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La cría de animales pelíferos y las zoonosis


Enfermedades virales
Enfermedades bacterianas
Micosis
Parasitosis
Profilaxis

P.E. Martino y N.O. Stanchi

La dirección de los autores es: Instituto de Patología, Facultad de Veterinaria, calles 60 y 118, Casilla de Correos 296, 1900 La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

La cría de animales peletería como el visón (Mustela vison), turón o fitch (Mustela putorius furo), zorro azul y plateado (Alopex lagopus, Vulpes fulva), nutria (Myocastor coypo), chinchilla (Chinchilla laniger), y conejo de angora (Oryctolagus cuniculi), da origen a una industria multimillonaria en todo el mundo. La producción de pieles finas de animales en cautiverio suele verse amenazada por una gran cantidad de enfermedades infecciosas, parasitarias y metabólicas que provocan altas tasas de mortandad en animales jóvenes y adultos, baja eficiencia reproductiva y elevado porcentaje de pieles de mala calidad. Los criaderos constituyen uno de los escenarios más recientes de la relación hombre-animal, y hoy han alcanzado una dimensión que, además de incidir sobre la vida de los animales, repercute sobre la del hombre mismo. El objeto de este artículo es hacer hincapié en las enfermedades zoonóticas que amenazan al hombre y a los animales pelíferos.

Enfermedades virales

Entre las enfermedades virales, la rabia (rhabdovirus, ARN) ocupa un lugar primordial, habiéndose constatado brotes por virus vacunar y por consumo de vísceras de animales afectados en zorros, visones y nutrias de criadero (Bosgiraud y Nicolas, 1985). La encefalopatía transmisible de los visones y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakov en el hombre tienen como origen común el consumo y manipuleo de carnes de ovejas enfermas de scrapie (Bosgiraud y Nicolas, 1985). En todos los casos se trata de encefalopatías espongiformes, ocasionadas quizás por el mismo agente no convencional (prión) o virus lento, pudiéndose suponer un contagio hombre-visón.

En cuanto a la enfermedad aleutiana o plasmacitosis virar (parvovirus, DNA) - la más devastadora en visones -, se han observado altos títulos de anticuerpos en operarios de criadero e incluso un caso de muerte por mieloma múltiple de una persona que había manipulado y sido mordida durante años por visones enfermos (McGuire y Crawford, 1982). Los rotavirus (revirus, ARN) son causantes del síndrome entérico mortal en visones y conejos al destete, y en el hombre (sobre todo niños); hay serotipos comunes al hombre y al animal, y la transmisión es fecal-oral (Acha y Szifres, 1986).

Togavirus (ARN) de la encefalitis de Powasan fue aislado en mustélidos y zorros con encefalitis mortales, y es causante también de meningitis humanas (el contagio sería por picadura de garrapatas de animales) (Acha y Szifres, 1986).

Para el estudio de la nutria en Uruguay se toman las medidas del animal - Taking measurements as part of a study on nutria in Uruguay - Prise des mesures nécessaires à une étude sur le ragondin en Uruguay

Los visones son altamente susceptibles in vitro a A/Bangkok/1/79 y a A/Kanamoto/37/79 - los principales agentes de la influenza o gripe humana - encontrándose en animales de criadero títulos de anticuerpos muy altos [1:128 (13)].

Los adenovirus, que ocasionan diarreas mortales en conejos, y hepatitis infecciosa y aborto en nutrias, tienen correlación antigénica con los adenovirus humanos.

Enfermedades bacterianas

Se observan a menudo casos de tuberculosis por las mucobacterias M. tuberculosis var. hominis, bovis y avium en visones y turones por consumo de carnes de bovinos y pollos enfermos (Martino, 1989; Martino et al., 1991). Las lesiones en el pulmón y el aparato digestivo indican un contagio al hombre por vía aerosol-aérea y por materia fecal.

Las enterobacterias constituyen un grupo muy importante de agentes patógenos: Pseudomonas aeruginosa (neumonía hemorrágica en visones y zorros; enteritis en chinchillas y nutrias), Escherichia coli (gastroenteritis en conejos; neumonía y aborto en zorros), Clostridium perfringens B-toxigénico (disentería en crías de nutria y conejo) y Salmonella dublin, S. typhimurium y S. enteritidis (enteritis severas en zorros y nutrias) (Martino, 1989; Martino et al., 1990; Scheuring, 1977; Stanchi y Martino, 1989; Wenzel, 1982). Además Campylobacter foetus spp. jejuni y coli provocan colitis ulcerativa en el visón y turón, mientras que Yersinia pseudotuberculosis y Y. enterocolitica provocan hepato-esplenitis y enteritis necrótica en la nutria y chinchilla (Cipolla et al., 1987). Todos los agentes nombrados pueden ocasionar graves trastornos septicémicos, febriles y gastroduodenales en el hombre, mediante contagio por secreciones, agua y alimentos (Acha y Szifres, 1986).

Dermatitis purulentas, enteritis y mastitis por Staphylococcus aureus en animales pueden contagiar al hombre. Asimismo la tularemia (Francisella tularensis) de visones y conejos, y la brucelosis (Brucella abortus bovis) de visones y zorros son fácilmente transmisibles a los operarios (Martino et al., 1987; Shen et al., 1982). Otra enfermedad temible es la listeriosis (Listeria mono-cytogenes), que da cuadros de enteritis y encefalitis mortal en chinchillas y conejos; puede pasar al hombre (sobre todo niños), aunque la incidencia es baja (Acha y Szifres, 1986).

