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Un modelo que ha dado buenos resultados: las agentes de enlace de producción de alimentos


Un modelo que ha dado buenos resultados: las agentes de enlace de producción de alimentos

El concepto de capacitación

El cuarto modelo, limitado a los departamentos de Comayagua, Copán y Choluteca, tenía como finalidad la formación de mujeres como agentes de enlace de producción de alimentos. Con el modelo se intentaba mejorar los niveles de nutrición en la zona del proyecto, así como corregir la falta de atención dada a las responsabilidades económicas de la mujer y a la división del trabajo por razón de sexo en el campo. Se trataba de apoyar el papel tradicional de la mujer en la producción agrícola de subsistencia.

Las actividades productivas del proyecto precursor FAO/PNUD de principios de la década de 1980, no habían tenido éxito, debido en parte a que las familias tuvieron que sacrificar su bienestar para obtener un beneficio, cuando lo que realmente necesitaban eran inversiones modestas para mejorar el consumo familiar. Por ejemplo, se trataba a los cerdos con medicamentos mientras que las familias no podían permitirse el tratamiento médico para sus hijos, y se daba a los pollos pienso importado que costaba más que el maíz de la familia. El actual proyecto de la FAO propone mejorar la producción de subsistencia en lagar de apoyar la producción comercial. El cultivo de variedades indígenas de cereales, verduras y frutas y la cría de pequeños animales locales son comunes entre las familias campesinas que no pueden pagar los insumos costosos requeridos por las variedades de alto rendimiento importadas de fuera de la región o dar a los animales dietas especiales y medicamentos caros. Las variedades locales sin embargo, tienen una productividad mínima porque por lo general no se adopta ninguna medida para luchar contra las enfermedades de las plantas o de los animales o para mejorar su producción. El objetivo de la capacitación era aumentar los conocimientos de las mujeres y su control sobre la producción para el consumo e incrementar las estrategias para la supervivencia familiar.

El objetivo del proyecto era aumentar la productividad los conocimientos para hacer frente a las necesidades de subsistencia, en lugar de obtener beneficios.

El aumento de la producción de subsistencia es de importancia máxima en la zona del proyecto. Aunque no se han medido los efectos sobre el consumo familiar, aparentemente desde la ejecución de esta fase del proyecto ha sido muy importante el incremento del consumo de productos de aves de corral, hortalizas y frutas.

Este módulo, debidamente adaptado y modificado, incluye muchos elementos del módulo utilizado por las organizadoras de grupos de mujeres. Por ejemplo, se ha tenido más cuidado en la selección de las participantes del curso que en los tres módulos anteriores. Después que el personal del Instituto Nacional Agrario y del Ministerio de Recursos Naturales eligiera a las posibles componentes y grupos beneficiarios del módulo de capacitación, se solicitó a cada grupo de mujeres que decidieran y eligieran a sus representantes para ser capacitadas como agentes de enlace de producción de alimentos.

Una vez elegido una mujer por su grupo (en uno de los casos se eligió a un hombre), el agente de extensión local hablaba con la futura agente de enlace así como con su marido o padre para debatir el compromiso que suponía el curso, la responsabilidad que tendría en su comunidad después de la capacitación y cuánto tiempo le llevarían las actividades. El marido o padre tenían que aceptar el compromiso de la mujer antes de que ésta comenzara la capacitación. Este enfoque familiar integrado -al que se llegó después de la experiencia difícil de las organizadoras de grupos de mujeres- dio buenos resultados a largo plazo. Todas las agentes de enlace de producción de alimentos recibieron un fuerte apoyo de sus maridos, quienes incluso realizaban las tareas domésticas o agrícolas cuando ellas estaban ocupadas con las actividades del grupo.

