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Parte 3 - Tema especial: Formulación de criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible


Formulación de criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible


Formulación de criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible


Antecedentes
Esfuerzos para identificar los criterios e indicadores de una ordenación forestal sostenible
Aplicación de criterios e indicadores
Aspectos más sobresalientes de las experiencias y enseñanzas aprendidas
Conclusiones


Antecedentes

Se reconoce comúnmente la importancia de procurar que los bosques estén ordenados sosteniblemente de suerte que proporcionen perpetuamente una serie de productos y servicios medioambientales y sociales. La CNUMAD insistió convincentemente en 1992 en la necesidad de conciliar las funciones productivas con los cometidos protectores, ecológicos y sociales de los bosques; así lo hizo en el Capítulo 11 "Lucha contra la deforestación" (del Programa 21, y en los "Principios relativos a los bosques", es decir, la "Declaración autorizada, y sin fuerza jurídica obligatoria de principios para un consenso mundial respecto de la ordenación, la conservación y el desarrollo sostenible de los bosques de todo tipo"). De acuerdo con los llamamientos a la acción, los gobiernos convinieron en llevar a cabo, en cooperación con grupos interesados especiales y las organizaciones internacionales "la formulación de criterios y directrices científicamente razonables para la ordenación, conservación y desarrollo sostenibles de todos los tipos de bosques".

Varias reuniones internacionales que se han ocupado de la ordenación forestal sostenible han hecho declaraciones y recomendaciones en relación con la elaboración de criterios e indicadores; en especial cabe enumerar las siguientes:

· la "Declaración de Bandung", fruto de la "Conferencia Forestal Mundial" organizada por el Gobierno de Indonesia (febrero de 1993);

· la "Resolución de Nueva Delhi", aprobada por el Seminario internacional "Hacia una silvicultura sostenible: Preparativos para la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de 1995", organizado por la India y el Reino Unido (julio de 1994);

· conclusiones y recomendaciones del taller "Ciencia, bosques y sostenibilidad: Un diálogo político", organizado conjuntamente por el Gobierno de Indonesia y el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR) (diciembre de 1994);

· conclusiones y recomendaciones del Seminario intergubernamental sobre criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible, organizado por el Gobierno de Finlandia en colaboración con la FAO en Helsinki (agosto de 1996);

· las dos reuniones del "Grupo Intergubernamental de Trabajo sobre Bosques Mundiales" patrocinado conjuntamente por los Gobiernos de Malasia y Canadá (abril de 1994, octubre de 1994);

· el "Taller Internacional Japón/Canadá sobre aplicación integrada de prácticas de ordenación forestal sostenible", organizado en colaboración con la FAO y la OIMT en Japón (noviembre de 1996).

La Comisión sobre el Desarrollo Sostenible, en su tercera reunión, celebrada en abril de 1995, en la que se analizaron las actividades complementarias de la CNUMAD, se señaló la preparación de criterios e indicadores como una de las tareas y prioridades principales del Grupo Intergubernamental sobre los Bosques (véase "El diálogo y las iniciativas internacionales de importancia para los bosques", pág. 101). La CDS pidió al GIB que, en colaboración con las organización y entidades nacionales e internacionales, catalizara la ulterior elaboración de criterios e indicadores internacionalmente aceptados, en función de los cuales pudieran apreciarse los avances hacia una ordenación forestal sostenible de todos los tipos de bosques y que promoviese su aplicación a nivel nacional. Posteriormente, la FAO ha sido el organismo de las Naciones Unidas encargado de servir de apoyo a la Secretaría del GIB sobre esta materia, en estrecha colaboración con otros organismos del sistema de las Naciones Unidas y fuera de él.

