por
J.P. Lanly
La magnitud de la deforestación y de la degradación de la vegetación forestal en las zonas tropicales y sus consecuencias alarmantes sobre los aspectos productivos y protectores del bosque, hacen particularmente necesarios programas de vigilancia de los recursos forestales tropicales tanto a nivel nacional, como a niveles regional y global. Mientras a nivel nacional son la responsabilidad de los países mismos, a niveles mundial y regional los organismos internacionales especializados tienen que tomar iniciativas de tal modo que la comunidad internacional y los gobiernos sean informados en forma continua sobre la situación y la evolución de la cobertura forestal del planeta. Es la razón por la cual la FAO y el PNUMA, de acuerdo con las recomendaciones de la Conferencia de Estocolmo, iniciaron a fines de 1978 - dentro del marco del Sistema Mundial de Vigilancia del Medio Ambiente (GEMS) - un programa conjunto de evaluación de los recursos forestales tropicales a nivel mundial, cuyos primeros resultados se presentan en este informe.
Desde más de treinta años la FAO realizó evaluaciones de los recursos forestales a niveles regional y mundial, en conformidad con su mandato. Su primera encuesta mundial fue publicada en 1948. Luego, una recomendación del sexto período de sesiones de la Conferencia de la FAO (1951) propuso a esta organización recoger y publicar la información oficial disponible sobre recursos forestales, con intervalos de cinco años. Así la FAO publicó las tres ediciones del Inventario Forestal Mundial para los años 1953, 1958 y 1963, basadas en la recopilación de cuestionarios completados por las instituciones forestales nacionales. Por diversas razones, relacionadas con la variedad de conceptos y clasificaciones empleadas por los países, así como por la falta general de confiabilidad y de actualidad en las cifras proporcionadas, este procedimiento fue sustituído por evaluaciones regionales a partir de la compilación de documentos recogidos con este fin. Dos de estos documentos se relacionan con las regiones tropicales: “Forest Resources of Africa” por R. Persson1 (1975) y “Forest Resources in the Asia and Far East” (1976). Con ocasión del cuarto período de sesiones del Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos de la FAO (1976), A. Sommer escribió un “ensayo de una estimación de los bosques húmedos tropicales del mundo”, que fue publicado en el número doble No. 112–113 (volumen 28) de Unasylva (1976). En 1978, para las necesidades de un estudio acerca de las tendencias y las perspectivas del consumo, de la producción y del comercio de la madera en el mundo, la FAO realizó una rápida reevaluación sobre la situación y la evolución posible de los recursos forestales en la mayoría de los países en vía de desarrollo (casi todos tropicales). Una parte de los resultados fue publicada en el documento “Bosques y Plantaciones en el Trópico: Superficie Actual y Futura” por J.P. Lanly y J. Clement (1979).
Hasta donde sabemos, no existen otros estudios cuantitativos sistemáticos país por país sobre los recursos forestales tropicales a niveles regional o global. El “Weltforstatlas”, publicado por el Instituto Federal de Investigación Forestal de Reinbek (República Federal de Alemania) representa un trabajo cartográfico importante que, sin embargo, no refleja la situación actual de la cubierta forestal tropical, ya que en su mayoría fue publicado entre los años 1955 y 1972. Hay recopilaciones cartográficas a niveles regional y global, entre las que se pueden mencionar: el mapa fitogeográfico para Sudamérica elaborado por Hueck y los mapas realizados bajo el auspicio de Unesco para Sudamérica (por el “Institut de la Carte Internationale du Tapis Vegetal” - Tolosa - Francia) y para Africa al Sur del Sahara (por el Profesor F. White - Oxford). En varios documentos se ha tratado de hacer estimaciones globales para apoyar teorías y opiniones sobre diversos temas (deforestación, ciclo del carbono, fuentes energéticas), los que a menudo han resultado demasiado apresurados y basados en datos escasos y extrapolaciones discutibles.
Los objetivos, según se estipula en el documento original (en inglés) del proyecto firmado entre la FAO y el PNUMA, son los siguientes:
objetivo a largo plazo: asistir a la comunidad internacional en la formulación de medidas adecuadas para evitar los efectos potencialmente desastrosos de las tendencias en la reducción y la degradación de la cobertura forestal tropical. Esto tiene relación con los objetivos del programa D (evaluación de los problemas críticos derivando de la agricultura y el uso de las tierras) y E (evaluación de la reacción de los ecosistemas terrestres a la presión ambiental) asignados al Sistema Mundial de Vigilancia del Medio Ambiente por la reunión intergubernamental de 1974. A este respecto el PNUMA ha iniciado, en cooperación con la FAO, actividades de vigilancia de la cobertura forestal tropical;
objetivos a corto plazo:
evaluar a niveles regional y mundial, la situación actual de las formaciones boscosas densas y abiertas tropicales y la tasa y el patrón de su reducción y degradación, como un requisito para la definición y la realización de las medidas adecuadas indicadas en el objetivo a largo plazo;
definir la metodología y los medios necesarios para la actualización contínua de esta primera evaluación.
3.1 Fase preliminar
El trabajo empezó por una fase preliminar de definición de la metodología y de programación general de las actividades durante algunos meses antes de la fecha oficial de iniciación del proyecto (1 Diciembre de 1978). Para fines de 1978 se puede considerar que tanto los aspectos metodológicos principales así como la organización general del trabajo, ya se habían establecido. Esta fase se facilitó por la experiencia obtenida durante el estudio ya mencionado en el párrafo l de reevaluación de los recursos forestales de los países en vías de desarrollo realizado en 1978 bajo la responsabilidad del coordinador de este proyecto.
De hecho el estudio preliminar fue muy útil por varias razones:
algunos principios de clasificación de la vegetación natural y de las plantaciones habían sido ya establecidos;
una parte de los documentos más útiles habían sido ya seleccionados y estudiados;
una primera estimación de las áreas de bosques y de plantaciones industriales y un orden de magnitud de sus cambios (deforestación y reforestación), tal como indicaciones sobre producciones y potencialidades en madera industrial, eran ya disponibles;
finalmente, el estudio permitió clasificar los países en relación con la validez de las informaciones disponibles sobre el recurso forestal, lo que fue muy útil para la programación de las actividades del proyecto y facilitó en particular la planificación general del trabajo y la selección de los países donde la interpretación de las imágenes de satélite era necesaria.
3.2 Fases del trabajo
Se pueden distinguir cuatro fases principales del trabajo para cada una de las tres regiones tropicales. Las actividades se iniciaron con tres meses de intervalo en el orden cronológico siguiente: América, Africa y Asia. Los programas de trabajo respectivos se han sobrepuesto durante casi toda la duración del proyecto, que terminó en Junio de 1981 con la publicación del último informe.
El trabajo para América tropical se desarrolló de la manera siguiente:
fase de colección de la información (Enero – Mayo 1979) que incluyó:
visita a algunas instituciones establecidas en Europa, en particular aquellas espezializadas en estudios y mapificación de la vegetación;
visita a instituciones nacionales en el campo forestal, de uso de la tierra, de mapificación y sensores remotos en Brasil, Perú, Colombia y México (países que cuentan con el 77% de los bosques densos y 79% de la vegetación leñosa natural de los 23 países americanos estudiados);
selección y pedido de las imágenes de satélite por la interpretación de la vegetación de los siguientes países: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, República Dominicana y Paraguay;
iniciación de correspondencia con la mayoría de los países estudiados no visitados, incluyendo un cuestionario general y el envío por los países de documentos útiles para la evaluación del recurso forestal;
finalización del contrato de estudio “Evaluación de los recursos forestales del trópico peruano” con la Universidad Nacional Agraria La Molina de Perú (Departamento de manejo forestal y Centro de estudios y proyectos de inversión y desarrollo) cuyo objetivo principal fue la descripción y cuantificación de la situación y de las tendencias actuales del recurso forestal del país, a ser incorporadas en el estudio global;
fase de interpretación y compilación de las informaciones recogidas (Junio 1979 – Febrero 1980), constituida por:
interpretación visual de las imágenes de satélite para lograr estimaciones de áreas por grandes categorías de vegetación y uso de la tierra compatibles con la clasificación usada en este estudio (véase capítulo 2);
descripción y cuantificación de la situación y evolución actuales del recurso forestal país por país a partir de las informaciones recogidas (incluyendo los resultados de la interpretación de las imágenes de satélite), siguiendo un procedimiento uniforme y los mismos conceptos y clasificaciones para los 22 países estudiados. Este trabajo fue la base para el primer borrador de un resumen por cada país. En el caso de Perú, el informe proporcionado por la Universidad de la Molina fue ulteriormente adaptado por el coordinador del proyecto, de tal modo que la presentación de los resultados fuera igual para todos los países. Los resultados provisionales así obtenidos fueron presentados a la reunión de expertos organizada en Nairobi por el PNUMA sobre la conservación y el uso racional de los bosques tropicales (25 de Febrero – 1ọ de Marzo 1980) en una comunicación por J.P. Lanly, coordinador del proyecto y M. Gillis, experto del proyecto, bajo el título “Resultados provisionales del proyecto FAO/PNUMA de evaluación de los recursos forestales tropicales - América tropical”;
comprobación de los resultados por las instituciones forestales nacionales (Junio – Octubre 1980): la primera versión de los resúmenes por país fueron enviados oficialmente a las instituciones forestales respectivas para sus observaciones:
elaboración del informe final (Noviembre 1980 – Enero 1981) que incluyó:
la redacción de la versión final de los 23 resúmenes por país a partir de las observaciones recibidas (segunda parte de este informe);
la recapitulación a nivel regional de todos los resultados definitivos;
la redacción de la síntesis regional que constituye la primera parte de este informe.
