El bienestar de los bosques y la continuidad en la producción de los bienes y servicios que ofrecen, dependen del mantenimiento y el manejo de su diversidad genética. Sin embargo, la destrucción y la alteración del hábitat, la deforestación y los cambios en el uso de la tierra, la contaminación atmosférica, el cambio climático y las prácticas inadecuadas de explotación forestal constituyen amenazas crecientes para los recursos genéticos forestales.
La preocupación creciente por el estado de los ecosistemas, las especies y los recursos genéticos forestales ha llevada a muchos países a formular políticas nacionales en conservación. En Costa Rica des de 1969, con la creación de la primera Ley Forestal, se dictaron las primeras directrices para manejar los recursos forestales nacionales de acuerdo al principio de uso racional.
El sistema de áreas protegidas que mantiene el Estado cumple un papel excepcional para proteger ecosistemas muy variados. Esto significa, que una cuarta parte del área total del país, está designada legalmente como área de protección. Sin embargo esta tÁrea no ha sido suficiente para asegurar el mantenimiento de gran cantidad de especies y ecosistemas que día a día se ven amenazados por la demanda de bienes y servicios que se generan de los mismos.
