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PREFACIO


La necesidad de proteger y mejorar la ordenación de los recursos forestales en los trópicos y subtrópicos se ha expuesto carta vez más en anos recientes. El valor de estos bosques y de sus correspondientes recursos para la economía y el bienestar de las naciones en desarrollo, la preocupación mundial sobre la desertificación y la alarma por la tala acelerada del bosque húmedo tropical, han sido temas principales en:

  1. reuniones internacionales y nacionales (Comité de la FAO de Desarrollo Forestal en los Trópicos, Cuarta Sesión, Roma, 1976; Conferencia del PNUMA sobre Desertificación, Nairobi, 1977; Octavo Congreso Forestal Mundial, Yakarta, 1978; Taller Internacional MAB (Unesco)/Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO), sobre Ecosistemas de Bosques Húmedos Tropicales, Yakarta, 1978, y Talleres anteriores MAB/IUFRO Conferencia del Servicio Forestal de los EUA sobre una mejor utilización de los bosques tropicales, Madison, Wisc., 1978; Conferencia de los EUA sobre Estrategia en materia de Deforestación Tropical, Washington, 1978; Reunión de Expertos en Bosques Tropicales, PNUMA, Nairobi, 1980);

  2. informes de carácter global (Comité Australiano de la Unesco para el MAB, 1976; Unesco/PNUMA/FAO, 1978);

  3. documentos sobre política (Banco Mundial, 1978; UICN/PNUMA/WWF, 198O; Grupo de Trabajo Interagencial de los EUA sobre Bosques Tropicales, 198O).

Hay que añadir también el tono de urgencia de los escritos de determinados expertos sobre bosques tropicales (p.ej. Whitmore, 1975; Myers, 1979).

Los Organismos de las Naciones Unidas han venido fomentando por diversos medios la introducción de la planificación ambiental, incluyendo la evaluación de impactos, dependiendo de las responsabilidades de cada organismo. La FAO, como organismo especializado responsable de la producción de alimentos y fibras, ha venido defendiendo y ayudando la conservación y mejor ordenación del sector forestal, de la agricultura y la pesca, por medio de publicaciones (cf. Anexo B) y conferencias, el patrocinio y fomento de la investigación (cf. FAO/PNUMA, 1975, en Anexo B), los inventarios y el seguimiento de las tendencias (cf. Unasylva, 1976, v. 28, No. 112-113; el proyecto piloto FAO/PNUMA de inventario de bosques tropicales en el África Occidental, finales de los 70; Sistema Mundial de Vigilancia del Medio Ambiente PNUMA/FAO, GEMS), e informes sobre política (cf. informes anuales sobre el Estado de la Agricultura y la Alimentación, especialmente el de 1978; discurso principal del Octavo Congreso Forestal Mundial, 1978).

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha fomentado, en forma análoga, la conservación en el mundo en desarrollo, mediante conferencias, publicaciones, establecimiento de bancos de datos (Sistema INFOTERRA de Obtención de Datos sobre Información Ambiental) y fomento de la investigación. El PNUMA está elaborando actualmente normas para la evaluación de impactos ambientales (cf. Ashford, 1979, PNUMA, 1980). El PNUMA estimula a los organismos de financiación para que utilicen con mayor amplitud la evaluación ambiental sistemática de los proyectos, aplicándola lo antes posible en el proceso de planificación (Ashford, 1979).

Mientras que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha limitado hasta ahora primordialmente a la evaluación económica de proyectos (IIED, 1978), otro organismo económico de las Naciones Unidas, la Comisión Económica para Europa (CEE), ha sido muy activa en materias ambientales desde 1975. En Septiembre de 1979 la CEE celebró en Austria un Seminario sobre Evaluación de impactos Ambientales, al que asistieron países que proporcionan cerca del 75 por ciento de los fondos para programas cooperativos de desarrollo. Algunos de estos países, sobre todo los EUA, Canadá y Suecia, han desarrollado en gran manera procedimientos nacionales para la evaluación de impactos, siendo inevitable que sus requisitos en esta materia se apliquen a aquellos proyectos que financian estos países en el exterior. En el seminario de 1979, los EUA plantearon realmente como uno de los principales temas de la cooperación y el desarrollo internacional, el de la evaluación de impactos.

La Unesco, sobre todo a través de su programa el Hombre y la Biosfera (MAB), ha patrocinado muchas conferencias, estudios y publicaciones referentes a los bosques tropicales y otros tipos de bosques (cf. Anexo B), La Unesco, en colaboración con el PNUMA y la FAO, ha publicado recientemente un informe sobre los ecosistemas de bosques tropicales (Unesco/PNUMA/FAO, 1978) que constituye un punto de referencia sobre loa conocimientos disponibles. La Unesco ha patrocinado también convenciones internacionales dedicadas a la conservación (cf. Myers, 1979).

Entre los organismos mundiales de financiación, el Banco Mundial designó ya en 1970 un Asesor Ambiental responsable del análisis ambiental de todos los proyectos de inversión, al mismo tiempo que los Estados Unidos se convertían en el primer país que introducía la evaluación formal de impactos ambientales (EIA), El Banco ha publicado normas referentes a las "consideraciones ecológicas, ambientales, sanitarias y humanas, en los proyectos de desarrollo económico" (Banco Mundial, 1974; 1975) y está preparando actualmente (1981) normas destinadas específicamente a la evaluación de impactos de los proyectos agrícolas. El documento sobre política forestal del Banco (Banco Mundial 1978), refleja una amplia visión de los recursos forestales de los países en desarrollo, visión que incluye el fomento de los estudios ambientales.