En total el trabajo necesitó 25 meses de personal profesional, distribuidos como sigue:
19,5 meses del coordinador y del experto en evaluación de recursos forestales;
3,5 meses del consultor en interpretación de las imágenes de satélite;
2 meses (aproximadamente) de trabajo por los profesores del Departamento de Manejo Forestal de la Universidad Nacional Agraria La Molina (Perú).
Un elemento fundamental a partir del cual la metodología de este trabajo ha sido elaborada consiste en el hecho de que existen informaciones cuantitativas y cualitativas sobre el recurso forestal tropical y su evolución, a la vez, abundantes, diseminadas y muy heterogéneas. Cada uno de estos calificativos amerita aclaración. El primero puede parecer paradójico. Son muchas las personas que estiman que los datos son escasos. Pero son las mismas personas que a menudo no se toman el tiempo o no lo tienen para recoger esos datos y después interpretarlos.
La explicación principal de la dificultad en conseguir esos datos se relaciona con el segundo calificativo que ha sido usado, es decir, la diseminación de esta información. De hecho, existen datos no solamente en las instituciones forestales nacionales e internacionales, sino también en una multitud de otras dependencias grandes y pequeñas: institutos geográficos (incluyendo las secciones de sensores remotos), oficinas de estadísticas agrícolas, institutos de colonización y de planificación del uso de la tierra, muchas universidades e institutos de investigación en los países mismos o en los países desarrollados (trabajos de investigación, tesis), oficinas de consultoría, etc. Sobre el particular, es útil destacar los estudios cartográficos temáticos a niveles regional, nacional y subnacional que se han multiplicado en los años setenta, con el uso de los sensores remotos (imágenes de los satélites Landsat y de radar a visión lateral). Entre los ejemplos más importantes en América tropical se pueden citar: el “Mapa de la vegetación de América del Sur” (1/5 000 000) hecho por el “Institut de la Carte Internationale du Tapis Végétal” (Francia) bajo el auspicio de Unesco; los mapas a 1/1000 000 de uso de la tierra y de la vegetación por el instituto boliviano GEOBOL, el “Mapa forestal del Perú” (1/1000 000), los mapas de la vegetación de la Amazonia brasileña por el proyecto RADAMBRASIL (1/1000 000); el “Mapa de bosques” de la Amazonia Colombiana por el proyecto PRORADAM (1/500 000); el mapa forestal por el Inventario Nacional Forestal de México (1/1000 000) y un mapa de uso de la tierra a la misma escala por el instituto geográfico mexicano DETENAL. Dentro del marco de este proyecto se visitó un cierto número de instituciones y conversó con expertos; también se cruzó correspondencia con muchos otros. Por su gran número no se pudo visitar o contactar todas las instituciones que habrían estado en condiciones de proveer datos útiles, aclarar algunas contradicciones en las informaciones disponibles, corregir interpretaciones erróneas encontradas en documentos, etc. Hay un gran caudal de conocimientos muy dispersos sobre el recurso forestal y su evolución en cada país; la primera actividad del proyecto fue precisamente su recolección.
Una tercera característica de esta masa de información es su heterogeneidad, al menos desde tres puntos de vista:
con respecto al objeto de conocimiento que no es a menudo en el campo estricto de la dasanomía: cuando se estudia el papel de la deforestación, los datos son principalmente de tipo socio-económico (p.e. distribución e incremento de la población agrícola, tipos y patrones de cultivo, flujos internos de migración de población, incentivos fiscales y otros para desmontes, programas de colonización, desarrollo de la infraestructura y mejoramiento de la accesibilidad, etc.). Datos y mapas fitogeográficos y ecológicos son esenciales para clasificar los bosques de acuerdo con su carácter productivo. Las leyes y decretos relativos a la protección de la naturaleza indican las áreas boscosas improductivas por razones legales, etc.;
con respecto al nivel (o escala) de la información: la actualización del recurso forestal a nivel de cada país es más fácil cuando existen inventarios forestales o reconocimientos o mapas a nivel nacional o subnacional. Pero una gran parte de los datos se encuentran en estudios a niveles inferiores (provincia, departamento, distrito, estudios de inversión, cuenca hidrográfica). Aunque en muchos casos una simple extrapolación cuantitativa no es posible, esos datos son siempre útiles para comprobar informaciones correspondientes al nivel nacional, comparar situaciones entre varios países y, al menos, proveer ejemplos para ilustrar y aclarar situaciones o fenómenos particulares (deforestación, degradación, éxito de las plantaciones, etc.). Son esos estudios “locales” que son las más numerosas y que contienen la mayoría de las informaciones útiles. Por ejemplo, fueron 92 los estudios de recursos forestales (inventarios detallados, semidetallados, exploratorios, reconocimientos generales y estudios especiales) realizados entre 1950 y 1971 en Perú, los que han sido resumidos en el documento conjunto de la Universidad Nacional Agraria La Molina y la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales bajo el título “Inventario de los estudios y disponibilidad de los recursos forestales del Perú (segunda aproximación)” (1972). Sin embargo, a menudo difícilmente se consiguen estos estudios locales, sea porque hay muy pocas copias y no están incluídos en la mayoría de las bibliografías (p.e. tesis universitarias), sea porque no son conocidas en el mundo forestal tratándose de asuntos no estrictamente forestales (p.e. estudios sociológicos, demográficos, agronómicos, etc.);
finalmente con respecto a la validez y la exactitud de las informaciones: es obvio que no todos los documentos que tratan de los recursos forestales tienen el mismo valor informativo. Son numerosos los trabajos superficiales y las extrapolaciones sin bases adecuadas que tienen que usarse con precaución. A menudo también los documentos toman datos antiguos que no están al día, es decir, sin tener en cuenta los cambios ocurridos. Es importante detectar estas deficiencias en la información, verificándolo con otras fuentes.
Frente a esta abundante, diseminada y heterogénea masa de datos, el estudio consistió esencialmente en la selección, organización, recopilación e interpretación de informaciones dentro del marco de un conjunto de clasificaciones y conceptos iguales para los 76 países tropicales estudiados (véase sección 2). Sin embargo, en algunos países no habían a nivel nacional informaciones básicas confiables sobre la extensión de las formaciones leñosas a una fecha determinada, que habría sido posible usar como datos de referencia para una actualización ulterior. En otros países se encontraron dos o más conjuntos de datos de áreas que no era posible hacer compatibles. En ambos casos se decidió interpretar las imágenes de satélite disponibles (generalmente de los años 1972 a 1976) para verificar y posiblemente corregir la base de datos de áreas establecida en una primera fase (véase sección 3). Para todos los países fue necesario actualizar las informaciones al fin de 1980 en base a las tendencias de los últimos años y preveer la situación al final de 1985 proyectando las tendencias para los próximos cinco años (véase sección 4).
El valor y la utilidad de una evaluación de recursos forestales están en relación directa con los conceptos y clasificaciones usadas, que deben tener muchas características, a veces poco compatibles. Entre otros, tienen que ser:
en conformidad con los objetivos del estudio;
definidos con precisión y sin ambiguedad;
adaptados a la naturaleza de los elementos evaluados;
aceptables y útiles para los mayores usuarios de la evaluación;
compatibles con conceptos y clasificaciones ya usadas en el mundo tropical;
finalmente, pero no menos importante, ser uniformes para las tres grandes regiones tropicales, de tal manera que se tenga un cuadro coherente para todo el mundo tropical.
A esas condiciones se debe añadir la necesidad de una compatibilidad entre los conceptos y clasificaciones de este estudio y aquellos que fueron usados en los inventarios forestales mundiales ya publicados por la FAO, a fines de comparación y coherencia. Se puede cumplir con todas esas condiciones si se emplean conceptos forestales comunmente aceptados y clasificaciones simples no demasiado detalladas.
