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II. ESTADO ACTUAL DE LA INFORMACION SOBRE ARBOLES FUERA DEL BOSQUE (CARLOS SANDOVAL, ARNULFO CRUZ, MARIO VALLEJO, CONSULTORES FAO)

Resumen

En este documento se hace una breve descripción del concepto y uso de sistemas de árboles fuera del bosque (AFB), en Honduras. El potencial de establecimiento de AFB está directamente relacionado con la deforestación, la cual es de unas 58,970 hectáreas por año, equivalente al 1% de la cobertura forestal. Las causas de la deforestación y las secuelas que ello representa son diversas, entre las cuales destacan las de origen político, económico y socio culturales. Para contrarrestar el deterioro de los recursos naturales renovables y para disminuir el avance de la frontera agrícola, en Honduras se deben tomar medidas coercitivas y persuasivas, complementadas con el fomento e incentivos fiscales y económicos para sistematizar el establecimiento de árboles fuera del bosque, lo que ayudaría a disminuir la presión sobre los bosques naturales. La estrategia debe contemplar un programa de educación y divulgación.

En Honduras no existe un concepto literal sobre AFB, pero es una práctica que se remonta a tiempos precolombinos, con mayor énfasis a partir de inicios del siglo XX, con el establecimiento de plantaciones por las compañías bananeras. Una de las especies de mayor uso en sistemas de AFB es el Gliricidia sepium, la cual es una especie muy versátil y que en algunos casos puede aportar la mayor parte del nitrógeno requerido por algunos cultivos agrícolas, cuando se asocian.

A pesar que el concepto de AFB no es conocido, existen muchas experiencias exitosas en todo el país, desde que se ejecutó el Proyecto Recuperación de las Áreas Degradadas por el Huracán Fifí, seguido del Proyecto Manejo Integrado de Cuencas Hidrográficas en la Sierra de Omoa (1975 - 1980). Muchos proyectos han fomentado los sistemas AFB, ya sea como sistemas agroforestales (Manejo de la Cuenca del Río Choluteca y Proyecto LUPE; Lempira Sur en Occidente (FAO – Secretaría de Agricultura y Ganadería); Marcala – Goascorán, MARGOAS y el Proyecto Desarrollo del Bosque Latifoliado (PDBL). Otros han promovido plantaciones forestales con fines comerciales como el Proyecto Reforestación para Protección en la Zona Sur. Los proyectos Cultivo de Especies de Uso Múltiple (MADELEÑA) y Conservación y Silvicultura de Especies Forestales de Honduras, CONSEFORH, hicieron contribuciones significativas en investigación y divulgación de resultados.

Entre los proyectos que han fomentado los sistemas de AFB se generaron diversas experiencias exitosas, entre las que sobresalen las del Proyecto Desarrollo del Bosque Latifoliado, que generó guías con información técnica y financiera sobre 80 sistemas agroforestales. Esta información y la generada por otras instancias como MADELEÑA a nivel de investigación, y las de Lempira Sur a nivel de participación de las comunidades, pueden ser de mayor provecho con la consolidación de redes de cooperación horizontal, con liderazgo de una entidad que fomente el establecimiento y manejo de los AFB en forma sistemática.

Las instituciones más vinculadas con los Árboles fuera del Bosque son La Secretaría de Agricultura y Ganadería, encargada de dictar la política respecto al manejo de los bosques con fines de producción de madera y otros productos, mientras que la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, es la rectora de la política sobre manejo de áreas protegidas, vida silvestre y cuencas hidrográficas. La Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal es la ejecutora de la política forestal. Para impulsar el desarrollo de los AFB es necesario que el Gobierno designe en una institución pública la responsabilidad de diseñar un programa de fomento permanente a los sistemas de árboles fuera del bosque, como una política de Estado.

1. Contexto general de los recursos naturales

Honduras es un país privilegiado por su ricos y variados ecosistemas marítimos y terrestres, teniendo existencias naturales de estos últimos en más del 50% del territorio nacional; hasta 1996 los bosques cubrían unos 60,840 km2, lo que corresponde aproximadamente a una hectárea de bosque por habitante, con una pérdida aproximada de 58,970 ha por año, equivalente al 1% anual de la superficie cubierta por bosques. En la superficie restante, la existencia y potencial para el establecimiento de sistemas arbóreos fuera del bosque se distribuyen en gran parte del 41.7% del territorio nacional: 27,164 km2 en tierras dedicadas a cultivos extensivos y de tipo migratorio, 17,937 km2 en tierras dedicadas a la ganadería y 1,859 km2 en tierras con cultivos intensivos y permanentes (Mapa forestal de Honduras, 1996); mayores detalles se muestran en Anexo 1.

Con la concesión de tierras a las compañías bananeras, con mayor énfasis entre los años 1930 y 1950, se propició una deforestación masiva en el Litoral Atlántico del país; por otro lado, de 1952 a 1993 la evolución del uso de la tierra en fincas fue más drástica en el cultivo de pastos y bosques, en las cuales se registra un cambio del 32.8% al 45.9% y del 29.0% al 10.9%, respectivamente. (Sunderlin y Rodriguez, 1996).

La apertura para el establecimiento de sistemas de árboles fuera del bosque se da como consecuencia de la reducción de los ecosistemas naturales, los cuales han sufrido las consecuencias del crecimiento demográfico, políticas equivocadas y contradictorias sobre su utilización y manejo, así como la falta de una cultura y tecnología apropiada considerando la vocación natural del suelo. Debido a la sobre explotación del bosque, en 1974 se creó la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (COHDEFOR), la cual asumió el control de todos los bosques públicos y privados, incluyendo las funciones de protección, reforestación, industrialización y exportación de productos forestales. Lo anterior propició una mayor captación y mejor redistribución de ingresos por el aprovechamiento de los bosques estatales, municipales y privados, sin embargo, para las municipalidades y los propietarios de terrenos forestales, el bosque no tenía un valor importante, por lo que llegó a considerar un obstáculo para sus actividades agropecuarias y sus pretensiones económicas tradicionales.

Con la promulgación de la Ley para la Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola, en 1992, se devuelve a los propietarios su derecho a manejar y administrar sus bosques; sin embargo, esto no causó un cambio sustancial e inmediato en la actitud de los propietarios, quienes desconfían del Gobierno. En la actualidad la sostenibilidad de los recursos naturales no tiene alta prioridad entre los propietarios de tierras. El cambio de la política forestal abrió expectativas de aprovechar los recursos forestales en el menor tiempo posible, pero no necesariamente se incrementó la inversión en manejo y protección. La conducta de los propietarios de bosques se puede considerar lógica, si consideramos el criterio de inseguridad que ellos tienen acerca de las políticas de gobierno, las cuales cambian con facilidad de un período presidencial a otro.

Quizá, los factores de mayor relevancia que han incidido en el deterioro de los recursos naturales son las políticas contradictorias que los diferentes gobiernos han puesto en práctica. Por un lado, se creó la COHDEFOR para proteger y recuperar bosques naturales, lo cual se logró en gran medida y se manifiesta en la existencia de casi dos millones de hectáreas de bosque joven y en proceso de regeneración, distribuidos en tierras de propiedad nacional, ejidal y privada (Honduras, 1996). Por otra parte, con la Ley de Reforma Agraria se incentivó la deforestación al considerar como sujetas a expropiación todas las tierras deforestadas y aquellas tierras con menos de 10% de su superficie con cobertura boscosa, además de los programas de incentivos a la ganadería y la caficultura, cuyo desarrollo se fundamenta en la ampliación de la frontera agrícola, a costa de los ecosistemas forestales.

Complementario a lo expuesto en el acápite anterior, como producto de una percepción equivocada, por varios siglos se promulgó que Honduras es un país de vocación agrícola. Con este paradigma y las políticas equivocadas del Gobierno, avaladas por políticas internacionales, la mayor riqueza con que cuenta el país para su despegue económico ha sido degradada en forma indiscriminada.

La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) creada en 1996, considera que las principales causas de deterioro de los principales recursos naturales son:

a) “la concentración de la tierra agrícola en manos de pocas personas, ha estimulado la migración de las familias rurales pobres a las laderas, aumentando la presión sobre los recursos naturales”,

b) “las prácticas de la agricultura migratoria, han ampliado los frentes de colonización de las poblaciones rurales”,

c) “las prácticas inapropiadas de la ganadería extensiva han degradado el bosque y han sido causas de los incendios forestales”, y

d) la explotación inadecuada de los bosques ha devastado grandes extensiones del mismo sin implementar prácticas de manejo adecuadas.”