Una oficina regional del Ministerio de Recursos Naturales elaboró un procedimiento que se adaptó para uso general. La oficina regional comenzó a crear grupos de mujeres en zonas con escasa capacidad organizativa, pasando a formar en el curso del año una agente de enlace de producción de alimentos para cada grupo, desde el comienzo de las actividades organizativas. En muchos casos durante esa fecha el equipo del proyecto se ocupó también de los grupos de base que las organizadoras de grupos de mujeres habían formado uno o dos años antes.

El criterio de selección para las agentes de enlace de producción de alimentos -aparte de la participación de los maridos o padres- es menos rígido que en el caso de las organizadoras de grupos de mujeres. Se exige que las mujeres hayan terminado el tercer curso de escolaridad lo al menos que sepan leer y escribir suficientemente como para tomar notas), que puedan viajar a los puntos donde se celebran las sesiones de capacitación y dedicar tiempo a los grupos. Dado que las mujeres que reciben capacitación para convertirse en agentes de enlace de producción de alimentos tienen poca o ninguna experiencia en las organizaciones de campesinos y en raras ocasiones han estado fuera de sus comunidades, su nivel de capacitación, experiencia y desarrollo organizativo es más bajo que el de las organizadoras de grupos de mujeres, lo que no ha sido necesariamente un factor negativo. Un criterio mínimo de selección ha permitido una mayor participación y ha fomentado la formación de nuevos líderes procedentes de las bases.

También son menores las responsabilidades para llevar adelante la tarea. El compromiso abarca el trabajo con los grupos de mujeres del pueblo y el viaje una vez al mes, durante seis meses, para asistir a las sesiones de capacitación.

El uso de criterios mínimos para seleccionar a las campesinas ha permitido una mayor participación y la formación de nuevas líderes procedentes de la base.

El objetivo de la participación es facilitar a cada agente información útil sobre la agricultura de subsistencia y motivarla para que transfiera esos conocimientos a su grupo a través del método de «enseñanza mediante el ejemplo». El agente cultiva un huerto de hortalizas y frutas de demostración, ya sea en forma colectiva o en su propio hogar, utilizando materiales facilitados por el proyecto y por su familia. El método de «enseñar mediante el ejemplo» se creó para cambiar las actitudes y hábitos de los miembros de cada grupo, motivándolos para que comiencen a cultivar sus propios huertos.

El contenido de la capacitación para las primeras agentes de enlace de producción de alimentos constaba de cuatro cursos de cinco días sobre los siguientes temas:

Los dos primeros cursos se basaron en las funciones tradicionales de las mujeres a fin de fomentar la participación. Nunca se insistirá bastante en la importancia de combinar lo tradicional y lo nuevo, especialmente para las mujeres con poca autoconfianza o experiencia en la organización comunitaria.

Después de los primeros dos años de capacitación, los directores de proyectos reconocieron que las «egresadas» del curso de formación de agentes de enlace de producción de alimentos, necesitaban aumentar sus conocimientos prácticos, especialmente en materia de organización de grupos. El equipo del proyecto adaptó dos temas de capacitación procedentes del módulo de organizadoras de grupos de mujeres:

Fertilizante orgánico: un nuevo nombre para un viejo método

La tecnología y los métodos agrícolas a bajo costo que la FAO ha fomentado en los cursos de capacitación para las campesinas en agricultura de subsistencia resultan fácilmente comprensibles para las campesinas hondureñas. Las técnicas naturales para la lucha contra las plagas, la preparación y la conservación del suelo han sido utilizadas desde los mayas. Sin embargo, estos conocimientos no se han transmitido de una generación a otra y se ha perdido el conocimientos no se han transmitido de una generación a otra y se ha perdido el conocimiento de las técnicas utilizadas por los antepasados. Lo mismo sucede con los fertilizantes orgánicos.

La mayor parte de los residuos de las familias campesinas son biodegradables y a menudo no se utilizan apropiadamente. Con una pequeña organización y algo de inventiva, los agentes de enlace de producción de alimentos pudieron promover la utilización de los fertilizantes orgánicos a las participantes a que vayan acumulando todo tipo de residous vegetales en un rincón de sus patios y los cubran con hierba cortada. La descomposición rápida de la materia orgánica en las zonas tropicales permite el uso de este fertilizante natural en un plazo de dos a cuatro meses.