2.1 Conceptos y clasificación de la vegetación leñosa natural
2.1.1 Para la vegetación tropical hay un número impresionante de clasificaciones usando varios criterios ecológicos, fisionómicos, fisiográficos, etc., sea a nivel nacional o a nivel regional. En esta segunda categoría se puede destacar, para América tropical:
la aplicación del estudio Unesco “Clasificación internacional y cartografía de la vegetación” realizada por el instituto francés “Institut de la carte internationale du tapis végétal”, para la compilación del “Mapa de la Vegetación de América del Sur” a 1/5000 000; esta clasificación usa conjuntamente criterios ecológicos y fisionómicos;
la clasificación fitogeográfica por K. Hueck para Sudamérica, presentada en el libro “Los Bosques de Sudamérica” y usada para la compilación del “Mapa de la Vegetación de América del Sur” a 1/8000 000;
la clasificación ecológica por L.R. Holdridge en zonas de vida natural del mundo que ha sido aplicado en algunos países de América Central (p.e. Costa Rica, Panamá) y de América del Sur (p.e. Colombia).
Las clasificaciones de la vegetación a nivel nacional son numerosas y fueron usadas para la evaluación de los recursos forestales de los países, especialmente cuando existía el mapa correspondiente. Como se ha dicho en el capítulo 1, la interpretación en los diez últimos años de imágenes de satélite y de radar ha resultado en una nueva generación de mapas de vegetación, con sus clasificaciones propias. Los criterios y clases de las clasificaciones son muy diferentes, no solamente entre los diferentes países, sino también en el mismo país, debido en particular a la introducción de criterios fisiográficos en las clasificaciones basadas en la interpretación de las imágenes de radar.
2.1.2 Se decidió no solamente para América tropical, sino también para las dos otras regiones, asegurar una compatibilidad entre la clasificación usada por este proyecto y la de Unesco, por las siguientes razones:
tiene un carácter global, mientras la mayoría de las otras se aplican a una región solamente;
representa probablemente la primera tentativa colectiva e internacional de una clasificación global de la vegetación (las otras han sido elaboradas por individuos o por institutos nacionales);
incluye algunas divisiones de suma importancia para el manejo de recursos forestales, a saber: distinción entre formaciones arboladas y arbustivas (matorrales), distinción entre formaciones arboladas más o menos densas, de una parte, y formaciones herbáceas con una sinusia arbórea, de otra parte: esta separación es fundamental en los trópicos, pues las segundas tienen una función no solamente forestal sino también pastoril y pueden ser afectadś por los incendios.
2.1.3 Además de las dos distinciones mencionadas (formaciones densas/formaciones mixtas de árboles y gramíneos y formaciones arboladas/formaciones arbustivas), existen otros criterios básicos de clasificación de las áreas leñosas, tanto desde el punto de vista productivo como ambiental, es decir:
separación entre bosques con predominancia de latifoliadas y bosques con predominancia de coníferas;
separación entre los bosques no intervenidos en una época reciente (o “vírgenes” o “primarios”) y bosques intervenidos sea tumbados y después abandonados (en general provisoriamente) por la agricultura nómada (llamados en este estudio, por falta de una apelación genérica usual más adecuada, “barbecho de bosque”), sea degradados por el sobrepastoreo y el fuego, o sea aprovechados;
separación según el criterio de producción de madera industrial en bosques productivos e improductivos, y, para los bosques improductivos, entre los que lo son por razones físicas y aquellos que lo son por decisiones legales (parques nacionales, reservas integrales, etc.).
La aplicación simultánea de todos estos criterios resulta en un gran número de clases. Algunas de esas clases no tienen importancia y/o no pueden ser identificadas en los documentos o las imágenes interpretadas, y sus extensiones y características no pueden estimarse en la mayoría de los países. La clasificación finalmente adoptada no distingue estas clases, limitándose a las divisiones más útiles. El diagrama siguiente ilustra la clasificación usada con los criterios correspondientes, mientras la descripción que se da a continuación presenta, más detalladamente las diversas clases.
2.1.4 Clasificación de la vegetación leñosa natural
Solamente se consideran las formaciones en que las plantas de consistencia leñosa cubren mas del 10% del terreno. Si bien será difícil, sino imposible, de verificar este porcentaje a partir de las descripciones disponibles y el hecho de que dicho porcentaje no está siempre indicado en las clasificaciones, se lo ha utilizado como un indicador del límite entre las formaciones donde los componentes leñosos constituyen una comunidad y aquellas en las cuales los elementos leñosos están esparcidos o en líneas como parte del paisaje de vegetación esencialmente no leñosa.
El término “leñoso” es utilizado también para los árboles de ciertas especies monocotiledóneas que no contienen “madera” en el sentido tradicional de esta palabra.
El calificativo “natural” es utilizado únicamente en oposición a las plantaciones, las cuales pueden considerarse como vegetación artificial. Ello no significa de ninguna manera la ausencia de una interferencia humana o biótica, sino al contrario, una proporción, no despreciable y variable según las regiones, de la vegetación “natural” corresponde de hecho a ciertos estados de degradación (luego del fuego, de los daños o disturbaciones causadas por la agricultura migratoria, de la sobreexplotación del bosque, del pastoreo) o de reconstitución (despuës de la degradación), o donde hay facies de manipulación por la explotación selectiva con o sin plan de manejo.
Clasificación de la vegetación leñosa natural
N indica toda formación vegetal donde el elemento leñoso predominante es el árbol. Se toma como definición de árbol la siguiente: una planta leñosa perenne grande (más de 7 metros de altura en la edad adulta 1) con un tronco único que soporta una copa de forma y dimensiones variables.
n indica toda formación vegetal en que el elemento leñoso predominante está constituido por arbustos o arbolillos de más de 50 cm y de menos de 7 metros de altura 1.
NH indica las formaciones con predominancia de árboles de especies latifoliadas (angiospermas) dicotiledóneas o monocotiledóneas (p.e. palmeras). La predominancia se expresa por una proporción superior al 50% de la cubierta de las copas.
NS indica las formaciones con predominancia de árboles de coníferas (gimnospermas). Especies de coníferas, como por ejemplo del género Podocarpus, están a menudo presentes en los bosques mixtos tropicales de mediana y gran altura sin ser, sin embargo, predominantes. Como resultado, en ciertos países, a pesar de la presencia de especies de coníferas, ninguna extensión significativa de bosque se clasifica como NS.
NHC indica las formaciones arboladas latifoliadas densas, es decir, aquellas que, cuando no han estado en un período reciente afectadas por daños causados por la agricultura migratoria o por la sobreexplotación, cubren con sus diferentes estratos y sotobosque una gran parte del suelo. No hay un estrato herbáceo contínuo; no facilitan el pasaje del fuego y el pastoreo. Estos bosques están frecuentemente, pero no siempre, constituidos por varios estratos, pudiendo ser siempreverdes, semideciduos o deciduos, húmedos o secos.
NHc/NHO corresponde a formaciones latifoliadas mixtas de árboles y gramíneas, con un estrato herbáceo contínuo y donde la cubierta o estrato arbóreo cubre más del 10% de la superficie del suelo (ejemplos: diferentes formas de Cerrado brasileño y de Chaco). Esta división entre bosque denso y formaciones mixtas es más de orden ecológico que fisionómico y no se caracteriza por un nivel de cobertura del suelo por las copas (densidad) ya que, por ejemplo, los árboles de ciertas poblaciones de Cerrado o de Chaco, aseguran una cobertura completa del suelo, como en el caso de los bosques densos.
Una distintición semejante no se da para las formaciones forestales con predominancia de coníferas (NS), ya que no tiene la misma importancia de orden ecológico y es más dificil, si no imposible, de utilizar.
NHCf (o NSf) indica los macizos de bosque denso latifoliado (o bosque de coníferas) que no fueron disturbados (especialmente por la agricultura) en un período reciente (durante los 20 a 30 últimos años). Estos bosques pueden estar manejados o no, primarios o en un estado bastante avanzado de recuperación luego de disturbaciones que datan por lo menos 60 a 80 años (bosques secundarios viejos). Estos bosques pueden haber sido aprovechados una o varias veces y luego haber mantenido sus características de población forestal, con una estructura y composición floristica modificadas, en particular por un empobrecimiento en especies de madera de alto valor. (El factor aprovechamiento se toma en cuenta más adelante en una subdivisión de esta categoría).
NHCa (o NSa)(“barbecho de bosque”) corresponde a todos los complejos de vegetación leñosa que suceden a la agricultura migratoria en bosques densos latifoliados (o bosques de coníferas) y constituidos por un mosaico de diferentes facies de reconstitución del bosque (“matas secundarias”, “bosques secundarios jóvenes”, rodales de Cecropia). En general se incluyen en estas superficies manchas de bosques no perturbados y parcelas de cultivo, debido a la imposibilidad de delimitarlas separadamente en el interior de zonas de extensión de la agricultura migratoria, en particular cuando se trata de interpretación visual de imágenes de satélite. Cuando las condiciones del medio son desfavorables (por ejemplo terreno accidentado) o que el período de lluvias es muy corto, los estragos causados por la agricultura conducen a una degradación tal del sitio que la recuperación del bosque no es posible en un futuro previsible y en consecuencia la vegetación degradada resultante no se incluye en la categoría NHCa (o NSa) sino en formaciones arbustivas (n) o fuera de la clasificación de la vegetación leñosa.
