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EL GÉNERO PROSOPIS “ALGARROBOS” EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DISTRIBUCIÓN, BIOECOLOGÍA, USOS Y MANEJO. (continuar)

I.2.4 UBICACIÓN TAXONÓMICA

Nombre científico : Prosopis alba var. Panta Grisebach.

Nombre común : “Panta” árbol bello (Argentina, Chile), “Algarrobilla”, “Algarroba”, “Aywon pinic”, “Impanta”, “Algarroba paiva”, “Algarrobo”, “Algarrobo panta”, “Cama tala”, “Cama tale”.

Familia: Mimosaceae (Leguminosae : Mimosoidae)

DESCRIPCIÓN BOTÁNICA

Se distingue P.alba var.panta de P. alba por las legumbres casi rectas muy grandes, y una marcada variación en el follaje; se caracteriza por los folíolos grandes y obtusos y el pecíolo rojizo. Las legumbres tienen 30 cm de largo por 1,8 cm de ancho, es carnoso, dulce, del mejor tipo para comida o forraje; Burkart (1976).

La distancia entre nudos es de 20 a 30 cm, la longitud de sus hojas es de 61,13 mm ± 12,18 mm. Posee una hoja por braquiblasto, con 2 folíolos por hoja; y 36–42 foliólulos por folíolo. El largo de los folíolos es de 6,16 mm por 1,35 mm de ancho; el número de espinas por nudo es de 2 con una longitud de 2,7 ± 0,99 cm; las espinas son axilares; el grado de ramificación del eje principal es poco o nada; sólo el hipocótilo del eje principal está lignificado; Bruno(1992).

Los frutos de Prosopis alba var. panta alcanzan en la provincia de Córdoba un largo de 33 cm y 1,6 cm de ancho con una media de 27,8 cm y 1,5 cm de largo y ancho respectivamente.

Los frutos presentan un 69,30% de semillas puras, esto es considerado un porcentaje bajo, comparándolas con otras especies del Género, y se debe probablemente a que ésta presenta una elevada proporción de endocarpo en sus frutos, lo que los hace atractivos como alimento de insectos que deterioran las semillas antes de que se cosechen los frutos.

Existe una relación directa de tamaño y peso de las semillas. Así se encontró que entran aproximadamente 2540 semillas por 100 gs de peso; esta información resulta interesante en el momento de calcular la cantidad de semillas necesarias para establecer una plantación.

Características de los frutos y las semillas.

EspecieNo de semillas por frutoNo total de semillas por frutoNo de constricciones por fruto
P.alba var.pantaNSP /F%NSI/F%
 18.60±69.338.23±3.6530.67  
 5.29   26.8329.36

NSP/F: número de semillas puras por fruto.
NSI/F: número de semillas por fruto.

Fuente: Bruno- Galera 1992.


EspecieMediaDesvíoCoef. De variaciación
P.alba var.panta25403160.12

Número de semillas por c/100 gr de semillas
Fuente: Bruno 1992.


ÉspecieAltura
24hs48 hs72 hs
P.alba var.panta56%83%100%

Velocidad de germinación y grado de pureza obtenido en la separación de semillas.
Fuente: Bruno 1992.


ORIGEN Y DISTRIBUCIÓN

Esta especie arbórea de gran porte tiene como límite de distribución sur en Argentina, la provincia de Córdoba en su región Centro Norte, y se extiende hacia el Norte del país, ocupando también parte del Chaco paraguayo y boliviano, hasta Ecuador. También ha sido mencionada para Chile y Perú. Es considerada la especie de mayor porte y mejor madera dentro del Género. Se ha demostrado que sus frutos son los de mayor contenido de proteínas y que constituyen una excelente fuente de alimento para seres humanos y animales.

En el límite sur de distribución, las precipitaciones están en un rango que va desde 450 mm a 600 mm, mientras que en el norte superan los 1100 mm. Soporta temperaturas muy elevadas y heladas no muy fuertes; Galera (1992).

Se caracteriza por un alto grado de variabilidad genética que se mantiene tanto a nivel intrapoblacional como intraespecífico. La mayor contribución a la variabilidad genética total la realiza la variabilidad intrapoblación; De la Vega (1996).

BIOECOLOGÍA

Es una variedad de gran plasticidad, por lo que ha podido ser domesticada con mayor facilidad que otras del Género. Se ha encontrado en el proceso que tiene un elevado requerimiento de agua en los primeros dos meses de crecimiento. Pasado este período crítico, la supervivencia está asegurada para los plantines hasta el transplante. A campo, la supervivencia es del 95,5% después de siete años. A partir del quinto año las plantas se afianzan, dejan de crecer azarosamente y comienza a existir una correlación entre altura y diámetro que se mantiene toda la vida del árbol.

