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4 PROBLEMAS RELATIVOS A LA SEGURIDAD ALIMENTARIA


Indonesia ha conseguido reducir considerablemente el número de pobres en los dos últimos decenios (Figura 2). Sin embargo, como consecuencia de la crisis económica, el nivel de pobreza aumentó sustancialmente, pasando de 15,7 por ciento de la población en 1996, a 27,1 por ciento en 1999. El problema era pasajero, y desde entonces la pobreza se ha reducido hasta alcanzar los niveles anteriores a la crisis. El Banco Mundial estima que el 41 por ciento de esta recuperación ha de atribuirse al descenso de los precios de los alimentos (sobre todo del arroz). El porcentaje restante se debió al aumento de los ingresos. Aunque la situación ha mejorado, el 50 por ciento de la población nacional gana menos de 2 dólares EE.UU. por día y sigue estando expuesta a riesgo (Banco Mundial, 2001).

Figura 2. Porcentaje de la población de Indonesia que vive por debajo de la línea de pobreza

Fuente: Oficina Central de Estadísticas de Indonesia. En 1966, se revisaron las series. Por consiguiente, a efectos de comparación, se facilitan las estimaciones de la pobreza de las antiguas y las nuevas series.

La FAO proporciona una imagen favorable de la situación de la seguridad alimentaria en Indonesia (FAO, 2001). En 1997-1999, el porcentaje de personas desnutridas en Indonesia era considerablemente inferior al de Asia. En Indonesia, tal porcentaje ascendía al 6 por ciento. En Asia sudoriental y Asia meridional, el porcentaje era del 13 y el 24 por ciento, respectivamente. De los 99 países en desarrollo considerados en el estudio de la FAO, Indonesia obtuvo el tercer mejor resultado en lo que se refiere a la reducción del número de personas desnutridas entre 1990-1992 y 1997-1999. El número de desnutridos en Indonesia disminuyó de 5 millones en dicho período.

Los ingresos de Indonesia en concepto de divisas también deberían ser más que suficientes para atender las necesidades nacionales de importaciones de alimentos. Antes de 1994, el porcentaje de importaciones alimentarias respecto al total de las exportaciones, una vez deducidos los pagos de amortización e intereses de la deuda pública externa, no representaba más que el 4-6 por ciento (Figura 3). Aunque este porcentaje ha aumentado a partir de 1995 debido al incremento de las importaciones de alimentos, sigue siendo inferior al 10 por ciento[83].

Figura 3. Importaciones alimentarias indonesias como porcentaje del total de las exportaciones, después de deducir los pagos de la deuda pública externa

Fuente: Los datos relativos a las importaciones de alimentos se han tomado de la FAO. Los relativos al total de las exportaciones son de la Oficina de Estadísticas de Indonesia. La información sobre los pagos de amortización e intereses de la deuda pública externa son del Banco de Indonesia.

4.1 Seguridad alimentaria y arroz

El arroz sigue siendo el producto básico más importante de Indonesia. Es la fuente principal de energía y proteínas del régimen alimenticio nacional y la fuente de empleo más importante en las zonas rurales. En los dos últimos años, en Indonesia ha habido un acalorado debate sobre la política arrocera. Al parecer, el centro de este debate ha sido la seguridad alimentaria, entendida como producción interna suficiente de arroz o autosuficiencia en arroz.

Los partidarios de la autosuficiencia en arroz sostienen que ésta debe lograrse incluso en el caso de que los precios internos se sitúen por encima de los precios mundiales (Tabor et al, 2002). Unos precios elevados pueden tener efectos externos positivos al transferir ingresos a las zonas rurales, en las que vive la mayoría de los pobres, y promover el desarrollo rural. El argumento contrario sostiene que el arroz es un artículo de consumo importante de los pobres y que la mayoría de los productores de arroz también son consumidores netos del producto. El aumento de los precios del arroz grava sobre los pobres y es posible que no reporte muchos beneficios a los productores de arroz. Además, unos precios más elevados no aumentarían sino de poco la producción, dado que actualmente los agricultores producen en la frontera tecnológica. De producirse un aumento de la producción inducido por los precios, es probable que los demás cultivos resulten perjudicados.

El debate sobre la política alimentaria también abarca los instrumentos de política que deben utilizarse para lograr los objetivos de la política arrocera de Indonesia. La utilización de las políticas comerciales para sostener los ingresos de los agricultores y el empleo de varios instrumentos considerados como de ayuda interna ocupan un lugar central en el debate. Los instrumentos objeto del debate son los precios administrados, el nivel del arancel aplicado al arroz, el tipo de arancel, la posibilidad de reasignar a BULOG la condición de exportador exclusivo, alguna combinación de arancel y comercio estatal, y el modo en que se vincularán los diferentes instrumentos de política para estabilizar los precios. En los últimos meses, el debate se ha intensificado debido a la falta de coherencia en la aplicación de los instrumentos de política vigentes[84]. El modo en que se resuelvan estas cuestiones puede afectar en gran medida la posición de Indonesia en las negociaciones sobre la agricultura en la OMC.


[83] Muchas de las exportaciones manufactureras indonesias tienen un elevado contenido de importaciones. Dado que para producir estas exportaciones se necesitan insumos importados, en la Figura 3 se sobrestima el volumen de divisas disponible para la importación de alimentos. Además, Indonesia tiene una enorme deuda interna de 73 000 millones de dólares EE.UU. Los pagos en concepto de intereses de esta deuda son tres veces superiores a los de la deuda externa y se ha necesitado el apoyo de los donantes para ayudar a financiar el presupuesto estatal.
[84] Tras la brusca depreciación de la rupia, el Gobierno aumentó el precio mínimo del arroz en diversas oportunidades. En la última de éstas, el precio puede haber superado el nivel que podía sostenerse. El monopolio de BULOG sobre las importaciones se ha eliminado y sustituido con un arancel específico de 430 rp/kg, o sea 30 por ciento ad valorem. Este arancel resultó ser demasiado bajo para impedir que el arroz importado inundara el mercado con un precio inferior al precio de intervención. Al mismo tiempo, BULOG siguió desempeñando su papel en la estabilización de los precios, pero dejó de tener los recursos presupuestarios necesarios para intervenir en el mercado, ya sea con carácter estacional o para impedir que los precios descendieran y se acercaran al precio mundial más el arancel. El contrabando endémico puede haber agravado el problema al hacer que los precios descendieran por debajo del precio mundial más el arancel. Al final, BULOG no pudo proteger el precio mínimo e incluso pudo haber comprado arroz importado en el mercado interno como parte de sus actividades de intervención en el mercado.

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