NHCf1 (o NSf1) son los bosques densos de latifoliadas (o bosques de coníferas) “productivos”, manejados o no, en los que sus características, tales como terreno o su reglamentación permiten (o podrían permitir) la producción de madera para la industria (madera de obra, para pasta, postes para minas y otros postes industriales); la distancia a los centros de consumo o de exportación no se tomaron en consideración, o sea, que esta categoría puede incluir bosques económicamente inaccesibles.
NHCf2 (o NSf2) representa los bosques densos latifoliados (o bosques de coníferas) “improductivos”. Fueron divididos en:
NHCf2i (o NSf2i) improductivos por razones físicas, es decir:
aquellos en que la madera no es adecuada para la industria (bosques de árboles achaparrados y deformes, o constituidos por especies monocotiledóneas como las palmeras y las asociaciones de Mauritia);
aquellos en que las condiciones del terreno resultan ser factores limitantes para la explotación (terreno muy accidentado o inundado permanentemente);
NHCf2r (o NSf2r) bosques improductivos por razones legales, es decir, aquellos en que la explotación es prohibida por ley, decreto, reglamento, como por ejemplo parques nacionales, reservas intergrales, reservas de biosfera, etc.
Cuando los bosques pertenecen a la vez a las dos categorías NHCf2i (NSf2i) y NHCf2r (o NSf2r) su superficie se incluye únicamente en esta última.
Cada vez que ello es posible, las mismas divisiones se hacen para las formaciones de latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas (NHc/NHO) entre productivas (NHc/NHO1) e improductivas (NHc/NHO2) y, para esta última categoría, aquellas (NHc/NHO2i) que son improductivas por razones físicas (características de las poblaciones y condiciones del medio) y las (NHc/NHO2r) que lo son por razones legales (por ejemplo incluidas en los parques nacionales).
Las formaciones mixtas de árboles y de gramíneas en las diferentes facies de recuperación después de los estragos causados por la agricultura, se indican con el código NHc/NHOa. Las superficies obtenidas para esta categoría (cuando fue posible estimarlas), generalmente incluyen parcelas de cultivo de formaciones no disturbadas, en virtud de la dificultad de separarlas de aquellas de vegetación secundaria.
NHCf1m (o NSf1m) representan los bosques densos latifoliados (o bosques de coníferas) productivos intensamente manejados. El concepto de manejo intensivo se toma aquí en un sentido riguroso y no sólo implica la aplicación estricta y controlada de reglamentos de explotación sino también de tratamientos silviculturales y de protección contra el fuego y las enfermedades. Estos bosques constituyen la parte productiva del dominio forestal permanente de un país para el cual se aplica el concepto de posibilidad de corta anual.
NHCf1u (o NSf1u) constituyen los bosques densos de latifoliados (o bosques de coníferas) productivos que no están sujetos a un manejo intensivo. Se han dividido en dos grupos:
NHCf1uv (o NSf1uv) representando los bosques densos latifoliados (o bosques de coníferas) productivos (no manejados) “vírgenes”, es decir los bosques primarios o los bosques secundarios viejos, donde no hubo explotación forestal en los últimos 60 a 80 años;
NHCf1uc (o NSf1uc) son aquellos que han sido explotados una o varias veces durante los últimos 60 a 80 años; la mayor parte de aquellos que quedan lo estuvieron de hecho luego de una treintena de años.
nH y nS representan las formaciones en que el elemento leñoso predominante está constituido por arbustos y arbolillos de especies latifoliadas y coníferas respectivamente. En virtud de la falta de datos precisos, no se ha hecho para la mayoría de los países, una subdivisión de estas formaciones. Para las formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, la separación entre aquellas donde los elementos leñosos predominantes son los árboles (NHc/NHO) y aquellas donde son los arbustos (nH), es frecuentemente sólo aproximada.
Una definición simplificada de las diferentes categorías con los símbolos utilizados en la presentación de resultados se da a continuación (en el orden en que aparecen en la tabla de resultados de superficies):
NHCf1uv | : | bosques densos latifoliados productivos no manejados, intactos; |
NHCf1uc | : | bosques densos latifoliados productivos no manejados, explotados; |
NHCf1u | : | bosques densos latifoliados productivos no manejados (intensivamente); |
NHCf1m | : | bosques densos latifoliados productivos manejados (intensivamente); |
NHCf2i | : | bosques densos latifoliados improductivos debido a las características físicas del terreno y del bosque; |
NHCf2r | : | bosques densos latifoliados improductivos debido a razones legales; |
NHCf2 | : | bosques densos latifoliados improductivos; |
NHCf | : | bosques densos latifoliados; |
NHCa | : | “barbecho de bosque denso latifoliado”. |
Las categorías equivalentes en bosques de coníferas tienen los mismos símbolos, con la diferencia de que NHC es reemplazado por NS.
NHc/NHO1 | : | formaciones latifoliadas mixtas, de árboles y de gramíneas, productivas; |
NHc/NHO2 | : | formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, improductivas; |
NHc/NHO2i | : | formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, improductivas debido a las características físicas del terreno y del bosque; |
NHc/NHO2r | : | formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, improductivas debido a razones legales; |
NHc/NHO | : | formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas; |
NHc/NHOa | : | “barbecho” improductivo de formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas; |
nH | : | formaciones (esencialmente) arbustivas de latifoliadas; |
nS | : | formaciones (esencialmente) arbustivas de coníferas. |
2.2 Conceptos y clasificación de las plantaciones
El término plantaciones se usa para designar 1:
los bosques establecidos artificialmente, por repoblación de terrenos que no han tenido bosques anteriormente;
los bosques establecidos artificialmente por reforestación en terrenos que habían tenido bosques en los últimos 50 años. La operación implica el reemplazo del bosque anterior por una masa nueva y esencialmente diferente.
El concepto de plantación, en el sentido utilizado en este estudio, no incluye las masas establecidas por regeneración artificial, que son esencialmente semejantes a las masas originales. Estos bosques regenerados artificialmente forman parte de los bosques densos latifoliados (o bosques de coníferas) productivos, manejados intensivamente (NHCf1m/NSf1m).
Se distingue entre plantaciones industriales (P..1) establecidas total o parcialmente con el objetivo de producción de materia prima para las industrias madereras (madera de obra, para pulpa y postes de minas esencialmente) y las plantaciones no industriales ( u otras plantaciones) (P..2), establecidas con uno o varios objectivos, como los siguientes:
producción de leña y madera para carbón (posiblemente como fuente industrial de energía);
producción de madera rolliza para uso agropecuario y doméstico, en poblaciones rurales en particular;
productos no maderables (como frutas de árboles forestales, caucho, goma arábiga, etc.);
conservación y recuperación de suelos.
Aquellas plantaciones de árboles que en general están fuera de la competencia de los forestales, no fueron tomadas en cuenta. Se trata especialmente de caucheras, palmitos, cocoteros, y plantaciones de sombra para agricultura.
Se distingue entre plantaciones de especies latifoliadas (PH.1/PH.2) y plantaciones de especies coníferas (PS.1/PS.2).
Dentro de las plantaciones de especies latifoliadas se distingue entre las plantaciones de especies de crecimiento rápido (PHH1/PHH2), y las plantaciones de otras especies latifoliadas (PHL1/PHL2). Un crecimiento bruto anual promedio de alrededor de 12 a 15 m3/ha/año constituye el límite entre los dos grupos de plantaciones. Sin embargo, la separación se hace, ante todo, en base a las especies. Así, las plantaciones de Eucalyptus y de Gmelina, se clasifican como plantaciones de rápido crecimiento (PHH1/PHH2), y las de teca en las categorías PHL1/PHL2.
