En el 2003 la población de Bolivia fue de alrededor de 8,6 millones de habitantes, de los cuales cerca de dos tercios (63%) vive en el área urbana. La tasa anual estimada de crecimiento el 2003 fue de 1,63 %. La densidad poblacional es baja, de 7,8 habitantes por km². El índice de desempleo abierto el año 2000 fue de alrededor de 8% y existe un alto índice de subempleo1 de alrededor del 25%. Aunque medido bajo los parámetros tradicionales de desarrollo económico es uno de los países más pobres y menos desarrollados de América Latina y el mundo, en Bolivia se ha realizado considerables progresos en la década del 1990 hacia el desarrollo de una economía orientada al mercado. Pero tanto dificultades internas como efectos de la crisis económica de los países con los que tiene relaciones comerciales como Argentina, Brasil y México han imposibilitado que se cumplan los planes de crecimiento económico en los últimos años. El 2002 la tasa real de crecimiento del PIB se estima que fue de 1,9 %. El PIB per capita estimado ese mismo año fue de 2.500 de dólares EE.UU. Aunque ha sido considerada por mucho tiempo como básicamente exportador de minerales, hidrocarburos y soya, actualmente los ingresos generados por el sector de servicios han sobrepasado al sector agrícola. Se estima que el 2002 el sector de servicios contribuyó con un 60% de los ingresos dentro la economía total del país. Como en otros países latinoamericanos se mantiene en Bolivia una marcada desigualdad de la distribución de los ingresos, el índice de Gini2 en 1997 fue de 0,59, se estima que (1999) cerca de un 70% de la población vive debajo de la línea de pobreza. Bolivia seguirá dependiendo fuertemente de la ayuda exterior a menos que utilice sus recursos naturales para su desarrollo económico, por ejemplo a fines de la década del 90 han sido descubiertos vastos yacimientos de gas natural. Bolivia ha recibido 647 millones de dólares EE.UU. de Inversiones Directas Extranjeras (FDI), de las cuales un 50% fue para la extracción de gas y petróleo.3
En 1985 Bolivia inició un programa de estabilización orientado a reducir el elevado déficit fiscal existente en ese momento, aplicando medidas de reducción de gastos e incremento de ingresos, especialmente a través del reajuste de precios de bienes y servicios públicos incluyendo el precio interno de los carburantes, y una reforma tributaria que simplificaba la estructura y aplicación de los impuestos. El control del déficit fiscal se constituyó en la piedra angular del plan de estabilización, y a partir de la aplicación de esas medidas el país alcanzó la estabilidad de precios y un crecimiento sostenido hasta finales de la década de los ´90.
Durante la mayor parte de los años 90 el desempeño macroeconómico del país fue positivo, particularmente debido al buen desempeño de sectores como la construcción, el transporte, los servicios financieros, e hidrocarburos; alcanzándose un crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) de 4.35% entre 1990 y 1998. Buena parte del crecimiento logrado a partir de 1994, estuvo asociado al proceso de capitalización de las principales empresas públicas bolivianas, que generó importantes inversiones de socios estratégicos en sectores como hidrocarburos, telecomunicaciones y transporte.
En este sentido, la privatización de las empresas públicas ha significado un importante cambio en la estructura de las finanzas públicas, ya que hasta antes de la reforma, las empresas del Estado generaban el 45% de los ingresos públicos, y realizaban el 26% de la inversión pública. Después del proceso de privatización, los sectores correspondientes dentro del balance del Sector Público No Financiero, han reducido se participación al 19% de los ingresos y al 2% de la inversión pública. Por otra parte, los importantes flujos de inversión extranjera directa que se presentaron después del proceso de capitalización, contribuyeron a neutralizar el deterioro que se presentaba en la cuenta corriente de la balanza de pagos a partir de las reformas realizadas antes de 1997.
La otra reforma importante realizada en 1994, se refiere a los procesos de descentralización y participación popular, a partir de los cuales se establece la transferencia de recursos y responsabilidades para la ejecución de inversión pública a las prefecturas y municipios; las cuales ejecutan ahora cerca del 50% de dicha inversión, en relación al 25% que ejecutaban antes. Para ello, 20% de las recaudaciones de impuestos nacionales son transferidos a las regiones de manera automática, como fondos de coparticipación tributaria.
Desde 1985 la inflación se mantuvo bajo control e iniciativa, la independencia del Banco Central y la trayectoria descendente del déficit fiscal coadyuvaron en este proceso, limitando en el ámbito externo, de manera importante, las necesidades de financiamiento interno y externo del sector público. El déficit del Sector Público no Financiero (SPNF) pasó de 4.4% del PIB en 1990 a 1.9% en 1996.
