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2 Situación Actual del Sector Forestal

2.1 Principales Indicadores Nacionales

2.1.1 Superficie

El Perú, república ubicada en la región occidental de América del Sur, limita al norte con Ecuador (1 420 km) y Colombia (2 900 km), al este con Brasil (1 560 km), al sureste con Bolivia (900 km), al sur con Chile (160 km) y al oeste y suroeste con el océano Pacífico (2 414 km). La superficie total de su territorio, islas incluidas, es de 1 285 220 km². Es el tercer país más grande de América del Sur, después de Brasil y Argentina. La capital es Lima, principal centro del comercio y de las finanzas del país.

En el Perú se distinguen tres grandes regiones topográficas: La Costa, la Sierra y la Selva. El punto más bajo es el Océano Pacifico con 0 metros y el punto más alto es el nevado de Huascarán con 6 768 metros.

La región de la Costa es una franja estrecha y árida que se extiende a lo largo de 2 650 km y cuya anchura varía entre los 65 y 160 kilómetros. En ella se encuentran las principales ciudades industriales y los puertos más importantes del país.

La Sierra, en el territorio peruano, corre paralela a la línea de costa de forma continua, con profundas quebradas, macizos, altiplanicies, llanuras y valles longitudinales y transversales. Su morfología es muy compleja, por lo que se divide en tres principales cadenas: la cordillera Occidental, la cordillera Central y la cordillera Oriental, dentro de las cuales se encuentran cadenas menores, como la cordillera Blanca o la cordillera Huayhuash. Esta región comprende casi una tercera parte del país (31%): se extiende del sureste al noroeste, con una anchura de 400 km en el sur y 240 km en el norte.

Las laderas de la cordillera Oriental descienden a una vasta región tropical denominada la región de la Selva, que se extiende hasta la frontera con Brasil y forma parte de la cuenca amazónica. Su extensión, la mayor de las tres regiones, abarca el 60% del territorio del Perú y está cubierta de denso bosque tropical en el oeste y espesa vegetación en el centro. Es una región en gran parte inexplorada y muy poco desarrollada.

El clima en el Perú es sumamente variado, oscilando desde las temperaturas tropicales en La Selva al frío ártico en la cordillera de los Andes.

2.1.2 Población

El total de la población en el Perú es de 24 523 408 de habitantes, con una tasa de crecimiento de 1.74 %.

2.1.3 Producto bruto interno

La estructura del producto PBI peruano apenas ha sufrido variaciones en su distribución desde el año 1979; lo más destacable son los dos puntos de crecimiento del sector agropecuario y la reducción de la minería, que en 1997 pierde casi cinco puntos con relación a 1979.

El sector agropecuario durante la última década, ha crecido a una tasa anual de 5.7% a pesar que ha experimentado los efectos adversos del fenómeno El Niño, la crisis financiera internacional y la crisis interna. Este crecimiento, significa una recuperación frente a la falta de dinamismo en la década pasada donde las tasas de crecimiento promedio del sector apenas superaron el 1 %. La participación por sector agropecuario en el PIB nacional no registró mayor variación entre 1999 y 2000, siendo el tercer sector productivo con mayor participación (8.9%), después de los sectores manufactura y comercio (14%).

En enero del 2003 el PIB creció en 4.6% con respecto al similar mes del 2002. La demanda interna creció 3.6%, tasa menor que el incremento del PIB debido al dinamismo de la producción destinada a exportación (14.8%). En el sector agropecuario aumentó en 4.6% con respecto al mismo mes del año 2002. Los productos que mas contribuyeron al crecimiento de enero fueron: café (por incremento de la superficie cosechada), otros productos agrícolas (tomate, mandarina, maíz y choclo por buenas condiciones hidrológicas), maíz amarillo duro (por mayor uso de semillas de alto rendimiento en Piura y Loreto) y aves (incremento de 5.8% en las colocaciones de aves de bebé de la línea carne).

