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5 Perspectivas del sector forestal para el 2020

PREMISAS UTILIZADAS PARA EL ANÁLISIS

Para mostrar un cuadro coherente de cómo podría ser el escenario más probable del sector forestal de Centroamérica y México para el 2020 se consideraron las siguientes premisas:

• El mantenimiento del orden mundial.

• La subregión logrará mantener e incrementar su tasa de crecimiento de la economía (PIB) generando estabilidad en la tasa de cambio, la inflación y las tasas de interés.

• La subregión mantendrá la tasa actual de crecimiento de la población, pero un mayor PIB, favorecerá la inversión en salud, educación e infraestructura. El gasto social por habitante (el actual es de 187 dólares EE.UU.) deberá elevarse, al menos, al promedio latinoamericano que es de 698/dólares/ persona.

• Los países de la subregión invertirán en fortalecer los programas de capacitación laboral y de empleo y mejorarán la cubierta de la seguridad social. Se hará hincapié en la incorporación de la mujer al mercado laboral y se abordará el tema de la equidad como objeto de política.

• Los acuerdos comerciales que ha suscrito la región permitirán aumentar significativamente el comercio de bienes y servicios intra y extra regional, generando mayor dinamismo en las economías.

• Este mayor dinamismo de las economías se reflejará en más y mejores condiciones de empleo (empleo de calidad), tanto a nivel urbano como rural. Los países lograrán incrementar las oportunidades de empleo rural como medio para disminuir la alta migración rural-urbana.

• Para el 2020 cada país de la región logrará disminuir la pobreza, bajándola en un 50%, para pasar del 51% de la población pobre en la región a un máximo del 25%. También disminuirá la gran brecha en la distribución de la riqueza, en busca de una mayor equidad que contribuya a mantener y mejorar la estabilidad.

• La región logrará consolidar políticas regionales y marcos regulatorios regionales que faciliten las acciones conjuntas de los países para aprovechar mejor los recursos existentes.

• Antes del 2010 los planes nacionales de desarrollo forestal elaborados al inicio de esta década deberán implementarse, al menos, en un 50% de lo establecido a nivel de metas y acciones específicas. En 2020 se aplicarán en forma efectiva, según revisiones quinquenales y ajustes realizados de acuerdo a los cambios que vayan dándose.

• La ordenación sostenible de los recursos forestales será recompensado a través del reconocimiento de los servicios ambientales que estos ecosistemas generan y los propietarios del recurso recibirán un justo pago por dichos servicios.

• El crecimiento de los niveles de desarrollo tecnológico, tanto en el aspecto forestal como en el industrial, basado particularmente en plantaciones forestales. Tal desarrollo deberá traer mejorías de productividad, aunque se verificarán diferentes niveles de desarrollo entre los países.

ESCENARIO PROBABLE

El cambio de cubierta forestal para el 2020

De persistir las condiciones actuales, el ordenamiento territorial en los países seguirá sin producirse y las tierras de vocación forestal y los bosques seguirán dando paso a otros usos de la tierra (avance frontera agrícola) que reducirán a mediano y largo plazo la productividad de las mismas. Por ello, para estimar la cubierta forestal al 2020 se utilizó la tasa de deforestación actual y se trabajó bajo el supuesto de que ésta se mantendrá hasta el 2020.

Por lo tanto, se estimó que en Centroamérica la tasa de deforestación continuará a una tasa de 341 000 hectáreas anuales y en México a una tasa de 600 000 ha/año. Sin embargo, en el caso de México no existe un estudio actualizado que determine la tasa anual de deforestación. Se maneja un rango que va desde 200 mil hectáreas hasta 1,5 millones de hectáreas.

Utilizando las tasas antes citadas, al 2020 la cubierta de Centroamérica y México habrá disminuido de 73 a 54 millones de hectáreas aproximadamente, una pérdida de 19 millones de hectáreas en 20 años, casi 1 millón de hectáreas por año. Esto significa una pérdida del 26% del área total de bosques.

En el cuadro 41 se presenta el comportamiento de la cubierta forestal al 2020 bajo dos escenarios: el primero, llamado el “escenario probable” bajo el supuesto de que las fuerzas impulsoras negativas que prevalecen en la actualidad sigan actuando en la misma dirección. El segundo escenario, llamado “escenario 2”, supone que las fuerzas positivas empujan fuertemente y ejercen un contrapeso que permitirá reducir la pérdida de bosques de 19 a 11 millones de hectáreas, o sea, un 15% del área total de bosques.