Esfuerzos para identificar los criterios e indicadores de una ordenación forestal sostenible

Cometido de los criterios e indicadores

Los criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible (denominados a continuación criterios e indicadores) son instrumentos que pueden emplearse para la conceptualización, aplicación y seguimiento de los avances realizados en materia de ordenación forestal sostenible a nivel nacional en su sentido más amplio. Los criterios definen los componentes esenciales de la ordenación forestal a cuya luz pueda evaluarse la sostenibilidad. Por lo tanto, tomados colectivamente, los criterios proporcionan una definición implícita y global, generalmente aceptada sobre el concepto de sostenibilidad. Cada criterio se refiere a un elemento clave de la sostenibilidad, y puede caracterizarse por uno o más indicadores cuantitativos, cualitativos o descriptivos. Con la medición y seguimiento de estos indicadores, pueden apreciarse y evaluarse los efectos generales de las intervenciones de ordenación forestal o la no intervención, y pueden reajustarse las medidas que se tomen para cumplir de forma más eficaz las metas y objetivos enunciados.

En una serie de recientes iniciativas internacionales se ha tratado de fijar criterios para poder definir lo que es una ordenación forestal sostenible y trazar los indicadores para poder seguir de cerca el grado de sostenibilidad (véase infra). Parece que es posible llegar a una serie básica aceptada a nivel mundial de criterios e indicadores nacionales. Aunque el acuerdo al que se llegue sobre unos indicadores comunes favorecería el diálogo internacional y los informes de los países sobre los avances respectivos realizados para conseguir unos objetivos de aceptación universal, las regiones o los territorios ecológicos y países podrían optar por desarrollar indicadores adicionales que se ajusten a sus circunstancias peculiares. Los indicadores para cualquier criterio dado pueden, por lo tanto, variar entre países y entre regiones y ecorregiones.

Iniciativas internacionales anteriores a la CNUMAD

En 1990, antes de celebrarse la CNUMAD, bajo los auspicios de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT) se elaboraron directrices para el manejo sostenible de los bosques tropicales naturales. Basándose en ellas, la OIMT publicó unos criterios a principios de 1992 para el seguimiento de la sostenibilidad en los bosques húmedos tropicales. Esos criterios fueron complementados en 1993 por directrices para el establecimiento de plantaciones forestales tropicales y su ordenación sostenible, así como directrices para la conservación de la diversidad biológica en los bosques tropicales de producción. La OIMT está revisando ahora estas directrices a la luz del uso que de ellas han hecho sus países miembros.

Iniciativas intergubernamentales de acción a nivel nacional posteriores a la CNUMAD

Desde la celebración de la CNUMAD, se han formulado criterios e indicadores a través de varias instancias internacionales y nacionales, tanto gubernamentales como no. Las actividades intergubernamentales se han llevado a cabo sobre todo dentro del marco de una serie de grandes iniciativas internacionales (véase Cuadro 1). Comprenden éstas:

· el "Proceso de Helsinki" (denominado oficialmente "el Proceso europeo sobre criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible", que centra su atención en la formulación de criterios e indicadores para los bosques europeos, que comprenden los bosques boreales, templados y de tipo mediterráneo. El mandato para dicho proceso se estableció en dos Conferencias Ministeriales sobre la Protección de los Bosques en Europa (Estrasburgo, 1990, Helsinki, 1993). Los países europeos han convenido en seis criterios comunes, 27 indicadores cuantitativos y varios indicadores descriptivos para una ordenación forestal sostenible;

· el "Proceso de Montreal", que se inició como complemento al Seminario de expertos sobre desarrollo sostenible de bosques templados y boreales, organizado en Montreal, Canadá, en 1993 dentro del marco de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Es una iniciativa que se ocupa de los criterios e indicadores de los bosques templados y boreales fuera de Europa. Los tres países que participaron originalmente, más otros dos que se han sumado recientemente, se han puesto de acuerdo sobre una serie de siete criterios sin fuerza jurídica obligatoria y 67 indicadores para una ordenación forestal sostenible, para su aplicación a nivel nacional;

· la "Propuesta de Tarapoto sobre criterios e indicadores para la sostenibilidad de la selva del Amazonas", que se adoptó en febrero de 1995 en Tarapoto, Perú, en una reunión celebrada bajo los auspicios del Tratado de Cooperación del Amazonas. En el ámbito de esta iniciativa, se señalaron siete criterios y 47 indicadores, que se propusieron para su aplicación a nivel nacional en los ocho países participantes. Se individuaron también criterios e indicadores para el nivel de unidad de ordenación forestal (otros cuatro criterios y 22 indicadores) y para el nivel mundial (otro criterio más y siete indicadores). Las recomendaciones y conclusiones de la reunión se han presentado a los gobiernos de los Estados participantes para su aprobación y ratificación;

