Este programa de Educación, Salud y Alimentación, (PROGRESA), en curso, comenzó en mayo de 1997. Al final de 2001, PROGRESA estaba trabajando en 68 282 localidades (26,67 por ciento del total de localidades del país), en 2 166 municipios de los 31 estados de la República. La cobertura poblacional aproximada a finales del año 2001 era de 3,2 millones de familias, equivalente a aproximadamente 14,4 millones de personas.
El programa es financiado en su totalidad por el Gobierno Federal de México. Un total de 14 000 millones de pesos mexicanos (1,4 millones de dólares EE.UU.) fue gastado hasta el final de 2001.
Objetivo general
Apoyar a las familias que viven en condición de pobreza extrema con el fin de potenciar las capacidades de sus miembros y ampliar sus oportunidades para alcanzar mejores niveles de bienestar.
Objetivos específicos
Mejorar sustancialmente las condiciones de educación, salud y nutrición de las familias en situación de pobreza extrema, particularmente las de la población más vulnerable, como son los niños, niñas, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, mediante servicios suficientes y de calidad en materia educativa y de cuidado de la salud, así como apoyos monetarios.
Integrar las acciones de educación, salud y nutrición para que el aprovechamiento escolar no se vea afectado por enfermedades o malnutrición de los niños y jóvenes, ni porque se vean en la necesidad de realizar labores que dificulten su asistencia escolar.
Contribuir a que los menores y jóvenes completen la educación básica y media superior, y para ello procurar que los padres de familia dispongan de medios y recursos suficientes.
Alentar la responsabilidad y la participación activa de los padres y de todos los integrantes de la familia para mejorar la educación, salud y nutrición de los niños y jóvenes.
Promover la participación y el respaldo familiar en las acciones de PROGRESA para que los servicios educativos y de salud beneficien al conjunto de las familias de las localidades donde opera,
Canalizar los esfuerzos y las iniciativas de la comunidad en acciones afines o complementarias al programa.
Un total de 3 591 717 estudiantes becados en primaria, secundaria y educación media superior.
La participación de los niños en la fuerza laboral presenta reducciones de 15 a 25 por ciento, relativas a la probabilidad de participación laboral anterior al programa.
PROGRESA ha apoyado a los niños de escasos recursos de las comunidades rurales para que permanezcan por más tiempo en la escuela, tengan mejor alimentación y reciban atención médica más frecuentemente.
Más del 80 por ciento de los niños de una muestra en las localidades PROGRESA, consumió alguna vez el suplemento nutricional, mientras que alrededor del 40 por ciento lo consumió regularmente y con frecuencia elevada (tres o más veces por semana). El consumo del suplemento fue mayor en las familias más pobres.
La exposición al programa durante los dos años del período crítico del crecimiento (entre seis y 24 meses), resultó en un beneficio en talla de 1,6 cm para el nivel socioeconómico inferior, en comparación con niños del mismo nivel socioeconómico de las comunidades control.
Los resultados de la muestra transversal indican que los niños entre seis y 24 meses, expuestos al PROGRESA durante dos años en el período nutricional vulnerable y que consumieron el suplemento frecuentemente (tres o más veces por semana) tuvieron una talla 1,2 cm mayor que los niños que consumieron el suplemento dos o menos veces por semana.
Se encontró un efecto positivo del programa en los niveles de hemoglobina y Vitamina A. Los mayores efectos ocurrieron también en los más pobres, muy probablemente porque sus niveles iniciales eran más bajos y porque usaron la suplementación de manera más consistente.
Los aspectos educativos se han medido a través de dos indicadores que son la tasa de reincorporación de los niños, en los hogares beneficiarios, que no asistían a la escuela y la tasa de permanencia de niños que si lo hacían, en relación con tendencias pasadas. Los resultados indican una cierta mejoría aunque tal vez aún no de la magnitud deseada.
Para el período enero-junio 1998, 87,6 por ciento de los hogares beneficiarios con niños elegibles para becas (entre tercer grado de primaria y tercer grado de secundaria) cumplieron la condición de 85 por ciento de asistencia.
PROGRESA reporta incrementos importantes en el uso de las clínicas IMSS-Solidaridad[72] que cubren el 30 por ciento de las localidades donde opera el programa. Se reporta 30 por ciento más de consultas de menores de cinco años; 16,3 por ciento más de consultas prenatales de primera vez, contra 3,4 por ciento en clínicas sin beneficiarios del PROGRESA.
PROGRESA es un programa bien estructurado desde el nivel central que ha procurado no dejar de lado ningún aspecto técnico que ponga en riesgo su respectiva puesta en práctica, incluida la calidad del producto. Por su misma naturaleza y probablemente por la inversión financiera que se está realizando, no ha dejado mucho espacio para una participación comunitaria más abierta y amplia así como tampoco de los estados y los municipios. La participación ha sido en forma de consulta, en la cual se preguntan las opiniones de los beneficiarios pero éstos no están involucrados en la toma de decisiones. Todas las actividades han sido diseñadas a nivel central, con la participación comunitaria limitada a los incentivos materiales.
Cabe mencionar, sin embargo, algunos aspectos específicos de participación local como por ejemplo, la identificación de la figura de la promotora. Algunas promotoras han tenido un rol más activo que les ha permitido fortalecer sus grupos a través de sus propias iniciativas.
El programa ha obtenido resultados inmediatos en términos de cobertura geográfica y poblacional así como en los beneficios que está facilitando a la población objetivo. Aunque todavía no se pueden evaluar cambios actitudinales en los beneficiarios, hay que tener en cuenta que estos cambios se conocerán solamente en el largo plazo.
El programa enfrenta la pobreza en tres áreas vitales como son la educación, la salud y la nutrición. Las características de verticalidad y centralización de la toma de decisiones, lo hacen un programa jerárquico en el cual, todavía, es muy reducido un proceso participativo amplio, que contribuya al fortalecimiento del programa en la base.
La coordinación entre la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), Coordinación Nacional de PROGRESA (CONPROGRESA) y las Secretarías de Salud y Educación es muy fuerte. Sin embargo, su coordinación con los estados, municipios y otras instituciones estatales y no estatales, todavía no es del todo fuerte, por lo menos en Tabasco y Tlaxcala.