Los indicadores económicos recientes siguen alentadores y el 2003 se presentó como un año prometedor. El crecimiento de la demanda interna y los sectores no primarios sigue robusto, la inflación y tipo de cambio estable, la recaudación fiscal mejorando, el balance comercial en superávit y el sistema bancario mejorando.

El estimado de 3.3% de crecimiento del PIB en el 2003 ésta sujeto a mas incertidumbre y menos visibilidad que en otros años. La situación en Brasil parece controlada, pero en un nivel de fragilidad preocupante. El gobierno de los E.E.U.U. se ha embarcado en un programa ambicioso de estímulo de la economía, pasando de ser una economía de superávit fiscal, a una de déficit creciente y renunciando a una política de dólar fuerte. Estos cambios tienen implicancia para el Perú relacionados a los flujos de capital, las tasa internacionales de interés, los precios e inflación internacional, la competitividad y la importancia del dólar como reserva de valor frente a otros activos. No toda la incertidumbre es negativa. Si el Niño sigue tan débil como ha sido hasta el momento, las tasas de interés siguen bajando y el oro entra en ciclo positivo, el PIB podría crecer hasta 4%.

2.1.4 Renta per cápita

La renta per-cápita del año 2001 fue similar a la alcanzada en 1967 y 13.9% por debajo del pico histórico logrado en 1981. Es decir, en términos de ingreso real promedio, la economía peruana no ha avanzado en los últimos 35 años; hecho que explica, en gran medida, los problemas actuales del empleo y de la pobreza. Se espera que PIB per- cápita se recupere a partir del presente año y que para el año 2005 esté solo por debajo del pico histórico, alcanzado en 1981.

2.1.5 Inflación

El Banco Central de Reserva (BCR) sigue implementando la política monetaria más agresiva en la historia reciente. Desde que anunció su nueva política de metas inflacionarias (2.5% para el 2002), la emisión primaria ha crecido por encima de 10% (variación de doce meses). La lógica seguida por el BCR supone la aceleración de la emisión para alcanzar la meta inflacionaria en un entorno deflacionario.

No necesariamente gracias a esta política expansiva, la inflación de marzo del 2003 (0.54%) fue la más alta en 18 meses y fue positiva por primera vez desde octubre del año pasado. Sin embargo, el incremento se debió casi exclusivamente a un incremento en el precio de alimentos no transables, que normalmente se consideran relativamente independientes de la política económica (la subida estacional de costos de educación fue más bien leve este año). En los meses venideros, debido a un incremento en los precios internacionales de petróleo, se revertirá, poco a poco, la tasa negativa de inflación (12-meses), que fue -1.08% a marzo.

La inflación subyacente, que pretende incluir los precios sensibles a la política monetaria (excluye los combustibles y alimentos no transables) fue apenas 0.03% en marzo, y se viene manteniendo en un rango estrecho de –0.1% a 0.1% desde junio. La inflación subyacente de doce meses cayó nuevamente, una tendencia que lleva ya once meses, a apenas 0.37% en marzo.

2.1.6 Balanza comercial

Después de la disminución del déficit en la balanza comercial de 0.6% en el 2000 a 0.2% del PIB en el 2001, y del superávit esperado de 0.5% para el 2002, se espera que durante todo el período 2003-2005 la balanza comercial registre en promedio, un superávit de 1.0% del PIB, resultado de un mayor nivel promedio de exportaciones en comparación con el de importaciones.

Lo que sucede es que, a excepción del 2003, las importaciones crecen a un menor ritmo que las exportaciones pues se prevé que la producción minera con Antamina, la explotación de Camisea en el 2004, y el impulso sobre las exportaciones textiles debido a la probable promulgación del ATPA, mejoren sustancialmente el desempeño de las exportaciones peruanas.

Se sustenta en la expansión de las exportaciones agro-industriales y pesqueras, sectores en los cuales tenemos ciertas ventajas, experiencia y potencial productivo. Además, se espera que el ATPA incluya una provisión que permita que los textiles peruanos ingresen libres de arancel al mercado norteamericano, con lo que se dará un impulso significativo a dicho rubro.