“Estas causas también han contribuido al avance creciente de la frontera agrícola hacia zonas ecológicamente frágiles.” (SAG, 2000).

El proceso de destrucción de los recursos forestales se puede atacar por diferente frentes, conforme a las causas identificadas; de ellas, de acuerdo con el tema central de este documento, hay dos opciones de capital importancia. La primera es deteniendo el avance de la frontera agrícola mediante la aplicación de medidas coercitivas y medidas persuasivas; la segunda opción, que puede darse en forma complementaria a la anterior, es el desarrollo de un programa intensivo del cultivo de árboles fuera del bosque. Bajo diversas modalidades de establecimiento y manejo de sistemas forestales, agroforestales, agropecuarios y urbanos, se podría producir diversos bienes y servicios con eficiencia y alta productividad, lo que vendría a reducir la presión sobre los bosques naturales.

Para que esta opción sea viable, se necesita cumplir por lo menos con dos aspectos básicos: Primero, es imprescindible desarrollar un programa nacional de educación para el manejo de los recursos naturales, dirigido en forma sistemática y ordenada a todo los sectores de la sociedad y en el que se involucre a la Secretaría de Educación Pública. Segundo, complementario a la educación formal y no formal, se requiere de un programa efectivo de incentivos para el establecimiento y manejo de sistemas de árboles fuera del bosque. El programa debería contemplar, entre otros, aspectos relacionados con la seguridad del usufructo y el mercadeo de los productos y servicios.

No obstante que está vigente la Ley de Incentivos para la Reforestación y Protección del Bosque (Decreto 163-93); ésta no se ha puesto en ejecución, aparentemente por falta de voluntad de los responsables de su ejecución, por lo que después de ocho años de promulgada la Ley, la misma necesita ser actualizada, como también el país necesita la aplicación real y consistente de su marco jurídico que impulse e incentive el cultivo de árboles fuera del bosque, de tal manera que se inserte en la cultura productiva del sector agrícola del país.

2. Conceptos nacionales relativos a los AFB

Literalmente, en Honduras no existe un concepto sobre “Árboles Fuera del Bosque”, como tampoco existe un concepto preciso y homogéneo sobre bosque, en la sociedad; tampoco en el ámbito profesional se ha difundido esta frase, por lo que el concepto puede ser estrecho para unos y muy amplio para otros. Sin embargo, en las comunidades rurales y urbanas, en fincas pequeñas y grandes, en diferentes zonas ecológicas, en los cuatro puntos cardinales del país, se encuentra la convivencia del ser humano con los árboles en sus diversos arreglos naturales y artificiales, lo que evidencia la importancia que los sistemas arbóreos para la sociedad. No obstante que a nivel técnico el concepto AFB es asimilable, en el ámbito general el concepto posiblemente esté más relacionado con la ornamentación, en vista que para el ciudadano común un bosque puede ser un pequeño grupo de árboles, como también puede significar una montaña virgen.

2.1 DEFINICIONES LOCALES DE BOSQUES Y ÁRBOLES FUERA DEL BOSQUE (AFB)

Como premisa, bosque es una “comunidad de organismos animales y vegetales, dominada por una agrupación de árboles” o, un “sitio poblado de árboles y matas” (Editorial Océano, 1996). Localmente el concepto de bosque es variado, el cual va desde los términos tradicionales, hasta las definiciones técnicas y los conceptos en los diferentes estratos de la sociedad.

En la zona rural, tradicionalmente el término bosque está relacionado con el término montaña, entendiéndose como tal, aquel lugar de topografía generalmente irregular, con dominio de árboles de una o varias especies y de espesura relevante, usualmente con abundante agua superficial y donde conviven diversas especies de fauna silvestre. Sin embargo, con el paso de los años y en la medida que los macizos boscosos han disminuido, y que los mismos se han seccionado, el concepto en la zona rural ha sufrido cambios, aceptando también como bosque a las agrupaciones pequeñas de árboles en las fincas.

El concepto de bosque se relaciona más con aquellos grupos de árboles de origen natural, mientras que es muy común encontrar que a los bosques artificiales también se les reconozca con el nombre de reforestación o plantación. En el caso de sistemas agroforestales, aunque exista un dominio de especies arbóreas, ya sean naturales o establecidas por vía artificial, estos se reconocen según el cultivo agrícola principal asociado; en el caso del cultivo de café se reconoce por cafetal, cuando se cultiva cacao el sistema es nombrado “cacaotal”, mientras que “finca” es el término más común que incluye a éstos y otros sistemas similares, algunas veces con el agregado del cultivo específico; por ejemplo, finca de café.

El término finca, además de usarse como sinónimo de hacienda, también es aplicado a los sistemas agroforestales donde se cultivan diversas especies herbáceas, arbustivas, tubérculos, arbóreas, etc. que sirve para el abastecimiento de alimento cotidiano a la familia rural, lo que en el ámbito técnico se conoce como huerto familiar. Estos sistemas son establecidos con mayor frecuencia en las riberas de los ríos y en las cercanías de la casa de la familia rural; también es muy común que a estos arreglos se les reconozca con los nombres de huerta y solar. Como reflejo de esta tradición, es frecuente encontrar este tipo de cultivos, pero a escala menor, en las colonias y barrios “marginados” de la ciudad capital, lugares donde se concentran las familias emigrantes del campo.

El establecimiento de plantaciones forestales a escala mayor y en zonas enclavadas en macizos forestales, como los casos del Plan Comayagua, reforestación en San Esteban Olancho, por mencionar algunos proyectos, se perciben como plantaciones en el bosque. En cambio, las plantaciones con fines de producción de frutas, independientemente del tamaño y lugar del cultivo, no son consideradas como bosques; las grandes plantaciones de marañón en la Zona Sur del país y plantaciones de cítricos y de “rambután” establecidas en los departamentos de Colón y Atlántida se consideran cultivos estrictamente agrícolas, no obstante que aportan importantes y similares beneficios que los bosques artificiales compuestos por especies maderables.

En lo que corresponde a los sistemas agroforestales, en el ámbito nacional se definen como toda asociación de árboles con cultivos agrícolas o pastos. Estos sistemas se introdujeron a Honduras con mayor énfasis y con técnicas mejoradas desde hace unos 25 años, más específicamente después del Huracán Fifí ocurrido, en septiembre de1974. Pero la combinación de especies arbóreas con otros cultivos es una práctica que se remonta a épocas pre coloniales. Los Mayas utilizaron la especie conocida como madreado (Gliricidia sepium) en forma intensiva en el cultivo del cacao, por lo que también se le conoce con el nombre de madre cacao.

Así como la agroforestería, aunque el término técnico es relativamente nuevo en Honduras, se ha practicado desde tiempos inmemorables; de igual manera, el concepto de AFB es parte de la cultura hondureña, pero técnicamente no se ha edificado ni difundido como tal; por ende, existe el espacio necesario para ejecutar programas exitosos sobre establecimiento y manejo de estos sistemas en forma masiva.

La agroforestería es una práctica que se puede combinar con la conservación de suelos y el aumento del rendimiento en la producción para reducir la presión sobre los bosques naturales. Estos sistemas han despertado el interés en los productores del sector agrícola, por el potencial que ellos ofrecen en la producción de alimentos, además de generar ingresos adicionales a los proporcionados por la economía tradicional (Valdés y Abastidas, 1993). Algunos de los sistemas agroforestales más comunes en Honduras se muestran en los anexos 2 y 3.

Como consecuencia del cambio del micro clima y el incremento de la demanda por agua potable en las zonas urbanas, en los últimos años ha crecido el interés por la arborización de sus avenidas, parques y áreas circundantes. En las zonas urbanas se realizan campañas de reforestación cada año, lo cual tiene su efecto positivo, en vista que es en ellas donde se concentran los medios de comunicación social más influyentes y con mayor cobertura. Aproximadamente la mitad de la población se concentra en las áreas urbanas, pero solo cubren alrededor del dos por ciento del territorio nacional; por simple deducción, los recursos para el establecimiento de árboles fuera del bosque se dirigen, posiblemente, en forma proporcional a la distribución de la población, pero de manera desequilibrada con relación a la superficie territorial.

