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1. CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS Y PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA CONSERVACIÓN, UTILIZACIÓN Y ORDENACIÓN DE LOS RECURSOS GENÉTICOS FORESTALES

El Salvador está ubicado entre los 87° 41' 08" y 90° 07' 50" de Longitud Oeste y entre los 13° 09' 24" y 14° 27' 00" de Latitud Norte. Limita al Norte con Honduras, al Poniente con Guatemala, al Oriente con Honduras y el Golfo de Fonseca y al Sur con el Océano Pacífico. Su extensión territorial es de 21 041 km2.

Es un país altamente poblado, se estima que la población para el año 2002 es de 6 589 075 habitantes, de ésta, el 45% reside en el área rural y un 55% en el área urbana. Está dividido en 14 Departamentos y 262 Municipios los que a su vez se dividen en cantones y caseríos. Su capital es San Salvador con una población que asciende a 1 500 000 habitantes. Su idioma oficial es el español. Su población es mestiza en un 85%, blanca en un 10% e india en un 5% (MINED-Ministerio de Educación).

El Salvador tiene una densidad media poblacional de 287 personas/km2. Se estima que su población aumenta un 2,08% anual. Según estudios realizados se considera que el 44,6% de la población vive en condiciones de pobreza y el 18,6% en extrema pobreza (MARN - Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales).

El Salvador es un país con un clima tropical que varía según la elevación. Las planicies costeras del Pacífico son muy cálidas, aunque la humedad es relativamente baja. A partir de 600 m hasta 1 200 m de altitud, predomina un clima semitropical, mientras que por encima de los 1 200 m, el clima se vuelve templado. El promedio de precipitación anual es de aproximadamente 2 100 mm a lo largo de la costa, mientras que en la región noroeste disminuye a no menos de 1 500 mm. El país tiene una estación lluviosa que va de mayo a octubre. La temperatura promedio anual en la capital, San Salvador, es de 24°C. El Salvador, pese a ser un país pequeño presenta variadas zonas de vida. Holdridge y Cabezas (1975), describieron 6 zonas de vida: Bosque seco tropical, Bosque húmedo tropical, Bosque húmedo subtropical, Bosque muy húmedo subtropical, Bosque montano bajo subtropical y Bosque montano subtropical. Además se han identificado por lo menos 13 zonas de transición.

1.1. Estado de los recursos forestales

Los bosques de El Salvador han sido afectados seriamente, al grado, que según el MARN, únicamente 39 637,94 has equivalente al 7,06% del territorio nacional cuenta con cobertura boscosa natural primaria y, según la Dirección General de Recursos Naturales Renovables (DGRNR) existe un 30% de bosque secundario, se estima que de 1980 a la fecha se han establecido alrededor de 12 500 has con Tectona grandis, Gliricidia sepium, Eucalyptus camaldulensis, Eucalyptus citriodora y Pinus oocarpa entre otras. El cultivo del cafeto cubre un área aproximada de 180 000 hectáreas, es decir un 8,67% del territorio nacional, desempeñando una función protectora muy importante.

En muchas de estas zonas cafetaleras se están fomentando las asociaciones de este cultivo, con especies forestales como: Juglans nigra, Cedrela odorata, Cordia alliadora, Cybistax donnell smithii, Azadirachta indica, entre otros.

Además los escasos recursos genéticos forestales salvadoreños los conforman Asociaciones de bosque salado, cubriendo unas 32 000 ha, principalmente de Rhizophora mangle y Laguncularia racemosa que se desarrollan en algunas zonas del Océano Pacífico, en los departamentos de Ahuachapán, la Paz, Usulután y la Unión; el bosque manglar salvadoreño, según H. Díaz del Servicio Forestal, es capaz de producir un volumen aproximado de 18 metros cúbicos por hectárea.

Además de los manglares se conocen en El Salvador, otras comunidades biológicas como son: Bosques pantanosos costeros de transición, bosques de la planicie costera y del valle del bajo lempa, morrales, bosques secos, bosques caducifolios de tierra baja, bosques semi-caducifolios de tierra media, robledales y encinares, pinares y bosques de pino/roble, bosques nebulosos de la cordillera norte, bosques nebulosos de la cordillera volcánica, bosques pantanosos no costeros y vegetación de playa (Serrano, 1996).

