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Encuestas sobre la capacidad de producción de pasta y papel en el mundo

Barbara A. Holford

Barbara A. Holford es una economista británica con una larga experiencia en el campo de la pasta y el papel.

La FAO realiza cada año una encuesta sobre la capacidad de producción de pasta y papel. La economista que principalmente tiene a su cargo la compilación de esta encuesta describe como ésta se lleva a cabo, cuáles son sus objetivos y limitaciones y cómo se pueden interpretar sus resultados.

No son una novedad las encuestas anuales acerca de la capacidad de la industria de pasta y papel o de la elaboración de ciertos productos; en algunos países se han realizado desde hace varios decenios. Después de la Segunda Guerra Mundial se hizo más patente la necesidad de disponer de más información de esta índole, ya que entonces se planificaban numerosas actividades destinadas a satisfacer la demanda acumulada de productos industriales. Por consiguiente, la FAO llevó a cabo una evaluación preliminar de la capacidad de pasta y papel destinada a la Primera Consulta Mundial sobre Suministros, Demanda y Comercio de la Pasta y el Papel, que se celebró en 1959. Bajo el patrocinio del Comité Asesor de Expertos sobre la Pasta y el Papel de la FAO, se iniciaron en 1962, y se han venido realizando desde entonces cada año, encuestas mundiales. Hay que convenir que la actual encuesta de la FAO es muy diferente de la primera, no sólo por el número de países incluidos - ahora son 92 en comparación con 45 anteriormente - sino también por los productos acerca de los cuales se buscan datos, ya que en la actualidad son 18 las clasificaciones de pasta y 19 las de papel y cartones, en comparación con 2 para cada producto previamente.

En la Primera Consulta Mundial se expresó la opinión de que existía claramente la necesidad de proceder a un continuo análisis de las tendencias de la demanda y de la evolución de la capacidad. A lo largo de su historia, la industria de la pasta y el papel registró altos y bajos de grandes o pequeñas proporciones. Las causas de algunas de estas fluctuaciones pueden atribuirse a las condiciones económicas mundiales, pero ha habido otras circunstancias en las que la propia industria ha sido quizás responsable por un conocimiento insuficiente de los planes generales de desarrollo que provocó excesivo optimismo o pesimismo respecto al futuro. Una mayor estabilidad en los mercados mundiales de estos productos es conveniente para todos, ya que las fluctuaciones violentas de los suministros no son satisfactorias para el productor y para los beneficios que espera obtener, ni tampoco para el consumidor y el precio que éste tiene que pagar por el producto. Las dimensiones cada vez mayores de las nuevas fábricas de pasta y de la maquinaria para producir el papel no han contribuido a hacer más íntima la relación entre los aumentos en la capacidad y los incrementos de la demanda, ya que los nuevos proyectos alcanzan ahora tales proporciones que, si no se planifican detenidamente, una iniciación a destiempo podría conducir a un desajuste de los suministros, y por consiguiente, de los niveles de precios. Además, para un fabricante ya establecido en un país desarrollado, y también para el gobierno y las empresas particulares que deseen instalar una fábrica en un país en desarrollo, es igualmente importante disponer de la mejor información posible sobre la evolución futura de la capacidad productiva. Como siempre se ha interesado en asegurar suministros mundiales adecuados y en la justa distribución de la pasta y el papel, la FAO decidió atender la necesidad de proporcionar datos significativos acerca de los futuros niveles de capacidad.

Cada año se envía un cuestionario a los países que cuentan con una industria de pasta y papel o al lugar en el que se podría crear una en los próximos años. En casi todos los casos, la persona a quien se dirige el formulario es un representante de la asociación comercial nacional para la pasta y el papel, un miembro del Comité Asesor de Expertos sobre la Pasta y el Papel, de la FAO, O una persona que mantiene estrechas relaciones con la industria en un determinado país. Las estimaciones proceden, por consiguiente, de la propia industria. Unicamente en el caso de tres o cuatro países la FAO facilita las estimaciones. Es cierto que los resultados reflejan las intenciones de las industrias en un momento concreto, pero es importante añadir que en tales intenciones pueden influir sensiblemente las condiciones ulteriores económicas, financieras y de mercado.