Actualmente, el Perú mantiene negociaciones comerciales con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC - Asian Pacific Economic Council), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), entre otros; sin embargo, aún hay una ardua tarea por concretarse en lo que respecta a consolidar la integración económica del país con sus socios regionales, además de fortalecer su inserción comercial sobre la base de acuerdos bilaterales y multilaterales. Es necesario promover una cultura de calidad, factor importante en el comercio internacional, establecer mecanismos de apoyo a las exportaciones compatibles con los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de fomento de la competitividad de las exportaciones, y generar y difundir la información relacionada a esta actividad.

2.2 Políticas Nacionales y Sectoriales

Para el presente año, el crecimiento esperado de la demanda interna asciende a 3,3%, revirtiendo la tendencia decreciente mostrada en los años previos y la inversión privada se elevaría 5,4%, impulsada por la mayor inversión en obras de los sectores construcción y minería.

Se aplicará un conjunto de medidas económicas, crediticias y tributarias para reactivar la producción nacional con el objetivo de estimular el consumo. Las medidas conciernen una disminución de costos de las empresas, eliminación del Impuesto Especial Selectivo (IES) que ya se redujo de 5% a 2%, reactivación de la construcción a través del programa Mi Vivienda, reconstrucción de la zona Sur, puesta en marcha del Programa de Emergencia Social Productivo, aplicación de una tarifa social en el consumo de electricidad, pensiones mínimas para los trabajadores sujetos al régimen de la ley 19990, entre otros.

El presupuesto es pieza importante dentro del programa económico reactivador del gobierno. Sus características incluyen la contribución a la demanda interna mediante la inversión pública no sólo en volumen, sino en calidad de la inversión. Otra característica importante está en las expectativas de un manejo responsable de los recursos creando estabilidad y reforzando expectativas positivas para la promoción de la inversión privada, la cual tiene aún un papel más importante que la inversión pública en la demanda interna.

Se buscará mejorar la eficiencia y eficacia de los programas sociales e incrementar la productividad en el uso de los recursos públicos, concentrándose en las actividades directamente vinculadas a la prevención y la protección del daño en familias de mayor riesgo, salud básica (esencialmente preventiva) y atención de baja complejidad, educación preescolar para niños de 5 años y educación primaria.

Se pondrá especial énfasis en el proceso de articulación inicial-primaria, justicia básica que asegure los derechos fundamentales de las personas y que éstas tengan acceso a formas adecuadas de prevenir y solucionar sus conflictos. Asimismo, vivienda y saneamiento esenciales que permita ampliar el acceso a servicios de agua potable, saneamiento y electricidad de las poblaciones de escasos recursos.

Por otro lado, se busca asegurar la seguridad ciudadana para combatir, en estrecha vinculación con la justicia, la delincuencia y la intranquilidad pública, e inversión social adicional, para permitir la transferencia de capital a nivel local que apoye el desarrollo en zonas deprimidas, a través de infraestructura básica para la producción como caminos rurales, mantenimiento de carreteras, pequeños sistemas de riego y acciones de sanidad y promoción agropecuaria, electrificación rural, entre otros.

La política comercial continuará orientada a lograr una mayor integración de la economía en los mercados internacionales, así como a promover las actividades productivas hacia la exportación de bienes y servicios, explotando la posición geográfica estratégica para el desarrollo de actividades multinacionales y con el apoyo del Estado en la búsqueda de mercados a escala global.

2.3 Situación Actual del Sector Forestal

2.3.1 El recurso natural

Los bosques naturales en el Perú presentan una gran diversidad biológica, reflejada en una amplia variedad de tipos de bosques. El Perú posee 78.8 millones de ha de bosques naturales, de los cuales 74.2 millones se encuentran en la región de la Selva, 3.6 millones en la Costa y 1.0 millón en la Sierra. Con esta superficie se ubica en el segundo lugar en extensión de bosques naturales a nivel de Sudamérica y en el noveno lugar a nivel mundial. Según la clasificación de suelos por capacidad de uso mayor de la tierra, el 80.14% del total del territorio nacional corresponden a tierras aptas para la producción forestal y tierras de protección, mientras que solo el 5.92% corresponden a tierras aptas para cultivos y el 13.94% son aptas para pastos y ganadería. De acuerdo a la Constitución, los recursos naturales y particularmente los recursos forestales son patrimonio de la Nación, formando parte del quehacer cotidiano de la política nacional y están inmersos en tratados y convenciones internacionales vinculantes.