Así, en resumen, se tienen las siguientes categorías:
- | PHL1 | : | plantaciones industriales de especies latifoliadas, diferentes a las de crecimiento rápido; |
PHH1 | : | plantaciones industriales de especies latifoliadas de crecimiento rápido; | |
PH.1 | : | plantaciones industriales de especies latifoliadas; | |
PS.1 | : | plantaciones industriales de especies de coníferas; | |
P..1 | : | plantaciones industriales. | |
- | PHL2 | : | plantaciones no industriales de especies latifoliadas diferentes a las de crecimiento rápido; |
PHH2 | : | plantaciones no industriales de especies latifoliadas de crecimiento rápido; | |
PH.2 | : | plantaciones no industriales de especies latifoliadas; | |
PS.2 | : | plantaciones no industriales de especies de coníferas; | |
P..2 | : | plantaciones no industriales. |
- | PHL = PHL1 + PHL2: | plantaciones de especies latifoliadas diferentes a las de crecimiento rápido; |
PHH = PHH1 + PHH2: | plantaciones de especies latifoliadas de crecimiento rápido; | |
PH = PH.1 + PH.2: | plantaciones de especies latifoliadas; | |
PS = PS.1 + PS.2: | plantaciones de especies de coníferas; | |
P = P..1 + P..2 | todas plantaciones. |
2.3 Conceptos de volumen
En este estudio se utilizan tres conceptos de volumen medio por hectárea o total para los bosques densos de latifoliadas y de coníferas (NHC-NS), así como para las formaciones mixtas de bosques (árboles) y gramíneas productivas (NHc/NHO1), a saber:
- | VOB: | volumen bruto con corteza de fuste limpio (hasta la base de la copa o de la primera rama grande) de todos los árboles vivos de más de 10 cm de diámetro a 1.30 m (o arriba de los contrafuertes si estos tienen una altura superie a la indicada); |
- | VAC: | para los bosques productivos no manejados, intactos (NHCf1uv/NSf1uv/NHc/NHO): volumen realmente comercializado, es decir, el volumen sin corteza de las trozas extraídas del bosque; |
- | AAC: | para los bosques manejados intensivamente (NHCf1m/NSf1m): posibilidad de corta anual bruta, equiparada, en general, a la producción anual corriente. |
En algunos países de la región, las informaciones sobre las áreas de cada tipo de vegetación eran inadecuadas por su carácter anticuado o impreciso, o contradictorias. Fue el caso principalmente en América Central con la excepción de Panamá (donde un inventario forestal nacional de reconocimiento se realizó en 1971). En tales condiciones, se seleccionaron Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y la República Dominicana para la interpretación de las imágenes de satélite. La falta de una cobertura de satélite aceptable para Nicaragua no permitió el mismo trabajo para dicho país. El valor muy elevado de las cifras de deforestación encontradas en la literatura relativa al Paraguay indujo al coordinador del proyecto a decidir también una interpretación de las imágenes satélite de este país (los resultados confirmaron el orden de magnitud de la deforestación mencionado en los documentos consultados - véanse páginas 257–258 de la segunda parte).
El objetivo del trabajo de interpretación de las imágenes de satélite fue la verificación y eventualmente la corrección de las estimaciones hechas antes a partir de la compilación de los mapas y otros documentos disponibles. Debido al carácter general de este estudio a nivel mundial, a la amplitud de las categorías usadas y a la imposibilidad de reunir datos detallados de verificaciones de campo, se limitó a una interpretación visual de las imágenes, más precisamente de las diapositivas a 1/1 000 000 de las bandas 5, 7 y de la composición color estandard de las bandas 4, 5 y 7.
Para el trabajo de interpretación se aprovechó - entre otras - de la experiencia acumulada por el Departamento de Montes de la FAO en el “Proyecto piloto FAO/PNUMA de vigilancia de la cobertura forestal tropical” realizado por este mismo Departamento en tres países de Africa del Oeste (Benin, Camerún y Togo). El especialista en sensores remotos que realizó toda la interpretación (J. Guellec) había participado en este proyecto. Las imágenes fueron únicamente las de los satélites Landsat 1 y 2 de los años 1972 a 1976 que no presentaban una cobertura de nubes mayor de 10% sobre el territorio de los países interpretados. La selección de las imágenes se hizo con la asistencia de la unidad de sensores remotos de la FAO, usando las microfichas de las listas mecanografiadas por país, y los microfilms para la verificación de la calidad de cada imagen y la localización y la distribución de las nubes. La selección se facilitó por el uso del “Mosaico de Centroamérica a escala 1:1 000 000 preparado con imágenes de los satélites Landsat de la NASA”, hecho en el Instituto Geográfico Nacional de Guatemala con la cooperación del U.S. Geological Survey.
Para cada país se reunieron también los documentos útiles para ayudar a la interpretación y substituir a las verificaciones de campo, por ejemplo, mapas de vegetación y forestales, inventarios forestales, descripción de los tipos de vegetación y los mapas aeronáuticos a 1/1 000 000 “USAF Operational Navigation Charts” (especialmente para el dibujo de las fronteras internacionales sobre las imágenes de satélite). La lista de los documentos usados aparece en bibliografía al fin de los resúmenes por país correspondientes en la segunda parte del informe (Costa Rica: p. 101, El Salvador: p. 142, Guatemala: p. 155, Honduras: p. 190, República Dominicana: p. 306, y Paraguay: p. 261).
Interpretación de las imágenes de satélite (LANDSAT) (América Central y Caribe)
REPUBLICA DOMINICANA |
Interpretación de las imágenes de satélite (LANDSAT) (Paraguay)
PARAGUAY
Los objetivos de este proyecto global no incluyen la producción de mapas sino solamente la evaluación cualitativa y cuantitativa de la situación actual y de la evolución de los bosques tropicales. Por otra parte, la delimitación de los diferentes tipos de vegetación a partir de las imágenes de satélite no es indispensable para la estimación de sus áreas, pues se puede hacer estadísticamente a partir de la interpretación de la vegetación en cada punto de una red. Por dichas razones se usó tal sistema para lograr una estimación de la extensión de cada clase de la interpretación. Sobre las diapositivas examinadas con esteroscopio de espejos se aplicó una red transparente sistemática de puntos de 5mm × 5mm con malla en forma de paralelogramo (en las dos direcciones principales de los márgenes de las imágenes). La red de puntos se limita al área efectiva de las imágenes, teniendo en cuenta un traslape lateral medio de 20 por ciento para las áreas tropicales 1 y de 10 por ciento en dirección norte-sur. Antes de la interpretación se marcaron algunas líneas importantes sobre una diapositiva de cada imagen, tales como fronteras internacionales, ríos y vías de acceso importantes para facilitar la orientación.
Se escogió este método después de un análisis comparativo 2 con un procedimiento completo incluyendo la delimitación de las clases de vegetación y el uso posterior de una red de puntos para la estimación de las áreas. Las diferencias relativas a nivel de cada categoría como “bosque denso”, “bosque abierto”, “bosque degradado”, no fueron sistemáticas y no superaron el 4 por ciento cuando se presentaron en grandes extensiones. Las diferencias fueron mayores y sistemáticas para categorías representadas en forma de manchas diseminadas de dimensiones reducidas: en este caso no se delimitan las manchas más pequeñas y el área total de las categorías correspondientes es subestimada, mientras en la estimación con interpretación por puntos no hay sesgo.
Otra ventaja de este método estadístico es la reducción del error personal del interpretador en la delimitación de las clases, particularmente en las zonas de transición donde en muchos casos la localización de los límites tiene un carácter subjetivo.
La clave de interpretación fue compatible con la clasificación general usada en este proyecto (véase párrafo 2.1.3). Se introdujeron las separaciones siguientes:
bosques (con predominancia) de latifoliadas/bosque (con predominancia) de coníferas (pinos);
bosques densos de latifoliadas/formaciones mixtas de árboles y gramíneas (especialmente en el caso del Paraguay);
bosques densos no alterados por la agricultura/bosques densos alterados por la agricultura (“barbecho de bosque”).
Otras distinciones (por ejemplo entre formaciones mixtas arboladas y formaciones mixtas arbustivas) se hicieron en base a los mapas ecológicos o de vegetación existentes. Los manglares y las grandes extensiones de formaciones arboladas pantanosas también fueron identificadas. Otras distinciones, como la separación entre bosques productivos y bosques improductivos, o entre bosques vírgenes y bosques aprovechados no fueron posibles por interpretación de las imágenes Landsat; las estimaciones correspondientes se determinaron a partir del análisis de otros documentos.
En total se interpretaron 55 imágenes para un área total estudiada de 68.2 millones de ha. y un número total de puntos interpretables de 27 000 aproximadamente, correspondiendo a: todo el área de El Salvador, 99% de Paraguay, 91% de Guatemala, 87% de Honduras, 85% de Costa Rica y 70% de la República Dominicana. Las superficies no estudiadas no fueron cubiertas por imágenes de calidad aceptable o cubrieron una proporción insignificante de imágenes que no fueron adquiridas.
La comparación entre las estimaciones a partir de la compilación de los informes disponibles y aquellas obtenidas por la interpretación de las imágenes de satélite, ajustadas a la misma fecha, dieron los siguientes resultados para los países de América Central:
bosques densos latifoliadas: pequeña diferencia para Costa Rica (+1.4%) 1 y Honduras (- 3.5%), diferencia significativa para Guatemala (+ 27.5%) y El Salvador (+ 87.1%): en los dos últimos casos se seleccionaron las estimaciones de áreas boscosas más pequeñas obtenidas a partir de la compilación de los documentos;
bosques de coníferas: la diferencia fue insignificante para El Salvador, más importante para Guatemala (+ 9.7%) y significativa para Honduras: en este último caso también se usó la estimación más pequeña obtenida a partir de la compilación de los informes, la cual podría comprobarse más tarde como algo baja;
conjunto de formaciones arboladas abiertas y matorrales: las estimaciones son iguales (con variación menor del 10 por ciento) tanto para Guatemala como para Honduras, pero la interpretación de las imágenes de satélite da una estimación significativamente más alta en el caso de Costa Rica y de El Salvador. Se puede explicar en parte por la difícil separación de este conjunto de formaciones de las áreas de cafetales y las otras plantaciones arboladas agrícolas, y en parte por la dificultad de introducir un porcentaje mínimo de cobertura leñosa en la interpretación visual de las imágenes de satélite.
