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Empleo, condiciones de vida y seguridad del trabajo en el manejo de los bosques de Indonesia

B. Strehlke

Bernt Strehlke es actualmente asesor técnico principal de un proyecto que, con asistencia de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), establece una escuela de corta en Fiji. Previamente había sido especialista de la OIT en industrias madereras, con base en Ginebra.

Se exponen algunas ideas e informaciones recogidas par el autor en reuniones con los representantes de los Ministerios de Bosques y del Trabajo, y de la Asociación de Concesionarios Forestales de Indonesia. Las reuniones se llevaron a cabo durante visitas a instituciones de formación; durante la observación de las principales actividades de las concesiones forestales en Indonesia; y durante un seminario - taller realizado en Yakarta en 1991.

Las políticas adoptadas por el gobierno de Indonesia, en 1980 sobre la producción y el fomento de las industrias forestales de transformación y la exportación de madera, y en 1989 sobre la exportación de productos derivados, estimularon una considerable expansión de la industria maderera nacional. El sector forestal y maderero es actualmente el que, después del petróleo y el gas, aporta más divisas al país; este rápido crecimiento obligó a las industrias forestales a absorber un gran número de trabajadores de distintos tipos y niveles.

La fuerza de trabajo forestal en Indonesia

No hay datos estadísticos completos acerca del personal empleado en el sector forestal de Indonesia; existen, en cambio, estimaciones parciales, de distintas fuentes. Por ejemplo, un anteproyecto preparado para el Programa de Acción Forestal Tropical (PAFT), con base en datos de la Asociación de Concesionarios Forestales de Indonesia, alude a «más de 800000 empleados», número que incluiría los de las industrias madereras, que fabrican principalmente madera terciada (Gobierno de Indonesia, 1991); datos proporcionados por la Indonesian Forestry Community y citados en Unasylva (Hasan, 1991), indican que el sector forestal emplea más de 425000 trabajadores; datos reunidos por un proyecto de la FAO dan una cifra cercana a 250000 (véase el Cuadro 1), mientras que datos de la OIT señalan 84000 empleados en la industria de la madera terciada (véase el Cuadro 2).

De los Cuadros 1 y 2 se deduce que la extracción y plantación de árboles ocupaban en años recientes a unos 80000 trabajadores, y puede esperarse que al incrementarse los programas de plantación aumente el número de empleados. Considerando 300000 ha anuales adicionales que se desyerban durante dos a tres años, y 0,2 años de jornadas de trabajo por hectárea, habría que emplear 60000 personas a tiempo completo o más de 100000 a medio tiempo. Este cálculo a grandes rasgos (basado en cifras obtenidas sobre el terreno en las grandes plantaciones industriales) más bien pecará por defecto que por exceso.

En la extracción, los puestos principales son los de motosierristas y de tractoristas. En bosques naturales, un operador de motosierra apea diariamente diez árboles, cada uno con aproximadamente un volumen medio de 5 m3. Suponiendo que haya 20 jornadas mensuales de trabajo, corresponde a un volumen anual de 10000 m3 por cada motosierrista. Si se quiere apear 35 millones de m3 anualmente, será preciso emplear 3500 motosierristas y 3500 ayudantes. Del mismo orden de magnitud será el número de tractoristas y de ayudantes para los mismos. Esto quiere decir que para la corta y el arrastre de árboles, que son las operaciones cruciales desde el punto de vista de la seguridad y de la ordenación, se emplearían unos 14000 trabajadores. Habría aún que agregar aproximadamente 1000 capataces para la corta y otros tantos para el arrastre.

CUADRO 1. Empleo en el sector forestal de Indonesia, 1988-1989

Empleador

Número de empleados

Ministerio de Bosques

3758

Personal forestal provincial

29347

Empresas del Estado

13957

CONCESIONARIOS:


Manejo y extracción

70476

Aserraderos

35495

Tableros de madera

95412

Total

248445

Fuente: Kir y Kuswanda 1990.

CUADRO 2. Empleo en la industria de la madera terciada de Indonesia, 1987

Tipo de empleo

Número de empleados

Manejo y administración forestales

8000

PRODUCCION FORESTAL:


Obreros calificados

20000

Obreros semicalificados

12000

Obreros no calificados

44000

Total

84000

Fuente: datos de la OIT.

A pesar de que una elevada proporción de los obreros ocupados en los viveros, y en la plantación y el mantenimiento de plantaciones son empleados sólo por unos meses, la extracción de madera es, en principio, una actividad continua que sólo se interrumpe cuando hay mal tiempo y durante las fiestas. Sin embargo, los trabajadores cambian con mucha frecuencia: los ayudantes raramente se quedan por más de un año; los motosierristas no suelen superar los cinco años; sólo los tractoristas son más permanentes, y se quedan por 15 años o más.