Otro fertilizante orgánico útil, aunque menos accesible, es el estiércol seco de vaca. Fabricando abono líquido con el estiércol se puede aprovechar mejor una cantidad limitada de aquél y aplicar el líquido directamente en la base de la planta en lugar de tenerlo que mezclar con la tierra.

Una agente ingeniosa construyó un gallinero elevado con un suelo de adobe debajo. Los desperdicios de sus 20 pollos caen sobre cáscaras de arroz extendidas bajo el gallinero y en cuatro meses se forma una mezcla rica de fertilizantes.

Finalmente, las agentes de enlace de producción de alimentos terminaron por recibir casi el mismo tipo de capacitación que las organizadoras de grupos de mujeres. Sin embargo, al terminar su capacitación teórica, se comprometieron a hacer prácticas supervisadas y disciplinadas.

Investigación y acción. Metodología de capacitación

La metodología de capacitación para las agentes de enlace de producción de alimentos incluyen conferencias, debates de grupos, trabajos prácticos supervisados en la comunidad y demostraciones. Como parte de su capacitación las mujeres viajan también a otras zonas del país para aprender técnicas agrícolas apropiadas. Pero la técnica de capacitación más importante -que refuerza los conocimientos analíticos y organizativos de las mujeres- es la de investigar antes y actuar después. El uso de esta técnica es una de las razones del éxito del módulo destinado a la formación de las agentes de enlace de producción de alimentos.

Al final de cada curso, la participante recibe una guía de trabajo que la ayuda a realizar un estudio en su casa, su grupo o en su comunidad. Los conocimientos adquiridos -a través del estudio, análisis u observación- se aplican a los cursos subsiguientes para desarrollar un plan de trabajo que luego ejecutarán las mujeres.

En el curso sobre familia y nutrición, los cursillistas realizan dos tipos de estudios. En primer lugar, investigan sobre el estado de nutrición de los hijos pequeños (niños y niñas), de los miembros de sus grupos de mujeres. Utilizan un brazalete calibrado para medir el antebrazo de cada niño y llevar la cuenta del número de niños normales, a riesgo o malnutridos. En segundo lugar, preguntan a las mujeres de su grupo sobre la dieta familiar, registrando toda la información que reciben. (Véase el anexo guías prácticas.)

En el curso subsiguiente, dieta y nutrición se examinan los resultados de los estudios sobre nutrición. Las mujeres se sienten motivadas para actuar cuando conocen la situación critica de sus comunidades. Se les pide que preparen y presenten una demostración para sus grupos de mujeres de una de las unidades del curso sobre dieta y nutrición, y que informen sobre la actividad del curso siguiente.

Asimismo, después del curso sobre dieta y nutrición, a las participantes se les pide que anoten las características de su comunidad y de las mujeres pertenecientes a la misma a fin de determinar con qué recursos se dispone para apoyar las actividades de huertos familiares. En este estudio de base se trata de averiguar cuáles organizaciones públicas y privadas que operan en la zona, podrían prestar ayuda o asistencia; en qué proyectos las mujeres locales están participando y, a nivel individual, el tamaño de cada huerto familiar, el acceso al agua, los tipos de alimentos que se están produciendo, el número y características de los animales criados en casa y las enfermedades comunes que los afectan. A su retorno a clase para asistir al próximo curso sobre huertos familiares integrados, cada participante utiliza su estudio de base para debatir los problemas con otras participantes y proponer un plan de acción a fin de establecer huertos familiares y colectivos.

Como parte de este plan se espera que las mujeres promocionen el uso de fertilizantes orgánicos en sus comunidades. Se les enseñan técnicas sencillas para preparar los fertilizantes y se les da orientación para establecer la cantidad y el tipo de fertilizante orgánico que hay que producir, así como el número de miembros del grupo que se podrán beneficiar de la operación.