Con apego a las condiciones nacionales, expuestas arriba y considerando los remanentes de bosque natural, se propone como definición de Árboles Fuera del Bosque la siguiente:

“Árboles aislados o agrupados, establecidos por la vía natural o artificial, que producen bienes y/o servicios complementarios y claramente independientes de los macizos forestales superiores a las cincuenta hectáreas. “

2.2 LEGISLACIóN, POLíTICA Y SERVICIOS RELATIVOS A LOS AFB

Como se explicó arriba, algunas Leyes han incentivado la reducción de las áreas de bosques o desincentivado el cultivo de árboles fuera del bosque. Con la Ley de creación de COHDEFOR (Decreto Ley 103 del 10 de enero de 1974) se nacionalizaron los bosques; aunque en la Ley se respetó el derecho de las personas que pudieron establecer plantaciones, se generalizó la idea de que cualquier árbol que se plantara en terrenos de cualquier naturaleza jurídica era del Gobierno, percepción que aún tienen muchos ciudadanos. Conforme a la Ley de Reforma Agraria, los bosques naturales podían ser expropiados; por ende, se pensó que el establecimiento de plantaciones forestales conduciría a ese estatus.

A pesar que la Ley para la Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola (LMDSA, Decreto 31-92, derogó la Ley de Protección a la Caficultura, en 1995 El Congreso Nacional aprobó una Ley similar denominada Ley de Protección a la Empresa Caficultora (decreto 199-95). Esta Ley como la anterior da apertura para la titulación de tierras forestales nacionales y ejidales a favor de particulares, sin importar la ubicación y la calidad de las mismas, aunque no desincentiva el establecimiento de árboles para sombra del café.

Después de casi dos décadas de la nacionalización del vuelo forestal, el mayor incentivo al establecimiento, manejo y usufructo de sistemas forestales se definió con la Ley para la Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola en 1992. Esta Ley le devolvió el derecho sobre el vuelo forestal a los propietarios de la tierra. Este cambio sustancial abre opciones y posibilidades importantes para el establecimiento de árboles, principalmente por la seguridad de su aprovechamiento, aunque condiciaona el aprovechamiento forestal con fines comerciales a la elaboración de planes de manejo forestal y planes operativos anuales. En la actualidad no existe claridad sobre el tratamiento diferenciado que debe darse al manejo de las plantaciones forestales o sistemas agroforestales y sistemas de árboles fuera del bosque, según el tamaño del área a intervenir.

Con el Decreto 12-2000 se crea el Programa Nacional de Desarrollo Rural Sostenible (PRONADERS), adscrito a la Secretaría de Agricultura y Ganadería, cuyo objetivo es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales a través del desarrollo humano, social, ambiental y productivo. Con la auto gestión de proyectos que se plantea desarrollar en las comunidades, se abre una ventana importante para la gestión de proyectos que incluyan el establecimiento de árboles en variados sistemas productivos y ambientales, con enfoque de cuencas.

En el Plan de Acción Forestal (PLANFOR 1996-2015), se estipula que no se han realizado inventarios de este tipo de sistemas, como árboles aislados o en pequeños grupos, donde en el pasado existieron bosques naturales; se reconoce el valor incalculable que estos tienen, pero “no existe una base legal para su conservación. Por eso, desaparecen muy rápido, sobre todo en las proximidades de las áreas urbanas, áreas agro industriales y áreas de reforestación en gran escala con diferentes especies. Su desaparición contribuye irreversiblemente al aislamiento de ecosistemas naturales existentes y a la reducción de la biodiversidad en el país y en regiones específicas.” Entre otros aspectos, la sociedad hondureña, a través del este documento, manifiesta la importancia de los AFB en la conservación de la biodiversidad, la diversidad genética y su contribución al ambiente en general. Para la conservación de estas pequeñas pero importantes áreas en el PLANFOR se establecen tres acciones estratégicas, entre otras:

• “Iniciar campañas de extensión y promoción informando a la sociedad en general sobre la importancia, la belleza y la bondad de estos elementos estructurales del paisaje, sobre todo a los propietarios de predios, campesinos, ganaderos e inversionistas del agro.”

• “Fomentar la plantación en áreas que ya han perdido estos elementos de biodiversidad, de árboles nativos para embellecer lugares específicos como alamedas, cercas vivas, rodales en fuentes de agua, árboles en solares urbanos, sombra para el ganado, ornamentales, etc.; en esfuerzos conjuntos con lo propietarios, las municipalidades y demás grupos interesados de la sociedad.”

• “Promover la rehabilitación de las riberas de los ríos, cauces de agua, nacimientos de agua, lagos y playas con especies arbóreas de la vegetación natural.”

Compatible con estos principios, en cumplimiento de algunas disposiciones de la Ley de Incentivos a la Reforestación y Protección del Bosque, la COHDEFOR mediante la Resolución GG-116-97, reconoce a las personas naturales y jurídicas que establecen plantaciones maderables con especies de uso múltiple, en terrenos públicos o privados, la titularidad de los productos y subproductos forestales provenientes de las mismas en los términos que establecen las disposiciones legales vigentes y las contenidas en esta resolución...”; en otro apartado se especifica que “la AFE-COHDEFOR, otorgará un certificado de Manejo y Aprovechamiento de Plantaciones Forestales, el cual ampara al beneficiario a realizar cortes de árboles con fines de manejo y aprovechamientos comerciales una vez establecida la plantación.”

Pese a que ya estaba en una ley, esta resolución se logró en gran medida con el impulso y apoyo de proyectos, instituciones e instancias locales operando en el Litoral Atlántico del país, principalmente del Proyecto Desarrollo del Bosque Latifoliado (ACDI / COHDEFOR). La resolución mencionada no ha tenido los efectos deseados, debido a la poca respuesta de los supuestos interesados y a la indecisión de algunos funcionarios de la COHDEFOR para aplicarla. No obstante lo anterior, cualquier persona puede exigir el cumplimiento las normas del marco jurídico vigente, en el contexto del aprovechamiento de los recursos provenientes de grupos de árboles, rodales, bosquetes, bosques y otras modalidades de AFB artificiales.

2.3 TIPOLOGíA DE LOS DIFERENTES AFB

Las especies arbóreas han sido parte tradicional de los sistemas de producción rural de Honduras, proporcionando diferentes bienes y servicios. Por esa costumbre que se transmite de generación en generación, a pesar del avance de la frontera agrícola, en las fincas y en los poblados que se distribuyen en los frentes de deforestación usualmente se dejan algunas áreas con vegetación natural; esos remanentes son complementados con el cultivo de algunas especies arbóreas preferidas, muchas veces combinadas con cultivos agropecuarios. En muchos casos, los sistemas que se establecen en estas áreas tienen un impacto y un propósito financiero; pero regularmente su mayor importancia se centra en su efecto ambiental y social. Casi todo ocupante de un predio rural destina una parte de la tierra bajo su dominio para establecer un huerto familiar, en donde se produce la mayor variedad de su complemento alimenticio diario. Además, es muy común encontrar árboles aislados y en grupos distribuidos en los potreros, en los perímetros de las propiedades y subdivisiones, con mayor frecuencia de especies de alto valor comercial maderable, frutales y ornamentales. Tienen relevancia en este tipo de sistemas aquellas especies que son versátiles en cuanto a sus usos y facilidad de establecimiento y manejo.

Junto a los huertos familiares, que son de carácter privado, los astilleros comunitarios simbolizan los AFB en las comunidades rurales migratorias que ejercen presión constante sobre el bosque natural. En general, los astilleros y los bosques secundarios son la fuente de leña más importante de la comunidad y que a pesar de la sobre explotación que se ejerce sobre ellos, siempre están produciendo bienes y servicios de manera sostenida. La arborización se une a estos dos tipos de AFB; los patios traseros de las casas rurales son representantes vivos de la arborización tradicional del campesino hondureño, costumbre que en los últimos años se ha extendido al establecimiento de algunos ejemplares en la parte frontal de las casas. Especies como Delonix regia, Simarouba glauca, Eucalyptus sp., Cassia siamea, Cassia fistula, Terminalia sp., Casuarina sp. y Ficus sp., entre otras, son muy demandadas con tales propósitos, además de ser muy usados en la ornamentación de parques.