Si bien el país tiene experiencia en el ejercicio de la descentralización administrativa y financiera, el PROGRESA todavía es manejado desde un nivel central. Si bien este último está muy comprometido, todavía no ha logrado consolidar un proceso de descentralización con los estados y menos aún con los municipios.
Fortalezas
Entrega subsidios para recursos humanos focalizado a las localidades y hogares rurales en extrema pobreza.
Dispone de un riguroso y complejo sistema de identificación de las familias potencialmente beneficiarias del programa así como de un proyecto de evaluación de impacto.
Realiza transferencias monetarias directamente a los hogares, maximizando la transparencia en la gestión de las transferencias y minimizando la burocracia y los intermediarios.
Haber aprendido de experiencias anteriores como base para formular el presente programa.
Debilidades
La dificultad que el PROGRESA ha tenido para realmente poder llegar a las familias más vulnerables en todo el territorio nacional, ya que tanto el personal del PROGRESA como los beneficiarios reconocen que todavía hay familias que están en PROGRESA y que no lo necesitan. El control de esta situación es un aspecto muy delicado.
Poca participación de la comunidad en forma organizada y esfuerzos limitados para aumentar la participación en el proceso del PROGRESA.
Oportunidades
Contar con el suficiente tiempo a futuro para lograr una cobertura suficiente e importante en los sectores de extrema pobreza en el país. Existe también la oportunidad para fortalecer las relaciones de coordinación con otras instituciones y organizaciones no gubernamentales (ONG) que efectivamente pueden aportar a consolidar el programa en sus diferentes áreas.
Brindar cobertura de servicios básicos (educación y salud) a localidades donde no existe todavía, es condición básica para que el PROGRESA incorpore a más familias al programa, teniendo en cuenta que casi el 75 por ciento de localidades de menos de 500 habitantes están geográficamente dispersas.
Amenazas/limitaciones
El PROGRESA con su inmensa cobertura poblacional y geográfica, está logrando importantes resultados. Sin embargo en el caso específico de salud, deberá analizar de inmediato cómo lograr que los servicios de salud dispongan de la suficiente capacidad de infraestructura, logística y de personal para poder atender toda la demanda que se está generando actualmente. El personal de salud menciona cierta saturación y limitación en las capacidades de tiempo para atender a la población demandante.
PROGRESA es un programa de alto perfil con evidente apoyo político para que continúe. Los logros del programa en términos de cobertura e impacto son notables. Sin embargo, es un programa costoso y el apoyo puede disminuir si los logros y el perfil no son mantenidos. Aún no está claro cómo se logrará la sostenibilidad. Con la limitada participación de los estados, municipalidades, comunidades y familias y sin un plan para incrementar su participación, el programa corre riesgo si se retira el apoyo político. Ésto, indica la necesidad urgente de analizar cómo garantizar que una vez terminado el PROGRESA, las actividades puedan llevarse a cabo por los estados, municipalidades y localidades.
México está situado en América del Norte junto a Canadá y Estados Unidos de América. Tiene una extensión territorial de 1 964 375 km2 por lo cual es el decimocuarto país más grande del mundo. Limita al norte con Estados Unidos de América y al sureste con Guatemala y Belice.
El país es una república federal, democrática representativa, regida por tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. El país está integrado por 32 entidades político-administrativas, de las cuales 31 son estados y un Distrito Federal, sede del poder ejecutivo federal, donde se encuentra la Ciudad de México, capital de la República Mexicana. El idioma oficial es el español y existen además 62 lenguas indígenas con 30 variantes dialectales.
De acuerdo a los resultados del XII Censo General de Población y Vivienda (INEGI, 2000) México tenía un total de 97 483 412 habitantes, de los cuales aproximadamente 10 040 401 indígenas. La tasa de crecimiento de población entre 1990 y 2000 fue de 1,9 por ciento como promedio anual. Sin embargo, es importante destacar que se distinguen claramente dos períodos: el primero de 1990 a 1995, cuando la población creció a un ritmo de 2,1 por ciento por año; y el segundo, que cubre de 1996 al 2000 con un promedio de 1,58 por ciento por año. Ésto evidencia la disminución paulatina del crecimiento demográfico del país. Del total de residentes en México, aproximadamente 40 millones (41 por ciento) se encuentran en la línea de pobreza y de éstos casi el 51 por ciento viven en condiciones de extrema pobreza. En 1990, la proporción de hombres con respecto a mujeres era de 97:100 disminuyendo a 95:100 en el 2000, debido en gran parte a la migración predominantemente masculina a los Estados Unidos de América.
La densidad poblacional a nivel nacional en el 2000 fue de 50 habitantes/km2, aunque el análisis por estado muestra variaciones: en el Distrito Federal, el Estado de México y en Morelos existen 5 643; 611 y 313 habitantes/km2, respectivamente, mientras que en Chihuahua, Sonora, Campeche y Durante tienen alrededor de 12 habitantes/km2 y Baja California Sur tiene apenas seis habitantes/km2. Según el Censo de Población y Vivienda (INEGI, 2000), el 78 por ciento de las familias en México dispone de drenaje, el 89 por ciento dispone de agua potable y el 95 por ciento dispone de servicio de electricidad.
En 1999, por cada 100 000 habitantes habían 117 médicos, 188 enfermeras y 79 camas hospitalarias. En ese mismo año, la Secretaría de Salud, el Instituto Nacional de Salud Pública y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática llevaron a cabo la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 (INEGI, 1999), la primera desde 1988. Los siguientes resultados comparativos evidenciaron:
Datos comparativos sobre el estado nutricional de niños menores de cinco años y mujeres
Indicador |
1988 |
1999 |
1. Prevalencia de insuficiencia ponderal en menores de cinco años |
14,2% |
7,5% |
2. Prevalencia de retraso del crecimiento en menores de 5 años |
22,8% |
17,7% |
3. Prevalencia de emaciación |
6,0% |
2,0% |
4. Prevalencia de anemia en menores de cinco años |
ND* |
27,0% |
5. Prevalencia de anemia en mujeres embarazadas |
ND* |
26,4% |
6. Prevalencia de anemia en mujeres no embarazadas |
ND* |
20,0% |
7. Prevalencia de sobrepeso en menores de cinco años |
4,7% |
5,4% |
Fuente: Encuesta Nacional de Nutrición 1999, México * Dato no disponible.
