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ANEXO 5
Discurso inaugural del Dr. Jørgen Schlundt, Director del Departamento de Inocuidad de los Alimentos, Zoonosis y Enfermedades Transmitidas por los Alimentos de la Organización Mundial de la Salud

Excelentísimos Señores Ministros,
Señor Director de la FAO,
Distinguidos invitados y participantes,
Colegas de la FAO y de la OMS,
Señoras y señores:

Les doy la bienvenida a todos en nombre del Director General de la Organización Mundial de la Salud, Dr. Lee Jong-wook, a la Primera Conferencia Regional sobre Inocuidad de los Alimentos para las Américas y el Caribe organizada conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud.

Quisiera aprovechar la oportunidad para manifestar mi agradecimiento, en primer lugar, a Vuestra Excelencia y al Gobierno de Costa Rica por haber aceptado hospedar la Primera Conferencia Regional sobre Inocuidad de los Alimentos para las Américas y el Caribe. Señor Presidente, estamos muy agradecidos por los esfuerzos que su Gobierno ha realizado con el fin de asegurar que esta conferencia sea un éxito.

Excelencias,
Señoras y señores:

Los alimentos, como fuente de energía y nutrición, contribuyen a nuestro bienestar general. No obstante, los alimentos son también un vehículo para la transmisión de una serie de enfermedades. La carga que conllevan todas las enfermedades transmitidas por los alimentos es difícil de calcular, pero es importante. La OMS estima que 1,8 millones de personas mueren cada año de enfermedades diarreicas ocasionadas por el consumo de alimentos y agua contaminados. Dicha carga no incluye siquiera los peligros químicos en los alimentos, y sabemos que hay muchos. En esta región de las Américas, estimamos que 57 000 personas mueren cada año de enfermedades diarreicas transmitidas por los alimentos y el agua. Además, sabemos que muchos más mueren por otros peligros de los alimentos. Todas las semanas se informa en los medios de comunicación sobre brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos. Sin embargo, por importantes que puedan parecer tales brotes, deberíamos recordar que solo nos muestran la punta del iceberg y que hay muchos más casos no se registran. No conocemos toda la extensión del problema, pero sabemos que podemos prevenirlo. Sabemos literalmente que podemos impedir las muertes de decenas de miles de personas en las Américas produciendo y preparando buenos alimentos. Y si lo hacemos así, también podemos obtener buenos ingresos de las exportaciones de alimentos y del turismo. No nos engañemos: la inocuidad de los alimentos es beneficiosa para todos, solo que la mayoría no lo sabe. ¡Utilicemos esta Conferencia para hacérselo saber!

En el mundo de hoy, se da un cambio de paradigmas, lo que significa que los alimentos ya no son solo productos agrícolas o comerciales, sino también una cuestión de salud pública.

Ya en 1992 la Conferencia Internacional de la FAO y de la OMS sobre la Nutrición reconoció que el “acceso a una alimentación adecuada desde el punto de vista nutricional e inocua es un derecho de cada individuo”.

Necesitamos ayudarnos mutuamente a garantizar una alimentación inocua para cada persona. El sistema de producción de alimentos ya no es nacional. Recibimos alimentos de todo el mundo. Hemos de colaborar no solo en la compra y venta de alimentos, sino en la prevención de las enfermedades. Entendiendo que las autoridades responsables de la inocuidad de los alimentos pueden prestar su ayuda más allá de las fronteras, la OMS y la FAO han puesto en marcha recientemente INFOSAN, la Red Internacional de Autoridades de Inocuidad de los Alimentos. En su primer año, más de 140 países se han unido a la red. Este interés por parte de los Estados Miembros pone de manifiesto que la Red está cubriendo una necesidad como mecanismo para compartir el conocimiento entre autoridades responsables. Una parte de INFOSAN es su sistema de emergencia, que permitirá una acción preventiva oportuna si se produce una situación de emergencia internacional referida a los alimentos. Y cuando hablamos de emergencias relacionadas con la inocuidad de los alimentos, también tenemos que incluir, por supuesto, los atentados terroristas como posibilidad no deseada pero real.

En mayo último, la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano rector de mayor rango de la OMS, aprobó el Reglamento Sanitario Internacional revisado. El Reglamento Sanitario Internacional es una norma vinculante para todos los Estados Miembros que originariamente cubría la necesidad de informar a todo el mundo sobre la fiebre amarilla, el cólera y las plagas. Reconociendo que la salud mundial se ve afectada por muchas más enfermedades en la sociedad actual, los Estados Miembros de la OMS iniciaron la tarea de revisar el Reglamento e incluir en el mismo todos los incidentes de importancia internacional. El Reglamento revisado proporciona un marco único para limitar la extensión de los problemas de salud pública, entre ellos la difusión internacional de enfermedades, interfiriendo al mismo tiempo mínimamente con el tráfico y el comercio mundiales. No debe subestimarse la importancia del nuevo Reglamento para su labor como autoridades de reglamentación de la inocuidad de los alimentos y quisiera recordarles que entra en vigor en junio de 2007 (algunos países han sugerido incluso que entre en vigor algo antes a causa de la gripe aviar). El sistema INFOSAN, que formará parte integrante del nuevo Reglamento, resultará muy útil en caso de que los incidentes internacionales relacionados con la salud pública tengan los alimentos como vehículos.

Hacer inocuos los alimentos no solo protegerá la salud del consumidor, sino que también dará lugar a una fuerza de trabajo sana y al incremento de las exportaciones de alimentos. De esta manera, contribuirá en gran medida a la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio, incluyendo las actividades dirigidas a mitigar la pobreza y a la reducción de la mortalidad infantil, así como a la mejora de la inocuidad de los alimentos y del comercio sostenible de los mismos.

Excelencias,
Participantes e invitados:

Para concluir, deseo reiterar que, en la OMS y junto con ustedes en esta reunión, seguimos convencidos de que con un mayor diálogo entre todas las partes, podemos incrementar la inocuidad de los alimentos de este mundo, sin que importe dónde se produzcan, y de esta manera podemos reducir considerablemente la carga de las enfermedades.

Les deseo una fructífera reunión.

Muchas gracias.


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