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II. PRESENTACION DE CASOS POR PAISES (Contd.)

6. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA GESTION DE LAS LAGUNAS COSTERAS MEDITERRANEAS CON FINES DE PESCA Y ACUICULTURA

Por:
Stefano Cataudella
Mario Pedini

6.1. Prefacio

Este documento no es una revisión y ha sido preparado exclusivamente para describir y analizar algunos modelos de gestión de ambientes costeros de otras áreas geográficas para los participantes del II Taller Regional sobre Manejo y Aprovechamiento de Lagunas Costeras con Fines Acuícolas.

Es evidente que toda forma de generalización no es lo más apropiado para la búsqueda de modelos de gestión de ambientes que ya de por si presentan una serie de características de tipo ecológico, social, cultural y económico geográficamente muy específicas.

Sin embargo, puede ser útil estudiar la evolución de las actividades de pesca y de acuicultura en ambientes costeros lagunares que presentan una serie de problemas comunes y convergentes, sobre todo si se consideran a escala macro.

Este trabajo ha sido preparado para suscitar una serie de interrogantes de carácter general que puedan ser de utilidad para identiicar orientaciones de política ambiental en acuicultura.

6.2. Las grandes probleáticas

Como en otros lugares, también en el Mediterráneo las lagunas costeras han jugado un papel importante en el origen y la evolución de actividades humanas de pesca y acuicultura.

El hecho de disponer de abundantes testimonios históricos, facilita la comprensión de cómo las actividades humanas relacionadas con la producción pesquera hayan evolucionado en el tiempo y cuáles hayan sido los factores que han modificado, y a veces vuelto marginales, estas actividades.

Con objeto de encuadrar mejor el contenido de este documento, hay que considerar a continuación los siguientes puntos:

  1. Las lagunas costeras y las zonas húmedas que forman parte de estos mismos ecosistemas, como secciones terminales de cuencas de drenaje de varia morfología y origen, han sido lugar privilegiado para el establecimiento de actividades de pesca. Estas actividades han adquirido características de organizción, ordenamiento y tecnología que están estrechamente ligadas a la ecología de estos lugares.

    Las lagunas costeras, como gran parte de las áreas estuarinas, forman parte de territorios que son sede de importantes asentamientos humanos, debido a la posibilidad de establecer puertos, a la abundancia de suelos fértiles tras su desecación, por la disponibilidad de suelos salinos de bajo valor inmueble que son adecuados para la construcciones de aeropuertos, etc. Por lo tanto, en el proceso que ha llevado a una creciente concentración de las poblaciones humanas en la franja costera, las lagunas se han encontrado en muchos casos en el centro de importantes asentamientos humanos, cuyos impactos han crecido exponencialmente en el tiempo.

  2. Las actividades de pesca en zonas lagunares han tomado rápidamente características propias, que se han seleccionado automáticamente y han evolucionado de acuerdo con las características de estas zonas.

    Los descriptores ecológicos, abióticos y bióticos, útiles para la comprensión del funcionamiento de una laguna costera como ambiente de transición, son básicos para entender las tecnologías y estrategias de pesca que se ponen en práctica en las lagunas costeras.

    La ecología de las especies marinas y eurihalinas descrita a través de un largo proceso de adquisición de conocimientos empíricos, ha indicado las épocas de migraciones de los juveniles del mar a la laguna, las estaciones de migración de adultos y subadultos hacia el mar, la importancia de las mareas, de los eventos meteorológicos marinos, las relaciones entre aportes de aguas continentales y marinas, y la importancia de la hidrodinámica del sistema.

    Por lo tanto, la pesca en ambientes lagunares, no estando condicionada por la limitada accesibilidad que caracteriza al ambiente marino o por ciclos biológicos de los grandes y profundos lagos interiores, se ha desarrollado justo porque en las aguas pocos profundas los ciclos migratorios masivos y relacionados con condiciones estacionales y climáticas han permitido una observación continua y directa por parte del hombre. Esto explica porqué las mismas tecnologías de captura, especialmente las de artes fijas han tomado siempre mayormente el carácter de instrumento de gestión del recurso y de repartición del territorio. Es bastnte intuitivo considerar que quién opera con artes de pesca fijas depende de los intercambios entre el mar y la laguna.

