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Dos problemas de las industrias hasta y papel

Damian Von Stauffenberg

Damian Von Stauffenberg es Oficial de inversiones de la Corporación Financiera Internacional de Washington D.C (EE.UU.). El presente articulo ha sido adaptado de dos trabajos presentados en las reuniones del Comité Asesor de la FAO de Expertos sobre la Pasta y el Papel, celebradas en junio de 1982 y 1983.

Desde que se adopta la decisión de construir una nueva fábrica de pasta y papel, hasta que entra efectivamente en funcionamiento, pasan de 6 a 10 anos. Un elemento clave del éxito o el fracaso de las instalaciones es la forma de organizar la financiación. Además, no basta sencillamente con construirlas; hay que resolver también problemas como la capacitación y el abastecimiento de materias primas y repuestos, si se quiere que la fábrica funcione eficazmente. La solución de estos problemas es difícil en los países en desarrollo que carecen de experiencia en este tipo de industria.

FABRICA DE PASTA EN SWAZILANDIA : grande, eficiente y cercana a los recursos (C. Swabey)

· Para un país en desarrollo, una fábrica de papel significa un gran paso, un verdadero salto, en la vía hacia la industrialización. En tanto que otras industrias tienden a crecer en forma gradual, expandiéndose lentamente hasta que al final alcanzan dimensiones significativas, una fábrica de pasta o de papel suele ser grande desde un comienzo, a causa de las economías de escala que es necesario lograr. Las industrias que crecen con lentitud hacen ensayos mientras desarrollan sus actividades, descubriendo lo que es posible merced a la experiencia y adaptándose al medio en el cual funcionan. Recíprocamente, también el medio se adapta a ellas.

Por ejemplo, un sistema de abastecimiento de energía eléctrica construido con una red de pequeña potencia promoverá empresas que necesiten una cantidad limitada de electricidad. A medida que se disponga de más energía eléctrica la industria responderá con técnicas de producción que consuman más electricidad. Finalmente, los grandes sistemas de suministro podrán atraer a industrias de gran densidad de energía, como la del aluminio.

Por otra parte, el desarrollo de instalaciones industriales se puede comparar al crecimiento de un árbol, que crecerá en la medida que lo permita su entorno. No es difícil plantar un arbolito y son bastante grandes las posibilidades de que prospere, en especial si se sabe que el tipo de árbol elegido puede crecer en la zona en cuestión. El problema de las instalaciones de fabricación de pasta y papel es que su establecimiento en un país en desarrollo tiende a ser como transplantar un árbol adulto a un medio donde no existen árboles. Aunque se pueden analizar aspectos tan evidentes como el suelo y el clima, nunca hay seguridad de que el árbol se arraigue y crezca. Es más probable que haya factores imprevistos a los que la planta deba adaptarse para desarrollarse.

1. Financiación de proyectos de fabricación de pasta y papel

Gran parte de la labor de financiación de un proyecto de fabricación de pasta y papel consiste en establecer una estructura financiera que se adapte a las necesidades especiales del mismo. En este contexto concreto se puede utilizar literalmente la expresión «a la medida»: al igual que un sastre, hay que prestar gran atención a la forma, el tamaño y otras características del proyecto al cual debe adaptarse una «prenda de vestir» financiera. Como las características de estos proyectos difieren bastante, por lo general no servirán los conjuntos de medidas financieras que, por decirlo así, se tomen ya confeccionadas. Se necesitarán considerables alteraciones para poder emplear esa «prenda», es decir, las instalaciones de fabricación.

Densidad de capital La característica principal y más destacada de los proyectos de fabricación de pasta y papel es su gran densidad de capital. Por ejemplo, parece ser un hecho aceptado que, en la mayoría de las situaciones, la capacidad mínima de una fábrica para elaborar papel de escribir debe ser de 30000 toneladas anuales. Una tonelada anual de capacidad de producción requiere inversiones de 2000 a 3000 dólares EE.UU. Esto significa que incluso unas instalaciones de tamaño mínimo costarán al menos 60 millones de dólares EE.UU., y es más probable que requieran una cifra cercana a los 100 millones.

Se propone actualmente la construcción de instalaciones pequeñas y relativamente poco complejas que parecen ser satisfactorias desde el punto de vista económico si las condiciones son apropiadas. Pero éstas son excepciones que confirman la regla de que los proyectos de fabricación de pasta y papel suelen entrañar una gran densidad de capital.

