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V. ESTADO ACTUAL DE LA INFORMACION SOBRE MANEJO FORESTAL
(Eduardo Van Hoff, Consultor FAO)

1. Antecedentes

La superficie ocupada por los bosques naturales en Uruguay es mínima, estos cubren apenas el 3.8 % del territorio nacional y corresponden a la terminación de la gran floresta tropical amazónica, que encuentra en estas latitudes su límite termo – pluvial. Ocupan costas de arroyos y ríos, o en menor proporción parques serranos, y cumplen una función protectora de los recursos naturales como el suelo, la flora y la fauna, de vital importancia para la sociedad.

Los uruguayos han usado esta selva por décadas, para proveerse de energía y madera. Indiscriminadamente han cortado las pocas especies maderables de calidad como el Guayubira (Patagonula americana), el Lapacho (Tabebuia ipe), el Ibirá-pitá (Peltophorum dubium) o los Laureles (Ocoteo acutifolia), especímenes poco frecuentes en la actualidad y en peligro de extinción.

Para quitar presión sobre estos bosques nativos y cumplir con la premisa de la sustitución de importaciones, en la década de los ’70 se intentaron políticas forestales como la Ley Nº 13.723, que pretendió impulsar, en un país agrícola ganadero, la forestación con especies exóticas de rápido crecimiento, y así abastecer de madera al mercado interno.

Con herramientas como la re inversión de impuestos a la producción y la exoneración impositiva se llegó a una tasa anual de plantación forestal que no superó las 2.500 ha. Surgieron proyectos de importancia para la época como los llevados adelante por las Cajas de Jubilaciones y Pensiones Bancarias o la de Jubilaciones y Pensiones Notariales, a las que se les sumaron iniciativas de particulares en las que predominaron plantaciones con Pinos y Álamos para aserradero, o Eucaliptos para producción de energía, embalaje, cajonería de frutas o para el abastecimiento a la reducida capacidad instalada de la industria papelera.

A fines de la década de los ‘80 y comienzos de los años ‘90, se aprueba y reglamenta la nueva ley de desarrollo Forestal Nº 15.939, del 28 de diciembre de 1989, que prohibe la tala del bosque nativo y protectores de otros recursos naturales, poniéndonos a la vanguardia en materia ambiental, estimula a los inversores de otros sectores de la economía nacional o a empresas del exterior, a invertir en forestación con el objetivo de desarrollar la exportación (no tradicional) de productos forestales.

El éxito de la nueva iniciativa se visualiza rápidamente en el aumento de la superficie plantada, llegando en los últimos años, a niveles que superan las 60.000 hectáreas anuales y al desarrollo de proyectos de varias decenas de miles de hectáreas.

Al proyecto mayor se lleva adelante en el norte del país con 100.000 hectáreas de Pinos (70%) y Eucaliptos (30%) para aserrado, le siguen en escala otros grandes proyectos que apuntan a la producción de materia prima para la industria de la celulosa y varias empresas de menor tamaño, que sumadas ocupan aproximadamente una superficie de 500.000 hectáreas en todo el país.

Los objetivos de los legisladores que impulsaron la ley se vieron ampliamente superadas y en diez años el Uruguay incrementó sus exportaciones madereras en una relación superior al 2.000 %, sobrepasando los 100 millones de dólares americanos al inicio de la presente década. Con una inversión acumulada en el sector del orden de los 800 millones de dólares.

El crecimiento de la demanda de tierras de aptitud forestal (calificadas por el decreto Nº 452/88 como suelos de prioridad forestal), la caída de los precios internacionales y la mayor disponibilidad de tecnologías han generado en las empresas y los productores forestales la necesidad de replantear los objetivos iniciales y hoy en día buscan maximizar beneficios con el manejo más intenso de sus forestaciones, apuntando al aumento de la productividad y a la calidad de los productos del bosque.

2. Manejo Forestal

Es sumamente extensa la literatura a cerca de una definición justa del término Manejo Forestal.

Para enmarcar los objetivos del presente trabajo podemos recrear la definición genérica que sobre el tema hace el Dr. Sergio Ahrens (EMBRAPA, Paraná; Brasil. 1992):

“Manejo Forestal trata del estudio, el desenvolvimiento y la aplicación de técnicas de análisis cuantitativo en las decisiones con respecto a la localización, la estructura y la composición de un recurso forestal, de modo de posibilitar la producción de productos, bienes y servicios, directos y/o indirectos, en las cantidades y calidades requeridas por una organización forestal o por el conjunto de una sociedad.”

De lo que se desprende que el manejo forestal, en una empresa productora de madera, es un área de integración de conocimientos con el propósito de cumplir con los objetivos impuestos por el mercado consumidor y la sociedad.

Las técnicas de análisis son: la dasometría, la estadística, la biometría, las macro y micro economías, los sensores remotos, los inventarios forestales y el conocimiento de las técnicas operativas. Que están siempre subordinadas a técnicas silviculturales y ambientales.

En el término “manejo” está implícito el concepto de manejo de un recurso natural renovable, términos como “explotación” y “tala” han sido remplazados por otros como “aprovechamiento” o “cosecha”.

Las inversiones en forestación en Uruguay no sustituyen bosques antiguos, no se trata de reforestación, sino que ocupan el lugar de praderas, por lo general degradadas. La inversión que el empresario realiza para implantar y mejorar sus bosques es sumamente elevada, los subsidios apenas cubren el 30% del costo sin considerar el valor económico de la tierra, por lo que no es viable amortizar toda ese capital en una sola rotación.

Todos los proyectos se diseñan para llegar en la menor cantidad de años posible al equilibrio, a partir del cual se obtenga un rendimiento sostenido en el tiempo.

Por otra parte cada día hay más convencimiento de que para acceder a mercados atractivos desde el punto de vista de la seguridad del cliente y la continuidad de la demanda, hay que ir a la certificación ambiental de los procesos productivos y de los productos.

Por estos motivos, a la hora de estructurar sus plantes de manejo, las empresas más importantes dan prioridad al establecimiento de sistemas de “Manejo Forestal Sostenible”, para lo que hacen intervenir otros conocimientos como los de susceptibilidad de erosión del suelo, dinámica de los nutrientes, compactación y aireación, ciclos fenológicos de los árboles, ergonomía y seguridad en las operaciones, biodiversidad y protección de flora y fauna.

2.1. Factores que determinan el tipo de manejo forestal

2.1.1. Característica del empresario forestal

En este punto se puede decir que hay diferentes perfiles dentro del sector empresarial forestal, desde las empresas Multinacionales o Internacionales, grandes productoras de celulosa europeas, compañías extranjeras que dominan mercados de productos sólidos de madera en el hemisferio norte, empresarios nacionales de importancia y con cierta tradición en la exportación de trozas para celulosa, productos aserrados o postes impregnados, o quienes se dedican a la venta de pequeñas parcelas plantadas, productores rurales que buscan diversificarse, o simplemente medianos y pequeños Forestadores.

Dadas las dispares características de cada una de las empresas, los parámetros que se consideran en la toma de decisión para el Manejo de las plantaciones no son los mismos, ni en cantidad, ni en calidad.

Tampoco hay una unanimidad de los objetivos de producción, ni en lo que hace a la escala y estrategia de sus proyectos, ni a los tiempos y riesgos que se toman.

Esto es tal, que hay quiénes deciden las especies, los turnos y las tecnologías a aplicar, en función de estrictos aspectos financieros a corto plazo y no de requerimientos de mercados, de aspectos ambientales o fundamentos económico - forestales.

2.1.2. Información disponible

No hay en el Uruguay generación propia de información y tecnología local confiable, debido a lo acelerado del proceso de expansión del sector en los últimos años y a la carencia de planificación en tal sentido.

La ley forestal promueve eficazmente la generación de la masa forestal pero no prevé el incentivo a la producción de poblaciones y/o productos de calidad.

No hay registros oficiales de bosques según manejo, u oficinas que certifiquen intervenciones como por ejemplo la poda, que no es certificada ni registrada por ninguna institución estatal, también los productos se comercializan de la misma forma si provienen de raleos o de cosecha final, etc.