Sin embargo, contrastando con los resultados favorables logrados hasta 1998, los efectos de la crisis internacional y de crisis cambiarias regionales como las de Brasil y Argentina en 1999 y 2002 respectivamente, así como elementos de orden interno como la reducción de los cultivos de coca y una severa contradicción del crédito bancario, entre otros, determinaron que el ritmo de crecimiento de la economía disminuyera, alcanzando solamente el 1.7% en promedio para el período 1999-2002.
De la misma forma durante esos cuatro últimos años, el crecimiento del PIB per cápita, que había llegado en promedio al 2% anual entre 1990 y 1996, se tornó negativo registrando en promedio, un –0.6% anual.
Algunos de los elementos sobresalientes del período 1999-2002, que ciertamente puede ser calificado como crítico para la economía boliviana, son: i) la recesión o bajo crecimiento en sectores clave de la economía como minería, construcción, industria, agroindustria, comercio y transporte; ii) el bajo crecimiento del consumo privado y de la inversión total y iii) la significativa contracción del proceso de intermediación financiera, sumada al deterioro general del sistema financiero. Al respecto la cartera del sistema financiero se contrajo en 42.9%, bajando de EEUU$ 5,081 millones en 1998 a $EEUU 2,899 millones en el mismo período. Como es lógico, todos estos factores han influido a su vez, en el deterioro de la situación del sector público.
Sin duda una de las características más impactantes de la crisis por la que atraviesa la economía boliviana, es el elevado déficit fiscal que ha alcanzado un 8.9% del PIB en el 2002 y para cuyo financiamiento, dada la reducción en los ingresos fiscales que pasaron de 30.4% del PIB en 1998, a solamente 25.5% el 2002, se ha recurrido al endeudamiento público, sobre todo interno. Este endeudamiento interno ha contribuido a ensanchar la brecha fiscal por el servicio a la deuda, además de haber desplazado la inversión privada por el fenómeno de “crowding out”.
Son diversos los factores que explican el incremento del déficit fiscal, entre otros: i) la desaceleración de la actividad económica que redujo las recaudaciones tributarias; ii) las reformas estructurales emprendidas en la década de los ´90 que impactaron en forma negativa en el presupuesto, fundamentalmente en el caso de la reforma de pensiones; iii) la gran flexibilidad existente en el gasto público y las frecuentes presiones políticas y sociales para incrementarlo; iv) el hecho de que los alivios de deuda obtenidos a través de la iniciativa HIPC no han significado un impacto favorable para la liquidez del Tesoro General de la Nación; y v) la existencia de un clima social y político adverso que impide la aplicación drástica de medidas de ajuste.
En general la trayectoria del presupuesto del sector público ha estado estrechamente vinculada a la evolución de la actividad económica, la cual ha tenido un comportamiento cíclico en función de las condiciones externas imperantes. Durante los años ´90 la economía nacional creció en forma estable como consecuencia de las condiciones externas favorables, y a partir de 1999 el crecimiento se desaceleró notoriamente, como resultado de los shocks externos ocurridos a partir de la crisis internacional de 1997. De la misma forma la política fiscal ha tendido a seguir el ciclo económico, tornándose expansiva en los períodos de bonanza para contraerse en los años de caída, con lo cual se ha contribuido a profundizar el ciclo. Esta conducción poli cíclica de la política fiscal impide que se genere estabilizadores automáticos que permitan limitar una sobre expansión de la economía, cuando ésta se encuentra en la parte positiva del ciclo, y reducir la contracción cuando la economía ingresa en la parte negativa del mismo.
Según la condición de actividad en Bolivia la población total alcanza a 8,261,554 habitantes (Ver Tabla 1, Tabla 2 y Tabla 3), de ellos 6,000,868 conforman la oferta potencial o población en edad de trabajar (PET), 2,170,110 la población en edad de no trabajar (PENT) o menor de 10 años y 90,576 son habitantes de 10 años o más de edad que no especifican su condición de actividad.
Del total de población en edad de no trabajar 1,117,773 son hombres y 1,052,337 mujeres. Entre 1976 y 1992, la población masculina menor de 10 años se incrementó en 239,896 personas y la femenina en 229,220, en tanto que el último periodo ínter censal 1992-2001 aumentaron 190,921 hombres y 147,674 mujeres.