En vivero, el exceso de agua trae aparejado un elevado porcentaje de infección de hongos de las plántulas en el primer período de desarrollo, dos meses aproximadamente. Por esta razón se aconseja no utilizar en ningún caso riego por aspersión, u otra forma que moje el follaje; Galera (1996).

El riego modifica el patrón de crecimiento, afecta el desarrollo en altura y diámetro y modifica el número de ramas y estructura de las hojas. Presenta altos requerimientos de agua en los cuatro primeros meses de vida y es delicado hasta su establecimiento; ésta es probablemente la razón por la cual la tasa de renovación a campo encontrada es casi nula.

El riego también cambia el balance morfológico de una forma más acentuada que la poda, produciendo mayor desarrollo en altura y una distribución diferente de las ramas. Afecta la forma de las hojas, el largo de los folíolos, que se duplica, el número de foliólulos, que se incrementa en un 11 %; el largo del pecíolo se duplica y el número de ramas delgadas se incrementa geométricamente; Galera et al (1996). Todo esto se traduce en un marcado aumento de la productividad.

Existe una correlación entre crecimiento y cantidad de agua aportada comparando un patrón sin riego con 5 años de implante y plantas regadas. Con riego diario se ganan cuatro años de crecimiento proporcional; con riego mensual se ganan 3 años; estos resultados corresponden a un año de tratamiento.

El crecimiento en tres años luego del transplante fue de 2,40 m y 8 cm de diámetro; Galera (1996). Con ocho años de edad ha alcanzado 4,80m de altura máxima, 12,40 cm de diámetro en la base y 24 ramas de más de 2 cm de diámetro, sin ningún tratamiento.

Esta especie se adapta muy bien a la poda. Cuanto más temprano se realice la misma, mejor es la forma del árbol, más armónica, con el fuste casi recto, más alto y con una copa redondeada.

Los estudios fenológicos pueden ser abordados con diferentes técnicas de observación; así Distel y Peláez (1985), Ledesma y Medina (1969) y Genise et al (1990), abordan la fenología de grupos de especies tomando como nivel de aproximación el árbol; otros autores como Solbrig y Cantino (1975), Shurifi et al (1983), López y Roudna (1993), Hechavarria (1999). Siguiendo a estos últimos autores, Galera et al (1998) toman la metodología de la rama dentro de cada árbol. En Córdoba, Argentina, en un huerto con una plantación joven de siete años de edad, distribuida en damero con distancia de 6 × 6 metros, de un total de trescientos ejemplares se eligieron diez dentro de la plantación, con el fin de reflejar las variaciones intrínsecas y las diferencias entre los miembros de una población, familia en nuestro caso. Se recabaron los siguientes datos: nombre científico. Edad de los árboles. Características climáticas de la localidad. Vegetación circundante. Topografía. Tipo de suelo. Se midió el diámetro en la base y a la altura del pecho y la altura total de cada ejemplar una vez al año.

Los árboles están marcados con chapitas y numerados, además se cuenta con el plano de plantación.

La frecuencia de observación se fijó en 15 días, ya que según Hechavarría (1999), en ejemplares de menos de diez años, por ejemplo, la caída de hojas y la brotación tarda hasta quince días, y para algarrobos ocurre más o menos en ese tiempo.

En la metodología se consideraron las siguientes fases:

Hojas adultas son las que han concluido su desarrollo
YH: yema hinchada
H1: brotes de no más de 1 cm de largo
H2: máxima elongación de las hojas
H3: máximo desarrollo de las hojas
FL: botón floral apenas visible
FL2: infloresencia poco desarrollada
FL3: flores de la inflorescencia cerradas
FL4: apertura de la flor
FL 5: flores maduras
FR1: vainas apenas visibles
FR2: vaina de 5 cm de longitud
FR3: vaina madura

Las observaciones se hicieron dividiendo la copa en cuadrantes y seleccionando ramas de los cuadrantes con orientación este y oeste, en virtud de la posición del huerto.

Con la información se determinó la masividad de la fenofase utilizando índices promedio según lo aconsejado por Hechavarría (1999).

Se utilizaron dos procedencias para el estudio fenológico, la de Paso Viejo y la de Juan Recalde (Córdoba, Argentina).