Para realizar la estimación de lo que se llamó el escenario 2, (véase el cuadro 41), se consideró que a partir del año 2010 se reduce la tasa de deforestación en un 30% como resultado de la primera fase de implementación de los Planes Nacionales de Desarrollo. A 2020 la tasa de deforestación se habrá reducido en un 30% adicional con base en la tasa actual que es de 341 000 ha/año para Centroamérica y 600 000 ha/año para México. Esto reduce el impacto del área forestal perdida de 73 a 63 millones de hectáreas, o sea, 10 millones de hectáreas en 20 años.

CUADRO 41 Comportamiento de la cubierta forestal existente al 2000 en dos escenarios diferentes en Centroamérica y México para el 2020

Variable

Superficie por año (1000 hectáreas)

2000

2010

2020

Superficie total de Centroamérica (1)

51 073

51 073

51 073

Superficie boscosa si las tendencias actuales permanecen (escenario probable)

17 824
(34,9%)

14 414
(28,2%)

11 004
(21,5%)

Superficie boscosa si las tendencias actuales cambian y mejoran (escenario 2)

17 824
(34,9%)

15 437
(30,2%)

14 073
(27,6%)

Superficie total de México (2)

190 869

190 869

190 869

Superficie boscosa si las tendencias actuales permanecen (escenario probable)

55 205
(28,9%)

49 205
(25,8%)

43 205
(22,6%)

Superficie boscosa si las tendencias actuales cambian y mejoran (escenario 2)

55 205
(28,9%)

51 005
(26,7%)

48 605
(25,5%)

1 Se estima una tasa de deforestación de 341 mil hectáreas anuales.
2 Se estima una tasa de deforestación de 600 mil hectáreas anuales.
Fuente: Marielos Alfaro.

La ordenación forestal

La producción forestal en la región proviene de bosques y plantaciones escasamente manejados, con muy poca incorporación de criterios de orden social y ambiental en las decisiones de ordenación.

El área de bosques naturales bajo una buena ordenación forestal sostenible ha crecido a una tasa baja por lo siguiente: aunque en la región se han hecho avances importantes en la investigación sobre la ordenación de bosques naturales la implementación ha sido poca. La información que existe en los países es sobre el área sometida a aprovechamiento forestal de acuerdo con las regulaciones nacionales, pero existe consenso en los departamentos forestales de la región de que no es posible afirmar que esos bosques están siendo sometidos a una buena ordenación forestal.

La tala ilegal continuará en el orden de 2 a 3,6 millones de m³ anuales. Aunque las razones son múltiples, una de ellas es la alta burocratización de los procedimientos en las instituciones encargadas de dar los permisos forestales y el avance de la frontera agrícola. Esta situación permanecerá y con ella la corrupción que genera.

Si los países logran implementar, al menos parcialmente, sus PNDF, para el 2010, los países de la subregión lograrán reducir la tala ilegal en un 50%, es decir, de 1 a 1,8 millones de m³/año. La meta de la región es que a partir del 2020 toda la madera que se aproveche en los bosques de la subregión se produzca bajo los lineamientos técnicos, económicos y ambientales establecidos en planes de ordenación forestal y que toda esa madera contará con los permisos respectivos. Para ello, se deberán simplificar los trámites a favor del administrado y el seguimiento y mejorar el control de la ordenación como parte de una mejor gestión público-institucional sobre los recursos forestales existentes.

La subregión ha visto una oportunidad en la ordenación de los bosques secundarios y se ha generado alguna información técnica y económica sobre éstos. Sin embargo, hasta la fecha la casi totalidad de estos bosques no han sido manejados debido a que las expectativas de ingresos son a largo plazo (30-40 años) y los propietarios no disponen de recursos financieros para invertir en ello. Esto permite afirmar que los bosques secundarios de la subregión no recibirán ordenación adecuada y en algún momento volverán a cambiar su uso, hacia agricultura o ganadería.

