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Primera parte
SINTESIS REGIONAL

por

J.P. Lanly

Capítulo I

INTRODUCCION

1. ANTECEDENTES DEL ESTUDIO

La magnitud de la deforestación y de la degradación de la vegetación forestal en las zonas tropicales y sus consecuencias alarmantes sobre los aspectos productivos y protectores del bosque, hacen particularmente necesarios programas de vigilancia de los recursos forestales tropicales tanto a nivel nacional, como a niveles regional y global. Mientras a nivel nacional son la responsabilidad de los países mismos, a niveles mundial y regional los organismos internacionales especializados tienen que tomar iniciativas de tal modo que la comunidad internacional y los gobiernos sean informados en forma continua sobre la situación y la evolución de la cobertura forestal del planeta. Es la razón por la cual la FAO y el PNUMA, de acuerdo con las recomendaciones de la Conferencia de Estocolmo, iniciaron a fines de 1978 - dentro del marco del Sistema Mundial de Vigilancia del Medio Ambiente (GEMS) - un programa conjunto de evaluación de los recursos forestales tropicales a nivel mundial, cuyos primeros resultados se presentan en este informe.

Desde más de treinta años la FAO realizó evaluaciones de los recursos forestales a niveles regional y mundial, en conformidad con su mandato. Su primera encuesta mundial fue publicada en 1948. Luego, una recomendación del sexto período de sesiones de la Conferencia de la FAO (1951) propuso a esta organización recoger y publicar la información oficial disponible sobre recursos forestales, con intervalos de cinco años. Así la FAO publicó las tres ediciones del Inventario Forestal Mundial para los años 1953, 1958 y 1963, basadas en la recopilación de cuestionarios completados por las instituciones forestales nacionales. Por diversas razones, relacionadas con la variedad de conceptos y clasificaciones empleadas por los países, así como por la falta general de confiabilidad y de actualidad en las cifras proporcionadas, este procedimiento fue sustituído por evaluaciones regionales a partir de la compilación de documentos recogidos con este fin. Dos de estos documentos se relacionan con las regiones tropicales: “Forest Resources of Africa” por R. Persson1 (1975) y “Forest Resources in the Asia and Far East” (1976). Con ocasión del cuarto período de sesiones del Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos de la FAO (1976), A. Sommer escribió un “ensayo de una estimación de los bosques húmedos tropicales del mundo”, que fue publicado en el número doble No. 112–113 (volumen 28) de Unasylva (1976). En 1978, para las necesidades de un estudio acerca de las tendencias y las perspectivas del consumo, de la producción y del comercio de la madera en el mundo, la FAO realizó una rápida reevaluación sobre la situación y la evolución posible de los recursos forestales en la mayoría de los países en vía de desarrollo (casi todos tropicales). Una parte de los resultados fue publicada en el documento “Bosques y Plantaciones en el Trópico: Superficie Actual y Futura” por J.P. Lanly y J. Clement (1979).

Hasta donde sabemos, no existen otros estudios cuantitativos sistemáticos país por país sobre los recursos forestales tropicales a niveles regional o global. El “Weltforstatlas”, publicado por el Instituto Federal de Investigación Forestal de Reinbek (República Federal de Alemania) representa un trabajo cartográfico importante que, sin embargo, no refleja la situación actual de la cubierta forestal tropical, ya que en su mayoría fue publicado entre los años 1955 y 1972. Hay recopilaciones cartográficas a niveles regional y global, entre las que se pueden mencionar: el mapa fitogeográfico para Sudamérica elaborado por Hueck y los mapas realizados bajo el auspicio de Unesco para Sudamérica (por el “Institut de la Carte Internationale du Tapis Vegetal” - Tolosa - Francia) y para Africa al Sur del Sahara (por el Profesor F. White - Oxford). En varios documentos se ha tratado de hacer estimaciones globales para apoyar teorías y opiniones sobre diversos temas (deforestación, ciclo del carbono, fuentes energéticas), los que a menudo han resultado demasiado apresurados y basados en datos escasos y extrapolaciones discutibles.

1 Aunque se publicó fuera de la FAO, el trabajo fue iniciado y en gran parte realizado dentro del Departamento de Montes de esta Organización.

2. OBJETIVOS DEL ESTUDIO

Los objetivos, según se estipula en el documento original (en inglés) del proyecto firmado entre la FAO y el PNUMA, son los siguientes:

3. ACTIVIDADES DEL PROYECTO

3.1 Fase preliminar

De hecho el estudio preliminar fue muy útil por varias razones:

3.2 Fases del trabajo

Se pueden distinguir cuatro fases principales del trabajo para cada una de las tres regiones tropicales. Las actividades se iniciaron con tres meses de intervalo en el orden cronológico siguiente: América, Africa y Asia. Los programas de trabajo respectivos se han sobrepuesto durante casi toda la duración del proyecto, que terminó en Junio de 1981 con la publicación del último informe.

