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Papel de la investigación forestal en los trópicos

R.E. Buckman

El Prof Robert E. Buckman se desempeña en el Colegio Forestal de la Universidad del estado de Oregón, en Corvallis; es Presidente de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal.

Preparado en vista del XIX Congreso Mundial de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal, que se reúne en Montreal (Canadá) en agosto de 1990, este artículo examina la creciente conciencia de lo importante que es la investigación forestal en los trópicos, así como lo que contribuyó y lo que puede aún contribuir esa investigación al desarrollo forestal. Paralelamente, otro artículo resume las actividades del sector forestal en el Canadá, país hospedante del Congreso.

La Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO) celebra su XIX Congreso Mundial del 6 al 11 de agosto de 1990 en Montreal. Será el último Congreso que celebre la Unión en su primer siglo de existencia. Han sido años muy fructíferos de cooperación internacional en investigación forestal. Partiendo de las siete instituciones que fundaron la IUFRO en 1892, en Eberswalde (Alemania), el número de sus miembros ha aumentado ya a casi 700 instituciones en más de un centenar de países. Durante casi todo ese tiempo la mayor parte de los cooperantes y participantes fueron instituciones de países industrializados. No obstante, ahora hay claros indicios de que la investigación forestal está intensificándose en las regiones en desarrollo. Lo que es más, al entrar en prensa este artículo, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, donantes bilaterales y multilaterales, la FAO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial están debatiendo cómo organizar y enfocar una investigación forestal considerablemente intensificada para los países tropicales.

Creciente interés por la investigación forestal en los trópicos

El XVII Congreso Mundial de la IUFRO, celebrado en 1981 en Kyoto (Japón), pidió encarecidamente que se intensificaran las investigaciones necesarias para activar el desarrollo forestal del Tercer Mundo. Una ponencia preparada para dicho Congreso por la FAO y el Banco Mundial instaba a que se apreciaran las necesidades de investigación forestal de los países en desarrollo (Banco Mundial/FAO, 1981) y condujo a la institución, a mediados de 1983, del Programa Especial de la IUFRO para Países en Desarrollo (PEPD).

El programa de trabajo del PEPD que aprobó el Consejo Ejecutivo de la IUFRO establece seis líneas principales de acción: planeamiento de la investigación; capacitación en administración de las investigaciones; capacitación en métodos de investigación; mejorar el flujo de información a los especialistas forestales de los países en desarrollo; estimular la organización de «hermanamientos» y «redes»; y crear un fondo internacional para la capacitación en investigación forestal. Gracias a generosas contribuciones de muchos organismos donantes, entre ellos el Banco Mundial, el PNUD, organizaciones de ayuda de los Estados Unidos, la República Federal de Alemania y el Canadá, y la ayuda material de la FAO, se han hecho progresos en los cuatro primeros aspectos; por ejemplo, en el marco del PEPD se han analizado varios problemas regionales de investigación (IUFRO, 1989). En cambio, harán falta más recursos para poder hacer algo eficaz en las dos últimas líneas de acción.

Con la adopción del Plan de Acción Forestal en los Trópicos (PAFT) en 1985 por el Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos (FAO, 1986), el incremento de la investigación forestal en los países en desarrollo adquirió considerable ímpetu. En efecto, el mandato del PAFT especifica inequívocamente la necesidad de un programa acelerado de investigación e institucionalización, esencial para la conservación y el aprovechamiento del recurso forestal de forma que no decaiga su rendimiento.

«Mientras pudieron explotarse grandes zonas de bosques naturales, se efectuaron pocas investigaciones en sistemas silviculturales y regímenes de ordenación. Aunque la investigación y el desarrollo consiguiente de este sector no ofrecerán una panacea para todos los males de los bosques tropicales, si se estructura correctamente y se orienta de modo adecuado, la investigación puede contribuir al desarrollo de prácticas más eficientes y a una mayor productividad de los recursos forestales básicos... Es importante, por consiguiente, ampliar y fortalecer los esfuerzos pertinentes de investigación ...» (FAO, 1986).