Se ha proyectado la elaboración de un inventario nacional, que tiene como fin conocer la composición del bosque, las especies predominantes y los volúmenes de madera de las diferentes asociaciones boscosas; dicho estudio tendrá una duración de dos años.

1.2. Determinación de las amenazas

1.2.1. La vocación del suelo en relación al uso actual

Tomando en cuenta la superficie del territorio salvadoreño, su vocación no ha estado en total armonía con el uso. La agricultura con cultivos limpios ha sido practicada en zonas inadecuadas desplazando al bosque e influyendo en la pérdida de muchas toneladas de tierra; alrededor de 59 000 000 de toneladas de suelo se pierden en el país por el fenómeno de la erosión (Perdomo, 1990), producto de no usar el suelo de acuerdo a su vocación.

Varios estudios realizados revelan que más del 50% del Territorio está siendo utilizado irrespetando su vocación causando impacto negativo en materia forestal.

Según el área de suelos de la DGRNR más del 75% de la superficie del país posee pendientes mayores al 12%, factor que debe considerarse en la planificación de actividades tanto forestales como agrícolas.

1.2.2. Falta de difusión del Plan de Ordenamiento Territorial

Después de los pasados terremotos del 11 de enero y 11 de febrero de 2001, se habló del Plan de Ordenamiento Territorial, pero a la fecha, si existe, no se conoce. H. Díaz, del Servicio Forestal, elaboró un mapa que contiene las áreas con vocación forestal, este mapa es una herramienta muy valiosa para los futuros programas forestales en el país, por lo que conviene darlo a conocer.

1.2.3. Falta de manejo en las plantaciones y bosque natural existentes

Por falta de medios y tecnología los bosques en El Salvador no han sido manejados adecuadamente. Es común encontrar plantaciones de Tectona grandis y otras, sin raleo a los 15 años de establecidas luciendo poco desarrolladas.

Sin embargo se hace el esfuerzo para cambiar esta situación y en la actualidad la política es fomentar el manejo de los bosques a través de planes de manejo y la implementación del sistema de las áreas protegidas que abarca unas 17 993,26 ha.

1.2.4. No existe un programa nacional de plantaciones forestales ni sistemas agroforestales

Aunque los esfuerzos realizados, hasta la fecha, son satisfactorios, las actividades del sector forestal han obedecido a iniciativas y esfuerzos individuales. Ante tal situación el actual Gobierno desarrolla acciones tendientes a fortalecer el sector y puedan llevarse a cabo acciones para que las plantaciones forestales y sistemas agroforestales no sean vistos como una alternativa de subsistencia sino que se planifiquen bajo conocimientos técnicos y científicos que aseguren su sostenibilidad en el tiempo.

1.2.5. Existencia de una política forestal de tipo temporal

La actividad forestal como actividad a largo plazo no puede bazar su desarrollo en la incertidumbre y en estrategias cambiantes por lo tanto se hacen esfuerzos para contar con una política que promueva el desarrollo forestal sostenible a través de mecanismos de libre mercado, con la amplia participación de los diferentes sectores involucrados, con el fin de recuperar la cobertura forestal y contribuir a elevar el nivel de vida de la sociedad.

1.2.6. La controversia existente entre el sector que quiere conservar el bosque y el sector que quieren aprovecharlo

La dasonomía o ciencia forestal deja claro que la conservación de los recursos forestales y la producción forestal tienen un lugar, un espacio y un objetivo claro y permanente. Aún así existe en el país dos sectores opuestos: los dispuestos a cortar respetando los aspectos normativos y otros que prefieren NO TOCAR nada dentro del bosque.

1.2.7. La extrema pobreza

El gobierno ha desarrollado, en su política, acciones claras para disminuir la pobreza en el país, sin embargo, por causas naturales como terremotos, huracanes entre otros, la pobreza extrema no desaparece en el país y es otro aspecto desfavorable para los bosques, puesto que se prefieren los cultivos agrícolas de corto ciclo para suplir las necesidades inmediatas.