No obstante que aún no se maneja en forma generalizada el concepto “manejo integrado de cuencas hidrográficas”, el productor rural conoce la importancia de mantener cobertura boscosa con fines de protección de los nacimientos y cauces de agua; es así que regularmente las riberas de los ríos y quebradas tienen una faja de vegetación, la cual tiene una anchura típica de unos diez metros y que varía de forma caprichosa con el criterio del ocupante del terreno. Estos “bosques de galería” son fuente importante para el abastecimiento de leña, postes y para el cultivo de algunas especies alimenticias tolerantes de sombra, tales como malanga, ñame y cacao; esta práctica ayuda de manera sobresaliente a diversificar la dieta alimenticia de la familia rural, a generar algunos ingresos adicionales y contribuye a mejorar y conservar el ambiente.

De manera inconsciente, la tendencia del productor agroforestal es dejar remanentes del bosque natural con fines de protección de fuentes de agua, como astillero o como reserva para ampliar sus cultivos agrícolas. En cambio, los árboles establecidos fuera del bosque son más considerados como embellecedores del ambiente, aún cuando su establecimiento se haya realizado con múltiples propósitos o con fines productivos de madera; es muy común encontrar que algunas plantaciones forestales llegan a un estado urgente de ser raleadas o aprovechadas y que sus propietarios prefieren afectar sus reservas naturales, en lugar de cortar algunos de sus árboles cultivados, con el propósito de abastecerse de productos forestales específicos, tales como leña, madera, etc. Esto sugiere que previo al establecimiento de AFB se deben definir y comprometer con el productor las acciones futuras en los sistemas que se establezcan; de otra manera, uno de los propósitos de los AFB, disminuir la presión sobre el bosque natural, no se estaría cumpliendo.

2.4 EVALUACIóN Y PLANIFICACIóN DE LOS AFB

No existe un sistema ni metodologías nacionales que orienten y den seguimiento a la planificación y evaluaciones de árboles fuera del bosque. La Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal y la Secretaría de Agricultura y ganadería, a través de la Dirección de Ciencia y Tecnología Agrícola, con el apoyo de proyectos internacionales, han realizado algunos esfuerzos encaminados en esa dirección. Sin menospreciar lo que se ha logrado a través de otras instancias como CARE de Honduras, Proyecto Lempira Sur y CONSEFORH, entre otros, se pueden mencionar tres proyectos por su aporte sobresaliente en transferencia de tecnología y desarrollo de metodologías apropiadas para la planificación y evaluación de AFB; ellos son Proyecto LUPE (Ejecutado por la Secretaría de Recursos Naturales y USAID) en la zona central y sur del país y el Proyecto Desarrollo del Bosque Latifoliado (Ejecutado por AFE-COHDEFOR y ACDI) en la zona del Litoral Atlántico y el Proyecto Diseminación del Cultivo de Árboles de Uso Múltiple, MADELEÑA, (Ejecutado por COHDEFOR y CATIE) en las zonas Sur, Central y Nor-occidental del país.

Entre estos proyectos se desarrollaron aspectos que pueden replicarse con facilidad en el ámbito nacional, entre ellos están:

• Guía para solicitud de asistencia técnica de proyectos silvo-agropecuarios,

• Guía para la calificación y viabilidad de proyectos,

• Guía metodológica para el establecimiento de huertos familiares.

• Guía de evaluación del servicio de asistencia técnica a la comunidad,

• Guía para la evaluación y seguimiento de proyectos silvo-agropecuarios,

• Guías técnicas y análisis económico financiero de los cultivos y sistemas agroforestales.

La experiencia que el Proyecto LUPE acumuló ha sido aprovechada en la ejecución del Programa de manejo de los Recursos Naturales Renovables de la Cuenca del Embalse El Cajón; en este Programa se validaron y se mejoraron las metodologías en referencia y se espera que serán aplicadas de manera masiva en la ejecución del Programa Multifase Manejo de los Recursos Naturales en Cuenca Prioritarias, el cual abarca las cuencas de los Ríos Ulúa, Chamelecón y Nacaome, considerando la gestión de proyectos de abajo hacia arriba (basado en la demanda de las comunidades y las municipalidades) y con enfoque de cuencas.

3. Importancia de los AFB

Como se expresó anteriormente los sistemas de AFB, tiene gran importancia por los beneficios que brindan a las comunidades tanto urbanas como rurales. En la economía rural son fuente de productos maderables y no maderables, por lo que son muy apreciados.

3.1 IMPORTANCIA DE LOS AFB

Importancia económica:

El impacto económico de los AFB se puede reflejar en forma directa e indirecta. La importancia directa de los AFB en la economía se presenta de dos maneras; la primera por la venta de productos maderables y no maderables que se puedan producir en estos sistemas, entre los que figuran la madera de diámetros variados, alimentos, semillas, flores, medicinas, etc.; la segunda corresponde a la generación de productos para el autoconsumo, con lo que se disminuyen los egresos en la adquisición de bienes derivados del bosque. Un buen ambiente y una buena calidad de agua, por la presencia de AFB, repercute en la salud mental y corporal del ser humano y esto a la vez en una mayor producción, mayor productividad y menores egresos.

En el ámbito local, usualmente los productores comercializan directamente sus productos con el consumidor final, sin que exista un ente que contabilice este movimiento financiero; pero en el comercio regional y nacional, la moda es que el productor ofrece sus productos a intermediarios, los cuales son por lo regular propietarios de medios de transporte del lugar o de localidades vecinas. En consecuencia, la mayor utilidad en la cadena de producción no queda en manos del productor; en este segundo caso, la transacción final se realiza en los centros comerciales de las ciudades, donde existe mayor control del flujo de mercancías y por ende su contribución al producto interno bruto. Sin embargo, cuando los productos forestales sufren alguna transformación industrial, la transacción comercial es contabilizada por el Banco Central de Honduras en el rubro industrial y no en el forestal o agroforestal.

Importancia sociocultural:

En algunas comunidades con propiedades y tradición indígena, el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales se hace en forma colectiva; las tareas de un miembro las ejecutan entre varios elementos de la comunidad y sucesivamente se van atendiendo las responsabilidades de cada uno, hasta concluir la de todos. Cuando la actividad se desarrolla en un sitio comunal, todos aportan el tiempo que les corresponde y al momento de la división de derechos, se hace de la misma manera. Sin embargo, a nivel nacional el panorama más común es la producción individual.

Para las personas que plantan árboles en terrenos de su propiedad, el usufructo les pertenece absolutamente, lo cual es un derecho claramente establecido en varias leyes, como la Ley par la Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola y la Ley Forestal. En lugares donde aún se percibe la abundancia de recursos forestales, los dueños toleran incursiones de vecinos en sus terrenos, para la obtención de leña (principalmente madera muerta), pero es una práctica que de manera paulatina se está extinguiendo. En las tierras nacionales la situación es diferente; de acuerdo a la Ley, el usufructo de productos para autoconsumo lo realiza el ocupante, pero no puede vender en el caso de aprovechar árboles de origen natural. En este último caso deberá realizar una transacción comercial con el Estado, para hacer uso legal de los mismos, en algunos casos con base en un plan de manejo o aprovechamiento forestal.

Rol ambiental:

Los árboles fuera del bosque juegan un papel preponderante en el paisaje, principalmente cuando estos tienen un arreglo o una ubicación armónica con el resto de los componentes que lo conforman; un caso interesante de mencionar son las cercas vivas de madreado (Gliricidia sepium) en los alrededores de la ciudad de El Progreso, Yoro, así como en otros lugares de la Costa Atlántica y Región Central del país, donde proporcionan una belleza escénica impresionante. Esta especie, como otras leguminosas, además de su importancia en la ornamentación y su aporte de productos maderables y forraje para el ganado, también contribuyen a la protección y mejoramiento del suelo; las cuales, seleccionadas y manejadas apropiadamente, pueden tener un impacto positivo en el ambiente.

