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Conclusiones


Conclusiones

Antes de la década de 1980, los programas de desarrollo rural orientados a la mujer campesina tendían centrarse exclusivamente en sus funciones como ama de casa, por lo que entre sus típicas actividades se incluía la de mejorar la eficacia de las tareas domésticas femeninas en atención infantil, nutrición' preparación y conservación de alimentos e higiene. Muy raras veces se abordaban los problemas relacionados con la función de las mujeres como productoras y administradoras de recursos. No obstante, y pasando al otro extremo, durante la década de 1980 algunos proyectos han tendido a considerar a las mujeres únicamente como productoras, sin reconocer que sus múltiples funciones condicionan los resultados de cada una de ellas, creando a la vez oportunidades y limitaciones.

El proyecto que se estudia contiene muchos de los elementos del enfoque tradicional centrado en la «economía doméstica», en el que se fomentaban las actividades dentro de la división tradicional del trabajo por sexos, se organizaba el trabajo dentro de los hogares o cerca de ellos, se dirigían los beneficios a cada una de las familias así como a la comunidad y se hacía hincapié en la capacitación en materia de nutrición y dieta familiar. Las actividades específicas que se desarrollaban dentro de esta rúbrica eran el mantenimiento de los hogares, la preparación y conservación de alimentos y la atención de la malnutrición infantil y femenina. En los cursos para capacitar a agentes de enlace de producción de alimentos y a otros agentes, se motivaba a las mujeres como madres y amas de casa.

Había, sin embargo, otras actividades que tendían al crecimiento personal de las mujeres y a su mayor participación en la adopción de decisiones en la familia y en la comunidad. Entre éstas se incluían: disposición del crédito para proyectos de subsistencia; capacitación en liderazgo y organización; experiencia en dinámica de grupos para la autogestión; aumento de la movilidad física de las mujeres campesinas; conocimientos veterinarios y de extensión agraria; control y utilización de herramientas agrícolas sencillas; acceso a la capacitación y a materiales útiles para la ejecución de proyectos productivos y práctica en encuestas comunitarias y elaboración de proyectos.

¿Qué obtienen las mujeres de estas actividades no tradicionales? Con ellas adquieren conocimientos concretos sobre cultivo de plantas y cría de animales, capacidad crítica que les permite analizar los problemas de la comunidad y proponer soluciones y, por supuesto, desarrollo personal. A nivel individual, una agente de enlace capacitada adquiere un mayor reconocimiento y una mejor situación cuando su trabajo organizativo da resultados positivos. El efecto multiplicador perseguido mejora asimismo el bienestar familiar, la situación de la mujer y de sus grupos, y genera una mayor producción para el consumo familiar y para la obtención de ingresos.

A pesar de haberse incluido las actividades tradicionales, esta capacitación no tiene carácter tradicional. El proyecto determinó las actividades primarias de las mujeres antes de tratar de superar los obstáculos que limitaban su participación. La combinación de conocimientos técnicos y teóricos transmitidos a la agente de enlace, que a su vez los transmitió a su grupo, resultó catalizador para otro tipo de participación. Existen abundantes pruebas de que la participación de la mujer a través de sus funciones tradicionales ha motivado que muchos grupos de mujeres participaran en actividades no tradicionales: producción de café y de plantitas, comercialización de cereales básicos, producción colectiva de soja, frijoles rojos, arroz y maíz, la producción y venta del fruto de anacardo seco y de nueces de anacardo y el cultivo del achote1.

1El achote (Bixa orellana) es un agente colorante rojo natural utilizado como cosmético y para cocinar. Se prepara como polvo o pasta moliendo las semillas que se producen en las vainas de los árboles. El nombre común del árbol y de la especie en Honduras es achiote.

El módulo de capacitación para agentes de enlace de producción de alimentos destinado a organizar y movilizar a las mujeres usando una combinación de componentes tradicionales y no tradicionales, goza de la aceptación de todos (mujeres, maridos y extensionistas estatales). La falta de conflictividad que rodea la capacitación de las mujeres hace que resulte atractivo facilitar bienes destinados al desarrollo.

Analizando los resultados del proyecto desde el punto de vista del Plan de Acción de la FAO para Integración de la Mujer en el Desarrollo, las actividades de capacitación han tenido efectos positivos sobre las mujeres que la han recibido, así como sobre sus grupos, las comunidades donde viven y las instituciones estatales de las que reciben apoyo para la extensión.