    En el caso de captura de adultos y subadultos que migran del mar hacia la laguna, la laguna costera toma un carácter de “trampa para peces” y el hombre desarrolla una actividad típica de pesca. Viceversa, en el caso de la captura de peces que han sido engordados en las lagunas después de haber entrado desde el mar en estadios juveniles más o menos precoces, y que representan gran parte de la producción,el éxito productivo se basa en las dinámicas tróficas que se generan en el interior de la laguna.

    Esto explica la necesidad, por parte de quién opera con instrumentos fijos de captura, a interesarse por la laguna en su conjunto.

    Análogamente, esto explica la atención y la dedicación, donde sea posible, del hombre que ha instalado artes fijas de capturas hacia la hidrodinámica y hacia las posibilidades de intervenir en las bocas justo para mantener un contacto funcional entre el mar y la laguna.

    La presencia de artes fijas de captura hace que la laguna adquiera un carácter de área ordenada. De aquí deriva la posición de quién considera la pesca en lagunas costeras ordenadas con instalaciones fijas de pesca como lugares donde se desarrolla una verdadera actividad de acuicultura extensiva. En el caso de los cultivos de moluscos o cuando en hombre regula el flujo de aguas y se ocupa además de la repoblación, se trata ciertamente de formas de acuicultura.

  3. La gestión de ambientes lagunares con fines de pesca y de acuicultura se basa por lo tanto sobre la capacidad de mantener, simular y reforzar las condiciones ambientales que lleven a conseguir los mejores rendimientos, sea tanto en términos de calidad como de cantidad.

    Entre las formas de acuicultura “ecoló”gica ciertamente se pueden incluir muchos casos de gestión de lagunas en los cuales el hombre, aunque no intervenga directamente sobre las especies de interés económico, modifica algunos parámetros de carácter abiótico como el hidrodinamismo o el grado de conexión entre red geográfica continental y la laguna, con impactos directos sobre las redes tróficas, y por lo tanto sobre las especies de interés económico. Así pues, una laguna costera puede ser simplemente una sede de actividades de pesca, como biotopo peculiar a lo largo de la franja costera, o puede asumir características de un ambiente ordenado con fines productivos.

  4. Las lagunas costeras son, de todas maneras, ambientes sujetos a impactos múltiples, y actividades sensibles como la producción de peces resienten directamente de las condiciones y modificaciones de su entorno.

    La desecación para fines agrícolas de zonas húmedas ha modificado gran parte de las cuencas que drenan a las lagunas, la extracción de minerales, la contaminación, la transformación de las bocas en canales portuarios, el desarrollo turístico, y varios otros factores inciden sobre las lagunas que son a menudo el único resto de amplias zonas costeras húmedas.

    Las mismas transformaciones de zonas húmedas para actividades de acuicultura intensiva y semintensiva han incidido sobre modelos de gestión tradicional que, aunque sean más o menos avanzados tecnológicamente, evidencian un elevado grado de compatibilidad ambiental por la simple razón de que su existencia depende del estado del ambiente.

    Esto permite una serie de reflexiones sobre la importancia que podrían tener las actividades de pesca y formas de acuicultura compatible en ambientes lagunares, justo para conservar tales ambientes de interés relevante para la conservación de la naturaleza a lo largo de las costas en las que se suman y se generan gran número de impactos ambientales.

6.3. Una cuestión central de carácter ambienta y económico

Considerando que el objeto de este documento es el informar a los especialistas latinoamericanos sobre experiencias de otras regiones geográficas, y por tanto destinado a suscitar una serie de consideraciones sobre tales modelos a fines de evaluar la posibilidad de adaptación pracial o total para algunas situaciones específicas latinoamericanas, es necesario hacer algunas consideraciones previas de carácter económico.

  1. La gestión de lagunas costeras para la de pesca se puede incluir en modelos que pueden hacer referencia a las actividades de captura en áreas confinadas. El éxito económico dependería de la disponibilidad de recursos pesqueros pero especialmente de la organización para valorizar el producto.

    Cualquier impacto negativo sobre el ambiente o sobre los recursos pesqueros se refleja directamente sobre la economía del sistema. Las lagunas en las cuales es posible instalar artes fijas de captura para controlar estacionalmente o permanentemente las migraciones son aquellas en las cuales es posible obtener los mejores resultados económicos, pero es necesario aplicar modelos de ordenamiento en los cuales la pesca en la parte interna de la laguna y en las bocas sean fases coordinadas del mismo ciclo productivo.

