Página precedente Indice Página siguiente


Las memorias voluntarias: consideraciones previas

L. Roche

Lawrence Roche es Profesor Emérito de la Universidad de Gales, Madaboy, Murroe, condado de Limerick, Irlanda.

Una visión global de las actividades forestales reflejada en las memorias voluntarias presentadas al XI Congreso Forestal Mundial.

¿Serán suficientes los recursos forestales de China para responder a la demanda creciente?

Introducción

Al igual que en congresos anteriores, las memorias voluntarias son una rica fuente de ideas y prácticas innovadoras. Para el XI Congreso Forestal Mundial se han presentado más de 1 300 sobre 39 temas diferentes. Además, muchos de esos documentos derivan de la experiencia directa de su autor, tanto por lo que respecta a la práctica como a la adopción de decisiones. Presentan, en conjunto, una visión panorámica realista de las actividades forestales a escala mundial y ofrecen el contexto en el que adquieren pertinencia y significación las memorias generales y las memorias especiales.

Muchas de las memorias voluntarias del XI Congreso Forestal Mundial confirman la creencia de que en el sector forestal, como que en todas las demás profesiones, las prácticas y las tendencias son una consecuencia de los cambios progresivos en la demanda de las sociedades, a medida que evolucionan desde la condición de economías exclusivamente agrarias a la de economías industriales con un alto grado de industrialización. Confirman también la preocupación permanente de los especialistas forestales sobre el rendimiento sostenible, concepto que han recuperado en los últimos años otros organismos e instituciones interesados en la relación entre conservación y desarrollo, y entre la equidad en la distribución de los beneficios que reportan los recursos forestales y la sostenibilidad de esos recursos.

Los tres últimos congresos (los de Yakarta, 1978, sobre «Los bosques y la población»; México, 1985, sobre «Los recursos forestales en el desarrollo integral de la sociedad»; y París, 1991, sobre «Los bosques, un patrimonio para el futuro») llamaron la atención del mundo entero sobre estas cuestiones e iniciaron el debate sobre la forma en que el sector forestal puede contribuir más plenamente al desarrollo social y económico y a la conservación del medio ambiente. Como el concepto de sostenibilidad es el elemento central en los tres temas de los congresos mencionados es, tal vez, inevitable que el XI Congreso Forestal Mundial recupere el concepto esencial de la silvicultura clásica y aborde directamente el tema de «La actividad forestal para un desarrollo sostenible: hacia el siglo XXI». Al afrontar los retos que plantea este tema, las memorias voluntarias a las que se alude en el presente artículo atestiguan el desarrollo y crecimiento constantes del sector forestal en las economías desarrolladas y en desarrollo y ponen de relieve cómo una serie de naciones en distintos estadios de desarrollo comparten, de formas distintas, las tendencias, problemas y oportunidades del sector.

Aunque la orientación principal del sector forestal pueda variar según los países, prácticamente todos aquellos que cuentan con un patrimonio forestal importante deben tener como objetivo principal la producción sostenible de madera, lo cual no puede extrañar, ya que la demanda mundial de madera industrial es cada vez mayor. A causa del consumo creciente de pasta, papel, madera maciza y paneles, se prevé que la demanda de madera en rollo industrial, que es actualmente de 1 300 millones de m³ anuales, pasará a 1 700 millones de m³ en el año 2000, y el crecimiento de la demanda mundial de madera en rollo y pasta de madera, que es en promedio del 1,6 por ciento anual, aumentará un 2,3 por ciento anual (Pihlajamaki, 1997).

Hasta cierto punto, esta tarea central de producción, elaboración y comercialización de madera ha quedado oscurecida en los debates forestales internacionales durante los últimos años como consecuencia de la inquietud existente en todo el mundo acerca de la deforestación y degradación del medio ambiente. Sin embargo, se reafirma en las memorias voluntarias, que aportan datos sobre la oferta y la demanda de fibra de madera y presentan diversos modelos sobre la forma en que se puede obtener el producto de forma sostenible y con la debida consideración a la conservación del medio ambiente y a las necesidades de la población que habita en los bosques o en sus proximidades.

Ante la necesidad de leña, ¿por qué no aumentarlas plantaciones de leña en América Latina?