Como ya se ha mencionado, la encuesta abarca a todos los países actualmente productores, o potencialmente productores, de pasta y papel en el mundo, pero no fue siempre así. A comienzos del decenio 1960-69 únicamente los principales países productores pudieron suministrar la información deseada y se necesitó mucho tiempo y no pocas energías para estimular a otros países a que recopilasen datos y crearan los medios adecuados de comunicación para transmitirlos a la FAO dentro de los plazos fijados. Con lentitud, pero con seguridad, se fue ampliando el alcance de la encuesta y en la actualidad abarca a todos los países en los que hay fábricas de pasta y papel, o a aquellos en los que se pueden establecer en los próximos cinco años.

Más detalles

Del mismo modo, han aumentado los detalles que se solicitan en la encuesta acerca de los productos. En su comienzo se pedían datos muy limitados; por ejemplo, solamente los tipos principales de la pasta de madera destinada a la producción de papel y dos categorías generales de papel y cartón. Con el transcurso del tiempo, y a medida que se fue apreciando cada vez más la utilidad de la encuesta, se trató de aumentar los tipos de productos. Conforme la industria se desarrolló y determinados productos adquirieron rápidamente importancia, se intentó conseguir información sobre la capacidad. Así, en 1966, se añadieron a la lista papeles de uso doméstico y sanitario y, en 1972, pasta elaborada con madera de frondosas. Se inició en 1975 un importante análisis de los datos incluidos en la encuesta, lo cual dio por resultado un nuevo desglose de los encabezamientos correspondientes al papel y al cartón, pero manteniendo la continuidad de las series. Esta información adicional estará disponible en la encuesta para 1975-80, que se publicará en junio de 1976.

No en todas las encuestas se ha abarcado, como actualmente, el plazo de los próximos cinco años, ni todo el mundo está de acuerdo en que éste sea el mejor período que debe elegirse. Si se tiene en cuenta que la capacidad es realmente una estimación de la máxima producción factible, el plazo influye en la naturaleza de las estimaciones. Por ejemplo, en el primer año o dos de una encuesta se incluyen proyectos con el grado máximo de probabilidad, tales como nuevas fábricas o maquinaria en construcción. En los años intermedios de una encuesta se pueden incluir proyectos que se hallan en una fase avanzada de planificación y que es muy probable que se ejecuten. En los anos finales, las estimaciones pueden hacerse, no tan sólo basándolas en proyectos concretos, sino también en una evaluación general de proyectos de desarrollo.

En los principales países productores, las encuestas sobre capacidad se efectúan en beneficio de los propios productores, de las asociaciones comerciales y de los organismos gubernamentales. Sin embargo, en varios países se lleva a cabo una encuesta como respuesta a una solicitud de la FAO. En otros países, inclusive los menos desarrollados de América Latina, el Cercano y el Lejano Oriente, y Africa, se ha demostrado que hasta ahora hay escaso interés en organizar un registro de datos actuales y precisos sobre capacidad.

Al igual que la encuesta de la FAO, la mayor parte de las que se efectúan anualmente en los países corren a cargo de asociaciones comerciales. Pero incluso entre estas últimas hay enfoques diferentes. En la mayoría de los casos, se envían cuestionarios a las compañías o fábricas asociadas, con instrucciones anexas para definir la capacidad y describir cada producto acerca del cual se desea información.

Cuando los afiliados a la asociación no representen a toda la industria, se trata de establecer contacto con quienes no son miembros para obtener una estimación completa para la industria. Hay muchas excepciones de este método. Por ejemplo, en Noruega y Argentina los datos sobre capacidad se elaboran partiendo de otras fuentes que no son encuestas directas acerca de los productores. Para la mayoría de los países africanos, la información se compila mediante la Comisión Económica para Africa (CEPA) y el Grupo Asesor de la FAO sobre Industrias Forestales para Africa, y se basa en un conocimiento personal de las fábricas ya existentes y de los planes para un futuro desarrollo. En el Japón se ha adoptado otro enfoque y se usan dos métodos para estimar la capacidad de la pasta y el papel. El primero se basa en un inventario de la maquinaria para producir papel, y lo efectúa cada 4 ó 5 años el Ministerio de Comercio Internacional e Industria, con la colaboración de la Asociación Papelera Japonesa. Además de este completo registro de la capacidad, se invita a todas las compañías principales a que, con intervalos de 6 meses, sometan a consideración del Ministerio de Comercio Internacional e Industria las estimaciones de los cambios en la capacidad durante los 3 años siguientes. El segundo método, que utiliza la Asociación Papelera Japonesa, consiste en ajustar los datos obtenidos en el inventario de maquinaria, teniendo en cuenta la experiencia operativa real y considerando después los cambios futuros en la capacidad. Los datos así obtenidos reflejan la capacidad máxima factible, que son los que se utilizan en el estudio de la FAO, después de una reagrupación adecuada de los productos.