  2. La construcción de obras que consientan una regulación hidráulica de la laguna, la consolidación de las bocas, la realización de zonas de captura, colectores de aguas contaminantes, etc…, son obras de alto costo que no son siempre realizables aunque deberían ser insertadas en planes globales de recuperación ambiental que proporcionen beneficios no exclusivamente ligados a la pesca. La gestión de áreas protegidas, de parques naturales con finalidades proteccionística y turística pueden ligarse bien. Las actividades turísticas cinegéticas ligadas a las aves acuáticas migratorias puede dar una buena contribución económica.

  3. La realización de instalaciones para cultivos intensivos y semi-intensivos es naturalmente el modelo económicamente más apetecible y, aunque crea a menudo conflictos de carácter ambiental y social, es el que consiente retornos económicos más rápidos.

    La disponibilidad de suelos salinos no aptos para la agricultura en áreas protegidas, llanas y en proximidad de fuentes para aprovisionamiento hídrico, hace que las zonas húmedas costeras y las áreas de tipo marginal de lagunas costeras sean las más apetecibles para la ubicación de instalaciones de cultivos intensivos y semi-intensivos.

Hay que hacer una premisa, ya que no es correcto comparar modelos productivos en lagunas, o en porciones de lagunas confinadas para usos acuícolas, con producciones en estanques intensivos y semi-intensivos localizados en áreas lagunares; es, sin embargo, posible concebir modelos que compatibilicen simultáneamente la necesidad de intensificación de la producción y la tutela del recurso y de las actividades económicas preexistentes.

Justo en este sentido hay que buscar fórmulas y estrategias de intervención que sean realmente apropiadas para la realidad en la que se va a intervenir, sin forzar una uniformación, como a veces el mercado de la tecnología prevé para las tecnologías que hay que aplicar.

6.4. Algunos modelos de gestión de ambientes lagunares medrrerráneos, con particular referencia a la experiencia italiana

En las figuras 6.1 a 6.3 se presentan tres grados evolutivos de los modelos de gestión de lagunas mediterráneas, con particular referencia a la experiencia italiana.

Naturalmente, en esta sede, como se ha indicado, las generalizaciones tienen un significado puramente finalizado a dar una serie de ideas sobre modelos de gestión aplicados y no se refieren a casos de estudio específicos para los cuales existe una amplia bibliografía.

Por lo que concierne a las lagunas costeras, se pueden utilizar varios criterios de clasificación.

En el contexto de esta reunión, no se van a examinar los aspectos fundamentales relacionados con la geomorfología y a la caracterización ecológica, básicos para todas las actividades de pesca y acuicultura. Vamos a considerar, sin embargo, aquellos aspectos generales de intervención humana que puedan interesar a este Grupo de Trabajo.

Un criterio de clasificación puede basarse en la capacidad de control hidráulico justo porque de ésta pueden depender varios parámetros ecológicos.

Un criterio adicional de clasificación puede ser el ligado a la presencia o menos de artes fijas de captura.

Retomando un concepto ya expresado, si la laguna posee un control hidráulico y obras de captura, algunas parámetros dinámicos ecológicos están bajo parcial control humano.

Esto puede ser amplificado a través de la siembra de algunas especies, tanto capturadas en la naturaleza como juveniles, como reproducidas artificialmente. Se podría concluir, sin entrar en el mérito de la posibilidad de generalizar un enfoque de este tipo, que uno de los descriptores esenciales para la ordenación de la producción de las lagunas mediterráneas consiste justamente en la capacidad de control hidráulico.

En tal sentido, cuanto mayor sea el control, mayores son las perpectivas de aplicación de un modelo consolidado de gestión ecológica.

En el caso de la experiencia italiana, se puede considerar una gama completa de niveles de control que van desde algunas lagunas que están exclusivamente sujetas a dinámicas naturales, en las cuales el hombre se limita a capturar las especies pescables, hasta el caso de la “vallicultura” del Adriático norte, un ejemplo de acuicultura ecológica en ambientes naturales.

Figura 6.1. Modelo primitivo

Figura 6.1.

Figura 6.2. Modelo con control hidráulico

Figura 6.2.

Figura 6.3. Modelo de manejo con acuicultura

Figura 6.3.

