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I. Politicas y Actividades de la Organización

Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación

Se puso a discusión el informe presentado por el Director General en que señaló los cambios acaecidos en el campo de la agricultura y alimentación desde el último período de sesiones de la Conferencia, así como los aspectos sobresalientes de la situación actual. El texto de este documento se reproduce en el Apéndice B, página 41.

Programa de Labores y Problemas Conexos a Largo Plazo

El Consejo examinó el Informe del Grupo de Trabajo del Programa de Labores y Problemas Conexos a Largo Plazo, que, conforme a una resolución del Consejo tomada en su Décimoprimer Período de Sesiones, habría de ser sometido a la consideración del mismo en su siguiente período de sesiones; y que, por otra parte, con arreglo a lo acordado por la Conferencia en su período extraordinario de sesiones, debería ser remitido a los gobiernos miembros cuatro meses antes de iniciarse el Sexto Período de Sesiones de la misma.

El Consejo había encargado al Grupo de Trabajo que se avocara el estudio completo de los siguientes problemas, a la vez que el de los problemas conexos a largo plazo:

  1. El grado a que sea posible llevar la descentralización efectiva de las labores de la Organización sin afectar su eficiencia ni incurrir en duplicaciones del trabajo.

  2. El punto hasta el cual pueda ampliarse el uso que se hace de las universidades, centros de investigación científica y otras entidades, en la consecución del programa de la Organización, y la posibilidad de utilizar consultores temporales en mayor número, dejando menor cantidad de técnicos en la planta de empleados permanentes.

  3. El planeamiento de las actividades de la FAO de manera tal que se logre la máxima coordinación con las Naciones Unidas, sus comisiones económicas regionales para Europa, Asia y el Lejano Oriente y la América Latina, y las demás agencias especializadas, en los campos en que la FAO está particularmente interesada.

  4. La compilación de informaciones procedentes de los países miembros, de modo especial los informes anuales que pide el Artículo XI de la Constitución, y el empleo de ese material para estructurar el Programa de Labores, ejecutar los proyectos de trabajo de la FAO y aconsejar a los gobiernos miembros.

  5. La importancia relativa que debe darse a las actividades de la Organización en los distintos campos de su competencia, los planes de acción a largo plazo que han de adoptarse en cada uno de esos ramos, y las prioridades que deban observar en la adopción de los diferentes proyectos, tomando muy en cuenta las consideraciones expuestas en la introducción al Programa de Labores.

El Consejo había dispuesto, además, que el Grupo de Trabajo asesorase al Director General en la formulación del Programa de Labores y de los Presupuestos para 1952 y 1953, dando parte de su actuación al Consejo en su Décimosegundo Período de Sesiones.

Encomió el arduo y esmerado estudio realizado por el Grupo de Trabajo sobre los principios que deben servir de guía al formular el Programa de Labores de la Organización, y la revisión que hizo de los proyectos de Programa de Labores para 1952 y 1953, preparados por el Director General. Aprobó los principios establecidos por el Grupo de Trabajo para la preparación de futuros programas, y tomó nota de la sugestión del delegado de la Unión Sudafricana en el sentido de que, como principio general, la Organización mantuviera en todo tiempo servicios efectivos y eficaces para la compilación, análisis y difusión de informes relativos a las funciones de la Organización, con el objeto de que los gobiernos puedan emplear su propio criterio al determinar la política que han de seguir. Estos servicios deberán ser de tal índole que permitan a la Organización orientar la solución de los problemas de la agricultura y la alimentación que se plantean en el mundo.

El Consejo apoyó también las observaciones del Grupo de Trabajo sobre los proyectos de Programa de Labores presentados por el Director General para los años 1952 y 1953, habiendo tomado nota de que dicho funcionario se proponía reformar el programa conforme a las sugestiones hechas por el Grupo de Trabajo, antes de hacerlo llegar a los gobiernos miembros con la debida anticipación al Sexto Período de Sesiones de la Conferencia (que habrá de iniciarse el 19 de noviembre de 1951). En general, el Consejo estuvo de acuerdo con la distribución hecha de los recursos de la Organización entre las diferentes direcciones y servicios, y con todos los aspectos del trabajo. Señaló, por otra parte, la conveniencia de conservar cierta flexibilidad, de manera que sea posible hacer frente a los cambios de situación y a contingencias imprevistas.

Analizó las recomendaciones hechas por el Grupo de Trabajo sobre las funciones de carácter más permanente que dimanan de la constitución, las técnicas y las relativas a organización, y en particular las siguientes:

(a) La obligación que conforme al Artículo XI de la Constitución tienen las naciones miembros de informarse mutuamente sobre los progresos realizados en la consecución de los propósitos que la Organización persigue, como consecuencia de las diligencias hechas para dar cumplimiento a las recomendaciones de la Conferencia y las convenciones propuestas por la misma.

(b) La proyectada substitución de los Comités Consultivos Permanentes y del Comité de Coordinación, en sus actuales funciones, por un nuevo Comité del Consejo para ayudarle en la tarea de examinar el Programa de Labores en los años en que no haya período ordinario de sesiones de la Conferencia.

Al discutir, con referencia a los Informes de que habla el Artículo XI, la marcha de los trabajos encaminados al logro de los fines que persigue la Organización, el Consejo hizo la advertencia de que dicho Artículo hace la distinción entre dos clases de informes: los ordinarios periódicos a que se contraen los párrafos 1 y 2, y la información específica y demás material que el Director General puede solicitar conforme a los párrafos 4 y 5. Por lo que se refiere a los primeros, el Consejo estimó que era de gran importancia que los gobiernos miembros aceptasen la obligación de informarse entre si acerca de las medidas que tomaran para el logro de los propósitos de la Organización. Al mismo tiempo, admitió que los métodos seguidos en el pasado no habían producido los efectos que se propone la Constitución. Además, la preparación de los informes, de acuerdo con los métodos actualmente en vigor impone a las naciones miembros un trabajo considerable que no estaría justificado si los informes no cumplieran el fin que se había previsto al hacerlos requisitarios.

Por tanto, el Consejo recomienda que todos los países miembros de la Organización dediquen especial atención a este asunto, con el objeto de discutirlo ampliamente al abrirse el Sexto Período de Sesiones de la Conferencia, una vez que puedan ponerse a consideración todos los aspectos del problema.

Por lo que respecta a la suspensión de los Comités Consultivos Permanentes y del Comité de Coordinación en su forma actual, el Consejo opinó que deberían considerarse detenidamente las propuestas del Grupo de Trabajo antes de tomar una decisión. Por un lado, se creyó que la Organización no podía dejar de beneficiarse si entablara relaciones directas e íntimas con los técnicos más destacados en los diversos campos de trabajo que incumben a la FAO ; y por otro, se pensó que con el afianzamiento de la Organización y al paso que ésta forme su propio personal técnico, los Comités Consultivos Permanentes, en la forma en que se crearon originalmente, no prestaban ya los servicios que dieron en un principio; y que, además, las reuniones de dichos comités imponen una pesada carga a los recursos limitados de la Organización.

También se hizo la observación de que los Comités Consultivos Permanentes tenían por misión ejercer una influencia general, de carácter consultivo, en los programas técnicos de trabajo, lo cual ni el Comité del Consejo ni las consultas especificas que hiciera el Director General a los especialistas, podían ofrecer.

Por otra parte, se hizo notar que el Comité propuesto no examinaría el Programa de Labores en sus aspectos técnicos. Estaría compuesto por individuos de gran experiencia práctica en lo que a los trabajos y responsabilidades de la FAO se refiere, y su papel sería el de analizar el Programa en su relación con los objetivos de la Organización y los principios establecidos por el Grupo de Trabajo.

A este respecto, sin embargo, se expresaron ciertas dudas de que un Comité del Consejo pudiera tener una actuación proficua al examinar el Programa de Labores, aun en los años en que no hubiera período ordinario de sesiones de la Conferencia, y en particular si dicho Comité no estuviera compuesto por técnicos.

El Consejo insta a todos los gobiernos miembros a que estudien a fondo este problema para que pueda discutirse por extenso durante el Sexto Período de Sesiones de la Conferencia.

En general, el Consejo se mostró conforme con las observaciones y recomendaciones del Grupo de Trabajo acerca de la necesidad de asegurar mayor coordinación entre las labores de las Direcciones de la FAO, de ampliar la cooperación con otros organismos, de aprovechar los servicios de las universidades, institutos de investigación, etc., en descargo de ciertos trabajos, y de habilitar a los Comités Nacionales de la FAO para establecer relaciones de trabajo eficaces con los países miembros.