Sin embargo, a pesar de su inmenso potencial, este recurso no ha sido hasta la actualidad racionalmente utilizado ni contribuido económicamente al desarrollo del país. Una información generalmente aceptada es aquella que señala que el sector forestal sólo aporta el 1% o menos, del PBI global. Cálculos recientes indican que este aporte puede llegar al 2.7% teniendo en cuenta que el sector forestal está vinculado a dos actividades económicas que son parte del PBI: agricultura, caza y silvicultura e industria manufacturera. Dentro de esta última, la industria de madera y muebles representa el 12.7% (estimado a 1998). Esto implica que la industria de madera y muebles incide en aproximadamente el 2.7% del PBI global. Además, hay que tener en cuenta que a esta cifra le falta agregar lo que corresponde a caza y silvicultura, así como el rubro concerniente a otros servicios como combustible (leña y carbón) y productos del bosque diferentes a la madera, entre otros.

En el afán de revertir esta situación, el gobierno nacional viene impulsando principalmente dos frentes que tienen que ver con la implementación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley 27308) y la participación activa de los diferentes actores vinculados con el quehacer forestal. Dentro del primer contexto, a través de concursos públicos, el estado está haciendo posible el otorgamiento de concesiones forestales para ser aprovechadas mediante planes de manejo forestal, habiéndose concesionado hasta el año 2002 un total de 3.130.671 ha de bosques naturales amazónicos en las regiones de Madre de Dios y Ucayali, estando previstas las licitaciones respectivas para el otorgamiento de concesiones en las regiones de Loreto, San Martín y Huánuco. En el frente de la participación de la sociedad civil, la formación y funcionamiento de las Mesas de Diálogo y Concertación Forestal, se están convirtiendo en espacios colectivos con gran capacidad de decisión y legitimidad, debido a la gran cantidad y diversidad de actores forestales que participan en ellas, constituyéndose en el embrión de una institucionalidad más integral para el sector forestal, que asuma el reto de la gestión sostenible de los recursos forestales.

2.3.2 Producción, transformación e industria forestal

El marco jurídico, así como está definido actualmente, no promueve el desarrollo de la pequeña, mediana y gran industria forestal. Los costos de extracción y transformación en el país son muy altos, de manera que no es posible competir con el mercado externo; por su parte, el mercado interno se encuentra en una prolongada recesión.

Las estadísticas oficiales señalan que la producción de madera en el Perú ha ido decreciendo en los últimos años, habiendo llegado en el año 2001 a 8.38 millones de m3, de los cuales el 87% (7.3 millones de m3) se destina para leña y carbón y el 13% (1.1 millones de m3) para madera en rollo industrial, de la cual el 89.28% se destina para madera aserrada y el 21.19% para madera contrachapada. La industria de aserrío es la más importante actividad de transformación de madera en el país, estimándose que hay actualmente en operación un total de 200 aserraderos con una capacidad instalada ligeramente superior a 1 millón de m³, ubicándose los más importantes en las regiones de Ucayali, Junín, Loreto, Madre de Dios y San Martín. Las deficiencias más notorias de este tipo de industria son el elevado desperdicio (más del 40%) de la materia prima, el poco valor agregado a los productos forestales y el déficit de capacidad de secado de madera aserrada.