6.5. Manejo de lagunas costeras

6.5.1 La “vallicultura

Por lo que se refiere a la “vallicultura,” puede ser útil para el trabajo de este grupo retomar la descripción sintética que se hizo en el FAO Fisheries Technical Paper 293. Una “Valle” es un sector de una laguna que ha sido confinado con diques, y caracterizado por la presencia de agua salobre y escasa profundidad promedio (de pocos cm a l m). Las estructuras principales de una “valle” son diques, exclusas, canalizaciones internas, sistemas de captura de peces y estanques para pasar el invierno y barreras para peces.

6.5.2 Diques

La “valle,” tanto aquellas estacionalmente cerradas por encañizadas y fibras vegetales (“serraglia”) y aquellas que han sido parcialmente represadas por diques (“semi-arginate”) representan, según Bullo (1891) dos estadios sucesivos de un proceso evolutivo único que lleva sucesivamente al cierre de la laguna y a la construcción de una “valle” cerrada por terraplenes. Los terraplenes, de tierra, son reforzados con piedras en su base, especialmente a lo largo de su parte exterior, que está más expuesta a la erosión del viento y del mar. La siembra de vegetación apropiada mejora su solidez. Siempre que sea posible, se construyen lo suficientemente amplios para ser usados por vehículos u otros transportes mecánicos. Su altura depende del rango de la marea: en la laguna de Venecia, la altura se encuentra comprendida entre 2 y 2.5 m por encima del nivel medio del mar.

6.5.3 Compuertas

Los terraplenes están interrumpidos en algunos lugares por aperturas a través de las cuales es posible intercambiar agua entre la “valle” y el mar y/o la laguna y, si existe, también con una fuente de agua dulce. Este intercambio se controla a través de compuertas, que son maniobradas de acuerdo con las necesidades de la “valle” y/o de las características cualitativas del agua del mar o de la laguna. El número de compuertas, y especialmente su anchura total, son proporcionales a la extensión de la “valle”, aunque también dependen de su ubicación, comformación interna, la velocidad del flujo de intercambio de agua. Normalmente, hay de 2 a 4 compuertas hacia el mar o la laguna externa, cada una con varias aperturas, entre 40 y 200 cm de anchura. Las compuertas principales se sitúan a nivel de la cámara de captura de pescado en la parte interior, y en la exterior, en el lugar más adecuado para la entarda de agua de mar, en una zona a barlovento. Su apertuna útil, entre 2 y más de 50 m, es mayor que la de las compuertas secundarias. Una de las compuertas se dedica a los sectores de la “valle” que se utilizan para hacer el nivierno a los peces.

6.5.4 Canalizaciones

Una “valle” se subdivide normalmente en varios compartimentos, debido a la presencia de amplias áreas emergentes, aunque éstas se comunican a través de canales. Esta subdivisión de debe en parte a la configuración del área, pero a menudo es también el resultado de una acción del hombre que lieva a mejorar la gestión de la “valle”. Los canales internos permiten el movimiento de circulación del agua y también el movimiento de los peces.

Un canal periférico, de 3'a 6 m de ancho y de 2 a 3 m de profundidad, corre paralelo a los diques. Además de su obvio papel hidráulico (ligado a los drenajes), también ofrece protección a los peces cuando hay malas condiciones de tiempo (por ejemplo, en las heladas).

Otros canales se encuentran en el fondo de los compartimentos, confluyendo en un canal principal (de 1.5–2 m por debajo del nivel de la “valle”) que conecta los varios compartimentos con el sistema de captura que se encuentra tras la compuerta principal. La presencia de canales es esencial para la regulación hidráulica de la “valle” y durante el otoño, para permitir la pesca: en primer lugar mediante la propagación del estímulo representado por nueva agua marina que atrae a los peces desde las áreas más lejanas y posteriormente cuando los compartimentos están descargados y parcialmente drenados, haciendo converger los peces hacia la cámara de captura.

Cerca de las áreas emergentes es típico también encontrar verdaderos agujeros (“gorghi”) que alcanzan los 4 m de profundidad y 5–6 m de diámetro, que comunican con los compartimentos restantes; en éstos los peces pueden refugiarse cuando haya cambios bruscos de temperatura, especialmente en invierno (incidentalmente, en estas estructuras es también posible pescarlos).