En aras de la coherencia, el tema de esta muestra de memorias voluntarias se presenta en varias secciones, que no representan todo el espectro de las cuestiones abordadas en el Congreso ni necesariamente sus títulos. Estas secciones se han elegido únicamente a efectos del presente artículo y para contribuir a que el lector se haga idea del gran volumen de información, tecnología e ideas que contienen las memorias voluntarias.

Los recursos forestales y su utilización

Hay un gran número de memorias de diferentes temas del Congreso que podrían agruparse bajo este título y que suministran información fáctica sobre los recursos forestales y su utilización por regiones y países del mundo entero. Por ejemplo, hay 73 memorias en el tema 1, que se refiere a la evaluación y control de los recursos forestales, y 19 en el tema 20, que se ocupa de las estrategias de industrialización y del empleo. También en otros temas hay memorias que se refieren al contenido de esta sección.

Sin embargo, dos de estas memorias son de particular interés e ilustran la magnitud de la tarea y de los problemas y oportunidades que afrontan en el ámbito de la producción de fibra dos de los mayores países que en este fin de milenio tratan de entrar a formar parte de la economía mundial. Se trata de: «¿Es China un mercado maderero rentable?» (Hong Yank y Xiaomei Jiang, 1997) y «Tendencias en la producción y consumo de productos forestales en Rusia» (Burdin, 1997).

El cuarto inventario forestal nacional de China (1989-1993) menciona una superficie forestal de 262 millones de hectáreas, lo que representa el 28 por ciento de la superficie total del país. Casi el 14 por ciento de esa extensión (133 millones de hectáreas) está cubierto de bosques en la actualidad. Las existencias se estiman en casi 11 000 millones de m³, de los que 7 500 millones de m³, son bosques comerciales. A finales de 1994, las plantaciones abarcaban 33 millones de hectáreas, la mayor superficie del mundo de plantaciones forestales. El 72 por ciento del patrimonio forestal nacional corresponde al sector público y el 28 por ciento es de propiedad colectiva o individual. Existen en el país más de 2 800 especies arbóreas de las que alrededor de 1 000 se utilizan con fines industriales y aproximadamente la mitad de ellas se explotan de forma intensiva. Sin embargo, a pesar de estos ingentes recursos forestales, tanto de origen natural como artificial, la demanda nacional de madera y productos madereros es superior a la oferta y en los últimos años los costos en concepto de importación de madera en rollo, madera aserrada, tableros contrachapados y madera para chapa se han incrementado enormemente. En la memoria se recogen detalladamente las importaciones de productos de la madera y se esboza la estrategia del desarrollo futuro del sector.

Otra memoria procedente de China y pertinente para esta sección, que indica los progresos realizados en la modernización del sector, es la de Zhao Chen (1997), titulada «La instrucción asistida por computadora en la ingeniería de explotación forestal», cuyos temas específicos son: la simulación y demostración de terrenos forestales, elementos geográficos, recursos forestales y ciclos de aprovechamiento y regeneración; los métodos de corta con sierra de cadena, análisis del tronzado con sierra de cadena y sierra vibradora, análisis del tronzado óptimo y simulación de técnicas de arrastre; el análisis de cables de catenaria, análisis mecánico de sistemas de cable-grúa de tensión variable, demostración de cable aéreo y simulación del cable de retorno en los sistemas de cable aéreo; y el análisis del transporte en camiones, planificación de la extracción con camiones y análisis de redes de explotación maderera.

El autor considera que la enseñanza con la ayuda de ordenador en la ingeniería de la explotación forestal es un complemento importante de la enseñanza convencional y práctica en este campo.

Tal como señala Burdin (1997), el sector forestal ocupa un lugar especial en la economía del país. La última encuesta sobre los recursos forestales cifra las existencias en casi 81000 millones de m³, lo que representa más de la quinta parte del volumen en pie del mundo. Las existencias maduras y extramaduras ascienden a 44 000 millones de m³, de los cuales 35 000 millones son de especies de coníferas. La posibilidad anual de corta (volumen aprovechable con la debida consideración a los requisitos silvícolas, justificado científicamente) asciende a 509 millones de m³. Se cree que el potencial forestal de la nación permite cubrir las necesidades internas y aumentar considerablemente la exportación de productos forestales.

En el momento presente, existen en el sector todos los elementos fundamentales de una economía de mercado. A finales de 1996, sólo el 5 por ciento de las empresas de explotación y elaboración de madera eran propiedad del Estado; el resto eran de propiedad privada, mixta o de sociedades anónimas. Sin embargo, la protección forestal de todas las actividades forestales permanece bajo control estatal y hasta la fecha no ha sido privatizada.