Las condiciones económicas y sociales de las mujeres han mejorado como consecuencia del proyecto. Los grupos de mujeres han establecido una serie de proyectos sociales y productivos que aumentan el consumo en los hogares, mejoran la nutrición familiar, ahorran tiempo a las mujeres, o aumentan los ingresos familiares.

También la situación social de las mujeres campesinas participantes se ha visto positivamente afectada. Las comunidades rurales han llegado a respetar el trabajo de las agentes de enlace comunitarias de producción de alimentos por su contribución al desarrollo de la comunidad y los maridos también han apoyado sólidamente a sus mujeres para que desarrollen sus actividades.

Los extensionistas estatales y los promotores sociales también han llegado a respetar el trabajo de las mujeres, pues les ha aligerado y cambiado sus tareas, pasando de la organización y promoción a la supervisión y al apoyo.

La autoridad de las mujeres en los hogares, comunidades y organizaciones se ha incrementado como así también su participación en el proceso de adopción de decisiones. Han adquirido conocimientos en técnicas agrícolas apropiadas y en organización y han adquirido confianza y cambiado de actitud. Ahora se consulta a las mujeres, quienes pueden proponer soluciones para adoptar técnicas de producción agrícola y resolver problemas. El papel de la mujer y de los grupos de mujeres ha adquirido importancia en sus comunidades y los grupos de mujeres participan en el proceso de adopción de decisiones del pueblo.

Como consecuencia de la presión de las organizadoras de grupos de mujeres, las organizaciones campesinas dominadas por los hombres han incrementado el número de mujeres que ocupan puestos decivos, dándoles el derecho a votar y ocupándose de cuestiones relacionadas con ellas, tales como la demanda del derecho de la mujer a la tierra, que han incluido en sus plataformas para el cambio legislativo.

Los cuatro módulos de capacitación tuvieron un éxito relativo, ya que las actividades de las mujeres que participaron en los tres primeros módulos han disminuido o cesado completamente. Los problemas con que se enfrentaron -expectativas carentes de realidad, insuficiencia de la capacitación y el seguimiento, escasez de recursos para el proyecto, falta de acceso al crédito, limitaciones de las organizaciones campesinas y las dificultades sociales y culturales- prepararon el camino para poder elaborar un cuarto módulo con el que se alcanzaron buenos resultados. Aunque la capacitación de agentes de enlace de producción de alimentos está dirigido a la nutrición y a la producción doméstica, el módulo incorpora conocimientos y actividades no tradicionales para catalizar el crecimiento y la transformación. La Fase II del proyecto está ahora consolidando los grupos de mujeres y perfeccionando el método de enseñanza, a fin de garantizar su continuación incluso después de terminado el proyecto.

El proyecto «Promoción y capacitación de la mujer para su incorporación al desarrollo rural» ha alcanzado y superado sus objetivos directos iniciales de capacitar a las mujeres de medio rural y a los agentes de extensión que trabajan con ellas. En 1986 en la Fase I se había previsto capacitar a:

Al finalizar el proyecto, en 1989, se había logrado dar capacitación a:

El Proyecto provisional de 1990:

De esta fase del proyecto de capacitación de la FAO en Honduras, se beneficiaron indirectamente más de 7 000 personas mediante la participación en grupos y organizaciones que se encontraban directamente en contacto con las campesinas capacitadas.

La Fase II del proyecto tiene como objetivos:

El proyecto ha contado con recursos suficientes para enfrentar los obstáculos encontrados en el camino y ha podido establecer fondos de crédito, pagar gastos de transporte e iniciar actividades experimentales. Una vez terminado el proyecto comienza el problema de la continuidad. En estos momentos es crucial que la mujer tenga acceso al crédito como el que también cuente con el apoyo institucional de los dos organismos estatales participantes para dar mayor estabilidad al grupo y continuidad de las actividades. En el segundo decenio de los trabajos de las Naciones Unidas en favor de las mujeres en Honduras, se podrá evaluar el modelo para la formación de agentes de enlace de producción de alimentos por el éxito en obtener apoyo en actividades concretas para mejorar el bienestar de las campesinas y de sus comunidades.

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