La disponibilidad de agua dulce es fundamental para el engorde de peces durante el verano, para ajustar la temperatura y salinidad de los compartimentos, y en invierno para permitir un mínimo de intercambio de agua y también para permitir la formación de una fina capa protectora de hielo en la superficie que permite mantener temperaturas más altas en el fondo. Sin embargo, son a menudo insude agua superficiales, en algunos casos se utilizan pozos artesianos. Sin embargo, son a menudo insuficientes, tanto por lo que refiere a cantidad y calida de agua, que generalmente tiene la ventaja de tener una temperatura constante, entre 18 y 2 grados, y la desventaja de contener cantidades variables de amoniaco, hierro, etc…

6.5.5 Cámaras de pesca y compartimentos para invernar

Las cámaras de captura “(colauro)” son los canales frente a la compuerta principal donde acuden los peces en otoño en respuesta al estímulo de las aguas nuevas. Aquí se capturan los peces dividiéndolos por especies y dimensiones y, según su tamaño, son pasados a invernar. Junto a esta estructura, se encuentran las casonas de pesca y los depósitos y otras infraestructuras de la “valle.” El “colauro” tiene paredes recubiertas de cemento que pueden llegar a unos 50 cm por encima del nivel del agua. Las dimensiones del “colauro” dependen del tamaño de la “valle”; pueden sobrepasar los 100 m de longitud y los 15 m de anchura.

Junto a las cámaras de captura, hay áreas (“peschiere”) que se utilizan en otoño para almacenar los peces capturados, para que pasen el invierno los peces de talla inferior a la comercial y para sembrar los alevines que han sido comprados en primavera.

6.6. Las lagunas del Delta del Nilo

Otro ejemplo de manejo costero en el Mediterráneo, muy distinto de la “vallicultura” italiana, es el que nos ofrecen las lagunas costeras del delta del Nilo, en Egipto.

Estas lagunas han sufrido enormes modificaciones por la acción del hombre en el último cuarto de siglo, y en especial tras la construcción de la represa de Assuán, que ha cambiado completamente el ciclo de crecidas del Nilo y por consiguiente el aporte de sedimentos, el transporte litoral y la apertura de las barras costeras de las lagunas. La recuperación de los suelos salinos del delta para usos agrícolas, y la construcción de canales que drenan en estas lagunas tras haber servido para conducir las descargas de los centros habitados han también contribuido a alterar estos ecosistemas que son las mayores lagunas litorales del Mediterráneo.

En el caso de estas lagunas estamos pues frente a un claro ejemplo de ecosistemas terminales que han sufrido cambios debido esencialmente a modificaciones de la los aportes continentales.

En la mayoría de los casos, el resultado final ha sido una reducción de la superficie de las lagunas, con una pérdida progresiva de sus características marinas, y una progresiva y fuerte eutrofización debido a los aportes continuos de nutrientes que llegan a través de los canales de drenaje. Esto ha llevado a: cambios en la composición proporcional de las especies de las lagunas que tienden a estar dominadas por cíclidos de menor valor comercial; a un aumento generalizado de la producción primaria y secundaria de la laguna; y a un intercambio limitado con el mar debido a la progresiva sedimentación de las bocas.

Un caso entre estas lagunas que puede servir de elemento de reflexión para los integrantes de este Taller y que ha sido estudiado hace pocos años por la FAO, ha sido el de la laguna de Burullus. En esta laguna se trataba de identificar un proyecto de desarrollo integrado, a ser financiado por el IFAD, y compatible con las condiciones ambientales y socioeconómicas locales.

La laguna de Burullus ocupa una superficie de 60,000 ha, con sus dos ejes principales de 60 km y 16 km, y se encuentra en la parte norte de la Gobernación de Kafr el Sheikh. Esta, de orienta-ción predominantemente agrícola, cuenta con unas 150,000 ha de explotaciones agrícolas en las que labora una población rural que se estimaba en 1'400,000 personas en el momento del estudio, con lo cual es evidente la alta presión sobre los recursos disponibles. En el caso de la población que depende directamente de las actividades pesqueras en la laguna, se estimó en aproximadamente 100,000 personas.

Existe una sola boca, con limitada capacidad de intercambio con el mar, en su parte oriental y en su interior se encuentran unas setenta islas pequeñas, siendo la mayoría artificiales. En su parte sur la laguna recibe la descarga de 8 canales de drenaje de áreas agrícolas adyacentes que descargan continuamente uno 70 metros cúbicos/segundo de aguas ligeramente salobres, cargadas de nutrientes. Esto ha hecho que la parte sur de la laguna sea prácticamente dulce con gran desarrollo de cañas del género Phragmites y que esta zona se haya convertido en el territorio de las tilapias, a expensas de las especies eurihalinas típicas de estos ecosistemas y que tienen valores comerciales más elevados.