Durante el período de transición a la economía de mercado (1990-1995) el consumo nacional de todos los tipos de productos forestales registró un acusado descenso; pero a pesar de la difícil situación interna del sector forestal las exportaciones de productos forestales han aumentado de forma sustancial. En 1995, la exportación de madera en rollo aumentó el 37 por ciento con respecto a 1994, el 95 por ciento de coníferas. Está aumentando la parte correspondiente a la pasta de madera de caducifolias, principalmente abedul, y los principales países importadores de madera en rollo son el Japón, Finlandia, Suecia, Noruega, China y la República de Corea. En 1995, las exportaciones de madera contrachapada duplicaron a las de 1990. Se esboza una estrategia para un mayor desarrollo del sector (Burdin, 1997).

Conservación y ordenación de los ecosistemas forestales naturales

La conservación y ordenación de los bosques exige, ante todo, el reconocimiento por las autoridades políticas de la conveniencia de esos objetivos y la necesidad de incorporarlos a los planes nacionales de desarrollo. En segundo lugar, es necesario adoptar políticas y prácticas adecuadas y una distribución idónea de los recursos. El conocimiento exhaustivo de los recursos forestales que requieren actividades de conservación y ordenación es el requisito previo de una estrategia nacional de conservación y ordenación, y si los países no conocen con exactitud sus recursos forestales no están en buena situación para conservarlos y ordenarlos. El mundo desarrollado en su conjunto ha dejado ya de lado los excesos de la explotación no sostenible de los recursos forestales y conoce perfectamente los recursos disponibles. No puede decirse lo mismo del mundo en desarrollo, en el que es mucho todavía lo que queda por hacer en este ámbito.

La mayor parte de las consideraciones que se acaban de esbozar figuran de una u otra forma en las memorias que se agrupan bajo este título. Las memorias a las que se hace referencia a continuación constituyen una muestra breve pero representativa de las muchas que se han presentado sobre este y otros temas conexos y que corresponden al título general de esta sección.

La memoria de Sumantri y Santoso (1997) titulada «Forest gazettment for sustainable forest management in Indonesia: policies and progress» describe las categorías de bosques delimitados con diferentes objetivos en Indonesia. Existen 140 millones de hectáreas de tierras forestales públicas, de las que 113,8 millones están clasificadas como bosque permanente, y 26,6 millones como zonas forestales susceptibles de ser transformadas en bosques de producción. El patrimonio forestal permanente está formado por bosques de protección (30,7 millones de hectáreas), bosques de conservación (18,8 millones de hectáreas), bosques de producción limitada (31,3 millones de hectáreas) y bosques de producción permanente (33 millones de hectáreas). En la memoria se describe la clasificación forestal y la delimitación de esos bosques estatales. La memoria de Mulyadi y Fraser (1997), que tiene relación con la anterior, expone la experiencia indonesia por lo que respecta al establecimiento de unidades de ordenación forestal dentro del patrimonio forestal clasificado. Esta memoria señala también que el Gobierno de Indonesia suscribe los criterios determinados por la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT) para la ordenación adecuada de los bosques tropicales con un rendimiento sostenido, promulgando decretos emanados del Ministerio de Bosques que velan por la ordenación de un patrimonio forestal permanente.

Otras memorias, complementarias de las que ya se han mencionado en esta sección, son las tituladas «Modelo de un prototipo de sistema experto para la evaluación de las políticas de ordenación forestal sostenible» (Sukradi, 1997) y «Percepción remota en la evaluación y monitoreo de fases de sucesión secundaria en áreas de bosque tropical húmedo en la Amazonia brasilera« (dos Santos et al., 1997).

Aunque no siempre se explícita en los debates internacionales sobre las actividades forestales tropicales, está implícito en muchos de ellos que los principios y prácticas de la ciencia forestal clásica, tal como han evolucionado a lo largo de los siglos en Europa, no pueden aplicarse a las condiciones de los trópicos y tampoco a las de América del Norte. Sin embargo, las memorias voluntarias presentadas al Congreso no contienen argumentos que sustenten esa conclusión. Al contrario, se presentan numerosos datos que ilustran la medida en que los problemas y oportunidades del sector forestal son en principio análogos en los países desarrollados y en desarrollo, están sujetos a factores socioeconómicos muy parecidos y son susceptibles de la adopción de medidas similares para resolver los problemas y aprovechar las oportunidades. Así queda ilustrado en la memoria de Schabel y Pecore (1997) que lleva por título A La silvicultura en la reserva india de Menominee, en Wisconsin. ¿Es un Dauerwald?».

