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Capítulo tres: Evaluación externa independiente del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria12

I. INTRODUCCIÓN

74. La evaluación se realizó unos seis años después del inicio de las actividades del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) en los países. Se llevó a cabo atendiendo a una petición de los órganos rectores y por necesidades internas de gestión y se formuló con los dos objetivos siguientes: i) confeccionar un informe creíble de rendición de cuentas sobre el PESA, a fin de analizar y evaluar de forma detallada su pertinencia, su eficacia en el logro de resultados y su eficacia general en función de los costos, y ii) consolidar y ampliar la base de conocimientos del PESA para el futuro aprovechando la experiencia adquirida hasta el momento, especialmente identificando nuevos elementos y los aspectos positivos y negativos.

75. La evaluación la llevó a cabo un equipo representativo de nueve consultores externos superiores13 con el apoyo operativo del Servicio de Evaluación de la FAO. El Equipo de evaluación visitó las oficinas regionales de la FAO y 12 países de cada una de las regiones en desarrollo en las que se ha ejecutado el PESA (a saber, Bangladesh, Bolivia, Camboya, China, Ecuador, Eritrea, Haití, Mauritania, Níger, Senegal, República Unida de Tanzanía y Zambia). El Equipo de evaluación seleccionó los países que debería visitar basándose en una lista preparada por la FAO de 18 países que representaban a cada una de las regiones en desarrollo. En esos países, el trabajo sobre el terreno se había iniciado al menos tres años antes, cuando menos sobre tres de los cuatro componentes del PESA. Los criterios de selección permitieron tener la seguridad de que el equipo efectuaría la labor de evaluación sobre la base de una experiencia sustancial en la aplicación del PESA. Grupos de consultores, normalmente integrados por cuatro personas, visitaron cada uno de los países, aproximadamente durante una semana. En cada país, el Equipo de evaluación mantuvo conversaciones con el gobierno, los donantes y el personal de la FAO y visitó varias zonas de los proyectos utilizando una lista recapitulativa de puntos basada en el mandato, con el fin de facilitar su labor de investigación con los agricultores, el personal encargado de las tareas relacionadas con el desarrollo nacional y el personal del PESA.

76. El texto completo del informe, presentado en el documento PC 87/4 a) Evaluación externa independiente del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) está dividido como sigue: En el Capítulo 1 del informe, la Introducción, se presenta de forma resumida el mandato y se analizan las modalidades y disposiciones de evaluación. En el Capítulo 2 se facilita información básica sobre el PESA; se exponen las razones por las que el programa se centra en la seguridad alimentaria y se explica la elaboración del concepto del programa. En el Capítulo 3 se abordan la planificación y el diseño de programas específicos del PESA y el proceso concreto de formulación de los proyectos. El Capítulo 4 se centra en la aplicación y administración del PESA y examina la función de la FAO, la estructura organizativa y de gestión, la eficacia de las aportaciones regionales, la cooperación Sur-Sur y el papel que han desempeñado otros organismos internacionales y los donantes. En el Capítulo 5 se evalúan las actividades experimentales sobre el terreno en lo que respecta a la selección de las zonas de los proyectos, los beneficiarios previstos y las tecnologías que debían ensayarse. Se examina también el enfoque adoptado para realizar las actividades de campo del PESA, así como los resultados conseguidos. En el Capítulo 6 se analizan los efectos del PESA sobre las políticas nacionales y la comunidad de donantes y se estudia brevemente la relación costo-eficacia de las iniciativas del PESA. Por último, en el Capítulo 7 se reúne el material presentado en los capítulos anteriores, sintetizando los antecedentes y los elementos positivos del PESA desde el punto de vista del Equipo de evaluación. Ésta es la base en la que se sustenta el Equipo de evaluación para proponer el enfoque que debe adoptarse en el futuro para planificar y ejecutar el PESA.

II. OPCIONES PARA EL FUTURO DEL PESA

Enseñanzas derivadas de la experiencia

77. Cuando comenzó a ejecutarse, el PESA había sido formulado con arreglo a lo que el Equipo de evaluación considera un diseño rígido. Se determinó también que inicialmente se pusiera en práctica en zonas que tenían el potencial de aumentar rápidamente la producción, lo que significaba que en esas zonas debían existir posibilidades de riego. Se consideraba que centrar las iniciativas en la producción contribuiría a resolver los problemas de seguridad alimentaria tanto en los hogares como a nivel nacional.

78. Pronto se hizo patente que el enfoque inicial “micro” orientado a la producción era insuficiente para garantizar el progreso en la solución del problema de la seguridad alimentaria y que las cuestiones de tipo “meso” y “macro” eran importantes para conseguir aumentos de la producción y asegurar que los productores obtuvieran beneficios. Con el tiempo, la ejecución del PESA ha pasado a ser menos rígida y más flexible, como se aprecia en el cuadro de evolución facilitado por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Así pues, las circunstancias reales de la ejecución han obligado a los programas del PESA a incorporar en la parte inicial de la Fase I elementos que en principio debían abordarse en la Fase II o como muy pronto en la parte de expansión de la Fase I. Se ha observado que esas iniciativas son particularmente apropiadas cuando pueden adoptarse a nivel local sin necesidad de introducir cambios de política.