Además de indicar la magnitud de una inversión, la densidad de capital se refiere también al hecho de que las ventas anuales suelen ser de un valor muy inferior al de las inversiones. Dicho de otro modo, cada dólar que se invierta en una fábrica de papel sólo producirá en general unos 40 centavos de dólar de ingresos anuales. Las instalaciones con una elevada densidad de capital no tienen necesariamente que ser grandes. Por ejemplo, un vendedor de helados cuyo establecimiento consista en un carro de un valor de 200 dólares EE.UU., tiene un negocio de gran densidad de capital si no vende anualmente helados por un valor superior a 100 dólares. De hecho, lo que caracteriza a un establecimiento con una utilización intensiva de capital es una situación en la que los gastos fijos - intereses más depreciación - constituyen una parte importante de los gastos de funcionamiento.

¿Qué significa esto en la práctica? Significa que una intensa utilización de la capacidad pasa a ser un elemento sumamente importante. La razón es evidente: los gastos fijos de unas instalaciones cuyo costo es de 100 millones de dólares, pueden fácilmente ascender a 105 millones de dólares anuales, lo que representa 500 dólares por tonelada si la fábrica de 30000 toneladas funciona a plena capacidad. Si sólo opera al 50% de ella, los gastos fijos se duplican para ser de 1000 dólares por tonelada. El carácter cíclico de la industria de la pasta y el papel y la tendencia a mantener una fábrica en funcionamiento incluso con pérdida pueden atribuirse a este aspecto básico de la densidad de capital.

De hecho, la situación tiene que ser muy mala para que merezca la pena cerrar una fábrica de pasta y papel. La interrupción de la producción puede reducir los gastos variables, pero los fijos siguen acumulándose independientemente de que las instalaciones funcionen o no. Como consecuencia de ello, cuando disminuya la demanda los productores bajarán los precios a fin de mantener las ventas y no tener que parar la producción.

Los patrocinadores de proyectos en los países en desarrollo se sienten tentados a elegir la tecnología más adelantada. Cuanto menos experimentado es el patrocinador, más susceptible parece ser a esa tentación. Si la resiste es porque, por lo común, no puede pagar su precio. No obstante, el costo de unas instalaciones tan perfeccionadas representa de hecho un problema menor que la dificultad de mantenerlas en funcionamiento. Si el servicio y las piezas de repuesto provienen de otros continentes, el patrocinador del proyecto estará en mejores condiciones si adopta una tecnología sencilla que sea capaz de manejar y mantener. El precio de unas instalaciones avanzadas es prohibitivo, no tanto en función del costo del capital sino del tiempo muerto.

Otra característica estrechamente relacionada con la magnitud de los proyectos de fabricación de papel es el largo tiempo requerido para ejecutarlos. Si todo va bien - y ello ocurre raras veces - se puede partir del supuesto de que la construcción de una nueva fábrica de papel tardará unos tres años. Además, se necesitarán otros tres años, como mínimo, para resolver las dificultades que plantea una nueva instalación, para familiarizar plenamente al personal con ella y para alcanzar una capacidad plena de producción. Dicho de otro modo, se tendrá realmente suerte si no transcurren más de seis años entre el momento en que se adopta la decisión de invertir y la fecha en que una nueva fábrica funciona a plena capacidad. Un plazo de ocho años no estará mal, e incluso no es insólito que transcurran diez años. En función de la financiación del proyecto, ello significa dos cosas; en primer lugar, los proyectos de fabricación de pasta y papel requieren una gran base de capital y, en segundo lugar, la deuda que se contraiga debe ser al plazo más largo posible.

FABRICAS DE PAPEL EN KENYA...(Quaraishy)

Capital social La obtención de capital es un problema difícil. Evidentemente no es fácil atraer inversionistas para un proyecto que no produzca utilidades durante seis o más años. La magnitud del problema es mayor en los países en desarrollo porque los mercados de capital suelen ser demasiado pequeños para absorber el volumen de inversiones requerido. Si el proyecto económicamente viable más pequeño exige inversiones de 60 a 100 millones de dólares EE.UU., sus necesidades de capital de explotación son de alrededor de 24 a 400 millones es decir, un 40% del costo del proyecto. Esta cifra no es inamovible, ya que varía algo en la práctica aunque, por experiencia, no en gran medida.