Entre los organismos regionales de cooperación, la Organización de Estados Americanos (OEA), ha publicado normas para incorporar la planificación ambiental al desarrollo de las cuencas hidrográficas (OEA, 1978). Parte de la metodología descrita en estas normas de la OEA es aplicable a los proyectos forestales.

Tal como se indicó anteriormente, algunos países donantes han contribuido o están contribuyendo a introducir la evaluación de impactos en la planificación del desarrollo. La AID, de los EUA, está obligada por ley a incluir EIA en proyectos importantes de desarrollo en el exterior. En 1979, el Presidente Carter dispuso que la AID utilizase EIA con el fin específico de preservar los bosques naturales tropicales y su diversidad (Alhéritière, 1979). En el campo forestal, cabe esperar que los programas de asistencia de Canadá. (Sachs, 1977) y de Suecia, sean dos nuevos vehículos para transmitir los conceptos de la planificación ambiental a los países en desarrollo.

Entre los organismos internacionales de conservación, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN) ha sido especialmente dinámica en el fomento de la protección de los bosques y otros recursos en el mundo en desarrollo. La UICN, con la ayuda del PNUMA, la Unesco, la FAO, el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), y agencias bilaterales de ayuda como la sueca SIDA, ha publicado varias normas para favorecer un desarrollo ecológicamente aceptable de los trópicos (cf. Poor, 1976; Unesco/PNUMA/FAO, 1978, Ch. 21), Junto con el PNUMA y el WWF la UICN ha publicado recientemente su Estrategia Mundial para la conservación (UICN, PNUMA/WWF, 1980), que recomienda, entre otras medidas, la adopción de los EIA en la planificación del desarrollo.

El Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo (IIAD) es otro organismo de conservación que ha defendido la introducción de la EIA en el mundo en desarrollo. En un reciente estudio financiado por el PNUMA y por la agencia canadiense para el desarrollo internacional (CIDA), el IIAD ha señalado que la mayoría de los nueve organismos internacionales de financiación analizados, no contaban con "procedimientos formales para evaluar los impactos ambientales de sus programas" (IIAD, 1978), Al parecer, los organismos de financiación han comenzado a revisar consecuentemente sus procedimientos de planificación (New Scientist, 1978, Dec. 7, P.749). El Fondo Europeo para el Desarrollo ha solicitado la ayuda del IIAD para formular normas ambientales a influir a la convención Lomé sobre Comercio y Asistencia (Lomé II), firmada en Octubre de 1979.

El Consejo Internacional de Asociaciones Científicas (CIAC), a través de su Comité Científico sobre Problemas del Ambiente (CCSPA), está promoviendo también la difusión de la EIA en los países en desarrollo. Con la ayuda del PNUMA el CCSPA puede adaptar su anterior publicación sobro, evaluación de impactos (Munn, 1979) para ajustarse a las circumstancias de los países en desarrollo.

Las actividades de la FAO en el campo de la conservación ambiental comenzaron bastante antes de la Conferencia de Estocolmo de las N.U. Al principio de los anos 60, comenzaban a aplicarse ya las soluciones integradas para el desarrollo de los recursos naturales, combinadas con la protección ambiental. Estas primeras actividades incluían el proyecto de FAO de desarrollo del Mediterráneo, el de las tierras vírgenes y la conservación ambiental en América Latina, los estudios sobre ejemplos de agricultura migratoria en África y América Latina, los cursos de capacitación regional y viajes de estudio sobre ordenación de cuencas hidrográficas, la planificación de parques nacionales y el manejo de la vida silvestre, la plantación de cortinas protectoras, la estabilización de dunas y varios proyectos de campo relacionados con éstas y otras materias afines.

La creación del Grupo de Trabajo Interdepartamental sobre Recursos Naturales y Ambiente Humano representó un punto decisivo sobre el interés específico de la organización en los temas ambientales. En 1978 se incluyó en el Estado de la Agricultura y la Alimentación (SOFÁ) un capítulo especial sobre los Recursos Naturales y el Medio Humano para la Agricultura y la Alimentación. La vigilancia de la cubierta forestal tropical, las evaluaciones de los recursos forestales del mundo, las reuniones sobre la conservación y el uso racional de los bosques y terrenos arbolados tropicales, la evaluación de la degradación de los suelos, el mapa mundial de la desertificación, y la ordenación ecológica de los pastizales áridos y semiáridos son algunas de las actividades que está ejecutando la FAO con la ayuda del PNUMA. La serie de Estudios de FAO sobre Medio Ambiente y la serie de Guías de FAO sobre Conservación de Suelos tratan de diversos temas ambientales relacionados con los trabajos de la Organización en materia de desarrollo.

En resumen, al comenzar la década de los 80 hay una presión generalizada en favor de introducir una evaluación sistemática de las consecuencias ambientales de las actividades forestales y de otros proyectos, en los países en desarrollo. La razón de la urgencia procede de la fragilidad de los propios recursos forestales, del establecimiento de organismos reguladores en los países en desarrollo, de los requisitos de tramitación que exigen los organismos internacionales de financiación y asistencia técnica y los propios países donantes, y del activismo de la comunidad conservacionista y científica internacional.


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