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Capítulo 2: Principios generales de los servicios de sanidad animal


Política, estrategias y prioridades
Organización
Estructura y normas



Política, estrategias y prioridades


La política de los servicios de sanidad animal en los países en desarrollo representa un componente esencial de la política socioeconómica del gobierno en el sector del desarrollo agrícola y rural, así como de la sanidad pública, la elaboración de alimentos y la importación/exportación de animales y sus productos. Con el fin de obtener el apoyo político, económico y público necesario, la política de los servicios de sanidad animal debería orientarse de forma que proporcione una contribución efectiva al desarrollo global de un país, con el objeto de mejorar el nivel de vida de sus habitantes.

Una política adecuada y eficaz de los servicios de sanidad animal debería, ante todo, contribuir de forma práctica a reducir las pérdidas alimentarias debidas a la mortalidad y morbilidad animal; incrementar la productividad de la población animal, los rendimientos de los rebaños y la capacidad de tracción; proteger la salud humana contra las enfermedades transmisibles por los animales; asegurar un trato humanitario a los animales.

Esta política refleja normalmente sistemas sociales, económicos y políticos específicos y teorías que son diferentes en cada país. La variedad de la política de sanidad animal se refiere a la organización de los distintos programas y servicios de sanidad animal. El espectro varía de país a país. En algunos, todas las actividades de los servicios de sanidad animal las realiza el personal veterinario del Estado (con exención total o parcial de pago). En otros, los servicios de sanidad animal son privados, salvo algunos oficiales veterinarios que prestan sus servicios en instituciones estatales. Sin embargo, en la mayoría de los países en desarrollo hoy en día predomina un sistema mixto: los programas de prevención y profilaxis y control e inspección corren a cargo de los servicios estatales y el contacto directo el propietario para tratamientos de animales enfermos se efectúa a través de veterinarios privados.

La estrategia de los servicios de sanidad animal deberla contribuir de manera efectiva a crear las condiciones necesarias para un proceso ininterrumpido de mejoramiento, producción y reproducción de los animales y otros usos eficaces de los animales domésticos para las necesidades humanas. Una de las tareas de mayor responsabilidad de los servicios estatales es proteger el territorio nacional contra la introducción de enfermedades exóticas.

La estrategia de los servicios de sanidad animal en los países en desarrollo refleja la aplicación de una política general. Esta identifica el concepto, las prioridades y los objetivos principales de los programas de sanidad animal. La estrategia también debería a determinar los sistemas y métodos principales para lograr estos objetivos y resolver los problemas animales de la forma más eficaz. Debería respetar las necesidades y condiciones de los países tanto de su nivel de desarrollo como de sus posibilidades económicas y de organización.

La estrategia debería ser el resultado realista de los análisis y pronósticos de la situación y desarrollo de la sanidad animal, así como de los factores que pueden influir en la situación de las enfermedades y en los programas de sanidad animal. Los siguientes factores deberían ser tomados en consideración: las condiciones económicas, sanitarias (sanidad pública), sociales, políticas, ecológicas, medioambientales y de organización.

La decisión acerca de la estrategia nacional para la sanidad animal conlleva una responsabilidad muy importante. Por una parte, se trata de la salud de la población humana y, por otra, de la protección y la utilización de toda la población animal y sus productos en el país. El objetivo de la estrategia es también lograr los mejores resultados posibles con los recursos disponibles o alcanzar las metas más altas con el mínimo de insumos.

Existen varios tipos de estrategia de sanidad animal, todos relacionados con los problemas específicos de cada país. La estrategia debería ante todo tener un alcance general sobre todas las actividades del servicio de sanidad animal y complementar éstas con una planificación de soluciones especificas para problemas concretos. Debería darse prioridad a la estrategia local, que ha de estar unida a la estrategia nacional. Igualmente, debería darse prioridad a una estrategia a largo plazo, que debe reflejarse en programas a corto y mediano plazo.

Se deberían determinar para cada país las prioridades de los servicios de sanidad animal. En ningún país del mundo existen condiciones que permitan resolver todos los problemas. Por ello, es necesario identificar las prioridades clasificando los problemas.

Para definir una estrategia y programas eficaces, hay que seleccionar los problemas prioritarios. El criterio de base es el rango de importancia de los distintos problemas. Debe considerarse la disponibilidad de instrumentos eficaces con buenas posibilidades para alcanzarlos objetivos específicos en las condiciones locales de recursos materiales, mano de obra y fondos disponibles.

La identificación de prioridades permite concentrar mejor los limitados recursos en los problemas más importantes de la sanidad animal. El orden de prioridad debería ser el resultado de la evaluación simultánea de las prioridades biológicas, económicas, sanitarias y medio ambientales, corregido por estudios de viabilidad y por la disponibilidad de recursos.

Ha resultado ser útil el enumerar primero los problemas siguiendo un orden de importancia. Aquellos problemas para los que no se ha encontrado una solución efectiva o práctica, o métodos de diagnóstico, control, tratamiento y erradicación, deberían colocarse en la última parte del rango de prioridades o posponerse para el futuro. Debería aplicarse el mismo procedimiento cuando no haya los recursos necesarios y no se den otras condiciones básicas. El número de prioridades debería limitarse a una cifra que sea realista.

Análisis de costos y beneficios

Como ayuda para el proceso de toma de decisiones sobre las prioridades, el análisis de costos y beneficios podría proporcionar una información valiosa. Se podría hacer con los datos disponibles una simple comparación de costos y beneficios para tener una idea sobre las prioridades en el control de enfermedades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los resultados podrían no ser fiables. Los métodos más complejos que utilizan detallados análisis económicos y sociales, y tienen en cuenta disminución de la productividad animal debido a tanto enfermedades subclínicas como a enfermedades infecciosas específicas, requieren mayores conocimientos técnicos.