1.3. Relaciones entre sector forestal y los recursos genéticos forestales

El Salvador es un país con una población emprendedora, que busca las oportunidades para su superación, de esa forma se han venido desarrollando actividades importantes como el cultivo de la caña de azúcar, el algodón, la pesca marina, la ganadería y el café entre otros, generando empleo para un alto porcentaje de salvadoreños.

El sector forestal lo conforman la industria del aserrío establecida, existiendo también un sector de comercio de la madera, que aprovecha los recursos nacionales y también importa madera de Honduras, Nicaragua y Guatemala; los depredadores ilegales. Así se moviliza la madera y la leña a nivel nacional.

Los proyectos de reforestación se daban, más que todo, en las Haciendas del Sector reformado y a las plantaciones no se les daba ningún manejo. En algunas regiones del país los pobladores menos concientes incendiaban las plantaciones y en pocas horas se terminaba lo que con tanto esfuerzo se había conseguido.

Unos opinan que la Ley Forestal aprobada en 1973 y que estuvo vigente por 29 años fue el mayor obstáculo que enfrentó el sector forestal, la cual no daba libertades de aprovechar lo que se había plantado.

Otros, en cambio, opinan que la Ley Forestal de 1973 era excelente porque pretendía la protección, y desarrollo de los bosques, permitiendo un uso racional de los recursos forestales y que solo se debieron reformar algunos artículos y dotar al Servicio Forestal de los recursos económicos, infraestructura y recursos humanos tecnificados.

Con la caída de los precios del café se buscan otras opciones de inversión y así se fortalece el Sector Forestal. Se conforma la Corporación Forestal de El Salvador (CORFORES) y surge también la Asociación Forestal Salvadoreña (AFOSALVA).

El Sector Forestal se consolida cada vez más y después de múltiples actividades en conjunto con la DGRNR del Ministerio de Agricultura y Ganadería se logra para el año 2002 la aprobación del decreto 852 por parte del Poder Legislativo y ratificado por el Poder Ejecutivo dando paso a la nueva Ley Forestal con el fin de promover el desarrollo económico y social, tal como lo establece el articulo 101 de la Constitución de la República.

Hasta este año se han aprobado 20 planes de manejo y existen otras solicitudes de nuevos propietarios para la aplicación de esta metodología de manejo forestal. Se espera que el área reforestada aumente considerablemente en los años siguientes ya que con la nueva ley el que planta se reserva el derecho de cortar, siempre que se ampare a un plan de manejo.

1.4. Relaciones con otras actividades

El Salvador, de acuerdo con la FAO, presenta un alto porcentaje de su superficie dedicado a la agricultura; la población rural es alta y principalmente dedicada al cultivo de maíz, Frijol y Arroz, cultivos que sirven de base para su alimentación. Otro sector se dedica al cultivo de la caña de azúcar y al café generando empleo para miles de campesinos. La ganadería es otro rubro importante en el país involucrando a muchos salvadoreños ya sea en actividades de campo como en la industria.

Nuestros antepasados mezclaban sus tradicionales cultivos con los árboles que representaban una utilidad manejándolos para la producción de madera o leña y que no influyeran negativamente en su producción. En la actualidad se sigue practicando esas formas de combinación de cultivos agrícolas con especies forestales conocidos comúnmente como Sistemas Agroforestales, tanto Silvoagrícolas, Agrosilvopastoriles como Silvopastoriles.

Arriba del 50% de la población salvadoreña depende de la leña para la cocción de sus alimentos, además las panificadoras, ladrilleras y caleras usan gran cantidad de leña en su industria estimándose que anualmente se utilizan alrededor de 4 500 000 metros cúbicos de leña y carbón que deben extraerse de los bosques con lo que se sigue deteriorando nuestros recursos forestales contribuyendo a la erosión fitogenética.

Las cantidades de madera importadas de los países vecinos es relativamente poca si se compara con la utilizada a nivel nacional en la industria de la construcción, carpintería, ebanistería, construcción rural, vivienda urbana, producción de carbón, postes para cercas, tutores para cultivos, entre otros.

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