79. Al margen de las deficiencias de diseño, que se hicieron evidentes al llevar a cabo las actividades del PESA, el Equipo de evaluación tomó conciencia de otro problema de carácter más conceptual en el curso de las visitas a los países estudiados. Se refiere a las soluciones de compromiso entre los objetivos indicados en las directrices del PESA con miras a afrontar el problema de la seguridad alimentaria en el ámbito nacional y a nivel de los hogares. En general, el criterio de iniciar las actividades del PESA en las zonas de mayor potencial es probablemente mejor para abordar la mejora de la seguridad alimentaria nacional. Es probable que en esas zonas exista pobreza y, por ende, inseguridad alimentaria familiar, pero es probable también que sea menos aguda que en otras zonas agrícolas con peores perspectivas14. En consecuencia, los lugares seleccionados para realizar las actividades del programa en los países estudiados presentan en general una productividad relativamente elevada en comparación con las zonas más marginales, en las que la malnutrición de las zonas rurales es mayor y el potencial para aumentar la productividad agrícola más reducido. Así pues, aunque a juicio del Equipo de evaluación las zonas elegidas para las actividades del PESA son, probablemente, las que presentan mejores condiciones desde el punto de vista de la mejora de la seguridad alimentaria nacional, el impacto de las actividades del PESA en la mejora de la seguridad alimentaria familiar habría sido mayor en las zonas marginales. Esto apunta a la necesidad de alcanzar una solución de compromiso entre los encomiables objetivos expresados de mejorar la seguridad alimentaria tanto a nivel familiar como nacional.

80. La rigidez inicial del diseño del PESA tuvo otro efecto negativo, pues su falta de flexibilidad impedía acomodarlo a las prioridades y ventajas concretas de los países y eso fue una cortapisa en ocasiones para establecer relaciones colegiadas y para que algunos países se identificaran con el programa. Además, se introdujo como un programa autónomo sin vinculación con otras actividades en curso o previstas de otros organismos, incluidas las ONG.

81. Otra cuestión que quedó patente durante las visitas del Equipo de evaluación a los países fue que el plazo previsto inicialmente para las actividades experimentales de la Fase I del PESA, de dos o tres años de duración, era demasiado breve, y el número de zonas seleccionadas demasiado reducido, para que se pudieran conseguir efectos importantes sobre las estrategias relacionadas con la producción y la seguridad alimentaria. Para que sean eficaces, los enfoques participativos necesitan tiempo, y ello, unido a las variaciones anuales en las condiciones climáticas y socioeconómicas y al tiempo necesario para establecer sistemas sostenibles de distribución de insumos y canales de comercialización de los productos, determinaron que el plazo previsto fuera demasiado corto. De hecho, en los países que visitó el Equipo de evaluación, donde se estaban realizando todavía actividades del PESA (con la exclusión de Zambia), la atención preferente, excepto en el Senegal, se centraba todavía en los lugares y comunidades donde las actividades se habían iniciado cinco o seis años antes. El éxito de intervenciones como el PESA depende en gran medida de la solidez de las estructuras institucionales, incluidos los sistemas de extensión, crédito, distribución de insumos y comercialización de los productos. Cuando existen deficiencias en estos aspectos, es muy poco probable que un plazo de dos o tres años sea suficiente para apreciar efectos notables. Sólo en el Senegal había comenzado la ejecución de la parte de expansión de la Fase I (es decir, la extensión de las actividades del PESA a todas las zonas agroecológicas de un país), aunque sobre el papel existen planes para otros países. Por otra parte, ningún país ha iniciado la Fase II.

82. A la vista de lo anterior, ¿qué puede hacerse para mejorar el diseño del PESA y realizar las actividades de manera que sea posible aumentar su eficacia, impacto y aceptación entre los programas nacionales y los posibles donantes? Para poder responder a ese interrogante, el Equipo de evaluación analizó cuáles son los aspectos positivos del programa, para así contar con un fundamento sólido sobre el que basar las iniciativas futuras. A continuación, determinó cuál debe ser el centro de atención preferente del PESA y ello condujo a considerar cuál podría ser la mejor estrategia para el programa.

Elementos positivos del PESA

83. En su formulación actual, el PESA tiene una serie de características o elementos positivos, no siempre presentes en otros programas que cuentan con el apoyo de donantes y de la FAO, que deben ser reconocidos y que pueden ser de utilidad al diseñar y llevar a término en el futuro iniciativas relacionadas con el PESA. Los más destacables son los siguientes:

Enfoque alternativo del PESA para el futuro

La FAO debería clasificar los países por orden de prioridad en lo tocante a las iniciativas relacionadas con el PESA

84. Actualmente, el PESA se está ejecutando en 62 países, pero una de las cuestiones que es motivo de gran preocupación para el Equipo de evaluación es si, habida cuenta de la limitación de recursos (financieros y humanos) a que se enfrenta la FAO, es posible ocuparse de forma adecuada de todos los países que cumplen las condiciones necesarias para la ejecución del PESA. Actualmente, el criterio para participar en el programa o beneficiarse de sus intervenciones es la condición de país de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA), aunque algunos de los países incluidos en el PESA no cumplen ese criterio.

85. Las ventajas de utilizar este criterio consisten en que:

86. Sin embargo, la aplicación de este criterio comporta también una serie de problemas:

87. Después de examinar todos estos factores, el Equipo de evaluación ha llegado a la conclusión de que es necesario clasificar a los PBIDA por orden de prioridad para impedir que los recursos limitados de la FAO se diluyan en exceso y para procurar que el PESA tenga mayor impacto. La cuestión estriba en decidir qué criterios deben utilizarse para establecer el orden de prioridad. A juicio del Equipo de evaluación deberían utilizarse distintos criterios para los países que están planificando un proyecto del PESA y para aquellos que pretenden continuar una actividad del programa iniciada anteriormente.

