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Capítulo 8 - La evaluación de las operaciones de aprovechamiento


Definición
Orientaciones generales
Objetivos
Consecuencias que pueden acarrear la evaluación inadecuada de las operaciones de aprovechamiento
Prácticas recomendadas

Definición

La evaluación de las operaciones de aprovechamiento es una comprobación sistemática para determinar en qué medida se han realizado conforme al plan de aprovechamiento y han alcanzado los objetivos fijados, aplicando las prácticas establecidas. La evaluación puede realizarse cuando las operaciones están todavía en curso (evaluación durante el proceso) o una vez concluidas (evaluación posterior).

Orientaciones generales

La evaluación suministra información sobre la forma en que se realizan las operaciones de aprovechamiento forestal. Puede realizarse en todas las operaciones de aprovechamiento o tan sólo en algunas elegidas al azar. Constituye un requisito esencial de la ordenación forestal sostenible.

La evaluación debe realizarla personal cualificado en presencia de los encargados de la dirección y supervisión de la operación de aprovechamiento.

Las evaluaciones que se realizan cuando las operaciones de aprovechamiento aún no han concluido permiten observar el funcionamiento del equipo y de los trabajadores y adoptar inmediatamente medidas correctoras si son necesarias. La finalidad básica de las evaluaciones posteriores es ponderar el efecto de las operaciones y el grado de cumplimiento de las prácticas generalmente aceptadas. Las evaluaciones dan lugar a un informe escrito que se entrega a la empresa u organismo de ordenación forestal, a las autoridades oficiales pertinentes y a los equipos que han realizado las operaciones de explotación maderera.

Objetivos

Los principales objetivos de las evaluaciones son:

· comprobar la eficacia de las técnicas que se han aplicado para el apeo dirigido y el tronzado de los árboles;

· establecer si las operaciones de corta y extracción se han llevado a cabo según lo estipulado en el plan de aprovechamiento;

· determinar las pérdidas de madera que se han registrado, en volumen y en valor, por no haber realizado adecuadamente las operaciones (altura excesiva de los tocones, corta dirigida y tronzados mal realizados y métodos inadecuados de extracción);

· comparar el trazado y el emplazamiento reales de las carreteras, cargaderos y vías de arrastre con los que figuraban en el plan de aprovechamiento y establecer las causas de las diferencias;

· evaluar la condición de los caminos, cargaderos y vías de arrastre, especialmente por lo que respecta al drenaje y las huellas de los neumáticos;

· cuantificar los trastornos causados al suelo por las operaciones;

· prever las repercusiones de las operaciones en relación con la masa forestal, la regeneración, otro tipo de vegetación y la fauna silvestres;

· establecer si los espacios protegidos, las fajas de amortiguación y los lugares de importancia cultural o paisajística permanecen intactos;

· comprobar si el equipo y las técnicas de trabajo cumplen la normativa de seguridad;

· determinar si se han eliminado el aceite, los productos químicos y otros deshechos y contaminantes;

· inspeccionar los campamentos de trabajo para comprobar si se cumple la normativa en materia de higiene, saneamiento y seguridad.

Consecuencias que pueden acarrear la evaluación inadecuada de las operaciones de aprovechamiento

Una evaluación inadecuada puede acarrear las siguientes consecuencias:

· el personal directivo y las autoridades competentes ignorarán si las operaciones de aprovechamiento han alcanzado sus objetivos;

· no se corregirán las prácticas de aprovechamiento inadecuadas y ello dará lugar a la degradación del medio ambiente, pérdidas económicas, un número elevado de accidentes y deterioro de la moral de los equipos de trabajo.

Prácticas recomendadas

· La evaluación posterior debe realizarse una vez que han concluido las operaciones de aprovechamiento y ha transcurrido un tiempo suficiente para que se puedan apreciar las principales repercusiones. Por lo general, se han de dejar pasar de 8 a 12 meses, incluida una estación de lluvias. Si se espera este lapso de tiempo se podrán evaluar con mayor precisión los problemas de erosión, el proceso de regeneración y la supervivencia de los árboles dañados. No deberán transcurrir más de dos años hasta el momento en que se realice la evaluación para que puedan aplicarse en el momento oportuno las medidas correctoras necesarias.

· Comparar el trazado real de los caminos, vías de arrastre y cargaderos con los que figuraban en el plan de aprovechamiento. Señalar y explicar las posibles diferencias, por ejemplo entrevistando al equipo que realizó la construcción de las carreteras o las operaciones.

· Evaluar la condición de los caminos, cargaderos y vías de arrastre. Las carreteras permanentes deben estar siempre en buenas condiciones; se deben cerrar los caminos y vías de arrastre temporales y construir estructuras transversales de drenaje. En caso necesario, se ha de proceder a restaurar la vegetación en los caminos de tierra, vías de arrastre y puntos de carga con gramíneas u otra cubierta vegetal.

· Determinar qué porcentaje de la zona en la que se han realizado las operaciones de aprovechamiento ha resultado alterada por los caminos forestales, puntos de carga, vías de arrastre y corredores de los cables. Medir la amplitud media de las zonas alteradas y compararla con lo especificado en el plan de aprovechamiento. Indicar los lugares en los que es necesario una plantación de enriquecimiento u otra actuación de rehabilitación.

· Comprobar si las fajas de amortiguación han sufrido alteraciones y si los deshechos de la corta han ido a parar a los cursos de agua en una cuantía excesiva.

· Medir la altura de los tocones y contabilizar el número de trozas de árboles apeados que quedaron en el bosque. Establecer si de los tocones y trozas abandonadas podría haberse obtenido madera comercial. En caso afirmativo, consultar con el supervisor o con el equipo de corta para averiguar por qué no se procedió a su extracción.

· Identificar qué árboles que se habían marcado para ser talados no fueron finalmente apeados y averiguar la causa entrevistando al responsable del equipo de corta en esa zona de aprovechamiento.

· Identificar aquellos árboles que se marcaron para que fueran conservados pero que finalmente fueron talados o resultaron destruidos o dañados por otras razones. Si resultaron dañados, evaluar su condición y decidir si debe aplicarse algún tratamiento silvícola para corregir la situación.

· Inspeccionar el equipo para establecer si era adecuado para el trabajo que se debía realizar y si cumplía la normativa en materia de seguridad.

· Comprobar si los operarios que manejaban el equipo disponían de un certificado que acreditaba su capacidad para utilizarlo.

· Comprobar si existía un equipo adecuado de protección personal y si fue utilizado.

· Comunicar el resultado de la evaluación a las autoridades competentes, al personal directivo y a los equipos de trabajo. El ofrecimiento de incentivos económicos por el trabajo bien hecho y la imposición de sanciones en caso de no haber cumplido las normas establecidas reforzará la decisión de la organización de aplicar prácticas de aprovechamiento sostenibles.


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