El Consejo tomó nota de los comentarios del Grupo de Trabajo sobre los recursos económicos con que la Organización cuenta para hacer frente a sus compromisos, y admitió que si la FAO ha de cumplir airosamente su objeto en la realización de las obligaciones que se le han encomendado, deberá proveerse a las necesidades de su desenvolvimiento progresivo. Al mismo tiempo, se hizo hincapié en la pesada carga que representa para los países miembros el pago de sus cuotas a las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales, habiéndose convenido en que entre estas últimas la función de la FAO es de las que revisten especial importancia.

El Consejo insta a todas las naciones miembros a que estudien detenidamente las observaciones del Grupo de Trabajo relativas a los recursos económicos que se dan a la FAO, así como el memorándum del Director General (CL12/23) acerca del mismo asunto, para que en el próximo período de sesiones de la Conferencia se discuta el punto con pleno conocimiento de la materia.

Desarrollo Económico y Aumento de la Producción Agrícola

Utilización de los Recursos

Desde que la Organización para la Agricultura y la Alimentación surgió como una idea en Hot Springs, las finalidades generales que ha perseguido son las de « liberar a todos los pueblos de la carencia de alimentos apropiados e indispensables para la conservación de la salud y el vigor físico » 1 y contribuir « al desenvolvimiento de la economía » 2.

El logro de estos propósitos exige el empleo ilimitado y certero de todos los recursos de tierras, mano de obra y capital que poseen las naciones miembros de la Organización. De ello depende el aumento continuo de la producción que es necesaria para elevar el nivel de vida y el bienestar de los moradores del campo y de la urbe. La tarea es polifacética. En algunos aspectos, las decisiones que pueda tomar por sí misma la FAO son de gran consecuencia en la lucha por desatarse de la necesidad; en otros, la Organización puede servir, en mayor o menor grado, para encauzar y completar la acción de otros organismos que trabajan para alcanzar los mismos fines.

En su Décimosegundo Período de Sesiones, el Consejo de la FAO recibió y estudió diversos informes relativos, en esencia, a la idea central de utilizar mejor los recursos agrícolas. Los temas de dichos informes eran el empleo total, la educación fundamental, la tenencia de la tierra, la migración y colonización, la asistencia técnica a los países insuficientemente desarrollados, y la inversión internacional de capitales. La documentación presentada era copiosa, y varios de los documentos importantes que tuvo ante sí el Consejo, procedentes de otras fuentes (por ejemplo, el Informe Provisional sobre Estructura Agraria, el informe del Comité de Expertos de las Naciones Unidas y el de la Comisión Europea), no llegaron a su poder sino hasta después de haber iniciado sus sesiones. Por consiguiente, no siempre les fué posible a los miembros del Consejo volver sobre las opiniones, ya consideradas y generalmente aceptadas, respecto a muchas de la numerosas ideas expuestas y sugestiones hechas en dicho material. No obstante, las deliberaciones del Consejo sobre esos informes mostraron claramente que, cualquiera que fuese el estado de ánimo que excitara en los miembros la discusión de los asuntos planteados, éstos se juzgaron de interés para las naciones miembros por su importancia y oportunidad.

1 Conferencia de las Nacions Unidas sobre Agricultura y Alimentación (Hot Springs, Virginia, 18 mayo–3 junio, 1943), Acta Final e Informes de las Secciones, página 11, Declaración.
2 Preámbulo de la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y alimentación.

Empleo Total

La falta de empleo total y los desaciertos en el uso económico de la mano de obra en la industria y el comercio, al igual que en la agricultura, son causa de que en el mundo haya una carencia mayor de productos alimenticios y de otra clase, que si no existieran esas fallas. El documento (CL12/11) que el Consejo tuvo a consideración, daba cuenta de las labores realizadas por la Organización en acatamiento a la Resolución 290, adoptada por el Consejo Económico y Social el 11 de agosto de 1950, relativa a ciertos estudios sobre empleo total, y contenía, además, el material solicitado por el Consejo para basar las discusiones sobre los intereses que en esta cuestión tiene la FAO. El Consejo tomó nota de la cooperación de la FAO con las Naciones Unidas en lo que respecta a la Resolución 290, y reafirmó enfáticamente su interés y deseo de que dicha cooperación continuara.

La discusión del documento puso de relieve lo diverso de los problemas que se presentan y que tanto afectan a los países más desarrollados como a los menos.

En vista de que el problema del empleo total se ha analizado a fondo durante los últimos años en los países más avanzados, y de haber sido adoptadas muchas políticas internacionales y nacionales, así como técnicas administrativas, para lograr el empleo total, el Consejo decidió limitar sus discusiones a los problemas del empleo en los países insuficientemente desarrollados. En estos últimos, los grandes problemas de la pobreza y del atraso económico crean una situación por completo diferente a la que existe en los países cuyo adelanto económico es notable. Gran parte de la población trabajadora está dedicada a la agricultura, más o menos el 70 por ciento. Los agricultores que cosechan productos para la exportación están expuestos a soportar grandes disminuciones de sus ingresos si los negocios se debilitan en otras partes del mundo, reduciendo la demanda efectiva para sus mercancías y ocasionando así una baja en el volumen y en los precios del comercio internacional. En los mercados nacionales la demanda de los productos agrícolas es afectada por la escasez relativa de movimiento en los empleos industriales y otras ocupaciones urbanas, por las pocas posibilidades de hallar trabajo fuera del campo, el bajo nivel de producción por habitante y las consiguientes bajas rentas y escaso poder de compra que eso supone para la población no agrícola. A causa de la remota posibilidad de hallar ocupación lucrativa en otro ramo, mucha gente sigue dedicada a las labores de la tierra, aunque su presencia en el campo no sea provechosa: Tanto el documento aludido de la FAO como el informe del Comité de Expertos de las Naciones Unidas sobre este asunto 3 llegan a la conclusión de que la solución básica del problema del desempleo, en muchos de los países insuficientemente desarrollados, está en el rápido desarrollo económico, al cual acompaña siempre un aumento de producción y de la renta para los habitantes del campo y de las zonas urbanas, que con el tiempo hará menos gravosas las exigencias de la aglomeración humana sobre la tierra.

El Consejo, en términos generales, aceptó está conclusión, aunque hubo diferentes opiniones acerca de los posibles efectos sobre la economía agrícola. Algunos miembros no estaban seguros de que el aumento de la producción agrícola abriera un campo más amplio de prosperidad en la industria o que la mayor actividad industrial estimulará los mercados y la ocupación en la agricultura. Otros opinaron que los primeros pasos que se dieran para emplear más trabajadores en la industria contribuirían al progreso agrícola. Sin embargo, todos estuvieron acordes en que la única solución del problema consistía en fomentar un rápido mejoramiento económico en dichos países, con el fin de lograr un equilibrio más estable entre la agricultura y la industria, esforzándose por ampliar los medios de transporte y vías generales de comunicación. Para que estos adelantos sean de carácter permanente, es menester no descuidar los elementos de seguridad económica para las inversiones de capital tanto nacional como extranjero.

Algunos miembros insistieron en la necesidad de preparar cuidadosamente los planes con el objeto de precaverse del uso desatinado de los recursos al intensificar la actividad en ciertos ramos, sin el correspondiente afianzamiento de las industrias conexas. Como ejemplo, se indicó que era probable que la producción de cosechas no destinadas al consumo local impusiera la necesidad de ampliar los mercados y los medios de transporte, los recursos de almacenamiento y la elaboración de productos derivados.

La introducción de métodos de cultivo más intensos serviría, por una parte, para recoger cosechas más grandes; y por otra, dado que habría que diversificar las labores culturales se daría empleo a mayor número de trabajadores, y al mismo tiempo se abrirían nuevos campos a la mano de obra en muchas otras actividades conexas, como el aumento de la productividad de la tierra mediante obras de avenamiento y de riego, la adopción de métodos más eficaces de cultivo, el mejoramiento de los caminos, la construcción de escuelas y de almacenes, el establecimiento de otros servicios necesarios, etc.

En muchos de los países insuficientemente desarrollados, donde la industria está poco adelantada y la tierra prácticamente ha sido ocupada por completo, el crecimiento absoluto de la población es desmedido y los recursos agrológicos son explotados en exceso de su capacidad. En esos países tendrá que aumentar el compás del desarrollo económico hasta alcanzar una velocidad muchas veces superior a la actual, de modo que las industrias no agrícolas crezcan con suficiente rapidez para crear puestos nuevos y absorber al menos el número de personas que cada año ingresa a las filas de trabajadores con el aumento normal de la problación. En tales circunstancias, muchos habitantes del campo quedan reducidos al ocio, la mano de obra es cada vez más abundante y barata, y el capital escaso y solicitado. El Consejo estuvo en general de acuerdo en que, donde tal situación existe, el desarrollo económico de la agricultura debe propender a la intensificación de los cultivos en la forma que se indicó anteriormente, con el propósito de aumentar el número de trabajadores dedicados a las labores productivas en las tierras, en vez de utilizar el escaso capital en la mecanización de la agricultura, reduciendo con ello el número de trabajadores empleados en una zona determinada.