En el contexto del PAFT, en julio de 1987, se reunieron en Italia, en el Centro Rockefeller de Bellagio, representantes de los donantes más importantes y dirigentes agrícolas y forestales. Una de las diez recomendaciones sobre bosques tropicales que produjo Bellagio I insiste en que se fortalezca la investigación.

«Ha de intensificarse la investigación en las esferas técnica, biológica, socioeconómica y política. .Como ejemplo, son muchas las posibilidades de elevar la productividad de árboles polivalentes por medios fitotécnicos o de biotecnología, con lo que se contribuiría a satisfacer necesidades esenciales de la gente del campo. Será necesario aumentar considerablemente la financiación destinada a esa investigación y debería examinarse la posibilidad de establecer un grupo consultivo internacional sobre investigación forestal y elaboración de políticas con una visión y una determinación comparables a las del grupo organizado para la agricultura en el lugar mismo de esta Conferencia hace casi veinte años.» (GAIIF, 1988.)

En diciembre de 1988, prosiguiendo con las iniciativas de Bellagio I, un grupo ampliado de donantes y dirigentes forestales se reunió en Wiston House, en el Reino Unido, para tratar concretamente de la investigación forestal (GAIIF, 1988). Esta conferencia recomendó que se prosiguieran las actividades que se estaban llevando a cabo en materia de investigación forestal, hasta el momento en que se decida incluir las actividades forestales en el mandato del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI), organización que agrupa los 13 Centros Internacionales de Investigación Agrícola.

INVESTIGACION SOBRE LA COPRA EN FILIPINAS casi la mitad de la provisión mundial de copra viene de la industria de coco de Filipinas

Después de la Conferencia de Wiston House (generalmente denominada Bellagio II), el Comité Asesor Técnico (CAT) del GCIAI creó un grupo forestal. Se reunió varias voces y preparó documentación en que propone varias maneras posibles para incorporar la investigación forestal en el sistema del GCIAI. En principio, ya fue aceptada oficialmente en 1989, cuando el Grupo se reunió en Canberra (Australia). Se han agregado cuatro especialistas forestales a los 14 especialistas agrícolas que hasta esa fecha integraban el CAT. Sin embargo, todavía no se ha determinado concretamente qué partes de la investigación forestal pasarán al sistema del GCIAI. Entre las propuestas, figuran algunos aspectos de genética forestal (propagación clonal y biotecnología), conservación de plasma germinal de las plantas leñosas, microbiología del suelo, ordenación y conservación de bosques naturales y política e investigación socioeconómica. Por otra parte, también se piensa en la posibilidad de incorporar en el GCIAI la investigación agroforestal y otros varios centros de investigación, por ahora no asociados, cuyo mandato tiene que ver con los recursos naturales (suelos, acuicultura, riego).

La incorporación de la investigación forestal al mandato del sistema del GCIAI debería mejorar la colaboración entre los sectores agrícola y forestal y facilitar la cooperación en materias comunes a ambos sectores. Permitirá, además, al sector forestal aprovechar la superioridad y experiencia de los sistemas de investigación agrícola, más amplios y experimentados, y en particular, los de organización de investigaciones y control de la calidad, métodos para capacitar expertos y técnicos, mejores métodos de extensión y fortalecimiento de las instituciones nacionales de investigación.

La entrada de la investigación forestal en el grupo de los más destacados centros de investigación agrícola es un acontecimiento sobresaliente en la historia del sector forestal. No obstante, la mayoría de las investigaciones forestales tropicales seguirá haciéndose fuera del sistema del GCIAI, a cargo sobre todo de instituciones nacionales. El grueso de los fondos y del personal tendrá que proceder de los propios países en desarrollo, aunque serán también considerables el apoyo y la cooperación bilateral y multilateral.

