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ANEXO 3
Discurso inaugural de la Excma. Sra. Doris Osterlof Obregón
Viceministra de Comercio Exterior

Importancia de la inocuidad de los alimentos para las exportaciones costarriencenses
(Ventajas y desventajas)

A diferencia de otras épocas donde el tema de la inocuidad de alimentos apenas comenzaba a posicionarse, hoy en día es un elemento fundamental en la agenda de competitividad de cualquier país, tanto nacional como internacional. La presencia de un consumidor cada vez más exigente en cuanto a la calidad de los productos que consume y la creciente preocupación de los Estados por salvaguardar la salud de sus habitantes, así lo confirma.

En materia de comercio exterior el tema no es menor. Frente a la importación y exportación de un número cada vez mayor y variado de mercancías en los mercados nacionales e internacionales, producto de los procesos de liberalización comercial, la garantía de que un alimento no causará daño al consumidor cuando el mismo sea preparado o ingerido de acuerdo con el uso a que se destine, se torna fundamental.

A nivel internacional existen barreras con el sello de inocuidad de alimentos, lo cual lógicamente representa un problema desde el punto de vista de obstáculos no arancelarias al comercio. Pero desde otro punto, el tema también puede ser visto como una oportunidad para la exportación. De aquí la importancia de poseer un sistema nacional adecuado para la inocuidad de alimentos que mejore esas oportunidades y minimice los obstáculos al comercio.

El comercio mundial de alimentos tanto frescos como elaborados va en aumento. Por ese motivo es que cada día se establecen medidas de inocuidad de alimentos más estrictas, no sólo para los productos que exportamos sino también para los productos de venta a lo interno, pues no se trata de ofrecer lo mejor en los mercados internacionales en detrimento del mercado local. Frente a esto, la producción agrícola y la industria alimentaria, se ven en la obligación de adaptar rápidamente nuevas tecnologías con tal de poder ser competitivos y cumplir con esas exigencias.

Actualmente, la industria alimentaria costarricense de exportación representa el 10 por ciento1 del valor total de los bienes exportados. La variedad de productos exportables de este subsector es de alrededor de 270 productos2, los cuales deben cumplir con las exigencias de inocuidad que requieren los mercados a los que se destinan. Algunos de estos productos son: preparaciones alimenticias, azúcar, purés y pastas de frutas, aceite de palma, jugos y concentrados de frutas, preparaciones y conservas de pescado, palmito, alcohol etílico, productos de panadería, salsas y preparaciones, entre otros.

Por otro lado, las exportaciones agrícolas de producto fresco representan un poco más del 20 por ciento del valor de las exportaciones totales, dentro de los que se pueden mencionar productos como el banano, café, piña, melón, yuca, malanga, chayote, plátanos, ñame, mango y otros frutos sin cocer. Dichos productos tienen que cumplir de igual forma con normas de inocuidad.

En general, tanto los productos agrícolas como los de la industria alimentaria destinados a la exportación, representan aproximadamente el 30 por ciento del valor total de las exportaciones, lo que demuestra la importancia de estos sectores, por lo que es indispensable el mantenimiento y mejoramiento de su competitividad mediante la incorporación de sistemas de aseguramiento de la inocuidad de los alimentos.

Ciertamente el país ha avanzado en el mejoramiento de su sistema de inocuidad de los alimentos, pero también, éste debe ser reforzado con tal de poder cumplir no sólo con el objetivo de protección a la salud de las personas, sino también para ser competitivo en los mercados internacionales, sin olvidar el nacional.

Los ejemplos mencionados de productos agrícolas y de la industria alimentaria, revelan que el cumplimiento de las normas internacionales en materia de inocuidad de los alimentos ha abierto mercados a los productos alimentarios producidos y procesados en Costa Rica, lo cual se traduce en un incremento de los ingresos para un país exportador como el nuestro.

Consolidar y aumentar esa capacidad exportadora desde el punto vista de la inocuidad, también supone desafíos. De ahí la necesidad de incrementar la capacidad técnica de los expertos nacionales y del mejoramiento de la infraestructura, con el objeto de ayudar a los productores nacionales a afrontar la obligación que tiene el país de ofrecer un producto que no atente contra la salud pública.

Por otro lado, es necesario aumentar la concienciación sobre la importancia de la inocuidad y la calidad de los alimentos, tanto entre los consumidores y productores, como entre los responsables de elaborar las políticas y de tomar las decisiones sobre la inocuidad.

Esa toma de conciencia pasa porque los productores nacionales (los que producen para el mercado interno como los de exportación) sepan aprovechar las oportunidades que conlleva la inocuidad de alimentos. Pero a la vez, es necesario que sepan denunciar cuando existan casos en los que las preocupaciones por la inocuidad de los alimentos y los temores relacionados con la alimentación no estén científicamente fundamentadas, a efecto de evitar que puedan crearse obstáculos innecesarios al comercio.

Hoy en día, es innegable que el acceso a los mercados de exportación de alimentos no sólo depende de la eliminación de barreras arancelarias, sino también de la capacidad de los países exportadores de cumplir con los requisitos reglamentarios de los países importadores, sobre todo, en un momento en que el tema del fortalecimiento de los mecanismos de sanidad agropecuaria, se ven estimulados en el ámbito internacional, por enfermedades como la de las “Vacas Locas” y, más recientemente, por la “Gripe Aviaria”.

Todas estas razones hacen que el esfuerzo desplegado por organizaciones como la FAO en conjunto con la OMS en actividades como la que hoy nos reúne, sea de vital importancia para elevar nuestra capacidad de ofrecer productos inocuos, que ayuden a la protección de la salud de los consumidores y al aseguramiento de prácticas de comercio claras, ya sea que la producción se dirija al mercado local o internacional.

Muchas gracias.

1 Datos preliminares a octubre del 2005, proporcionados por PROCOMER.

2 Fuente: COMEX. Se refiere producto como cada línea arancelaria a 10 dígitos.


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