En muchos lugares del mundo, el trabajo de la mujer en la agricultura reviste particular importancia en las zonas de secano. Un estudio realizado por la FAO en Líbano demostró que las mujeres eran las responsables de sembrar, escardar, cosechar y elaborar los cultivos, pero solían ejercer poca influencia en el proceso de toma de decisiones, especialmente respecto a la aplicación y la planificación de las actividades agrícolas. La producción podría mejorar a través de la preservación de la humedad y de una buena gestión de los cultivos, de la utilización de invernaderos, de la recolección local de agua y de la utilización de variedades de ciclo corto.
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