Esta Encuesta reveló además que aproximadamente el 28 por ciento de los hogares del país recibió algún tipo de ayuda alimentaria a través de uno de los cuatro programas de asistencia siguientes:
LICONSA[73], que distribuye leche.
DIF[74], con varias acciones que incluyen la distribución de despensas y en algunos estados desayunos para niños en edad preescolar.
PROGRESA, que integra un componente de nutrición que distribuye un alimento enriquecido con micronutrientes para niños menores de dos años en pobreza extrema y a mujeres embarazadas.
FIDELIST[75] que distribuye tortillas de maíz.
Aunque hay datos que mencionan que hasta casi un 70-80 por ciento de los esfuerzos de los programas (DICONSA[76] Y TORTIBONOS[77]) han sido focalizados hacia áreas urbanas del país y no tanto en las rurales, debido sobretodo a la dispersión de la población. Esta última, ha debilitado también la cobertura y la calidad de la oferta de servicios básicos de educación y salud. PROGRESA sería la excepción a esa tendencia: desde su inicio ha focalizado la población en extrema pobreza.
Según estimaciones del PROGRESA, aproximadamente el 21 por ciento de la población total mexicana (casi 4,6 millones de familias) viven actualmente en condiciones de extrema pobreza en México. En relación a la educación en el año 2000, de la población de 15 años y más se registró un 9,5 por ciento de analfabetos. En ese mismo año, el 92,3 por ciento de la población de seis a catorce años, asistía a la escuela.
El Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA), es un programa del Ejecutivo Federal de México, iniciado en mayo de 1997 en el contexto del Desarrollo Humano. Funciona como parte de una política social integral, promoviendo acciones intersectoriales para la educación, la salud y la alimentación de las familias que viven en situación de pobreza extrema. PROGRESA es uno de los programas de combate a la pobreza extrema que se desarrolla junto con el fortalecimiento de las demás acciones incluidas en las tres áreas antes señaladas.
El Gobierno Federal es el responsable de establecer las reglas de operación del programa y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) es responsable de la coordinación general del programa a través de la Coordinación Nacional de PROGRESA (CONPROGRESA). Para el despliegue de sus acciones y con el fin de asegurar una operación eficiente, eficaz, equitativa y transparente, PROGRESA se basa en el compromiso conjunto de los ejecutivos federal y estatal, en el marco y en el espíritu de los Convenios de Desarrollo Social. Con el objeto de contar con criterios de operación uniformes en todo el territorio nacional, las políticas y normas generales de operación de PROGRESA se establecen en el ámbito federal y su aplicación es nacional.
La población objetivo de PROGRESA es la que vive en condiciones de pobreza extrema, medida en términos multifactoriales. Dicha población se ubica generalmente en las áreas rurales del país, en comunidades muy dispersas geográficamente. Principalmente PROGRESA trabaja en las tres áreas de educación, salud y nutrición, lo que lo hace un programa con características integrales en contraste con otros programas llevados a cabo en México.
Objetivo general
Apoyar a las familias que viven en pobreza extrema con el fin de potenciar sus capacidades y ampliar sus oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.
Objetivos específicos
Mejorar sustancialmente la educación, salud y nutrición de las familias en situación de pobreza extrema, particularmente las de la población más vulnerable, como son los niños, niñas, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, mediante servicios suficientes y de calidad en materia educativa y de cuidado de la salud, así como apoyos monetarios.
Integrar las acciones de educación, salud y nutrición para que el aprovechamiento escolar no se vea afectado por enfermedades o malnutrición de los niños y jóvenes, ni porque se vean en la necesidad de realizar labores que dificulten su asistencia escolar.
Contribuir a que los niños y jóvenes completen la educación básica y media superior, y para ello procurar que los padres de familia dispongan de medios y recursos suficientes.
Alentar la responsabilidad y la participación activa de los padres y de todos los integrantes de la familia para mejorar la educación, salud y nutrición de los niños y jóvenes.
Promover la participación y el respaldo familiar en las acciones de PROGRESA para que los servicios educativos y de salud beneficien al conjunto de las familias de las localidades donde opera.
Canalizar los esfuerzos y las iniciativas de la comunidad hacia acciones afines o complementarias al programa.
Para poder llevar a la práctica estos objetivos se han diseñado tres grandes componentes:
Apoyos educativos que facilitan que los niños y jóvenes cursen la educación básica completa y a partir del ciclo 2001-2002 la educación media superior, fomentando su matrícula, su asistencia regular a la escuela y la participación de los padres en el mejor aprovechamiento escolar de sus hijos.
Atención a la salud de todos los miembros de la familia, al tiempo que promueve una nueva actitud ante la utilización de los servicios de salud, generando un enfoque predominantemente preventivo.
Apoyos para mejorar el consumo de alimentos y el estado nutricional de las familias de menores recursos.
Es evidente el enfoque direccional central que el PROGRESA ha tenido desde su inicio, incluso a nivel operativo con los beneficiarios del programa en las localidades. Los recursos financieros del PROGRESA provienen del Gobierno Federal de México. A finales de 2001 la cobertura de familias ascendió a 3,2 millones con un presupuesto de 14 000 millones de pesos mexicanos aproximadamente (1,4 millones de dólares EE.UU.). Se estaba realizando el trabajo necesario para incorporar 1,4 millones más de familias al PROGRESA durante el 2002, incluidas un buen porcentaje de familias re-certificadas, que habían estado cubiertas por el FIDELIST ya que éste terminó el 31 de diciembre de 2001.
La nómina de pago de PROGRESA tiene 380 empleados, y se aumenta el número de personal cuando es la época de nuevas incorporaciones de familias y hay la necesidad de levantar censos. Hay otro personal que no es de planta, como son los enlaces municipales y personal técnico/profesional de las Secretarías de Salud y de Educación, a través de las unidades operativas existentes en las áreas de cobertura del programa.
Diversos estudios se han realizado con la finalidad de dar seguimiento y conocer cambios en el proceso de ejecución del PROGRESA. Entre ellos el más reciente en el año 2001 ha involucrado una muestra mucho más grande que estudios anteriores y además ha incluido un mayor número de comunidades. Lo interesante ha sido la selección de las localidades del PROGRESA (205) contra 142 localidades control (no-PROGRESA). Cabe destacar los siguientes hallazgos:
Más del 80 por ciento de los niños de la muestra en las localidades PROGRESA, consumió alguna vez el suplemento nutricional, mientras que alrededor del 40 por ciento lo consumió regularmente y con frecuencia elevada (tres o más veces por semana). El consumo fue mayor en las familias más pobres.