Esenciales para lograr la máxima eficacia con la mínima duplicación de esfuerzos serán las redes de colaboración, como las de la FAO, la Asociación para la Fijación del Nitrógeno, el Centro Técnico Forestal Tropical de Francia, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza de Costa Rica, el Proyecto de la USAID en Asia para el Fomento de la Investigación y Desarrollo Forestal y de la Leña y las redes fitotécnicas del Instituto Forestal de Oxford. Obedeciendo a la recomendación de Bellagio II de mantener el ímpetu de la investigación forestal, el Banco Mundial, el PNUD, la Administración para el Desarrollo de Ultramar del Reino Unido, USAID y otros, contribuyen ya más de un millón de dólares EE.UU. anuales al PEPD para las actividades de las redes regionales, capacitación e información. Por su parte, la FAO intensificará sus esfuerzos en materia de investigación forestal, especialmente ayudando a los países a reforzar su capacidad para investigar.

Financiación e instituciones

Es esencial allegar más fondos para costear investigaciones forestales en los trópicos. En 1981, último año para el cual hay estadísticas mundiales, la cantidad total invertida en investigación forestal en los países en desarrollo fue de 186 millones de dólares EE.UU., es decir de sólo el 12 por ciento de la inversión mundial en investigación forestal (Margen et al., 1988). Dicho de otro modo, en 1981 no se dedicó a la investigación forestal en el mundo en desarrollo ni siquiera un décimo de lo que se dedicó a la investigación agrícola, expresado en términos del valor comercial de la producción. No quiere esto implicar que se dedica demasiado a la investigación agrícola; quiere decir que se consagra a la investigación forestal una cantidad lamentablemente insuficiente.

En 1986 donantes internacionales aportaron 46 millones de dólares a la investigación forestal (FAO, 1987). La meta debería ser, en mi opinión, una contribución anual de otros 100 millones de dólares. A modo de comparación, las aportaciones actuales, sumadas a esos propuestos 100 millones, se acercarían a lo que el presupuesto del Servicio Forestal de los Estados Unidos destina a investigación en 1990, y eso no es más que la mitad de lo que en total gasta el Gobierno de los Estados Unidos en investigación forestal. Paralelamente a esa mayor afluencia de fondos, los distintos países tendrían que reforzar su capacidad para llevar a cabo programas eficaces.

Aportación de las investigaciones; potencial y prioridades

El uso de técnicas nuevas ha sido la clave para el aumento de la productividad de la agricultura en casi todo el mundo. Idear toda una tecnología más productiva sigue siendo una estrategia fundamental para que la agricultura obtenga el máximo rendimiento de los cada vez más escasos recursos de tierra, agua, energía, etc. (GCIAI, 1987). Otro tanto puede decirse de la investigación forestal. Aunque su . contribución al desarrollo forestal no está tan bien documentada como la de la agricultura, recientemente se han publicado varios informes al respecto (IMR, 1985; CAIIF, 1988).

MADERA DE CAUCHO EXPORTADA DE MALASIA tallada en Taiwan, provincia de China

Esos informes ponen de relieve lo mucho que se ha adelantado gracias a la investigación en la creación y cultivo de especies de árboles de crecimiento rápido, naturales e introducidos, como eucaliptos, pinos, álamos, teca, especies Terminalia y leguminosas arbóreas. También se ha conseguido mucho investigando cómo aprovechar mejor los productos del bosque. Gracias a la técnica que ha permitido utilizar la «rubberwood», por ejemplo, Malasia en la actualidad exporta más de 250 000 m³ anuales de una materia que antes no servía apenas para nada. En su conjunto, las inversiones en investigación aplicada de este tipo han dado rendimiento interno elevado, que oscila entre el 14 y más del 200 por ciento (Bengston y Jakes, 1986).