Es necesario insistir en la importancia que reviste para el éxito de un proyecto una base de capital suficientemente grande. Con frecuencia no se prevé en el plan financiero inicial de los proyectos un volumen suficiente de capital; los patrocinadores suelen ser poco realistas a este respecto. Las estimaciones del costo de los proyectos tienden a ser optimistas, y aún es más frecuente subestimar el tiempo necesario para construir una fábrica y para que alcance su plena capacidad de producción. Por ejemplo, si fuera posible alcanzarla en el plazo de un año aproximadamente, la generación interna de efectivo sería mucho mayor y las aportaciones de explotación podrían ser menores. En tal caso, el proyecto podría reembolsar en menos tiempo los préstamos concedidos. Sin embargo, esto no suele ser posible, y el patrocinador de un proyecto que haya basado su inversión en estos supuestos se encuentra muchas veces en la situación poco envidiable de quedarse sin fondos. Utilizando de nuevo la metáfora del traje a la medida, su plan de financiación no se ajusta a la fábrica.

Las consecuencias del agotamiento de fondos pueden ser graves. Una repercusión inmediata es la interrupción o el menor ritmo de producción, lo cual aumenta aún más los costos. Puede producirse un círculo vicioso y, para la fecha en que los patrocinadores hayan obtenido finalmente más fondos los costos del proyecto pueden haber aumentado y se habrá registrado un nuevo déficit de financiación. En tal caso, tendrán que buscar más fondos, se detendrán de nuevo las operaciones, etc. Hay varios casos de proyectos que han experimentado ciclos repetidos de este tipo.

Los fondos suelen ser más difíciles de obtener en los momentos en que más se necesitan. Todo el la pasta y el papel crean oportunidades de empleo mundo conoce el dicho de que los bancos tienen gran satisfacción en prestar dinero cuando éste no es necesario. Pues bien, estarán mucho menos dispuestos a conceder crédito a un proyecto terminado en un 80% cuyos fondos se hayan agotado. Si se pueden obtener recursos pese a todas estas circunstancias, será a un costo elevado. El prestatario no puede hacer mucho al respecto.

... Y EN GUATEMALA : la pasta y el papel crean oportunidades de empleo (Boise Cascade Corp)

En la mayoría de los casos, la cifra del costo indicada por un estudio de viabilidad es bastante diferente de las estimaciones en las cuales se basa el plan de financiación. Aquella cifra representa un cálculo técnico, que se utiliza para controlar la ejecución del proyecto, por consiguiente, suele ser baja. En cambio, el plan financiero incluye todos los imprevistos y reservas precisamente por las graves consecuencias que comporta el quedarse sin fondos. En algunos casos se financien a propósito en exceso los proyectos para asegurarse de que se dispondrá de suficientes recursos.

Así pues, es sumamente importante que el patrocinador de un proyecto de este tipo sea realista, realismo que parte del supuesto de un volumen suficiente de aportaciones de capital. Cuánto es un «volumen suficiente» depende de las condiciones a las que se pueda obtener crédito. Si los créditos son a plazo muy largo - por ejemplo, unos 15 años - y si incluyen un periodo de gracia que no solamente dure hasta la terminación del proyecto sino también hasta que haya alcanzado la capacidad de producción, se puede salir adelante con menos del 40% del proyecto en forma de capital de explotación. Pero, en la experiencia del autor, esos casos son bastante raros. Es más frecuente que los préstamos sean a un plazo demasiado corto, lo cual entraña que se requieran aportaciones de capital superiores a dicho 40%.

Cuasi-capital Las dificultades que plantea la obtención de un volumen suficiente de capital social han dado lugar a varias formas híbridas de financiación en las que se combinan las características del capital por acciones y las de los préstamos. La forma que más se acerca a las aportaciones directas de capital es la de acciones preferentes, poco comunes en los países en desarrollo.

Es más frecuente algún tipo de cuasi-capital. Por ejemplo, un préstamo en forma de obligaciones convertibles en acciones ordinarias puede resultar atractivo para los patrocinadores de un proyecto y para el prestamista. En el caso de los patrocinadores, ese préstamo es muy similar a una aportación directa de capital, ya que aumenta la capacidad crediticia de su compañía de la misma manera que en el caso de una inversión en capital por acciones. Por otra parte, los mayores riesgos en que incurre el prestamista están compensados por la posibilidad de conversión. Si el proyecto tiene éxito, puede convertir su préstamo en capital social y obtener unos beneficios mucho mayores que si sólo fuera titular de un crédito ordinario.