La exposición al programa durante los dos años del período crítico del crecimiento (entre seis y 24 meses), resultó en un beneficio en talla de 1,6 cm para el nivel socioeconómico inferior, en comparación con niños del mismo nivel socioeconómico en las comunidades control.
En el grupo con alta frecuencia de consumo del suplemento y nivel socioeconómico inferior, los niños de las localidades PROGRESA crecieron casi media desviación estándar más (0,47 Z) que los de las localidades control; mientras que en el grupo con baja frecuencia de consumo del suplemento (y del mismo nivel socioeconómico inferior), el crecimiento con respecto al grupo PROGRESA fue de sólo 0,20 Z.
Los resultados de la muestra transversal indican que los niños entre seis y 24 meses, expuestos al PROGRESA durante los dos años de mayor vulnerabilidad nutricional y que consumieron el suplemento frecuentemente (tres o más veces por semana) tuvieron una talla 1,2 cm mayor que los niños que consumieron el suplemento dos o menos veces por semana.
Se encontró un efecto positivo del programa en los niveles de hemoglobina y vitamina A. Los mayores efectos ocurrieron en los más pobres, probablemente porque sus niveles iniciales era más bajos y porque usaron la suplementación de manera más consistente.
Los aspectos educativos fueron medidos a través de dos indicadores: la tasa de reincorporación de los niños, de los hogares beneficiarios, que no asistían a la escuela y la tasa de permanencia de niños que si lo hacían, en relación con tendencias pasadas. Los resultados indican una cierta mejoría aunque tal vez aún no de la magnitud deseada.
Para el período enero-junio 1998, 87,6 por ciento de los hogares beneficiarios con niños elegibles para becas (entre tercero de primaria y tercero de secundaria) cumplieron la condición de 85 por ciento de asistencia a la escuela.
Las tasas de asistencia aumentaron con el incremento en la disponibilidad de becas, con el mínimo en tercero de primaria (84,8 por ciento, varones), y el máximo en segundo de secundaria para hembras (90,9 por ciento).
PROGRESA reporta incrementos importantes en el uso de las clínicas IMSS-Solidaridad que cubren el 30 por ciento de las localidades donde opera el programa. Se reporta 30 por ciento más de consultas de menores de cinco años; 16,3 por ciento más de consultas prenatales de primera vez, contra 3,4 por ciento en clínicas sin beneficiarios del PROGRESA.
No se encontraron datos para analizar los logros y el impacto de los proyectos de diversificación agropecuaria. En las entrevistas realizadas con algunas beneficiarias y con funcionarios del PROGRESA, mencionaron la necesidad de que el programa ponga énfasis en estas actividades de seguridad alimentaria para «enseñarles a pescar no sólo darles el pescado».
En el contexto nacional, el PROGRESA es un programa innovador de combate a la pobreza extrema rural, al combinar simultáneamente apoyos en tres áreas críticas y complementarias - educación, salud y nutrición - en la formación de capital humano básico. Aunque se reconoce el impacto inmediato que el programa ha obtenido, su verdadero reto es lograr que al largo plazo, dichos efectos se potencien y que alcance un buen nivel de sostenibilidad en sus diferentes niveles de acción. De esta manera, puede tener éxito en lograr romper los círculos intergeneracionales de pobreza extrema asociados con los altos niveles de fertilidad, malnutrición, mortalidad infantil y deserción escolar prevalentes en el sector rural de México.
En las entrevistas realizadas a beneficiarias en Tabasco y Tlaxcala, no se encontraron datos que indiquen que el programa conduce a una mejoría económica; en efecto, éste no ha sido el enfoque del programa. Los beneficiarios si han mencionado su agradecimiento al PROGRESA por ayudar con el suplemento nutricional a los niños y las mujeres, y con los fondos para que los escolares puedan asistir a la escuela, aunque tengan que ir al centro de salud a su consulta mensual. Lo más importante para ellos es que el programa continúe. El PROGRESA es visto por las autoridades de gobierno como un programa con potencialidades importantes y eso lo ha hecho ganarse la confianza y la luz verde para continuar en el aumento de cobertura poblacional y geográfica en el país. Se está trabajando actualmente en la incorporación de 1,4 millones más de familias en el 2002, lo cual significará también un aumento sustancial del presupuesto.
Este programa ha sido desde el principio una iniciativa de las autoridades federales del Gobierno de México, a través de la Secretaría de Desarrollo Social en coordinación con CONPROGRESA y las Secretarías de Salud y Educación. El PROGRESA inició actividades en 14 estados en 12 483 municipios, con una cobertura aproximada de 150 000 familias. El número de familias ha aumentado cada año, y a finales de 2001 la cobertura geográfica era en 31 estados de la República, en 68 282 localidades, en 2 166 municipios y atendiendo a 3,2 millones de familias.
Para que una localidad del país y una familia puedan tener acceso al PROGRESA, se sigue el siguiente mecanismo de selección:
Focalización geográfica, a través de la cual se determinan las localidades del medio rural y áreas geoestadísticas básicas (AGEB) en áreas urbanas con mayor marginación; todo ello realizado desde el nivel central. En las localidades rurales se verifica el acceso de la población a servicios de salud y educación básica, como requisito indispensable para que el PROGRESA pueda operar.
Se recolecta información socioeconómica de cada hogar, tanto de las localidades rurales como de las AGEB, que es usada para identificar a la familia beneficiaria.
Los criterios de selección toman en cuenta el índice de marginación, dando prioridad a donde se encuentran concentrados los hogares en condición de pobreza mayor, (dicho índice de marginación se construye a partir de siete indicadores previamente elaborados).
Seguidamente se comparan datos geográficos y estadísticos que permiten definir zonas que incluyen localidades con mayor marginación, tanto en términos de número de localidades como de densidad poblacional.
Una vez definidas las localidades rurales y urbanas la Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) proceden a delimitar de manera conjunta, sus ámbitos geográficos de responsabilidad, utilizando como referencia las áreas geoestadísticas básicas correspondientes.