Los autores introducen la memoria con la siguiente observación:

«El sector forestal está experimentando en todo el mundo un cambio sin precedentes. En esta transición de gran alcance, el sector forestal tradicional afronta el desafío de una multiplicidad de propuestas, a veces controvertidas, en pro de un nuevo concepto de la actividad forestal... No es un concepto totalmente nuevo ni en la teoría ni en la práctica, pues existen precedentes desde hace mucho tiempo, entre ellos el Dauerwald o bosque perpetuo de Europa central, y el bosque de la reserva india de Menominee en Wisconsin, Estados Unidos. En la búsqueda actual de soluciones para la ordenación forestal sostenible, merece la pena examinar los modelos existentes. Este trabajo pretende comparar el bosque perpetuo y el bosque de Menominee, que pese a las grandes diferencias existentes desde el punto de vista cultural, histórico y geográfico, parecen compartir una visión similar a largo plazo, compatible con el nuevo concepto de la actividad forestal.»

La reserva india de Menominee data de 1854 y contiene una zona de bosque natural autóctono renombrado por su gran valor y volumen y por sus cualidades ambientales y estéticas. Al menos durante 150 años ha cubierto las necesidades de sus propietarios indígenas, y los autores de esta memoria afirman que ejemplifica un bosque perpetuo sano desde el punto de vista ecológico, productivo, rentable y estético. A pesar de que se han talado más de 2 000 millones de pies de madera para aserrío desde 1865, año en que se registró por primera vez la posibilidad anual de corta, el bosque de Menominee tiene todavía alrededor de 1 500 millones de pies de madera para aserrío en pie, es decir, el mismo volumen que se estimaba que existía en 1854. Además, el aspecto contemporáneo corresponde en gran medida a su apariencia original.

Las otras dos memorias que pueden incluirse en esta sección son las de Catinot (1997) y Barthod y Wermann (1997), tituladas respectivamente «La ordenación sostenible de los bosques tropicales húmedos no se puede concebir sin la participación decisiva del sector privado» y «La gestión sostenible de los bosques templados europeos. Reflexiones sobre las experiencias alemana y francesa». Estas dos memorias son contribuciones importantes al debate sobre la función del sector privado en las actividades forestales, tanto en los países desarrollados como en desarrollo.

Plantaciones industriales

Treinta años atrás, la FAO publicó las actas de un simposio mundial sobre Los bosques artificiales y su importancia para la industria (FAO, 1967). Ese documento fue, durante muchos años, una importante fuente de datos sobre este tema. La experiencia no se ha repetido y en los últimos años, el tema de los bosques artificiales y su importancia para la industria no ha recibido la atención que merece en los simposios internacionales. No obstante, las plantaciones industriales continúan siendo una parte esencial del sector forestal tanto en los países desarrollados como en desarrollo y en muchos países que son la principal fuente -en constante crecimiento de fibra de madera. Cuando se aplican prácticas silvícolas y de ordenación adecuadas, las plantaciones cumplen una función de primer orden en la satisfacción de la demanda mundial de ese producto, obtenido de manera sostenible y respetando los imperativos sociales y ecológicos. Aunque se pueden citar muchos ejemplos de ese tipo de plantaciones, cabe destacar uno, el mejor documentado por lo que respecta a la sostenibilidad de la producción (Evans, 1997).

Conservación de recursos genéticos forestales en un banco de genes en los Estados Unidos

En su memoria titulada «The sustainability of wood production in plantation forestry», Evans (1997), hace referencia, a los datos relativos a una plantación de Pinus Patula de 60 000 hectáreas de extensión en Swazilandia. Estas plantaciones son objeto de un manejo sumamente intensivo y hasta la fecha, después de tres rotaciones, estas prácticas han ocasionado una disminución del rendimiento. Al menos en sentido estricto, las prácticas silvícolas adoptadas en la plantación son sostenibles (Evans, 1997). Las plantaciones se explotan en turnos de 1517 años, sin aclareo, y no han sido objeto de mejoramiento genético ni han sido tratadas con fertilizante.