88. Países que desean poner en marcha una actividad del PESA. El Equipo de evaluación propone que se apliquen cuatro criterios una vez que un país (por lo general un PBIDA) ha manifestado el interés de llevar a cabo una actividad del PESA:

  1. incidencia del hambre y la malnutrición en el país;
  2. infraestructura institucional para apoyar la iniciativa del PESA (por ejemplo, servicios de extensión y apoyo adecuados en el sector público o privado, y posibilidad de que las políticas del gobierno permitan adoptar un enfoque de abajo arriba participativo e impulsado por los agricultores para abordar el problema de la seguridad alimentaria);
  3. existencia de posibilidades de desarrollo aún no explotadas (por ejemplo, disponibilidad de opciones tecnológicas apropiadas, posibilidades de diversificación, acceso a oportunidades de comercialización pertinentes), especialmente para las zonas marginales, y
  4. potencial para complementar iniciativas nacionales o de donantes previstas o en curso, o de integrarse en ellas.

89. Países que recaban apoyo para continuar una actividad del PESA ya iniciada. Además de los criterios indicados en el párrafo anterior para poner en marcha una actividad, se aplicarían los tres criterios adicionales siguientes:

  1. que exista un compromiso nacional expreso para afrontar el problema de la seguridad alimentaria;
  2. que el Gobierno haya asumido la "propiedad y dirección" del PESA, y
  3. que se hayan hecho progresos en la adopción de los principios del enfoque del PESA, los resultados conseguidos, y que existan posibilidades de apoyo nacional y/o de donantes.

90. Habida cuenta de la posición de la FAO, como organización de alcance mundial, que debe actuar de forma equitativa en el trato a sus Estados Miembros y mostrarse sensible a sus problemas, especialmente a los de los países más pobres, el Equipo de evaluación sugiere que la medida de establecer un orden de prioridad no debe considerarse como medio de excluir a determinados países. Antes bien, se propone que una baja prioridad en lo que respecta a las iniciativas del PESA apoyadas por la FAO se convierta en alta prioridad en el caso de otras iniciativas de la Organización (por ejemplo, la ayuda para fortalecer y perfeccionar el servicio de extensión), particularmente aquellas que podrían contribuir a subsanar las deficiencias identificadas como razones para que se conceda baja prioridad al país en relación con el PESA. Asimismo, en algunos casos, antes de proseguir las iniciativas relacionadas con el PESA (en la terminología del Programa Especial, la expansión de la Fase I) puede ser conveniente que la FAO contribuya a promover la seguridad alimentaria por otros medios, como la formulación de políticas, la creación de capacidad institucional para el desarrollo de las zonas marginales y la prestación de asistencia en esferas tales como el establecimiento de sistemas de alerta, la preparación para hacer frente a las catástrofes y la organización de programas selectivos en materia de redes de seguridad alimentaria.

EL PESA debería dar más prioridad a la seguridad alimentaria familiar

91. El Equipo de evaluación respalda plenamente la importancia concedida a la seguridad alimentaria en el marco del PESA, pero como ya se ha indicado siente inquietud por una posible solución de compromiso entre la seguridad alimentaria familiar y nacional. Para resolver el problema, el Equipo de evaluación propone lo siguiente:

Factores que deben considerarse al diseñar las iniciativas del PESA

92. Basándose en las observaciones que se han hecho en las secciones anteriores del informe, el Equipo de evaluación recomienda tres principios básicos para iniciar o ampliar iniciativas del PESA en los países:

  1. El diseño debe basarse en los elementos positivos del PESA que se han esbozado anteriormente.
  2. Es necesario reforzar la sustitución de un enfoque rígido basado en las medidas por criterios más flexibles "impulsados por la población" y cuya finalidad sea satisfacer las necesidades, aprovechar las oportunidades y mitigar las limitaciones. Ello significa no centrarse exclusivamente en la producción y tener en cuenta también las dimensiones económica, financiera y social y las iniciativas relacionadas con la comercialización de insumos y productos y con el crédito. Para ello sería necesario poner al alcance de las familias campesinas los instrumentos de análisis y los medios para potenciar su capacidad y para que puedan determinar y controlar su propio destino en la mayor medida posible.
  3. Al diseñar las actividades se han de tener en cuenta las prioridades y ventajas comparativas de los gobiernos nacionales y los donantes y, en consecuencia, se ha de buscar la forma de adoptar iniciativas en colaboración con los gobiernos nacionales y los donantes en lugar de intentar imponer un enfoque y un modus operandi preestablecido. De esa forma, el diseño del PESA se beneficiaría de las experiencias de los asociados en el desarrollo, cuyo apoyo no se recabaría a posteriori, sino que participarían plenamente en los programas.

93. En el diseño del PESA existen seis esferas concretas que, desde el punto de vista del Equipo de evaluación, deberían ser objeto de una atención más explícita por cuanto influyen no solamente en la forma en que se formulan las estrategias relativas a la seguridad alimentaria familiar, sino también en el posible alcance, en la sostenibilidad y en el efecto multiplicador de las actividades relacionadas con el PESA. En ellas se centran los párrafos que siguen.