Los productores forestales al no disponer de gran cantidad de tecnologías locales, se han financiado los viajes a países productores o a eventos forestales como congresos o ferias para conocer e incorporar técnicas de manejo en sus plantaciones.

Muchas empresas invierten en desarrollo tecnológico propio y esto también es fuente de variabilidad en los distintos manejos aplicados ante situaciones similares.

Alcances del informe

Al ser defendidos los bosques nativos por ley, el manejo se reduce al de los bosques creados a partir de plantaciones, por lo que la situación se simplifica a la conducción de bosques monoespecíficos, coetáneos y de un número reducido de especies.

Si Bien producir un informe en este contexto parece relativamente sencillo, la escasa disponibilidad de registros y la variabilidad evidenciada entre distintos tipos de productores dificultan la tarea.

El presente trabajo intenta dar una reseña de la situación actual del manejo forestal en el Uruguay basado en la información disponible a partir de la División Forestal del Ministerio de Agricultura y Pesca, de los distintos encuentros, seminarios y conferencias que sobre el tema se han desarrollado en el país, de la información suministrada directamente por distintos agentes, y de los registros, la experiencia profesional y los conocimientos del sector forestal uruguayo de quien suscribe.

En principio se trata de identificar dentro del país, las regiones que por sus características edáfico climáticas y geográficas presentan situaciones comunes de sus masas forestales.

Luego describir los objetivos buscados, los elementos que se consideran en la toma de decisión, las técnicas silviculturales que se utilizan comúnmente para lograr esos objetivos, y los resultados que se obtienen en términos generales.

Se resume un sistema de manejo en general para cada especie y región forestal, y se analiza la tendencia del manejo y las ofertas futuras de madera como producto de ese manejo.

Regiones Forestales.

De los estudios del CIDE en el Ministerio de Ganadería y Agricultura de la década del ‘50 a la fecha, se ha zonificado al país de acuerdo al potencial productivo de su recurso tierra, y hoy en día la norma vigente reconoce unos tres millones y medio de hectáreas (3:600.000 ha), de los casi dieciocho millones de superficie total del territorio nacional (18:000.000 ha), como “Suelos de Prioridad Forestal”.

En estos suelos principalmente arenosos y de escasa fertilidad natural se han establecido las plantaciones forestales y se desarrollan los proyectos para producción de madera para la industria.

Figura 1: Suelos de prioridad forestal

De acuerdo a la distribución de estos suelos y las masas forestales generadas se puede dividir al país en cuatro Regiones que se diferencian por sus cualidades productivas y forestales:

• Sur y Sur Este

• Centro Este

• Norte

• Litoral Oeste

.Figura 2: Superficie boscosa por Región.-

Región Sur y Sur Este:

Ocupa los departamentos de Flores, Florida, Colonia, San José, Canelones, Lavalleja, Maldonado y Rocha. Abarca área de Sierra, las costas del Río de la Plata y del océano Atlántico.

El clima de la región es de fuerte influencia marítima y las precipitaciones medias rondan los 1.000 milímetros anuales.

Los suelos predominantes son superficiales o de escasa potencia, alternados con dunas y médanos de costa oceánica y de ríos.

El radio medio de distancia a Montevideo (principal puerto y polo industrial del país) es de 150 Km

Por esta cercanía a los puertos existentes, a puertos de aguas profundas proyectados como el de La Paloma o La Coronilla y a fábricas consumidoras como Fábrica Nacional de Papel (FANAPEL) por ejemplo, es que la gran mayoría de las plantaciones se han orientado a la producción de trozas para celulosa con turnos de 10 a 12 años y sin mayor manejo.

Las especies predominantes son Eucalyptus globulus sp. globulus y Eucalyptus globulus sp. maidenii en menor proporción (91%), otras especies como Eucalyptus grandis, Eucalyptus saligna, Eucalyptus viminalis, etc. no sobrepasan el diez por ciento (4%) y también están destinados mayoritariamente a la exportación de trozas para celulosa y papel.

Sobre el borde del océano Atlántico y del Río de La Plata, abundan los Pinares costeros (3%) de Pinus pinaster y en menor escala Pinus elliottii var. elliottii y Pinus taeda que colocan su producción en aserraderos de la región principalmente en Montevideo y alrededores.

Las zonas bajas y húmedas se han cubierto con Salicaceas pero son casi nulas las hectáreas sometidas a un manejo sofisticado.

Región Centro Este:

Corresponde a los departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres y Durazno.

De clima con menor influencia marítima, mayor ocurrencia de heladas y régimen de precipitaciones similar a la región anterior.

Los suelos predominantes son arenosos fuertemente erosionados por su historia pastoril y agrícola.

El puerto más cercano es Montevideo con una distancia media de 250 Km, y con una mala infraestructura vial por el momento.

Las especies predominantes son el Eucalyptus globulus sp. globulus y Eucalyptus globulus sp. maidenii destinadas a la celulosa (45%) y en igual proporción pero cubriendo áreas más distantes a Montevideo, en los departamentos de Durazno y Cerro Largo, se encuentran plantaciones de Eucalyptus grandis sometido a manejo para obtención de madera de calidad para aserradero (42%).

Los Pinos cubren el 9% de la superficie y el resto (4%) otras especies.

Región Norte:

Se encuentra sobre la frontera norte con Brasil y ocupa los departamentos de Rivera y Tacuarembó.

Es la zona de mayor precipitación del Uruguay (±1.500 mm.), con topografía acentuada y suelos arenosos profundos de alta productividad forestal.

Su distancia media al puerto de Montevideo es de 500 Km y de 400 Km al puerto fluvial más cercano que trabaja con madera en la actualidad (Fray Bentos).

El gran protagonista de esta región es el Pino (56%), principalmente el Pinus taeda seguido en importancia por el Pinus elliottii variedad elliottii. No obstante el Eucalyptus grandis ocupa una alta proporción de las tierras de la región (27%).

En el caso de ambos géneros, los bosques son sometidos a sistemas de manejo intensivos para la producción de trozas para fabricación de productos de madera sólida de alta calidad.

Más al sur de esta Región, en el departamento de Tacuarembó se han desarrollado proyectos con fines papeleros utilizando principalmente Eucalyptus globulus sp. maidenii y en segundo lugar Eucalyptus globulus sp. globulus (15%).

Región Litoral Oeste:

Ocupa parcialmente los departamentos de Paysandú, Río Negro y norte de Soriano.

La precipitación media anual es de ±1.200 mm. , y está conformada por suelos arenosos de profundidad media a alta con una historia agrícola de importancia causante del alto grado de erosión.

La infraestructura vial y ferroviaria es buena y dispone de puertos fluviales como el de Fray Bentos, actualmente en plena actividad maderera por su buen calado y por distar de los núcleos forestales unos 120 Km en promedio.

Con casi 165.000 hectáreas afectadas a la producción forestal, es la región de mayor desarrollo hasta la fecha.

La especie predominante es Eucalyptus grandis (47%) complementada con otras especies de aptitud para el aserradero como el Eucalyptus dunnii.

La presencia de un fuerte proyecto papelero en el área, a base de Eucalyptus globulus principalmente, es lo que ha promovido este tipo de plantaciones que pesan casi un tercio de la superficie total plantada de la Región (31%).

Los Pinos cubren el 12% de la región.

Existen otras especies como los Eucalyptus saligna y otras especies de este género que sumados a las Salicaceas abarcan el 16% del conjunto.

Plantaciones y Objetivos

La situación geográfica de las diferentes regiones antes descritas, su disponibilidad de recursos naturales (agua, suelo, energía), la infraestructura vial existente, su capacidad industrial actual y potencial, y la distancia a puertos de embarque y a mercados de consumo, son los factores que han marcado una diferencia en cuanto a los objetivos de producción inicial y a la tendencia en las especies utilizadas, duración de turnos y manejos aplicados.

De las especies de prioridad forestal enmarcadas en la norma legal:

• El Eucalyptus globulus sub especie globulus es la predominante en la zona Sur y Este de la República con un claro objetivo de producción de trozas para la industria de la pulpa de celulosa en turnos cortos de 7 a 10 ó 12 años.