El siguiente paso, es la identificación de familias dentro de una localidad que son elegibles para el PROGRESA, de la siguiente forma:
Se aplica un cuestionario sobre 19 características socioeconómicas de los hogares que permite recopilar información para el proceso de identificación de las familias beneficiarias del programa.
Una vez que se dispone de la información, ésta es procesada y evaluada para determinar el grado de pobreza mediante técnicas estadísticas multivariadas (análisis discriminante)
Por último, las familias más pobres se incorporan a la lista de beneficiarios. Las titulares del programa, que generalmente son mujeres, reciben directamente los apoyos monetarios. Seguidamente se les informa acerca de los registros sobre su participación en el programa, así como de los compromisos que ellas asumen como familia beneficiaria del PROGRESA.
Educación
Se orientan las acciones para apoyar la incorporación, permanencia y aprovechamiento escolar de los hijos de las familias beneficiarias inscritos en los niveles de primaria (a partir de tercero), secundaria y educación media superior enfatizando en la equidad de género. Los apoyos que se brindan son: becas educativas y útiles escolares.
En el caso de las becas educativas, éstas consisten en apoyo económico en efectivo mensual, entregado a las titulares beneficiarias y el monto es creciente a medida que el grado que se cursa es más alto. El propósito de ésto es compensar el ingreso con el que contribuirían los niños si trabajaran. Además a partir del nivel secundario, las becas para mujeres son ligeramente superiores a las de los hombres para estimular una mayor asistencia escolar de las educandas. El monto mensual de las becas educativas asciende a 90 pesos (aproximadamente nueve dólares EE.UU.) para tercer año de primaria y llega a ser de 290 pesos (30 dólares EE.UU.) para los niños y 335 pesos (35 dólares EE.UU.) para las niñas que cursan tercero de secundaria. Los requisitos para mantener la beca son que los estudiantes deben cumplir con el 85 por ciento de asistencia a clases y el maestro debe reportar mediante mecanismos establecidos la asistencia del alumno así como su progreso.
El apoyo de útiles escolares se proporciona dos veces al año a los alumnos inscritos entre tercero y sexto de primaria, ya sea en efectivo o en especie. A los alumnos inscritos entre primer y tercer grado secundario y educación media superior se les entrega un único apoyo monetario anual para la adquisición de útiles escolares.
Salud
Se orienta a coadyuvar a ampliar la cobertura de salud y la calidad de la misma, así como eventualmente ampliar la incorporación de las familias a la seguridad social, de manera que además de los servicios de salud cuenten con prestaciones que mejoren su bienestar. A este fin, se incluyen cuatro estrategias principales que son:
promocionar de manera gratuita, el paquete básico de servicios de salud;
prevenir la malnutrición en los niños, desde la etapa de gestación;
fomentar y mejorar el autocuidado de la salud de las familias y de la comunidad mediante información y capacitación en materia de salud, nutrición e higiene;
reforzar la oferta de los servicios de salud para satisfacer la demanda adicional.
La primera estrategia aplica 13 acciones de salud incluidas en el paquete básico: saneamiento básico, planificación familiar, atención prenatal, seguimiento del crecimiento, inmunizaciones, prevención de accidentes, tratamiento de las diarreas, infecciones respiratorias agudas y parasitarias, prevención y control de tuberculosis, hipertensión arterial, diabetes y cáncer cervico uterino y promoción del autocuidado de la salud.
La segunda estrategia se lleva a la práctica a través del seguimiento del crecimiento y educación alimentaria nutricional, y mediante el suplemento nutricional a los niños entre los cuatro meses y dos años de edad y a los niños de dos a cuatro años que presenten algún grado de malnutrición, así como a las mujeres embarazadas y en período de lactancia. Hay dos tipos de suplementos: para niños y para mujeres embarazadas en proporciones adecuadas para cada grupo. Los suplementos aportan 100 por ciento de micronutrientes diarios requeridos y 20 por ciento en promedio de las necesidades energéticas básicas. Los suplementos se entregan una vez por mes, en el momento que la madre y sus hijos realizan su visita al centro de salud que es además un requisito para continuar participando en el programa.
La evidencia de algunos estudios muestra que la provisión del suplemento fortificado para niños y para mujeres es una de las actividades más importantes del programa. Los estudios revelan que aproximadamente 1 800 millones de pesos son asignados para dicha actividad comparada con el gasto total de casi 14 000 millones de pesos en el año 2001. Es interesante notar como durante algunas entrevistas a personal de los servicios de salud, éstos expresaron cierta preocupación por encontrarse actualmente casi al tope de sus capacidades, en tiempo, para atender la demanda de las beneficiarias del PROGRESA que cada día va en aumento. Esta situación podría convertirse en un riesgo a la calidad del servicio, si no es atendida de inmediato.
La tercera estrategia se lleva a cabo a través del proceso de capacitación y sesiones educativas para las titulares del programa. Se incluyen 25 temas en el paquete básico de salud y a partir de 2002 se incorporan 10 temas nuevos.
La cuarta estrategia se ejecuta a través del fortalecimiento de la infraestructura de los servicios de salud que están a cargo de la Secretaría de Salud.
Nutrición
El programa apoya con remesas monetarias directas a las familias beneficiarias para contribuir a que mejoren la cantidad, calidad y diversidad de sus alimentos, con la esperanza de que se mejore la situación de alimentación, nutrición y salud. Se entrega mensualmente 145 pesos a cada titular y ésta a su vez adquiere la siguiente corresponsabilidad:
Inscribir a los menores de 18 años que no hayan concluido la educación básica y procurar que asistan en forma regular a clases.
Inscribir a los jóvenes de hasta 20 años que hayan concluido la educación básica a la escuela secundaria y apoyarlos para su aprovechamiento.
Registrarse en la unidad de salud que le corresponda y cumplir con las citas periódicas que les indique el personal de salud.
Asistir a las pláticas mensuales de educación para la salud, convocadas por la unidad de salud.
Destinar los apoyos monetarios al mejoramiento del bienestar familiar, en especial la alimentación de los hijos y para su aprovechamiento escolar.