94. Consideración explícita de la estacionalidad. La seguridad alimentaria de las familias pobres con una gran dependencia de la agricultura como medio de sustento varía estacionalmente. Las recomendaciones tecnológicas deben tomar en consideración la "normalidad" de que existan años buenos y malos. Para la familia rural pobre la seguridad alimentaria depende del ciclo de producción agrícola, de la cantidad de alimentos almacenados y de la disponibilidad de efectivo. Este conjunto de factores es más acusado en las zonas marginales de secano estacionales, pero incluso en las zonas de regadío reviste una importancia crucial para las familias campesinas con recursos muy limitados. Tanto en las zonas de secano como en las de regadío, las actividades de diversificación que dependen menos de la disponibilidad de agua son importantes porque amortiguan los efectos negativos de la estacionalidad y aumentan su capacidad de resistencia frente a las perturbaciones y las tendencias negativas al diversificar sus sistemas de producción y sus fuentes de ingresos. El Equipo de evaluación considera de la mayor importancia utilizar la naturaleza estacional de la seguridad alimentaria como punto de partida racional para formular estrategias que permitan mejorar la seguridad alimentaria familiar durante todos los períodos del año. Los componentes, a los que podría denominarse “estrategias antiestacionales” (EAE) serían los siguientes:

95. En los países que visitó el Equipo de evaluación, el PESA ha aplicado principalmente la EAE1, en pocos casos la EAE2, en cierta medida la EAE3a (aunque no en las zonas que padecen mayor inseguridad alimentaria), sólo esporádicamente la EAE3b (algunas actividades de elaboración de alimentos) y en casos aislados el apoyo al microcrédito (EAE4). Para que las iniciativas del PESA tengan en el futuro una identidad bien visible y unos límites claramente definidos en torno a las cuestiones del hambre estacional y las estrategias “antiestacionales”, deberán proseguir los esfuerzos destinados a aumentar la producción de alimentos en diferentes períodos del año, a intensificar la aplicación de estrategias referentes al almacenamiento de alimentos, las pérdidas poscosecha, los bancos de cereales, la comercialización, elaboración y el crédito, así como a forjar alianzas con otros organismos que tienen experiencia y conocimientos técnicos pertinentes, por ejemplo en actividades generadoras de ingresos (especialmente no agrícolas) y con las instituciones de financiación rural. El establecimiento de asociaciones satisfactorias con otros organismos, que exige que la FAO no reclame para sí todo el protagonismo, permitirá a la Organización centrar sus esfuerzos en aquellas esferas en las que ha acumulado mayor experiencia. Debe intensificarse también la labor con las organizaciones de agricultores (como en el Senegal), los grupos de campesinos y las comunidades.

96. Dedicar una atención más explícita a las cuestiones ambientales y asegurar la compatibilidad entre la producción y la sostenibilidad ecológica. Aunque el concepto del PESA subraya la importancia de aumentar la producción sin poner en peligro la sostenibilidad ecológica, el Equipo de evaluación cree que, al menos en los países objeto de estudio, no se ha dedicado mucha atención a esta cuestión, primando la importancia concedida a las tecnologías necesarias para aumentar la producción. Aunque en el Ecuador y Camboya se aplicaron con cierto interés técnicas relacionadas con el MIP y la producción orgánica, los esfuerzos dedicados a los problemas ambientales fueron menores de lo que había previsto el Equipo de evaluación, que en vista de lo cual recomienda que en el futuro se dé más importancia que hasta la fecha a la formulación de estrategias que hagan compatible la producción y la sostenibilidad ecológica. Este aspecto adquirirá mayor importancia aún a medida que se extiendan las actividades del PESA a zonas más marginales.

97. Dedicar una atención más explícita a la igualdad entre el hombre y la mujer. En opinión del Equipo de evaluación, la incorporación de la igualdad entre el hombre y la mujer, teniendo en cuenta las características de cada lugar, debe recibir mayor atención en los programas nacionales del PESA. El Plan de Acción de la FAO sobre Género y Desarrollo recientemente adoptado establece directrices para que el PESA incorpore la cuestión de la igualdad entre el hombre y la mujer en las políticas de género de los distintos gobiernos.

98. Dedicar una atención más explícita a las vinculaciones. Ya se ha indicado en una sección anterior del informe la conveniencia de que el PESA adopte un enfoque más sistemático, explícito y planificado para establecer vinculaciones, no sólo con los organismos donantes sino con otras organizaciones dedicadas al desarrollo (por ejemplo, ONG). Este tipo de medidas deben iniciarse incluso en la fase de diseño, dado que pueden contribuir de forma importante a determinar las estrategias que se planifiquen y sean viables y a intensificar el alcance y los posibles efectos de las actividades del programa. Son muy útiles, por ejemplo, las vinculaciones con ONG orientadas al desarrollo y con instituciones de investigación. Este tipo de ONG pueden cooperar en la puesta en marcha de sistemas de crédito y ahorro, bancos de cereales y servicios comunitarios de comercialización y elaboración, y apoyar la diversificación mediante actividades que no estén incluidas en las iniciativas de diversificación del PESA (caso de la artesanía y del empleo no agrícola). En virtud de su mandato, la FAO debe centrarse en actividades relacionadas con la agricultura, pero otras fuentes de ingresos pueden tener gran importancia desde el punto de vista de la seguridad alimentaria y los medios de vida sostenibles y se podrían potenciar estableciendo vínculos creativos con otros organismos que centran su actividad en esas esferas. Esto sería coherente con el derecho a los alimentos, como se señala en la documentación preparada para la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después.