El Madreado es una de las especies nativas de Honduras con mayor versatilidad y distribución. Sembrada o plantada, esta especie con cultivos en callejones, puede proporcionar abono verde con muchas ventajas al cultivo agrícola, con el propósito de conservar e incrementar la fertilidad del suelo, incrementando el contenido de humus y elevando el contenido de nitrógeno del suelo. Algunos estudios reportan que en combinación con maíz, el Madreado puede aportar sobrepasar el 71% del nitrógeno del total requerido por el cultivo agrícola (CATIE, 1991). Normalmente los árboles no interfieren en la cosecha del cultivo agrícola, tal es el caso de cultivos en callejones, sistema en el que los árboles se podan con frecuencia; pero cuando los árboles en combinan con cultivos permanentes, como el cacao, se complica el aprovechamiento de árboles; en ese caso se aplican prácticas de aprovechamiento de bajo impacto, las cuales, entre otros, incluyen la poda de ramas grandes antes del apeo de los árboles.

La combinación de árboles con cultivos agrícolas trae consigo diferentes niveles de competencia por luz, nutrimento y agua, por lo que no existe una fórmula de espaciamiento, manejo de copas, etc., para todos los sistemas agroforestales posibles: Uno de los sistemas agroforestales más comunes en Honduras es el silvopastoril. Como las gramíneas son exigentes de luz, se debe tener cuidado de seleccionar las especies adecuadas y el manejo apropiado a la densidad del rodal, lo cual es fundamental para el éxito de estos sistemas.

Por otro lado, los AFB juegan un papel relevante en la conservación de la biodiversidad; es notable que una mayor diversidad y una estructura heterogénea de la vegetación favorece a la diversidad de la fauna. Por ejemplo, el Centro de Investigación y Jardín Botánico Lancetilla en una “isla” ubicada en medio de una deforestación masiva de los alrededores de Tela, tiene un arboreto, con una superficie de aproximadamente 50 hectáreas, que sirve de refugio a más 300 especies de aves. Otro ejemplo, en escala menor, es la Plaza Morazán de Tegucigalpa, que con una superficie menor a una hectárea da refugio a cientos de pájaros; a tal grado que en el ocaso, el canto de estos opaca el ruido del centro de la ciudad. Para este propósito, las especies preferidas son aquellas de copa amplia y fuerte, como el Ficus sp. Y el Enterolobium cyclocarpum, complementados con otras especies de menor tamaño. Hay muchas especies que se usan con exclusividad en sistemas de AFB, principalmente las exóticas con mayor adaptación. Entre las especies más usadas en estos sistemas están: Cassia siamea, Eucalyptus sp. (varias especies), Tectona grandis, Cupressus lusitanica, Acasia mangium y Ficus sp.

No obstante que el servicio por la captura de carbono representa una opción financiera potencial, en Honduras, aún no se han realizado estudios específicos sobre el particular y no se conoce que se haya ejecutado alguno que involucre exclusivamente a los AFB. Las reglas del juego para proyectos forestales aún no se han definido, por lo que quizá no se ha despertado el interés por cuantificar el diferencial con que Honduras cuenta para negociar proyectos con los países industrializados. Los AFB, como sistemas, tienen grandes posibilidades de ser elegibles para créditos de carbono, en vista que pueden cubrir grandes extensiones con lo cual se pueden alcanzar mayores aportes para ganar la lucha contra el cambio climático. La Oficina de Implemtación Conjunta de Honduras, OICH, creada mediante Decreto Ejecutivo N° 007-97, ha venido promoviendo estudios y proyectos de fijación y reducción de emisiones de gases efectos de invernadero, especialmente dióxido de carbono, pero en su cartera no existe ninguno relacionado con AFB.

3.2 EVOLUCIóN DINáMICA TEMPORAL Y ESPACIAL DE LOS AFB, PROBLEMáTICA Y DESAFíOS RELATIVOS A LOS AFB

La cultura Misquita es una muestra viviente de la armonía con que los pueblos indígenas de Honduras han convivido con la naturaleza. Los espacios para sus cultivos de subsistencia, el descanso de las tierras y la conservación de la vegetación arbórea en las cercanías a los poblados, son parte de sus costumbres. En los principales valles y las comunidades donde se ubican otros pueblos indígenas, como los Lencas y los Jicaques, que habitan la Región Sur occidental del país y el norte del departamento de Francisco Morazán, es común encontrar grupo de árboles y fajas de árboles protegiendo las partes altas de las lomas y las hondonadas; estos espacios son los preferidos y dedicados al establecimiento y manejo de cultivos de sombra. Las tierras planas y de menor pendiente son usualmente utilizadas con mayor intensidad y exclusividad para las actividades agrícolas y ganaderas; sin embargo, es importante mencionar que donde se concentran los trabajadores agrícolas son muy comunes los callejones o carriles entre propiedades, cuyos laterales son protegidos y adornados con árboles y arbustos que proporcionan un microclima muy agradable.

Para la zona rural, en medio de otras prácticas agrosilvopastoriles, uno de los legados de la Cultura Maya, que aún forma parte de nuestras costumbres, es el cultivo del cacao bajo sombra de madreado, el cual también se combina con otras especies maderables. Esta costumbre está difundida a nivel nacional, lo mismo que el cultivo del café bajo sombra, con preferencia de las especies del género Inga. Estos sistemas, por tratarse de cultivos agrícolas permanentes, son los que ofrecen mayor sostenibilidad de AFB; por ende, deben ser objeto de mayor investigación científica y aplicada y de programas masivos de transferencia tecnológica.

En el ámbito urbano y periferia ocurren dos fenómenos con relación a los AFB. En los barrios y colonias marginales los árboles generalmente se incorporan en la parte interior de los predios, mientras que en las colonias de clase media y alta, los árboles se encuentran en terreno público. En algunas ciudades grandes como Tegucigalpa y Comayagua, hace unos treinta años era muy común encontrar árboles aislados de copa ancha como ceibas, Ceiba pentandra, y guanacastes, Enterolobium cyclocarpum, pero por el crecimiento demográfico esas reliquias fueron desapareciendo; por suerte, parece ser que el proceso de destrucción del paisaje verde de las ciudades tiende a revertirse; la ornamentación de avenidas, parques y otras áreas verdes ha crecido en los últimos años; los bulevares de Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba y otras ciudades, son adornados con árboles. Un caso singular es Choluteca, cabecera de uno de los departamentos más deforestados, ya que la ciudad se caracteriza por la proliferación de especies como Negrito (Simarouba glauca) y Acasia amarilla (Cassia siamea) en sus calles y avenidas.

Es importante resaltar que los proyectos de urbanización moderna y las propias ordenanzas municipales incluyen la arborización en forma obligatoria, pero el abuso de algunos funcionarios públicos y ciudadanos comunes, la indiferencia de los pobladores y la presión de políticos son algunos de los obstáculos para el desarrollo de los AFB en los centros urbanos.

En la zona rural la mayor competencia con los AFB proviene del crecimiento demográfico, el cual arrastra consigo mayor demanda por tierras para diversos cultivos. Los sistemas específicos que compiten con los AFB dependen de cada zona; la ganadería lo es en el ámbito nacional, en la zona sur el cultivo de melón es uno de los más importantes competidores, en algunas zonas altas es el cultivo de café sin sombra y en la zona norte es la palma africana. Bajo este panorama, la tendencia es relegar los AFB a los espacios marginales de los predios, con mayor concentración en las divisiones de las propiedades, pero sometidos a mejores prácticas de establecimiento y manejo.

El monocultivo en grandes extensiones de terreno es una práctica que cada día toma mayor importancia; generalmente la productividad es más alta, pero la fluctuación del mercado es su mayor fragilidad. La diversificación de cultivos permite mayor flexibilidad ante el mercado y eventuales plagas y enfermedades, por lo que es importante que los programas de desarrollo rural continúen incentivando la diversificación de los sistemas productivos, entre los que figuran los sistemas forestales y agroforestales.

4. Aspectos institucionales de los AFB

La historia forestal de Honduras no registra que se haya desarrollado un conocimiento especializado sobre AFB por parte de un ente en particular; el conocimiento sobre este aspecto ha sido disperso, el cual se remonta a los inicios del siglo XX con el establecimiento de plantaciones forestales bajo la responsabilidad de la United Fruit Company, hoy Tela Rail Road Company, con el establecimiento de unas 4,260 ha con diferentes especies latifoliadas en varios sitios del país, además de crear el Jardín Botánico Lancetilla (Sandoval, 1996). Las instituciones vinculadas al subsector forestal juegan un papel preponderante, pero son las entidades privadas y las organizaciones no gubernamentales las que más propician el establecimiento de AFB.