Sin embargo, aun en estas condiciones puede resultar útil la introducción de artefactos baratos para ahorrar trabajo, como sembradoras sencillas, escarificadoras y segadoras con la mira de evitar a los trabajadores, sobre todo a las mujeres y a los niños, horas interminables de rudas faenas en los campos. El parecer de algunos miembros fué que aun en esas circunstancias resultan admisibles ciertos proyectos de mecanización mediante los cuales se abrirían al cultivo nuevas tierras o estimularían al menos los progresos que se procura realizar. Otros hicieron hincapié en que en la mayoría de los países insuficientemente desarrollados el valor de la producción agrícola por habitante es menor, en términos generales, que el de la industrial, y que de seguir sujetos a la agricultura como principal ocupación, no dejarán de estar empobrecidos.

Tan diverso modo de pensar hace necesario estudiar el asunto con más detenimiento para determinar a qué proyectos se les ha de dar la preferencia en un programa de desarrollo económico, por la importancia que la prioridad tiene en la evaluación de un proyecto de Asistencia Técnica.

Muchos países insuficientemente desarrollados, en particular de la América Latina, poseen grandes extensiones de tierras fértiles que apenas han sido aprovechadas. En esas naciones el problema del desarrollo económico es menos difícil y puede resolverse aplicando en mayor grado el principio del aprovechamiento completo de la tierra con sistemas de labranza más variados e intensivos como los que son característicos del progreso agrícola en Norteamérica. Sin embargo, según se advertirá más adelante, hay casos en que el desarrollo es retardado por la existencia de grandes propiedades y el apego a la tradición en la estructura de la explotación agrícola.

Por otra parte, es un problema difícil el del empleo temporal, sobre todo en aquellas zonas dedicadas de modo casi exclusivo a la producción de una sola cosecha comercial. Los trabajadores ambulantes a menudo tienen que vivir en condiciones pésimas y a un nivel de vida muy bajo. El importante problema de la emigración obligada de los trabajadores durante determinadas estaciones, y otros movimientos de la población laborante en muchos de los países insuficientemente desarrollados debería ser objeto de un estudio conjunto de la FAO y la OIT, con el propósito de encontrar una solución adecuada.

El progreso económico y agrícola permite a los agricultores mejorar su posición, puesto que con el continuo aumento de producción pueden desde luego hacer mayor consumo de lo que cosechan, y además les es favorable la circunstancia de que los ingresos y las posibilidades de empleo de la población no agrícola siguen una escala ascendente. Esto eleva la demanda nacional de productos agrícolas y aumenta la provisión de productos industriales que los agricultores pueden adquirir.

Los costos de mercadeo y transporte, el tipo de interés y las ganancias de los intermediarios son tan altos en muchos de los países insuficientemente desarrollados, que los precios rurales resultan muy bajos para los productores y a la vez muy elevados para los consumidores. A esta situación se le debe buscar remedio. El establecimiento de un sistema eficaz de mercadeo y de transportes, unido al aumento de la producción, debería redundar en beneficio de las zonas urbanas, que podrían obtener más alimentos a un costo efectivo menor; y también de los agricultores, poniéndolos en posibilidad de conseguir más productos industriales a un costo efectivo también menor, lo cual contribuiría de manera directa a ampliar la capacidad de compra y de consumo de ambos grupos.

Todo esto significa que es esencial, para casi todos los países insuficientemente desarrollados, preparar cuidadosamente los programas si quieren salvar los escollos mencionados. El desarrollo económico y agrícola debe basarse en objetivos medios de ejecución que se hayan considerado cuidadosamente, para asegurar el equilibrio adecuado en las distintas etapas de su realización. Hasta qué punto podría conseguirse este equilibrio al influjo de la iniciativa privada únicamente, y en qué medida necesitaría el impulso, la dirección y la acción del gobierno, dependerá de las condiciones de las diferentes estructuras sociales y del grado de desarrollo que hayan alcanzado. El progreso de las diversas industrias será desigual en cada una de las etapas del adelanto económico.

El Consejo advirtió que estas cuestiones de equilibrio y del paso al que pueden y deben marchar los diferentes sectores de la economía constituyen un problema serio para los países interesados, y resolvió poner este asunto en conocimiento del Consejo Económico y Social, proponiéndole que sugisiera hasta qué punto podría emprenderse una acción conjunta de las Naciones Unidas y sus organismos, incluyendo a varias agencias especializadas, para ayudar a los estados a conseguir ese equilibrio en el desarrollo económico, tal como la situación lo reclama. A este respecto el Consejo tomó también nota de los esfuerzos que por su parte ha realizado la FAO por hacer comprender y procurar la solución de esos problemas, tanto en el orden nacional como en el internacional, con el análisis continuo de las metas y objetivos de las naciones miembros en el ramo de la agricultura y mediante las discusiones que los mismos miembros entablan en las conferencias regionales.

También se trató en el Consejo el interés que los agricultores de los países insuficientemente desarrollados muestran por asegurar mercados de exportación para sus productos agrícolas y a los posibles efectos de la inestabilidad de los mercados sobre la rapidez del progreso agrícola en los distintos países. Se hizo constar que no obstante el retraimiento de que con anterioridad habían dado muestras los gobiernos acerca de la aceptación de propuestas tan trascendentales como la creación de la Junta Mundial de Alimentación y de la Cámara Internacional de Compensaciones para Productos, cuya finalidad era asegurar los mercados, sigue vivo el interés al respecto. Una de las propuestas que a últimas fechas ha pasado a primera línea es la integración de la agricultura europea.

El Consejo aprueba los pasos dados por el Director General en el sentido de ofrecer los buenos oficios y la cooperación de la Organización en lo que se refiere a estas discusiones, y dispone que en lo sucesivo informe a las naciones miembros acerca de cualquier hecho concreto al respecto.

Finalmente, se puso en conocimiento del Consejo el informe 4 de un grupo de expertos de las Naciones Unidas sobre los problemas del desempleo y sobre el progreso económico de los países insuficientemente desarrollados, el cual contiene algunas recomendaciones concretas. El personal de la FAO ya había hecho un resumen de los puntos sobresalientes que atañen a la Organización, pero dada la tardanza en recibir el documento, el Consejo no pudo exponer ningún juicio sobre los pormenores asentados por el grupo de expertos. Sin embargo, se acogió con beneplácito la gestión de las Naciones Unidas al disponer que se hiciera una investigación pericial de esos problemas, y las recomendaciones fueron encarecidas a los gobiernos miembros. De modo muy particular se encomendó a los gobiernos que aquilataran el papel de la FAO en los asuntos tratados, y que en la futura discusión del informe en el seno del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas se tuviera muy presente la importancia del mismo en lo que afecta al desarrollo de la agricultura.

El Consejo recomienda que en el próximo período de sesiones de la Conferencia se discutan los aspectos agrícolas del empleo total, sobre todo en relación directa con las conclusiones a que en el entretanto hubiere llegado en la materia el Consejo Económico y Social.

3 Measures for the Economic Development of Under-Developed Countries (Medidas para el Adelanto de los Países Insuficientemente Desarrollados), Naciones Unidas, Mayo de 1951.
4 Id.

Educación Fundamental

En cualquier intento que se haga para lograr el mejor empleo de los recursos en los países insuficientemente desarrollados se presenta un problema básico, que consiste en hallar la manera de inculcar nuevas ideas a muchos de los habitantes del pueblo común, de hacerlos comprender la importancia y el método de substituir las prácticas tradicionales y consuetudinarias por nuevos modos de hacer las cosas, y de lograr esto en circunstancias en que, con demasiada frecuencia, la quebrantada salud, la pobreza y el analfabetismo pueden obscurecer la buena comprensión y buena voluntad de las gentes. A este respecto, el Consejo escuchó el informe del observador de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura sobre el proyecto exploratorio de educación fundamental que esa Organización ha emprendido, con la colaboración de la Organización Mundial de la Salud y la FAO, en un centro que acaba de establecerse en México, al cual están adscritos algunos empleados de la FAO.

El Consejo aprueba las gestiones ya iniciadas por el Director General para que la FAO tome ingerencia directa en esa empresa, y lo autoriza para que tal cooperación práctica se haga extensiva, cuando los recursos lo permitan, a los nuevos centros que de esta clase se establezcan.