Los resultados son los siguientes: la brotación masiva con 80% de yema hinchada ocurre a mediados de setiembre; y máxima elongación de la hoja y los brotes de más de 1 cm, a principios de octubre. Hay un efecto de orientación sobre el momento de aparición y la cantidad, tanto de hojas como de flores, hacia el E es más temprana y hay mayor cantidad.

En cuanto a floración, a principios de noviembre aparecen los botones florales y se hacen visibles. El mayor número está en la orientación E. Las flores están maduras a finales de octubre, las vainas con 5 cm de longitud se encuentran con mayor masividad alrededor del 20 de noviembre, y están maduras a fines de diciembre o principios de enero; pero la maduración no es pareja, la cosecha para el norte de Córdoba debe hacerse entre el 5 y 10 de enero. La producción media de frutos en el huerto fue de 43 kg, para la primera fructificación.

Del total de flores, como ocurre en otras especies del género, un porcentaje de sólo un 7% se transforma en frutos.

La procedencia Juan Recalde fue más lenta, aproximadamente una semana más tarde.

Presenta sus primeros frutos a los 7 años de edad. En ese momento ha alcanzado una altura media de 3,60 m ( 0,55 m; 12,26 cm de diámetro en la base y 21 ± 5 ramas de más de 2 cm de diámetro.

USOS - CALIDAD DE LOS FRUTOS

Se ha demostrado que sus frutos son los de mayor contenido de proteínas y que constituyen una excelente fuente de alimento para seres humanos y animales. En Argentina el uso de los frutos se remonta a la época Prehispánica, tanto en forma de harina, como tortas compactadas y bebidas fermentadas; también es conocido el uso de los mismos para alimentar ganado caballar y vacuno, especialmente lechero.

A los fines de un aprovechamiento racional del recurso, se ha obtenido información sobre las cualidades nutricionales y digestibilidad de los frutos.

En Córdoba alcanzan una producción entre 60 y 120 Kg. árbol/año, en árboles nativos, que maduran entre el 10 de enero y 5 de febrero, según la zona. A veces se produce una segunda fructificación para Semana Santa.

Las vainas presentan un 69,30 % de semillas puras. Esto es considerado un porcentaje bajo comparándola con otras especies del Género; se debe probablemente a que ésta presenta una elevada proporción de endocarpo en sus frutos, lo que los hace atractivos como alimento de insectos.

Existe una relación directa tamaño/peso de las semillas, así se encontró que entran aproximadamente 2540 semillas por 100 gramos de peso. Esta información resulta interesante en el momento de calcular la cantidad de semillas necesarias para establecer una plantación. La técnica usada para separación de semillas puras de impuras resultó muy buena, ya que al realizar las pruebas de germinación se obtuvo 100% a las 72 horas. Las semillas fueron escarificadas manualmente antes de la siembra, pero pueden utilizarse otros métodos para la escarificación.

Composición del pericarpo y de las semillas

Composición
(%)
SemillasPericarpo
XD.SXD.S
Humedad7.44 15.36 
Materia Seca92.563.0284.640.70
Proteínas45.002.9011.041.90
Lípidos3.600.142.290.11
Fibra bruta6.620.00513.560.40
Cenizas7.500.174.420.31
Hid.de Carbono37.28 68.69 

Fuente: Trevisson, Galera 1992.

Trevisson (1992) estudió los frutos de Prosopis alba var.panta; la fracción correspondiente a las semillas representa el 13% del peso del fruto. Las proteínas fueron los componentes de las semillas con más altos porcentajes, aproximadamente cuatro veces más que los encontrados en el fruto entero, además los lípidos encontrados en esta especie comparados con otras especies fueron los de concentración más alta.

Composición centesimal de los frutos:

ComposiciónP.alba var.panta
XD.S
Humedad %10.17 
Materia seca %89.838.26
Proteínas %11.701.21
Lípidos %4.320.01
Fibra bruta %12.491.05
Cenizas %4.80.1
Hidratos de Carbono %66.69 

Fuente: Trevisson, Galera1992.

Calidad de proteínas de Prosopis alba var.panta:
- Utilización de proteína neta: 21 (N.P.U)
- Digestibilidad: 62%
- Valor Biológico: 34. Fuente: Trevisson (1992).

La baja absorción de las proteínas obtenida podría ser causada por el alto contenido de fibra que poseen los frutos, que bloquearían la acción de las enzimas digestivas sobre sus sustratos, la presencia de factores antinutritivos que actuarían en el intestino inactivando las enzimas digestivas. Estos factores son comunes en las semillas de leguminosas y se han hallado en cantidades considerables en algunas especies del género Prosopis; Richardson (1992).