La situación es muy diferente en el caso del transporte de la madera, que se realiza parcial o totalmente en camiones de 5 a 50 toneladas de capacidad de carga. Las distancias tienden a alargarse (muchas veces más de 100 km) y la carga suele hacerse mecánicamente, pero también a mano en el caso de la madera para pasta. Es difícil, por consiguiente, calcular la fuerza de trabajo empleada en esta actividad.

En años venideros, cuando las plantaciones empiecen a entrar en fase de cosecha, aumentarán rápidamente las necesidades de mano de obra para la extracción, y el número de empleados probablemente se duplicará en los próximos 20 años, por lo que la fuerza de trabajo ocupada en la extracción y plantación aumentará gradualmente hasta alcanzar aproximadamente 250000 personas.

Condiciones de vida de los trabajadores forestales

Las condiciones en que viven los obreros industriales (p. ej. en las fábricas de madera terciada) son muy diferentes de las vigentes en el bosque. Los obreros industriales, en su mayoría mujeres, gozan de condiciones relativamente estables. Si trabajan en lugares apartados, se les proporcionan facilidades como alimentos, vivienda, atención médica, escuelas, mezquitas o iglesias, zonas para deportes y transporte a la ciudad. En el caso ideal, las familias se establecen, crían y educan hijos, y, a su debido tiempo, éstos pasan a ser empleados de la compañía.

Las casas prefabricadas en los campamentos forestales de Indonesia son poco atractivas para las familias

En el bosque hay menos estabilidad. La mayor parte de la gente - camioneros, mecánicos, supervisores, etc. - reside en los campamentos centrales. Una minoría acampa cerca del tajo y cambia con frecuencia de lugar (operadores de motosierra, algunos camioneros). Las condiciones de vida en los campamentos son en general mucho peores que las de los obreros de las industrias. La mayoría de los acampados son solteros o viven alejados de su familia. Muchos van a casa con regularidad - una o dos veces al mes - pero otros no lo hacen más que un par de voces al año.

Para los obreros forestales la situación es semejante, pero aún más precaria. El lugar de trabajo se desplaza con mayor frecuencia y los trabajadores - conductores de camión, mecánicos, capataces - tienen que acampar por su cuenta. En los campamentos más cercanos a los viveros centrales, hay, en general, mayores comodidades, pero en cambio los obreros emplean una hora o más cada día para llegar al lugar de trabajo.

Estas condiciones de trabajo no estimulan la formación de una fuerza de trabajo estable y bien calificada y son contrarias a los objetivos del Gobierno de mejorar las condiciones de vida en el bosque. En efecto, es indispensable disponer de recursos humanos sostenibles para poder practicar una silvicultura sostenible. Las concesiones más extensas necesitarán comunidades viables como fuente de la parte principal de su fuerza de trabajo. Las condiciones de vida en ellas deberán ser suficientemente atractivas como para que familias enteras decidan permanecer en ellas para siempre. Entre otras cosas, eso exige la asignación de parcelas de tierra para huertos familiares.

Condiciones de empleo

Un informe, resultado de una investigación acerca de las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores madereros del este y del centro de Kalimantan (RDMD-YKTI, 1987), que abarca tres compañías con explotaciones de secano, dos con extracción de trozas en pantanos y otra en manglares, afirma que prácticamente todos los obreros empleados en la extracción lo fueron a través de contratistas. En seis compañías de distintas islas que visitó el autor predominaba el trabajo por contrata en la extracción y transporte de madera para pasta, pero sólo en una de ellas los motosierristas habían sido proporcionados por un contratista. Los ayudantes de motosierra y tractor eran, en general, empleados del propio operador, frecuentemente miembros de la propia familia. En resumen, aunque el trabajo por contrata desempeña una importante función en las actividades forestales de Indonesia, no se conoce por ahora su orden de magnitud.

Todas las actividades de extracción, pero no las de plantación, se pagan de acuerdo con la producción. Los ingresos netos mensuales fluctúan entre 50000 y 100000 rupias para los trabajadores de la industria; entre 200000 y 400000 rupias para los motosierristas; entre 300000 y 600000 rupias para los tractoristas; entre 250000 y 700000 rupias para conductores de camiones y entre 60000 y 100000 rupias para los trabajadores dedicados a la plantación. La jornada de trabajo es casi siempre de ocho horas, seis días a la semana, con intervalo de una hora diaria. Prácticamente en todas partes se lleva alimento y agua potable en cantidad suficiente.