Tenecia de la Tierra

En noviembre de 1950 la Asamblea General de las Naciones Unidas pidió un informe acerca del grado en que las formas inconvenientes de estructura agraria, y en particular, los sistemas de tenencia de la tierra, estorban el desarrollo económico : La FAO fué invitada a cooperar en esta encuesta y en el Período Extraordinario de Sesiones de la Conferencia fué aprobada su participación.

El Consejo escuchó y aprobó el informe del Director General sobre la cooperación de la Organización con las Naciones Unidas para preparar el informe que el Secretario General rindió sobre la forma en que se dió cumplimiento a la resolución citada de la Asamblea General. Hace poco que dicho informe fué terminado. Se publicó una edición preliminar, titulada « Reforma Agraria - Defectos de la Estructura Agraria que son Rémoras del Progreso Económico, » que ya fué distribuída y se hará entrega de la edición final al Consejo Económico y Social en su Décimotercer Período de Sesiones. Por falta de tiempo disponible, el Consejo no pudo examinar el informe en detalle ni recibir instrucciones sobre los problemas en él señalados.

El informe de las Naciones Unidas presenta un estudio preliminar de los problemas importantes e indica algunas formas en que los defectos obstaculizan el desarrollo económico en la producción de alimentos. No hace recomendaciones concretas, pero sugiere métodos con los cuales las organizaciones internacionales pueden ayudar a los países miembros por medio de estudios adicionales y proporcionando asistencia y consejo técnicos. Es posible que en el próximo período de sesiones del Consejo Económico y Social se proponga la realización de nuevos estudios para hacer recomendaciones más precisas. Los puntos más importantes de que trata el informe son:

  1. El sistema agrícola de un país determina la forma en que los agricultores ocupan las tierras labrantías, adquieren derechos y disponen de ellas ; la manera en que se distribuyen los derechos y las obligaciones cuando la propiedad y la labranza se dividen entre varias personas; y las modalidades del crédito agrícola, de la tributación y de la prestación de servicios y auxilios a la agricultura. Abarca todo el cuadro legal y consuetudinario dentro del cual se efectúa la producción agrícola.

  2. Los obstáculos más importantes que impiden la realización de una estructura agraria próspera son:

    1. el tamaño antieconómico de las propiedades (parvifundios) en muchos lugares del mundo;

    2. la concentración de la propiedad territorial en grandes posesiones que producen rentas insuficientes a los ocupantes o labriegos que trabajan la tierra ;

    3. la incertidumbre en la ocupación de la propiedad rural, debida a la falta de disposiciones adecuadas para otorgar títulos de propiedad, escasa seguridad para los arrendatarios o malas servidumbres de aguas;

    4. insuficiencia del crédito agrícola y réditos exorbitantes; y

    5. sistemas de tributación defectuosos, que oprimen indebidamente a los agricultores o grupos de más bajas rentas, contrarios al adelanto de la producción y del comercio, o demasiado rígidos ante la mutabilidad de la situación económica.

  3. La eficacia de las reformas depende, muy a menudo, de una acción congruente entre muchos campos de actividad interdependientes, pero es posible introducir algunas reformas sin un cambio fundamental de la estructura económica y social de la agricultura. Entre éstas figuran la concentración parcelaria en una sola unidad de explotación para que su administración pueda ser más eficaz ; el registro público de la propiedad con sus recursos agrológicos e hidrológicos ; la reforma de los sistemas de tributación haciéndolos más justos y menos onerosos ; la concesión de créditos a largo plazo con intereses módicos ; la difusión de la enseñanza en los centros rurales y la ampliación de los servicios consultivos. Estas reformas, si se realizan con acierto, pueden llegar a establecerse firmemente.

  4. Donde los problemas económicos y sociales son más apremiantes, hacen falta, por lo general, reformas más fundamentales y difíciles. En la mayoría de los casos estas reformas exigen la transferencia de la propiedad, pasando de manos de los grandes hacendados, a poder de los cultivadores. Durante las últimas décadas, muchos países han emprendido grandes reformas de este tipo. Seria prematuro hacer un juicio sobre el efecto que han tenido, puesto que las más de ellas son recientes, y los informes al respecto han sido incompletos.

  5. Como la labranza en cooperativa puede ser un método importante, una vez realizada la reforma agraria, se recomienda la adopción de las cooperativas de agricultores para la producción y el mercadeo, prestándoles apoyo decidido. Las cooperativas les permiten a los socios hacer economías con el aprovisionamiento y mercadeo en grandes cantidades, facilitan la especialización y la uniformación de los productos, aumentando con ello la expedición en el manejo, y ayudan además a los agricultores a neutralizar sus puntos débiles en operaciones de compraventa.

  6. En las zonas donde las condiciones naturales no son propicias, resulta difícil establecer nuevas formas de estructura agraria, con pequeñas granjas independientes, si no se cuenta con ayuda especial del estado. En esos casos los proyectos de reforma agraria deben formar parte de los planes generales de mejoramiento, tales como los programmas integrales de fomento regional, de inversiones de gran envergadura, de acción coordinada para el aprovechamiento de tierras y aguas, de lucha contra la erosión del suelo, de extensas obras de riego y de ampliación de los medios de transporte.

  7. Las reformas agrarias originan cambios en la distribución de las rentas y favorecen el aumento de la producción agrícola, lo cual a su vez permite que el desenvolvimiento industrial se abra campo, creando su propio poder adquisitivo y sus propios mercados. De este modo, la reforma de una estructura agraria defectuosa es, ante todo, la piedra angular del complicado edificio del progreso social y económico.

Aunque el Consejo no tuvo tiempo suficiente para estudiar este amplio informe preliminar, la discusión que suscitó puso de manifiesto el gran interés que había despertado. Todos estuvieron de acuerdo en que los complejos problemas de que trataba eran de los más importantes que la FAO debe afrontar. Puesto que la estabilidad social es tan indispensable al aumento de la producción como una tecnología agrícola mejorada, se pensó que debería ponerse igual empeño en lograr ambas cosas.

Los miembros del Consejo expresaron opiniones muy diversas acerca de la importancia del tamaño de las propiedades con respecto al empleo eficaz de los recursos. Algunos pensaban que era más esencial preocuparse por una instrucción técnica adecuada y una educación profesional encaminada a intensificar los cultivos, que por el tamaño de las granjas. Sin embargo, todos estuvieron acordes en que en muchas zonas las granjas son, por lo general, más pequeñas o más grandes de lo que conviene a la mejor explotación económica, y que, de hecho, son numerosas las granjas tan pequeñas (parvifundios) que los agricultores no pueden lograr que su trabajo les rinda un justo beneficio ni sostener decorosamente a sus familias. Es necesario hacer un estudio técnico minucioso de estos asuntos ya que las condiciones varían mucho en cada lugar, sin olvidar tampoco el problema general del equilibrio entre los intereses del productor y del consumidor.

Un asunto en que hicieron hincapié todos los miembros del Consejo fué la importancia capital de la seguridad en la tenencia de la tierra, tanto para los arrendatarios de granjas como para los propietarios que ocupan las suyas, y la necesidad, por tanto, de una legislación adecuada que garantice el registro de la propiedad, los contratos de ocupación, los gravamenes y otros derechos de tierras y aguas. Algunos miembros recalcaron que las fases de transición de cualesquiera reformas fundamentales del régimen agrario exigen, como el desarrollo de nuevas técnicas agrícolas, la adaptación mental y una actitud serena de los que se van a beneficiar con ellas.

El Consejo dió gran importancia al impulso de las instituciones cooperativas entre los agricultores, como uno de los medios mejores de asegurar condiciones sociales y económicas más favorables para la producción y el mercadeo. Por lo que se refiere al crédito (ya se base en instituciones cooperativas o no) el Consejo manifestó su preocupación por los perjuicios que la falta de suficientes instituciones de crédito y el alto tipo de interés producen al limitar las posibilidades de estimulo y reducir la eficiencia en la producción y el mercadeo. Se hizo ver a los gobiernos miembros la importancia de mejorar esa situación.

El problema que supone la reforma de la estructura no es nuevo. Muchos países se han ocupado de las distintas fases de la reforma agraria, durante varias décadas, y sus esfuerzos continúan todavía. La historia de sus éxitos y fracasos proporciona un rico material de experiencia práctica que la FAO puede estudiar, en colaboración con los países interesados, para determinar qué medidas resultaron más eficaces y en qué condiciones.

En general se convino en que la FAO debería alentar a los gobiernos miembros a solicitar Asistencia Técnica como una ayuda para llevar a cabo los programas de reforma agraria, y en que los peritos que proporcione la Asistencia Técnica tengan amplia experiencia en los problemas que confrontan los países insuficientemente desarrollados.