El incumplimiento de la corresponsabilidad de las titulares y las familias, lleva a la suspensión de los apoyos. Las remesas monetarias y becas de los alumnos si bien son mensuales, se entregan de manera bimestral debido a motivos operativos. Las entrevistas hechas en Tabasco y Tlaxcala, muestran que muchas beneficiarias asisten únicamente a los servicios de salud como requisito para poder recibir completo el apoyo económico. No se tuvo el sentimiento de apropiación por las beneficiarias hacia el PROGRESA, en dichas entrevistas.
Por otra parte, un estudio reciente sobre el PROGRESA menciona que para hacer llegar las transferencias monetarias a los hogares, los recursos del programa deben asignarse a diversas actividades, de modo que sólo una fracción del presupuesto está disponible para el alivio a la pobreza. Estos costos pueden ser clasificados como: costos de desembolso: asociados con el envío de las transferencias a las localidades más marginadas, así como la entrega a los hogares más pobres dentro de estas localidades; costos de condicionamiento: asociados con la tarea de garantizar que los hogares cumplan sus corresponsabilidades, asegurando la asistencia regular de los niños a la escuela y de los miembros del hogar a sus controles preventivos de salud programados; costos de operación: asociados con la operación real del programa.
Los hogares deben incurrir en costos privados para poder recibir sus transferencias, incluyendo el tiempo y los costos financieros del transporte a las escuelas, a los centros de salud (debido a las condiciones que establece el programa), así como a la recepción de las transferencias en los puntos de distribución. Si bien se identifican los costos de tiempo, no se intenta asignarles un valor. Aunque la información sobre los costos privados es un insumo útil en el análisis de políticas, para los propósitos de la evaluación sólo son relevantes los costos incrementales derivados de la introducción del programa.
El que un hogar califique para recibir transferencias de alimentos implica que todos sus integrantes deben realizar una serie de visitas a las unidades de salud para consultas médicas aproximadamente dos por mes y por miembro. Además, la madre de familia debe de asistir a las pláticas educativas para la salud. El tiempo de viaje promedio al centro de salud es de cerca dos horas por ida y regreso y el tiempo transcurrido en el centro de salud es en promedio de poco más de una hora. De esta manera, en promedio, los miembros del hogar invierten aproximadamente 6,3 horas en costos de tiempo, con el fin de cumplir con sus obligaciones de asistencia a los servicios de salud.
Dentro del programa existe un sistema de identificación de promotoras del PROGRESA que son, a la vez, beneficiarias del programa. Es un trabajo voluntario y son elegidas en asamblea de la localidad y basados sobre criterios de conocimiento, credibilidad y confianza con su misma localidad. Esta promotora tiene dentro de sus principales funciones:
recibir capacitación y materiales para respaldar la operación de PROGRESA en su localidad;
colaborar en las actividades de información y capacitación de las familias beneficiarias, así como promover el adecuado cumplimiento de las acciones de corresponsabilidad por parte de estas familias;
organizar reuniones periódicas con todas las beneficiarias de su localidad para mantener la motivación;
ayudar a aclarar las dudas de la población beneficiaria y del resto de la comunidad sobre los componentes del programa, los apoyos para las familias beneficiarias y para la comunidad en su conjunto;
canalizar las preguntas, quejas e inconformidades que se presenten sobre la operación de los componentes del programa o la entrega de apoyos;
promover la utilización de los apoyos monetarios en bienes y servicios que mejoren las condiciones nutricionales, de salud y alimentación de las familias.
Las promotoras están sujetas a supervisión directamente por dos vías: una es por medio del enlace municipal y la otra por los técnicos del PROGRESA. Sin embargo, muchas de las entrevistadas mencionaron con más énfasis el acompañamiento de los enlaces municipales para aclarar dudas que surjan durante el proceso de ejecución del programa y la ventaja de contar con ellos ya que viven en los mismos municipios. Las promotoras también verifican el tipo de atención que las beneficiarias están recibiendo en los bancos donde retiran su dinero o alcaldías, cuando es directamente en efectivo, o por parte del personal de salud y de los maestros. Las promotoras llevan un formulario que pueden llenar fácilmente e informar para que se puedan identificar los cuellos de botella y buscarles la solución según nivel de intervención.
Un aspecto que se debe mencionar es la coordinación a nivel estatal y municipal. Por la evidencia empírica encontrada durante las visitas realizadas a Tabasco y Tlaxcala, la relación del delegado de PROGRESA ante el estado, es más fuerte con los presidentes municipales y menos con los gobernadores, probablemente debido a los múltiples compromisos de dichos gobernadores.
Como se ha mencionado con anterioridad, el PROGRESA es un programa del Gobierno Federal y desde sus inicios las directrices principales han definido todo el sistema que actualmente hace operar a dicho programa. Indudablemente el sistema de seguimiento y evaluación es uno de los más estrictamente aplicados ya que no se puede dar el privilegio de dejar fuera a familias beneficiarias sabiendo que éstas dependen de dichos recursos. Si bien los aportes económicos son mensuales éstos se entregan cada dos meses y la entrega es casi puntual. Entre las razones para la distribución cada dos meses, está que el sistema central debe esperar el consolidado de salud y de educación para que pueda realizar el procedimiento de manera completa para cada familia. Aquí es donde se detecta según reportes, si las madres han asistido mensualmente a sus consultas a las unidades de salud y si los escolares están cumpliendo con la asistencia a la escuela. Lo que sí se entrega mensualmente son los suplementos nutricionales para cada niño según edad y a la madre para que haga uso de ellos durante un mes. Durante las entrevistas que se realizaron a beneficiarias, la mayoría de ellas mencionó que no siempre les gusta el suplemento nutricional a los niños. En ocasiones les quedan algunos sobres de suplementos del mes anterior y las beneficiaras pueden decidir no pedir para el mes siguiente para evitar que se pierdan.
El PROGRESA mantiene un riguroso sistema de seguimiento de los aspectos cuantitativos del proceso de ejecución en las áreas de educación, salud y nutrición. Distintas organizaciones como el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), el Instituto Nacional de Salud Pública y el mismo PROGRESA, realizan continuamente estudios para conocer el impacto inmediato que está produciendo dicho programa. Esta situación le ha permitido al nivel central del PROGRESA disponer de información técnica capaz de sugerir modificaciones al programa y de hecho al momento de revisar la experiencia del PROGRESA para el presente estudio, ya estaban en promoción las nuevas Reglas de Operación 2001 de dicho programa para ponerlo en práctica a partir de 2002.