99. Dedicar una atención más explícita a las cuestiones institucionales y normativas de nivel meso y macro. En el nivel macro se trata particularmente de la distribución pública de alimentos, las políticas de fijación de precios, las subvenciones y todo lo relacionado con la OMC. Entre las cuestiones relacionadas con el nivel meso cabe señalar el crédito, la financiación, la distribución de insumos, la identificación de mercados y la negociación, concertación y acción comunitarias respecto del desarrollo de cuencas hidrográficas y las cuestiones relativas a la tenencia de tierras. Todos estos puntos deberán abordarse en muchos casos en cooperación con otros organismos.

100. Aceptación de un plazo más prolongado para conseguir resultados. Para elaborar e incorporar adecuadamente las consideraciones que se han expuesto en los párrafos anteriores se necesitará un plazo más realista (por ejemplo, un máximo de cinco años).

Aplicación del diseño propuesto de las iniciativas del PESA

101. En relación con las observaciones que se han hecho anteriormente acerca de la flexibilización del diseño de las iniciativas del PESA, el Equipo de evaluación considera que sería importante aplicar un par de medidas antes de iniciar la fase de diseño:

  1. cuando ya se haya iniciado la ejecución del PESA en el país, llevar a cabo una evaluación independiente detallada, en la que además de evaluar los resultados conseguidos se formularían propuestas para el futuro; y
  2. al iniciarse el PESA en el país, organizar una comisión exploratoria que no asumiría compromisos firmes para el futuro, pero que estudiaría la conveniencia de poner en marcha actividades del PESA teniendo en cuenta las consideraciones que se han hecho anteriormente. Si las conclusiones fueran favorables, el siguiente paso consistiría en organizar una misión de diseño que siempre que fuera posible debería estar dirigida y controlada por el país hospedante e integrada por nacionales y representantes de la FAO y de posibles donantes.

102. Se ha de configurar con antelación y aplicar gradualmente una estrategia de salida de la FAO para el traspaso de responsabilidades a la conclusión del período de ejecución. Se recomienda que se utilice un enfoque participativo de marco lógico en la fase de diseño y que durante el período de ejecución se convierta en un marco lógico dinámico participativo, que sea revisado periódicamente para facilitar el seguimiento y evaluación con respecto a los objetivos, indicadores, medios de verificación/medición e hipótesis/supuestos/riesgos asociados con el proyecto. El último aspecto reviste una especial importancia puesto que guarda relación con el entorno normativo y establece un nexo con el análisis de las limitaciones.

103. Por último, es necesario elaborar cuatro estrategias complementarias:

  1. redoblar los esfuerzos destinados a cartografiar la seguridad alimentaria (SICIAV) para facilitar la identificación de las zonas aquejadas de inseguridad alimentaria;
  2. adoptar mecanismos sistemáticos, sencillos y eficientes de seguimiento para mejorar la administración a diferentes niveles y la evaluación independiente en el marco del proyecto, para recoger y compartir con organismos nacionales y asociados las experiencias adquiridas y las lecciones aprendidas durante la ejecución del PESA, y difundirlas, pues ello puede contribuir a mejorar las iniciativas posteriores y a fortalecer la credibilidad de la FAO;
  3. ayudar a los países a organizar programas de capacitación y creación de capacidad en las esferas de la planificación y la formulación de proyectos; y
  4. después de haber evaluado cuidadosamente las necesidades reales de todos los países desde el punto de vista de la competencia técnica necesaria (baja, media o alta) y haber comparado esas necesidades con los recursos técnicos y humanos disponibles en otros países del Sur, introducir programas de cooperación Sur-Sur que utilicen números reducidos de cooperantes con una formación lingüística adecuada para impartir formación práctica a expertos y técnicos locales y para asesorarles.

RESPUESTA DE LA ADMINISTRACIÓN

104. Elogiamos la labor del Equipo de evaluación externa independiente, que ha preparado un examen sucinto, constructivo y animado de una crítica positiva. Desde el principio, cuando se puso en marcha el PESA en 1994, hemos sido conscientes de la necesidad de adaptar el programa teniendo en cuenta las enseñanzas derivadas de la experiencia adquirida durante su ejecución y los cambios acaecidos en el entorno más amplio del desarrollo. Consideramos que este informe es una contribución de primer orden a este proceso de aprendizaje.

105. En el informe se formulan numerosas observaciones de interés sobre el Programa Especial que permitirán al Comité del Programa mantener un debate bien fundado sobre sus logros y su futuro. Consideramos que los representantes de los países en los que se están realizando actividades del PESA, que están financiándolas o contribuyendo a su ejecución en el marco de la cooperación Sur-Sur tendrán mucho que decir en este debate y esperamos con el máximo interés sus observaciones.

106. El Equipo de evaluación centró deliberadamente su labor en países en los que el PESA se había comenzado a ejecutar desde el comienzo de su existencia por considerar que sería en ellos donde se habría acumulado mayor experiencia que se podría examinar. Creemos que muchas de las preocupaciones que se expresan en el informe acerca del diseño y ejecución de esos primeros proyectos del PESA ya han sido abordadas en proyectos posteriores, no abarcados por esta evaluación, así como en la etapa de expansión de la Fase I del PESA. Aceptamos, sin embargo, que queda margen para una mayor mejora y evolución del programa. En gran parte se trata de colmar la distancia -que existe en todos los programas de desarrollo en gran escala, y también en el PESA- entre los propósitos establecidos en las directrices y la realidad. Pero es verdad que es necesario realizar otros ajustes más fundamentales.