Los participantes proponen un plan de acción para establecer huertos familiares y colectivos.

En el curso sobre cría de pequeños animales, las mujeres utilizan el mismo estudio de base para preparar y ejecutar un proyecto que servirá para prevenir o controlar las enfermedades más comunes entre los pequeños animales y aumentar el número de dichos animales en la comunidad.

Uno de los trabajos prácticos para el curso sobre organización y liderazgo es hacer una lista de todas las organizaciones locales, con sus recursos y responsabilidades. Para el curso sobre análisis y planificación de proyectos, los cursillistas elaboran un plan que completan con un estudio de viabilidad, para un proyecto de servicio productivo que mejore la calidad de vida de los miembros de los grupos de mujeres y de sus familias.

Esta técnica de capacitación, basada en la «investigación y la acción» agudiza los conocimientos analíticos y ofrece la oportunidad de reflexionar a fin de que las mujeres puedan proponer sus propias ideas y aplicarlas en sus grupos.

Motivar para producir: herramientas, capacitación y crédito para la mujer

Desde el principio, el análisis de los cursillistas que se preparan como agentes de enlace de la producción de alimentos ha puesto de manifiesto la necesidad de apoyo financiero para iniciar las actividades previstas. En respuesta, el equipo del proyecto ha propuesto tres fondos de crédito especiales destinados a motivar y movilizar a los grupos de mujeres.

Fondo para insumos y semillas

Con el fin de reforzar el interés de las mujeres en el cultivo en huertos familiares y de reforzar a los grupos femeninos, en 1989 el proyecto propuso crear un Fondo para insumos y semillas para adquirir herramientas de jardinería rudimentarias, semillas y un mínimo de insumos químicos para combatir los daños producidos por las plagas que no se pueden controlar con otros medios. El proyecto distribuyó asimismo varios pulverizadores de mano para plaguicidas, cada uno de los cuales debía ser compartido por tres o cuatro grupos. A fin de reducir al mínimo la carga que representaban los créditos en un programa experimental cuyo éxito no estaba asegurado, se subvencionaron en un 50 por ciento estos préstamos en especie, realizados una sola vez. Es decir, las personas que recibían el préstamo estaban solamente obligadas a restituir el 50 por ciento del valor del material recibido. Sin embargo los grupos se comprometieron también a devolver el otro 50 por ciento, sin pago de intereses. Las cantidades devueltas por cada grupo se colocaron en un fondo local a nombre del grupo, con tres signatarios a fin de poder contar con recursos para proyectos comunitarios futuros. El Fondo para insumos y semillas era en un principio de 20 000 lempiras (unos 4 000 $EE.UU.).

Como complemento del crédito para la producción de huertos familiares, uno de los cursos complementarios para formar agentes de enlace de producción de alimentos se dedicó a la lucha integrada contra las plagas método utilizado para reconocer los brotes de plagas y enfermedades de las plantas en los cultivos hortícolas y su tratamiento con plaguicidas naturales fabricados a partir de materiales locales-. Cada agente de enlace de producción de alimentos recibía apoyo técnico para cultivar en huertos hortícolas y se encargaba a su vez de distribuir material, dar asesoramiento sobre la preparación de la tierra y los métodos de siembra, y trabajaba con su grupo y con el agente local de extensión para establecer un plan de amortización para los préstamos del Fondo para insumos y semillas.