Características de las Semillas de Prosopis alba var.panta:

Lar goAn choNo deSemporFrutoNo de semillas por frutoNo de constricc./ frutoVel.deGer. %
28
±
1.4
1.34
±
0.09
NSP/F%NSI/F%26.3829.3624 hs48 hs72 hs
  18.6
±
5.29
69 .38.23
±
3.65
30.67  56 %83 %100

Fuente: Bruno 1992.

SILVICULTURA Y MANEJO

Desde 1989 se han realizado estudios que han permitido considerar a la especie como factible de ser utilizada en cultivos para obtención de madera, en intercultivos en huertos, para producción de frutos de algarrobo y otros cultivos, como maíz y poroto, o para mejoramiento de suelos. Esta especie que está en el presente con alto riesgo de desaparición a raíz del uso indiscriminado que se ha hecho, con el conocimiento alcanzado puede ser recuperable por la revalorización económica a través del cultivo.

Mediante un muestreo estratificado al azar en el NO de Córdoba se localizaron los ejemplares cuyas características excelentes aseguraban una progenie de buena calidad para nuestro propósito de domesticación. Fueron sometidas a dos tratamientos de poda a diferentes edades, y riego desde su transplante a campo y durante un año con diferentes volúmenes de agua en el tiempo.

El crecimiento es relativamente rápido, la correlación altura/diámetro muestra que recién a partir del quinto año las plantas se han afianzado y dejan de crecer azarosamente, y comienza a existir una correlación entre altura y diámetro que se mantiene toda la vida del árbol.

Como todas las especies del Género estudiadas, presenta crecimiento en pulsos.

Presenta un crecimiento marcado a partir de los 6 años. Sing (1993) muestra para P.juliflora que la diferencia entre los seis años sin ningún tratamiento y 10 años de edad es de 10.4 m de altura. También Felker y Clark(1981) habían encontrado un crecimiento muy marcado a partir de los 5 años. Si nosotros hacemos una progresión P.alba var.panta alcanzaría 8 m de altura sin ningún tratamiento, a la misma edad; Galera (1996).

Esta especie se adapta muy bien a la poda. Cuanto más temprano se realice la misma, mejor es la forma del árbol, más armónica, con el fuste casi recto, más alto y con una copa redondeada.

La poda beneficia el crecimiento en altura y produce un mejoramiento de la forma del árbol y de la madera, que aparece sin nudos.

Efecto del riego durante un año.

 Alturah. ramaDAB
(cm)
No RamasNo Fol.Largo de fol.Largo de pec.
Riego hasta los tresX 0.82113.6360.64733.09147.916.17271.623
Meses en viveroG2 0.0103124.590.068780.537434.081.56230.243
Riego MensualX 2.2850.9041.5432.0953.413.752.725
G2 0.05050.36580.343543.0946.443.12850.534
Riego DiarioX3.6151.1753.1758.512.951.5
G2 0.24020.119020.81920.250.90250
Con riego de Implante a los 5 años de edad.X 2.0640.353.10510.654.111.922.22
G2 0.23240.04370.6529418.8415.894.00760.355

Fuente: Galera F., Di Fulvio L. 1996.

Análisis de Correlación P.alba var panta

Año19921993199419951996
R0.03880.394890.47560.64780.7001
P0.76250.00220.00030.00010.0001

Fuente: Galera 1999.

SISTEMAS AGROFORESTALES QUE INCORPORAN ESTA ESPECIE

Los sistemas agroforestales son prácticas en las cuales se incrementa la biodiversidad y con ello la capacidad de hacer frente a los cambios ambientales graduales o repentinos. Ello conlleva al aumento de las cosechas en un lugar determinado, a través de la incorporación de árboles junto a otros cultivos o viceversa.

Se realizan secuencialmente sobre la misma unidad de tierra, aplicando prácticas de manejo que sean compatibles con la población local. William y Peace (1993). El concepto de intercultivo sustentable (sistema agroforestal en nuestro caso), implica interacciones ecológicas que redundan en beneficios sociales, económicos y ambientales, y debería ser mejor cuanto más diverso es el mismo. Es una forma de cultivo muy antigua. En nuestro continente lo usaban los incas y es muy común en diversos países del trópico tanto americanos como asiáticos.