4.1 CONOCIMIENTOS LOCALES RELATIVOS A LOS AFB

Después del paso del Huracán Fifí, en 1974, se originan algunos esfuerzos adicionales en este campo; entre 1975 y 1981 se ejecutaron proyectos de reforestación en la Sierra de Omoa, con diversas especies nativas y exóticas. Sin embrago, es hasta 1981 que COHDEFOR inicia la ejecución de un proyecto de investigación sobre el comportamiento de especies en plantaciones fuera del bosque; este Proyecto (MADELEÑA), ejecutado con apoyo del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) investigó más de 60 especies en aspectos silviculturales y socioeconómicos, con lo que se creó el sistema más completo sobre árboles de uso múltiple en el trópico (Sistema Manejo de Información sobre Recursos Arbóreos, MIRA), el cual está siendo perfeccionado en forma permanente por el CATIE.

Posteriormente, otros proyectos han sumado conocimientos técnicos y científicos sobre el particular. La COHDEFOR, con apoyo del Gobierno Inglés, ha ejecutado el Proyecto Conservación y Silvicultura de Especies Forestales de Honduras (CONSEFORH) por más de una década, mediante el cual se ha estudiado y se han desarrollado guías para el manejo apropiado de especies del bosque seco, con énfasis para los valles de Comayagua y Choluteca; este Proyecto tiene una de las bases de datos más grandes y ordenadas sobre comportamiento de especies forestales fuera del bosque. En la zona del bosque latifoliado húmedo, la Escuela nacional de Ciencias Forestales (ESNACIFOR), con el apoyo financiero de la Organización Internacional de las Maderas tropicales (OIMT) ejecuta el Proyecto Estudio de Crecimiento / Comportamiento de Especies nativas de Interés Comercial en Honduras (PROECEN); este Proyecto estudia cuarenta especies maderables del bosque tropical húmedo, en aspectos de propagación, fenología y respuesta en plantaciones bajo diversas condiciones edáficas, ambientales y fisiográficas.

El conocimiento técnico y científico que estos proyectos han producido y producen, es transmitido y aprovechado por instancias de transferencia de tecnología, que a manera de multiplicadores llevan la información al usuario final. Entre otras instancias de efecto multiplicador se pueden mencionar proyectos de desarrollo y organismos gubernamentales: Reforestación para Protección, ejecutado por la COHDEFOR y la Cooperación Hondureño Alemana de Alimentos por Trabajo, COHAAT, Productores Agroforestales de la Cuenca del Río Choloma, Manejo de Recursos Naturales de la Cuenca del Río Choluteca, Proyecto Marcala Goascorán, Dirección de Ciencia y Tecnología Agrícola, Instituto Hondureño del Café, Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (FHIA) y Proyecto Desarrollo del Bosque Latifoliado, entre otros.

Uno de los organismos con mayor incursión en el manejo de los AFB es la FHIA, que cuenta con dos centros demostrativos en la Masica, Atlántida. En el Centro Demostrativo del Cacao (CEDEC), se estudia la densidad de las copas y se realizan aprovechamientos de árboles, aplicando medidas de bajo impacto para el cultivo agrícola. En el Centro Agroforestal Demostrativo de Trópico Húmedo (CADETH), se establecen y manejan sistemas agroforestales con diversas especies maderables y agrícolas bajo condiciones topográficas representativas de fincas pequeñas y medianas del Litoral Atlántico. Ambos centros sirven para la investigación y la capacitación de productores nacionales y extranjeros.

4.2 PROGRAMAS E INICIATIVAS RELATIVOS A LOS AFB

Los proyectos y organismos mencionados en el inciso 4.1 representan una parte de las instancias que de una u otra manera han estudiado, promocionado, mejorado técnicas, adoptado y han tenido alguna iniciativa sobre Árboles Fuera del Bosque. Sobre este particular, se debe reconocer que tres instituciones (CATIE, COHDEFOR y ESNACIFOR) sobresalen en la introducción de tres conceptos técnicos importantes en la promoción de AFB. Con la ejecución del Proyecto MADELEÑA, entre los años 1981 a 1994, CATIE y COHDEFOR difundieron, con el concurso de sus organismos enlace, los conceptos siguientes:

• Árboles de rápido crecimiento,

• Árboles de uso múltiple y

• Cultivo de árboles.

Estos tres conceptos, aunque algunos técnicos no los comparten, causaron impacto y sirvieron de base para la promoción y domesticación de sistemas de AFB en sus diversas modalidades. Un ejemplo de esa evolución es el Banco de Semillas Forestales (BASE) de ESNACIFOR, el cual hasta hace unos 15 años solo manejaba semillas de pino y un poco de caoba; hoy, el BASE ofrece una diversidad amplia de semillas de especies forestales de todas las zonas ecológicas existentes en el país. Semillas Tropicales, el otro banco de semillas forestales operando en Honduras, también trabaja bajo el mismo concepto, ofreciendo quizá mayor diversidad de especies. En la cadena de producción de AFB, estos centros proveedores de material reproductivo juegan un papel importante; en gran medida en ellos descansa la calidad y variedad genética de los árboles del futuro, las cuales son fundamentales en el comportamiento de las especies y en la aceptación de los productores agroforestales.

4.3 INSTITUCIONES RELATIVAS A LOS AFB

En los dos acápites precedentes se mencionan los organismos públicos y privados que tienen relación con el desarrollo de sistemas de árboles fuera del bosque. En la actualidad, según el marco jurídico del sector forestal, tres instituciones del gobierno y los gobiernos municipales son co-responsables del manejo, conservación y evaluación de los recursos naturales del país, las cuales se apoyan y se hacen acompañar de otras instancias nacionales e internacionales.

La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) son las instituciones responsables de dictar las políticas nacionales sobre los recursos naturales en general y los recursos forestales en particular. Estos entes se involucran en la planificación de proyectos relacionados con AFB, lo cual también es responsabilidad de la Secretaría Técnica de Cooperación (SETCO); esta última cuando se involucra el apoyo internacional.

La responsabilidad de los controles de manejo silvicultural y comercialización, manejo de información y normatividad recaen en la COHDEFOR, la cual complementa sus acciones con las Municipalidades. Hasta ahora, el control de los AFB se ha realizado de una manera no sistematizada, a excepción del trabajo realizado por los proyectos de cooperación internacional en el área específica de su influencia; se espera que con el fortalecimiento de la capacidad del Sistema de Información y Estadísticas Forestales, CIEF, que la COHDEFOR está organizando, la planificación, seguimiento y evaluación de los AFB se realice de manera continua y sistematizada.

5. Evaluación de los AFB y planificación del uso de la tierra un proceso de decisión

Como ya se expresó antes, Honduras no cuenta con un sistema de evaluación y recolección de datos relacionados con AFB. Los inventarios y evaluaciones, hasta ahora, se han realizado principalmente en las fases de diseño de proyectos o en estudios que comprenden zonas específicas de un proyecto en particular. En el primer caso se hace uso de talleres de consulta, levantamiento de encuestas con cierta intensidad de muestreo y entrevistas personales, lo cual se hace con el propósito de obtener líneas base para la planificación y evaluación de impacto al finalizar el proyecto. Un ejemplo de este tipo de trabajo es el realizado por el Proyecto Leña y Fuentes Alternas de Energía (Primera fase del Proyecto MADELEÑA), el cual, previo al establecimiento de experimentos de plantaciones forestales, identificó bajo esta metodología, los sitios con AFB a nivel nacional con potencial para ser estudiados por el Proyecto (VOLKART Y CANO, 1982).

Otros proyectos que han hecho contribuciones importantes en cuanto a la planificación del uso de la tierra son: Lempira Sur, que ha fomentado el manejo integrado de recursos naturales, con énfasis en la plantación de árboles de uso múltiple y manejo de Micro cuencas hidrográficas; el Programa Manejo de Recursos Naturales de la Cuenca El Cajón, con manejo participativo de micro cuencas y reforestación y Apoyo a los Pequeños y Medianos Campesinos de Olancho, PROLANCHO, que ha contribuido a impulsar el catastro municipal y legalización de tierras, manejo participativo de micro cuencas, apoyo al manejo forestal sostenible, a través de los Componentes Legalización y Ordenamiento y Gestión Local de Recursos.