Asimismo se sugirió que, cuando la FAO llegase más adelante a definir su programa de trabajo en este campo, debería

  1. tomar nuevas medidas para hacer que todas las naciones miembros estuviesen cada vez más conscientes del problema,

  2. estimular el empleo de expertos,

  3. ayudar a los países a obtener el dinero necesario para llevar a cabo los programas de reforma agraria.

El Consejo tomó también nota de otros documentos que trataban del mismo asunto, en especial, las secciones pertinentes del informe del grupo de expertos de las Naciones Unidas sobre el progreso económico de los países insuficientemente desarrollados y de la siguiente declaración que hizo la Comisión de Asuntos Económicos, de Empleo y de Fomento de las Naciones Unidas en su reunión de mayo de 1951 :

« La Comisión advierte que el Consejo tendrá que considerar, en su Décimotercer Período de Sesiones, la elaboración de un programa que se ajuste a los lineamientos de la Resolución 401 (V) de la Asamblea General, relativa a la reforma agraria. A este respecto la Comisión estima que el Consejo debería considerar especialmente la necesidad de dictar medidas apropiadas para la mayor seguridad en la tenencia de la tierra ; para ampliar los medios de crédito agrícola, para mejorar las condiciones en que los cultivadores ocupan la tierra, para quitar al agricultor el peso de tributos injustos y cargas similares ; para estimular las empresas cooperativas ; y para ensanchar los programas de educación fundamental en las zonas rurales, la investigación adecuada y los medios de demostración práctica.»

En vista de que ninguno de los documentos respectivos (incluso el informe conjunto UN/FAO y el del grupo de expertos de las Naciones Unidas) había sido distribuído entre los miembros del Consejo antes de inaugurarse las sesiones, de que las conclusiones de la Comisión de Asuntos Económicos, de Empleo y de Fomento llegaron a su conocimiento durante las sesiones, y de que el asunto debía considerarse detenidamente en la futura reunión del Consejo Económico y Social, el Consejo no trató de formular ninguna proposición en esta reunión ni de tomar ninguna decisión de política. Se interesó más bien, en extractar los puntos de vista arriba mencionados para considerarlos y discutirlos más ampliamente.

El Consejo recomienda que el asunto sea considerado por la Conferencia en el Sexto Período de Sesiones, con el propósito de que, para ese tiempo, se determinen las medidas que deba tomar la FAO, bien sea mediante la realización de estudios más amplios o mediante la actuación de las naciones miembros, para extender su actividad en este importante campo, de acuerdo con las conclusiones a que llegue el Consejo Económico y Social. Mientras tanto, se pide a la Secretaría que ponga en conocimiento del Consejo Económico y Social los puntos de vista expresados por el Consejo.

Migración y Colonización de la Tierra

La Conferencia, en el Período Extraordinario de Sesiones celebrado en 1950, manifestó mucho interés en el asunto de la migración y de la colonización de la tierra, y pidió al Director General que redactara un informe sobre las posibilidades que tenía la Organización de actuar eficazmente en esos terrenos. Evidentemente, en el análisis económico de la Organización sobre la situación mundial de la alimentación y en las diversas clases de actividades relacionadas con el progreso agrícola que la FAO se propone estimular, habrá que tomar en cuenta los efectos que tenga sobre la producción agrícola óptima el que haya una población excesiva o insuficiente con relación a la tierra. Frecuentemente, aunque el asunto presenta también aspectos que se relacionan muy poco con la migración, la colonización de la tierra va unida a los problemas que supone el logro del equilibrio entre la problación y la tierra, y tiene similar importancia para la FAO.

El Consejo tomó nota de la actividad que en el terreno de la migración estaban fomentando la OIT, el organismo especializado que tiene más responsabilidad en la materia, y las propias Naciones Unidas. Asimismo, se observó que pronto se verificará la Segunda Reunión de la Conferencia de Migración y, a este respecto, se hizo mención del Acuerdo entre la OIT y la FAO (CL12/10) sobre la división de responsabilidades entre las dos organizaciones en lo que se refiere a los asuntos de migración y de colonización de la tierra.

El Consejo celebra que se haya llegado a un claro entendimiento entre los dos organismos sobre estos asuntos y desea que la FAO continúe prestando toda la asistencia técnica posible a los gobiernos en los aspectos agrícolas de la migración y de la colonización de la tierra, ya sea que las solicitudes para dicha asistencia sean presentadas separadamente por los países o resulten de los acuerdos intergubernamentales. Al mismo tiempo reconoce el Consejo que existen importantes aspectos financieros que están íntimamente ligados con estos problemas.

Asistencia Técnica Ampliada

Sea que se trate de cooperar con otros organismos sobre los problemas de migración o de educación fundamental, o de aconsejar a un país o a un grupo de países sobre asuntos de determinado interés, tales como, quizás, las reformas a la tenencia de la tierra o algún otro aspecto de la estructura agraria, la actividad a desarrollar es la de Asistencia Técnica — que constituye evidentemente una de las principales actividades prácticas que cotidianamente realiza la Organización.

Por lo que a la Organización se refiere, la Asistencia Técnica es el medio principal que puede utilizarse para ayudar a las naciones miembros a adelantar su desarrollo económico, y como se ha mencionado antes en este informe, para que éstas aprovechen, en forma más completa e inteligente los recursos de la tierra, del trabajo y del capital. Por consiguiente, el Consejo escuchó con gran interés el informe del Director General sobre el programa che había formulado la FAO para la Asistencia Técnica Ampliada (CL 12/7), el mismo que ha extendido considerablemente el alcance de las actividades de la Organización, contribuído a la realización más amplia de los ideales de la Conferencia de Hot Springs, y proporcionado un impulso oportuno a dichas actividades, dirigiendo nuevamente la atención de la FAO hacia los asuntos de orden técnico que preocupan diariamente a los agricultores, especialmente a los de los países insuficientemente desarrollados del mundo.

El Consejo tomó nota de la amplia actividad desarrollada por la Organización en lo que respecta al Programa Ampliado de Asistencia Técnica, actividad que, hasta el 10 de junio de este año, había dado como resultado la subscripción de acuerdos básicos con 33 países. De conformidad con estos acuerdos y con sus suplementos, la FAO tenía que proporcionar 255 expertos de los cuales había ya contratado 141 y, de estos últimos, 114 estaban en el campo o habían terminado las labores que les fueron asignadas. Además, se había estipulado la creación de 136 becas. El Consejo felicitó al Director General lo mismo que al Director del Programa Ampliado de Asistencia Técnica de la Organización, por el adelanto que dichas cifras indican y por el tesón con que se ha proseguido el programa.

Se informó al Consejo acerca de los aspectos financieros de estas actividades del Programa y de otras que están aún pendientes. Se advirtió que para el primer período del Programa Ampliado de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas, la FAO podía esperar una asignación de 4.875.000 dólares, con tal de que todos los participantes en el Fondo de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas entregaran las sumas que habían acordado otorgar. Esta cantidad podía aún llegar, en teoría, a unos 5.800.000 dólares, según la determinación que finalmente se haga con respecto a la participación de la FAO en ciertas cantidades del Fondo total, las cuales por el momento están en suspenso. A base de los fondos asignados, la Organización, hasta el 1o de junio, se había comprometido firmemente en gastos que sumaban 4.067.122 dólares, acercándose así al límite más probable de ingresos procedentes del Fondo, en el primer período. El total de las solicitudes, tramitadas y pendientes, que han presentado los países insuficientemente desarrollados ascendía a 5.758.433 dólares.

En vista de las consideraciones anteriores, el Consejo llegó a la conclusión de que aún el cumplimiento satisfactorio del programa inmediato de proyectos aprobados, cuyo costo sobrepasa apenas los 4.000.000 dólares, depende en grado considerable de que el Fondo de las Naciones Unidas alcance su cifra máxima lo antes posible.

El Consejo, por tanto, llama la atención de las naciones miembros de la FAO sobre la necesidad de adoptar las medidas pertinentes para asegurar el pago de las contribuciones que se han acordado para el Fondo y que todavía están pendientes.

El Consejo tomó nota asimismo de que la forma como han respondido las naciones miembros a las oportunidades ofrecidas por el Programa Ampliado de Asistencia Técnica ha demostrado plenamente la gran importancia que para la alimentación y la agricultura tiene este proyecto, y de las esperanzas que han depositado en él muchos de los países insuficientemente desarrollados que hay en el mundo. Manifestó la esperanza de que se tendría en cuenta la significación de estos hechos en cualquier consideración futura con respecto a la cantidad y clase de ayuda que pueda suministrarse, una vez que haya terminado el primer período del proyecto.