· la Reunión de Expertos PNUMA/FAO sobre criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible en el Africa xerofítica, celebrada en Nairobi, Kenya, los días 21-24 de noviembre de 1995, en la que se individuaron siete criterios y 47 indicadores que se han presentado a la reunión siguiente de la Comisión Forestal y de la Vida Silvestre para Africa, y que se sometieron a los 27 países interesados y a las Secretarías de tres agrupaciones subregionales (el Comité Permanente Interestatal para la Lucha contra la Sequía en el Sahel - CILSS, la Dirección Intergubernamental sobre la Sequía y el Desarrollo - IGADD, la Comunidad para el Desarrollo del Africa Meridional - SADC) para su examen, comentarios, acuerdo y posterior aplicación;

· La Reunión de expertos FAO/PNUMA sobre criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible en la región del Cercano Oriente, que se celebró del 15 al 17 de octubre de 1996 en El Cairo, Egipto. Los expertos propusieron siete criterios y 65 indicadores, que se presentaron inmediatamente después a los Estados Miembros de la Comisión Forestal para el Cercano Oriente en su 12a reunión, que se celebró del 21 al 24 de octubre de 1996 también en El Cairo. La Comisión aprobó esta serie de criterios e indicadores y los aceptó como "un buen documento y borrador de trabajo", que tendrían que experimentarse en cada país de la región;

· Una Reunión de expertos sobre criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible en América Latina, organizada por la FAO en colaboración con la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), celebrada en Tegucigalpa, Honduras, del 20 al 24 de enero de 1997. Cuba asistió también a la reunión en calidad de observadora. En la reunión, que puso en marcha el proceso de América Central/Lepaterique, se identificaron 4 criterios y 40 indicadores para el nivel regional, y 8 criterios y 52 indicadores para el nivel nacional. Se redactó en ella una declaración relativa a la ordenación sostenible de los bosques de la región, que se presentará a la Cumbre de Presidentes de los países de la CCAD en marzo de 1997 para su examen por los Jefes del Estado. En una reunión de expertos FAO/OIMT, que tuvo lugar en Roma del 13 al 16 de febrero de 1995, se examinaron las posibilidades y la conveniencia de armonizar las iniciativas en curso relativas a criterios e indicadores. Aunque hubo acuerdo general sobre la necesidad de asegurar la comparabilidad entre éstos y evitar una duplicación poco económica de esfuerzos, la reunión subrayó la necesidad de dejar que las iniciativas persiguieran sus objetivos sin trabas, y de suerte que fueran compatibles con sus circunstancias ecológicas y socioeconómicas peculiares. En el Cuadro 2 figura el grado de comparabilidad y compatibilidad de cinco de los procesos internacionales en curso.

Cuadro 1 Alcance geográfico de las iniciativas internacionales en curso

región ecológica e iniciativa

No de países

superficie forestala en miles de ha

bosques templados y boreales b




Proceso de Helsinki

38c

904577


Proceso de Montreal

12

1500000

bosques tropicales:




países productores de la OIMT

25

1305046


Propuesta de Tarapotod

8

540000e

bosques de las zonas secas al sur del Sahara




Africa xerofítica

27

278021

zona xerofítica




Región del Cercano Orientef

30

69895

todos los tipos de bosques




Proceso de América Central/Lepaterique g

7

19631

a La información se basa en la ERF 1990 (Documento FAO: Montes 112 y 124), y se refiere al área forestal de países (con exclusión de "otras tierras arboladas").

b Algunos países están representados en más de una iniciativa, sobre todo Rusia (con una superficie forestal de 739 729 000 ha), que figura incluida en los Procesos de Helsinki y también de Montreal.

c Se refiere a los Estados signatarios de las Resoluciones H1 y H2 de Helsinki, más los Estados recientemente independientes que han participado luego en los trabajos del proceso de Helsinki, y Albania, que no firmó originalmente las resoluciones, pero que ha participado recientemente en los trabajos.