107. En nuestra respuesta no deseamos abrumar al Comité del Programa con observaciones detalladas sobre el análisis que ha hecho el Equipo de evaluación, sino centrarnos principalmente en las recomendaciones del informe sobre la forma de mejorar el programa en el futuro. Si es cierto que debemos aprender de la experiencia y tomar nota de las observaciones del Equipo de evaluación, especialmente cuando critica algunos aspectos del programa, es en el futuro en el que debemos centrar nuestros esfuerzos. Sin embargo, gustosamente expondremos nuestras opiniones sobre las observaciones y afirmaciones concretas contenidas en las secciones analíticas del informe, si así lo desean los miembros del Comité.

108. Ahora bien, hay tres cuestiones generales respecto de las cuales nuestra percepción del PESA no coincide totalmente con la del Equipo de examen independiente.

En este contexto, consideramos que los resultados de la iniciativa de cooperación Sur-Sur y sus efectos sobre los procesos de innovación son alentadores, especialmente si se comparan con los de otras formas más convencionales de asistencia técnica. Creemos que ello justifica que continúen vigentes los principales principios y elementos de las directrices actuales, adaptándolas siempre que sea necesario a la situación concreta de cada país. Lo que distingue el modelo de cooperación Sur-Sur que aplica la FAO en el PESA de otras formas más tradicionales de asistencia técnica es el hecho de que sitúa a técnicos con una gran dedicación y unos sólidos conocimientos prácticos como agentes de cambio en comunidades rurales donde pueden interactuar directamente con agentes de extensión de primera línea, así como con dirigentes y agricultores locales. Esto les sitúa en condiciones de superar el conservadurismo que en muchos casos impide la innovación, de introducir directamente ideas nuevas y muy prácticas en el entorno agrícola todos los días y de exhortar a los grupos de agricultores, pescadores y ganaderos a adaptar y ensayar sistemas ya experimentados con éxito en otras partes para mejorar sus medios de vida.

Para aumentar el efecto multiplicador de la CSS y evitar que se cree una dependencia a largo plazo, todos los técnicos deben compartir sus experiencias sobre el terreno en las comunidades rurales con personal nacional en la formación de instructores. Esto forma parte de una estrategia de salida que normalmente limita el nombramiento de los técnicos a períodos de tres años. La estrategia, adaptada a las condiciones locales de cada país participante, comprende la capacitación por expertos y técnicos CSS de instructores nacionales que, a su vez, forman a otros instructores en las regiones y comunidades, creándose de esta forma un efecto de bola de nieve.

Los costos por experto y técnico CSS (en torno a 12 000 y 7 200 dólares EE.UU. anuales, respectivamente, compartidos inicialmente entre el país cooperante, los países receptores y la FAO, y sufragados posteriormente por donantes bilaterales y multilaterales) son muy bajos en comparación con los que comporta la asistencia técnica convencional (que oscilan entre 120 000 y 200 000 dólares EE.UU. por experto y año, según la fuente de financiación). Esto hace posible enviar en fases una masa crítica de técnicos en virtud de acuerdos CSS, impulsando en muchas comunidades rurales un proceso de cambio desde abajo que tiene en cuenta las condiciones locales.

Esta fórmula es nueva todavía y exigirá, sin duda, introducir ajustes sobre la base de la retroinformación recibida de los países participantes, pero consideramos que es un mecanismo interesante y asequible para que los países en desarrollo compartan experiencias satisfactorias, contribuyendo de una forma totalmente práctica a la seguridad alimentaria y el desarrollo agrícola. Tenemos el propósito, por tanto, de seguir desempeñando una función catalizadora para ayudar a los países interesados a suscribir acuerdos CSS y a movilizar los recursos financieros necesarios.

Sería presuntuoso creer que el PESA, por sí solo, ha modificado la orientación de las políticas, pero estamos convencidos, sin embargo, que ha cumplido un papel en ese sentido gracias a su gran proyección, al haber demostrado que los países tienen capacidad para conseguir que los pequeños agricultores consigan rápidos aumentos de la producción, y a su vinculación con el proceso de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. A nivel nacional, las decisiones de varios PBIDA de ampliar el programa para abarcar al conjunto de la nación (por ejemplo, en China, y Pakistán) así como de otros nueve países de hacer una importante aportación de fondos para que el PESA tenga alcance nacional, parecen indicar que el programa está comenzando a influir en las políticas.

109. Compartimos plenamente los puntos de vista del Equipo de evaluación sobre los aspectos positivos del PESA y la recomendación de que es en ellos en los que deben basarse las actividades futuras del programa. Compartimos también sus opiniones sobre la importancia de que exista flexibilidad en el programa y sobre la necesidad de equilibrar las medidas de nivel micro destinadas a aumentar la producción y mejorar los medios de vida abordando cuestiones de nivel meso y macro que pueden incidir en la producción y en la distribución de los beneficios y aceptamos el argumento de que se ha de establecer un horizonte temporal más amplio para las actividades experimentales de la Fase I y aumentar el tamaño y el número de las zonas de los proyectos, de forma que representen a las principales regiones agroecológicas de los países. De hecho, cuando lo permiten los recursos ésta es la dirección que siguen las iniciativas recientes del PESA, incluso las que financian los países en desarrollo con sus propios recursos.