• El Eucalyptus globulus sub especie maidenii también ha sido plantado con el objetivo de abastecimiento a la industria de la celulosa en turnos cortos, pero por su mejor adaptación ecológica se lo ve mayoritariamente en las regiones Norte y Litoral Oeste.

• Algunos proyectos utilizan el Eucalyptus globulus sub especie bicostata para ocupar zonas topográficas bajas (de mayor riesgo de heladas), por su mayor tolerancia al frío.

• Los Eucalyptus grandis, Eucalyptus dunnii y Eucalyptus saligna fueron plantados, pensando en turnos de 10 a 12 años y el propósito de producir madera de embalaje para las frutas cítricas que más tarde, ante una nueva realidad, se canalizó a la exportación de trozas para a industrias de la celulosa. Hoy en día apuntan al aserrado y a la laminación, en turnos mayores.

Predominan en las Regiones Centro, Litoral Oeste y Norte.

• El género Pinus (Pinus taeda y Pinus elliottii) se le encuentra en todo el territorio nacional pero principalmente en la Región Norte, con turnos de 20 a 25 años, y manejados para la producción de trozas aserrables.

• Las Salicaceas abundan al Sur del río Negro cubriendo zonas marginales para las otras especies y con el objetivo de producción para la industria de la cajonería y el embalaje principalmente.

Figura 7: Superficies efectivas por especies afines.

Celulosa

Una fuerte corriente exportadora de trozas para la industria de la celulosa en el Hemisferio Norte a fines de la década de los ‘80, generó un gran impulso en la plantación de Eucaliptos con el objetivo de alimentar dicho flujo.

Así es que muchas de las plantaciones se planificaron a turnos extremadamente cortos (6 a 8 años), con altas densidades originales (1.600 a 2.000 árboles por hectárea) y preferentemente con especies de alto rendimiento para pulpa como los:

1- Eucalyptus globulus y sus sub familias,

2- Eucalyptus grandis,

3- Y posteriormente Eucalyptus dunnii, que fueron plantados en proyectos para celulosa a gran escala en el Litoral Oeste, ya que se trata de una especie de gran adaptación a las condiciones de sitio en esa parte del país.

Con el agregado de la consecuente producción de trozas para celulosa a partir de los raleos, el flujo de exportación de estas maderas es el de mayor volumen y sigue en crecimiento.

Impregnación

Principalmente con Eucalyptus grandis se ha generado un mercado local y regional de productos para la impregnación.

El crecimiento de la televisión por cable, la reconversión del sector vitivinícola y el aumento del área destinada a cultivos protegidos provocaron un incremento en la demanda interna de postes impregnados y estos han alcanzado valores de “madera en pie” muy superiores a los de los demás productos.

Se han desplazado a los postes de maderas exóticas de mayor durabilidad natural o a otros materiales como el hormigón armado o el acero.

El mismo proceso se está dando en el resto de los países del Mercosur, principalmente Argentina, y recientemente se han abierto mercados como el paraguayo o el boliviano.

Esto mejora la ecuación de precios y promueve el manejo forestal:

• Haciendo viable los raleos, sobre todo los primeros, al abrirse la colocación para madera de árboles de poco diámetro, que de otro modo su remoción resultaría a costo del propietario de la plantación.

• Y justificando aún más la poda, ya que si bien cada día hay mayor oferta de postes en el mercado, la demanda de columnas largas (7,50 m a 12 y 14 m) parece sostenerse en la misma proporción, y un factor que determina la posibilidad de venta es la calidad, principalmente en características como homogeneidad del tejido leñoso y cantidad de nudos.Un productor que ha podado a su debido tiempo y a alturas mayores a los 14 metros tiene cabida en el mercado cuando otros no. Este es otro factor que tiende al convencimiento de las bondades de aplicar técnicas de poda en los planes de manejo forestal intensivo en Eucaliptos.

Otro producto en crecimiento, son las tablas impregnadas para la construcción de Pinos y Eucaliptos.

Aserradero y Laminación

El desarrollo de la capacidad industrial para aserrado, en las distintas regiones, provocó la re formulación de los sistemas de manejo y los turnos de cosecha en las plantaciones con especies aptas para esas industrias.

Y si bien no hay una demanda importante de trozas para debobinado o de trozas con grandes diámetros para aserrado, la aptitud de la madera del Eucalyptus grandis para esos fines, impulsó a empresas y productores a fijar dentro de sus objetivos de producción el de obtener madera libre de nudos y con calidad para un futuro mercado.

Hoy se está dando un desfasaje en aquellas empresas que comenzaron tempranamente con el manejo de sus plantaciones de Eucaliptos y ven que no hay una industria que consuma trozas de grandes diámetros para aserrado o debobinado. Se están adelantando cosechas finales por tal motivo.

Biomasa y energía

Si bien no ha estado en el objetivo principal de la mayor parte de los proyectos, la obtención de madera y biomasa en general como fuente de energía para industrias y hogares es una consecuencia lógica de la actividad forestal.

En décadas pasadas el mercado de la leña en Uruguay fue de gran importancia debido al precio del petróleo, pero ha caído el consumo debido a la baja en los precios del crudo y el reciente ingreso al país del gas natural por gasoductos.

No obstante, las perspectivas ambientales hacen prever un incremento en el uso mundial de energías más limpias y la proveniente del bosque implantado parece estar dentro de las más atractivas.

Situación actual del Manejo

Las empresas forestales en el país han comenzado un proceso de certificación de sus productos que los llevará necesariamente a la aplicación del concepto de “Manejo Forestal Sostenible”.

Luego de implantado el bosque, se siguen técnicas de manejo que tienden a la mejora de la estructura del suelo, a mejorar y favorecer la dinámica de los nutrientes, al aprovechamiento del agua y a la producción de volúmenes de trozas maderables de alta calidad.

Se pone el acento en lo que hace al producto “Troza”, como también a la materia prima “Madera”, en aspectos tales como:

• Troza

La forma, evitando alta comicidad, presencia de torceduras, contrafuertes...

Presencia de defectos causados por nudos externos, bolsas abiertas, ahuecamientos internos, bifurcaciones, daños por viento o heladas...

Sección transversal del fuste circular.

Y diámetros homogéneos.

• Madera:

Presencia de nudos muertos internos.

Bolsas de quino o resinas.

Proporción de albura con respecto a durámen.

Homogeneidad de crecimiento para evitar excentricidad de la médula, leño de reacción o de tensión, limitación de corazón juvenil...

Y buena sanidad.

Manejo de instalación

Con este término ponemos énfasis al manejo dado para la instalación del bosque de modo que se asegure un correcto desarrollo futuro para poder cumplir con las metas de producción y sostenibilidad.

Plantación

Desde el momento mismo de la instalación del cultivo forestal, se están aplicando técnicas que procuran la mejora de la calidad de los bosques con árboles de fustes rectos, lo más homogéneos posibles y para que se manifieste al máximo las potencialidades genéticas de la semilla.

La optimización de la preparación de suelos, de las fechas y períodos de plantación, la aplicación de fertilizantes al inicio y la eliminación de la competencia en los primeros días de transplante son herramientas que se están utilizando con excelentes resultados en la mayoría de los proyectos. En este sentido se ha capitalizado con éxito la experiencia ya existente.

Control de Malezas

Una vez finalizada la tarea de implantación, se comienza con las tareas de generar y mantener las condiciones para un rápido crecimiento y adaptación al sitio. En los primeros meses de vida se pone especial atención en el control de malezas en torno a cada árbol y en las entre filas.

En el sur del país es frecuente el uso tradicional de animales ovinos o equinos para mantener reducido el dosel de las pasturas en las entre fila, los eucaliptos blancos (Eucalyptus globulus) no son mayormente apetecidos por el ganado, pero si se debe prestar atención en lo que se refiere a la compactación del suelo y el daño mecánico producido por pisoteo ante altas cargas ganaderas por hectárea.

