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1. INTRODUCCION

Los esfuerzos dedicados al estudio de evaluación del estado de las pesquerías en ríos (Welcomme, 1979, 1985; Bayley, 1983; Malvestuto y Meredith, 1986) son mucho menos numerosos que los dedicados al estudio de pesquerías en lagos y embalses. Esto es válido tanto a escala planetaria como a escala continental. Las razones para que ello haya sido así, probablemente residan en la clara caracterización de los ríos como sistemas abiertos ya desde épocas tempranas en el desarrollo de la ecología acuática, lo cual los hace intratables dentro del marco conceptual de la limnología clásica de lagos, lagunas y estanques (Bayley, 1980; Ryder and Pesendorfer, 1986). Intimamente relacionado con ello se encuentra la dificultad teórica de adaptar el concepto de ecosistema a sistemas de flujo fluctuante tales como los ríos (Odum, 1967; Rzoska, 1976; Bayley, 1980; Regier and Henderson, 1980; Vannote et al., 1980; Welcomme, 1986). Dificultades similares se encuentran al tratar de aplicar el concepto de habitat a los peces de un río con llanura de inundación, dado que una dada posición espacial dentro del sistema sufre una serie de cambios de estado en función del ciclo hidrológico (Welcomme, 1986).

Otras razones que posiblemente hayan contribuido al énfasis desproporcionado con respecto al estudio de lagos y embalses son el mayor tamaño relativo (longitud) de los sistemas tipo río que en muchas ocasiones llega a cruzar las fronteras nacionales (Malvestuto y Meredith, 1986) y los problemas logísticos asociados. Ello, sumado a la gran diversidad espacial y temporal de habitat de los peces, hace altamente costosos los estudios pesqueros en grandes ríos en comparación con los realizables en lagos y embalses. En general, en países desarrollados del hemisferio norte, la importancia relativa de los ambientes tipo lago y de sus poblaciones de peces es mucho mayor que en las regiones tropicales y subtropicales, de menor desarrollo económico y con pesquerías fluviales de mayor importancia relativa con respecto a las de sus lagos y embalses. Esto pudo haber contribuido al desarrollo de una limnología y una ciencia pesquera con mucho mayor énfasis en el conocimiento de los lagos y sus poblaciones de peces que en las de los grandes ríos (Ryder y Pesendorfer, 1986).

Todo lo anterior conlleva a que el muestreo adecuado de los grandes ríos y la caracterización y el manejo de sus pesquerías sea relativamente más difícil de realizar que en lagos y embalses (Malvestuto y Meredith, 1986).

Recién con los trabajos de Welcomme (1975, 1976, 1979) se llega a obtener generalizaciones de aplicabilidad amplia a los grandes ríos con llanuras de inundación y sus comunidades de peces. Su aplicabilidad a los ríos templados del hemisferio norte, que sufrieron el efecto de las glaciaciones (Ryder y Pesendorfer, 1986), así como a los del extremo sur de América Latina todavía queda por ser verificada. Para los primeros, el excelente trabajo de Hynes (1970) es el único de aplicabilidad general (Ryder y Pesendorfer, 1986); posiblemente sus resultados más generales también sean aplicables a los últimos.

Las prácticas de manejo de pesquerías en grandes ríos se han mantenido prácticamente sin cambios durante las últimas décadas. Al mismo tiempo se produjo un incremento en el uso de los ríos para producción de energía, provisión de agua, control de crecidas, transporte, riego, producción de alimentos, dilución y asimilación de productos de desecho, entre otros usos. Ello ha afectado de manera adversa la calidad del agua y el medio ambiente físico que sustenta a la biota acuática y a los peces en particular. Por otra parte, se producía un aumento en la demanda sobre los peces provenientes de los grandes ríos (Folleto, LARS, 1986).

Los conflictos entre los distintos usuarios del recurso son comunes a escala mundial y la explotación ya ha contribuido a la disminución o desaparición de ciertos stocks locales de peces en algunos países. Sin embargo, la demanda de peces de grandes ríos no puede colocarse en perspectiva si no se posee estimadores confiables de su productividad pesquera. Tales estimadores son importantes para la planificación de programas de manejo pesquero, ya que el iniciar una pesquería sólo con base en la oferta y la demanda puede no ser muy realista si no se posee información más segura sobre su productividad (oferta sostenible) (Folleto, LARS, 1986).

Poco se conocía, hasta época muy reciente, con respecto al inventario de ríos, su producción pesquera o el potencial de desarrollo de los grandes ríos más allá de sus costas. El efecto del desarrollo de los ríos sobre sus recursos pesqueros no puede actualmente ser evaluado apropiadamente. Resolver esos problemas requiere de métodos nuevos e innovativos. Reconociendo las necesidades y los problemas asociados con el desarrollo de técnicas de manejo de los recursos lóticos, el Ministerio de Recursos Naturales de la Provincia de Ontario (Canadá), inició en 1986 la organización del Simposio Internacional Sobre la Producción y el Manejo de las Pesquerías de los Grandes Ríos (LARS), con los siguientes objetivos:

  1. desarrollar estimadores de rendimiento pesquero para grandes ríos, a través de:

    1. la reseña crítica de los estimadores de rendimiento pesquero, producción y biomasa, ya desarrollados;

    2. el compendio de las técnicas prevalecientes de inventario de ríos y de evaluación para variables bióticas y abióticas;

  2. publicar los trabajos de recopilación, los que presentan estudios de casos y los trabajos de síntesis;

  3. identificar áreas en las cuales es necesario intensificar estudios para mejorar el manejo racional de los recursos fluviales;

  4. mejorar la comunicación y las conexiones entre los científicos y los administradores con interés en grandes ríos.


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