Fondo para créditos destinados a la cría de aves de corral

Cuando se malograron los huertos de frutas y verduras debido a una sequía en el sur de Honduras, el equipo del proyecto propuso conceder crédito y dar capacitación técnica complementaria para la producción familiar de aves de corral. En 1990 se estableció un programa experimental de crédito para cinco agentes y sus grupos. Entre las demostraciones se incluían la vacunación y la prevención de enfermedades comunes de las aves, la cría y selección, lecciones sobre cómo criar gusanos para utilizarlos como alimentos de los pollos y la construcción de gallineros. Se concedió un crédito único por un total de 20 000 lempiras, libre de interés, para los proyectos de cría de aves de corral propuestos por los cinco grupos. El crédito concedido a cada grupo se basaba en las necesidades de cada uno de ellos, tal como se había elaborado en un plan presentado por la agente de enlace y la agente de extensión que trabajaba con ella. Unas 59 personas recibieron aproximadamente 340 lempiras cada una para cubrir los costos de la construcción de gallineros y la compra de pollos, gallos y gallinas. Los préstamos a estas personas estaban garantizados por los grupos, y cada uno de éstos estableció los plazos de amortización1, cuyo importe se depositaba en un fondo comunitario, similar al establecido para los insumos y semillas.

1La flexibilidad y la amortización del crédito da independencia a los grupos y establece la responsabilidad fiscal, en lugar de que el proyecto sea quien desempeñe el papel de prestamista o banco. Uno de los grupos de Comayagua decidió devolver 15 lempiras por persona al mes y ha reintegrado ya todo el préstamo. Otro grupo de Copán, que recibió un crédito en 1990, había elegido el sistema de pagar una vez al año, en diciembre, durante la cosecha de café y tabaco, cuando los ingresos familiares son mayores.

La combinación de capacitación y crédito para la cría de aves de corral se está extendiendo ahora a todas las agentes de enlace de producción de alimentos, antiguas y futuras. La mayor capacidad productiva, unida a un riesgo menor y a beneficios más rápidos, ha aumentado mucho la demanda al fondo para créditos destinados a la cría de aves de corral, que se ha reconocido como una de las actividades más fiables para reforzar y estabilizar los grupos de base.

Fondo rotatorio para mujeres campesinas

Los efectos del proyecto de la FAO no pueden disociarse de una tercera fuente de crédito, el Fondo rotatorio para mujeres campesinas, que se inició en 1983 en el marco del PNUD. El Fondo se congeló en 1987 y se volvió a reactivar en febrero de 1990 bajo el control del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola. El Fondo rotatorio ofrece actualmente préstamos a un interés anual subvencionado del 5 por ciento para los proyectos propuestos por grupos de mujeres, dándose prioridad a aquellos cuyos componentes han recibido capacitación de la FAO. El Fondo ha experimentado ya una tasa de amortización relativamente más alta que la de los préstamos concedidos antes de 1987.

Como se vio en los módulos anteriores para las agentes de enlace de vivienda/medio ambiente y de organizadoras de grupos de mujeres, la falta de disponibilidad de fondos para proyectos de producción y sociales, limitaba o paralizaba la actividad organizativa. Los créditos para el proyecto concedidos fueron importantísimos para el trabajo con los grupos. Aún cuando el Fondo rotatorio no era una actividad propia del proyecto de la FAO, éste promovió su reactivación, coordinó las reuniones del nuevo comité de créditos y dio capacitación a representantes de organizaciones de mujeres campesinas sobre cómo hacer propuestas de proyectos para solicitud de préstamos.

La Fase II del proyecto estuvo a cargo de un equipo de la FAO y de expertos de «mujeres holandesas y desarrollo», con ayuda del equipo del proyecto. En dicha fase se trató de consolidar tanto los grupos de base como la metodología utilizada para la capacitación de las agentes de enlace de producción de alimentos, para que pudiesen realizar un trabajo eficaz en sus pueblos. En el programa de capacitación de las agentes, incluidas las primeras cursillistas, se incorporaron componentes organizativos y planificación de proyectos destinados a desarrollar su capacidad para pensar de manera autónoma y crítica. Se previó también la aplicación en los grupos de base de métodos de «sensibilización sobre las diferencias en función del sexo», a fin de ayudar a los grupos de mujeres a percibir y examinar las cuestiones que les afectan en forma específica. Además, se está elaborando material didáctico práctico para ayudar a las agentes a transferir sus conocimientos especializados en técnicas de producción agrícola adecuadas.

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