El Plan de Acción Forestal en los Trópicos y los participantes en Bellagio II concordaron cinco áreas prioritarias para la investigación forestal. Es digno de mención que esas amplias áreas abarcan conjuntos coherentes de actividades; no obstante, son tan interdependientes que convendrá adoptar disposiciones institucionales que fomenten la intercomunicación del personal profesional. Sin duda, alguna de esas áreas rendirá utilidades antes que otras, pero es esencial acelerar la investigación en todas ellas.

Por lo que hace a conservación y ordenación de bosques naturales la investigación deberá dar como fruto un mejor conocimiento de los procesos ecológicos, de la diversidad biológica y de los productos madereros y de otra índole, de los bosques naturales que no hayan sido reservados como área protegida. Esta investigación n tiene por objeto formular estrategias para la protección y ordenación sostenida de los bosques naturales.

La investigación sobre el árbol en los sistemas agrícolas se concentra en agrosilvicultura y protección y rehabilitación de cuencas hidrográficas, o dicho de otro modo, en el papel de árboles y arbustos en los sistemas agrícolas y pastorales. Esta investigación tiene muchas de las complejidades de la agricultura y de las ciencias forestales y representa una estrategia importante para detener la degradación de los campos y para proporcionar estabilidad económica y social a las áreas rurales. En la actualidad se presta mucha atención en todo el mundo a estas investigaciones, siendo particularmente dignos de mención los trabajos que lleva a cabo el Consejo Internacional de Investigación Agroforestal, con sede en Nairobi (Kenya).

INVESTIGACIÓN FORESTAL NO MADERERA EN PERU experimentar las plantas para uso medicinal

La investigación sobre fitotecnia de los árboles y silvicultura intensiva es el equivalente forestal de la investigación agronómica sobre trigo, arroz y otros productos agrícolas e implica trabajos de ensayos de origen, genética del árbol, propagación vegetativa, control de plagas, fertilización y todas las prácticas necesarias para producir árboles de elevado rendimiento que sirvan para muy diversos modos de aprovechamiento forestal o agroforestal. Los árboles y las prácticas culturales que así se obtengan resultarán especialmente útiles en la rehabilitación de tierras degradadas, en las que, a la vez, proporcionarán a la gente del campo un medio importante de progreso económico y social. El Programa Especial para Países en Desarrollo de la IUFRO ha preparado ya varios análisis en esta esfera para Asia, Africa y América del Sur (IUFRO, 1989).

La investigación para perfeccionar el aprovechamiento - la extracción y transformación de productos tradicionales de la madera y del papel, mejor uso de la madera de construcción, mejores cocinas y hornos para carbón vegetal, etc.- muchas veces rinde resultados enseguida, ya que puede bastar una simple adaptación de investigaciones hechas en otra región También se pueden conseguir buenos resultados mejorando la extracción y la calidad de productos que hasta ahora se desperdiciaban o apenas se aprovechaban. En el contexto del Programa Especial para Países en Desarrollo, la Quinta Dirección (Investigación sobre Productos Forestales) de la IUFRO ha tomado la iniciativa de preparar análisis de los problemas de investigación planteados en el sudeste de Asia, Africa y América del Sur (IUFRO, 1989).

La investigación política y socioeconómica debe extenderse incluso fuera del sector forestal, ya que encara problemas que estimulan u obstaculizan las buenas prácticas forestales. Gran parte deberá ser realizada cooperativamente con el sector agrícola, o con otros sectores e instituciones, nacionales y de otros países y regiones. Algunos ejemplos son las cuestiones de derechos de propiedad y tenencia de la tierra, los problemas culturales y de género que se plantean en la conservación y uso de la tierra, las políticas de comercialización y precios de la madera y otros productos, los efectos de las barreras comerciales arancelarias y de otros tipos, la capacidad institucional para ejecutar programas forestales y el marco jurídico y administrativo para las actividades forestales.