El trabajo para América tropical se desarrolló de la manera siguiente:

  1. fase de colección de la información (Enero – Mayo 1979) que incluyó:

  2. fase de interpretación y compilación de las informaciones recogidas (Junio 1979 – Febrero 1980), constituida por:

  3. comprobación de los resultados por las instituciones forestales nacionales (Junio – Octubre 1980): la primera versión de los resúmenes por país fueron enviados oficialmente a las instituciones forestales respectivas para sus observaciones:

  4. elaboración del informe final (Noviembre 1980 – Enero 1981) que incluyó:

En total el trabajo necesitó 25 meses de personal profesional, distribuidos como sigue:

Capítulo II

METODOLOGIA

1. INTRODUCCION

Un elemento fundamental a partir del cual la metodología de este trabajo ha sido elaborada consiste en el hecho de que existen informaciones cuantitativas y cualitativas sobre el recurso forestal tropical y su evolución, a la vez, abundantes, diseminadas y muy heterogéneas. Cada uno de estos calificativos amerita aclaración. El primero puede parecer paradójico. Son muchas las personas que estiman que los datos son escasos. Pero son las mismas personas que a menudo no se toman el tiempo o no lo tienen para recoger esos datos y después interpretarlos.

La explicación principal de la dificultad en conseguir esos datos se relaciona con el segundo calificativo que ha sido usado, es decir, la diseminación de esta información. De hecho, existen datos no solamente en las instituciones forestales nacionales e internacionales, sino también en una multitud de otras dependencias grandes y pequeñas: institutos geográficos (incluyendo las secciones de sensores remotos), oficinas de estadísticas agrícolas, institutos de colonización y de planificación del uso de la tierra, muchas universidades e institutos de investigación en los países mismos o en los países desarrollados (trabajos de investigación, tesis), oficinas de consultoría, etc. Sobre el particular, es útil destacar los estudios cartográficos temáticos a niveles regional, nacional y subnacional que se han multiplicado en los años setenta, con el uso de los sensores remotos (imágenes de los satélites Landsat y de radar a visión lateral). Entre los ejemplos más importantes en América tropical se pueden citar: el “Mapa de la vegetación de América del Sur” (1/5 000 000) hecho por el “Institut de la Carte Internationale du Tapis Végétal” (Francia) bajo el auspicio de Unesco; los mapas a 1/1000 000 de uso de la tierra y de la vegetación por el instituto boliviano GEOBOL, el “Mapa forestal del Perú” (1/1000 000), los mapas de la vegetación de la Amazonia brasileña por el proyecto RADAMBRASIL (1/1000 000); el “Mapa de bosques” de la Amazonia Colombiana por el proyecto PRORADAM (1/500 000); el mapa forestal por el Inventario Nacional Forestal de México (1/1000 000) y un mapa de uso de la tierra a la misma escala por el instituto geográfico mexicano DETENAL. Dentro del marco de este proyecto se visitó un cierto número de instituciones y conversó con expertos; también se cruzó correspondencia con muchos otros. Por su gran número no se pudo visitar o contactar todas las instituciones que habrían estado en condiciones de proveer datos útiles, aclarar algunas contradicciones en las informaciones disponibles, corregir interpretaciones erróneas encontradas en documentos, etc. Hay un gran caudal de conocimientos muy dispersos sobre el recurso forestal y su evolución en cada país; la primera actividad del proyecto fue precisamente su recolección.

Una tercera característica de esta masa de información es su heterogeneidad, al menos desde tres puntos de vista:

Frente a esta abundante, diseminada y heterogénea masa de datos, el estudio consistió esencialmente en la selección, organización, recopilación e interpretación de informaciones dentro del marco de un conjunto de clasificaciones y conceptos iguales para los 76 países tropicales estudiados (véase sección 2). Sin embargo, en algunos países no habían a nivel nacional informaciones básicas confiables sobre la extensión de las formaciones leñosas a una fecha determinada, que habría sido posible usar como datos de referencia para una actualización ulterior. En otros países se encontraron dos o más conjuntos de datos de áreas que no era posible hacer compatibles. En ambos casos se decidió interpretar las imágenes de satélite disponibles (generalmente de los años 1972 a 1976) para verificar y posiblemente corregir la base de datos de áreas establecida en una primera fase (véase sección 3). Para todos los países fue necesario actualizar las informaciones al fin de 1980 en base a las tendencias de los últimos años y preveer la situación al final de 1985 proyectando las tendencias para los próximos cinco años (véase sección 4).

2. CONCEPTOS Y CLASIFICACIONES

El valor y la utilidad de una evaluación de recursos forestales están en relación directa con los conceptos y clasificaciones usadas, que deben tener muchas características, a veces poco compatibles. Entre otros, tienen que ser:

A esas condiciones se debe añadir la necesidad de una compatibilidad entre los conceptos y clasificaciones de este estudio y aquellos que fueron usados en los inventarios forestales mundiales ya publicados por la FAO, a fines de comparación y coherencia. Se puede cumplir con todas esas condiciones si se emplean conceptos forestales comunmente aceptados y clasificaciones simples no demasiado detalladas.

2.1 Conceptos y clasificación de la vegetación leñosa natural

2.1.1 Para la vegetación tropical hay un número impresionante de clasificaciones usando varios criterios ecológicos, fisionómicos, fisiográficos, etc., sea a nivel nacional o a nivel regional. En esta segunda categoría se puede destacar, para América tropical:

Las clasificaciones de la vegetación a nivel nacional son numerosas y fueron usadas para la evaluación de los recursos forestales de los países, especialmente cuando existía el mapa correspondiente. Como se ha dicho en el capítulo 1, la interpretación en los diez últimos años de imágenes de satélite y de radar ha resultado en una nueva generación de mapas de vegetación, con sus clasificaciones propias. Los criterios y clases de las clasificaciones son muy diferentes, no solamente entre los diferentes países, sino también en el mismo país, debido en particular a la introducción de criterios fisiográficos en las clasificaciones basadas en la interpretación de las imágenes de radar.