5.1 MéTODOS DE EVALUACIóN E INVENTARIOS DE LOS AFB UTILIZADOS EN EL PAíS

(colecta de información)

Cuando el inventario y evaluación de AFB se han realizado en el marco de proyectos específicos, el muestreo por lo regular se hace por enumeración completa; como ejemplo de este tipo de evaluación están 1). la Guía de visitas a Unidades Demostrativas elaborada por el Proyecto MADELEÑA para las plantaciones forestales con productores agroforestales y 2). las Guías técnicas y análisis económico financiero de los cultivos y sistemas agroforestales elaboradas por el Proyecto de Desarrollo del Bosque Latifoliado, con información de todos los sistemas establecidos en su área de influencia.

Para la incorporación de árboles en los sistemas de producción de fincas se han aplicado diferentes métodos, los que van desde la absorción de todos los costos por parte del donante (gobierno y entes internacionales) hasta solo proporcionar el costo parcial de la asistencia técnica. La peor experiencia se ha tenido cuando el beneficiario no ha absorbido parte de los costos del establecimiento y mantenimiento de los sistemas agroforestales, llegando al extremo de eliminar totalmente los sistemas cuando los proyectos han dejado de costear las acciones mencionadas; un ejemplo de este caso es el Proyecto de Cuencas Hidrográficas ejecutado en la Sierra e Omoa, Cortés (1975-1981), de cuyo esfuerzo, después de 20 años prácticamente no hay ni rastros. Una de las formas que parecen tener éxito y sostenibilidad, es la planificación de fincas en forma participativa con el propietario; esto implica un plan de uso de la tierra conforme con los intereses inmediatos y futuros de la familia; además, entre otros aspectos se complementa la acción con el intercambio de experiencias entre productores, con lo que se logra un mayor compromiso de su parte, en el establecimiento y la sostenibilidad de los sistemas de producción agroforestales.

5.2 ACTORES INVOLUCRADOS EN LA COLECTA DE DATOS Y EN LAS DECISIONES RELATIVAS A LA PLANIFICACIóN DE LOS AFB (QUIEN USA LOS DATOS)

Bajo la responsabilidad e interés de cada organismo o proyecto, la recolección de información tradicionalmente se ha realizado directamente por su propio personal; sin embargo, a raíz de los cambios de la última década, existe una tendencia bien marcada a contratar consultores o especialistas en la materia, pero con la participación de los demás actores. En el caso del Proyecto de Desarrollo del Bosque Latifoliado, la información se colectó y analizó a través de servicios privados de consultores especialistas en sistemas agroforestales; en el Programa El Cajón, todo el proceso de levantamiento de demanda, elaboración de propuestas de proyectos, asistencia técnica para el establecimiento de sistemas y la evaluación continua de los mismos se realiza por medio de empresas prestadoras de servicios técnicos.

Cada proyecto y programa tiene bien definidos e identificados a sus actores y población meta; por consiguiente, la información fluye a los clientes y los organismos responsables del proyecto, por los canales y medios oportunamente identificados o diseñados.

5.3 ANáLISIS DE INFORMACIóN RELATIVA A LOS AFB - CIRCULACIóN Y USO DE LA INFORMACIóN

En vista que la información colectada sobre AFB responde a diversos intereses, el contenido obedece a diferentes patrones; por ende no resulta fácil calificar la calidad de los datos; sin embargo, sobre los sistemas de AFB por lo general se obtienen datos relacionados con ubicación, propietario, superficie, especies, edad o fecha de establecimiento, propósito, estado y costos. La información es analizada y utilizada principalmente por el organismo que levanta la información, con fines de realizar cambios en los procesos que lo necesiten y de consolidar aquellos que lo ameriten; haciendo uso de sus propias metodologías, los proyectos divulgan los datos a través de los componentes y programas de extensión. En forma generalizada, la mayor utilidad de los datos se centra en el comportamiento de las especies incluidas en los sistemas (crecimiento, supervivencia, sanidad, rendimiento), lo cual viene a aportar o reafirmar criterios para el establecimiento de árboles en otros sitios.

Complementario a los esfuerzos que cada proyecto, hace falta un programa o sistema nacional de fomento que la capture y divulgue la información en forma ordenada y bien dirigida. De alguna manera, la información ha trascendido a otros subsectores de los recursos naturales; de hecho, entre los principales actores de proyectos forestales figuran los productores agrícolas y ganaderos, los cuales son considerados enlaces fundamentales y sujetos de cambio de y entre la producción agropecuaria pura y la conservación y producción agroforestal.

6. Experiencias de evaluación - el caso de PDBL

En un país como Honduras, donde la generación y manejo de información técnica y científica forestal es muy incipiente, la evaluación de sistemas forestales y agroforestales no es abundante, siendo más escasas las relacionadas con aspectos financieros y económicos. “Después de nueve años de intervención en el área de ladera del trópico húmedo del norte de Honduras, el proyecto de Desarrollo del Bosque Latifoliado consideró oportuno compartir la experiencia agroforestal adquirida”; el PDBL, bajo un proceso altamente participativo, elaboró guías técnicas y análisis económico-financiero de los cultivos y sistemas agroforestales de producción.

Con la elaboración de las guías técnicas, el PDBL se planteó tres objetivos:

• “Documentar la experiencia acumulada por el PDBL en sus actividades de transferencia de tecnología y de asistencia técnica.”

• “Crear herramientas de referencia para los técnicos y productores que contemplan fomentar actividades agroforestales en la zona de ladera del trópico húmedo de Honduras.”

• “Uniformar los criterios sobre las tecnologías agroforestales promovidas y transferidas en la zona de ladera del trópico húmedo.”

Haciendo uso de formularios especiales, las guías se elaboraron, con la participación de 20 organismos, en tres talleres de trabajo interinstitucional. Las guías incluyen la mayoría de los sistemas de producción agrícola y agroforestal tradicionales existentes desde antes de la ejecución del PDBL y aquellos desarrollados por el Proyecto, los que juntos representan 80 sistemas diferentes. Cada guía contiene descripción de actividades de reproducción, manejo de viveros, etc., además de datos sobre mano de obra, insumos y otros gastos para todo el ciclo del cultivo.

“Las guías técnicas deben servir de modelo y para consulta a los técnicos y productores de la zona de ladera del trópico húmedo, interesados en promover o fomentar los diferentes sistemas de producción descritos. Además, constituyen el marco de referencia y la base de datos para realizar el análisis económico-financiero y la evaluación-validación técnico-social y ecológica de las actividades de producción.” (AFE-COHDEFOR y ACDI, 1997).

7. Conclusiones y recomendaciones

7.1 LíMITES

El límite geográfico para el establecimiento de sistemas de árboles fuera del bosque está dado por la frontera agrícola, la cual es más prominente en el bosque húmedo tropical, además de las zonas urbanas, donde la arborización cada día toma mayor realce e importancia.

7.2 PROBLEMAS

• La inseguridad del usufructo y la cultura agrícola figuran entre los mayores obstáculos en el fomento de sistemas de AFB.

• No obstante la concientización por reforestar Honduras, las políticas de gobierno en torno a los AFB no han sido objeto de un programa sistemático que fomente en forma efectiva la conservación y el cultivo de árboles fuera del bosque, en sus diversas modalidades.

• La información sobre AFB es dispersa, sin que exista una institución que concentre y difunda datos de manera sistematizada.

7.3 RECOMENDACIONES

• El poder ejecutivo debe designar en una institución pública la responsabilidad de diseñar un programa de fomento permanente a los sistemas de árboles fuera del bosque, como una política de Estado.

• Crear y desarrollar un programa de educación sobre manejo de los recursos naturales, en el que se involucre a todas las instituciones con competencia en el tema.

• Fortalecer el Centro de Información y Estadísticas Forestales, CIEF, de la COHDEFOR e incluir en su plan de trabajo la recolección sistemática de información relacionada con AFB; lo mismo que los mecanismos para que la información sobre ABF sea accesible a los usuarios potenciales.