En Córdoba se han incorporado a nivel de huertos, en un área con una plantación de dos especies de Prosopis P. alba var panta y P. nigra. Dicha plantación se realizó a los fines de domesticar estas especies nativas de Córdoba y conocer su comportamiento en cultivo. Al presente conocemos cómo plantar las especies de Prosopis y cómo se desarrollan López Villagra (1993); Galera (1995); Galera et al (1993); Galera (1996).

Es conocido que estas especies fijan nitrógeno y son capaces de transferir parte del mismo.

El N potencialmente fijado para un ambiente con restricciones ecológicas, como el semiárido varía, se conoce sin embargo que el N potencial fijado por árboles de la familia de las leguminosas puede variar 30–50 Kg. de N. por árbol Ha.-1 año-1. Estarían en este rango Alubia Lebbeck, Gliricidia sepium, Leucaena leucocephala y diferentes especies del género Prosopis, entre ellos P.alba y P.nigra. Dommergues (1995); Felker y Clark (1982), han encontrado nódulos en 13 especies del género Prosopis, entre ellas P.alba, P.nigra, P.chilensis, y han determinado que la fijación puede ocurrir aun cuando la temperatura sea de 45°C.

Johnson y Majeaux (1990) han estimado la fijación de N a una tasa entre 45 y 150 Kg. Ha-1. al 50% de la cobertura de copa. Sin embargo estas determinaciones son aproximaciones. López Villagra (1995), por un método muy ajustado de N15, ha estimado entre 3 y 7,5 Kg. Ha-1. año-1, para árboles de más de 15 años de edad y de crecimiento lento. Como además el mantillo generado por los árboles se mineraliza, la cantidad de N disponible en el suelo se incrementa con el tiempo, hasta que cesa con el envejecimiento de los árboles, más allá de los 50 años de edad.

Ntayombya y Gordon (1995) han realizado ensayos en intercultivos con Robinia pseudoacacia y Hordeum vulgare. Therathason (1995) ha trabajado en sistemas agroforestales utilizando en intercultivos Populus spp y Hordeum vulgare. Williams y Peace (1993) utilizaron intercultivos con árboles a los fines de rehabilitar suelos y para generar sistemas sustentables. Como puede apreciarse, la utilización de sistemas agroforestales se ha incrementado en los últimos años con la necesidad de generar sistemas sustentables y/o restaurar áreas degradadas con baja incorporación de subsidios, y la obtención de una productividad sostenida en suelos, con mediana capacidad de uso.

Las comunidades edáficas que intervienen en el ciclo de nutrientes en la naturaleza son claros indicadores de los cambios producidos en los suelos especialmente de aquellos provocados por el hombre. Santruckova (1992); Simek et al (1993); Sparling, Searling (1993). La diversidad y la abundancia de estas poblaciones responden sensiblemente a las variaciones, tanto ambientales como nutricionales, que se registran cuando los suelos son sometidos a diferentes prácticas de manejo que llevan a la pérdida de fertilidad o a la recuperación de la misma. Nikitin, Kunc (1988); Abril et al (1990), Abril et al (1995).

Estudios realizados sobre las microbiocenosis edáficas en diferentes suelos del Chaco Argentino, permiten tener un patrón para interpretar la dinámica poblacional en otros sectores semejantes dentro del mismo ecosistema y como consecuencia, poder establecer el estado de degradación y recuperación de sus suelos; Mazzarino et al. (1991) a-b; Abril et al (1993); Oliva et al (1993); Torres y Abril (1995), Abril (1995).

Los sistemas de intercultivo han sido muy poco explotados en la regiones semiáridas a raíz del desconocimiento de su verdadero potencial y valor.

Villa Quilino, geomorfólogicamente dentro de los bolsones del noroeste de Córdoba, tiene una precipitación media anual de 500 mm y una evapotranspiración potencial de 1009 mm. El suelo es un Haplustol con perfil homogéneo y con moderada MO, y mediana capacidad de retención de humedad. En una parcela de una hectárea de extensión, la distancia entren individuos de Prosopis es de 6 × 6 m. Se realizaron por 3 años experiencias de intercultivos

Tratamientos para dos especies de P.alba var panta y P.nigra: en este caso se trata de una plantación joven, por lo que habría una transferencia relativamente alta del N fijado a los cultivos asociados.

1- Testigo: cultivo sin Prosopis.
2- Trat. 1: Cultivo de maíz bajo copa de Prosopis.
3- Trat. 2: Cultivo fuera de la copa de Prosopis, pero con influencia.
4- Trat. 3: Cultivo de maíz bajo la influencia de copa de Prosopis con poroto.

El maíz utilizado fue el híbrido Flint 306 y el poroto tipo Alubia.