2.1.2 Se decidió no solamente para América tropical, sino también para las dos otras regiones, asegurar una compatibilidad entre la clasificación usada por este proyecto y la de Unesco, por las siguientes razones:

2.1.3 Además de las dos distinciones mencionadas (formaciones densas/formaciones mixtas de árboles y gramíneos y formaciones arboladas/formaciones arbustivas), existen otros criterios básicos de clasificación de las áreas leñosas, tanto desde el punto de vista productivo como ambiental, es decir:

La aplicación simultánea de todos estos criterios resulta en un gran número de clases. Algunas de esas clases no tienen importancia y/o no pueden ser identificadas en los documentos o las imágenes interpretadas, y sus extensiones y características no pueden estimarse en la mayoría de los países. La clasificación finalmente adoptada no distingue estas clases, limitándose a las divisiones más útiles. El diagrama siguiente ilustra la clasificación usada con los criterios correspondientes, mientras la descripción que se da a continuación presenta, más detalladamente las diversas clases.

2.1.4 Clasificación de la vegetación leñosa natural

Solamente se consideran las formaciones en que las plantas de consistencia leñosa cubren mas del 10% del terreno. Si bien será difícil, sino imposible, de verificar este porcentaje a partir de las descripciones disponibles y el hecho de que dicho porcentaje no está siempre indicado en las clasificaciones, se lo ha utilizado como un indicador del límite entre las formaciones donde los componentes leñosos constituyen una comunidad y aquellas en las cuales los elementos leñosos están esparcidos o en líneas como parte del paisaje de vegetación esencialmente no leñosa.

El término “leñoso” es utilizado también para los árboles de ciertas especies monocotiledóneas que no contienen “madera” en el sentido tradicional de esta palabra.

El calificativo “natural” es utilizado únicamente en oposición a las plantaciones, las cuales pueden considerarse como vegetación artificial. Ello no significa de ninguna manera la ausencia de una interferencia humana o biótica, sino al contrario, una proporción, no despreciable y variable según las regiones, de la vegetación “natural” corresponde de hecho a ciertos estados de degradación (luego del fuego, de los daños o disturbaciones causadas por la agricultura migratoria, de la sobreexplotación del bosque, del pastoreo) o de reconstitución (despuës de la degradación), o donde hay facies de manipulación por la explotación selectiva con o sin plan de manejo.

Clasificación de la vegetación leñosa natural

Una definición simplificada de las diferentes categorías con los símbolos utilizados en la presentación de resultados se da a continuación (en el orden en que aparecen en la tabla de resultados de superficies):

NHCf1uv:bosques densos latifoliados productivos no manejados, intactos;
NHCf1uc:bosques densos latifoliados productivos no manejados, explotados;
NHCf1u:bosques densos latifoliados productivos no manejados (intensivamente);
NHCf1m:bosques densos latifoliados productivos manejados (intensivamente);
NHCf2i:bosques densos latifoliados improductivos debido a las características físicas del terreno y del bosque;
NHCf2r:bosques densos latifoliados improductivos debido a razones legales;
NHCf2:bosques densos latifoliados improductivos;
NHCf:bosques densos latifoliados;
NHCa:“barbecho de bosque denso latifoliado”.

Las categorías equivalentes en bosques de coníferas tienen los mismos símbolos, con la diferencia de que NHC es reemplazado por NS.

NHc/NHO1:formaciones latifoliadas mixtas, de árboles y de gramíneas, productivas;
NHc/NHO2:formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, improductivas;
NHc/NHO2i:formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, improductivas debido a las características físicas del terreno y del bosque;
NHc/NHO2r:formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas, improductivas debido a razones legales;
NHc/NHO:formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas;
NHc/NHOa:“barbecho” improductivo de formaciones latifoliadas mixtas de árboles y de gramíneas;
nH:formaciones (esencialmente) arbustivas de latifoliadas;
nS:formaciones (esencialmente) arbustivas de coníferas.

1 Estos límites tienen que interpretarse con cierta flexibilidad, en particular la altura mínima de los arboles y máxima de los arbustos que varía entre 5 y 8 metros.

2.2 Conceptos y clasificación de las plantaciones

El término plantaciones se usa para designar 1:

El concepto de plantación, en el sentido utilizado en este estudio, no incluye las masas establecidas por regeneración artificial, que son esencialmente semejantes a las masas originales. Estos bosques regenerados artificialmente forman parte de los bosques densos latifoliados (o bosques de coníferas) productivos, manejados intensivamente (NHCf1m/NSf1m).

-PHL1:plantaciones industriales de especies latifoliadas, diferentes a las de crecimiento rápido;
PHH1:plantaciones industriales de especies latifoliadas de crecimiento rápido;
PH.1:plantaciones industriales de especies latifoliadas;
PS.1:plantaciones industriales de especies de coníferas;
P..1:plantaciones industriales.
-PHL2:plantaciones no industriales de especies latifoliadas diferentes a las de crecimiento rápido;
PHH2:plantaciones no industriales de especies latifoliadas de crecimiento rápido;
PH.2:plantaciones no industriales de especies latifoliadas;
PS.2:plantaciones no industriales de especies de coníferas;
P..2:plantaciones no industriales.
-PHL = PHL1 + PHL2:plantaciones de especies latifoliadas diferentes a las de crecimiento rápido;
PHH = PHH1 + PHH2:plantaciones de especies latifoliadas de crecimiento rápido;
PH = PH.1 + PH.2:plantaciones de especies latifoliadas;
PS = PS.1 + PS.2:plantaciones de especies de coníferas;
P = P..1 + P..2todas plantaciones.