Hay muchas formas de cuasi-capital que pueden ser objeto de examen, pero cabe señalar que éste es un importante medio posible de financiar un proyecto nuevo en el sector de la pasta y el papel. En muchos casos, los híbridos entre el crédito y la aportación de capital social permiten financiar proyectos que de otro modo no hubieran prosperado.

Créditos a la exportación Aunque parezca improbable, la obtención de crédito suele ser la parte más sencilla de todo el proceso para conseguir financiación. La principal razón de ello es que los países que producen bienes de capital se enfrentan con una fuerte competencia en los 'mercados de exportación. Por consiguiente, están dispuestos a conceder créditos a la exportación que, en las condiciones actuales, son sumamente favorables. En las reuniones económicas en la cumbre celebradas recientemente se han desplegado esfuerzos para limitar esa competencia; el simple hecho de que tales créditos hayan figurado en repetidas ocasiones en el orden del día de esas reuniones demuestra la importancia que revisten.

Los gobiernos de los países productores de bienes de capital gastan literalmente todos los años miles de millones de dólares de ingresos fiscales para subvencionar créditos a la exportación. El problema con que se enfrentan estos gobiernos es lograr oportunidades para la industria de la pasta y el papel. Como hoy día esos créditos pueden obtenerse a tipos de interés muy inferiores a los comerciales, así como con vencimiento a largo plazo, conviene que en la actualidad todo patrocinador de un proyecto haga de la financiación de las exportaciones el núcleo de su plan financiero.

Además de las condiciones de reembolso a largo plazo, los créditos a la exportación tienen otra característica que los hace especialmente atractivos para los proyectos de fabricación de pasta y papel, a saber, tipos fijos de interés. Los tipos flotantes introducirían un componente de riesgo en los proyectos relativos a una industria cuyos gastos financieros ya son de por si elevados y que se encuentra en condiciones particularmente desfavorables para correr tal riesgo. En el clima actual es prácticamente imposible evitar del todo los tipos flotantes de interés, pues los bancos sencillamente no conceden préstamos a tipos fijos, pero, al menos, puede limitárselos a un mínimo.

Tras haber propugnado el uso del crédito a la exportación, es necesario señalar sus inconvenientes. Aun cuando este crédito supone una gran ventaja desde el punto de vista del costo, también tiende a reducir la competencia entre los proveedores de equipo. El resultado puede ser un mayor costo del equipo, lo cual contrarrestaría al menos en parte la ventaja inicial del costo.

Hay varias maneras de estimular la competencia incluso cuando se recurre al crédito a la exportación. Una de ellas es utilizar lo más posible los créditos de comprador (es decir, los otorgados directamente al proyecto por el organismo de financiación de las exportaciones) y no los de proveedores. Otro método consiste en lograr compromisos de concesión de tales créditos del mayor número posible de países productores de equipo, y utilizar después solamente los de los países a los que se adjudiquen los contratos correspondientes de suministro. Pero hay I imites prácticos en cuanto a la medida en que el patrocinador de un proyecto puede avanzar en esta dirección. Independientemente de las medidas que se adopten, los créditos a la exportación tenderán a reducir la competencia.

Existen varios organismos de crédito a la exportación cuyo objetivo es promover las ventas y que, por consiguiente, no proporcionarán el tipo de asesoramiento y asistencia que un proyecto puede obtener de instituciones especializadas en la financiación para el desarrollo. Por ejemplo, esos organismos no participarán activamente en la determinación de la viabilidad de un proyecto y tampoco se encargarán de formular un plan financiero. Por estos motivos es muy común que uno de los pequeños prestamistas actúe como banco principal de un proyecto y que los organismos de crédito a la exportación que han suministrado el grueso de la financiación restante, desempeñen un papel más pasivo.

Otros préstamos. El crédito a la exportación nunca satisfará todas las necesidades de préstamos de un proyecto. Habrá que obtener otros créditos de bancos comerciales y de instituciones especializadas en la financiación de proyectos. Como los préstamos para los proyectos relativos a la pasta y el papel entrañan necesariamente condiciones de reembolso a largo plazo, no es muy grande la elección de fuentes. Fundamentalmente hay otros dos tipos de prestamistas para la ejecución de esos proyectos en los países en desarrollo: los bancos internacionales de desarrollo y los bancos comerciales privados.