A pesar de esos resultados tan positivos obtenidos en las plantaciones de Swazilandia, los efectos ecológicos a largo plazo de los grandes monocultivos forestales siguen siendo motivo de inquietud para los técnicos forestales, ecólogos y ambientalistas. Esa preocupación se lee en la memoria que lleva por título «Establecimiento de plantaciones de teca en Myanmar» (Keh, 1997). Este trabajo se basa en la experiencia pasada y presente para cuestionar la conveniencia de establecer monocultivos de teca y cita las palabras de los grandes especialistas del pasado en la práctica forestal de la región: «La teca es un mal agente forestal; no mejora el suelo y sus hojas no forman fácilmente humus» (Baden Powell, 1874). «El objetivo del Departamento Forestal (en Birmania) no es plantar bosques puros de teca, porque este árbol crece mejor en asociación con bambúes y otras especies y es conveniente atenerse a las indicaciones de la naturaleza» (Brandis, 1881). «La naturaleza ha de ser estudiada atentamente, imitada y nunca forzada» (Troup, 1917). Keh (1997) afirma que los bosques puros, o casi puros, de teca son raros y cuando existen su condición no es satisfactoria, y propone una estrategia distinta a las prácticas silvícolas que se aplican actualmente consistente en utilizar especies complementarias como Xlia dolabriformis y Perocerpus macrocarpus.

Dos memorias que pueden incluirse en esta sección son «Protección de los árboles de Africa: situación y acciones para el control de las plagas en el sector forestal africano» (Murphy, 1997) y «Some important pests and diseases of forest plantation in Indonesia» (Suharti y Sitepu, 1997).

Los cultivos arbóreos y la interfaz agricultura-bosques

Son muchos los temas de este Congreso, para los que se han presentado más de 200 memorias, que corresponden al título de esta sección. Las memorias a las que se hace referencia en estas líneas dan idea del alcance, calidad y pertinencia de estas contribuciones y de la búsqueda de la sostenibilidad en este campo. En la memoria titulada «La creación de medios de vida rural sostenibles a través de la silvicultura forestal en Sudáfrica», Erskine (1997) plantea dos objetivos fundamentales:

«La transformación de la población pobre de las zonas rurales en empresarios forestales, para lo cual la población en cuestión utiliza las parcelas de tierra que no son adecuadas para los cultivos anuales ni para el pastoreo de animales domésticos para plantar árboles en tierras frágiles abruptas, con el fin de generar ingresos mediante la venta de madera a una empresa maderera que brinda apoyo y crédito durante el ciclo de crecimiento, así como un mercado garantizado para los pies adultos».

«Una iniciativa en el ámbito del desarrollo forestal comunitario que se está llevando a la práctica en el momento presente, en la que se crean oportunidades para la población rural pobre que vive en las proximidades de tierras forestales comerciales en gran escala, para establecer vínculos mutuamente beneficiosos con la empresa propietaria de las tierras. Esa vinculación supone que la empresa permite a la comunidad local utilizar, de forma adecuada, algunos terrenos forestales para el cultivo intercalado y para la apicultura, y algunas tierras adyacentes a los bosques para la práctica de la agricultura, con el fin de ofrecer seguridad alimentaria y una fuente de ingresos» (Erskine, 1997).

Según el autor, la experiencia sobre el terreno demuestra que es posible conseguir ambos objetivos, porque existe un desarrollo institucional apropiado a nivel local y un programa eficaz para aplicar los resultados de la investigación integrada mediante los servicios de extensión y capacitación.

La diversidad e importancia de las plantas alimenticias y de los cultivos arbóreos indígenas son subrayadas por Kigomo (1997) en su memoria titulada «Papel de los cultivos indígenas alimenticios y arbóreos en la lucha contra la deforestación y la degradación de las tierras Estudio de un caso de Kenya». Los resultados de la investigación realizada en el distrito de Tharaka-Nithi en Kenya indican que el 50 por ciento de los cultivos agrícolas son cultivos alimentarios indígenas y que el 63 por ciento de los árboles existentes en las explotaciones son autóctonos y están situados en zonas de alto potencial, y el 77 por ciento en zonas de bajo potencial. Además, los cultivos y árboles fijadores del nitrógeno son el 50 por ciento de las existencias totales en la zona más seca y el 30 por ciento en las explotaciones agrícolas de gran potencial. El autor concluye que es necesario intensificar la producción de cultivos alimentarios indígenas estableciendo una mejor relación entre la investigación, la extensión y los agricultores, formulando políticas bien fundadas sobre los cultivos y al mismo tiempo afrontando la actitud negativa de la generación joven con respecto a los cultivos alimentarios autóctonos. La extensión y elaboración de una estrategia de comercialización eficaz para los cultivos alimentarios autóctonos también contribuiría a fomentar los cultivos (Kigomo, 1997).

