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PRÓLOGO


Es éste el segundo número de la publicación Examen de las políticas alimentarias básicas, que trata de la evolución de las políticas relativas a la producción, el consumo, la comercialización y el comercio de cereales, semillas oleaginosas y productos agropecuarios, durante el período 2001-2002. La información contenida en el presente informe procede de las respuestas de los países a los cuestionarios de la FAO y de otras fuentes a disposición del público.

El período examinado estuvo marcado por varios acontecimientos importantes, en especial el Acuerdo de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Doha, que dio comienzo a una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales. Dicho Acuerdo ha dado lugar a los debates sobre agricultura actualmente en curso que incluyen el examen de la experiencia adquirida hasta la fecha en materia de aplicación del Acuerdo sobre Agricultura de la Ronda Uruguay (AARU). Así pues, se espera que el examen de las políticas agrícolas que figura en este informe y en otros de la presente publicación pueda ayudar a los países a preparar sus negociaciones en materia de agricultura.

En 2001-2002, la situación de los mercados mundiales de productos básicos era muy difícil. El debilitamiento de los mercados internacionales y la baja de los precios aumentaron la presión ejercida sobre los responsables de las políticas nacionales, mientras éstos trataban de aliviar las dificultades de los agricultores ajustándose a la vez al marco de las políticas convenidas a escala internacional, que la mayor parte de ellos había suscrito en virtud de la OMC. Para el año 2001, los países desarrollados habían terminado el proceso de aplicación de los compromisos derivados del AARU, mientras que los países en desarrollo estaban a punto de completarlo. De los exámenes detallados que figuran a continuación se desprende que las políticas nacionales en materia de producción se reorientaron hacia un sistema de pagos sustancialmente desconectados, aunque algunas medidas estaban más centradas que otras en estas formas de ayuda desconectada. En este período también se recurrió con mucha frecuencia a las medidas transfronterizas, para aliviar en parte la pesada carga de los agricultores mediante el empleo de las medidas de salvaguardia de la OMC, los aumentos arancelarios (aunque dentro de sus niveles consolidados) y una mayor aplicación de medidas comerciales basadas en criterios científicos, tales como las medidas sanitarias y fitosanitarias y las relacionadas con el medio ambiente. Asimismo, se examinan en cierto detalle las medidas adoptadas para ayudar a aquellos exportadores que a menudo tuvieron que competir en los mercados mundiales con exportaciones subvencionadas, compatibles con las normas de la OMC, procedentes de otros países. Adoptaron una postura política similar también algunos países que no eran miembros de la OMC, se hallaban en proceso de negociar su adhesión a la OMC o bien se encontraban en una situación peculiar en el marco de programas de ajuste estructural.

Una novedad interesante que se destaca en dos recuadros dentro del texto es el número de las medidas aplicadas a la importación de organismos modificados genéticamente. Según se ha notificado, varias de estas medidas se aplican en los sectores de las semillas oleaginosas y de los cereales. Se trata de una novedad relativamente reciente introducida en respuesta a las preocupaciones que se han ido difundiendo en los últimos años, que deberá seguirse de cerca en el futuro.

Es de prever que, frente a un período de debilitamiento de los mercados, los responsables de las políticas intensificarán sus esfuerzos por estimular la demanda. Si bien en los capítulos siguientes se dan varios ejemplos de ello, sobresalen dos casos de particular interés, a saber: los programas de distribución de leche en las escuelas (que evidentemente representan también una preocupación a más largo plazo), y la utilización de las semillas oleaginosas para la producción de diesel biológico. Ambos temas se tratan en recuadros especiales.

Cabe esperar que la información facilitada sea de utilidad para los responsables de las políticas, los investigadores y las demás personas que se ocupan de cuestiones relacionadas con las políticas agrícolas. Cualquier observación o sugerencia al respecto se acogerá con agrado y podrá enviarse al Jefe, Servicio de Productos Alimenticios Básicos, Dirección de Productos Básicos y Comercio, FAO, Viale delleTerme di Caracalla, 00100 Roma (Italia), o bien dirigirse por correo electrónico a: [email protected].

La dirección del sitio Web de la Dirección de Productos Básicos y Comercio es la siguiente: www.fao.org/es/esc/default.htm.

Alexander Sarris
Director
Dirección de Productos Básicos y Comercio


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