Los datos disponibles no son suficientes para establecer las perspectivas sobre el área de bosques bajo ordenación forestal que tendrá la subregión en 2020. Sin embargo, la tendencia en los países es a un mayor control de las operaciones forestales y a la utilización de mecanismos de verificación externos como el caso de la Certificación Forestal bajo el sistema del Consejo de Ordenación Forestal (Forest Stewardship Council, FSC).

El área actual de bosques certificados en la subregión es de 1,3 millones de hectáreas, bajo criterios del FSC durante el período 1994-2003, es decir, a un promedio anual de 130 000 hectáreas. Los propietarios de las operaciones certificadas han reconocido las mejoras logradas a través de la certificación, principalmente en el ordenamiento de las operaciones. Algunos de ellos reconocen que es una oportunidad para comercializar los productos (bienes y servicios) forestales de la región en nichos de mercado que reconozcan el valor agregado de la certificación.

Considerando la tasa anual promedio de área forestal que ha ingresado al sistema del FSC en el período 1994-2003, se estima que para el 2020 la subregión podría contar con 3,5 millones de hectáreas certificadas, es decir, 2,2 millones de hectáreas más que la cifra actual. La distribución actual es del 95% bosques naturales y el 5% de plantaciones forestales. Se estima que por el incremento esperado en las áreas plantadas, esta proporción varíe levemente ubicándose en el 90% en bosques naturales (3,15 millones de hectáreas) y el restante 10% en plantaciones forestales (0,35 millones de hectáreas).

Las plantaciones forestales

La tasa anual de establecimiento de plantaciones forestales en Centroamérica se mantendrá en una tasa histórica que no supera, como promedio, las 20 000 ha/año. Para el 2020 la región habrá pasado de 462 000 hectáreas reportadas para el 2003 a 882 000, prácticamente el doble, es decir, un 1,7% del área total de la región (véase cuadro 42).

En algunos países de la subregión existen condiciones poco favorables para mantener la tasa de reforestación que tenían hasta la fecha. Tal es el caso de Costa Rica, donde el precio por la tierra limita sensiblemente la inversión forestal. Lo contario ocurre en Nicaragua, donde en la zona del Pacífico el gobierno ha indicado que existen alrededor de 1 millón de hectáreas aptas para reforestación con precios que son, al menos, 5 veces menores que los precios de la tierra en Costa Rica.

Por lo tanto, aunque el supuesto es que la subregión centroamericana logrará duplicar el área plantada, la distribución por país podría ser diferente. Los países que han mantenido una tasa de reforestación muy baja como Belice y Honduras seguirán con esa tasa, mientras que Guatemala y Panamá mantendrán las inversiones en dicha actividad, dados los incentivos a la reforestación y la disponibilidad de tierras. El Salvador y Nicaragua, con su nuevo programa de incentivos a la reforestación incrementarán sus tasas de reforestación, mientras que Costa Rica mantendrá la tasa de reforestación que ha mostrado en los últimos años, la cual es muy inferior a la que tuvo durante el período 1990-1995.

Las especies más utilizadas en Centroamérica para el establecimiento de plantaciones forestales han sido el pino, el eucalipto, el ciprés, la melina y la teca. Además, se han plantado una gran cantidad de especies nativas. La tendencia es plantar estas mismas especies, pues existe el conocimiento técnico que permitirá mejorar la calidad de las plantaciones y de la madera que se obtenga de éstas. Existen en la región alrededor de 55 000 hectáreas plantadas con teca y la tendencia es a incrementar el área plantada con ésta debido a su buen desarrollo en la región y a la demanda del mercado internacional para productos de esta especie. Esa tendencia se mantendrá, no sólo en los países en que ya se planta a escala comercial (Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá), sino en los nuevos protagonistas de la reforestación en la región, tal es el caso de Nicaragua.

México continuará plantando para la protección de suelos y mantendrá una tasa máxima de 5 mil hectáreas de establecimiento de plantaciones con fines industriales para aumentar las 34 mil hectáreas existentes en 1999 a 134 mil hectáreas, o sea, el 0,24% de la superficie del país.

El escenario 2 se construyó considerando las metas de reforestación que establecen los PNDF de los países, reduciendo esas metas, dada la limitada capacidad institucional que presentan todos los servicios forestales en los países. Esta estimación muestra que la región centroamericana podría pasar de 462 mil hectáreas plantadas hasta el 2000 a 1,46 millones de hectáreas al 2020, o sea, unas 50 000 hectáreas por año. México podría incrementar su área de 34 mil a 1 millón de hectáreas, (véase cuadro 42).