La Asistencia Técnica puede llegar a ser totalmente eficaz sólo cuando los gobiernos que la reciben adopten todas las providencias necesarias y posibles para facilitar el trabajo de los expertos, y pongan en práctica sus consejos. Igualmente, cuando se envíen estudiantes o funcionarios a capacitarse fuera del país, en disfrute de becas o pensiones, deberán dictarse las disposiciones oportunas para emplearlas a su regreso, de una manera eficaz, en actividades que les permitan utilizar plenamente la enseñanza que han recibido.

Advirtiendo que la cuestión de la Asistencia Técnica Ampliada había recibido, en general, la cuidadosa atención del Quinto Período de Sesiones de la Conferencia, el Consejo opina que la Conferencia, en su próximo período de sesiones, podría tener la intención de considerar las conclusiones a que para entonces se hubiere llegado, a base de la experiencia obtenida en los dos años intermedios.

Por lo que respecta a la presentación del programa y de los respectivos informes financieros a la Conferencia, el Consejo recalca la importancia de que éstos se preparen en forma tal que puedan ser considerados conjuntamente con el programa ordinario de labores, según lo recomendó el Período Extraordinario de Sesiones de la Conferencia.

El Consejo piensa que, si la Asistencia Técnica Ampliada ha de contribuir plenamente al desarrollo económico, hay varios asuntos que requieren un estudio más amplio por parte de la Organización. Por ejemplo, los aspectos educativos y publicitarios del programa necesitan ser desarrollados lo más rápidamente posible, tanto para hacer llegar a manos de los productores los informes técnicos y ayudarles a que adquieran la necesaria destreza, como para informar al público acerca de la marcha del programa. También deberían analizarse los proyectos que realiza la FAO en este campo, tanto por sí misma como en cooperación con la Junta de Asistencia Técnica, a fin de asegurar que los proyectos que se han puesto en práctica en cada uno de los países sean aquellos que en realidad pueden aportar la máxima contribución al desarrollo económico. Finalmente, sería de desear que los propios países, beneficiarios, directamente y con la mayor franqueza, informen a la Organización acerca del progreso que se haya obtenido en el fomento de los recursos, como resultado de la asistencia que están recibiendo.

Electrificación Rural

El Consejo pidió al Director General que consultara con el Secretario Ejecutivo de la CEE respecto a la promoción de estudios regionales adecuados sobre electrificación rural en Europa, los cuales pudieran servir, previa consulta con las respectivas Comisiones Económicas Regionales, como punto de partida para realizar estudios subsecuentes en otras regiones, y utilizar a este efecto los medios de que éstas dispongan.

Se consideró que dichos estudios constituyen uno de los medios de aumentar la producción agrícola y la productividad del trabajo en ese terreno, y de mejorar las condiciones generales de vida en las zonas rurales.

Inversiones Internacionales

Aunque, de hecho, la discusión que sostuvo el Consejo acerca de inversiones internacionales precedió a la consideración de las actividades de la Asistencia Técnica Ampliada, las declaraciones de sus miembros permitieron comprender claramente que, si bien algunas de dichas actividades podían directamente incrementar la producción, utilizando los medios existentes, en la mayoría de los casos se necesitarían nuevas y cuantiosas inversiones, nacionales o internacionales, antes de que los países insuficientemente desarrollados pudieran obtener todas las ventajas de la Asistencia Técnica. La capacidad y el conocimiento técnico son muy importantes, pero éste puede ser mucho más eficaz cuando tiene a su disposición las herramientas y el equipo que ayudan a realizar las faenas.

El Consejo tomó nota del informe del Director General sobre inversiones internacionales (CL 12/8) y manifestó su satisfacción por la estrecha y continua cooperación que ha existido entre el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y la Organización, tanto en virtud de la colaboración directa entre el personal de las respectivas oficinas centrales, como por el préstamo de especialistas en agricultura para que integren las misiones del Banco. Algunos miembros expresaron su preocupación acerca de la eficacia del enlace con el Banco una vez que las oficinas centrales de la FAO se trasladaran a Roma, pero el Director General les aseguró que no había motivo para tal preocupación. Se sugirió que, aun en el caso de que no mediaran préstamos agrícolas, los expertos designados por la FAO deberían acompañar a las misiones del Banco para estudiar las repercusiones que pueden tener en la agricultura los proyectos de fomento general y otros proyectos concomitantes.

El Consejo manifestó su satisfacción al conocer la creciente proporción de los préstamos concedidos a los países insuficientemente desarrollados, tanto por el Banco Internacional como por el Banco de Exportaciones e Importaciones, pero creyó que a pesar de este aumento las cantidades totales están todavía por debajo de las que se necesitan para realizar mejoras efectivas en las regiones insuficientemente desarrolladas del mundo. Motivo de cierta preocupación fué el hecho de que de los 600.000.000 dólares a que ascienden los préstamos concedidos por el Banco Internacional para el desarrollo económico, sólo una cantidad inferior a 80.000.000 dólares había sido destinada directamente a la adquisición de materiales y equipos para la producción agrícola y forestal. Se reconoció que el fomento de otras actividades tales como transporte, comunicaciones, mercadeo, e incluso la industria, podrían beneficiar a la agricultura directa o indirectamente. Sin embargo, se sugirió que la FAO prestase cada vez más atención al grado en que la agricultura está recibiendo apoyo financiero, procedente de los distintos recursos (incluso las grandes cantidades asignadas por los países metropolitanos para el financiamiento de proyectos en sus territorios de ultramar) y continuase los estudios encaminados a determinar cuáles son las necesidades de financiamiento internacional para el fomento agrícola, en comparación con el fomento económico general.

Además de las dificultades para conseguir dichos fondos, los países insuficientemente desarrollados encuentran otras nuevas al tratar de emplearlos en la adquisición de materias primas, de equipo o de la maquinaria que necesitan para sus planes de fomento debido a la escasez cada vez mayor que se ha venido notando como resultado de la expansión de los programas de armamento. Estas dificultades probablemente aumentarán a medida que se acelere el ritmo del rearme. El Consejo consideró que el empleo de materiales para atender al desarrollo económico de los países menos adelantados, es uno de los pocos medios que ofrecen la esperanza de vigorizar una política de paz y de libertad en las regiones insuficientemente desarrolladas del mundo, y pidió encarecidamente a las naciones miembros que, en cualquier proyecto de asignación o regulación de materiales, presten la mayor atención a la provisión de los que necesitan los distintos países para lograr un desarrollo pacífico.

Durante la discusión del informe del Director General sobre las Actividades de la FAO Relativas a las Inversiones Internacionales (CL 12/8), el Consejo tomó nota de que se había organizado un Centro de Capacitación Asiático en Lahore, durante la segunda mitad de 1950, el cual proporcionó una instrucción amplia a los funcionarios gubernamentales y demás personas asistentes, en la valoración y preparación de proyectos de fomento; y del propósito de inaugurar centros similares para las zonas del Mediterráneo y de la América Latina, además de un centro nacional que se organizará en el oriente de Pakistán posteriormente. Manifestó su apoyo a estas actividades y expresó su complacencia por la cooperación amplia que ha desarrollado el Director General con las Naciones Unidas, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y los países anfitriones interesados, en lo que respecta a la organización de los mencionados centros internacionales.

El Consejo advirtió las tendencias que se vislumbran en el informe del Director General, referente a la cantidad total de inversiones internacionales que afluyen a los países insuficientemente desarrollados y la pequeña proporción que se destina a la agricultura. El Consejo comprendió que existía la necesidad de obtener una evidencia mucho más concreta acerca de dichas tendencias, y que era preciso analizarlas, si se quería que la Organización estuviese en condiciones de demostrar, de una manera más clara, las inversiones que son necesarias para la agricultura.

A este respecto, causó cierta desilusión la respuesta de las naciones miembros al cuestionario sobre inversiones, que se distribuyó por recomendación del Quinto Período de Sesiones de la Conferencia, y aunque algunos miembros opinaron que se debería continuar la encuesta, la mayoría pensó que, en las actuales circunstancias, no era importante proseguirla.

El Consejo consideró además, y aprobó una propuesta del Director General para la formación de equipos de expertos en cuestiones técnicas y económicas que pudieran ponerse a la disposición de las naciones miembros, cuando lo solicitaran, a fin de que les ayuden directamente a organizar proyectos de fomento agrícola y de industrias afines; y tomó nota de que se invitaría al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento a que proponga expertos para que presten su colaboración en el trabajo asignado a dichos equipos.

La labor de estos grupos de expertos sería, en primer lugar, ayudar a formular y evaluar los proyectos de fomento agrícola y, en segundo, colaborar en su ejecución, previa solicitud, una vez que se hayan obtenido los fondos correspondientes.

El Consejo se enteró de que la Comisión de Asuntos Económicos, de Empleo y de Fomento había hecho ciertas recomendaciones respecto a las proposiciones del Comité de Expertos de las Naciones Unidas sobre el asunto de las inversiones. Las conclusiones de la Comisión se resumen más abajo.