Casi todos los países llevan a cabo su encuesta para un periodo futuro de 5 años o más, lo cual coincide con la exigencia adoptada por la FAO, que consiste en 1 año base y 5 años futuros. Si bien los Estados Unidos pueden considerarse técnicamente como una excepción a este respecto, ya que tratan de obtener información sobre las expansiones ya aprobadas para los 3 años próximos sobre planes de expansión correspondientes a otros 2 años, en realidad abarcan los acontecimientos durante 5 años.

Información tempestiva

La FAO trata de obtener su información a fines de año y, si la situación fuera la mejor para tal fecha, cada país habría ya completado su encuesta. Sin embargo, no es así, y los datos enviados a la FAO se basan en los que se han obtenido en distintas fechas durante los 12 meses precedentes. En el momento en que la FAO publica los resultados de su encuesta a mediados de año, la información relativa a algunos países puede estar ya anticuada hasta en 18 meses. Por fortuna, esto ocurre únicamente en un limitado número de casos y la mayoría de los principales países productores facilitan datos a la FAO basados en sus encuestas más recientes, ajustadas de modo que incluyan los últimos cambios en los planes de las compañías interesadas. Canadá constituye una importante excepción, porque, debido a las fechas en que inicia su encuesta para atender las necesidades de su propia industria, facilita datos a la FAO sólo para los 4 años siguientes. Hasta donde ha sido posible, estos datos se han actualizado antes de comunicarlos a la FAO.

Gracias a la colaboración que la FAO ha recibido de todos los interesados, la encuesta sobre la capacidad de producción de pasta y papel ha alcanzado cierto nivel de credibilidad, pero los resultados siguen siendo dudosos en casos concretos, lo que se debe principalmente a las dificultades inherentes a toda compilación internacional de datos. Se plantean problemas en la interpretación de definiciones, ya sean de capacidad o de productos.

Definición de capacidad

La definición de capacidad que utiliza la FAO ha experimentado pocas modificaciones durante los últimos 15 años, si bien se ha hecho de ella un análisis critico en varias ocasiones. Su aplicación ha demostrado ser satisfactoria por lo general, y los cambios que se han introducido han servido sólo para que el texto fuese más explícito a fin de evitar errores de interpretación. Se define la capacidad como la cantidad máxima de toneladas de papel, cartón y pasta, de calidad comercial corriente, que se podría producir al año, aprovechando el equipo al máximo y contando con suficiente materia prima y mano de obra, suponiendo que la demanda sea capaz de absorber toda la producción. No se toman en cuenta las diferencias que se pueden producir a causa de paros imprevistos, huelgas, interrupciones de la energía eléctrica, etc. Se toman en consideración las nuevas fábricas o máquinas, distribuyendo normalmente la capacidad adicional entre los primeros años de funcionamiento, y os centros que han cerrado con la intención de no reanudar la producción. Cuando la máquina produce más de un tipo de papel, la capacidad se distribuye entre los diversos tipos, según los planes de producción para las operaciones futuras. Los cambios en el funcionamiento de las máquinas universales son una de las causas de discrepancia entre una encuesta y la próxima, puesto que introduce un elemento de planificación de la producción a corto plazo en lo que, en otro caso, debería considerarse como una estimación de la capacidad física.