Entre 1976 y 1992, la población económicamente activa o fuerza laboral se incrementó en 1,024,657 personas y la inactiva constituida principalmente por estudiantes, amas de casa, jubilados, pensionistas y rentistas aumentó en 337,470. Entre 1992 y 2001, la población económicamente activa aumenta en 638,341 y la inactiva aumenta en 801,233. Según los dos últimos censos, el incremento de mujeres en el mercado laboral es menor con relación a los hombres, puesto que entre 1992 y 2001, la población femenina ocupada aumentó en 259,556 y la desocupada en 22,715 personas, en tanto que la población ocupada masculina aumentó en 305,013 y la desocupada en 51,057. La población inactiva está compuesta en su mayoría por personas de sexo femenino 1,792,900 frente a 1,076,155 hombres inactivos.
Entre 2001 y 2002, la tasa de desempleo abierto en áreas urbanas creció de 8.5% a 8.7%, aún considerando el mayor crecimiento de la economía (2.75%) respecto al 2001 (1.6%). La crítica situación del empleo significó que cerca de 250.000 personas estuvieron en parao absoluto, con ingresos. Los empleos en el sector informal, generan ingresos cada vez más bajos, convirtiéndose en un mecanismo de propagación de la pobreza en esta situación, gobierno puso en marcha el Plan Obras con Empleos cuyo objetivo es movilizar recursos de inversión pública para generar empleo en las áreas de infraestructura de caminos, riego electrificación rural, gas domiciliario y servicios básicos. UDAPE 6.
En base a los datos presentados en los cuadros anteriores, se establece que la relación entre la población urbana y rural es, de 10/6, es decir que por cada diez habitantes urbanos existen seis habitantes rurales.
Tabla 1 Condición de actividad de la población por sexo y área Censo 2001
ÁREA |
POBLACIÓN TOTAL(1) |
POBLACIÓN EN EDAD DE NO TRABAJAR (PENT) |
POBLACIÓN EN EDAD DE TRABAJAR (DE 10 AÑOS O MÁS) (PET) |
SIN ESPECIFICAR | |||||||||
Total |
Hombres |
Mujeres |
Población activa (PEA) |
Población inactiva (PEI) |
|||||||||
Total |
Población Ocupada |
Población desocupada |
Total |
Hombres |
Mujeres | ||||||||
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres | ||||||||||
Total |
8,261,554 |
2,170,110 |
1,117,773 |
1,052,337 |
3,131,813 |
1,780,183 |
1,215,873 |
101,049 |
34,708 |
2,869,055 |
1,076,155 |
1,792,900 |
90,576 |
Área urbana |
5,155,185 |
1,258,231 |
647,939 |
610,292 |
1,953,015 |
1,039,613 |
803,464 |
78,736 |
31,202 |
1,899,008 |
725,346 |
1,173,662 |
44,931 |
Área rural |
3,106,369 |
911,879 |
469,834 |
442,045 |
1,178,798 |
740,570 |
412,409 |
22,313 |
3,506 |
970,047 |
350,809 |
619,238 |
45,645 |
Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, 2002.
(1)
No incluye personas que residen habitualmente en el exterior
Tabla 2 Población Total y Participación Porcentual Por Sexo Según Área, Censos De 2001
CENSO Y ÁREA |
POBLACIÓN |
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL | ||||
Total |
Hombres |
Mujeres |
Total |
Hombres |
Mujeres | |
CENSO 2001 |
8,274,325 |
4,123,850 |
4,150,475 |
100 |
100 |
100 |
Área urbana |
5,165,230 |
2,517,106 |
2,648,124 |
62.42 |
61.04 |
63.8 |
Área rural |
3,109,095 |
1,606,744 |
1,502,351 |
37.58 |
38.96 |
36.2 |
Fuente: Instituto Nacional De Estadísticas, 2002.
