ORIENTACIONES
METODOLÓGICAS 1
Pretendemos proponer una forma de construir, conjuntamente
el maestro con los alumnos, un curriculum2 orientado por las nuevas corrientes en educación. Corrientes que nos
permiten
situarnos frente a una realidad cambiante y en la cual es necesario ir
asimilando y construyendo nuevos paradigmas educativos que privilegien el
aprendizaje sobre la enseñanza.
Uno de estos nuevos paradigmas está basado en la Pedagogía
Ignaciana con sus etapas de Contexto, Experiencia, Reflexión, Acción
y Evaluación.
- El contexto nos señala el momento y
circunstancia en la que nos encontramos y en el cual tiene lugar el enseñar y
el aprender: los ambientes, los grupos sociales, la
cultura, las costumbres, la jerarquía de valores, política, economía, religión,
arte, medios de comunicación, música. Pero, en especial, hace énfasis en el
contexto del
alumno: situación física, académica, psicológica, sociopolítica, económica,
espiritual, estilos de aprendizaje, tipos de inteligencia predominantes, los
conceptos previamente
adquiridos, ambiente institucional del centro.
- La experiencia, no del
docente sino del
alumno, es la que permite aprender y comprender el significado de las cosas.
Sin ella, sin que este conocimiento pase por los
sentidos, es imposible hablar de un entendimiento real de las cosas y del mundo. Requiere, por
tanto, conocer los hechos, conceptos y principios, sin detenerse en una
comprensión puramente intelectual, sino también alcanzar a las dimensiones
afectivas. Las dimensiones afectivas del ser
humano han de quedar tan implicadas como
las
cognitivas, porque si el sentimiento no se une al conocimiento intelectual, el
aprendizaje no moverá a una persona a la acción. Por tanto, la
"experiencia" se refiere a
cualquier actividad en la que junto a un acercamiento cognoscitivo a la
realidad que se trata, el alumno percibe un sentimiento de naturaleza afectiva.
- Toda experiencia, propia o ajena, a través de la
reflexión, debe ser interiorizada, ilustrada, teorizada a fin de hallar
en ella las causas, efectos y condiciones que produjeron
el hecho. En este paso la memoria, entendimiento, imaginación y los
sentimientos se utilizan para captar el significado y el valor esencial de lo
que se está estudiando, para
descubrir su relación con otros aspectos del
conocimiento y la actividad humana. Este paso forma la conciencia de los
alumnos y los impulsa a ir más allá del
puro conocer
y pasar a la acción.
- Si la reflexión es realizada con profundidad,
será inevitable que ésta conduzca a una acción. Esta acción puede ser
interna cuando produce cambios de conducta, actitud
o de forma de vida, mientras que puede ser exterior cuando se manifiestan
cambios en los comportamientos y actividades mismas. Por tanto, la acción nos
conducirá a
nuevas experiencias.
- La evaluación,
desde este paradigma, no tiene el fin de únicamente conocer si se hizo
bien o mal, si se aprendió o no, sino que va más allá, intenta dar
profundidad a lo
conocido-aprendido mediante una internalización de los elementos más
significativos de todo este proceso que nuevamente se inicia. Desde esta
perspectiva, la evaluación
constituye el reforzamiento de los conocimientos adquiridos.
El Paradigma Ignaciano puede ser también comparado con el
proceso de comunicación. No olvidemos que este proceso contiene los siguientes
elementos: emisor, perceptor, canal,
mensaje y retroalimentación.
- El emisor, ya sea
un hecho, una persona, o la naturaleza misma, transmite un mensaje de
acuerdo a su forma de organizar su conocimiento (es decir, que codifica el
mensaje).
- El canal, es
decir, el medio que se habrá de utilizar para emitir el mensaje. Ejemplo:
vía oral, corporal, gestual, escrita, audiovisual, etc.
- El mensaje,
aquello que se quiere comunicar, la idea principal.
- El perceptor, que
es la persona que recibe el mensaje, para lo cual primero debe decodificar
el mensaje recibido. Esta decodificación se realizará sobre la base de la
experiencia que el perceptor tenga.
- La retroalimentación, que se dá cuando el
mensaje percibido es nuevamente comunicado al primer emisor.
También, a partir de la corriente de la educación popular,
se han propuesto tres momentos esenciales:
Desde esta perspectiva se parte de la práctica (conocimiento)
con la que asisten los alumnos, posteriormente se refuerza ésta mediante
insumos teóricos que ayuden a comprender y/o
mejorar la misma para finalmente proponer nuevas formas de práctica mejorada.
Si gráficamente comparamos estos esquemas veremos la coincidencia de los
mismos.
En síntesis, el aprendizaje se desarrolla sobre la base de
experiencias significativas, es decir, sobre experiencias que impliquen
significados (sentido y valor) que nos permitan comprender
los hechos, acontecimientos y nuestro propio entorno.
Estos significados, obviamente, están codificados de una u
otra forma y es aquí donde juega un papel determinante el alumno, pues debe ser
él quien decodifique ese mensaje o significado.
Según Piaget, el conocimiento dependerá de dos funciones principales: la
adaptación de los nuevos conocimientos sobre la base de los anteriormente
poseídos, y la asimilación de éstos.
Estas dos funciones dependen a su vez de la madurez de los alumnos, de la
experiencia de ellos y de la influencia del
medio que los rodea.
El proceso de decodificación es la reflexión, que también es
apoyada por los conocimientos que brinda o aporta el docente.
En este sentido, y siguiendo siempre a Piaget, el niño
participa activamente en la construcción de su propio conocimiento. La
consecuencia que saca Piaget es que las situaciones prácticas
corresponden a la naturaleza activa de las personas.
1 La presente
sección está basada en los documentos de "Pedagogía Ignaciana, un
planteamiento práctico", elaborado por el Consejo Internacional de
Educación de la Compañía de Jesús en 1993, y en "Sistema
Nacional de Formación y Capacitación Indígena", elaborado por el Programa
de Desarrollo Indígena Sostenible en 1998.
2 Curriculum
deriva de la palabra latina
"currere" que significa recorrido. No se reduce a solamente
contenidos de enseñanza, sino que abarca los métodos de enseñanza y la
aplicación de los mismos. Además,
permite a los docentes una adecuación en función a las necesidades de
aprendizaje de los alumnos.