Thijssen y Kamondo (1997), cuya memoria lleva por título «Policies for tree propagative materials for agroforestry», apuntan dos razones de peso por las que los agricultores cultivan árboles en las zonas de Kenya de gran capacidad productiva: en primer lugar, «los productos forestales no se pueden conseguir de forma gratuita fuera de la zona agrícola o en el mercado, por lo que tienen que plantar árboles en sus parcelas», y en segundo término, «la propiedad privada de las tierras de cultivo es una característica dominante de las tierras altas de Kenya, que aumenta la motivación para invertir en la arboricultura y en la conservación del suelo y el agua». Los autores afirman que las principales dificultades para mantener el desarrollo de la arboricultura en las explotaciones son un sistema de distribución de semillas poco eficiente; un insuficiente control del sistema de control de la calidad, certificación y almacenamiento de las semillas; y el acceso insuficiente de los agricultores a buenas fuentes de semillas. Por último, los autores señalan que es necesario cobrar el costo íntegro de la producción de semillas, pero esto resulta difícil porque una serie de organismos donantes no desean adoptar esa medida (Thijssen y Kamondo, 1997).

En su memoria titulada «Las asociaciones de reemplazo de bosques: Un modelo eficaz para conseguir la sostenibilidad del consumo de leña», de Miranda (1997) aporta sólidas razones por las que las plantaciones de árboles para leña son la mejor fuente de madera producida de forma sostenible en situaciones en las que los desechos de madera o los bosques naturales sujetos a ordenación no son opciones viables, y se pregunta por qué no existen más ejemplos de plantaciones de árboles para leña en América Latina. La respuesta es que las pequeñas industrias que consumen leña, como las panaderías, los productores de tabaco y lima y las fábricas de ladrillos no están en situación de comprar tierra ni de invertir en una operación forestal completa. Aun en el caso de que pudieran efectuar la inversión de capital necesaria, la leña sería muy costosa.

La solución a este problema reside en lo que el autor denomina «asociaciones de restitución forestal». En dichas asociaciones los costos se distribuyen equitativamente entre las industrias consumidoras y los campesinos sin recursos. Los propietarios de las industrias aportan el capital inicial, pero como carecen de tierra y mano de obra, ofrecen incentivos a los agricultores para conseguir su colaboración.

En el Brasil, las asociaciones de restitución forestal funcionan con éxito desde hace más de un decenio. Sólo en el estado de Sao Paulo se crearon, entre 1985 y 1995, 13 asociaciones que agrupaban a más de 3 000 campesinos, y se establecieron más de 20 000 hectáreas de plantaciones árboles para leña. Recientemente han adoptado también este sistema los estados de Minas Gerais y Mato Grosso do Sal. El autor afirma que las asociaciones han tenido éxito porque hacen responsables a los consumidores comerciales de madera del impacto ambiental de sus actividades (invistiendo el concepto empresarial tradicional de privatizar los beneficios y socializar los costos); reducen la dependencia del sector público y de la ayuda exterior para financiar la reforestación, y garantizan a los agricultores un mercado comercial y un precio justo.

Es una creencia muy extendida que sólo en las urnas tropicales tiene lugar un comercio importante de productos forestales no madereros. Sin embargo, la memoria de Özhatay y Atay (1997), titulada «El comercio de kekyh en Turquía», demuestra que esa creencia es errónea. El autor señala que en Turquía existe un comercio muy intenso de material vegetal silvestre, recolectado en su mayor parte por comunidades locales de campesinos. Todos los años se recogen muchos millares de toneladas de raíces, hojas, flores y semillas de una gran variedad de especies vegetales silvestres, que luego se venden en los mercados nacionales y en el extranjero. Anualmente se recolectan 500 toneladas de raíces de Gypsophila y el género conexo Ankopetalum y 90 toneladas de semillas de Colchium speciosum, y el volumen de comercio es importante. Los autores hacen las siguientes recomendaciones para asegurar la sostenibilidad y mejora de esta actividad comercial: promulgar leyes más estrictas para controlar el comercio de especies en peligro; vigilar la recolección de las poblaciones silvestres consideradas vulnerables; establecer una red de zonas de ordenación y espacios protegidos en los que existan conjuntos de especies raras de kekyh; poner en marcha un programa de educación y de concienciación del público, especificando los métodos seguros y sostenibles de recolectar el material vegetal silvestre.