1 Las distinciones que siguen fueron presentadas al “Coloquio mundial sobre masas artificiales” (Canberra, Australia, 14–24 Abril 1967).

2.3 Conceptos de volumen

En este estudio se utilizan tres conceptos de volumen medio por hectárea o total para los bosques densos de latifoliadas y de coníferas (NHC-NS), así como para las formaciones mixtas de bosques (árboles) y gramíneas productivas (NHc/NHO1), a saber:

-VOB: volumen bruto con corteza de fuste limpio (hasta la base de la copa o de la primera rama grande) de todos los árboles vivos de más de 10 cm de diámetro a 1.30 m (o arriba de los contrafuertes si estos tienen una altura superie a la indicada);
-VAC: para los bosques productivos no manejados, intactos (NHCf1uv/NSf1uv/NHc/NHO):
volumen realmente comercializado, es decir, el volumen sin corteza de las trozas extraídas del bosque;
-AAC: para los bosques manejados intensivamente (NHCf1m/NSf1m): posibilidad de corta anual bruta, equiparada, en general, a la producción anual corriente.

3. INTERPRETACION DE LAS IMAGENES DE SATELITE (LANDSAT)

En algunos países de la región, las informaciones sobre las áreas de cada tipo de vegetación eran inadecuadas por su carácter anticuado o impreciso, o contradictorias. Fue el caso principalmente en América Central con la excepción de Panamá (donde un inventario forestal nacional de reconocimiento se realizó en 1971). En tales condiciones, se seleccionaron Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y la República Dominicana para la interpretación de las imágenes de satélite. La falta de una cobertura de satélite aceptable para Nicaragua no permitió el mismo trabajo para dicho país. El valor muy elevado de las cifras de deforestación encontradas en la literatura relativa al Paraguay indujo al coordinador del proyecto a decidir también una interpretación de las imágenes satélite de este país (los resultados confirmaron el orden de magnitud de la deforestación mencionado en los documentos consultados - véanse páginas 257–258 de la segunda parte).

El objetivo del trabajo de interpretación de las imágenes de satélite fue la verificación y eventualmente la corrección de las estimaciones hechas antes a partir de la compilación de los mapas y otros documentos disponibles. Debido al carácter general de este estudio a nivel mundial, a la amplitud de las categorías usadas y a la imposibilidad de reunir datos detallados de verificaciones de campo, se limitó a una interpretación visual de las imágenes, más precisamente de las diapositivas a 1/1 000 000 de las bandas 5, 7 y de la composición color estandard de las bandas 4, 5 y 7.

Para el trabajo de interpretación se aprovechó - entre otras - de la experiencia acumulada por el Departamento de Montes de la FAO en el “Proyecto piloto FAO/PNUMA de vigilancia de la cobertura forestal tropical” realizado por este mismo Departamento en tres países de Africa del Oeste (Benin, Camerún y Togo). El especialista en sensores remotos que realizó toda la interpretación (J. Guellec) había participado en este proyecto. Las imágenes fueron únicamente las de los satélites Landsat 1 y 2 de los años 1972 a 1976 que no presentaban una cobertura de nubes mayor de 10% sobre el territorio de los países interpretados. La selección de las imágenes se hizo con la asistencia de la unidad de sensores remotos de la FAO, usando las microfichas de las listas mecanografiadas por país, y los microfilms para la verificación de la calidad de cada imagen y la localización y la distribución de las nubes. La selección se facilitó por el uso del “Mosaico de Centroamérica a escala 1:1 000 000 preparado con imágenes de los satélites Landsat de la NASA”, hecho en el Instituto Geográfico Nacional de Guatemala con la cooperación del U.S. Geological Survey.

Para cada país se reunieron también los documentos útiles para ayudar a la interpretación y substituir a las verificaciones de campo, por ejemplo, mapas de vegetación y forestales, inventarios forestales, descripción de los tipos de vegetación y los mapas aeronáuticos a 1/1 000 000 “USAF Operational Navigation Charts” (especialmente para el dibujo de las fronteras internacionales sobre las imágenes de satélite). La lista de los documentos usados aparece en bibliografía al fin de los resúmenes por país correspondientes en la segunda parte del informe (Costa Rica: p. 101, El Salvador: p. 142, Guatemala: p. 155, Honduras: p. 190, República Dominicana: p. 306, y Paraguay: p. 261).

Interpretación de las imágenes de satélite (LANDSAT) (América Central y Caribe)

REPUBLICA DOMINICANA

Interpretación de las imágenes de satélite (LANDSAT) (Paraguay)

PARAGUAY

Los objetivos de este proyecto global no incluyen la producción de mapas sino solamente la evaluación cualitativa y cuantitativa de la situación actual y de la evolución de los bosques tropicales. Por otra parte, la delimitación de los diferentes tipos de vegetación a partir de las imágenes de satélite no es indispensable para la estimación de sus áreas, pues se puede hacer estadísticamente a partir de la interpretación de la vegetación en cada punto de una red. Por dichas razones se usó tal sistema para lograr una estimación de la extensión de cada clase de la interpretación. Sobre las diapositivas examinadas con esteroscopio de espejos se aplicó una red transparente sistemática de puntos de 5mm × 5mm con malla en forma de paralelogramo (en las dos direcciones principales de los márgenes de las imágenes). La red de puntos se limita al área efectiva de las imágenes, teniendo en cuenta un traslape lateral medio de 20 por ciento para las áreas tropicales 1 y de 10 por ciento en dirección norte-sur. Antes de la interpretación se marcaron algunas líneas importantes sobre una diapositiva de cada imagen, tales como fronteras internacionales, ríos y vías de acceso importantes para facilitar la orientación.