De las cinco áreas prioritarias, en la que menos ha adelantado la investigación es en la última: cuestiones de política. Aún hay que determinar prioridades y el modo de organizar dicha investigación. Debidamente hechos, esos estudios repercutirían profundamente sobre las cuestiones forestales e indicarían la manera de enlazar lo forestal con otros sectores del uso de la tierra, de la economía y de las instituciones, buscando soluciones intersectoriales para los problemas que se plantean en el aprovechamiento sostenido de los recursos forestales tropicales.

CONCLUSION

Es claramente indispensable incrementar la capacidad para determinar las prioridades de investigación forestal preferibles para los usuarios; fortalecer las instituciones existentes (tanto directamente como mediante hermanamientos y redes) y crear otras cuando sea preciso, y planear, organizar y llevar a cabo investigaciones a ritmo acelerado. Pero la investigación forestal sólo tiene objeto si enlaza íntimamente con las medidas prácticas que pretende apoyar. Por ejemplo, es esencial incrementar la capacidad para difundir y extender, estimulando así la participación en programas de investigación, y para diseminar la información existente y la que se acumule. El proceso del PAFT con su enfoque global y multidisciplinario es una estrategia poderosa para insertar técnicas nuevas en los programas de acción y para determinar con base en lo que se aprenda sobre el terreno, cuál habrá de ser la generación siguiente de prioridades.

Los acontecimientos más recientes parecen conducir a la creación de un amplio sistema parcialmente centralizado (la parte del GCIAI), con mejor enlace regional (las redes de investigación existentes y nuevas), y capacidad nacional de investigar reforzada. El resultado será análogo al actual sistema internacional de investigación agrícola, con sus múltiples participantes, su mezcla de instituciones centralizadas y descentralizadas e interconexiones que facilitan el intercambio de información y estimulan la cooperación.

Hace más de 20 años nació en Bellagio el Sistema de Investigación Agrícola Internacional; consiste actualmente en 13 destacados centros de investigación agrícola, mantenidos con contribuciones exteriores del orden de los 250 millones de dólares anuales. En parte gracias a ese esfuerzo el mundo puede ahora dar de comer a varios centenares de millones de personas más que hace 20 años. La investigación forestal está ahora en una coyuntura no muy diferente de aquella en que se encontraba entonces la investigación agrícola. Esperemos que progrese igualmente bien y que contribuya tanto a la silvicultura tropical como la investigación agrícola ha contribuido a la provisión de alimentos. Si así fuera, sería signo de que el segundo siglo de existencia de la IUFRO empieza bien.

Bibliografía

Banco Mundial/FAO. 1981. Forestry research needs in the developing world-time for reappraisal? Documento especial elaborado para el 17° Congreso Mundial de la IUFRO, Kyoto, Japón. Roma, FAO.

Bengston, D.N. y Jakes, P.J. 1986. Economic evaluation of forestry research: an overview of recent efforts. En Proceedings, IUFRO Working Party S4.05-05. 18° Congreso Mundial de la IUFRO. Ljubljana, Yugoslavia. IUFRO.

CGIAR. 1987. Consultative group on international agricultural research. 1986/1987 annual report. Wáshington, D.C. Secretaría del GCIAI en el Banco Mundial.

FAO. 1986. Plan de Acción Forestal en los Trópicos. Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos. Roma.

GAIIF. 1988. Estrategia mundial para la investigación tropical. Nueva York, PNUD. Grupo de Acción Internacional sobre Investigación Forestal.

IMR. 1985. Tropical forests: a call for action, partes I, II y III. Informe de un Grupo Internacional de Acción reunido por el Instituto Mundial de Recursos, el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Wáshington, D.C.

IUFRO. 1989. INCOFRE: a research and extension system for tropical forestry. Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal, Viena.

Mergen, F.; Everson, R.E.; Judd, M.A. y Putnam, J. 1988. Forestry research: A provisional global inventory. Discussion Paper No. 503. New Haven, Conn., Yale University, Economic Growth Center.


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