Los organismos internacionales de financiación o bancos de desarrollo, como el Banco Mundial - que es con mucho el mayor de ellos -, así como los bancos regionales de desarrollo y la Corporación Financiera Internacional tienen la ventaja de que se especializan en financiar proyectos. Por consiguiente, están acostumbrados a encargarse de proyectos de desarrollo que tienen poco que ofrecer por lo que se refiere a garantías o a experiencia operacional. Además, y este es un aspecto especialmente importante, sus préstamos suelen ser a tipos fijos de interés.

Mediante un análisis detenido, esas instituciones se aseguran de que un proyecto es viable. Esto puede significar una proporción considerable de asesoramiento técnico gratuito para el patrocinador. También suelen desempeñar un papel activo en la elaboración de un conjunto financiero para el proyecto y llevar a efecto las diversas partes de ese conjunto. De hecho se convierten en el asesor financiero del proyecto. Esas instituciones necesitan tiempo para realizar su labor; el análisis de un proyecto complejo de gran magnitud no es un proceso fácil, y, por lo tanto, los bancos de desarrollo no actúan con la facilidad ni la rapidez de los bancos comerciales.

La mejor manera de utilizar los servicios de los organismos financieros internacionales es lograr que participen en un proyecto desde la fase más temprana posible. De esta manera pueden realizar sus análisis a medida que evoluciona el proyecto y prestar asesoramiento cuando todavía pueden incorporarse modificaciones. Por la misma razón, la presentación de una solicitud de financiación a esos organismos una vez iniciado el proyecto constituye el modo menos eficaz de utilizar sus servicios, pues en esta etapa su experiencia en relación con el proyecto ya no será muy beneficiosa para los patrocinadores; cabe suponer que para entonces ya se habrán adoptado las decisiones básicas, y el tiempo necesario para analizar el proyecto puede dar lugar a demoras.

Tradicionalmente la financiación de proyectos no ha sido uno de los sectores de actividad de los bancos comerciales, pero en el último decenio éstos han estado cada vez más dispuestos a respaldar los proyectos de los países en desarrollo. En la actualidad ya no es insólito que otorguen préstamos con un vencimiento de ocho a diez años. Así pues, ahora también deben tenerse en debida cuenta los bancos comerciales como fuente de financiación de los proyectos de fabricación de pasta y papel.

La Corporación Financiera Internacional (CFI) ocupa un lugar intermedio entre los demás organismos internacionales de desarrollo y los bancos comerciales. Se trata de una institución de financiación de proyectos, con todo lo que ello significa en cuanto a análisis de proyectos, asesoramiento y participación en la elaboración de un conjunto de medidas de financiación. De hecho pertenece al grupo del Banco Mundial. Sin embargo, la CFI también se dedica a movilizar fondos de los bancos privados y a servir de conducto para que lleguen fondos comerciales a los proyectos de los países en desarrollo.

2. Los primeros años de funcionamiento

Personal El primer punto de contacto, que a la vez es probablemente el más importante, entre un proyecto de fabricación de pasta y papel y su entorno es el personal encargado del funcionamiento de las instalaciones. El problema más evidente - que se reconoce siempre pero que no se resuelve en todos los casos - es el de la gestión. La mayoría de los países en desarrollo no cuentan con personal que pueda encargarse de explotar con éxito una fábrica de pasta y papel.

Una solución a este respecto es la importación de conocimientos técnicos. Sin embargo, esto es más difícil de lo que parece. Comenzando al nivel superior con el director gerente, es evidente que se necesita alguien que conozca muy bien su oficio, pero no basta tan solo con ese conocimiento. La experiencia ha demostrado que durante los primeros años de actividad, el espíritu de iniciativa del gerente es una cuestión vital, posiblemente más importante incluso que sus calificaciones técnicas. En la fase inicial la dirección tiene que hacer frente constantemente a acontecimientos imprevistos y, al mismo tiempo, tratar de integrar al resto del personal directivo y a los empleados en un equipo de trabajo.

Es importante que el grupo de dirección y gestión trabaje bien en equipo, y que se contraten a expertos externos que se adapten bien al grupo. No siempre es aconsejable encomendar la tarea de la contratación a un consultor, quien publicará anuncios internacionales y después seleccionará a los candidatos, ya que se puede acabar pagándole una cifra considerable de gastos por algo que podría haberse hecho fácilmente sin su ayuda. Si la selección de candidatos constituye un problema, varias asociaciones nacionales del sector de la pasta y el papel estarán a menudo dispuestas a prestar ayuda. La contratación por medio de una publicidad internacional permitirá conseguir personas calificadas, pero no asegurará que sean capaces de trabajar en equipo.