Se escogió este método después de un análisis comparativo 2 con un procedimiento completo incluyendo la delimitación de las clases de vegetación y el uso posterior de una red de puntos para la estimación de las áreas. Las diferencias relativas a nivel de cada categoría como “bosque denso”, “bosque abierto”, “bosque degradado”, no fueron sistemáticas y no superaron el 4 por ciento cuando se presentaron en grandes extensiones. Las diferencias fueron mayores y sistemáticas para categorías representadas en forma de manchas diseminadas de dimensiones reducidas: en este caso no se delimitan las manchas más pequeñas y el área total de las categorías correspondientes es subestimada, mientras en la estimación con interpretación por puntos no hay sesgo.

Otra ventaja de este método estadístico es la reducción del error personal del interpretador en la delimitación de las clases, particularmente en las zonas de transición donde en muchos casos la localización de los límites tiene un carácter subjetivo.

La clave de interpretación fue compatible con la clasificación general usada en este proyecto (véase párrafo 2.1.3). Se introdujeron las separaciones siguientes:

Otras distinciones (por ejemplo entre formaciones mixtas arboladas y formaciones mixtas arbustivas) se hicieron en base a los mapas ecológicos o de vegetación existentes. Los manglares y las grandes extensiones de formaciones arboladas pantanosas también fueron identificadas. Otras distinciones, como la separación entre bosques productivos y bosques improductivos, o entre bosques vírgenes y bosques aprovechados no fueron posibles por interpretación de las imágenes Landsat; las estimaciones correspondientes se determinaron a partir del análisis de otros documentos.

En total se interpretaron 55 imágenes para un área total estudiada de 68.2 millones de ha. y un número total de puntos interpretables de 27 000 aproximadamente, correspondiendo a: todo el área de El Salvador, 99% de Paraguay, 91% de Guatemala, 87% de Honduras, 85% de Costa Rica y 70% de la República Dominicana. Las superficies no estudiadas no fueron cubiertas por imágenes de calidad aceptable o cubrieron una proporción insignificante de imágenes que no fueron adquiridas.

La comparación entre las estimaciones a partir de la compilación de los informes disponibles y aquellas obtenidas por la interpretación de las imágenes de satélite, ajustadas a la misma fecha, dieron los siguientes resultados para los países de América Central:

En el caso de la República Dominicana las estimaciones de áreas obtenidas por interpretación de las imágenes de satélite correspondieron solamente a 70% del territorio y su uso fue restringido únicamente para consolidar los datos del inventario forestal nacional realizado de 1969 a 1971 en las partes interpretadas.

Los resultados obtenidos para el Paraguay se comparan con otras estadísticas (páginas 256–257 de la segunda parte). Se puede decir en forma general, que se comprobaron tendencias alarmantes ya indicadas por otros autores.

1 La sobreposición media es aproximadamente de 14 por ciento hacia el Ecuador y de 24 por ciento a la altura de los trópicos (23° 27').

2 Para un país de América Central, y una zona en Africa del Oeste ya estudiada en el marco del proyecto piloto FAO/PNUMA de vigilancia contínua de la cobertura forestal tropical.

1 Las cifras entre paréntesis son las diferencias en porcentaje entre la estimación por satélite y la estimación en base a informes.

4. PRESENTACION DE LOS RESULTADOS

4.1 Resúmenes por país

En el capítulo 3 de esta parte del informe se da una síntesis de los resultados obtenidos para los 23 países de la América tropical estudiados, mientras que la segunda parte contiene una presentación país por país (resúmenes por país).

Los 23 países estudiados son:

4.1.1 Texto

El formato es uniforme para todos los países. La situación actual de los recursos forestales y las tendencias actuales se presentan en dos secciones, cada una dividida entre una parte sobre la vegetación leñosa natural y una otra sobre las plantaciones.

Después de una descripción de la composición y de la fisionomía de los varios tipos de vegetación leñosa natural, (párrafo 1.1.1), se estiman las áreas de vegetación leñosa a fines de 1980 y se da información sobre la propiedad, el estatuto legal, el manejo y el aprovechamiento del bosque (párrafo 1.1.2). La interpretación de los inventarios forestales disponibles permite una estimación a nivel nacional de los volúmenes en pie a fines de 1980 (párrafo 1.1.3).

Una introducción de tipo histórico (párrafo 1.2.1) precede a la estimación de las áreas de plantaciones forestales a fines de 1980, sea industriales u otras, por categorías de especies y clases de edad (párrafo 1.2.2). En el párrafo 1.2.3 se dan algunas características cuantitativas de las plantaciones, especialmente con respecto al incremento promedio anual.

En la sección 2.1 se introduce una distinción importante en la evolución de la vegetación leñosa natural: de una parte, la deforestación estrictamente hablando (párrafo 2.1.1), es decir, la conversión del bosque a uso agropecuario (permanente o migratorio) u otros usos; y, de otra parte, la degradación de las formaciones leñosas, especialmente las mixtas de árboles y gramíneas, como consecuencia de otros factores tales como los incendios, el sobrepastoreo, la sobreexplotación para leña y carbón vegetal, etc. (párrafo 2.1.2). En la mayoría de los casos la degradación no es tanto una reducción de las áreas de vegetación leñosa, como una disminución progresiva de las existencias, una modificación de la composición botánica y una degradación de los suelos. Desafortunadamente dichos procesos muy raramente se cuantifican y nunca a nivel nacional o regional. Teniendo también en cuenta la evolución del aprovechamiento descrita en el párrafo 2.1.3, se hacen proyecciones de las áreas y existencias para fines de 1985.