La participación de la comunidad en la identificación de un sistema de seguimiento local, se traduce únicamente al cumplimiento de las tareas que le son encomendadas a la promotora, cuando ésta es elegida en asamblea por su localidad. Ella recibe capacitación e información, así como una serie de documentación que le permite conocer la forma en que se debe reportar mensualmente o bimestralmente las informaciones requeridas por el PROGRESA.
Muchas de estas promotoras han venido siendo voluntarias desde que el programa empezó actividades en sus localidades. Algunas de ellas ya tienen más de dos años de ser voluntarias y conocen bastante bien las tareas que tienen que desarrollar, al grado de casi realizar sus actividades como parte de su rutina. Por ejemplo, convocar a las beneficiarias para la fecha de entrega de apoyos económicos, estar presente en las unidades de salud una vez al mes para acompañar en las pláticas que sobre salud se imparten, acompañar a las beneficiarias cuando se hace la entrega de los apoyos económicos porque se dan casos que muchas de las beneficiarias no saben contar su dinero y dar consejos a las beneficiarias sobre cómo orientar el uso de los apoyos económicos. Algunas de las beneficiarias mencionaron y agradecieron el apoyo que las promotoras les dan en sus comunidades, pero otras dijeron que la política siempre es parte de estos programas y que muchas promotoras lo que hacen es promocionar su partido político cuando tienen sus reuniones. Algunas otras dijeron que ser promotora es tener la oportunidad de incluir a toda la parentela como beneficiaria del programa, cuando éste hace nuevas incorporaciones. Algunas promotoras, sobretodo de las visitadas en Tabasco y Tlaxcala, han tenido un papel mucho más protagónico con iniciativas propias que les han permitido fortalecer sus grupos y se han llegado a casos en los que han empezado a producir manualidades (tejidos, costuras). Sin embargo el tema del mercadeo y comercialización para vender sus productos continúa siendo un desafío para estas oportunidades.
La política social se enmarca en un contexto de renovado federalismo en donde convergen los tres órdenes de gobierno para la atención de las demandas sociales. México en los últimos diez años, especialmente a partir de 1995, ha profundizado de manera importante el proceso de descentralización administrativa y financiera a fin de proporcionar a los municipios, a través de los gobiernos de los estados, más instrumentos jurídicos y financieros que fortalezcan su gestión, autonomía y capacidad de respuesta a la demanda. Actualmente, los municipios son los responsables directos de la planificación y ejecución de las acciones orientadas a la integración social y productiva de los grupos de población con mayor desventaja económica y social.
Este proceso ha venido contribuyendo para que la población de manera progresiva también esté participando en las distintas etapas de los procesos de ejecución de proyectos destinados a mejorar su nivel de vida. La creación del Fondo de Desarrollo Social Municipal coordinada por los gobiernos estatales ha venido a dar un impulso importante para fortalecer el proceso de descentralización a nivel municipal en México. En los últimos seis años, se han realizado una serie de ejercicios con la finalidad de consolidar el proceso de descentralización a nivel municipal incorporando aspectos de participación local.
El Presidente de México, mencionó en un discurso en diciembre de 2001[78] «que la política de desarrollo social y humano ocupa hoy un lugar prioritario en la agenda pública, y que es actualmente, la política de estado, ya que es intolerable que las comunidades carezcan de servicios tan indispensables como agua potable, drenaje y electricidad; que no cuenten con un doctor y no puedan disponer de sus medicamentos; que nuestras chiquillas y nuestros chiquillos no asistan a la escuela y que el ingreso no alcance para satisfacer las necesidades mínimas de la familia». Prosiguió: «Vamos a alcanzar estos propósitos con un enfoque integral, con acciones coordinadas entre las diversas dependencias de los tres órdenes de gobierno y sumando el apoyo de toda la sociedad. Los grupos más vulnerables de nuestra sociedad han encontrado un alivio a sus carencias educativas, a través del incremento de la cobertura del nuevo programa PROGRESA. Este programa amplió su cobertura a 763 mil familias más en este año (2001), y se extendió a localidades urbanas y semiurbanas marginadas». Tal como lo menciona el discurso del Presidente, el abordaje a la problemática social con las poblaciones más vulnerables requiere de un enfoque integral especialmente de los sectores de salud, educación y de acompañamiento estrecho en las relaciones de coordinación entre todas las instituciones que trabajan a nivel local.
Algunos funcionarios del PROGRESA, mencionaron que si este programa continúa siendo manejado desde el nivel central, va a ser muy difícil corregir ciertas deficiencias, por ejemplo el caso de familias que no necesitan realmente del programa. Además dijeron de que PROGRESA en varios casos, solo «se vale» de la figura del gobernador y de los presidentes municipales para mencionar que es un programa coordinado. Ésto ha provocado, en ocasiones, descontento de parte de las autoridades locales al verse atados únicamente a las indicaciones que el PROGRESA ya tiene establecidas y sin ninguna posibilidad de proponer localidades o familias. A la fecha, las localidades tampoco han tenido la oportunidad de proponerse como candidatas a ser incluidas dentro del programa ni mucho menos las familias, ya que el mecanismo de selección es bastante rígido y conducido desde el nivel central.
Evidentemente el PROGRESA ha descansado casi toda la responsabilidad de su aplicación en el recurso humano del gobierno central a través de SEDESOL/CONPROGRESA y con el apoyo estrecho e incondicional de las Secretarías de Salud y Educación, por medio de la infraestructura instalada a nivel de todas las localidades en donde trabaja actualmente.
Lo que es interesante mencionar es cómo se ha diseñado el espacio para incorporar aspectos puntuales de participación local como ha sido la identificación de la figura de la promotora. Por la evidencia encontrada por medio de entrevistas realizadas a beneficiarias y a promotoras, esta figura es vista de diferentes maneras. Desde verdaderamente una facilitadora de información y apoyo emocional a las beneficiarias, hasta un recurso humano «político» al que hay que tenerle respeto. Por otra parte, información revisada de estudios anteriores sobre el PROGRESA confirman los testimonios de algunas beneficiarias que mencionaron que el PROGRESA lo que ha hecho ha sido «generar división» en las localidades, ya que hay familias que actualmente tienen incertidumbre sobre si algún día podrán ser parte del programa. Por otra parte, existe también la evidencia de muchas beneficiarias y promotoras que mencionaron que el PROGRESA tiene incluidas familias que realmente no necesitan del programa ya que en sus localidades disponen de condiciones aceptables para vivir, como son estufas de gas, buenas casas, vehículo, y hay quienes hasta prestan dinero a comisión a algunas beneficiarias y cuando éstas reciben su apoyo del PROGRESA, lo que hacen es pagar con los intereses respectivos.