d De los ocho países participantes, sólo Suriname no es miembro de la OIMT.

e Sólo las selvas amazónicas.

f Reunión de expertos FAO/PNUMA sobre criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible, celebrada en El Cairo, 15-17 de octubre de 1996.

g Reunión de expertos que organizará la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) a través de su órgano técnico, el Consejo Centroamericano de Bosques y Areas Protegidas (CCAB-AP), en colaboración con la FAO (y posible asistencia del PNUMA) en Tegucigalpa, Honduras, en enero de 1997. Los países incluidos son: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

Esfuerzos internacionales para la armonización de conceptos y terminología

La mayoría de las iniciativas internacionales en curso han elaborado definiciones sobre los términos clave. Aunque las definiciones adoptadas por las distintas iniciativas no son idénticas, son en gran parte compatibles. A pesar de esos esfuerzos por aclarar la terminología, prácticamente todos los foros más recientes han subrayado la necesidad de multiplicar aún más los esfuerzos para alcanzar un consenso mundial acerca de los conceptos y términos clave empleados en los debates internacionales sobre criterios e indicadores, y para asegurar la coherencia con la terminología empleada en otras iniciativas forestales.

En respuesta a las recomendaciones anteriores, están en marcha varias iniciativas para llegar a un acuerdo sobre una serie común de conceptos y definiciones que se sirven al máximo de los términos actuales aceptados a nivel mundial. La FAO está colaborando con la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO) para revisar los términos y conceptos forestales empleados en unos 25 países de todas las regiones del mundo y en toda una serie de idiomas. La primera fase del estudio se basa en unos 20 términos fundamentales y conceptos conexos conforme se definieron originalmente en la Evaluación de la FAO de los Recursos Forestales, 1990.

Acción de los gobiernos y ONG a nivel de unidad de ordenación forestal

Una serie de actividades llevadas a cabo por organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales han hecho realidad en los últimos años iniciativas intergubernamentales en relación con la formulación y el ensayo de criterios e indicadores a nivel de unidad de ordenación forestal. Estas actividades comprenden las del Consejo de Dirección Forestal (CDF) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), entre otras.

Conexiones entre las actividades a nivel nacional y a nivel de unidad de ordenación forestal

Las iniciativas internacionales relativas a una ordenación forestal sostenible se han centrado en gran parte, como se pidió en la CNUMAD, en el desarrollo de criterios e indicadores nacionales. Existe un acuerdo general en que la labor que se realice en materia de criterios e indicadores a nivel de unidad de ordenación forestal debe ser de la incumbencia de los distintos países.

Los criterios e indicadores definidos a nivel nacional (o definidos a nivel regional/ecorregional y aplicados a nivel nacional) tienen por objeto mejorar la cantidad y la calidad de la información de que dispondrían los dirigentes y el público en general sobre tendencias al empleo sostenible de los bosques de una nación o contrarias. El empleo de criterios e indicadores a nivel nacional ayudará a seguir los avances en el sostenimiento de las diversas funciones de los bosques reconocidas en el Programa 21 de la CNUMAD y en los "Principios relativos a los bosques". Podrá utilizarse la información sobre situación y coyuntura para potenciar la adopción de políticas y decisiones a fin de mejorar ulteriormente con el tiempo las prácticas de ordenación forestal.

La aplicación de criterios e indicadores a nivel nacional puede estimular y ayudar a orientar la identificación de criterios e indicadores a nivel de unidad de ordenación forestal, y viceversa. Las evaluaciones en relación con las definiciones acordadas internacionalmente de sostenibilidad a nivel de unidad de ordenación forestal contribuirán directamente a mejorar las prácticas de ordenación forestal sobre el terreno y, a su vez, pueden ayudar a esclarecer cuestiones relativas al medio ambiente y al comercio de productos forestales, incluida la certificación de éstos.

Aunque hay algunos criterios que sólo son aplicables a nivel nacional (p. ej., los relativos al equilibrio entre diferentes usos del bosque o a las políticas nacionales), muchos otros criterios de nivel nacional se basan en la agrupación de datos sobre indicadores compilados a nivel de unidad de ordenación forestal.