Dicha Comisión manifestó que, sin hacer suyo el cálculo de los expertos acerca de las cantidades en que se había fijado el apoyo financiero exterior que se necesitaba para el fomento económico de los países insuficientemente desarrollados, la mayoría estuvo de acuerdo en que la afluencia de capitales tendría que sobrepasar en mucho las cifras actuales si se quería acelerar notablemente el desarrollo económico, y declaró:

« La Comisión estima que debería estudiarse el aumento de la afluencia de capitales a través de las organizaciones internacionales de las Naciones Unidas.»

La Comisión no consideró útil mencionar la cifra precisa de mil millones de dólares por año para la concesión de préstamos a los países menos adelantados, y que se la considere como meta de los préstamos anuales que haga el Banco Internacional en cinco años, pero tomó nota de la declaración formulada por el Banco en el sentido de que dichos préstamos habían sido constantemente aumentados en los últimos años y de « que se tiene la intención de continuar esta política, tomando siempre en cuenta la responsabilidad del Banco en lo que respecta al manejo prudente de sus recursos. » Varios miembros de la Comisión no estuvieron de acuerdo con esta recomendación.

Respecto a la recomendación para el establecimiento de una Autoridad Internacional de Fomento, la Comisión se mostró en general contraria a la propuesta y añadió las siguientes observaciones:

« La Comisión advierte que la recomendación 14 no hace hincapié, como el texto del informe de los expertos, en la importancia del financiamiento internacional de proyectos de rendimiento bajo y de rendimiento tardío dentro de los programas completos de fomento económico, proyectos cuya realización es esencial para el progreso económico y social de los países insuficientemente desarrollados. Si el Consejo lo considerase factible, la Comisión sugeriría que se sondease nuevamente la posibilidad de financiar dichos proyectos. La opinión que ha prevalecido en la Comisión es la de que no debe establecerse ningún nuevo organismo internacional antes de que una cuidadosa investigación haya demostrado que ninguna de las organizaciones existentes puede desempeñar las nuevas funciones que se necesitan realizar.»

Las opiniones de la Comisión se dividieron al plantearse la cuestión de si se deberían otorgar donaciones de ayuda para el desarrollo económico; la mayoría se opuso a dichas donaciones, porque no las consideraba como « procedimiento normal de cooperación económica internacional, » mientras que la minoría se mostró partidaria tanto de las donaciones de ayuda como de los préstamos especiales a bajo tipo de interés y con la suficiente flexibilidad, en los servicios de la deuda, para poder financiar « proyectos económicos de rendimiento bajo y de rendimiento tardío que son esenciales para el desarrollo social y económico del país y que no se pueden financiar enteramente con fondos procedentes de otras fuentes. » Asimismo, la Comisión indicó que ya existían las disposiciones pertinentes para los servicios técnicos propuestos, por medio del Programa Ampliado de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas y de las actividades del programa económico del Banco Internacional, y se opuso a la creación de un nuevo mecanismo internacional que tuviera tales objetivos o los de informar de la marcha de los programas de fomento.

Respecto a la recomendación de crear una corporación financiera internacional, la Comisión declaró:

« La Comisión recomienda que el Consejo Económico y Social solicite a los Gobiernos que consideren nuevamente dicha recomendación e invita, además, al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para que estudie e informe al Consejo, si una corporación financiera internacional podría hacer nuevas e importantes aportaciones al desarrollo económico, muy por encima de las que puedan proporcionar los organismos existentes.»

Como el Consejo, antes de su reunión, no tuvo a su disposición el informe completo del grupo de expertos de las Naciones Unidas, no se encontraba preparado, en este período de sesiones, para discutir la esencia de las medidas recomendadas. Sin embargo, algunos miembros se manifestaron interesados en la adopción de medidas tendientes a proporcionar fondos para inversiones a más bajos tipos de interés, cuando fueran necesarios para financiar proyectos de bajo rendimiento, pero de gran importancia social o de fomento.

El Consejo opina que las naciones miembros deberían prestar la mayor atención al debate del informe, y de las recomendaciones específicas, en la próxima reunión del Consejo Económico y Social. Para este fin, así como para la discusión efectiva de los problemas concernientes a la reforma de las estructuras rurales, pide encarecidamente a los gobiernos miembros que incluyan en las delegaciones que envíen a dicha reunión del Consejo Económico y Social, individuos competentes para tratar esos asuntos desde el punto de vista de la importancia que tienen para la agricultura, y que consideren cuál debe ser el lugar de la FAO en el trabajo futuro relacionado con el desarrollo posterior de estos tópicos.

En vista de la importancia que todo este asunto tiene para la agricultura, el Consejo propone que en el Sexto Período de Sesiones de la Conferencia se vuelvan a examinar los problemas relativos a las inversiones agrícolas, tomando como base las discusiones y conclusiones a que llegue el Consejo Económico y Social.

Problemas Relativos a los Productos Esenciales

Para el estudio de los problemas que presentan los productos esenciales, el Consejo ha tomado como base dos documentos. El primero fué el Informe del Comité de Problemas de Productos Esenciales (CL 12/15) en el cual dicho organismo interpreta su competencia y sus funciones de conformidad con la revisión y ampliación de sus atribuciones, expone sus puntos de vista y formula recomendaciones sobre las relaciones de la FAO con otros organismos intergubernamentales que se ocupan de los artículos de primera necesidad y examina brevemente la situación mundial de los distintos productos agrícolas. El segundo documento fué un informe que se había solicitado al Director General, respecto a las relaciones de la FAO con los referidos organismos intergubernamentales (CL 12/24).

El Consejo acogió favorablemente el Informe de dicho Comité, confirmó la ampliación de sus atribuciones y, en general, estuvo de acuerdo con la interpretación que éste había hecho acerca de su competencia para examinar los problemas que atañen a los productos esenciales, en sus más amplios aspectos, sin dejar por ello de estudiar la situación de ciertos productos determinados. El Consejo tomó nota de las grandes dificultades que trae consigo la investigación de soluciones constructivas y universalmente aceptables que puedan darse a los problemas relacionados con los productos agrícolas. Ha estimado, sin embargo, que estas mismas dificultades, así como el carácter precario e inestable de la situación internacional de dichos productos, deben considerarse como un estímulo para perfeccionar su estudio e intensificar el trabajo que se está desarrollando en este campo. En consecuencia, el Consejo hizo hincapié en la importancia de la prosecución de los trabajos que había emprendido el Comité y de la contribución que podía aportar el Secretariado.

Al examinar las relaciones de la FAO con los otros organismos intergubernamentales que se ocupan de los distintos productos, el Consejo discutió en detalle los puntos de vista del Comité de Problemas de Productos Esenciales y las recomendaciones que éste ha formulado para lograr una mejor coordinación y consideró, además, las diversas proposiciones análogas en su mayor parte, que figuran en el informe del Director General.

El Consejo opina que aunque el procedimiento que habrá de seguirse para formalizar la participación de los observadores de la FAO en los trabajos de los comités directivos tropezará con ciertas dificultades, es esencial para la Organización colaborar estrechamente y participar activamente en las labores de otros organismos intergubernamentales que se ocupan de los distintos productos, con el fin de establecer la necesaria coordinación entre las políticas particulares que se hayan adoptado acerca de los diversos productos agrícolas y los objetivos y políticas propios de la FAO.

El Consejo aprobó la recomendación del Comité, de acuerdo con la cual la FAO debe continuar participando en forma efectiva en los trabajos de la Comisión Interina Coordinadora de los Acuerdos Internacionales sobre Productos Esenciales. Sin embargo, ha considerado preferible que esta participación no se circunscriba a estipulaciones demasiado rigurosas como las que se sugieren el los dos informes. En lo que respecta a la cooperación de la FAO en la Conferencia Internacional sobre Materiales, el Director General informó al Consejo acerca de una carta del Secretario Ejecutivo de dicha Conferencia, que había sido recibida cuando ya el Consejo se encontraba en sesión. El Consejo tomó nota de la comunicación, y la consideró como un paso hacia el establecimiento de relaciones de trabajo entre los dos organismos.

El Consejo pide al Director General que adopte las providencias del caso para que se efectúe un estudio continuo de la influencia que sobre la producción requerida de artículos de primera necesidad provenientes de la agricultura, ejerce la escasez de productos químicos, de equipo y de otros materiales análogos, como consecuencia de los programas de rearme y de otros factores. Los resultados de este estudio deberán ser comunicados de cuando en cuando al Comité de Problemas de Productos Esenciales. Este Comité, a su vez, formulará las recomendaciones correspondientes para consideración del Consejo.