110. Concordamos también en la necesidad de actualizar y perfeccionar las directrices y de que sean ampliamente difundidas y utilizadas. De conformidad con la propuesta del Equipo de evaluación, se creará un Comité Técnico de Directrices del PESA. Ya se está trabajando para elaborar metodologías con una buena relación costo-eficacia para hacer el seguimiento del impacto, considerando el aumento de la producción y sus efectos sobre los ingresos y la seguridad alimentaria de las familias. La administración de la FAO acepta también la necesidad de evitar las subvenciones, tanto a los insumos como los tipos de interés, excepto cuando sean compatibles con las políticas nacionales o puedan ser necesarias para indemnizar a los participantes frente a los riesgos que entraña una actividad pionera (que de otra forma asumiría el Estado mediante la financiación de actividades adicionales de investigación en los centros establecidos al efecto). La aplicación generalizada de subvenciones que se señala en el informe no es acorde con el concepto básico del programa de promover innovaciones que puedan repetirse en otros lugares. Sin embargo, uno de los problemas concretos que afrontan muchos agricultores interesados en adoptar nuevas prácticas es la desaparición de los sistemas de crédito, suministro de insumos y comercialización en muchos países en desarrollo. En esos casos, ha sido necesario intervenir de manera pragmática para salvar la distancia entre lo que debe y puede hacerse, a fin de permitir que los innovadores tengan acceso a los insumos y equipo necesarios.

111. Por lo que respecta a las Opciones para el futuro del PESA, deseamos formular las siguientes observaciones:

Para el futuro, el objetivo es ampliar las actividades (experimentales) de la Fase I del PESA para responder a las demandas de las comunidades aquejadas de inseguridad alimentaria de todas las zonas agroecológicas de un país: la gama de actividades que reciben apoyo del programa se ampliaría progresivamente al aumentar la capacidad institucional. Se ha previsto también prestar una atención creciente a la potenciación de las comunidades para hacer frente a los factores subyacentes que determinan la distribución de alimentos entre las familias de las comunidades. Consideramos necesario dedicar una atención preferente a cuestiones relacionadas con la mujer y a aquellas familias en las que, como consecuencia del VIH/SIDA y otras enfermedades, se han producido cambios negativos en la relación de dependencia con efectos catastróficos sobre la agricultura. Se está adquiriendo una cierta experiencia (con financiación de TeleFood) en la consecución de aumentos de la producción alimentaria en los lugares en los que son más necesarios y en su vinculación con la educación nutricional, en particular promoviendo programas de horticultura basados en escuelas y centros de salud; estas experiencias se podrán repetir más ampliamente en el futuro en el marco del PESA.
La administración de la FAO respalda decididamente también la necesidad de fortalecer las asociaciones, estableciéndolas desde el comienzo del diseño del proyecto. Aceptamos también plenamente la recomendación de que se conceda una atención más explícita a los problemas relacionados con la estacionalidad, la sostenibilidad ecológica, la igualdad entre hombres y mujeres y las vinculaciones en el diseño de los proyectos. La incorporación de esos planteamientos exigirá una mayor atención a la creación de capacidad a todos los niveles, en especial entre los dirigentes de las comunidades agrícolas y el personal de extensión de primera línea, basándose particularmente en la experiencia de la Organización en relación con las escuelas de campo para agricultores, que han sido elogiadas por el Equipo de evaluación.

Además de revisar las directrices del PESA para aplicar esas recomendaciones y las referentes a los procesos de diseño, la Organización impartirá capacitación al personal y funcionarios de los gobiernos que participen en el diseño del programa.

112. El contexto del desarrollo en el que se está ejecutando el PESA ha experimentado modificaciones de importancia desde que comenzara el programa hace casi ocho años. La proclamación de los objetivos de desarrollo del milenio, la expansión de los programas de alivio de la deuda, la puesta en marcha del marco integral de desarrollo y de los documentos de estrategia de reducción de la pobreza, así como las reflexiones sobre nuevos mecanismos de financiación del desarrollo a raíz de la Conferencia Internacional sobre la Financiación del Desarrollo, plantean desafíos y ofrecen nuevas oportunidades para el PESA, que la Organización abordará debidamente.

INFORME DEL COMITÉ DEL PROGRAMA17

113. El Comité acogió con satisfacción esta importante evaluación, que estimaba que había sido totalmente independiente, pormenorizada y objetiva, proporcionando una crítica equilibrada y constructiva para fortalecer el PESA. Aunque la evaluación había sido costosa, el Comité indicó que podían ser útiles otras evaluaciones externas independientes de determinados programas de la FAO. También se expresó aprecio por la respuesta positiva de la administración superior y la intención de la Organización de basarse en la evaluación para fortalecer el PESA. El Comité consideró asimismo que las explicaciones de los resultados por parte del jefe del Equipo de evaluación eran útiles e informativas.

114. En la evaluación se había puesto de relieve la función potencial que podía desempeñar el PESA para superar la inseguridad alimentaria. Solamente se podrían garantizar los efectos del PESA cuando hubiera un control nacional y cuando se consiguiera el desarrollo desde la base con una amplia participación de las partes interesadas. Para esto se requería tiempo y una formulación flexible que respondiera a las necesidades de cada país.