Finalmente, en la sección 2.2 se indican los programas de plantaciones forestales y el nivel probable de realización para los años 1981 a 1985, lo que permite hacer proyecciones de áreas plantadas por categoría para fines de 1985.

Una bibliografía al fin del resumen de cada país hace la lista de los documentos principales sobre los cuales se ha basado la evaluación de los recursos forestales y de su evolución. La fecha de las referencias es particularmente importante en este estudio y es la razón por la cual se presentan en el orden cronológico.

 Los 23 países estudiados de América tropical
Centroamérica y México
1.México
2.Costa Rica
3.El Salvador
4.Guatemala
5.Honduras
6.Nicaragua
7.Panamá
 
CARICOM
8.Belize
9.Guyana
10.Jamaica
11.Trinidad y Tobago
 
Otros de Caribe
12.Cuba
13.Guyana Francesa
14.Haití
15.Republica Dominicana
16.Surinam
 
Sudamérica Latina tropical
17.Bolivia
18.Brasil
19.Colombia
20.Ecuador
21.Paraguay
22.Perú
23.Venezuela

4.1.2 Cuadros

En adición a varios cuadros relacionados a aspectos secundarios hay un núcleo de cuadros básicos que ilustran el texto de todos los resúmenes, que se describen a continuación:

4.2 Resultados a nivel regional

La presentación de los resultados a nivel regional, que figura en el capítulo III de la primera parte, sigue el mismo esquema como los resúmenes por país. En los cuadros los países aparecen horizontalmente y se agrupan en las cuatro siguientes subregiones:

México y Centroamérica (7):México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras Nicaragua, Panamá;
CARICOM (4):Belize, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago;
Otros del Caribe (5):Cuba, Guyana Francesa, Haití, República Dominicana, Surinam;
Sudamérica Latina tropical (7):Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela.

Capítulo III

LOS RECURSOS FORESTALES DE AMERICA TROPICAL

Los 23 países 1 estudiados, en orden alfabético son: Belize, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Guyana Francesa, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela. Cubren en total alrededor de 16.797.000 km2, de los cuales 14.094.000 corresponden a los 10 países de América del Sur y 2.703.000 a los 13 países de Centroamérica (incluyendo México) y del Caribe. Seis países, Brasil (aprox. 851.000 km2), México (aprox. 197.000 km2), Perú (aprox. 129.000 km2), Colombia (aprox. 114.000 km2), Bolivia (aprox. 110.000 km2) y Venezuela (aprox. 91.000 km2) representan en conjunto cerca del 89% del área total estudiada.

Los tres países del cono sur (Argentina, Chile y Uruguay) no fueron incluidos en el estudio por su carácter mayormente templado o subtemplado.

Tampoco se han incorporado en esta primera fase 18 países o territorios tropicales del Caribe: Anguilla (Gran Bretaña: GB), Antigua, Aruba (Holanda), Barbados, Curaçao (Holanda), Dominica, Grenada, Guadalupe (Francia), Islas Caymán (GB), Islas Turks y Caicos (GB), Islas Vírgenes (E.U.A.), Islas Vírgenes (GB), Martinica (Francia), Montserrat, Puerto Rico (E.U.A.), Saint Kitts - Nevis, Santa Lucía y San Vicente. Con la excepción de Puerto Rico, la extensión de cada uno es inferior a la de Trinidad y Tobago (5 130 km2), el país estudiado más pequeño. El área total cubierta por esos territorios es de 17 000 km2 (de los cuales 8 900 km2 corresponden a Puerto Rico) o sea, uno por mil del área total estudiada.

El punto más septentrional del área estudiada, en la frontera entre los Estados Unidos y México tiene una latitud aproximada de 32° 45' N y el punto más al sur, la frontera entre Brasil y Uruguay en el Océano Atlántico, tiene una latitud de alrededor de 33° 40'S. Sin embargo, más del 90% del área estudiada se encuentra entre los dos trópicos de Cáncer (23°27'N) y de Capricornio (23° 27'S). Dos de los países estudiados tienen una proporción significativa de su territorio fuera de la faja intertropical, i.e. México y Paraguay, mientras solamente un 7% del territorio del Brasil está al sur del trópico del Capricorno.

Hay muchas síntesis sobre la geografía física de América tropical que pueden usarse en relación con este informe sobre los recursos forestales. Las breves descripciones que se dan a continuación tienen solamente por objeto presentar a grandes rasgos el cuadro físico general de América tropical, y han sido tomadas de la publicación FAO “Prácticas de plantación forestal en América Tropical” por C.M. Flinta.

La fisiografía puede presentarse esquemáticamente como la reunión de los elementos siguientes:

"La cordillera de los Andes, que, extendiéndose a lo largo del Pacífico, en América del Sur, parece continuar en México con la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental y las formaciones montañosas de las Antillas; las tres mesetas de México, Guayanas y Brasil (también conocida con el nombre de “Escudo Brasilero”). Estos relieves encierran las extensas cuencas del Orinoco, del Amazonas y del Plata, que se proyectan hacia los mares formando deltas y tierras bajas inundables.