Conviene señalar que, aunque cada unidad individual de ordenación forestal puede no ajustarse a los criterios nacionales e internacionales de sostenibilidad, no obstante pueden cumplirse los criterios nacionales generales. Como ejemplos cabe citar aquellos criterios referentes a la retención del carbono y a la conservación de la diversidad biológica a nivel de ecosistemas, especies y dentro de una misma especie, donde unas áreas forestales limitadas pueden contribuir a determinadas necesidades nacionales, pero no las pueden satisfacer una por una.

Cuadro 2 Resumen de los criterios fijados en las iniciativas internacionales en curso

criterioa

HELSb

MONT

OIMT

TARA

Africa xerofitica

Cercano Oriente

NIVELES


nivel de unidad de ordenación forestal

no

no

no

no


nivel nacional


nivel mundial

no

no

no

no

CATEGORIAS TEMATICAS

recursos forestales








extensión de los recursos forestales

-c

-e


ciclos globales del carbono

no

no

-f

no


sanidad, vitalidad del ecosistema forestal

no

-

g


diversidad biológica

-d

funciones forestales








funciones productivas de tos bosques


funciones protectivas y ecológicas

necesidades de desarrollo y sociales








funciones y condiciones socioeconómicas

marco institucional








marco político y jurídico, capacidad para practicar una ordenación forestal sostenible

h

a Aunque mantenga el significado general de estas nociones, la terminología no sigue necesariamente el texto exacto de las distintas iniciativas.

b En el cuadro se emplean las siguientes abreviaturas; HELS para el Proceso europeo: MONT para el Proceso de Montreal: TARA para e! Proceso de Tarapoto: Africa xerofítica para la propuesta con destino a los países africanos de las zonas secas al sur del Sahara y CERCANO ORIENTE para los países de la región del Cercano Oriente. Cuando se indica "si" se quiere decir que el criterio está expresamente mencionado en la iniciativa de que se trata; un guión (-1 significa que no está enunciado plenamente el criterio, aunque puede haber sido considerado expresamente; y "no" significa que no se ha hecho ninguna referencia explícita o Implícita al criterio de que se trata.

c En el Proceso de Montreal, el recurso forestal no se considera un criterio separado, sino un indicador para otros dos criterios; i) conservación de la diversidad biológica; y ii) mantenimiento de la capacidad productiva de los ecosistemas forestales.

d La OIMT desarrolló una serie de "Directrices" complementarías que versan sobre la cuestión de la diversidad biológica, en lugar de incluir a ésta como un criterio en sus directrices de ordenación forestal.

e En la Propuesta de Tarapoto, los criterios "Extensión de los recursos forestales" y "Diversidad biológica" se fusionan en un solo criterio, el de "Conservación de la cubierta forestal y de la diversidad biológica".

f En la propuesta para el Africa xerofítica, los criterios "Ciclos globales del carbono" y "Extensión de los recursos forestales" se fusionan en un solo criterio.

g Para la propuesta del Cercano Oriente, el criterio comprende también la "integridad de los ecosistemas".

h En e! Proceso de Helsinki, el criterio de! marco institucional se incluye a través de los indicadores descriptivos anexos a cada uno de los otros seis criterios.

Aplicación de criterios e indicadores

Nivel nacional

Los criterios e indicadores, una vez fijados, tienen que verificarse a nivel de campo y aplicarse a escala experimental. Corresponde a los propios países reconfirmar la pertinencia de los criterios e indicadores definidos a la luz de las realidades ecológicas, económicas, sociales e institucionales predominantes y asegurar su adopción por todos los interesados. Los países responden también del examen y ensayo de los medios que hagan falta para medir y seguir de cerca unos indicadores específicos a nivel de campo. En definitiva, los criterios e indicadores ayudarán a orientar las políticas nacionales, y podrán dar lugar a un reajuste de las normas, decretos y leyes nacionales por que se rigen las prácticas de ordenación forestal en el país.