El maíz se sembró a 70 cm. de distancia entre surcos y 20 cm entre plantas. Los surcos se trazaron a 1 m de separación de los árboles, para evitar dañar a los mismos y la posible competencia. Esto dio un total de 6 líneas.

El cultivo de poroto se sembró en el entre surco al tresbolillo del maíz; Galera et al (1999).

Un mes antes de cosecha se puede observar que el maíz híbrido 306 se vio favorecido por la influencia de las leguminosas, los árboles de Prosopis alba var panta, Prosopis nigra y Phaseolus vulgaris. Los resultados muestran una media de 1,25 m de altura y 3 mazorcas. Es indudable que las plantas aprovechan el beneficio del nitrógeno aportado por las leguminosas en intercultivo y lo canalizan en altura y mayor número de frutos (mazorcas) por planta, con respecto al testigo sin leguminosa en el mismo momento.

Los niveles de absorbancia muestran que las hojas bajo influencia de los árboles alcanzaron 1,6 de absorbancia en comparación de las que quedaron fuera sólo presentaron 0,8 de absorbancia.

Las variables altura de la planta y número de hojas que están interrelacionadas, manifiestan sus valores más altos para los tratamientos con influencia de leguminosas, particularmente algarrobo. El testigo muestra altura de las plantas significativamente menor; con respecto al número de hojas la diferencia también es significativa, pero menos marcada.

Las diferencias estructurales de biomasa aérea de las plantas explicarían los rendimientos diferenciales encontrados a cosecha.

La interrelación a cosecha de peso de las raíces y número de los organismos nitrificadores y amonificadores muestran el mayor valor en el tratamiento bajo copa de algarrobo; el valor significativamente menor coincide con el tratamiento testigo.

En la variable peso aéreo de la planta la tendencia es la misma, a pesar de la diferencia entre los 2 años considerados. El mayor valor: el que corresponde al tratamiento bajo la influencia de la copa de algarrobo, y el menor el del testigo, con valores prácticamente iguales para ambos años; Galera et al(1999).

Con respecto al peso de las mazorcas, se destacan los tratamientos con efecto de algarrobo bajo copa y cerca de la misma con un peso mayor. Son diferentes el tratamiento maíz poroto y el testigo con un peso menor. Sin embargo todos los tratamientos manifiestan valores muy similares para la variable peso de marlo vacío.

Los rendimientos de los últimos 5 años para un maíz de variedad sintética en Deán Funes son de 40 qq. por ha (Ing. Daniel Peiretti, comunicación personal).

El rendimiento obtenido por los productores que utilizaron en el corriente año un híbrido del tipo del FLINT 306, en la zona de Deán Funes, con una media de precipitación de 643 mm (± 159 mm.), fue de 30 qq/ha.

De la Casa (1987) cita un rendimiento para el Dpto. Río Primero de 15 qq/ha y para el Dpto. Totoral 18 qq/ha, de una serie de 26 años para un ciclo coincidente con el del ensayo.

El maíz híbrido tipo Flint 306 utilizado en la experiencia arrojó resultados comparativamente interesantes bajo copa de algarrobo, siendo respectivamente 15,20 qq y 27 qq en los años 97 y 98. En una situación intermedia los valores son significativamente menores: 11,80 y 17,40 qq. en los mismos años; el testigo arrojó valores significativamente menores: 2,73 y 13,88 qq respectivamente.

Esto muestra que el intercultivo es una alternativa productiva viable para la zona árida en que fue realizado.

Relaciones de nitrógeno disponible durante el ciclo del cultivo de maíz y los rendimientos del mismo

 N-NO3 disponible en el ciclo de cultivo kg/ha. (1)Rendimiento de grano de maíz.
Kg/ha.(2)
Consumo de N estimado (3) (4)N en suelo a cosecha (5) (6)
Kg/ha.%con respecto a (1)Kg./ha% con respecto a (1)
Testigo18613183317,77,74,1
M/P18617494423,615,88,4
MA18626856736,013,47,2
MAP18615023719,824,210,6

Fuente: Galera et al 1999.

(1) Nitrógeno disponible en kg/ha durante el ciclo del cultivo. Calculado en base a la tasa de mineralización del nitrógeno total para el ciclo del cultivo, sumado al nitrógeno disponible en el momento de la siembra, expresado en kg/ha.

(2) Rendimientos medidos del grano de maíz en kg/ha para cada tratamiento.

(3) Consumo estimado de nitrógeno expresado en kg/ha según los rendimientos consignados en la columna 2.