La industria de contrachapados (plywood/triplay), láminas y chapas está constituida por 12 empresas ubicadas en Pucallpa, Iquitos, Puerto Maldonado y Lima. La capacidad instalada de la industria de contrachapado o plywood es de 105.240 m³ y la de láminas de 20.784 m³. La capacidad ociosa el año 2000 fue de 52.667 m³ (49.9%) en contrachapado y 8.784 m³ en láminas. En los dos últimos años han paralizado sus operaciones dos fábricas de contrachapados en Pucallpa y dos en Iquitos; y desde hace 5 años, 2 fábricas de láminas. La única fábrica existente en el país de tableros aglomerados de partículas viene operando en Trujillo desde el año 1985 con una capacidad instalada inicial de 18 000 m³/año, pero en los últimos años ha realizado ciertas ampliaciones para incrementar su capacidad instalada, alcanzando el año 2001 un volumen de 15.061 m³. Toda la producción de esta fábrica es consumida en el mercado interno y la mayor aceptación en el mercado la tienen sus tableros crudos, a pesar de haber iniciado también la producción de tableros revestidos.

Existe actualmente una demanda de productos maderables para construcción, equivalente a 2.163.254 m³/año, de los cuales 2.021.917 son de madera aserrada, 100.439 de madera para pisos y 40.898 de tableros (paneles y revestimientos). Por su parte, la oferta de madera y sus manufacturas está conformada por la producción nacional y las importaciones. El año 2000 dicha oferta fue de 758.780 m³, correspondiendo 713.053 m³ a productos de origen nacional y 45.727 m³ a productos importados. Esto significa que el 94% de la oferta es de origen nacional y el 6% restante de origen importado.

Respecto a los productos forestales no maderables, los principales son la tara, la castaña, la algarroba, el carrizo, el jebe o shiringa, el palmito, la uña de gato y el aguaje, entre otros.

2.3.3 Comercialización de productos forestales

Las estadísticas de exportación de madera hacen suponer una tendencia creciente de las mismas en los próximos años. Informes recientes señalan que en el período comprendido entre enero y mayo del 2002, estas exportaciones alcanzaron los Dólares EE.UU 43.4 millones, lo cual significó un incremento del 35.7% respecto a similar período del año pasado, constituyéndose en la actividad más dinámica entre los productos no tradicionales, debido en especial a un importante incremento en sus precios. La partida de madera aserrada encabezó las ventas, al registrarse 29.3 millones de dólares por este concepto, cifra que representó una elevación del 78% frente a lo registrado en enero-mayo del 2001. Más importante aún es el aumento registrado para el período enero-agosto del 2002, en el que las exportaciones de maderas tuvieron un aumento de 57.1% en comparación con el mismo período del año 2001. En la mencionada etapa se pasó de Dólares EE.UU 83.97 millones a Dólares EE.UU 118.05 millones de exportación de maderas.

El principal mercado de destino es Estados Unidos, con más del 64% del total, habiéndose convertido el Perú en el principal proveedor, desde que desplazó a Brasil en 1999. Este mercado requiere principalmente madera aserrada de caoba, con una demanda potencial que está sobre los 9000 m³ y podría llegar a los 60.000 m³ sin mayores problemas; la demanda de cumala se encuentra entre los 13.830 m³ y podría alcanzar fácilmente los 30.000 m³; la de cedro es limitada y posiblemente no supere los 3.000 a 5.000 m³ por año. El segundo destino de las exportaciones de maderas peruanas es México, con más del 23% del total, pero este mercado presenta la ventaja de que su demanda es más diversificada, aceptando otras especies aparte de la caoba, como la cumala, el cedro, el pumaquiro y el shihuahuaco, entre otras, siempre y cuando hayan sido secadas artificialmente. Les siguen en importancia los mercados de Hong Kong, República Dominicana, Italia y Venezuela.

Por su parte, los productos forestales no maderables, tienen un gran potencial que no está siendo aprovechado en toda su dimensión, debido a la prioridad que siempre se le ha dado a las exportaciones de productos maderables. Al comparar la tendencia de las exportaciones de productos maderables y no maderables, se puede apreciar claramente que, aunque en algunos años los no maderables superaron significativamente a los maderables, en la actualidad la tendencia se ha invertido, con una brecha que tiende a aumentar.