Seguridad y sanidad

Resultó extraordinariamente difícil reunir información sobre accidentes y enfermedades. Muchos accidentes no vienen comunicados pues no se suele dar parte a las autoridades más que de los accidentes que ocasionan muertes o invalidez permanente y, probablemente, ni siquiera de todos estos. Muchos trabajadores se retiran al sufrir accidentes graves, por lo cual el número de accidentes que recuerdan los que siguen trabajando no es representativo de la realidad. En varios de los lugares visitados se habían registrado accidentes mortales en los últimos dos años.

En 1978, se promulgó un reglamento ministerial sobre seguridad y sanidad en la tala y el transporte de árboles (Reglamento N° PER/01/MEN/1978). Si bien incluye orientaciones detalladas sobre tipos de labor y asignación de responsabilidades, su contenido no ha sido difundido adecuadamente, y en ciertos aspectos, como en el uso de motosierras, es anticuado.

Un ayudante de motosierrista en Indonesia

En todos los lugares visitados se observaron métodos de trabajo peligrosos, sobre todo en el apeo de árboles (no se despejan suficientemente los caminos de escape y las técnicas de tala son poco cuidadosas). Prácticamente todos usaban cascos proporcionados por la compañía, pero a menudo el calzado era insuficiente. En efecto, se veían muchos motosierristas descalzos y manejando motosierras desprovistas de accesorios importantes para la seguridad. Se manejaban los cables sin usar guantes. Las herramientas utilizadas en la plantación eran en general de mala calidad y no había canastas o sacos que facilitaran el transporte de las plantas.

Al analizar un número limitado de accidentes de 15 compañías en 1974-1990, se descubrió que aproximadamente la mitad ocurrieron durante el apeo, y durante el arrastre y el transporte una cuarta parte cada uno (Sastrodimedjo, 1991). En casi todos los casos la causa fueron ramas u otros objetos que cayeron. En todas las actividades, pero sobre todo en el transporte, era frecuente desconocer o violar deliberadamente los reglamentos de seguridad. Otro factor causante de accidentes es el mantenimiento insuficiente del material y del equipo.

Se observó equipo para socorros sanitarios de urgencia sólo en uno de los campamentos; en otro, que alojaba a más de 100 trabajadores, no había enfermero. La enfermedad más frecuente es el paludismo, que aqueja a la mayoría de los trabajadores. Sólo en casos raros se tomaban medicamentos preventivos.

Si se da por supuesto que en términos generales la extracción de madera tropical en Indonesia es semejante a la de Sarawak (de donde se dispone de estadísticas suficientes), podría decirse que probablemente más de 2000 personas perdieron la vida en accidentes madereros en Indonesia durante el decenio pasado. A esa cifra es preciso agregar cerca de 5000 inválidos totales permanentes. Este cálculo se basa en que en Sarawak, entre 1977 y 1984, se registró un accidente mortal por cada 150000 m3 de madera extraída.

Los motosierristas suelen trabajar descalzas

La International Timber Corporation provee uno de los pocos centros de salud adecuados

Consideraciones para la acción

Con el fin de estabilizar la fuerza de trabajo y mejorar la seguridad de las actividades de apeo, reduciendo al mismo tiempo el daño a las cosechas futuras y al medio ambiente en general, cabría realizar algunas de las acciones siguientes.

Capacitación

En comparación con el promedio nacional, los trabajadores del sector forestal son relativamente bien instruidos; muchos han concluido la escuela media superior. Todos carecen, sin embargo, de formación profesional. Para subsanar estas deficiencias se podrían introducir conceptos de seguridad en el trabajo en toda la enseñanza y capacitación forestales. En un informe reciente dos funcionarios del Centro de Educación y Capacitación Forestales indicaban que dicho tipo de conceptos entrarán a formar parte integrante del nuevo programa de estudios de la enseñanza forestal media alta de Indonesia (Doeryat y Sudarna, 1991). Los mismos autores afirman que dichos conceptos forman parte de los programas de estudio de por lo menos tres facultades forestales: las universidades de Mulawarman (al este de Kalimantan), de Bogor y de Gajah Mada (Yogyakarta).

La capacitación en el uso y mantenimiento de motosierras podría mejorar la seguridad en el trabajo

Por indispensable que a la larga sea la enseñanza académica, no remedia las necesidades inmediatas. Para dotar de los conocimientos apropiados a los motosierristas se podría pensar en instructores que, en visitas de una semana, aseguren la capacitación práctica en el propio trabajo. Seguirían después otras visitas, e incluso un programa para otorgar certificados. Los instructores, elegidos entre los motosierristas más expertos, se calificarían en los centros de capacitación ya existentes. Otro tanto se haría para perfeccionar la formación de otros tipos de trabajadores. Los capataces, debidamente informados de la naturaleza y beneficios potenciales de estos programas, estimularían la participación.