Un método más eficaz es recurrir a un fabricante de pasta y papel que pueda formar el equipo necesario con miembros de su propio personal. En este caso, los expertos expatriados tendrán antecedentes comunes y tenderán a actuar como grupo homogéneo.

Plantea incluso más problemas reunir una fuerza de trabajo contratada en el plano local. Aun cuando se reconoce claramente la necesidad de la capacitación, se suele pasar por alto la índole de esta tarea. El reto a que tiene que hacer frente el personal directivo de una nueva fábrica no es solamente enseñar a sus empleados ciertos conocimientos, ya que las fábricas de todo el mundo hacen constantemente lo mismo. En un país en desarrollo, una nueva fábrica puede causar una transformación completa de la vida de las personas que dependan de ella para ganarse el sustento.

Una consecuencia casi inevitable de la construcción de instalaciones fabriles es que la población local entra en el proceso de pasar de una sociedad rural a una urbana. Ha habido casos en que un proyecto de fabricación de papel ubicado en una zona rural ha transformado completamente en diez años a una aldea atrasada en una ciudad activa. Otro fenómeno es que una industria avanzada como lo es una fábrica de papel, suele convertirse en base para la capacitación de mano de obra para las industrias situadas en sus proximidades. Tan pronto como los trabajadores son adiestrados en las instalaciones papeleras - especialmente electricistas, torneros, mecánicos ajustadores, etc. - otras compañías los toman a su servicio. Se han dado casos en que la producción de las fábricas de papel se ha visto afectada en forma significativa porque el movimiento anual de trabajadores se acercaba al 100%.

Materias primas El suministro de materias primas suele plantear problemas en los primeros años de actividad. Los estudios de viabilidad tienden a ser optimistas en cuanto a la disponibilidad de esas materias, pero el suministro efectivo puede ser inferior a las previsiones, y ello por varios motivos; pueden ser inexactos los inventarios forestales; los ingenios pueden descubrir que tienen menos excedentes de bagazo que los previstos inicialmente, o el sistema de transporte puede no ser capaz de hacer frente al aumento repentino de carga. Se han registrado casos en que se dispuso de madera para pasta, tal como se preveía, durante la estación de las lluvias, pero en que resultó imposible transportar las cantidades requeridas por la fábrica. La mayor parte de estos problemas pueden atribuirse a que una fábrica de pasta y papel representa un gran aumento de la demanda nacional de la materia prima de que se trate. En general tiene que transcurrir algún tiempo para que la oferta pueda satisfacer esta demanda extraordinaria.

Incluso las materias primas importadas que se utilicen en unas instalaciones nuevas pueden dar lugar a presiones sobre el medio local. En teoría se ordenan únicamente las materias primas necesarias y se espera hasta que sean expedidas a la fábrica. En la práctica, las mercancías tienen que pasar por los puertos nacionales y ser despachadas en las aduanas, lo cual suele causar grandes estrangulamientos. Además, se necesitan divisas para pagar las materias primas y puede requerirse una licencia de importación.

Agua, gas y electricidad No se puede esperar conectar sencillamente unas instalaciones tan grandes como las de una fábrica típica de pasta y papel a la red existente de abastecimiento de agua, gas y electricidad. Es más frecuente que las propias instalaciones tengan que satisfacer sus necesidades a ese respecto. Sin embargo, hay casos frecuentes en los que el establecimiento de una nueva fábrica se hace coincidir con la terminación de una nueva central eléctrica o el tendido de una línea de transmisión. En esos casos merece la pena recordar que los proyectos ejecutados con inversiones públicas tienen prioridades distintas de las correspondientes a las instalaciones industriales. Hay que ser muy cautos en las propias hipótesis acerca de la fecha en que se terminarán una nueva central eléctrica u otros proyectos importantes de inversiones públicas. Un gran proyecto reciente en América Latina requería una línea de transmisión de 70 km. Se prevéla terminar la línea, actualmente en construcción, en tres años. Se llegó a un acuerdo para su tendido en virtud del cual la compañía eléctrica tendría que abonar daños y perjuicios por cada día de demora que transcurriera después de la fecha prevista de terminación. A titulo de contraprestación, la fábrica tenía que pagar por adelantado todos los gastos de construcción de la línea, aunque este acuerdo le resultaba muy costoso.