Con los eucaliptos rosados o los pinos la vegetación de entre filas se combate con herramientas mecánicas que igualmente producen daños al cortar raíces o remover corteza de los tallos y promover el vuelco de plantas.

Ante el aumento en las superficies forestadas anualmente, la mayor y más variada oferta de específicos fitocidas, y la baja en el precio de los mismos se ha acelerado la tendencia a la sustitución de los anteriores métodos mecánicos de control de malezas reseñados por los métodos químicos de control.

Esta tendencia es muy marcada en las regiones Litoral Oeste y Norte por la influencia de las grandes empresas forestales y por poseer una larga tradición agrícola que desarrolló pequeñas y medianas empresas (PYMES) de servicios y oferta de maquinaria para la aplicación, tanto terrestre como aérea, de productos herbicidas.

Tanto para Pinos como para Eucaliptos está muy difundido el uso de herbicidas pre emergentes con efecto residual para lograr un área libre de vegetación en torno al árbol (50 cm de radio) y asegurar el control de malezas los primeros cuatro meses de vida de la plantación. Entre filas es común el uso de herramientas mecánicas (excéntrica, cincel o vibroflex) y alternadamente con la aplicación de glifosato o sulfosato con pantallas protectoras y picos especiales para evitar la deriva.

La aspersión de herbicidas en la entre fila es hoy en día el recurso tecnológico más económico para controlar malezas, sin embargo se alterna con las herramientas mecánicas para mayor flexibilidad en la intervención y poder decidir de acuerdo a las condiciones de humedad del suelo por una u otra, también se ha visto un mejor efecto sobre los árboles ya que a pesar de correr el riesgo de daño de raíces superficiales e ir de este modo en contra de un buen anclaje, al laborear una capa superficial del suelo se está mineralizando nitrógeno que queda disponible para el cultivo arbóreo.

Control de Enfermedades y Plagas

La principal plaga forestal en Uruguay es la hormiga cortadora (Acromyrmex spp., Atta spp. y Solenopsis saevissima), que los productores controlan al momento de la preparación del sitio para plantar y durante la plantación misma.

El manejo posterior consiste en controles durante los primeros meses de vida hasta que la cantidad de materia seca producida por cada árbol es tal que este insecto no produce pérdida de plantas ni merma del crecimiento.

Otras plagas que afectan en los primeros meses de instalado el bosque son la liebre (Lepus europeus) y el tucu tucu (Lagostomus maximus), con las cuales o bien se evita el daño aplicando sustancias repelentes a las plantas, o se aplica el control de su población mediante la caza directa.

Las demás plagas forestales en el país no son de relevancia, sin embargo hay casos puntuales de daño de significación causado por la Avispa de los Pinos (Sirex noctilio) o el Talador de los Eucaliptos (Phoracanta semipunctata), en esos casos se han practicado manejos sanitarios con la aplicación de raleo de los árboles atacados y la producción de “árboles trampa” que son incineran antes de la emergencia de los insectos adultos (imagos) para bajar así en forma rápida la población plaga.

Se han complementado estos trabajos con control biológico, como en el caso de la Avispa de los Pinos donde Caja de Jubilaciones Bancarias introdujo con muy buen resultado, mediante convenio con la Universidad de la República, un controlador natural (Deladenus siricidicola), años más tarde empresas de Rivera y Tacuarembó continuaron con la diseminación de este parásito específico de la avispa.

Manejo de conducción

Este es el manejo aplicado, posteriormente al logro del bosque instalado, y que se refiere a la conducción silvícola del rodal para cumplir directamente con las metas productivas propuestas por el silvicultor.

Podas

Excluyendo los casos, muy localizados, de defectos causados por meteoros o animales, no es necesario considerar las “podas correctivas” en los planes de manejo. Tanto Eucaliptos como Pinos presentan muy buenas características de fuste, por lo que la poda tiene como único fin la eliminación temprana de las ramas inferiores.

Objetivo

La eliminación de las ramas inferiores evita que éstas queden incluidas en la madera al crecer el fuste y así la madera que se produce es “libre de nudos”.

Podando árboles con diámetros en torno de los cinco centímetros (5 cm) se logra reducir la parte nudosa a un cilindro central de la troza a un volumen mínimo.

Para determinar la altura de poda también se tiene en cuenta la proporción de área verde de la copa que se reduce para no detener el crecimiento en forma drástica, este punto es más sensible en Pinos que en los otros géneros.

Como beneficio secundario de esta práctica también se está eliminando material de alto poder de combustión en sentido vertical, lo que disminuye la probabilidad de propagación ascendente del fuego en caso de principios de incendios forestales.

Planes de Poda

Existieron planes de manejo en Pinos que buscaron intervenir al bosque con podas anuales para retirar un verticilo por cada operación, pero los resultados económicos no fueron satisfactorios.

Pronto se llegó a la intervención en períodos que permitan que la altura de poda abarque el largo de una troza de aserradero (2.40 m para Pinos y 2.50 ó 3.00 m para Eucaliptos). Esto produce, en las trozas, zonas nudosas centrales de forma cónica - truncada.

En el cultivo de Pinos esta práctica está asumida desde décadas atrás, ya que no existía gran demanda de trozas para celulosa de fibra larga y si la había para un mercado interno de productos aserrados.

En plantaciones de Eucaliptos (foto), la poda es una intervención de uso bastante reciente. En la última década se comenzó a aplicar con fines comerciales en procura de un futuro mercado de tablas “clear” que diera más valor al producto final del bosque.

La primer poda o “Poda baja” se realiza en todos los individuos aprovechables de la plantación y a una altura de dos a tres metros y medio (2.20 m en Pino y 3.50 m en Eucalipto) dependiendo de la troza basal que se espera obtener. Las siguientes podas, “Podas Altas”, se realizan subiendo la altura en múltiplos del largo de los rollizos y se aplica en los árboles remanentes del segundo raleo para la segunda poda y los árboles de turno final para las siguientes. La altura total que se espera obtener con la poda es entre ocho y diez metros en pinos (equivalente a cuatro trozas de 2.40m incluyendo cepa y espesor de corte) y doce metros con cincuenta centímetros y catorce metros en Eucaliptos (equivalente a cuatro trozas de 3.00 m incluyendo cepa y espesor de corte).

Por el momento la elevación de la poda a más de nueve metros está resultando pesada desde el punto de vista de los costos para el productor, por lo que no en todos los casos se ve alturas superiores ya ejecutadas

Herramientas

Las herramientas que se utilizan son principalmente el serrucho curvo o la tijera de tipo Neozelandés.

Hay empresas que han tenido mejor experiencia con una u otra herramienta y por ello han optado, todo depende de los parámetros que se evalúen a la hora de decidir, un mayor rendimiento del operario puede ser mejorado con la capacitación del mismo en el uso de la herramienta y no con el cambio de ésta.

La calidad de corte y el tipo de nudo (nudo firme) que se genere luego de la poda, son sin duda los aspectos más importante a tomar en cuenta para la elección de la herramienta a utilizar. En este sentido, la correcta utilización del serrucho curvo permite cortes más a ras y una correcta cicatrización.

Algunos empresarios comienzan a utilizar tijeras neumáticas como las usadas en fruticultura, pero por el momento no se ha generalizado su uso. Para subir la altura de poda se utilizan más frecuentemente escaleras livianas (principalmente en aluminio) o mangos extensibles para podar a distancia.

Para la tercer poda en adelante se ensayan plataformas móviles, desplazadas por animales mansos o tractores, sobre las cuales se ubican escaleras. Lo que más se utiliza actualmente son escaleras con plataformas que se sujetan al propio árbol y permite ascender en tramos.

Los aspectos más importantes a evaluar en el sistema de “poda en altura, son los ergonómicos y los de seguridad laboral.

Los mangos extensibles a parte de alejar al operario de la tarea, lo que dificulta la calidad en el corte y aumenta la probabilidad de heridas o desgarros de la corteza circundante, son causa de trastornos de salud debido a la posición incómoda y poco recomendable.

La escalera por otro lado aumenta el desgaste físico y representa un problema por las caídas desde altura de los funcionarios.