Código de conducta en el trabajo forestal

Es indispensable actualizar los reglamentos de seguridad en el trabajo y, sobre todo, darlos a conocer ampliamente a las compañías y a los propios trabajadores. Esto se lograría redactando un código que gobierne el trabajo en los bosques, formulando a la vez normas de protección del medio ambiente para la tala (como se ha hecho en Fiji) y para las condiciones de vida en los campamentos. A las concesiones que se otorguen en el porvenir se les exigiría cumplir con el código. En los cursos de capacitación todos los alumnos se familiarizarían con el código y, además, se organizarían cursillos de una semana para darlo a conocer a los capataces y a los dirigentes.

Trozando con equipo protector adecuado

Estudio de los accidentes mortales

Sería conveniente pedir a todos los concesionarios forestales que durante un año participen en un estudio especial sobre los accidentes mortales, que se llevaría a cabo en el marco de un proyecto de investigación con los Ministerios de Bosques y del Trabajo. Sería necesario registrar todos los accidentes mortales e investigar a fondo, sobre el terreno, una muestra representativa. Debidamente presentado, el estudio en cuestión contribuiría eficazmente a fomentar medidas de precaución.

Conclusión

Los riesgos que entrañan el trabajo en los bosques y, sobre todo, la extracción de trozas, son causa de creciente preocupación en Indonesia. Cada vez más se reconoce la estrecha relación que existe entre las prácticas seguras de trabajo y un rendimiento elevado, con un mínimo de daños al medio ambiente y a las futuras cosechas de árboles. El progreso exige aplicar un programa coordinado de acción dirigido a mejorar la seguridad en el trabajo y las condiciones de vida de los obreros forestales en el marco de un aprovechamiento sostenible de los recursos forestales.

Se podría iniciar con acciones de capacitación y divulgación a los siguientes niveles:

· trabajadores madereros y particularmente motosierristas (sobre todo con instrucción sobre el terreno);

· capataces (insistiendo en la planificación y control de la tala y extracción direccionales);

· gerencia, incluso al nivel más alto (para explicar la necesidad y la utilidad de mejorar las condiciones de trabajo y de vida en el bosque).

Convendría poner al día, completar y armonizar en un código de trabajo todo lo referente a la seguridad y la sanidad, el planeamiento de las cortas y la protección del medio ambiente. Dicho código deberá estar formulado y presentado de manera que sea fácil de divulgar y comprender a todos los niveles.

Finalmente, se debería crear un sistema para la recolección sistemática de datos sobre la seguridad en el trabajo forestal, que sirva de base en lo sucesivo para las actividades de capacitación y extensión. Además, habría que realizar un estudio sobre la motivación y las actitudes de los obreros y de los capataces, y sobre la relación existente entre la seguridad, el rendimiento y la estabilidad del medio ambiente. Habría, en fin, que definir incentivos para que los concesionarios adopten normas elevadas de seguridad y para que los obreros las apliquen.

Bibliografía

Doeryat, M.M. y Sudarna, A. 1991. Occupational safety and health aspects in forestry education and training. En OIT. ed. Proc. Indonesia/ILO Workshop on Occupational Safety and Health and Working Conditions as a Basis for Operational Efficiency and Sustainability of Tropical Forest Management. Yakarta 13 y 14 de marzo de 1991. Ginebra, OIT.

Gobierno de Indonesia. 1991. Indonesian Tropical Forest Action Programme. Vol. 13. Yakarta. Gobierno de Indonesia.

Hasan, M. 1991. La industria de tableros de madera en Indonesia. Unasylva, 42(167): 11-15.

Kir, A. y Kuswanda, M. 1990. Manpower appraisal for the forest sector in Indonesia. Documento de campo N° VII-2. Proyecto de estudios forestales UTF/INS/065/lNS. Yakarta, Gobierno de Indonesia.

OIT. ed. 1991. Proc. Indonesia/lLO Workshop on Occupational Safety and Health and Working Conditions as a Basis for Operational Efficiency and Sustainability of Tropical Forest Management. Yakarta 13 y 14 de marzo de 1991. Ginebra, OIT.

RDMD-YKTI. 1987. The conditions of work and life of logging workers in East and Central Kalimantan. Yakarta. Research and Documentation Centre for Manpower and Development - Yayasan Tenaga Kerja, Indonesia.

Sastrodimedjo, S. 1991. Safety problems of wood harvesting in natural forests. En OIT. ed. Proc. Indonesia/ILO Workshop on Occupational Safety and Health and Working Conditions as a Basis for Operational Efficiency and Sustainability of Tropical Forest Management. Yakarta 13 y 14 de marzo de 1991. Ginebra, OIT.


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