Tabla 3 Condición de actividad de la población por departamento Censo 2001
CENSO
Y |
POBLACIÓN TOTAL(1) |
POBLACIÓN EN EDAD DE |
POBLACIÓN EN EDAD DE TRABAJAR (DE 10 AÑOS O MÁS) |
SIN ESPECI-FICAR | ||||||
Total (PET) |
Económicamente activa (PEA) |
Económi-camente inactiva | ||||||||
Total (PEA) |
Ocupada (PO) |
Desocupada |
(PEI) | |||||||
Total (PD) |
Cesante |
Aspirante |
||||||||
CENSO 2001 |
8,261,554 |
2,170,110 |
6,000,868 |
3,131,813 |
2,996,056 |
135,757 |
104,784 |
30,973 |
2,869,055 |
90,576 |
Chuquisaca |
530853 |
152830 |
372890 |
169261 |
161973 |
7288 |
5304 |
1984 |
203629 |
5133 |
La Paz |
2,347,131 |
566,132 |
1,755,244 |
933,678 |
888,753 |
44,925 |
33,832 |
11,093 |
821,566 |
25,755 |
Cochabamba |
1,453,066 |
376,757 |
1,061,873 |
552,076 |
528,741 |
23,335 |
17,884 |
5,451 |
509,797 |
14,436 |
Oruro |
391,566 |
92,446 |
295,502 |
151,257 |
145,240 |
6,017 |
4,419 |
1,598 |
144,245 |
3,618 |
Potosí |
707,365 |
199,710 |
500,306 |
246,917 |
238,706 |
8,211 |
5,345 |
2,866 |
253,389 |
7,349 |
Tarija |
390,054 |
100,822 |
285,805 |
150,820 |
145,422 |
5,398 |
4,394 |
1,004 |
134,985 |
3,427 |
Santa Cruz |
2,026,914 |
555,968 |
1,446,773 |
779,101 |
742,017 |
37,084 |
31,005 |
6,079 |
667,672 |
24,173 |
Beni |
362,192 |
109,602 |
246,659 |
129,184 |
126,149 |
3,035 |
2,276 |
759 |
117,475 |
5,931 |
Pando |
52,413 |
15,843 |
35,816 |
19,519 |
19,055 |
464 |
325 |
139 |
16,297 |
754 |
Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, 2002.
(1)
No incluye personas que residen habitualmente en el exterior.
Las condiciones naturales de vivienda de quién determinan que son pueblos pobres, si bien no se llega a un estado de indigencia, salvo uno o dos, los otros llevan una vida que les permite sobrevivir gracias a los recursos que les proporciona el medio que los rodea, estos pueblos cada vez reclaman mayor ayuda del Gobierno, como ser el reconocimiento de sus territorios de origen, construcción de mayor número de escuelas y asignación de mayor número de profesores, construcción de postas sanitarias y de vías de acceso.
Los pueblos indígenas objetan por la presencia de las empresas madereras, las mismas que extraen los recursos maderables de sus bosques y la presencia de sus obreros terminan con la fauna silvestre, teniendo ellos que recorrer cada vez mayores superficies de terreno para lograr carne silvestre para su alimentación.
El único pueblo que ha conseguido a comercializar sus recursos maderables con tecnología avanzada son los Guarayos que viven en al zona de la Chiquitania, han instalado un aserradero en la zona de Lomerío y cuentan con inventario y planes de manejo para la explotación de sus recursos en una superficie superior a los 700.000 ha.
Otros pueblos como los del Territorio Multiétnico de Chimanes, cuentan con todos los requisitos legales y jurídicos para el manejo de su territorio, más de 500.000 hectáreas de bosques, pero carecen de medios económicos y técnicos para aprovechar sus recursos madereros.
Los pueblos originarios del Departamento de Pando han sido explotados permanentemente, en primer lugar cuando la explotación de la goma (Hevea brasiliensis) estaba en su auge y hoy son explotados por las industrias dedicadas a la industrialización de la castaña (Bertholletia excelsa). De once plantas industriales de castaña en la actualidad, solamente una pertenece a un grupo indígena.
El resto de las poblaciones están dedicadas a la producción agrícola para su subsistencia y pequeños excedentes destinados a la venta en poblaciones locales. Entre sus principales actividades podemos destacar la extracción de madera, fabricación de artesanías como ser: hamacas, sombreros, cestas y otros. Por otro lado, existen productos cosechados en los bosques como por ejemplo frutos, miel y raíces, que sirven para su alimentación y comercio.
Algunas poblaciones trabajan en las explotaciones ganaderas privadas de su área y otros por su cuenta poseen hatos de ganado vacuno y caballar.
Por otro lado, muchas poblaciones se dedican a la caza de animales silvestres y a la pesca, productos que utilizan para su alimentación y pequeños excedentes son comercializados en poblaciones aledañas.
La mayor parte de las poblaciones étnicas se emplea ocasionalmente en las empresas madereras como guías para la extracción de madera, como trabajadores eventuales para otros trabajos o como navegantes en los ríos de la zona.
La falta de asistencia médica y de centros hospitalarios en la mayor parte de las poblaciones originarias determina altos índices de mortandad especialmente en infantes y en personas adultas, de ahí la necesidad de desarrollar urgentemente un sistema de asistencia medica permanente para cada uno de estos pueblos.