• Reactivar y fortalecer las redes de cooperación horizontal relacionadas con reforestación, agroforestería y cultivo de árboles en general.

Biliografia

AFE-COHDEFOR. Mapa Forestal de Honduras. 1994

AFE-COHDEFOR Y PROGRAMA FORESTAL HONDURAS - CANADA. Guías técnicas y análisis económico financiero de los cultivos y sistemas agroforestales de producción para zona de ladera del trópico húmedo de Honduras. Vol. Y. Proyecto de Desarrollo del Bosque Latifoliado. PDBL III. La Ceiba, Honduras. 1997.

AFE-COHDEFOR.1997. Resolución GG-116-97

CATIE. Madero negro (Gliricidia sepium (Jacquin) Kunth ex Walpers) árbol de Uso Múltiple en América Central. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza. Turrialba, C. R. CATIE, 1991. 72 p; 23 cm. (Serie Técnica. Informe técnico/CATIE; N° 180).

EDITORIAL OCEANO. Oceano Uno Color. Diccionario Enciclopédico. Edición 1996. Barcelona, España. ISDN 84-494-0188-7. pp 237.

HONDURAS. Plan de Acción Forestal, PLANFOR 1996-2015. Tegucigalpa, 1996.

SECRETARIA DE AGRICULTURA Y GANADERIA. PRONADERS. Documento Marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural Sostenible. Tegucigalpa. Julio 2000.

SANDOVAL, C.H. Antecedentes de la reforestación en Honduras, Un Perfil de la Historia Forestal de Honduras. Escuela Nacional de Ciencias Forestales, Organización Internacional de las Maderas Tropicales. Siguatepeque. 1996. 16 p.

SUNDERLIN, W.D. y RODRIGUEZ, J.A. Ganadería. bosques latifoliados y Ley de Modernización Agrícola de Honduras: El caso de Olancho. Center for International Forestry Resarch. CIFOR. Indonesia. 1996.

VALDÉS, C.M. y ABASTIDAS, I. Agroforestería y Conservación de Suelos. Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal. Proyecto Fortalecimiento del Sistema Social Forestal. COHDEFOR, Proyecto HON/92/014-FAO-PNUD-HOLANDA. Serie Manuales Técnicos N° 5. Siguatepeque, 1993. 126 P.

Vallejo Larios, Mario. 2001. Recopilación de Leyes Ambientales de Honduras.

VOLKART, C.M. y CANO, R.G. Comportamiento de Especies Forestales de Interés para Leña en Ensayos y Plantaciones en Honduras. Turrialba, Costa Rica. CATIE. Serie Técnica. Informe técnico N° 29. 1982. 26 p.

Anexos

Anexo 1.

USO DEL SUELO POR REGION FORESTAL DE HONDURAS (Fuente: Mapa forestal, 1994)

USO DEL SUELO

COMAY

COPAN

EL

PARAIS

F.M.

LA

MOSQ.

NOR

OCCID

OLAN.

YORO

ATLAN.

ZONA SUR

TOTAL

CONIFERA DENSO

566

348

1426

1815

475

445

2732

323

31

120

8281

CONIFERA RALO

3223

2641

817

2315

3476

1772

2843

2014

202

389

19662

LATIFOLIADO

756

1145

946

197

9396

565

8130

544

5276

111

27066

MIXTO

839

495

290

560

O

619

1585

569

299

32

5288

MANGLE

O

0

0

0

26

0

0

0

45

472

543

CULTIVOS INTENSIVOS Y PERMANENTES

0

0

0

0

0

619

0

527

417

296

1859

PASTOS

1466

2622

958

1084

958

1971

3284

1481

2494

1619

17937

CULTIVO EXTENSIVO MIGR.

3901

1926

2448

2484

491

2698

4448

1806

3603

5359

27164

TIERRAS HUMEDAS, ANEGADAS, CIENEGAS O PANTANOS

2

0

0

0

1971

190

0

29

811

197

3200

LAGOS Y LAGUNAS

41

0

0

2

1053

112

0

31

153

0

1392

CAMARONERAS

0

0

0

0

0

0

0

0

0

70

70

TOTAL

10794

9177

6885

8457

17846

8991

23022

7324

13331

6665

112492

Anexo 2.

PRINCIPALES SISTEMAS AGROFORESTALES USADOS EN HONDURAS

SISTEMA

ESPECIES

PRINCIPALES LUGARES
REPORTADOS

Taungya

Pinus caribaea, con maíz por cuatro años

Zona Lago de Yojoa

Cultivo bajo sombra

Gliricidia sepium, Inga sp., Cordia alliodora con café, cacao, cardamomo, etc.

Zona Lago de Yojoa, Sierra de Omoa, entre otras.

Cultivo en callejones

Gliricidia sepium, con cebolla, pepino, sandía, calabaza, etc.

Valle de Comayagua

Huertos familiares

Tamarindus indica, Cordia alliodora, etc., con diversos frutales (nance, naranjo, mango, rambután, maracuyá, etc.)

Muy común en la zona sur y Comayagua, pero es una práctica aplicada en el ámbito nacional.

Cercas vivas

Gliricidia sepium

A nivel nacional, con mayor uso en zona noroccidental.

Cortinas rompevientos

Casuarina sp., Cupressus lusitanica

Valle de Comayagua, alrededores de Tegucigalpa

Silvopastoriles

Pinus sp., Eucalyptus sp., Crescentia cujete, otras.

A nivel nacional, con particular énfasis en zona sur.

Barreras vivas

Gliricidia sepium, Leucaena leucocephala, con gramineas

Principalmente en la zona sur

Elaborado con base en el Manual Técnico Agroforestería y Conservación de Suelos (Valdés y Abastidas, 1993)

Anexo 3.

PRINCIPALES SISTEMAS AGROFORESTALES APLICADOS EN LA ZONA DEL BOSQUE HÚMEDO TROPICAL DE HONDURAS.

TIPO DE SISTEMA

ESPECIES USADAS

Cultivos anuales de granos básicos

Maíz-madreado (Cultivo en callejones)

Sistemas silvopastoriles

Banco de proteína con madreado

Árboles frutales y asocios

Naranjo-maíz / yuca / plátano / piña.

Rambután- maíz / yuca / plátano / piña.

Granadillo rojo- plátano.

Rosita- plátano y rambután.

Especies condimentarias permanentes y asocios

Nuez moscada- plátano

Cultivos permanentes bajo sombra

Guama – cacao + yuca.

Madreado – cacao + maíz.

Madreado y rambután – cacao.

Laurel negro – cacao y plátano.

Granadillo y madreado – cacao.

Caoba y madreado – cacao.

Guama – café.

Laurel negro y guama – café y plátano.

Sistemas con maderables

Linderos con barba de jolote, caoba, teca, granadillo.

Taungya con: Caoba – maíz, caoba – piña, caoba – yuca.

Otros: Caoba – plátano, granadillo – plátano, rosita – plátano.

Información basada en Guías técnicas y análisis económico financiero de los cultivos y sistemas agroforestales de producción para zona de ladera del trópico húmedo de Honduras (AFE-COHDEFOR Y PROGRAMA FORESTAL HONDURAS – CANADÁ, 1997).

Anexo 4.

ESPECIES MADERABLES MENCIONADAS EN EL DOCUMENTOARBOLES FUERA DEL BOSQUE. Conceptos, Importancia y Evaluación en Honduras

NOMBRE COMÚN

NOMBRE CIENTÍFICO

Acacia roja

Delonix regia

Acacia amarilla

Cassia siamea

Barba de jolote

Cojoba arborea

Benjamina

Ficus sp.

Caña fístula

Cassia fistula

Caoba

Swietenia macrophylla

Casuarina

Casuarina sp.

Ceiba

Ceiba pentandra

Ciprés

Cupressus lusitanica

Eucalipto

Eucalyptus sp.

Guama

Inga sp.

Guanacaste

Enterolobium cyclocarpum

Laurel negro

Cordia megalantha

Limba

Terminalia sp.

Madreado

Gliricidia sepium

Mangium

Acasia mangium

Negrito

Simarouba glauca

Teca

Tectona grandis

Rosita

Hyeronima alchorneoides

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