Es importante reconocer las iniciativas locales que algunas promotoras han tenido para fortalecer sus grupos iniciando actividades que en un futuro cercano puedan generarles algún ingreso económico que contribuya a la economía familiar. El caso de grupos de mujeres beneficiarias del programa que se han dado a la tarea de elaborar tejidos y costuras, puede significar que también están disponiendo de un poco más de tiempo para dedicarlo a otras actividades que complementen ingresos. Ésto puede indicar a los tomadores de decisión del PROGRESA que, también hay necesidad de entrar en una nueva dimensión del desarrollo local, a través de programas más sostenidos de generación de ingresos.
Por ser un programa de gobierno es evidente el apoyo político para que éste continúe. El mismo planteamiento del gobierno expresado a través del discurso del Presidente, es una expresión de que el PROGRESA realmente plantea su continuación; otra indicación es el plan de extender el programa, por primera vez, a las áreas peri-urbanas, en las cuales no había trabajado previamente. Sumado a ello el hecho de que durante el año 2001, aproximadamente 763 000 familias se hayan incorporado al PROGRESA, es evidencia del apoyo político al programa, así como que se tenga planificado incorporar 1,4 millones más de familias en el 2002, es otra expresión del apoyo hacia dicho programa. Las condiciones políticas para que el programa continúe están dadas, manteniendo el enfoque integral que hasta ahora se ha venido desarrollando como son la educación, la salud y la nutrición. El programa seguramente continuará apoyándose de las instituciones que hasta ahora le han brindado asistencia técnica. Especialmente en aspectos de nutrición, seguirá contando con el apoyo del Departamento de Alimentación y Nutrición de la Secretaría de Salud, Instituto Nacional de Salud Pública y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, como instancias autorizadas en el campo de la nutrición en México.
Por otra parte, se debe considerar que el programa todavía se encuentra en su etapa inicial (tres años de operación) y que probablemente muchos de los impactos que refleja a través de la variedad y cantidad de estudios realizados a la fecha, todavía pueden catalogarse de relativos pero importantes. Sólo la continuidad de la evaluación en el largo plazo, en la vida de las familias de escasos recursos beneficiarias del programa, permitirá determinar si el círculo vicioso de la pobreza y su transmisión intergeneracional ha sido interrumpido.
Deberá por supuesto atenderse todos los posibles cuellos de botella que puedan surgir en esta etapa de crecimiento intensivo que el PROGRESA se ha planteado, ya que el aumento de cobertura poblacional también exige preparación de la oferta institucional organizada para satisfacer dicha demanda. Ésto también ha sido detectado por el personal operativo a nivel local.
El PROGRESA como tal deberá analizar cuáles podrían ser otras formas de ampliar los espacios para la inclusión de la participación comunitaria de manera organizada. Es probable que el programa esté planificando, primero, crear las bases mínimas de satisfacción de servicios básicos a nivel de las localidades para que, seguidamente, se pueda entrar en un ejercicio mucho más abierto de inclusión de la participación comunitaria. De acuerdo con la información obtenida durante las entrevistas con beneficiarias del programa, de promotoras y de algunos funcionarios del PROGRESA, no existe, al momento actual, mucho sentimiento de apropiación por parte de las beneficiarias hacia el programa. Da la impresión de que todavía es visto como un apoyo del gobierno y que éso es suficiente. Por ejemplo, al preguntarles a las beneficiarias qué pasaría si el PROGRESA se va, respuestas como «ahhhh!!, ni modo, ya vendrán otros», «ojalá que no se vaya, porque me ayuda» podrían reflejar cierta actitud y sentimiento de pasividad por parte de las beneficiarias.
Algunos resultados de estudios hechos al PROGRESA, muestran que no ha habido una reducción particular en las tasas de participación en el mercado laboral, por parte de los adultos, como pudo haber sido pronosticado por algunos modelos económicos de conducta. Sin embargo, el mismo proceso de organización local podría detectar perfectamente a aquellas familias en las que los padres han llegado a lastimar físicamente a las madres y exigido la entrega de los apoyos que se les han dado. Por suerte son casos aislados que las promotoras conocen dentro del proceso, pero que mediante mecanismos propiamente locales se podrían mitigar dichas situaciones.
En términos globales, la impresión es que la sostenibilidad actual del PROGRESA está en función de los recursos financieros que el gobierno central le siga asignando, ya que no se visualizan, todavía, mecanismos claros de cómo los estados y los municipios y menos las localidades podrían jugar un papel mucho más activo, dentro de los esfuerzos que actualmente se realizan.
República de México. 2001. Discurso del Presidente de México. En ocasión de la presentación del Programa Nacional de Desarrollo Social 2001 - 2006, 6 de Diciembre de 2001 (accesible en www.presidencia.gob.mex).
Behrman, Jere R., and Hoddinott, John. 2001. An evaluation of the impact of PROGRESA on preschool child height. Discussion Paper 104. March, 2001. Food Consumption and Nutrition Division of the International Food Policy Research Institute, Washington DC.
INEGI. 1999. Encuesta Nacional de Nutrición, 1999. Secretaría de Salud e Instituto Nacional de Salud Pública. México.
INEGI. 2000. XII Censo General de Población y Vivienda. México.
[72] Una rama del Instituto
Mexicano de Seguro Social el cual brinda servicios de salud a la
población rural que no dispone de seguro médico. [73] Leche Industrializada Conasupo S.A. [74] Desarrollo Integral de la Familia. [75] Fideicomiso Liquidador de Subsidio a la Tortilla. [76] Distribuidora e Impulsora Comercial Conasupo S.A. [77] Nota del editor: Conasupo creó este programa que operó de 1985 a 1989 mediante bonos o cupones, para subsidiar el precio de las tortillas para las familias urbanas de bajos ingresos. [78] Ver la referencia (discurso del 6 de Diciembre de 2001 - presentación del Programa Nacional de Desarrollo Social 2001 - 2006). |