No es rara la infección por Leptospira interrogans, L. serovar y L. canicola en zorros y L. icterohemorragiae y L. bratislava en nutrias. Se han observado altos títulos de anticuerpos en visones (Stanchi, Martino y Martino, 1987; Wenzel, 1982). El contagio al hombre y a los animales es por orina de los individuos enfermos.

La dermatofilosis de las nutrias (por Dermatophilus congolensis, orden Actinomycetales) ocasiona lesiones costrosas crónicas en el cuero de pronóstico grave. En el hombre se han descrito pocos casos por contagio directo con las lesiones.

Finalmente, Streptococcus pyogenes produce en el hombre anginas sépticas, septicemia y endocarditis, y en los animales mortandad perinatal; Streptococcus zooepidemicus ocasiona meningitis y endocarditis en el hombre y neumonía fibrinosa enzoótica en nutrias (Martino, 1989; Scheuring, 1977; Wenzel, 1982).

Micosis

Las dermatofitosis por Microsporum canis y Tricophoton mentagrophites de visones, zorros, chinchillas y conejos, la criptococosis (Cryptococcus neoformans) y la moniliasis (Candida albicans) de los turones, aunque de observación esporádica, pueden infectar al hombre (Hagen y Gorham, 1972; Scheuring, 1977; Wenzel, 1982). Asimismo existe gran riesgo de contraer aflatoxicosis por ingestión de hígados afectados de conejo y nutria (Julini, 1986).

En las gastroenteritis diarreicas del hombre, nutrias, chinchillas y conejos, se han observado Entamoeba histolytica (amebiasis), Criptosporidium sp. (criptosporidiosis) y Giardia intestinalis y G. muris (giardiasis) (Acha y Szifres, 1986; Scheuring, 1977). La transmisión es fecal-oral, al eliminar el huésped los quistes con las heces. A su vez, el hombre puede contagiarse con la sarcocistosis del conejo y nutria, al consumir sus carnes que contienen quistes con metrocitos y bradizoítos.

Entre los animales pelíferos se han hallado altos niveles de mortandad perinatal y de seropositividad para toxo-plasmosis, una de las zoonosis más difundidas (Martino et al., 1988). El hombre se infecta fácilmente por ingestión o manipuleo de carne quística cruda de nutria y conejo. En cambio, la transmisión por los exudados nasal y saliva es infrecuente, pues los trofozoítos son lábiles y viven poco en el exterior (Hagen y Gorham, 1972).

La nosematosis (por Encephalitozoon cuniculi) es una parasitosis cerebro-renal crónica de conejos, zorros y probablemente del hombre (Mandelli, 1987; Wenzel, 1982).

Parasitosis

Entre las nematodiasis, la triquinosis (Trichinella spiralis) infecta al hombre por consumo de carnes de nutria parasitadas con larvas (Scheuring, 1977). Zorros y visones con parasitosis intestinales por Toxocara canis, Echinococcus multilocularis, Ancyclostoma canium y Uncinaria stenocephala pueden contagiar al hombre ocasionándole severas hepatitis y lesiones por Larva migrans cutánea y visceral (Acha y Szifres, 1986).

Tricostrongilus colubriformis (gusano corto y fino gastroduodenal) infecta al hombre, nutria, chinchilla y conejo. El riesgo de muerte por ingestión de huevos de Capillaria hepática de nutrias es muy alto en el hombre, debido a la invasión masiva del parásito adulto en el hígado. Dirofilaria inmitis, que parasita el pulmón y arteria hepática del zorro, puede transmitirse al hombre por mosquitos. El visón es el principal reservorio de Dioctophyme renale (gusano gigante del riñón) que raramente ocasiona problemas al hombre.

Entre los vectores de cestodiasis son riesgo permanente para el hombre los zorros parasitados por Diphylidium caninum (los niños se infectan ingiriendo accidentalmente pulgas del zorro con cisticercoides) y Diphyllobothrium latum, además de nutrias y chinchillas parasitadas con Hymenolepis nana y H. diminuta (Acha y Szifres, 1986). De las trematodiasis, a pesar de ser infrecuentes, se pueden mencionar las infecciones por Nanophytues salmincola (distomatosis intestinal en hombre y zorro), Paragonimus westermani (distomatosis pulmonar en hombre y visón) y Dicrocoelium dendriticus (distomatosis hepatobiliar en conejo, nutria y hombre).

Son muy contagiosas para el hombre las dermatitis por ácaros Cheyletiella de conejo y visones, y la sarna sarcóptica (Sarcoptes scabiei) de los zorros. En ambos casos el ácaro se transmite por contacto íntimo.

Profilaxis

La prevención de las enfermedades mencionadas se basa en distintos factores tendentes a una correcta higiene en los criaderos, a saber:

· remoción periódica de la materia fecal;

· uso estricto de guantes, botas y delantales plásticos en todo manipuleo de animales vivos, extracción de cueros y preparación de los alimentos crudos;

· control de calidad bacteriológica del agua y alimentos;

· erradicación de animales ajenos a la explotación (roedores, perros, gatos, pájaros, etc.), y no incorporación de animales de vida silvestre como reproductores;

· desinfección diaria de guantes, jaulas, corrales, comederos, bebederos y recipientes de elaboración del alimento;

· controles sanitarios oficiales de operarios;

· necropsias de animales realizadas por personal veterinario bajo estrictas condiciones de bioseguridad en laboratorio, y posterior cremación de los cadáveres;

· cumplimiento de los planes de vacunación anual para los animales.

Bibliografía

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