Las limitaciones en investigación y desarrollo de mercados han conducido a limitar las reales posibilidades comerciales de los productos forestales, lo que a su vez trae como consecuencia la escasa rentabilidad de la producción forestal. Este hecho compromete el manejo forestal de los bosques, con criterio de sostenibilidad. Sólo unas cuantas especies tienen un mercado que hace su manejo rentable, haciendo que se desaproveche el gran potencial que existe. La mayoría de productos forestales no maderables tampoco son aprovechados en todo su potencial. En ambos casos, hace falta un trabajo de apertura de nuevos mercados. No existe además, una adecuada conexión con el contexto internacional forestal, lo cual ocasiona el deficiente aprovechamiento de oportunidades, como el canje de deuda, la venta de captura de carbono y otros servicios ambientales. Adicionalmente, la capacidad de captar financiamiento internacional para proyectos forestales es mínima.

La balanza comercial de productos maderables que hasta el año 1994 se mantenía relativamente estable, se ha desequilibrado completamente con una tendencia cada vez más negativa. Esto coincide con la aplicación del programa de ajuste estructural que se dio al iniciar la implementación del modelo de libre mercado. El pobre aporte en la generación de divisas, junto al hecho de que el grueso de las normas legales vigentes y las políticas económicas del país no reflejan la importancia y la contribución del recurso forestal en el desarrollo integral de la nación, hace que se relegue al sector forestal frente a otros sectores y otras actividades económicas, tales como la agricultura, la ganadería y la minería, entre otras.

2.3.4 Plantaciones forestales

De acuerdo a datos oficiales, el Perú cuenta con 10 millones de hectáreas de tierras aptas para la instalación de plantaciones forestales, de las cuales 7.5 millones se ubican en la Sierra, 2.5 millones en la Selva y 0.5 millones en la Costa. Las plantaciones forestales instaladas hasta el año 2001, ascienden a 726.304 ha, de las cuales más del 50% se encuentran en 6 regiones, que en orden de importancia son: Cusco, Cajamarca, Ancash, Junín, Apurímac y Ayacucho. No obstante, no existe información que permita determinar qué porcentaje de estas plantaciones alcanzó su fase de consolidación.

Estudios recientes señalan que en la Sierra y en la Costa existen una superficie aprovechable de 100.567 ha de eucalipto (mayormente Eucalyptus globulus) y 14.721 ha de pinos (Pinus radiata, P. patula, P. seudostrobus, P. greggii, entre otros); estas plantaciones tienen un volumen aprovechable de 8.760.961 m³ y 1.776.989 m³ respectivamente (la producción nacional actual es de 586.882 m³ de eucalipto y 14.315 m³ de pino). Las regiones que tienen mayor producción forestal, en orden de importancia son: Junín, Cusco, La Libertad, Cajamarca, Huánuco y Ancash, siendo Junín la que ocupa el primer lugar en producción de eucalipto con 18.36% y Cajamarca la que ocupa el primer lugar en producción de pino con 61.14%.

No existe aún en el país un plan programático ni incentivos atractivos que promuevan la reforestación, con excepción de algunos proyectos puntuales y lo que dispone la legislación forestal vigente (concesiones con fines de reforestación). De igual forma, la situación indefinida y en muchos casos conflictiva, respecto de la propiedad de la tierra de áreas potenciales para la reforestación, constituyen un serio obstáculo para el desarrollo de plantaciones forestales. Adicionalmente, existen zonas en las que las plantaciones son mal manejadas, como es el caso de las regiones de Ancash, Huánuco y Ayacucho, en los que a pesar de tener una considerable superficie reforestada, cuentan con bajos volúmenes de producción.

Por otro lado, hasta el momento no se ha tenido en cuenta la gran cantidad de áreas deforestadas en la selva (aproximadamente 9.000.000 ha), las cuales tienen un gran potencial para la reforestación con fines eminentemente productivos y económicos, con la activa participación del sector privado.