En el caso de la República Dominicana las estimaciones de áreas obtenidas por interpretación de las imágenes de satélite correspondieron solamente a 70% del territorio y su uso fue restringido únicamente para consolidar los datos del inventario forestal nacional realizado de 1969 a 1971 en las partes interpretadas.
Los resultados obtenidos para el Paraguay se comparan con otras estadísticas (páginas 256–257 de la segunda parte). Se puede decir en forma general, que se comprobaron tendencias alarmantes ya indicadas por otros autores.
4.1 Resúmenes por país
En el capítulo 3 de esta parte del informe se da una síntesis de los resultados obtenidos para los 23 países de la América tropical estudiados, mientras que la segunda parte contiene una presentación país por país (resúmenes por país).
Los 23 países estudiados son:
todos los países de América del Sur (9 en total más la Guyana Francesa) con la excepción de los tres países del cono sur (Argentina, Chile y Uruguay):
México y todos los países de Centroamérica (8 en total);
las islas grandes del Caribe tropical, es decir: Cuba, Haití, Jamaica, República Dominicana y Trinidad y Tobago (5 en total).
4.1.1 Texto
El formato es uniforme para todos los países. La situación actual de los recursos forestales y las tendencias actuales se presentan en dos secciones, cada una dividida entre una parte sobre la vegetación leñosa natural y una otra sobre las plantaciones.
Después de una descripción de la composición y de la fisionomía de los varios tipos de vegetación leñosa natural, (párrafo 1.1.1), se estiman las áreas de vegetación leñosa a fines de 1980 y se da información sobre la propiedad, el estatuto legal, el manejo y el aprovechamiento del bosque (párrafo 1.1.2). La interpretación de los inventarios forestales disponibles permite una estimación a nivel nacional de los volúmenes en pie a fines de 1980 (párrafo 1.1.3).
Una introducción de tipo histórico (párrafo 1.2.1) precede a la estimación de las áreas de plantaciones forestales a fines de 1980, sea industriales u otras, por categorías de especies y clases de edad (párrafo 1.2.2). En el párrafo 1.2.3 se dan algunas características cuantitativas de las plantaciones, especialmente con respecto al incremento promedio anual.
En la sección 2.1 se introduce una distinción importante en la evolución de la vegetación leñosa natural: de una parte, la deforestación estrictamente hablando (párrafo 2.1.1), es decir, la conversión del bosque a uso agropecuario (permanente o migratorio) u otros usos; y, de otra parte, la degradación de las formaciones leñosas, especialmente las mixtas de árboles y gramíneas, como consecuencia de otros factores tales como los incendios, el sobrepastoreo, la sobreexplotación para leña y carbón vegetal, etc. (párrafo 2.1.2). En la mayoría de los casos la degradación no es tanto una reducción de las áreas de vegetación leñosa, como una disminución progresiva de las existencias, una modificación de la composición botánica y una degradación de los suelos. Desafortunadamente dichos procesos muy raramente se cuantifican y nunca a nivel nacional o regional. Teniendo también en cuenta la evolución del aprovechamiento descrita en el párrafo 2.1.3, se hacen proyecciones de las áreas y existencias para fines de 1985.
Finalmente, en la sección 2.2 se indican los programas de plantaciones forestales y el nivel probable de realización para los años 1981 a 1985, lo que permite hacer proyecciones de áreas plantadas por categoría para fines de 1985.
Una bibliografía al fin del resumen de cada país hace la lista de los documentos principales sobre los cuales se ha basado la evaluación de los recursos forestales y de su evolución. La fecha de las referencias es particularmente importante en este estudio y es la razón por la cual se presentan en el orden cronológico.
Los 23 países estudiados de América tropical | ||
Centroamérica y México | ||
1. | México | |
2. | Costa Rica | |
3. | El Salvador | |
4. | Guatemala | |
5. | Honduras | |
6. | Nicaragua | |
7. | Panamá | |
CARICOM | ||
8. | Belize | |
9. | Guyana | |
10. | Jamaica | |
11. | Trinidad y Tobago | |
Otros de Caribe | ||
12. | Cuba | |
13. | Guyana Francesa | |
14. | Haití | |
15. | Republica Dominicana | |
16. | Surinam | |
Sudamérica Latina tropical | ||
17. | Bolivia | |
18. | Brasil | |
19. | Colombia | |
20. | Ecuador | |
21. | Paraguay | |
22. | Perú | |
23. | Venezuela |
4.1.2 Cuadros
En adición a varios cuadros relacionados a aspectos secundarios hay un núcleo de cuadros básicos que ilustran el texto de todos los resúmenes, que se describen a continuación:
“Areas de vegetación leñosa natural estimadas a fines de 1980” (párrafo 1.1.2). Este cuadro muestra las áreas (redondeadas a las mil hectáreas más próximas) de las categorías de vegetación leñosa de acuerdo a la clasificación presentada en la sección 2.1 de este capítulo. Para la mayoría de los países de América tropical no fue posible la separación entre las diferentes clases de formaciones (NHc/NHO), por falta de datos precisos. Sin embargo sistemáticamente se distingue para las áreas de bosque denso de latifoliadas y de bosque de coníferas entre bosque y “barbecho de bosque”. Dentro de la primera categoría (bosque propiamente dicho) se dan las áreas para las varias clases de producción, manejo y aprovechamiento. Las estimaciones de áreas a fines de 1980 se derivan a partir de las áreas a una fecha anterior de referencia - que puede ser la de un inventario o reconocimiento o mapeamiento a nivel nacional - usando las cifras de deforestación (presentadas en detalle en la sección 2.1 del resumen) en el período entre dicha fecha de referencia y 1980. Las estimaciones así obtenidas se justifican con comentarios y explicaciones que siguen al cuadro.
“Volúmenes en pie estimados a fines de 1980” (párrafo 1.1.3) En base a las estimaciones de áreas del cuadro anterior y a los promedios por hectárea de volumen bruto (VOB) y de “volumen actualmente comercializado” (VAC) (redondeados al m3 más próximo) derivados de los resultados de inventario forestal y otros datos, se obtienen volúmenes totales en millones de m3 para las formaciones de bosque denso de latifoliadas y bosque de coníferas, y para las formaciones abiertas productivas (NHc/NHO1) cuando han sido identificadas. No se ha intentado estimar volúmenes promedios y totales de las formaciones secundarias de “barbecho” (NHCa, NSa) debido a la gran heterogeneidad de las categorías correspondientes y a la falta de datos de volúmenes. Por las mismas razones no se han estimado tampoco los volúmenes de las formaciones abiertas no productivas y de las formaciones de matorral (nH).
La estimación del “volumen actualemente comercializado” (VAC) en las formaciones densas se hizo únicamente para los bosques productivos “vírgenes” (NHCf1uv, NSf1uv) ya que se conoce bastante bien el volumen aprovechado por hectárea. Los bosques densos ya aprovechados (NHCf1uc, NSf1uc) también tienen un volumen aprovechable y, de hecho, en algunos casos existen bosques que han sido “descremados” dos o más veces. Sin embargo, es muy difícil, sino imposible, estimar el volumen comercial promedio que queda en los bosques ya aprovechados.
Cuando no hubo información precisa sobre el volumen bruto (VOB) de los bosques densos productivos aprovechados (NHCf1uc, NSf1uc) se asumió que es igual al volumen bruto original (del bosque “virgen”) menos dos veces el volumen de las trozas extraídas (2 × VAC), que representa en promedio el volumen bruto de los árboles derribados. Tal simplificación asume una compensación entre el daño sufrido por el bosque (factor negativo) y el crecimiento natural de los bosques después de la corta (factor positivo).
“Areas de plantaciones establecidas a fines de 1980” (párrafo 1.2.2) Para las plantaciones industriales y no industriales y el conjunto de las plantaciones, se dan las áreas plantadas con éxito hasta fines de 1980 en miles de hectáreas (generalmente redondeando a las cien hectáreas más próximas) por especies o categorías de especies y por clases de edad. Las estimaciones corresponden a superficies netas, es decir, después de una reducción eventual para tener en cuenta el nivel de realización de los programas, la reposición parcial de plantaciones no exitosas o ya explotadas, y el fracaso total de algunas plantaciones. En ningún país de América tropical hay un inventario detallado a nivel nacional de las plantaciones, por lo cual la estimación de la situación actual es difícil. En ciertos casos, para fines comparativos, se han mencionado también los datos brutos encontrados en los documentos.
Algunas plantaciones ya han sido explotadas y replantadas, o han brotado de cepa. En esos casos se dan las distribuciones por clases de edad a partir de las fechas de la primera plantación, y también a partir de la edad de la nueva generación de plantaciones.
“Deforestación promedia anual” (párrafo 2.1.1) Este cuadro indica las áreas de bosque denso deforestado anualmente en los últimos cinco años (1976–80) y las proyecciones para los próximos cinco años (1981–85). El concepto de deforestación - como se ha dicho antes - implica la tala rasa de los bosques para otro uso que forestal (esencialmente agropecuario) y su reemplazo eventual, después de algunos años, por una vegetación secundaria.