Influencias de los bosques

Este es un tema que tradicionalmente ha tenido gran importancia en los programas de enseñanza de las antiguas escuelas forestales europeas. En determinados momentos su alcance fue menor frente a otros temas que estuvieron en boga durante un tiempo, pero ahora ha vuelto a cobrar actualidad a causa de los cambios climáticos atribuidos a la industrialización y deforestación crecientes y a catástrofes como las inundaciones, la erosión masiva y la sedimentación de ríos y embalses cada vez más frecuentes.

La función de los bosques del mundo en la retención del carbono recibe una gran atención en una serie de memorias voluntarias, como las tituladas «¿Bosques para la captación y retención del carbono o para la sustitución de los combustibles fósiles? Un análisis de sensibilidad» (Marland y Schlamadinger, 1997), «El cambio climático y el papel de los bosques como sumideros de carbono en Indonesia» (Retnowati, 1997) y «Acumulación y flujo del carbono en los bosques de Corea» (Lee, 1997).

Marland y Schlamadinger señalan que entre las propuestas para reducir el aumento de CO2 figuran la posibilidad de reforestar las tierras forestales degradadas para retener el carbono y/o utilizar madera de los bosques explotada de forma sostenible para sustituir al combustible fósil. Afirman que cuando los productos forestales obtenidos de forma sostenible se utilizan de forma ineficaz para sustituir a los combustibles fósiles, los mayores beneficios en lo que respecta al carbono se consiguen mediante la reforestación y protección de los rodales y que el aumento de las existencias no produce grandes ventajas. Sin embargo, cuando se utilizan con eficacia para sustituir a los combustibles sólidos, el aprovechamiento sostenible produce un beneficio neto mucho mayor, que se incrementa rápidamente al aumentar la productividad (Marland y Schlamadinger, 1997).

La historia forestal europea confirma que la ordenación para la producción sostenida de madera no es necesariamente incompatible con otros objetivos importantes como la conservación de la biodiversidad, el control de los torrentes y de la erosión y la protección y ordenación de las cuencas de captación. En la memoria titulada «De la sobreutilización a la regulación de manejo sostenible. Un estudio de caso de cambios históricos a largo plazo en el recurso forestal de Austria», Johann (1997) subraya la importancia de la perspectiva histérica en la práctica forestal. Ya en el siglo XIII, los gobiernos municipales establecieron normas sobre el aprovechamiento forestal, para satisfacer las diferentes exigencias de la población. De esa forma, en las zonas de gran altitud, los bosques bien administrados protegían a los asentamientos y a la población frente a las avalanchas e inundaciones. El exceso de utilización de épocas pasadas no ha tenidas efectos irreversibles en el potencial productivo de la región.

En una memoria que guarda relación con la anterior, ÖzyuvacW et al (1997) trazan la secuencia histórica de la degradación ambiental acumulativa en el Mediterráneo oriental desde el siglo III a.C. hasta el presente y formulan una estrategia para la ordenación integrada de las cuencas hidrográficas que permita el desarrollo y utilización sostenibles de los recursos renovables de la región.

La conservación de la biodiversidad

El sector forestal ha desempeñado siempre una función de primer plano en la conservación de la biodiversidad. Muchas de las reservas forestales del mundo, destinadas en principio a la producción de madera, son ahora las principales zonas protegidas para albergar especies vegetales y animales cuyo hábitat fuera de las reservas ha sido destruido. Dentro del sector existe una conciencia cada vez más clara de la importancia de sostener la biodiversidad en bosques ordenados, aunque la incorporación de metodologías de conservación en los planes de ordenación no es un concepto completamente nuevo en el sector forestal y muchas de las antiguas reservas forestales de Asia y Africa contenían zonas inviolables que no eran explotadas y que suministraban datos importantes para el desarrollo de sistemas de ordenación y silvicultura viables en las zonas explotadas de forma selectiva.