Dentro de los Procesos de Helsinki y de Montreal se están desplegando actualmente grandes esfuerzos para compilar datos sobre la situación y las tendencias en materia de ordenación forestal sostenible a nivel nacional. De las respuestas dadas por 31 de los 39 países participantes contactados en una encuesta realizada dentro del marco del Proceso de Helsinki resultaba que había serias dificultades a nivel nacional para aplicar seis de los 27 indicadores que se habían acordado provisionalmente a nivel regional e informar al respecto.

Un estudio realizado por el Servicio Forestal estadounidense, que comprendía a 80 personas de círculos técnicos, científicos y académicos, y representantes de la industria forestal y de las ONG que se ocupaban del medio ambiente, arrojaba que de los 67 indicadores nacionales para una ordenación forestal sostenible acordados en el Proceso de Montreal, en los Estados Unidos sólo existían medios para medir nueve. Para otros 20-25 indicadores parecía que no existían por el momento los datos necesarios, pero que podían obtenerse si se destinaban para ello recursos suficientes.

Estos resultados provisionales indicaban que es probable que una falta de conocimientos y de recursos atrasara la aplicación de los criterios e indicadores que han acordado en principio los países interesados. Los problemas conexos, a menos que se afronten debidamente, pueden dar lugar a la pérdida de entusiasmo, de compromiso y de credibilidad política.

Nivel de unidad de ordenación forestal

Con el proyecto "Ensayo de los criterios e indicadores para una ordenación sostenible de los bosques", coordinado por CIFOR en colaboración con varias organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de países tropicales y templados, están en marcha esfuerzos coordinados internacionalmente para ensayar criterios e indicadores a nivel de unidad de ordenación forestal. Con este proyecto se pretende determinar los criterios e indicadores que pueden considerarse objetivos, eficaces en función de los costos y pertinentes en la evaluación de la sostenibilidad de las prácticas predominantes de ordenación forestal. El proyecto comprende ensayos de campo en varios países. Los miembros de un equipo interdisciplinar de expertos, buenos conocedores de las actividades nacionales, en el desempeño de su labor, consultan normalmente con los grupos interesados pertinentes sobre los resultados de los ensayos a nivel de unidad de ordenación forestal. El intercambio sistemático de ideas y el flujo normal de información descendiendo del nivel nacional al nivel de unidad de ordenación forestal y viceversa han proporcionado oportunidades para vincular los dos niveles. Se sigue trabajando en colaboración con varios países en desarrollo y desarrollados con el fin de hacer que el marco teórico de los criterios e indicadores sea coherente y operativo.

Entre otros ejemplos de aplicación sobre el terreno a nivel de unidad de ordenación forestal que han proporcionado una información retrospectiva útil para las actividades de nivel nacional figuran los siguientes:

· proyectos piloto en Finlandia y Canadá, que examinan la aplicabilidad de los criterios e indicadores nacionales a nivel subnacional (niveles provincial y de unidad de ordenación forestal) y experimentan la medición y evaluación de determinados indicadores sobre el terreno;

· "Bosques de demostración y modelo", establecidos bajo las indicaciones generales de Canadá en China, Gabón, México, Rusia, Viet Nam y en varias provincias del mismo Canadá, en los que se traduce en acción a escala operativa la información sobre estrategias y métodos generales de ordenación forestal sostenible;

· áreas de demostración de ordenación forestal sostenible establecidas en países productores de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT). Se han iniciado varios proyectos para ensayar las estrategias y las metodologías de una ordenación forestal sostenible a nivel de unidad de ordenación forestal. En relación con estos ensayos, dicha Organización, en colaboración con el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIMAD) y el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación (CMVC) han desarrollado el "Sistema contable de recursos forestales" para normalizar el seguimiento de las condiciones y de la ordenación forestales y facilitar la comparabilidad de datos. El sistema se está experimentando actualmente en Camerún, Ecuador e Indonesia. Sus actividades sirven de apoyo a los esfuerzos para conseguir el objetivo de la OIMT para el año 2000 (véase el "Convenio internacional de las maderas tropicales, para un mayor análisis del Objetivo Año 2000).