En ambos casos se usan y están obligadas por la ley laboral a utilizar casco, botas antideslizantes, guantes y lentes de protección a lo que se le suma el cinturón de seguridad para el caso del uso de la escalera.

Rendimientos

Los rendimientos varían según la especie de que se trate, la herramienta y el tipo de poda, los diámetros de las ramas a podar, la altura, la distancia entre árboles, si es “poda verde” o no, etc.

En las regiones Litoral Oeste, Norte y Centro se han desarrollado empresas de servicios para vender este trabajo (PYMES) y se han capacitado operarios mediante cursos o pasantías para lograr mejoras en la calidad de poda y en la productividad del trabajo.

Rendimientos de poda comunes:

ESPECIE

ALTURA

RENDIMIENTO

Pinus elliottii

2.50 m.

5.00 m.

260 a 300 árboles/jornal

185 a 205 árboles/jornal

Pinus taeda

2.50 m.

5.00 m.

245 a 270 árboles/jornal

130 a 150 árboles/jornal

Eucalyptus grandis

3.50 m.

6.50 m.

300 a 340 árboles/jornal

170 a 190 árboles/jornal

Eucalyptus dunnii

3.50 m.

6.50 m.

270 a 300 árboles/jornal

160 a 180 árboles/jornal

Raleos

Esta práctica se la ve necesariamente acompañando a la anterior en los planes de manejo (podas y raleos), no así a la inversa (raleos sin poda), y predominan los “raleos por lo bajo”, o para abaratar la extracción de la madera producida se ejecutan combinaciones de “raleos sistemáticos” con “raleos selectivos por lo bajo”.

Es un tratamiento que también tiene mucho arraigo y tradición en el cultivo de coníferas pero que no se aplicaba en Eucaliptos, por lo que no hay entre todos loa que plantan esta última especie un convencimiento pleno de sus resultados beneficiosos.

A pesar de ello es cada vez más frecuente encontrarse con rodales podados y raleados.

Raleo Pre Comercial

Es el primer raleo, que se realiza en forma temprana y pro consiguiente a pérdida enteramente, por lo general coincide con el momento de la primer poda en todas las especies cultivadas. Busca eliminar árboles con defectos muy marcados o aquellos totalmente dominados a temprana edad, la tasa de extracción en estos casos raramente supera el 10% y no hace a la calidad de la madera o al acortamiento de turnos, sino que a las cualidades de la masa boscosa.

Raleos Comerciales

Los siguientes raleos ya producen piezas maderables factibles de ser comercializadas y así cubrir con su venta los costos propios de la tarea. Del segundo raleo en adelante se observan ingresos de caja que contribuyen a mejorar el período de retorno del capital invertido.

Estos raleos se realizan con cuadrillas de operarios, moto sierras y hachas, y la extracción de las piezas de madera a borde de camino o playas de carga se efectúa aveces con animales o más frecuentemente con tractores agrícolas y con carretas forestales con grúas hidráulicas.

Las plantaciones más jóvenes están ya diseñadas con espaciamiento y distancias de madereo apropiadas para la mecanización total o parcial del trabajo, previéndose a veces el uso de pequeños Feller Bunchers y/o Forwarder.

Los productos del raleo más comunes son: 1-trozas para celulosa, 2-postes cortos y largos para impregnación, 3-trozas aserrables en poca cantidad y 4- leña para energía.

Los primeros raleos producen mayor proporción de productos para celulosa, postes de viña y postes cortos para alambrado, invernáculos o construcciones, evolucionando los porcentajes a las trozas para aserradero y columnas de electrificación en las últimas entre sacas.

No habiendo abundante disponibilidad de información local confiable en este punto, cada empresa ha generado su propia experiencia partiendo de tecnología generada en el exterior e incorporándola en sus establecimientos, por lo que los elementos de decisión que se emplean son muy variados y difieren de región en región.

Por lo general se toma en consideración para determinar la oportunidad y el número de árboles remanentes:

• El número de árboles por hectárea, criterio meramente poblacional,

• Algún índice técnico de espaciamiento, como el recomendado por el Servicio Forestal de Sud Africa,

• y en menor proporción, se toma el Área Basal como indicador.

Raleos Sanitarios

No son frecuentes estos tipos de entresacas dado que el índice de incidencia de plagas o enfermedades no es altamente significativo, y en los casos en que han existido problemas se han debido principalmente a la ausencia de todo tipo de raleo.

Sin embargo todo forestal mantiene este tipo de herramientas en sus planes de manejo y la pone en práctica ante cualquier síntoma o sospecha de enfermedad.

Fertilización

La fertilización con macro nutrientes es práctica común en el momento de la plantación, pero no se ha visto incorporada en los planes de manejo de las empresas o de los productores particulares.

Se ha puesto gran énfasis en la fertilización con fósforo (P), dado que se trata de un nutriente altamente deficiente en los suelos forestales del país. Las aplicaciones de nitrógeno (N) son extremadamente reducidas, apenas suficientes para cubrir la necesidad de las plantas en los primeros días luego de implantadas. Se apuesta a que el suelo aporte prácticamente la totalidad de este nutriente, recurriéndose muchas veces al laboreo entre filas para estimular la mineralización de la materia orgánica y así aumentar la disponibilidad de N y otros nutrientes que reserva la fracción orgánica. En muchos casos, también se aplican pequeñas dosis de potasio (K) al momento de la plantación, aunque no es claro que se trate de una practica necesaria en muchos de los suelos forestales. Ciertas empresas han comenzado a utilizar micro elementos como el azufre (S) y el boro en algunos casos puntuales (pinos en zonas bajas).

Hay antecedentes de fertilizaciones prescritas para combatir síntomas muy claros de deficiencias de micro elementos (hierro, manganeso y boro) o de ataque de patógenos como son los casos de Muerte Apical de pinos, Die Back o Cancrosis en eucaliptos.

En ciertos casos se ha comenzado a aplicar otros micronutrientes, como los mencionados y el zinc en los rebrotes de plantaciones de turno corto.

Hoy en día, algunos técnicos y empresas evalúan como positiva la fertilización inmediata a la operación de raleo para provocar una rápida regeneración del “área de copa” y su consecuente aumento en la producción de madera.

Otro aspecto que hace a la dinámica de los nutrientes en el complejo bosque – suelo es la preocupación creciente por parte de los productores de dejar la mayor cantidad de “desperdicios” en el lugar donde se corta el árbol, es así que con el desgajado y el descortezado dentro del bosque se favorece el retorno de los elementos a su sitio de origen, a al hora de descomponerse hojas, ramas y corteza.

Sistemas de manejo

De acuerdo a los parámetros ya mencionados, que están determinados por la Región Forestal de que se trate, la especie involucrada y las características de la empresa productora, se pueden identificar los distintos Sistemas de Manejo existentes en el país.

Manejo para Industrias de la celulosa

Se trata de plantaciones que tienden a producir la mayor cantidad de fibra útil, sin importar mayormente el diámetro de las trozas, en rotaciones cortas (7 a 12 años). Por lo que se utilizan plantaciones de alta densidad inicial (1.300 a 2.000 pies/ha).

Prácticamente carecen de manejo, haciéndose un control inicial de la maleza en la entre filas de los árboles y pastoreando, con ganado ovino, vacuno o equino en los años posteriores a la plantación.

En sus comienzos la tendencia era a plantar altas dotaciones de plantines por hectárea (de 1.600 a 2.000), pero en la actualidad se instalan rodales a menores densidades (1.200 a 1.400 pies/ha) para lograr diámetros promedio mayores a turno final y así abatir costos de cosecha.

Otro factor que incidió en esta tendencia es el uso de clones de alto rendimiento, ya comienzan a plantarse las primeras reforestaciones con plantas obtenidas por reproducción agámica.

Los turnos que se manejan son de 8 años promedio en las regiones del norte y Litoral Oeste, 10 años en el Centro Este y de 12 a 15 en el sur de la república.

Raleos y podas se aplican únicamente en caso de existir prescripciones de tipo sanitario o para protección contra vientos fuertes.