Piezas de repuesto En el pasado, hasta las instalaciones mejor administradas han tenido que pararse muchas veces por haberse agotado alguna pieza de repuesto fundamental. Así pues, en el caso de una fábrica de gran densidad de capital merece la pena hacer grandes inversiones en existencias de repuestos, sobre todo si su obtención requiere semanas o meses. Además del margen de seguridad que da unas buenas existencias, es importante que haya un sistema de alerta mediante el cual se dé aviso con suficiente antelación para poder reponer las existencias antes de que una fábrica se quede sin algunas de ellas y tenga que dejar de funcionar. Ello resulta difícil en las primeras fases de producción, cuando aún son inciertas las modalidades de consumo, pero los sistemas computadorizados de que se dispone hoy día permiten introducir sistemas de gestión de existencias muy perfeccionados, a un costo mínimo.

Divisas En muchos países en desarrollo escasean las divisas, a veces agudamente. No hay nada nuevo en este concepto, pero en los últimos años se ha comprendido plenamente lo que quiere decir. Las consecuencias que implica las están sufriendo muchos proyectos del sector de la pasta y el papel.

Las crisis sucesivas del petróleo del decenio de 1970 tuvieron graves consecuencias, sobre todo en las instalaciones recientemente terminadas cuya estructura se basaba en un abastecimiento barato de combustible. En momentos en que tenían que soportar la carga de altos costos financieros, esas instalaciones se enfrentaron de repente con un enorme aumento de sus gastos de energía. La solución habitual fue obtener de alguna manera más fondos y modificar el diseño de las instalaciones, bien mediante la introducción de aparatos para economizar energía o pasando a utilizar otros combustibles. Esta complicación adicional significó con frecuencia una prolongación de algunos años del plazo necesario para alcanzar una producción a plena capacidad.

En el decenio actual se ha planteado una variante del mismo problema. A medida que los países en desarrollo han registrado una crisis de la deuda, han sido corrientes las devaluaciones de 100% o más. A causa de ello se han visto afectados de repente toda una serie de combustibles, además del petróleo, que en todos los casos exigen disponer de divisas.

Hace unos años se hubiera pensado que la mayoría de las compañías no podrían resistir devaluaciones repentinas de esa magnitud, pero se están observando casos de una capacidad extraordinaria de adaptación. Productores que no habrían considerado nunca la posibilidad de realizar exportaciones están entrando súbitamente en los mercados exteriores. Los insumos importados son sustituidos por productos locales o se utilizan materias diferentes; en cualquiera de estos dos casos, las consecuencias son menores necesidades de importación.

Por ejemplo, un productor de cartón para cajas había realizado operaciones durante unos dos años y estaba a punto de superar las típicas dificultades iniciales de una nueva fábrica cuando su país sufrió una crisis de balanza de pagos. Se puso virtualmente término al suministro de pasta importada y papel de desecho de alta calidad y, cuando la industria recurrió a las materias primas locales, comenzaron a escasear los desechos de papel nacional de la calidad requerida. La compañía ha reaccionado con un cambio en la composición de sus productos y ha obtenido crédito para modificar sus instalaciones a fin de emplear desechos locales de papel de baja calidad.

Es aún demasiado pronto para formular un juicio definitivo acerca de las repercusiones de la crisis de divisas en los productores de muchos países en desarrollo pero, y ello resulta algo sorprendente hasta la fecha los resultados no han sido tan catastróficos como hubiera cabido esperar.

* * *

La inversión en el sector de la pasta y el papel de los países en desarrollo no es en absoluto una actividad imposible, sino todo lo contrario. Sin embargo, se han aprendido algunas enseñanzas útiles en la realización de inversiones. En los términos más sencillos posibles, se dan a continuación algunas orientaciones básicas:

· Actúese con flexibilidad. Se plantearán muchos problemas imprevistos a los que habrá que hacer frente.

· Selecciónese un diseño que funcione en las condiciones locales existentes; dicho de otro modo, manténgase sencillo el diseño.

· Si se necesita asistencia o cooperación técnica, elíjase un socio que tenga interés por el éxito de la empresa.

· Prevéase un largo periodo de rodaje; un plazo de tres a cuatro años puede ser una buena norma.


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