"La cadena de montañas sobre la costa del Pacífico está formada por dioritas del período cretáceo: los Andes superiores son principalmente rocas ígneas del período terciario, medio y superior, y paleozoico primitivo. Los suelos son litosoles, desiertos grises y aluviales, como, por ejemplo, el altiplano de Bolivia, caracterizándose por un contenido muy bajo en fósforo, agravado por la presencia de muy poco nitrógeno orgánico, lo que restringe sensiblemente el crecimiento de la vegetación. En México, la Sierra Madre Oriental es una formación neocretásica, y la Sierra Madre Occidental es una roca efusiva ígnea. Las montañas de América Central, especialmente las de Honduras, son en su mayoría tierras calizas, calcáreo-arenosas, con una capa de suelo de 10 cm., susceptible a la erosión.

"La meseta central de Brasil es un complejo arcaico cristalino de origen muy antiguo. En el norte y oeste hay areniscas, que dan origen a los “chapadoes” o sabanas; en el norte también se encuentran piedras calizas, y en el sur, rocas basálticas; los suelos son lateritas y podsoles rojos; los suelos rojos son estratos originados en el período permatriásico. Los bosques cubren, por lo general, los valles y representan del 25 al 40 por ciento de la superficie total, con tendencia natural a extenderse.

"La meseta de las Guayanas está formada por rocas cristalinas, graníticas y gneiss, con capas de arenisca en la sabana, y de pizarra, precámbrica arcaica, también del complejo arcaico cristalino, con suelos lateríticos y podsólicos rojos, cruzados en algunos lugares por materiales ígneos, diabasa.

"La cuenca del Orinoco es de origen cuaternario con suelos bajos aluviales que pasan progresivamente desde los limos a gravas, formando los llanos.

"En la cuenca del Amazonas, también de origen cenozoico, más del 40 por ciento de los suelos son bajos, aluviales, sobre rocas cristalinas, llamados “varzeas”, a una altitud de 0 a 100 m sobre el nivel del mar. Están sujetos a inundaciones periódicas, con el resultado de una considerable sedimentación de limo y formación de suelos ricos, donde prosperan interesantes especies forestales. Hay diferencias de niveles, entre noviembre y mayo de 10 a 16 m. en los ríos, en Puerto Velho, y de 2,4 m. en Zingú. Las regiones de los “igapó” están también sujetas a inundaciones más o menos prolongadas pero las aguas son de rebalse y sin limo en suspensión y las características forestales son diversas. Más del 28% de la cuenca se halla entre 100 y 200 m. de altitud y la superficie remanente por lo general no excede los 300 m. Las tierras altas están formadas por arcillas y arenas del período del mioceno al cuaternario y también por residuos lacustres más viejos que los Andes. Las arenas generalmente bordean las costas de los ríos y forman las elevaciones menores. La “terra ferma”, abriéndose en forma de arco, alcanza el río a la altura de Obidos y no está sujeta a inundaciones. Una primera terraza terciaria está formada por tierra franca pesada, de arcilla grisácea y amarillenta, sometida a rápida laterización, especialmente si se pierde la cubierta vegetal. Más arriba, el terreno es de origen volcánico, franco, rojo y profundo.

"La cuenca del Plata está formada por la hoya del Chaco en el norte que después del desdoblamiento de los Andes en el período terciario, estuvo cubierta por el mar, siendo hoy una llanura aluvial con depresiones sujeta a inundaciones; el substratum es roca cristalina con afloramientos en la zona oriental. Hacia el este y el sur, se halla la formación entrerriana bordeando el río Paraguay, entre el Paraná y el Uruguay, formada por capas sedimentarias del período terciario superior y aluviales del período cuaternario, encontrándose hacia el este con el complejo arcaico del Uruguay.

"A lo largo de las costas son frecuentes las tierras bajas inundables. La península de Yucatán es una formación del mioceno y antropozoica que se continúa a lo largo de la costa del Golfo. Los manglares, en los trópicos, se desarrollan sobre ambas costas del continente, y consisten en un tipo definido de vegetación. El Amazonas y el Paraná forman extensos deltas sujetos a inundaciones de aguas de río.

“Debido a la extensión y al relieve se hallan en América Latina toda clase de climas: por un lado, regiones subtropicales a tropicales que forman desiertos absolutos en la costa del Pacífico desde Perú a Chile, o bosques pluviales en el Amazonas; por otro lado, regiones frías con zonas de muy elevada precipitación en los Andes”.

Se emplean varias fórmulas climáticas para clasificar las regiones. Varios países de América Latina tienen mapas usando los tipos climáticos según Thornthwaite y Pleuman basados en la “precipitación y temperatura efectiva”. En América Central y en la parte norte de América del Sur se ha seguido frecuentemente la clasificación de Holdridge a partir de la bio-temperatura media anual, del promedio de precipitación total anual y la evapotranspiración.

El cuadro climático de América Latina puede ser resumido como sigue:

"Hay una amplia provincia pluvial, según la terminología de Thornthwaite, árida y subárida que corre desde la meseta patagónica - en diagonal - a la costa pacífica del suroeste de Ecuador; otra región muy amplia en el norte y centro de México. Aquí la estación seca dura de 7 a 8 meses. Hay también otra faja a lo largo de la costa de Venezuela y en el nordeste de Brasil, la zona denominada “polígono das secas”. En el otro extremo se encuentra una región de superhúmeda a húmeda que corre desde la costa atlántica del Brasil a América Central. Las precipitaciones se caracterizan, en la mayor parte, por la presencia de inviernos secos con excepción del noreste del Brasil, donde los veranos son más secos; en la costa atlántica desde Bahía a la región sur de la provincia de Buenos Aires, son más uniformes; en la región amazónica hay una variación estacional muy pequeña; sin embargo, aquí las lluvias no son factores limitantes para el crecimiento de la vegetación.