Manejo para industrias de la transformación

La industria instalada hasta la fecha está diseñada principalmente para el procesamiento de troncos de diámetros pequeños, normalmente sin superar los cuarenta centímetros en “punta fina”.

Se espera que debido a la abundancia de material para procesar, los valores bajos de las tablas y el aumento en la demanda por productos de la segunda y tercera transformación, los aserraderos apunten al procesamiento de trozas de mayores dimensiones para aumentar el rendimiento en volúmenes aserrados, y surja también una industria de la laminación que demande aún mayores diámetros.

Es por este motivo que muchas empresas productoras han programado el manejo de sus plantaciones en sentido del alargamiento de los turnos de cosecha y de la reducción del número inicial de árboles por superficie, para lograr así mayores diámetros en las trozas basales con madera libre de nudos.

Manejo de Eucaliptos

Se someten a manejo las plantaciones de los Eucaliptos “rosados” (Eucalyptus grandis y Eucalyptus saligna) y debido a las buenas experiencias en materia de aserrado con Eucalyptus dunnii en el sur de Brasil, se han comenzado a aplicar los mismos conceptos de manejo para esta especie.

Se parte de dotaciones iniciales de mil a mil trescientos pies por hectárea, para que en turnos de dieciocho a veinte años (18 a 20) se llegue a la cosecha de entre 80 y 300 árboles de diámetros importantes y libres de ramas hasta una altura de doce a catorce metros.

En un comienzo, luego de la plantación, se controlan las malezas en el primer verano hasta que el bosque comienza su etapa de “Monte Bravo” tocándose las copas entre si y limitando el ingreso de la luz a los doseles inferiores.

Luego comienzan las intervenciones silvícolas, donde se pueden agrupar los sistemas de manejo según sea la Región:

Región Litoral Oeste:

• A los 2 años de vida se procede a la primer poda o “Poda Baja” hasta una altura de 3.50 metros en la totalidad de los árboles, acompañando esta tarea se eliminan un porcentaje bajo (entre 5 y 8 % - máximo 10%) de árboles que presenten problemas muy evidentes de mala conformación, rotura o bifurcación de fuste, etc., se le denomina “Raleo Pre Comercial”.

Inicialmente se podaba a una altura de dos metros con cuarenta o cincuenta centímetros, pero el aumento en la demanda del largo de troza por parte de la industria ha elevado la altura.

• La segunda poda normalmente se aplica al cuarto año de vida del bosque y es realizada sobre los 600 mejores individuos de la hectárea, que se corresponde con los árboles remanentes luego del primer raleo.

Esta primer “Poda Alta” lleva la altura de seis metros cincuenta centímetros y es realizada con serrucho con cabo corto (50 centímetros) y escalera.

La comercialización de trozas para celulosa es viable en esta parte del país dado que si bien los precios no son atractivos para las empresas productoras, la proximidad al puerto de Fray Bentos deja un valor residual que a lo sumo puede pagar el costo del manejo.

• Se busca que del primer raleo resulten flujos de caja positivos con la venta del producto para celulosa y postes, es por este motivo que recién se interviene la plantación al sexto año con un raleo por lo bajo retirando en promedio cuatrocientos árboles por hectárea (400 á/ha).

• Inmediato al raleo se sube la poda 3 metros más, esta segunda “Poda Alta” lleva el fuste libre de ramas hasta los 9 metros y medio en los árboles que se destinarán para turno final. Son podados trescientos árboles para dar margen a posibles roturas por viento o menor desarrollo del esperado que obligue a subir la dotación final.

• Ya en el noveno año se procede a la tercer “Poda Alta” que lleva la altura libre de nudos a la final de 12 metros y medio a veces 14 metros en los individuos que van a completar el turno final.

• En el décimo año se ralea por segunda vez. Este segundo “Raleo Comercial”, es también raleo por lo bajo, son retirados el cincuenta por ciento (50%) de los árboles existentes.

• Con la dotación de 300 pies por hectárea se llega al año quince, momento en que se procede al tercer “Raleo Comercial”.

• Quedan en pie entre doscientos y ciento cincuenta árboles para turno final, que son finalmente cosechados en el año veinte.

Aún no se ha terminado con una rotación completa de este tipo de manejo, los bosques manejados más antiguos recién cuentan con el tercer raleo, pero de no existir una demanda por trozas de diámetros gruesos para aserradero o laminado, seguramente se acorte el turno final a quince o dieciocho años.

Esquema de manejo para Eucalyptus grandis - Región Litoral Oeste:

En este esquema de manejo no es frecuente la inversión en matanza de cepas luego de cada raleo, pero se están viendo problemas con la regeneración y el rebrote que dificultan las tareas de los raleos posteriores, por lo cual la tendencia es a la eliminación total de la competencia que generan los rebrotes de los árboles sacados, para lo cual se usan herbicidas aplicados sobre el follaje cuando este alcanza los treinta centímetros de altura.

Región Norte:

Esta región por ser la de mejores índices de producción de madera dadas sus condiciones ecológicas y por tratarse de la que se encuentra a mayor distancia de puertos y mercados consumidores, ha desarrollado pautas particulares con respecto al manejo forestal.

• Se parte de dotaciones mayores a las otras regiones (1.250 árboles/hectárea) y la primer poda o “Poda Baja” comienza al año y medio de implantado el bosque, se realiza sobre los mejores 600 individuos a la altura de 2,5 metros.

• El “Raleo Pre Comercial” elimina entre los 600 y 300 peores árboles de la hectárea, esta alta presión de raleo se explica por el bajo precio de la madera para celulosa de especies como el Eucalyptus grandis y el alto costo del flete terrestre.

• La segunda poda normalmente se aplica al tercer año de vida del bosque sobre la totalidad de los árboles. Esta “Poda Alta” alcanza los 5.5 metros y es llevada a cabo con serrucho con cabo de 50 centímetros o tijera neocelandesa y escalera.

• Ya en el sexto año se procede a la tercer “Poda Alta” que lleva la altura de poda a los 10 metros en los árboles que sobreviven al primer raleo comercial.

• La altura final de 11 metros y medio a veces 14 metros podados en los individuos que van a completar el turno final se llega en el octavo año. En este mismo año se ralea por segunda vez. En este primer “Raleo Comercial” se retiran los árboles dominados y los codominantes inferiores (raleo por lo bajo), son cortados el 40% de los árboles existentes.

• Con la dotación de 360 pies por hectárea se llega al año diez, momento en que se procede al segundo “Raleo Comercial”, donde se retira el 60% de la dotación para quedar en pie un promedio de 145 árboles.

• Al año quince se aplica el tercer “Raleo Comercial” dejando en pie los 80 mejores árboles que completarán el turno Final.

• La Cosecha está planificada para el año 20.

En esta región tampoco se ha terminado una rotación completa de este tipo de tratamiento, por lo que los bosques manejados más antiguos tampoco cuentan con el tercer raleo.

Esquema de manejo para Eucalyptus grandis - Región Norte:

Aquí es más frecuente la inversión en matanza de cepas luego de cada raleo, pues al ser más intensos los raleos, se favorece el ingreso de luz al suelo del bosque y el consiguiente rebrote de las cepas vivas.

Región Centro Este:

• Parten de dotaciones similares a la Región Litoral (1.100 árboles/hectárea) y la “Poda Baja” comienza a los 2 años y de implantado el bosque, se realiza sobre los mejores 600 individuos a la altura de 2,5 metros.

• Con un raleo “Pre Comercial” muy suave, eliminan los 100 peores árboles por hectárea.

• La segunda poda normalmente se aplica al cuarto año de vida del bosque sobre la totalidad de los árboles. Esta “Poda Alta” alcanza los 5.5 metros, también se utiliza serrucho con cabo corto y escalera.

• En el sexto año se procede a la tercer “Poda Alta” que lleva la altura de poda a los 8 metros en los árboles que sobreviven al primer raleo comercial que es llevado adelante en este año.

• La altura final de 12 metros y medio podados en los individuos remanentes del segundo Raleo se alcanza a los 9 años.