En estos esfuerzos para ensayar los criterios e indicadores se han señalado grandes lagunas informativas, lo que pone de relieve una ulterior investigación para facilitar su aplicación. En vista de esto, se ha creado un Grupo Asesor Científico y un Comité Asesor Técnico, dentro del marco de los Procesos de Helsinki y de Montreal, respectivamente, para contribuir a garantizar la solidez y validez científicas de los enfoques e identificar las prioridades de investigación. Para apoyar las actividades de ensayo sobre el terreno a nivel de unidad de ordenación forestal desplegadas por el CIFOR actúa también un Cuadro internacional de asesoramiento de proyectos.

Criterios e indicadores y certificación de los productos forestales

Los países con niveles importantes de exportaciones de productos forestales son probablemente los más interesados en medir, seguir de cerca y documentar las prácticas de ordenación forestal sostenible a nivel de unidad de ordenación, para así facilitar en un futuro la certificación de los productos forestales. No obstante, dado que la certificación ha de tener también en cuenta la elaboración y la comercialización del producto, unas buenas prácticas de ordenación forestal no bastan por sí solas para la certificación. Además, sigue habiendo una gran divergencia de criterios sobre las conexiones existentes entre certificación de los productos forestales y ordenación forestal sostenible. Hay quienes contemplan la certificación como un procedimiento que puede promover una ordenación forestal sostenible premiando "la mejor práctica" mediante incentivos impulsados por el mercado, mientras que otros dudan de que la certificación ejerza un impacto económico notable (véase "Comercio de productos forestales certificados", páginas 68-70 para más detalles sobre la certificación).

Aspectos más sobresalientes de las experiencias y enseñanzas aprendidas

Alcance internacional de las iniciativas

El Proceso de Helsinki se ha concentrado en la región geográfica de Europa, abarcando por lo tanto los bosques boreales, templados y de tipo mediterráneo. Existen otras iniciativas basadas en regiones ecológicas, o en una combinación de regiones geográficas y ecológicas, por ejemplo el bosque tropical húmedo en el caso de las Directrices y Criterios de la OIMT, que abarca los bosques de los países productores de la Organización en todas las regiones tropicales; los bosques de las zonas templadas y boreales fuera de Europa en el caso del Proceso de Montreal; los bosques húmedos tropicales, los bosques ribereños y de marismas en la cuenca del Amazonas en el Propuesta de Tarapoto; y los bosques y tierras arboladas de las zonas áridas, semiáridas y xerofíticas subhúmedas de Africa en las propuestas de la reciente iniciativa de Africa subsahariana para las zonas xerofíticas CNUMAD/FAO.

Desde un punto de vista biológico y silvícola, un enfoque ecorregional facilitará el diálogo técnico y científico, así como la definición de las estrategias de acción propuestas. Por otro lado, es menester recabar la aprobación gubernamental de las recomendaciones hechas en las reuniones de expertos para conseguir su aceptación política y de esa forma asegurar el compromiso nacional para su aplicación. Con ese fin hace falta convocar foros subregionales, regionales e internacionales a nivel político.

Se ha demostrado útil y constructivo el enfoque progresivo aplicado en muchas de las iniciativas en curso para la formulación de criterios e indicadores y que consiste en un diálogo inicial y luego en exámenes periódicos y su perfeccionamiento a nivel técnico y científico, complementado por debates y la aprobación de principios a nivel político. Las iniciativas recientes han seguido este "modelo", sirviéndose para ello de agrupaciones políticas ecorregionales y regionales/subregionales ya establecidas. Comprenden la reunión de expertos FAO/PNUMA para el Cercano Oriente (octubre de 1996) y la Iniciativa centroamericana (enero de 1997).

Las organizaciones internacionales que vienen participando hasta la fecha, en colaboración con las organizaciones regionales, las ONG y otros, seguirán fomentando el intercambio de información, los resultados de la investigación, los datos y la experiencia entre las iniciativas internacionales en curso y futuras sobre criterios e indicadores, y tratarán de hacer participar a los países y a las regiones ecológicas que hasta la fecha no lo hayan hecho.

Evaluación de los recursos forestales y criterios e indicadores.