2.3.5 Deforestación

Las estadísticas oficiales indican que en el territorio peruano se registran un total de 9.5 millones de ha deforestadas al año 2000, con una tasa anual de deforestación de más de 261,000 ha, de las cuales el 73% se encuentran en diferentes períodos sucesivos de formación boscosa conocidos como bosques secundarios o purmas, cuya dinámica no ha sido aún suficientemente investigada a pesar de que tienen un gran potencial.

La actividad agropecuaria es la actividad que causa mayor impacto en la destrucción de los bosques, ya que los agricultores queman enormes cantidades de bosques para obtener áreas descubiertas. Así, mientras la extracción de madera con fines industriales y comerciales ocasiona un impacto en volumen del 2.5% y el consumo de madera de las poblaciones rurales para producción de leña y carbón es de 16.5%, el desbosque por agricultura migratoria representa el 81.1%.

Es conveniente tener en cuenta que la deforestación por agricultura migratoria y ganadería está en relación directa con la accesibilidad a los bosques. En tal sentido, la construcción de carreteras, sin planes de desarrollo que las justifiquen, resulta el medio por el cual se da inicio a complejos procesos de degradación y desertificación.

2.3.6 La institucionalidad del sector forestal

La representatividad del sector forestal peruano, por el lado del gobierno, esta dada por la Intendencia Forestal y de Fauna Silvestre del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), el cual depende a su vez del Ministerio de Agricultura. La Intendencia tiene jurisdicción hasta la producción de los bosques, tanto naturales como cultivados. La industria forestal y comercialización pertenecen a otros sectores económicos como el Ministerio de la Producción, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo y organismos descentralizados como la Comisión para la Promoción de las Exportaciones (PROMPEX), entre otros. Esto quiebra la cadena de valor de productos forestales, que debe ser gestionada y analizada integralmente.

La participación de la sociedad civil está dada por gremios de productores y exportadores como la Cámara Nacional Forestal (CNF), la Corporación Nacional de la Madera del Perú (CORMADERA) y la Asociación de Exportadores (ADEX), así como por una serie de ONGs de corte principalmente conservacionista, como la Fundación Peruana para la Conservación de la Naturaleza (PRONATURALEZA), el World Wildlife Fund (WWF), la Sociedad Nacional del Ambiente (SNA), el Foro Ecológico y Conservación Internacional (CI), entre otras. También hay una participación más o menos reciente de organizaciones de base y de poblaciones indígenas, entre las que merece destacar a la Comisión Nacional de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (CONAPAAA) y la Asociación de Mujeres Campesinas de Ucayali (AMUCAU).

Recientemente, en cumplimiento de la legislación forestal vigente, ha sido creado el Fondo de Promoción del Desarrollo Forestal (FONDEBOSQUE) que busca principalmente otorgar financiamiento a proyectos del sector privado con un máximo rendimiento en la transformación de productos forestales al estado natural, mediante la aplicación de tecnologías competitivas. Asimismo, está prevista la próxima creación del Organismo Supervisor de los Recursos Forestales Maderables (OSINFOR) y del Consejo Nacional Consultivo de Política Forestal (CONAFOR), ambos igualmente, en cumplimiento de la Ley Forestal.

La institucionalidad así descrita, resulta insuficiente para una adecuada gestión de la complejidad y extensión de los recursos forestales en el Perú. Existe una gran inestabilidad y desarticulación que se manifiestan tanto en el ámbito público como en el privado; además de amplios sectores informales y de espacios públicos no estatales que se encuentran fuera de control (población migratoria, grupos de colonizadores, grupos de repoblamiento y otros). Asimismo, la institucionalidad, así organizada y representada, tiene serios vacíos de promoción para el desarrollo forestal y responde además, a una estructura unilateral en el proceso de toma de decisiones.

Desde el año 2002 y como una especie de embrión de una institucionalidad más integral para el sector forestal, vienen funcionando las Mesas de Diálogo y Concertación Forestal a nivel de algunas regiones del país, las cuales en su conjunto están representadas por la Mesa de Diálogo y Concertación Forestal Nacional.

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