En lo que concierne a las observaciones que el Director General ha formulado en su informe al Consejo, los debates sostenidos en torno al tema « Necesidad de unificación, » demostraron que el Consejo estima también que la multiplicidad de organismos intergubernamentales, la duplicación parcial de sus actividades y los gastos suplementarios en que se incurre han creado una situación alarmante cuya evolución deberán seguir muy de cerca los gobiernos.

El Consejo solicita al Director General que continúe haciendo esfuerzos para asegurar la más estrecha cooperación posible con los organismos intergubernamentales que se ocupan de los productos esenciales.

Lucha contra la Langosta

El Consejo tomó nota de que durante los dos últimos años, las condiciones existentes en ciertas regiones, particularmente en el sureste de Asia, el Cercano Oriente y ciertas partes de Africa y de la América Latina, han favorecido la multiplicación de la población acrídida, la cual ha llegado a alcanzar las proporciones de una seria plaga. Si no se la combate eficazmente, podría provocar graves pérdidas de productos alimenticios en las regiones deficitarias. La lucha contra la langosta plantea problemas considerables, tanto de orden técnico como operativo, cuya solución es costosa y difícil.

Reconociendo que este problema exige una cooperación nacional e internacional, tanto de naturaleza técnica como en lo que concierne a la ejecución de los programas respectivos, el Consejo recomienda que el Director General estudie, en colaboración con los gobiernos y los organismos interesados, las medidas que se deban adoptar a fin de :

  1. recopilar información sobre la situación general que se ha creado como consecuencia de la actividad de la langosta y sobre los esfuerzos que hacen los países interesados para luchar contra este peligro ;

  2. evaluar las necesidades totales de equipo y materiales, incluyendo los aviones, medios de transporte, combustible, equipo de pulverización, disolventes de aceites, así como el tipo de asistencia técnica, etc., que se requieren para llegar a dominar la situación;

  3. mejorar o reforzar, según el caso, la coordinación de los esfuerzos que hagan los distintos países ; y

  4. ayudar a los gobiernos miembros a obtener la ayuda de los países que están en situación de cooperar en esta campaña.

El Consejo recomienda que el Director General, dentro del cuadro de programa ordinario y del programa de Asistencia Técnica de la FAO, acuerde, en la mayor medida posible, la más alta prioridad a este problema.

Recomienda igualmente que el Director General llame urgentemente la atención de los gobiernos miembros sobre el mencionado problema y presente un informe a la próxima sesión del Consejo y de la Conferencia.

Ayuda a Corea

El Consejo ha tomado conocimiento de una carta de fecha 14 de mayo de 1951, enviada por el Presidente Interino de la Asamblea Nacional de la República de Corea, y referente a una resolución por medio de la cual esta Asamblea llama la atención acerca de la necesidad urgente de fertilizantes, particularmente nitrogenados, que experimenta dicho país y que son indispensables para su producción de alimentos. En la referida comunicación se pide a la FAO que « recomiende a los países que participan en las actividades de rehabilitación y socorro en Corea, que hagan todos los esfuerzos para enviar, cuando sea oportuno, las cantidades requeridas de fertilizantes, cuya falta podría acarrear la pérdida de la cosecha de arroz.»

El Director General ha informado al Consejo que se le había pedido que enviara a un funcionario de la Organización para que, en colaboración con el Agente General de las Naciones Unidas, estudiara las necesidades reales y las perspectivas de la utilización de los fertilizantes en Corea. Este experto ha emprendido ya el viaje y enviará su informe en la primera oportunidad. A base de dicho documento será posible determinar las nuevas medidas que, dentro del mecanismo creado por las Naciones Unidas, habrán de tomarse para asegurar el pronto suministro de los diversos fertilizantes que se necesitan.

Medidas de Emergencia para Ayudar al Mantenimiento de la Paz y de la Seguridad Internacionales

En marzo de 1951 el Consejo Económico y Social adoptó una resolución por medio de la cual se pide al Secretario General de las Naciones Unidas que consulte con los organismos especializados en lo que respecta al cumplimiento de la Resolución 377 (V) « La unión para el mantenimiento de la paz, » tomada por la Asamblea General. El objeto de estas consultas será determinar las disposiciones específicas que deberían ser adoptadas para que estos organismos puedan proporcionar la información y la ayuda que, en lo que concierne al mantenimiento y al restablecimiento de la paz y de la seguridad internacionales, el Consejo de Seguridad o la Asamblea General podrían solicitar.

El Secretario General ha sometido el asunto al Comité Administrativo de Coordinación el 15 de mayo de 1951. En el informe correspondiente, el Comité indicó dos procedimientos por medio de los cuales, indistintamente, cualquiera de los organismos, dentro de sus estatutos y de su presupuesto, podría atender a las solicitudes urgentes de asistencia. El Comité, sin embargo hizo notar que a causa de las diferencias que existen entre las estructuras y prácticas de los respectivos organismos, tales disposiciones son susceptibles de variar considerablemente.

Después de haber examinado cuidadosamente las repercusiones de orden constitucional que podrían tener los procedimientos propuestos, el Consejo adoptó la siguiente resolución :

El Consejo de la FAO

Relaciones con Otras Organizaciones Internacionales

El Consejo consideró el informe de su Comité de Relaciones con las Organizaciones Internacionales, así como las observaciones formuladas por el Director General en relación con este documento (CL 12/14). Ha notado con interés los trabajos efectuados para poner en práctica la resolución adoptada en su Noveno Período de Sesiones, al efecto de que sea recopilada una información detallada sobre las diferentes organizaciones intergubernamentales y particulares cuyo campo de acción se relacione con las actividades de la FAO. El Consejo tomó igualmente nota de que el Comité volverá a reunirse en Roma para completar este estudio a su debido tiempo y pidió que se preste atención a la posibilidad de incluir información sobre las diferentes clases de cooperación práctica que existe entre estas organizaciones y la FAO.

Quedó igualmente entendido que mientras el Comité continúe desarrollando sus actividades en Roma, la Oficina Regional para la América del Norte tendrá a su cargo las relaciones con las organizaciones no gubernamentales que tengan su sede en los Estados Unidos de América y en el Canadá.

El Consejo aprobó también las recomendaciones que ha formulado el Comité en el sentido de que el Director General adopte las providencias del caso para mejorar las relaciones de carácter consultivo con las organizaciones internacionales no gubernamentales.

El Consejo ha tomado nota de la petición que hace el Comité de que se substituya el párrafo

(c) de la resolución adoptada por la Conferencia en su Quinto Período de Sesiones y concerniente a las relaciones con las organizaciones no gubernamentales con otro que diga lo siguiente:

« A las organizaciones internacionales no gubernamentales que, en algunos campos especiales, tengan ciertos intereses comunes con la FAO, se les otorgará un status consultivo especial que les brinde la oportunidad de ponerse en contacto con la Organización por medio de las direcciones técnicas competentes. El otorgamiento de este status consultivo especial se deja a la discreción del Director General quien, si lo estima necesario, se aconsejará con el Comité de Relaciones con las Organizaciones Internacionales. Este status consultivo especial comprenderá la facultad de enviar, con aprobación del Director General, observadores a las respectivas reuniones técnicas, de asistir a las sesiones del Comité de Relaciones con las Organizaciones Internacionales, de recibir las publicaciones correspondientes y de presentar a la Organización anotaciones sobre los aspectos técnicos del Programa de la FAO que son de interés común en ciertos campos de actividad. El Director General mantendrá informado al Comité acerca de las solicitudes de otorgamiento de status consultivo que reciba y de las resoluciones que les haya dado. »5

El Consejo recomienda que esta petición sea sometida a la Conferencia en su Sexto Período de Sesiones.

El Consejo ha examinado también el informe del Director General sobre el progreso realizado en el campo de la cooperación con las organizaciones internacionales, después del último Período de Sesiones de la Conferencia (CL12/22).

El Consejo felicita al Director General por este amplio informe y le ruega que lo ponga al día antes de someterlo a la Conferencia en su Sexto Período de Sesiones.

Quedó entendido que el proyecto de acuerdo entre la FAO y la Organización de los Estados Americanos será sometido para aprobación de la Conferencia, una vez que se hayan incorporado las enmiendas sugeridas por el Consejo de la referida Organización.

5 El texto actual del párrafo (c) es el siguiente :
« Con las organizaciones internacionales no gubernamentales que no gozan de status consultivo pero que tienen ciertos intereses en común con la labor de la FAO el Director General mantendrá las relaciones que justifique cada caso, pudiendo consultar al respecto con el Comité encargado de las Relaciones con las Organizaciones Internacionales;

Recomienda que se confiera el nuevo status consultivo a las organizaciones que ahora figuran en las Categorías 1 y 2.»


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