La FAO y la Comisión Económica para Europa (CEPE), en colaboración con varias instituciones nacionales y una serie de organizaciones internacionales, se están preparando para la Evaluación mundial de los recursos forestales del año 2000 (véase "Tendencias recientes y situación actual de los recursos forestales" en Parte 1). La tónica principal de los estudios de las ERF hasta ahora realizadas (las de 1980 y 1990) ha consistido en proporcionar información sobre la superficie forestal, aunque también hayan abordado con cierta amplitud la función de los bosques como suministradores de servicios medioambientales y de productos forestales no leñosos. En la ERF 2000 se subrayarán aún más estos aspectos auxiliares. En Kotka, Finlandia, se celebró en junio de 1996 una reunión de planificación para la ERF 2000, en la que se examinaron las posibilidades y las consecuencias de incorporar a nivel nacional indicaciones para una ordenación forestal sostenible en las evaluaciones futuras de recursos forestales del mundo. El Grupo de Trabajo de Expertos estimó que 15 de los 80 indicadores nacionales determinados en las principales iniciativas internacionales en curso eran pertinentes a nivel mundial y recomendó que a título de ensayo se incluyeran en la ERF 2000. Dicho Grupo recomendó asimismo que para la ERF 2000 se procurara evaluar la viabilidad de incluir otros 15 indicadores en las evaluaciones mundiales futuras.

Una mejor comente de información

Los interesados en los diversos procedimientos e iniciativas forestales que se ocupan de los criterios e indicadores se han mantenido frecuentemente en contacto. Este diálogo permanente entre ellos ha sido de gran importancia pues permite que los países y regiones compartan experiencias y se aseguren de que las medidas recomendadas son compatibles. La comparabilidad de los resultados hasta la fecha demuestra las ventajas que se pueden recabar de mantener un diálogo abierto.

Aunque la comunicación dentro del sector forestal ha sido satisfactoria, la corriente de información hacia otros sectores económicos, a nivel tanto nacional como internacional, no lo han sido tanto. Es de enorme importancia que los esfuerzos desplegados en la formulación de criterios e indicadores para una ordenación forestal sostenible vayan acompañados de esfuerzos correlativos en otros sectores. Han de forjarse, y si ya los hay reforzarse, vínculos adecuados con la labor que se está llevando a cabo en el ámbito de las actuales convenciones mundiales, como las relativas a la lucha contra la desertificación, a los cambios climáticos y a la conservación de la diversidad biológica, así como a las medidas complementarias de las Recomendaciones de la CNUMAD sobre Desarrollo Sostenible de Tierras de Montaña (Capítulo 13 del Programa 21) (véase "El diálogo y las iniciativas internacionales de importancia para los bosques", que empieza en la página 123, para conocer más sobre estos esfuerzos internacionales). Estas conexiones contribuirán a asegurar que las medidas adoptadas en cada sector sean comprendidas plenamente por otros sectores y resulten compatibles con las de ellos, y que contribuyan a unos objetivos de desarrollo comunes y nacionales bien definidos.

Conclusiones

El debate intenso sobre una ordenación forestal sostenible, unido a un intercambio mucho mayor de información, experiencia y técnicas entre países y organizaciones, ha incrementado la concienciación a nivel mundial de los problemas que están sobre el tapete. Hoy día se reconoce comúnmente que todos los tipos de bosques pueden en principio ordenarse sosteniblemente para producir a perpetuidad una gama de beneficios protectivos, productivos, ecológicos y sociales. Este reconocimiento de la renovabilidad y posible uso múltiple de los recursos ayudará a apuntalar y potenciar las políticas nacionales y favorecerá la popularización de unas prácticas de ordenación forestal sostenible en todo el mundo.

La discusión de conceptos mutuamente aceptables y la determinación de indicadores cuantificables para una ordenación forestal sostenible han favorecido el diálogo entre varios grupos de intereses, cuyos puntos de vista se veían antes como competitivos, contrarios o incluso incompatibles.

Es indispensable que se siga manteniendo un diálogo intenso entre iniciativas internacionales. La divulgación periódica de información a este respecto es una responsabilidad internacional y debe ser uno de los elementos básicos de un programa armonizado a nivel mundial sobre los criterios y los indicadores para una ordenación forestal sostenible.


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