En la aplicación de las definiciones de los productos se plantea una dificultad más grave. Una organización internacional puede conseguir una definición uniforme sólo para los tipos más generales. Cuanto más detallada sea la información deseada mayor será el contraste entre las características de la producción nacional y las del mercado, y cualquier definición constituirá una transacción. La pasta y el papel no constituyen una excepción a este respecto, pero durante los 2 últimos años, con la cooperación de sus colaboradores, la FAO no sólo ha esta do en condiciones de elaborar nuevas definiciones para los productos acerca de los cuales trata de conseguir datos sobre capacidad, sino que también ha examinado, conjuntamente con muchos de los países interesados, los problemas que se plantean al interpretar las definiciones y comunicar la información deseada. Esto ha tenido como consecuencia la eliminación de muchas discrepancias, pero no se las ha eliminado enteramente, ni se las eliminará, porque los productos de la industria se están transformando siempre para satisfacer nuevas necesidades.

Por ejemplo, el papel para periódicos es un producto considerado durante mucho tiempo como u norma» y, por consiguiente, era comparable en las estadísticas internacionales. La situación está cambiando, y en años muy recientes ha influido en el mayor productor mundial, el Canadá, que actualmente incluye en su definición de papel para periódicos y, por consiguiente, en los datos correspondientes a su capacidad, el papel liviano para periódicos (40-46,4 g/m2), que previamente se clasificó como papel de impresión y que en la mayoría de los demás países se sigue clasificando así. Claro está que en el estudio de la FAO sobre capacidad se toman en cuenta estos cambios, y tienen importancia para quienes deseen seguir los acontecimientos en la industria del papel para periódicos y comparar la situación en Canadá con la del Japón, donde todavía no es evidente esta tendencia a un tipo de papel para periódicos más liviano.

Antes de transmitir a la FAO los cuestionarios sobre capacidad, muchas asociaciones comerciales y otros corresponsales verifican sus datos, comparándolos con las fuentes de que disponen. La propia FAO procede, sin embargo, a efectuar tres comprobaciones de la validez de dichos datos. La primera consiste en hacer una comparación con datos similares facilitados el año anterior. La segunda es un cotejo de la capacidad para el año base, 1975, en el caso de la encuesta corriente relativa al periodo 1975-80, con una estimación de la producción para ese año. Esta última información procede de una encuesta separada, efectuada con un idéntico detalle de productos, y que la FAO lleva a cabo también anualmente. Si como consecuencia de esto surgieran discrepancias, al corresponsal en el país interesado se le invita a que dé una explicación. Por primera vez se ha decidido este año efectuar una tercera comprobación.

Con ayuda de las asociaciones comerciales, los corresponsales que participan en las encuestas y de otras personas y organizaciones interesadas, la FAO ha compilado una lista de nuevas fábricas y maquinaria que se han previsto inicien sus actividades en el futuro. Este registro, hasta donde es posible, informa acerca del momento en que se efectúan estos proyectos, así como sobre los productos y la capacidad que éstos abarcan, pero no es exhaustivo y, en particular, no contiene información sobre mejoras, aceleración de las máquinas, etc. A los corresponsales se les invita a identificar en forma positiva los proyectos que se han incluido en la encuesta de 1975-80 sobre capacidad y, después de una comparación con los incrementos en la capacidad que se han indicado en su cuestionario debidamente completado, se solicita una explicación con respecto a cualquier discrepancia importante que hubiera surgido.

La FAO se percata de que el registro de los proyectos no es completo y, especialmente, que no contiene información acerca de las mejoras, la velocidad de la maquinaria, etc., que podría ser un importante elemento de una capacidad adicional. No obstante, teniendo en cuenta que la información contenida podría ser útil por igual a la industria y a los gobiernos, se facilitará en un futuro próximo esta información relativa a las fábricas de pasta y papel previstas.

Datos significativos

Hay en cada encuesta unas 30000 cifras y seria aventurado creer que cada una de ellas es correcta. No obstante, valiéndose de contactos con muchas personas, asociaciones y organizaciones relacionadas con las industrias de la pasta, el papel y otras afines, la FAO ha llevado a cabo recientemente un esfuerzo sistemático para eliminar las incongruencias que pudieran existir, mejorar los términos de comparación y reducir al mínimo los errores contenidos en los datos. En esta labor se ha conseguido una ayuda valiosísima de fuentes muy diversas, y se cree haber logrado un éxito notable en ello, gracias a lo cual se comunican ahora datos significativos acerca de los futuros acontecimientos que se producirán en la industria de la pasta y el papel en el mundo para beneficio mutuo de los países desarrollados y de los que están en vías de desarrollo.


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