árboles: 250/ha. Desarrollo a los 7 años 25.5 m de altura y 17 cm de diámetro en la base.

1r año: 366 dólares; 2o año: 145 dólares; 3r año: 87 dólares; 4o año: 54 dólares.

El costo hasta el primer turno de corta, 30 años, es de 1.050 dólares la hectárea.

Se logró un 83 % de supervivencia a los cuatro años. A los 10 años alcanzaron 8 m de altura y 7,5cm de DAP, cuando estaban plantados a 1,5 × 1,5, con una densidad muy elevada: 4.400 árboles por ha.

En Roque Sáenz Peña, Chaco, el costo de establecimiento calculado es de 650 dólares por ha en tres cuotas de : 1r año 200, 2o año 350, 3r año 100 dólares.

Se han establecido 3.000 ha en macizo. Según Daniel Maradei, presidente de la Comisión Asesora Nac.del Plan de Desarrollo Forestal (1999).

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Foto 4

Foto 4: Ejemplar de P.alba Villa Montes. Bolivia. 1989. F.M.Galera.

Foto 5Foto 6
Foto 5: Frutos de P.alba. Chuña. Córdoba. 1998.
F.M.Galera.
Foto 6: Flor de P.alba. Villa Montes. Bolivia. 1989.
F.M.Galera
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