“En extensas zonas tropicales y subtropicales, y sobre tierras planas, hay pequeñas diferencias de temperaturas medias (3°C) entre los meses más cálidos y más fríos, y los promedios anuales son de 22° a 25 °C; por otra parte, en esta región la diferencia entre el día y la noche puede ser de 11°C. por término medio. La topografía hace variar las temperaturas, generalmente a razón de 6°C. cada 1.000 m. de diferencia a una misma latitud, si bien pueden contribuir otras variables, tales como la exposición, los vientos y la slluvias. Estas fajas climáticas llevan designaciones locales en los diversos países”.

La población 1 de los 23 países estudiados totalizó 313 millones de habitantes en 1979, de los cuales aproximadamente 119 millones (38%) constituyen la población agrícola, es decir, “todas las personas que dependen de la agricultura para su subsistencia”, o sea, “todas las personas activamente ocupadas en la agricultura y sus familiares a cargo que no trabajan”. Mientras la población total de los 23 países creció en promedio de 2.89% por año entre 1975 y 1979 la tasa de crecimiento anual de la población rural fue solamente de 0.93% durante el mismo período, es decir, con un crecimiento absoluto anual de 1 100 000 personas (alrededor de 200.000 familias). En consecuencia, la proporción de la población agrícola se redujo del 41.18% en 1975 a 38.13% en 1979.

El crecimiento de la población agrícola es más alto (mayor de 1.5% por año) en los países de América Central (con excepción de Costa Rica y Panamá), en República Dominicana, Bolivia, Ecuador y Paraguay. La población agrícola se ha reducido en términos absolutos en Cuba, Jamaica, Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam, Colombia y Venezuela. En los otros países el crecimiento anual varía entre 0.5% y 1.5%. Centroamérica y México es la subregión con el mayor crecimiento relativo de la población rural (+1.31% o 475 000 personas más por año) mientras la población agrícola del grupo CARICOM (Belize, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago) se reduce en 1.26% (o sea, 11 000 personas) cada año.

1 En este trabajo se usa sistemáticamente la palabra países por razones de comodidad, aunque una de las entidades no sea un país en el sentido estricto sino un Departamento (Guayana Francesa).

1 Los datos de este párrafo son del “Anuario FAO de producción - 1979” (volumen 33).

1. SITUACION ACTUAL

1.1 Vegetación leñosa natural

1.1.1 Tipos de vegetación

América del Sur

Se han utilizado ampliamente para este estudio dos excelentes trabajos sobre la vegetación de América del Sur, a saber, “Los bosques de Sudamérica-Ecología, composición e importancia económica” por K. Hueck (con un “Mapa de la vegetación de América del Sur” a escala 1/8 000 000), y el “Mapa de la vegetación de América del Sur” a escala 1/5 000 000 preparado para la Unesco por el “Institut de la Carte Internationale du Tapis Végétal” (C.I.T.V.Tolosa, Francia). El primer trabajo constituye un bosquejo fitogeográfico a pequeña escala. El segundo se realizó por interpretación de las imágenes de satélite y radar dentro del marco de la “Clasificación internacional y cartografía de la vegetación” de la Unesco (1973).

Se dan a continuación las superficies de las regiones fitogeográficas para el conjunto de los 10 países tropicales de América del Sur, estimadas por aplicación de una red de puntos de 5mm × 5mm en el mapa de Hueck. Se han indicado solamente las regiones que tienen una componente significativa de vegetación leñosa, así como los códigos (usados en este estudio) de las formaciones leñosas de mayor extensión en cada región. Se deben tener en cuenta las observaciones siguientes para el uso de esas estimaciones de áreas:

Se hizo una estimación de la misma manera de las superficies de las clases de vegetación en el mapa de la Unesco (C.I.T.V.) y las cifras correspondientes se dan en un segundo cuadro. Esas cifras deben interpretarse en forma diferente de las del cuadro anterior por las razones siguientes:

Es interesante comparar, para los 10 países tropicales de América del Sur, el área total del conjunto de las clases de vegetación leñosa del mapa de la Unesco (1 181 300 miles de hectáreas aproximadamente) con el área total de vegetación leñosa (incluyendo vegetación en “barbecho”) estimada por este proyecto al fin de 1980 (“N + n”: 1 027 000 miles de hectáreas aproximadamente). Esta diferencia de 13% puede explicarse en parte por la generalización de la delineación en el mapa de las clases de vegetación - las cuales incluyen áreas agrícolas u otras áreas desarboladas - y en parte por las fechas diferentes de estimación.

América Central, México y el Caribe

El área total de los 13 países estudiados de América Central, México y el Caribe es de 270 millones de hectáreas aproximadamente, de las cuales México representa el 73%. La vegetación leñosa de México ha sido estudiada por muchos autores en gran detalle; en las páginas 201 a 205 de este informe se da un resumen. Aparentemente no se dispone de una presentación cartográfica global de la vegetación de América Central similar a las que existen para la América del Sur. Para obtener mayor información, deben consultarse las descripciones en los resúmenes por país (véase segunda parte del informe).


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