Un bosque aprovechado pero no ocupado después por la agricultura cambia de categoría (de NHCf1uv o NSf1uv a NHCf1uc o NSf1uc) pero no es “deforestado” al sentido de este estudio, aún si el volumen explotado es proporcionalmente alto (en la mayoría de los bosques densos latifoliados de América tropical la corta es muy selectiva y el volumen aprovechado no supera los 15 m3 por hectárea). Estos cambios de bosque virgen a bosque aprovechado no se reflejan en el cuadro. Para determinar el área de bosque primario convertido anualmente por el desmonte y por el aprovechamiento forestal, se debe añadir a la cifra indicada en el cuadro, la superficie de bosque virgen nuevamente aprovechada cada año.
En el texto del párrafo 2.1.1 de cada resumen por país, también se dan indicaciones del cambio del bosque denso (NHCf o NSf) al “barbecho” de bosque (NHCa o NSa) (en el caso de la agricultura migratoria en terrenos no accidentados que permiten una recuperación de los suelos después de los años de cosecha).
La destrucción de las formaciones arboladas abiertas (NHc/NHO) también se señala en este párrafo. Sin embargo, la falta de tiempo disponible no ha permitido para muchos países un análisis detallado de esos procesos, y la cuantificación de los cambios dentro de la categoría NHc/NHO, lo cual incluye - tal como la categoría nH - una parte de barbecho (NHc/NHOa propiamente dicho).
“Areas de vegetación leñosa natural estimadas para fines de 1980” - “Volúmenes en pie estimados para fines de 1985” (párrafo 2.1.3).
Estos cuadros son similares a los de los párrafos 1.1.2 y 1.1.3. Indican las áreas y volúmenes correspondientes tales como fueron obtenidos en base a las estimaciones de deforestación en los próximos cinco años y a otras evaluaciones relativas a la conservación y al aprovechamiento de los bosques en el período 1981–85.
“Areas de plantaciones establecidas estimadas para fines de 1985”. (Sección 2.2).
Esos cuadros tienen el mismo formato que los cuadros del párrafo 1.2.2 y toman en cuenta las áreas de plantaciones establecidas proyectadas para el quinquenio 1981–85, en base a los programas existentes o planificados y a las posibilidades financieras y otras en cada país.
4.2 Resultados a nivel regional
La presentación de los resultados a nivel regional, que figura en el capítulo III de la primera parte, sigue el mismo esquema como los resúmenes por país. En los cuadros los países aparecen horizontalmente y se agrupan en las cuatro siguientes subregiones:
México y Centroamérica (7) | : | México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras Nicaragua, Panamá; |
CARICOM (4) | : | Belize, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago; |
Otros del Caribe (5) | : | Cuba, Guyana Francesa, Haití, República Dominicana, Surinam; |
Sudamérica Latina tropical (7) | : | Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela. |
Los 23 países 1 estudiados, en orden alfabético son: Belize, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Guyana Francesa, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela. Cubren en total alrededor de 16.797.000 km2, de los cuales 14.094.000 corresponden a los 10 países de América del Sur y 2.703.000 a los 13 países de Centroamérica (incluyendo México) y del Caribe. Seis países, Brasil (aprox. 851.000 km2), México (aprox. 197.000 km2), Perú (aprox. 129.000 km2), Colombia (aprox. 114.000 km2), Bolivia (aprox. 110.000 km2) y Venezuela (aprox. 91.000 km2) representan en conjunto cerca del 89% del área total estudiada.
Los tres países del cono sur (Argentina, Chile y Uruguay) no fueron incluidos en el estudio por su carácter mayormente templado o subtemplado.
Tampoco se han incorporado en esta primera fase 18 países o territorios tropicales del Caribe: Anguilla (Gran Bretaña: GB), Antigua, Aruba (Holanda), Barbados, Curaçao (Holanda), Dominica, Grenada, Guadalupe (Francia), Islas Caymán (GB), Islas Turks y Caicos (GB), Islas Vírgenes (E.U.A.), Islas Vírgenes (GB), Martinica (Francia), Montserrat, Puerto Rico (E.U.A.), Saint Kitts - Nevis, Santa Lucía y San Vicente. Con la excepción de Puerto Rico, la extensión de cada uno es inferior a la de Trinidad y Tobago (5 130 km2), el país estudiado más pequeño. El área total cubierta por esos territorios es de 17 000 km2 (de los cuales 8 900 km2 corresponden a Puerto Rico) o sea, uno por mil del área total estudiada.
El punto más septentrional del área estudiada, en la frontera entre los Estados Unidos y México tiene una latitud aproximada de 32° 45' N y el punto más al sur, la frontera entre Brasil y Uruguay en el Océano Atlántico, tiene una latitud de alrededor de 33° 40'S. Sin embargo, más del 90% del área estudiada se encuentra entre los dos trópicos de Cáncer (23°27'N) y de Capricornio (23° 27'S). Dos de los países estudiados tienen una proporción significativa de su territorio fuera de la faja intertropical, i.e. México y Paraguay, mientras solamente un 7% del territorio del Brasil está al sur del trópico del Capricorno.
Hay muchas síntesis sobre la geografía física de América tropical que pueden usarse en relación con este informe sobre los recursos forestales. Las breves descripciones que se dan a continuación tienen solamente por objeto presentar a grandes rasgos el cuadro físico general de América tropical, y han sido tomadas de la publicación FAO “Prácticas de plantación forestal en América Tropical” por C.M. Flinta.
La fisiografía puede presentarse esquemáticamente como la reunión de los elementos siguientes:
"La cordillera de los Andes, que, extendiéndose a lo largo del Pacífico, en América del Sur, parece continuar en México con la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental y las formaciones montañosas de las Antillas; las tres mesetas de México, Guayanas y Brasil (también conocida con el nombre de “Escudo Brasilero”). Estos relieves encierran las extensas cuencas del Orinoco, del Amazonas y del Plata, que se proyectan hacia los mares formando deltas y tierras bajas inundables.
"La cadena de montañas sobre la costa del Pacífico está formada por dioritas del período cretáceo: los Andes superiores son principalmente rocas ígneas del período terciario, medio y superior, y paleozoico primitivo. Los suelos son litosoles, desiertos grises y aluviales, como, por ejemplo, el altiplano de Bolivia, caracterizándose por un contenido muy bajo en fósforo, agravado por la presencia de muy poco nitrógeno orgánico, lo que restringe sensiblemente el crecimiento de la vegetación. En México, la Sierra Madre Oriental es una formación neocretásica, y la Sierra Madre Occidental es una roca efusiva ígnea. Las montañas de América Central, especialmente las de Honduras, son en su mayoría tierras calizas, calcáreo-arenosas, con una capa de suelo de 10 cm., susceptible a la erosión.
"La meseta central de Brasil es un complejo arcaico cristalino de origen muy antiguo. En el norte y oeste hay areniscas, que dan origen a los “chapadoes” o sabanas; en el norte también se encuentran piedras calizas, y en el sur, rocas basálticas; los suelos son lateritas y podsoles rojos; los suelos rojos son estratos originados en el período permatriásico. Los bosques cubren, por lo general, los valles y representan del 25 al 40 por ciento de la superficie total, con tendencia natural a extenderse.
"La meseta de las Guayanas está formada por rocas cristalinas, graníticas y gneiss, con capas de arenisca en la sabana, y de pizarra, precámbrica arcaica, también del complejo arcaico cristalino, con suelos lateríticos y podsólicos rojos, cruzados en algunos lugares por materiales ígneos, diabasa.
"La cuenca del Orinoco es de origen cuaternario con suelos bajos aluviales que pasan progresivamente desde los limos a gravas, formando los llanos.
"En la cuenca del Amazonas, también de origen cenozoico, más del 40 por ciento de los suelos son bajos, aluviales, sobre rocas cristalinas, llamados “varzeas”, a una altitud de 0 a 100 m sobre el nivel del mar. Están sujetos a inundaciones periódicas, con el resultado de una considerable sedimentación de limo y formación de suelos ricos, donde prosperan interesantes especies forestales. Hay diferencias de niveles, entre noviembre y mayo de 10 a 16 m. en los ríos, en Puerto Velho, y de 2,4 m. en Zingú. Las regiones de los “igapó” están también sujetas a inundaciones más o menos prolongadas pero las aguas son de rebalse y sin limo en suspensión y las características forestales son diversas. Más del 28% de la cuenca se halla entre 100 y 200 m. de altitud y la superficie remanente por lo general no excede los 300 m. Las tierras altas están formadas por arcillas y arenas del período del mioceno al cuaternario y también por residuos lacustres más viejos que los Andes. Las arenas generalmente bordean las costas de los ríos y forman las elevaciones menores. La “terra ferma”, abriéndose en forma de arco, alcanza el río a la altura de Obidos y no está sujeta a inundaciones. Una primera terraza terciaria está formada por tierra franca pesada, de arcilla grisácea y amarillenta, sometida a rápida laterización, especialmente si se pierde la cubierta vegetal. Más arriba, el terreno es de origen volcánico, franco, rojo y profundo.