Este escenario supone que en Centroamérica, la tasa anual de plantación alcanzará las 30 000 ha/año durante el período 2005-2010, las 50 000 hectáreas anuales del 2010-2015 y 100 000 ha/año del 2015-2020 por un total de 900 000 hectáreas más de plantaciones para completar casi 1,4 millones de hectáreas a nivel regional, o sea, el 2,7% del área total.

En México se estima que existen 10,7 millones de hectáreas con características de clima y suelo aptas para el establecimiento de plantaciones comerciales. Con el apoyo de los incentivos económicos directos y fiscales, el país elevará su tasa de reforestación a 50 000 hectáreas anuales para alcanzar un total de 1 millón de hectáreas al 2020.

La industria y los productos forestales

La madera seguirá siendo el producto más importante extraído de los bosques de la región, tanto para fines industriales como para leña. En Guatemala, Honduras y Nicaragua, el uso de leña alcanza prácticamente el 70% del aprovechamiento total del recurso y esa tendencia se mantendrá debido principalmente al precio de las fuentes alternativas de energía (gas, electricidad, hidrocarburos) y a la limitada disponibilidad de acceso a dichas fuentes en la zona rural de los países.

Los productos no madereros seguirán siendo de enorme importancia para las comunidades campesinas e indígenas en la región. Su extracción continuará y provocará el deterioro del recurso pues estas comunidades ni los proyectos que los asesoran cuenta con información sobre la cosecha sostenible de estos productos en los diferentes ecosistemas.

La tecnología empleada en la transformación de la materia prima es obsoleta. La inversión en la mejora tecnológica ha sido lenta y seguirá ese ritmo. La industria forestal va a ser desincentivada debido a que se ve afectada por las mismas carencias de estímulos a la producción forestal (que abarca a toda la cadena productiva) y no va a reconvertirse, lo que comportará que muchos empresarios de ese negocio se retiren.

El sistema de servicios ambientales se desarrollará más en Costa Rica y, posiblemente en Guatemala, pero no a nivel regional.

CUADRO 42 Comportamiento de las plantaciones forestales con fines comerciales en dos variantes en Centroamérica y México para el 2020

Variable

Superficie por año (1000 hectáreas)

2000

2010

2020

Superficie total de Centroamérica (1)

51 073

51 073

51 073

Área de plantaciones forestales si las tendencias actuales permanecen (escenario probable)

462
(0,9%)

66
(1,3%)

882
(1,7%)

Área de plantaciones forestales si las tendencias actuales cambian y mejoran (escenario 2)

462
(0,9%)

712
(1,4%)

1 462
(2,9%)

Superficie total de México (2)

190 869

190 869

190 869

Área de plantaciones forestales si las tendencias actuales permanecen (escenario probable)

34
(0,02%)

84
(0,04%)

134
(0,07%)

Área de plantaciones forestales si las tendencias actuales cambian y mejoran (escenario 2)

34
(0,02%)

500
(0,26%)

1 000
(0,52%)

Fuente: Marielos Alfaro.

Áreas protegidas

La región cuenta en el 2003 con un 12% del territorio en áreas protegidas declaradas, pero su existencia en muchos casos se limita al papel escrito, pues en el campo no existen acciones concretas de conservación y ordenación de los recursos existentes. La tendencia es a consolidar las áreas existentes, las cuales son alrededor de 700 en toda la región con un área de casi 29 millones de hectáreas, o sea, un 12% del área de la región. La iniciativa del Corredor biológico mesoamericano seguirá contribuyendo a mejorar la visión de la ordenación de estas áreas en la región.

Las condiciones socioeconómicas en la región dificultan el aumento de la superficie de las áreas protegidas, pero más aún, los países no han podido brindar la protección que estas áreas requieren.

LA SITUACION DESEADA EN LA REGION

La existencia de leyes forestales mejor orientadas, la mayor experiencia e investigación sobre la ordenación forestal y la existencia de PNDF favorecerán un cambio en el futuro del sector forestal en la región. Sin embargo, la debilidad institucional es la fuerza impulsora negativa que contribuye a mantener el status quo de la situación forestal en la subregión.