(4) Porcentaje de consumo de nitrógeno con respecto al disponible durante todo el ciclo del cultivo.

(5) Nitrógeno en el suelo a cosecha expresado en kg/ha.

(6) Porcentaje de nitrógeno asimilable en el suelo con respecto al total del disponible durante el ciclo del cultivo.

El nitrógeno total de plantas a floración es significativamente mayor en el tratamiento bajo algarrobo, le sigue con un valor parecido, el tratamiento maíz poroto y los otros tratamientos con valores significativamente similares. Esto evidencia la extracción realizada por el maíz y muestra el aporte de este elemento por las leguminosas al suelo. A floración, en el testigo, hay disponibilidad significativamente menor de N-NO3 con respecto a los otros tratamientos. Esta diferencia se acentúa a cosecha.

En general, para todos los tratamientos se observa una pérdida muy importante de Nitrógeno. En el testigo parte de éste fue tomado por el maíz, pero se produjo también gran pérdida. En las consociaciones se retienen más nitratos. Cuando el maíz tiene influencia directa de la copa del algarrobo, se produce una relación en la que la mayor cantidad de nitrógeno es aprovechada por la gramínea y en consecuencia hay menor pérdida. No obstante, la pérdida de N sigue siendo importante para todos los tratamientos. Cuando los árboles tengan más de diez años, el mayor sombreo posibilitará un descenso en la temperatura del suelo y un mejor aprovechamiento del elemento.

Las poblaciones de microorganismos fueron más diversas y estuvieron correlacionadas, especialmente a cosecha, con la producción. Las poblaciones de amonificadores estuvieron mejor correlacionadas con todos los nutrientes disponibles, incluso el NNO3. Cuando el maíz está consociado con una o con dos leguminosas, las poblaciones son más abundantes, tanto a floración como en el momento de la cosecha.

Cuando la consociación incluye algarrobo, las densidades de las poblaciones son más altas, la variedad es mayor debido al efecto que los árboles tienen sobre las variables ambientales y los aportes de materia orgánica; Galera et al (1999).

En las zonas áridas los cultivos en secano presentan rendimientos muy bajos. En la región los antecedentes son poco prometedores, ya que las cosechas son azarosas y sólo hay rendimiento cuando se acaba de desmontar. Luego de 3 ó 4 años se abandona y no hay producción, por la pérdida de fertilidad de los suelos.

Los sistemas silvopastoriles han demostrado que pueden ser más productivos. En este intercultivo, las plantas que tuvieron efecto de algarrobo alcanzaron 18% más de peso total, así como un peso mayor en los 1000 granos.

El efecto del algarrobo sobre el rendimiento del maíz se debió probablemente a que éstos aportan más del doble de N-NO-3 (ppm). Sin algarrobo el N-NO-3 presente es 33 kg/ha y con algarrobos es 67 kg/ha, lo que hace una diferencia de 34 kg/ha, que fue muy bien capitalizado por el cultivo de maíz.

El efecto de P.alba var panta y P.nigra sobre el rendimiento del maíz Flint 306 en intercultivo con poroto tipo Alubia fue muy marcado.

Las poblaciones de microorganismos fueron más abundantes, tanto a floración como a cosecha, cuando el maíz está consociado. Esta mayor densidad, que es consecuencia del efecto de los árboles sobre el ambiente de los otros cultivos y su influencia sobre la disponibilidad de nutrientes, se manifiesta en la mayor producción expresada por el maíz.

En esta etapa, el crecimiento de los algarrobos es muy importante; ya a partir de los 5 años habían mostrado una correlación entre el incremento en diámetro del tronco, altura y diámetro de copa. López Villagra (1995) ha determinado un incremento en el aporte de N con el crecimiento en plantas jóvenes, y en este período hubo incremento medio de 43 cm de altura y 52 cm de incremento en diámetro de la copa, encontrándonos con árboles de hasta 4,20 m de copa y hasta 4,80 m de altura en el huerto al final del período considerado. Los efectos de transferencia de nitrógeno se midieron a través del incremento medido en la cosecha de maíz. Sin duda el sistema de intercultivo para esta región es muy prometedor ya que tiene la doble función de recuperar los suelos y diversificar la producción económica de la zona convirtiéndose en sistemas limpios y sustentables, pues no requieren aportes extras; Galera et al(1999).

Mejora sensiblemente las características del suelo.

Puede considerarse una especie promisoria para ser utilizada en reforestaciones con fines madereros, en plantaciones para mejoramiento del suelo y realización de intercultivos para obtención de frutos para alimento humano y animal.