"La cuenca del Plata está formada por la hoya del Chaco en el norte que después del desdoblamiento de los Andes en el período terciario, estuvo cubierta por el mar, siendo hoy una llanura aluvial con depresiones sujeta a inundaciones; el substratum es roca cristalina con afloramientos en la zona oriental. Hacia el este y el sur, se halla la formación entrerriana bordeando el río Paraguay, entre el Paraná y el Uruguay, formada por capas sedimentarias del período terciario superior y aluviales del período cuaternario, encontrándose hacia el este con el complejo arcaico del Uruguay.
"A lo largo de las costas son frecuentes las tierras bajas inundables. La península de Yucatán es una formación del mioceno y antropozoica que se continúa a lo largo de la costa del Golfo. Los manglares, en los trópicos, se desarrollan sobre ambas costas del continente, y consisten en un tipo definido de vegetación. El Amazonas y el Paraná forman extensos deltas sujetos a inundaciones de aguas de río.
“Debido a la extensión y al relieve se hallan en América Latina toda clase de climas: por un lado, regiones subtropicales a tropicales que forman desiertos absolutos en la costa del Pacífico desde Perú a Chile, o bosques pluviales en el Amazonas; por otro lado, regiones frías con zonas de muy elevada precipitación en los Andes”.
Se emplean varias fórmulas climáticas para clasificar las regiones. Varios países de América Latina tienen mapas usando los tipos climáticos según Thornthwaite y Pleuman basados en la “precipitación y temperatura efectiva”. En América Central y en la parte norte de América del Sur se ha seguido frecuentemente la clasificación de Holdridge a partir de la bio-temperatura media anual, del promedio de precipitación total anual y la evapotranspiración.
El cuadro climático de América Latina puede ser resumido como sigue:
"Hay una amplia provincia pluvial, según la terminología de Thornthwaite, árida y subárida que corre desde la meseta patagónica - en diagonal - a la costa pacífica del suroeste de Ecuador; otra región muy amplia en el norte y centro de México. Aquí la estación seca dura de 7 a 8 meses. Hay también otra faja a lo largo de la costa de Venezuela y en el nordeste de Brasil, la zona denominada “polígono das secas”. En el otro extremo se encuentra una región de superhúmeda a húmeda que corre desde la costa atlántica del Brasil a América Central. Las precipitaciones se caracterizan, en la mayor parte, por la presencia de inviernos secos con excepción del noreste del Brasil, donde los veranos son más secos; en la costa atlántica desde Bahía a la región sur de la provincia de Buenos Aires, son más uniformes; en la región amazónica hay una variación estacional muy pequeña; sin embargo, aquí las lluvias no son factores limitantes para el crecimiento de la vegetación.
“En extensas zonas tropicales y subtropicales, y sobre tierras planas, hay pequeñas diferencias de temperaturas medias (3°C) entre los meses más cálidos y más fríos, y los promedios anuales son de 22° a 25 °C; por otra parte, en esta región la diferencia entre el día y la noche puede ser de 11°C. por término medio. La topografía hace variar las temperaturas, generalmente a razón de 6°C. cada 1.000 m. de diferencia a una misma latitud, si bien pueden contribuir otras variables, tales como la exposición, los vientos y la slluvias. Estas fajas climáticas llevan designaciones locales en los diversos países”.
La población 1 de los 23 países estudiados totalizó 313 millones de habitantes en 1979, de los cuales aproximadamente 119 millones (38%) constituyen la población agrícola, es decir, “todas las personas que dependen de la agricultura para su subsistencia”, o sea, “todas las personas activamente ocupadas en la agricultura y sus familiares a cargo que no trabajan”. Mientras la población total de los 23 países creció en promedio de 2.89% por año entre 1975 y 1979 la tasa de crecimiento anual de la población rural fue solamente de 0.93% durante el mismo período, es decir, con un crecimiento absoluto anual de 1 100 000 personas (alrededor de 200.000 familias). En consecuencia, la proporción de la población agrícola se redujo del 41.18% en 1975 a 38.13% en 1979.
El crecimiento de la población agrícola es más alto (mayor de 1.5% por año) en los países de América Central (con excepción de Costa Rica y Panamá), en República Dominicana, Bolivia, Ecuador y Paraguay. La población agrícola se ha reducido en términos absolutos en Cuba, Jamaica, Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam, Colombia y Venezuela. En los otros países el crecimiento anual varía entre 0.5% y 1.5%. Centroamérica y México es la subregión con el mayor crecimiento relativo de la población rural (+1.31% o 475 000 personas más por año) mientras la población agrícola del grupo CARICOM (Belize, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago) se reduce en 1.26% (o sea, 11 000 personas) cada año.
1 Los datos de este párrafo son del “Anuario FAO de producción - 1979” (volumen 33).
1.1 Vegetación leñosa natural
1.1.1 Tipos de vegetación
América del Sur
Se han utilizado ampliamente para este estudio dos excelentes trabajos sobre la vegetación de América del Sur, a saber, “Los bosques de Sudamérica-Ecología, composición e importancia económica” por K. Hueck (con un “Mapa de la vegetación de América del Sur” a escala 1/8 000 000), y el “Mapa de la vegetación de América del Sur” a escala 1/5 000 000 preparado para la Unesco por el “Institut de la Carte Internationale du Tapis Végétal” (C.I.T.V.Tolosa, Francia). El primer trabajo constituye un bosquejo fitogeográfico a pequeña escala. El segundo se realizó por interpretación de las imágenes de satélite y radar dentro del marco de la “Clasificación internacional y cartografía de la vegetación” de la Unesco (1973).
Se dan a continuación las superficies de las regiones fitogeográficas para el conjunto de los 10 países tropicales de América del Sur, estimadas por aplicación de una red de puntos de 5mm × 5mm en el mapa de Hueck. Se han indicado solamente las regiones que tienen una componente significativa de vegetación leñosa, así como los códigos (usados en este estudio) de las formaciones leñosas de mayor extensión en cada región. Se deben tener en cuenta las observaciones siguientes para el uso de esas estimaciones de áreas:
cada región fitogeográfica se caracteriza por ciertas formaciones leñosas naturales, pero incluye también las formaciones secundarias correspondientes, y áreas sin vegetación leñosa, como zonas de agricultura o postoreo permanente;
la medición de las áreas por aplicación de una red de puntos de 5mm × 5mm en un mapa a escala 1/8 000 000 no permite una estimación muy precisa de las regiones de pequeñas áreas, especialmente los manglares.
Se hizo una estimación de la misma manera de las superficies de las clases de vegetación en el mapa de la Unesco (C.I.T.V.) y las cifras correspondientes se dan en un segundo cuadro. Esas cifras deben interpretarse en forma diferente de las del cuadro anterior por las razones siguientes:
en el mapa de la Unesco (C.I.T.V.) se indican las zonas cubiertas en su mayoría por formaciones secundarias (“en barbecho”), bajo la denominación “mosaico de formaciones alteradas por el hombre y por los cultivos”. Las áreas extensas de agricultura permanente también se diferencian: eso permite una evaluación global mejor de las áreas de vegetación leñosa intacta a la fecha de las imágenes, es decir, en 1974 aproximadamente para las regiones cubiertas por imágenes de satélite, y a una época anterior para las otras regiones;
en el cuadro se agrupan clases del mapa cuando cubren áreas poco significativas, o cuando no difieren significativamente con respecto a la sinusia leñosa;
las clases “vegetación graminoide alta inundada” y “Pantanal” tienen una cubierta leñosa muy parcial;
como ocurre también en el caso del mapa de Hueck, las estimaciones de las superficies de las pequeñas formaciones (como las de Podocarpus - código Unesco: IA2b (2) o los manglares) no pueden ser más que indicativas.
Es interesante comparar, para los 10 países tropicales de América del Sur, el área total del conjunto de las clases de vegetación leñosa del mapa de la Unesco (1 181 300 miles de hectáreas aproximadamente) con el área total de vegetación leñosa (incluyendo vegetación en “barbecho”) estimada por este proyecto al fin de 1980 (“N + n”: 1 027 000 miles de hectáreas aproximadamente). Esta diferencia de 13% puede explicarse en parte por la generalización de la delineación en el mapa de las clases de vegetación - las cuales incluyen áreas agrícolas u otras áreas desarboladas - y en parte por las fechas diferentes de estimación.
América Central, México y el Caribe
El área total de los 13 países estudiados de América Central, México y el Caribe es de 270 millones de hectáreas aproximadamente, de las cuales México representa el 73%. La vegetación leñosa de México ha sido estudiada por muchos autores en gran detalle; en las páginas 201 a 205 de este informe se da un resumen. Aparentemente no se dispone de una presentación cartográfica global de la vegetación de América Central similar a las que existen para la América del Sur. Para obtener mayor información, deben consultarse las descripciones en los resúmenes por país (véase segunda parte del informe).