A continuación se describe la situación deseada en la subregión, asumiendo que los PNDF se conviertan en verdaderos instrumentos de cambio.

La subregión de Centroamérica y México muestra en el 2004 un sector forestal que conoce hacia dónde debe dirigir sus acciones estratégicas y que posee mayor información sobre los recursos forestales y su potencial. Considerando que existen PNDF nacionales y planes regionales y que se visualiza una implementación, al menos parcial, de los objetivos y metas ahí planteados, el panorama de la región para el 2020 es el siguiente:

En relación a los recursos forestales

• La subregión tendrá una superficie forestal de 65 millones de hectáreas (15,5 millones en Centroamérica y 49,5 millones en México) incluyendo bosques naturales y plantaciones forestales, esto representa el 30% de la superficie de Centroamérica y el 26% de la superficie de México. Por lo tanto se llegará al año 2020 con un área forestal mínima de 30% en Centroamérica y 26% en México, habiendo reducido sensiblemente la tasa de deforestación anual e incrementando la cubierta a través de plantaciones forestales cuyo fin primordial será la producción de bienes y servicios ambientales.

• Los bosques naturales de producción corresponden a un 30% del área total de bosques en la subregión centroamericana, o sea, alrededor de 5 millones de hectáreas. De éstos, se tendrán en producción bajo sistemas de buena ordenación forestal 2 millones de hectáreas en 2020 y la producción anual se estima en 10 millones de m³ de madera comercial en rollo. En México se tendrán en 2020 un total de 5 millones de hectáreas de bosques naturales bajo ordenación con una producción estimada de 25 millones de m³ anuales.

• La tala ilegal se reducirá al 2010 en un 50% y para el 2020 la región contará con madera proveniente de bosques bajo ordenación y no tendrán lugar en éstos actividades ilegales.

• Las plantaciones forestales alcanzarán 1,46 millones de hectáreas en Centroamérica y la subregión podrá contar a partir del año 2030 con una producción sostenida anual de 15 millones de m³ de madera en rollo. En México el área a plantar alcanzará 1 millón de hectáreas y producirá a partir del 2030 un total de 10 millones de m³ de madera en rollo.

En relación a la producción forestal y servicios ambientales

• La producción de madera aserrada proveniente de bosques naturales bajo ordenación será de 1,5 millones de m³ anuales en Centroamérica considerando que la industria forestal tuvo una reconversión productiva que incrementó su rendimiento industrial al menos en un 75%. En México la cifra alcanzará a 7,5 millones de m³ anuales producidos en forma sostenible, con beneficios sociales y ambientales.

• La producción de madera aserrada de plantaciones forestales alcanzará los 11,2 millones de m³ en Centroamérica y los 7,5 millones de m³ en México.

En relación al mercado y al comercio

• El consumo de la madera aserrada y los tableros de madera en el mercado nacional se incrementará como productos de las campañas locales y de las estrategias de mercadeo de los productores. El crecimiento de dicho consumo anual deberá ser equivalente, al menos, al crecimiento poblacional.

• Las exportaciones de productos madereros experimentaran un fuerte crecimiento hasta 2020, particularmente la madera aserrada, los tableros, los muebles y otros productos de alto valor agregado. Estos nichos serán especialmente aprovechados por Guatemala y Costa Rica dada la estructura organizativa del sector productor de estos productos.

• El papel y el cartón continuarán siendo los productos más importados y las importaciones continuarán creciendo.

En relación al empleo y aporte a la economía

• México estima un crecimiento al 2025 de 180 mil empleos adicionales, a una tasa de 9 000 nuevos empleos por año a partir del 2005 y un incremento del PIB del 1% al 4%.

• En Centroamérica se estima que las 2 millones de hectáreas de bosques bajo ordenación forestal crearán en 20 años 50 000 nuevos puestos de trabajo considerando las labores de campo y de industria. El 1,46 millones de hectáreas de plantaciones forestales permitirán crear un total de 150 000 nuevos puestos de trabajo considerando labores de campo, industria, servicios técnicos, transporte y todas las actividades requeridas para la producción y procesamiento de esa materia prima. Se estima entonces que serán 200 000 nuevos empleos a una tasa de 10 000 empleos por año.

• El aporte al PIB del sector forestal en Centroamérica pasará del 1-2% al 5% promedio en los 7 países de la región.

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