La producción pesquera de la laguna deriva de una compleja pesca y de actividades que hasta cierto punto puenden se consideradas acuicultura extensiva, las “hoshas.” La pesca tradicional de la laguna ha evolucionado en los tiempos más recientes debido a la disminución de la superficie de la laguna, al aumento de la población ribereña y a los cambios de la hidrología que han sido indicado anteriormente. La falta de un desarrollo ordenado del sector ha llevado a una pesca no selectiva que ha resultado en clara sobrepesca con una reducción considerable del valor económico del producto. Se observa, por ejemplo que las especies migradoras como los mugílidos son capturadas como subadultos, con lo que no solamente su valor económico como pesca es menor sino que se pierde la posibilidad de tener una población de reproductores y el reclutamiento debe depender de poblaciones que provengan o de otras lagunas o del mar.

La “hoshas”, son compartimentos construidos dentro de las lagunas con diques de cañas y barro. Son típicos de las lagunas Manzalla y Burullus. Se utilizan con cámaras de captura y, como estanquería para cultivo dependiendo de la duración de la permanencia de los peces dentro de la “hosha”.

Para su operación se explota el comportamiento reofflico de los peces. Utilizando la diferencia de nivel entre el aguas de la laguna y de dentro de la “hosha” y ayudándose con sistemas de bombeo, el operador abre los diques en varios lugares para crear corrientes que atraigan a los peces al interior de la “hosha” tras lo cual vuelve a cerrar las aberturas y o bien deja a los peces durante un periodo que puede ser de varias semanas en el interior como cultivo extensivo o bien vuelve a bombear el agua para capturar los peces que han entrado. La frecuencia de esta operación va de dos a tres veces por año hasta una cien veces por año. Ya que las “hoshas” atraen peces de todas las tallas, una buena proporción son capturados como juveniles y justifica la actitud hostil de los pescadores tradicionales que acusan a la “hoshas” que tienen una frecuencia elevada de ciclo de ser destructivas para el recurso. La práctica actual deriva de una forma de pesca tradicional en la que los pescadores de la lagunas del delta construían estas hosha que quedaban sumergidas durante la crecida del Nilo y en la que quedaban atrapados los peces al bajar las aguas de inundación tras lo cual se cosechaban las “hoshas”.

La líneas de acción identificadas por FAO han consistido en una compatibilización de utilización en zonas en las que intervenían varios usuarios y en una búsqueda de aumentar más el valor económico del producto que la producción en sí. Las intervenciones propuestas se centraron en obras hidráulicas que permitiesen un mayor intercambio y la creación de una zona marinizada de mayor extensión, así como la apertura de “vías de entradas” donde no se permite la pesca para facilitar la colonización y la migración de las especies eurihalinas, una racionalización de la operación de la hoshas y la creación de unidades de estanquería para piscicultura semintensiva en las franjas costeras que disponen de menos recursos económicos. De esta forma, analizándose la integración de las diversas activadades económicas de la laguna se ha buscado una recuperación de los valores orginales que permitían una operación rentable sin agudizar los conflictos de uso de recurso.

En opinión de los autores la estrategia de análisis de situación y la mecánica de preparación de proposiciones operativas pueden ser utilizadas en el caso de lagunas costeras latinoamericanas.

6.7. Consideraciones finales

Para concluir esta breve presentación sobre el manejo de lagunas costeras en el Mediterráneo cabe hacer una serie de consideraciones finales:

  1. Las lagunas costeras son un bien común que hay que transmitir a las generaciones futuras. Se trata de ecosistemas de precaria estabilidad, muy sensibles al deterioramiento ambiental, con variadas funciones que hay que preservar

  2. Una acuicultura compatible con el ambiente, si está bien localizada, puede ser un instrumento adecuado y diversificado para ayudar en la tarea de conservar las lagunas costeras

  3. La conservación de recursos naturales (físicos y biológicos) renovables es una finalidad pública, a través de la búsqueda de modelos de desarrollo ecológicamente y económicamente sustentables, así como lo son los programas de saneamiento de ambientes contaminados

  4. La acuicultura ecológica y/o integrada puede ayudar en esta causa

  5. Esto requiere:


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