Como resultado principal obtenido en la implementación de las amplias reformas en Bolivia, el cuadro inflacionario fue controlado y los índices de variación de precios al consumidor se presentan estables, situándose entre los más bajos de América Latina, llegando a un 3,1% en 1999. Así, la población tiene en resguardo su poder de compra, creando un ambiente más favorable para las inversiones en el sector real de la economía.
En 1990, la tasa de inflación era de 18,01%, a partir de ese año se produjo una reducción llegando a 8,52% en el año 1994. En 1995 se produjo una nueva alza llegando al 12,58% y comenzó a bajar hasta 3,13% en el año 1999. Actualmente y durante los años anteriores esta tasa fue reduciendo llegando en 2002 a 2,45; en el presente año se tiene hasta la fecha una tasa de 3,35% acumulado.
El déficit en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos (BP), aumentó en 11.5% con relación al año anterior, representando 4% del PIB. El mencionado déficit se explica básicamente por el déficit comercial (EEUU$ 426.5 millones) y la salida de recursos como pago por el uso de capital extranjero; intereses de la deuda externa pública (EEUU$113.6 millones) y beneficios que genera la inversión extranjera, remitidos al exterior (EEUU$ 180 millones). No obstante, entre el 2001 y el 2002, el déficit comercial se mantuvo casi constante dados los aumentos del valor exportado (2.7%) e importado (2.2%), aunque se redujeron las transferencias unilaterales desde el exterior (7.4%) que con su cuenta (&US 363.9 millones), continuaron atenuando el déficit corriente.
El bajo superávit de capitales en la gestión 2002, relacionado con la contracción de los flujos internacionales y las expectativas negativas sobre la situación social y económica del país, resultó además de la menor inversión extranjera directa (16.1% menos respecto al 2001) y la caída de la inversión en empresas capitalizadas, exceptuando a las del sector de hidrocarburos.
A partir del 2000 las reservas tendieron a disminuir por la reducción del superávit de capitales. Esta situación, más allá de los efectos coyunturales de la actual crisis, muestra la vulnerabilidad externa de la economía, con escaso ahorro interno y alta dependencia de financiamiento externo, débil capacidad exportadora resultante de bajos niveles de productividad y competitividad en la producción y exportación de bienes transadles, y elevada propensión a importar. En el marco actual de amplia apertura externa, la importación legal e ilegal de bienes de consumo, compite con la producción doméstica sustitutiva y tiende a desplazarla del propio mercado interno; además, existe una alta dependencia por parte de la inversión productiva y el crecimiento de la importación de bienes de capital e insumos sin oferta doméstica sustituta.
La balanza comercial del sector forestal en los últimos años ha sido siempre favorable a las exportaciones, las mismas que alcanzaron un promedio anual de aproximadamente cien millones de dólares americanos, con relación a las importaciones de productos maderables y de papel que se encuentran en el orden de los cincuenta millones de dólares americanos anualmente.
La tasa de interés pasiva en moneda extranjera mostró una leve tendencia al alza. En efecto, la misma descendió de 8.8% en 1999 a 3.2% en 2001; a diciembre de 2002 registro un incremento en alrededor de o.5 puntos porcentuales, alcanzando el 3.7%. Esta alza se registró a partir del mes de julio, como consecuencia de la caída de los depósitos del sistema especialmente en caja de ahorro y a plazo, y al encarecimiento de los recursos de BCB. Como consecuencia, las tasas interbancarias especialmente en moneda nacional, tuvieron un alza. Por su parte, las tasas activas en moneda extranjera no mostraron variaciones respecto al nivel registrado en diciembre de 2001, manteniéndose en alrededor de 10%.
1 Sub
empleados son personas que trabajan, menos de 15 horas en la semana (Fischer
Weltalmanach, 2003).
2 El
índice Gini, es un índice de concentración de la riqueza o desigualdad de la
distribución del ingreso. Su valor estará entre cero y uno. Cuanto más próximo a
uno sea el índice Gini, mayor será la desigualdad de la distribución del
ingreso. Cuanto más próximo a cero, más equitativa es la distribución de la
renta en ese país (the Beyond Economic Growth book, 2003)
3 . Fuente: CIA World Factbook, 2003;
International Monetary Fund: World Economic OutlookDatabase,2003)
4 Situación Fiscal Económica y Financiera,
2003. XV Grupo Consultivo. Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento
Externo.
5 Censo Nacional de
Población y Vivienda 2001. INE.
6 UDAPE.- BOLIVIA: Evaluación De La Economía 2002