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Directrices sanitarias para los casos
episódicos de incendio de vegetación

Los incendios en los bosques y en otros tipos de vegetación liberan partículas de materia contaminante, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y compuestos orgánicos. Las partículas finas transportadas por el aire (con diámetros inferiores a 2,5 µm) tienen efectos perjudiciales para la salud debido a que pueden penetrar en profundidad en los pulmones humanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado una vinculación entre la exposición a las partículas finas y ultrafinas y los ingresos a los hospitales, las visitas a consultorios de urgencias y los departamentos de atención a pacientes externos y la mortalidad debida a enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

En los países en desarrollo, los incendios de vegetación aumentan el riesgo de infecciones agudas respiratorias, que son una de las principales causas de mortalidad infantil. Los incendios forestales graves causados por el desbroce en Asia sudoriental entre 1997 y 1998, por ejemplo, afectaron a 200 millones de personas en Brunei Darussalam,

Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia. El desplazamiento masivo de las poblaciones que huían de los incendios y el humo y el aumento de las visitas de urgencia a los hospitales agravaron la crisis.
El número de casos de neumonía aumentó 25 veces en Kalimantan sudoriental (Indonesia), mientras que en Malasia, el número de visitas de pacientes externos con enfermedades respiratorias se triplicó. En parte como consecuencia de este grave incendio, en 2002 la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) adoptó el Acuerdo sobre la contaminación por niebla de humo transfronteriza de la ASEAN para controlar las actividades relacionadas con los incendios forestales o de tierras que pudiesen dar lugar a tal contaminación. Los países signatarios convinieron en adoptar actividades de control, evaluación, prevención y de preparación para afrontar la emergencia, así como la cooperación y la coordinación subregional para hacer frente al impacto de los incendios, que continúan presentándose con periodicidad.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la OMS, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Instituto para la Epidemiología Medioambiental de Singapur han publicado directrices completas destinadas a los gobiernos y a las autoridades encargadas de la toma de decisiones cuando sus poblaciones queden expuestas al humo de los incendios. Las Directrices sanitarias para los casos episódicos de incendios de vegetación (1999) proporcionan información sobre los incendios de vegetación a nivel regional, nacional y mundial, obtenida por telepercepción, incluyendo información acerca del grado de impacto y de los contaminantes liberados. Una guía para profesores relacionada con el tema compila material educativo para utilizar en cursos de capacitación. Estas publicaciones también se hallan disponibles en CD-ROM.

Las directrices examinan los efectos graves y crónicos sobre la salud de la contaminación del aire causada por los incendios forestales y de biomasa. Las medidas de mitigación que se pueden adoptar durante las serias emergencias de humo comprenden:

  • permanecer en interiores;
  • reducir la actividad física y abstenerse de fumar;
  • utilizar depuradoras de aire;
  • utilizar máscaras de gas y respira­dores;
  • evacuar a las personas susceptibles a refugios de emergencia (por ejemplo, escuelas o edificios comerciales equipados con aire acondicionado y sistemas de filtración de aire).

Las directrices suministran asesoramiento acerca de las comunicaciones públicas eficaces y orientación sobre las medidas de mitigación para evaluar las repercusiones de los incendios de vegetación en la salud.
Asimismo, presentan medidas sobre la manera de reducir la carga de la mortalidad y de las incapacidades evitables que padecen, en particular, las personas de menores recursos, y sobre el desarrollo y aplicación de un sistema de alerta rápida para la contaminación del aire, basado en el monitoreo y pronóstico de las condiciones atmosféricas y del terreno.

El humo procedente de los incendios forestales causa graves problemas respiratorios a los seres humanos
P. Vuorinen

Fuente: WHO. 2000. Vegetation fires.
Disponible en: www.who.int/mediacentre/factsheets/fs254/en/index.html


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