• En el año 10 se ralea nuevamente. En este segundo “Raleo Comercial” se retiran los árboles dominados y los codominantes inferiores, y son cortados el 25% de los árboles existentes.

• Con la dotación de 600 pies por hectárea se llega al año quince, momento en que se procede al tercer “Raleo Comercial”, donde se retira el 50% de la dotación para quedar en pie un promedio de 300 árboles.

• La cosecha también se planifica para el año 20.

Esquema de manejo para Eucalyptus grandis - Región Centro Este:

Manejo de Pinos

La fuerte incidencia de plagas forestales ha obligado a los empresarios a no descuidar sus cronogramas de manejo forestal.

Insectos como el Sirex noctilio o el Pissodes sp. se encuentran como plaga secundaria en las plantaciones de todo el país, hay antecedentes donde un incremento del estrés de los árboles por un mal manejo, provocó grandes pérdidas por el aumento de la población de estas plagas.

Hoy en día se someten a manejo las dos especies de Pinos más difundidas como especies de prioridad, el Pinus taeda y el Pinus elliottii. Son prácticas comunes la poda a edades tempranas y los raleos.

Casi todas las plantaciones parten de densidades que rondan el millar de plantas por hectárea (1.000 á/ha), y el turno no difiere mayormente entre las tres regiones del norte del país (20 a 22 años), si se marca una diferencia con las plantaciones de la Región Sur Sur-Este (25 años).

Región Litoral Oeste:

• La “Poda Baja” alcanza la altura de dos metros y medio del suelo, y se efectúa a partir del cuarto año de vida del bosque sobre la totalidad de los árboles. También en este momento se ralea, raleo “Pre Comercial”, eliminando las plantas defectuosas, que normalmente no superan el 10%, quedando una población remanente de 900 árboles / ha.

• La segunda “Poda Alta” se aplica en el séptimo año, subiendo hasta los 5 metros de altura en los árboles que no van a ser raleados en el primer “Raleo Comercial”.

• La última poda lleva el fuste libre de ramas hasta los 8 metros en el noveno año de plantación.

• Sobre el décimo año se aplica el primer “Raleo Comercial”, retirando un tercio aproximadamente de los árboles existentes de inferior calidad (Raleo por lo Bajo). El producido de este primer raleo, por tratarse de trozas de diámetro reducido, es destinado preferentemente a la industria papelera local o para energía.

Esquema de manejo para Pinos - Región Litoral Oeste:

• El segundo raleo al año 15, reduce la población de árboles a la cantidad de 320 por hectárea que se mantendrán hasta la cosecha final.

• La Cosecha se efectúa a los 22 años.

Con este sistema los rendimientos promedio son de 380 metros cúbicos sólidos y el diámetro a la altura del pecho promedio que se llega es de 35 cm.

Regiones Norte y Centro Este:

Son las regiones de mejores rendimientos en pinos y donde se aplican raleos de mayores tasas de extracción para diámetros gruesos de calidad aserrable.

• La “Poda Baja” a dos metros y medio del suelo se efectúa a partir del cuarto año de vida en el total de los árboles, inmediatamente se ralea eliminando las plantas defectuosas “Raleo Pre Comercial”, la población remanente es de 900 árboles / ha.

• La “Poda Alta” en el séptimo año, hasta los 5 metros de altura en 480 árboles/ha.

• Sobre el noveno año se termina con las podas, última “Poda Alta”, a la altura de 8 metros y en el año 10 comienzan los raleos “Comerciales”, retirando 420 árboles aproximadamente de inferior calidad (Raleo por lo Bajo). El producido de este primer raleo es destinado a la industria papelera.

• Al año 15 el segundo raleo reduce la población de árboles a la cantidad de 180 por hectárea.

• Para, al año 22, proceder a la Cosecha final.

Los rendimientos promedio son de 485 metros cúbicos sólidos y el diámetro a la altura del pecho promedio de 50 cm.

Esquema de manejo para Pinos - Región Norte y Centro Este:

Región Sur Sur Este:

Por encontrarse más al sur y con sitios de calidad inferior, los pinares de esta zona del Uruguay son sometidos a tratamientos silviculturales distintos que el resto, se manejan turnos de 25 años con mayor espaciamiento entre raleos.

• A los 6 años se comienzan las tareas con poda baja a 2.5 metros y un raleo “Pre Comercial” que reduce el número de plantas a 1.000 por hectárea.

• La poda se sube normalmente a los 5 metros (2 trozas podadas) al noveno año.

• En el año 12 se somete al primer raleo “Comercial”, raleo también por lo bajo combinado en ocasiones con sistemático para lograr una “calle” de saca cada seis. Los pies remanentes son 650 por hectárea.

• La segunda intervención de raleo se efectúa a los 18 años de edad, quedando 350 árboles remanentes para turno final.

• Cosechándose el rodal remanente a los 25 años de edad.

Esquema de manejo para Pinos - Región Sur Sur-Este:

La producción final en una rotación es de 375 metros cúbicos sólidos de madera aserrable y el diámetro promedio final es de 35 cm.

Superficies Manejadas

Los sistemas de manejo descritos en el anterior ítem son promedios, la gran mayoría de las plantaciones no han completado un ciclo completo y no se utilizan siempre los mismos criterios para determinar la forma, momento y cantidad de árboles a retirar de una masa forestal.

De hecho las áreas basales remanentes luego de los raleos normalmente son superiores a las óptimas ya que existe temor a no aprovechar la capacidad productiva de los sitios y al no disponer de información confiable, los propietarios de montes, optan por conservar mayor número de árboles en pie.

Fuente: Div. Forestal – M.G.A.P.

Este hecho se ve principalmente en los propietarios pequeños y medianos.

Las superficies plantadas hasta la fecha se pueden agrupar de la siguiente manera:

De estas superficies no todas son sometidas a manejos intensos, ni las que son intensamente manejadas lo están de acuerdo a los conceptos comunes.

Superficies en Eucaliptos

Las superficies plantadas con Eucaliptos blancos en todas las regiones del país, están siendo manejadas, en su totalidad, para la producción de materia prima para celulosa. Por lo que la superficie afectada con ese único destino, es de una superficie aproximada a las 200.000 hectáreas.

Es difícil estimar la superficie de Eucalyptus grandis o similares que son sometidas a manejo intenso.

De todos modos hay indicios de las cantidades ya que en la región Norte la gran mayoría de las tierras pertenecen a empresas que ya han invertido en industria, en el litoral empresas medianas y pequeñas han orientado su producción desde hace años a los productos del aserrado y proyectos importantes basados en Eucalyptus grandis para celulosa han destinado proporciones significativas de su área (20%) a la producción de madera para aserradero de alta calidad, en la región Centro la composición de los propietarios de empresas forestales es más variada pero están organizados bajo asociaciones donde su propósito es la industrialización de los productos de E. grandis en la zona, por lo que han unificado ciertos criterios y están manejando sus plantaciones.

Considerando lo anterior puede asumir que las casi 5.000 hectáreas de la zona Sur se pueden incluir, en su gran mayoría, dentro de las superficies manejadas para celulosa en turnos cortos, de las demás regiones en el Litoral Oeste hay unas 35.000 hectáreas que están manejadas para aserrado y el resto tiene como fin la producción de trozas para celulosa (27.000 ha), en la región Norte hay unas 15.500 ha produciendo madera de primera calidad para aserradero y el resto (21.000 ha) producen madera de inferior calidad pero también para aserrado, y en la región Centro Este 15.000 ha se destinan para aserradero y el resto para celulosa

Superficies efectivas de Eucaliptos según tipo de Manejo:

Fuente de los totales por región, Div. Forestal – M.G.A.P.

Las cifras estimadas a partir de la información oficial muestran un total de más de 90.000 capaces de producir en un futuro cercano, en todo el país, madera para aserrado. De esta superficie prácticamente un 50% se vuelca a la producción de madera de calidad.

Superficies en Pinos

El nivel de plantación con Pinos ha superado las 80.000 hectáreas efectivas en los últimos años debido al desarrollo de proyectos de empresas con una fuerte presencia en el mercado internacional de productos de madera sólida de coníferas.