En Argentina, el uso intensivo debido a la excelente calidad de su madera y frutos, ha llevado a la especie al límite de desaparición.

COSTO EN FUNCIÓN DE PRODUCTIVIDAD Y RENDIMIENTO EN LOS SISTEMAS PROBADOS

El costo aproximado de forestación por Ha, con una densidad de 450 árboles instalados al año de edad aproximadamente, es de U$S 7000. El mismo se amortizaría con la producción de frutos entre los 7 y 12 años de edad, ya que el ingreso calculado sería de U$S 1120 por la venta de los mismos sin valor agregado. Si además se considera que puede hacerse intercultivo de maíz, por ejemplo, que produce con 400 mm de media de precipitación unos U$S 312 de maíz, unos 20 qq, la suma da U$S 1432 por Ha/año, con lo que se amortizaría totalmente en cinco años. En este cálculo no se incorporan las ventas de leña de las podas de formación, ni la posible producción de miel si se adicionan colmenas. Si se quiere obtener madera, la primera corta sería entre los 25 y 30 años, según donde fue plantado; esto da un margen de 15 a 18 años de ganancia de U$S 1432, a los que hay que descontarle obviamente los gastos de mantenimiento, de poda y recolección que se amortizan con la leña.

En Córdoba se han implantado varias áreas demostrativas de entre tres y siete Has, a los fines de corregir suelos deteriorados por monocultivo de soja, en los que se han establecido estos sistemas alternativos de múltiple propósito.

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Foto 7

Foto 7: Ejemplar de P.alba var.panta. Paso Viejo, Córdoba. 1985. F.M.Galera.

Foto 8Foto 9
Foto 8 : Inflorescencia de P.alba var.panta. Villa Quilino,
Córdoba. 1997. F.M.Galera.
Foto 9: Inflorescencia de P.alba var. panta. Villa Quilino,
Córdoba. 1998. L. Díaz.

Foto 10

Foto 10: Frutos de P.alba var.panta. Procedencia Paso Viejo, Córdoba. 1989. F.M. Galera.

Foto 11

Foto 11: Plantación de 10 años de distintas especies de Prosopis sp.en Villa Quilino. Córdoba. 2000. F.M.Galera.

Foto 12

Foto 12: Siembra de maíz y poroto en intercultivo con Prosopis sp. Villa Quilino. Córdoba. 1997–1998. F.M.Galera.

Foto 13

Foto 13: Intercultivo Algarrobo, maíz, poroto. Villa Quilino, Córdoba 1997–1998. F.M.Galera.

Foto 14

Foto 14: Ejemplar de P.alba var.panta podado en flor de 10 años de edad. Villa Quilino, Córdoba. 2000. F.M. Galera.

Foto 15

Foto 15: Ejemplar de P. alba var.panta sin podar de 10 años de edad con flor. Villa Quilino, Córdoba. 2000. F.M. Galera.

Foto 16

Foto 16: Medición de diámetro de tronco con calibre. Villa Quilino, Córdoba. 1999. F.M. Galera.

Foto 17

Foto 17: Medición de diámetro de copa con cinta métrica. Villa Quilino, Córdoba. 1999. F.M. Galera.

Foto 18

Foto 18: Vivero de P. alba vd.panta. Lab. Recursos nativos. F.C.A. U.N.C. Córdoba 1998. F.M. Galera.

Foto 19

Foto 19: P. Alba vd. Panta de tres meses de edad en el Lab. Recursos Nativos. F.C.A. Córdoba, 1998. F.M. Galera.

Foto 20

Foto 20: Realización de injerto en P. alba. vd. panta. Villa Quilino. Córdoba. 1993. F.M. Galera.

Foto 21

Foto 21: Injerto logrado en en P. alba vd. panta. Dr. Fernando Riveros. F.A.O. Villa quilino, Córdoba 1993. F.M. Galera.

Foto 22

Foto 22: Distribución de plantas de Prosopis alba var.panta y tutores para plantación en Los Cóndores, Córdoba. 1999. F.M.Galera.

Foto 23

Foto 23: Poceado para plantación. Los Cóndores. Córdoba. 1999. F.M.Galera.

Foto 24

Foto 24: Poceado, plantación e inundación de hoyos. Los Cóndores, Córdoba 1999. F.M.Galera.

Foto 25

Foto 25: Colocación de tutores y plantas de P.alba var.panta. Los Cóndores, Córdoba. 1999. F.M.Galera.


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