115. En el informe de evaluación se habían citado ejemplos de efectos positivos del PESA, así como muchos de los problemas encontrados por el programa. Varios miembros señalaron a la atención su propia experiencia con el PESA, que se había reflejado en las políticas nacionales y despertado el deseo de ampliar el programa. Se acogió muy positivamente el compromiso de la administración de la FAO de introducir un sistema más eficaz y práctico de seguimiento y evaluación de los PESA nacionales, con especial atención a la evaluación de la viabilidad económica y la posibilidad de reproducir los enfoques, así como sus efectos inmediatos en la seguridad alimentaria familiar.

116. Hubo acuerdo sobre la importancia primordial de la seguridad alimentaria familiar y el Comité examinó la mejor manera de abordar esto en el marco del PESA. Varios miembros insistieron en la necesidad prioritaria de la población pobre que cultivaba terrenos marginales y que tenía un acceso limitado a los alimentos. Otros observaron que la población pobre no se limitaba a las zonas marginales y que en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) preocupaba sobre todo la manera de garantizar un suministro nacional suficiente de alimentos. El Comité subrayó la necesidad de un mayor equilibrio entre hombres y mujeres en el PESA.

117. El Comité examinó los resultados del informe de evaluación con respecto a la conveniencia de establecer prioridades en la cooperación en el marco del PESA. Varios miembros estimaron que era imprescindible ocuparse de las necesidades de todos los PBIDA y señalaron que varios países no pertenecientes a este grupo habían mostrado también su deseo de participar en el programa con una financiación sustancial del trabajo de la FAO en sus propios países. Otros miembros del Comité destacaron que, en una situación de recursos limitados, era imprescindible el establecimiento de prioridades a fin de conseguir efectos reales de los recursos del Programa Ordinario. En su opinión, esto también facilitaría una mayor movilización de fondos de donantes.

118. El Comité estuvo de acuerdo en que la Cooperación Sur-Sur introducía una nueva dimensión muy valiosa en la cooperación técnica. Algunos miembros pusieron de relieve que el programa desempeñaba una función decisiva en la ampliación de la experiencia entre los países. Otros observaron asimismo que era necesario vincular estrechamente la Cooperación Sur-Sur con las necesidades específicas y la capacidad de absorción de los países que la acogían y que también podría ser importante una mayor intervención de expertos nacionales. El informe de evaluación contenía ideas prácticas que eran útiles para aumentar la eficacia de la Cooperación Sur-Sur, incluida la necesidad de equilibrio entre hombres y mujeres y de visitas de los cooperadores a las familias.

119. La crítica constructiva del informe constituía una asistencia valiosa para la administración de la FAO, puesto que buscaba aumentar los efectos del programa. El Comité acogió con beneplácito la información que recibió sobre el enfoque flexible y concentrado en las personas que, según se le informó, se había convertido en una característica del PESA en los últimos años. El Comité se congratuló por las iniciativas que estaba tomando ahora la administración para fortalecer el PESA y aplicar las recomendaciones del Equipo de evaluación. Se informó al Comité de las disposiciones que se estaban aplicando ahora para garantizar una intervención más plena de los expertos técnicos de la Organización y garantizar una mayor integración de los aspectos relativos al medio ambiente, las políticas en materia de seguridad alimentaria y el SICIAV. Se estaban haciendo preparativos para establecer un Grupo de Apoyo Técnico, actualizar el documento de exposición de conceptos sobre el PESA, revisar las directrices y capacitar al personal interesado en los enfoques para la formulación y ejecución de proyectos, en particular sobre los métodos participativos. Se estaba preparando un Manual de seguimiento y evaluación.

120. En conclusión, el Comité acogió con satisfacción el compromiso manifestado por la administración de utilizar las recomendaciones del Equipo de evaluación para fortalecer el PESA y su enfoque. Pidió un informe complementario para su período de sesiones de mayo de 2003 sobre los progresos realizados en la aplicación del PESA y en la introducción de los numerosos cambios positivos que la administración había mencionado en sus respuestas al informe.

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12 El informe completo del informe y la respuesta de la administración superior pueden verse en el documento PC 87/4 a).

13 Sr. Dunstan S.C. Spencer, Jefe de equipo (Sierra Leona); Sr. Pierre Spitz (France); Sr. Frank Anderson (Australia); Sr. Manuel Contijoch Escontria (México); Sr. Antanas Maziliauskas (Lithuania); Sr. David Norman (Estados Unidos); Sra. Maija Sala (Finlandia); Sr. Vijah S. Vyas (India), y Sr. Mahgoub G. Zaroug (Sudán).

14 Si bien el número de personas relativamente pobres puede ser bastante elevado en las zonas con potencial elevado, en el mejor de los casos el tipo de estrategia en que se centra el PESA, a saber el aumento de la productividad agrícola, sólo puede beneficiar a esos hogares en forma indirecta (a saber, mediante la creación de oportunidades estacionales de empleo, ya que es probable que muchos de ellos carezcan de tierras). Algunos de los tipos de actividades de diversificación pueden ofrecer beneficios directos, pero la estrategia más útil para ayudar a estos hogares quedará probablemente al margen de las actividades del PESA, por ejemplo, la creación de empleo no agrícola.

15 No obstante, estos datos no abarcan a todos los países, no son tan fiables como la información relativa a los PBIDA ni son tan ampliamente aceptados como ésta.

16 El hecho de que la demanda de participar en el PESA sea elevada y no se limite a los PBIDA parecería poner en tela de juicio algunas de las afirmaciones del equipo sobre la falta de identificación nacional con el programa.

17 PC 87/REP, párrs. 21-28.

 


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