Es importante que, si se va a recibir apoyo financiero del gobierno o de las organizaciones donantes para ejecutar programas o proyectos de sanidad animal, su planificación se base en informaciones y datos sólidos y completos, bien presentados y plenamente justificados.

Organización


Principios de organización

Una buena organización de los servicios de sanidad animal es el primer requisito para aplicar con éxito cualquier medida, programa y estrategia de sanidad animal. La organización representa un mecanismo que debería ajustarse a los objetivos, programas y actividades de un determinado país (territorio, sector) en un período dado de desarrollo. Es un instrumento fundamental para establecer las condiciones necesarias para desempeñar eficazmente las funciones de un servicio de sanidad animal.

La organización ha de ser flexible, para poder adaptarla, si el momento lo requiere, a los cambios en la situación y las condiciones de las enfermedades de los animales. Debe crearlas condiciones necesarias para prestar servicios de sanidad animal y aplicar medidas de lucha contra las enfermedades en todo el país (territorio), y estar preparada para actuar en cualquier momento.

Los servicios de sanidad animal pueden basarse en la actividad del gobierno, de empresas o de veterinarios privados. Todas las modalidades tienen sus ventajas e inconvenientes. En la mayoría de los países en desarrollo existen todas estas formas de servicios de sanidad animal en distintas medidas, estructuras y combinaciones.

La experiencia ha demostrado que la organización centralizada con estructura vertical ofrece mejores condiciones para los programas nacionales de prevención, lucha y erradicación, así como para proteger a la población ganadera. La organización centralizada crea condiciones de mayor uniformidad y mejor coordinación de los métodos de diagnóstico y de las medidas de control para las actividades de movilización en casos de emergencia.

Una organización descentralizada con estructura horizontal ofrece mejores condiciones de gestión para identificar y solucionar los problemas locales, tratar a los animales enfermos e incrementar la productividad animal. La organización descentralizada crea las condiciones para una cooperación más estrecha con los agricultores, la industria cárnica, los proveedores y los consumidores.

En la práctica las ventajas de ambos sistemas se combinan en una organización mixta de servicios de sanidad animal, que ofrece mayores posibilidades de ser eficaz tanto a nivel local como nacional.

Estructura de los servicios de sanidad animal

La estructura de los servicios de sanidad animal normalmente corresponde a la estructura administrativa, política y financiera general del país en cuestión. Por lo tanto, varía de país en país.

La administración central del servicio de sanidad animal, bajo la dirección del oficial jefe de veterinaria nacional, es responsable de las actividades técnicas llevadas a cabo en el país por los oficiales del gobierno. Generalmente se encarga de la supervisión técnica de las empresas privadas y cooperativas en lo que respecta al control de las enfermedades animales, la protección de la salud humana y distintos aspectos de la producción animal.

La administración central normalmente tiene la responsabilidad general de los institutos nacionales de veterinaria, como los laboratorios centrales de diagnóstico, y los laboratorios de control y producción de vacunas, los institutos nacionales de investigación y formación, los almacenes centrales, etc., y también de las instituciones de nivel local.

A nivel local, los oficiales jefes de veterinaria provinciales supervisan los laboratorios provinciales de diagnóstico, las clínicas veterinarias, los almacenes y otras instituciones de importancia provincial. También puede haber estructuras parecidas a niveles de organización más bajos, por ejemplo, de distrito, cuando existen instituciones de ese tipo.

El nivel más importante de la estructura del servicio de sanidad animal es el servicio de campo, que está en contacto con los productores, los animales y sus productos. El trabajo en las aldeas, en las granjas y con animales a nivel individual y de rebaño es decisivo para cualquier programa de sanidad animal.

La administración se facilita en general cuando el personal desempeña las funciones para las que ha sido formado. Es ilógico tener a veterinarios calificados a cargo de servicios de contabilidad, transporte o secretaría. Incluso a niveles superiores de organización, como la planificación y las relaciones públicas, suele ser ventajoso para el servicio de sanidad animal contratar a personal competente, formado para estos puestos. En todos los casos, su trabajo debería estar dirigido hacia las actividades de sanidad animal y bajo la supervisión general del oficial jefe de veterinaria.

La experiencia general indica que sobre el terreno el personal de extensión de sanidad y producción animal debería operar independientemente de los agentes de extensión agraria. Los antecedentes y la capacitación del personal de cada servicio son distintos; combinando las dos funciones de extensión se diluye la eficacia de cada una de ellas.

Estructura y normas


La legislación sobre sanidad animal debería descansar en definiciones uniformes y normalizadas y estar estructurada sobre la base de los antecedentes nacionales. Sin embargo, las normas y definiciones biológicas y técnicas han de ser conformes a las normas internacionales. Esto facilita las comparaciones y la comunicación entre los países.

Al establecer las normas nacionales de sanidad animal deberían aplicarse las recomendaciones y documentos internacionales. Las normas nacionales deben complementarse con las internacionales, respetando, al mismo tiempo, las condiciones y necesidades locales. Como ejemplos de normas internacionales pueden citarse los siguientes documentos: el Codex Alimentarius FAO/OMS, el Código Internacional de Sanidad Animal de la OIE (normas recomendadas para el comercio internacional de animales y productos animales), el Manual de métodos de diagnóstico recomendados y requisitos para productos biológicos de la OIE, el Anuario de sanidad animal FAO/OMS/OIE, definiciones de morbilidad animal, etc.


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