Los bosques creados principalmente en el norte, son mayoritariamente de Pinus taeda manejado para la producción de trozas de alta calidad aserrable.

De este manejo se producirán volúmenes importantes de madera con otros destinos (trituración o celulosa) .

Superficies de otras especies

Existen casi 50.000 hectáreas efectivamente plantadas con otras especies, estas masas que predominan en el Litoral Oeste se componen de Eucalyptus saligna en gran medida y en segundo lugar de Álamos manejados en turnos promedio de 12 años para alimentar aserraderos locales dedicados a la cajonería de frutas o al abastecimiento de las pequeñas carpinterías y mueblerías. Comprende también a las plantaciones en zonas marginales con eucaliptos destinados a la producción de energía.

Tendencia del manejo forestal

Si bien el sector maderero no es nuevo en el Uruguay, y la forestación comienza con precursores como Tomkinson o Lussich a fines del siglo IXX con la plantación de los primeros eucaliptos y la creación del Arboreto de Punta Ballena, el proceso forestal aún está en franca expansión.

Los esfuerzos del estado en fomentar la creación de una masa crítica que detone el desarrollo del sector han demostrado sus virtudes con la afectación de más de 530.000 hectáreas, se prevé que se mantendrá el ritmo de plantación, lo que asegura un rápido logro del millón de hectáreas dedicadas a la forestación en un plazo no mayor a 10 años.

Ya se están realizando inversiones industriales para segunda y tercera transformación de la madera y es inminente la instalación de una planta de producción de celulosa en los próximos años.

Ante este nuevo horizonte las plantaciones existentes y las que se planifican en el futuro apuntan a la producción de altos volúmenes de madera de calidad, esto quiere decir, madera de alto rendimiento (materia prima vs. Producto aserrado) y de calidad homogénea producida en condiciones de asegurar la sostenibilidad, la mitigación de impactos ambientales negativos y a un bajo costo económico.

Las condiciones del país son inmejorables desde estos puntos de vista y la gran mayoría de las empresas aplican manejos acordes a estas premisas.

La tendencia es a una buena implantación, con calidad genética y homogeneidad fenotípica. Bajas densidades originales y entresacas intensas para no limitar el crecimiento individual y lograr así productos de diámetros importantes, madera libre de nudos, bolsas y defectos en general de manera tal que aunque no se logren aumentos en la cantidad de madera por hectárea, o a veces disminuya, la productividad si se vea incrementada en la puesta en el mercado con productos de mayor valor.

Lo que antes se consideraba un gasto en poda, fertilización o raleo, cada vez se lo toma en cuenta como una inversión de alto retorno aunque el período siga siendo lento.

Oferta Futura de madera por clase

Producción

Se han afectado a la producción de madera para industria un total de 530.732 hectáreas, lo que representa el 3% del total del territorio nacional.

Básicamente, el país está hoy en condiciones de ofrecer al mercado: madera de Pinos para aserrado, también madera redonda de Eucaliptos para aserrado y/o laminación, libre de nudos o de inferior calidad, madera para impregnación, biomasa para producción de energía y trozas para la producción de Pulpa de Celulosa o trituración.

Con las superficies plantadas a la fecha, asumiendo que no exista crecimiento del área plantada en los próximos años, se llegaría al equilibrio luego de completar un ciclo productivo, con volúmenes anuales de producción del orden de los 7:750.000 m3 sólidos redondos.

Los cuales se discriminan en: 4:600.000 m3sr (59%) con destino al mercado de la celulosa o eventualmente la trituración, 2:500.000 m3sr (32.5%) al aserrado o la laminación, 500.000 m3sr (6.5%) para la impregnación y estarían disponibles para la obtención de energía un total de 150.000 m3sr (2%).

Destacándose, por las especies existentes y su tipo de manejo, las Regiones al norte como productoras de madera para corte y las del sur productoras de materia prima para la fabricación de pulpa y papel.

La Región Litoral Oeste se perfila como gran productora de madera aserrada, posee una gran capacidad industrial instalada y también gran productora de trozas para celulosa.

Ya se ha puesto en marcha un proyecto industrial sobre las márgenes del Río Uruguay, cercano a la ciudad puerto de Fray Bentos, donde se prevé plantas de “Chips” e industrias de la primera y segunda transformación. Es altamente probable la inversión en pocos años en una planta de celulosa para la exportación de fibra en pasta.

Flujos de madera

Proyectando los Flujos de Madera que se lanzarán al mercado como producto de las plantaciones existentes, se aprecia un rápido incremento de la madera en un período de veinte años. Llegando al punto de equilibrio a partir del octavo año.

Los volúmenes de madera para impregnación y leña no crecen sustancialmente, no obstante se vislumbra una saturación del mercado interno.

Las trozas más abundantes son las destinadas a la celulosa y a la industria del aserrado y laminado.

Como se observa en el gráfico los volúmenes de madera de eucaliptos de alta calidad para aserradero son mínimos en los primeros años pero a partir del año 2004 crecen aceleradamente. La madera de Pino será abundante y mayoritaria en la próxima década pues las grandes superficies se comenzaron a plantar a partir de 1999.

Desde la creación de la Ley Forestal, el ritmo de plantación promedio en todo el país, es de 31.000 hectáreas efectivamente plantadas. Este nivel se incrementa a casi 45.000 hectáreas si considera el promedio de los últimos 6 años.

Parece mantenerse en éste último nivel pero se desplaza en sentido del aumento de la actividad en la Región Norte y a la plantación con coníferas debido al desarrollo y ampliación de macro proyectos.

De cumplirse con lo anterior en la próxima década la superficie total afectada al sector forestal en Uruguay superará el millón de hectáreas (6% de la superficie total).

Ante este escenario se puede esperar una duplicación de los flujos madereros para la segunda década de este siglo con lo que se llegaría a sobre pasar el nivel de los 15:000.000 de metros cúbicos sólidos.

Conclusiones

Si bien existe una demanda insatisfecha por productos de celulosa en el mundo, la exportación de trozas descortezadas hacia el hemisferio norte no parece tener sostenibilidad en el mediano plazo.

Ya comienza a percibirse la des aceleración de la comercialización y hay una tendencia a la apertura de negocios alternativos como el del astillado o “chip” para dar mayor valor agregado a las maderas uruguayas.

Seguramente este proceso desemboque en la instalación en el país de fábricas de celulosa, lo que dará una salida comercial principalmente a aquellas forestaciones más próximas a la industria.

Debido a esto se aprecia una tendencia en los productores forestales, a manejar sus plantaciones para obtener trozas de mayor valor, lo que provoca la creciente oferta de madera de diámetro y libre de nudos, que aún el mercado no diferencia en cuanto a valor o demanda.

No se paga mayor precio hoy por la madera redonda libre de nudos, sin embargo sí se hace una diferenciación del producto a la hora de su colocación.

De no existir un incremento en la demanda por parte de los aserraderos, las trozas aserrables de menor calidad, éstas se canalizarán a la exportación para celulosa, y el disponer de madera para la obtención de tablas tipo “clear” o similares constituirá una ventaja para el acceso al mercado y no para la obtención de un mejor ingreso.

Las empresas forestales no disponen de tecnología local para la ejecución más eficiente de conceptos de manejo forestal sostenible, que hoy se aplican sin una justa calibración.

En este sentido debería de promoverse por parte de los agentes locales la generación de este tipo de técnicas para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales que el país dispone.

La legislación vigente y las líneas de financiación deberían adecuarse a la nueva realidad y direccionarse al manejo más intenso con turnos de 18 a 20 años y al fomento de las técnicas de manejo forestal sostenible.

Hoy se dispone de la masa forestal, la tendencia es a incrementarla aunque en una ritmo no tan acelerado como a fines de la década de los ‘90, gran cantidad de dicha masa se orienta a la producción de materia prima para la transformación, por lo que también debería ponerse el acento en el desarrollo industrial y del mercado de los productos con alto valor agregado, para lo cual el Uruguay cuenta con ventajas altamente competitivas.

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