Un elevado número de memorias voluntarias tratan en formas diversas del tema de esta sección. Se han presentado 66 memorias bajo el tema «Conservación de ecosistemas» y 69 bajo el tema «Conservación y utilización de recursos genéticos forestales». La mayor parte de esos trabajos confirman un aumento constante del interés y la competencia en lo que respecta a los principios y prácticas de conservación en la ordenación forestal. El trabajo presentado por Douhéret (1997), titulado «Ordenamiento forestal y silvicultura: elementos fundamentales de una estrategia de conservación de ecosistemas forestales tropicales en la Guayana francesa» es una contribución moderna y actualizada a esta tradición antigua.

La premisa de la que parte el trabajo de Zuomin et al., (1997), «Estudio sobre el método de valoración de la biodiversidad del ecosistema regional» es que, con frecuencia, la conservación del ecosistema es un procedimiento factible en la conservación de recursos genéticos cuando se adoptan criterios objetivos para seleccionar y delimitar ecosistemas para fines de conservación. Este autor presenta una serie de índices en los que se basa la selección, como la diversidad, peculiaridad, representatividad, rareza, estabilidad, naturalidad, valor de conservación, accesibilidad e interferencia humana, y esboza los métodos mediante los cuales se ponderan esos índices en el proceso de selección.

Dos trabajos que también tienen cabida en esta sección son los de Negi y Stimm (1997) y Auer y Freiberg (1997), titulados respectivamente «La conservación de la biodiversidad forestal en la India y Alemania» y «The clearing-house mechanism (CHM) of the convention on biodiversity (CBD) - A global information platform to support scientific and technological cooperation».

Observaciones finales

Se han presentado al Congreso más de 1 300 memorias voluntarias agrupadas en 38 temas. Hacer justicia a todas ellas en un breve artículo es una tarea imposible; así pues, por necesidad no se ha hecho referencia directa a muchos temas importantes, por ejemplo, el desarrollo de la investigación y los recursos humanos, la elaboración y las industrias forestales, la función de los organismos no gubernamentales, la fauna silvestre, el turismo, etc. En el marco de los 38 temas del Congreso se han presentado trabajos del mismo interés y calidad que aquellos a los que se han aludido en estas páginas. El objetivo de este artículo no es otro que dar una idea de la calidad, alcance e importancia de todos los trabajos, presentando una muestra representativa de los mismos.

Bibliografía

Baden-Powell, B.H. 1874. Forest systems of British India. Citado en Keh (1997.

Brandis, D.1881. Suggestions regarding forest administration in British Burma. Citado en Keh (1997).

FAO. 1967. Man-made forests and their industrial importance. Roma.

Troup, R.S. 1917. The work of the Forest Department in India (Burma). Citado en Keh (1997).

Memorias voluntarias presentadas al XI Congreso Forestal Mundial:

Auer, M. y Freiberg, H. 1997. The clearin-ghouse mechanism (CHM) of the Convention on Biological Diversity (CBD): a global information platform to support scientific and technological cooperation.

Barthod, C. y Wermann, E. 1977. La gestión sostenible de los bosques templados europeos. Reflexiones sobre las experiencias francesa y alemana.

Burdin, N.A. 1997. Tendencias en la producción y consumo de productos forestales en Rusia.

Catinot, R. 1997. La ordenación sostenible de los bosques tropicales húmedos no se puede concebir sin la participación decisiva del sector privado.

de Miranda Carneiro, R. 1997. Las asociaciones de reemplazo de bosques: un modelo eficaz para conseguir la sostenibilidad del consumo de leña.

dos Santos, J.R., Lacruz, M.S.P. y Sassagaw, H.S.Y. 1997. Percepción remota en la evaluación y monitoreo de fases de sucesión secundaria en áreas de bosque tropical húmedo en la Amazonia brasilera.

Douhéret, J. 1997. Ordenación forestal y silvicultura: elementos fundamentales de una estrategia de conservación de ecosistemas forestales tropicales en la Guayana francesa.

Erskine, J.M. 1997. La creación de medios de vida rural sostenibles a través de la silvicultura forestal en Sudáfrica.

Evans, J. 1997. The sustainability of wood production in plantation forestry.

Hong Yang y Xiaomei Jiang. 1997. ¿Es China un mercado maderero rentable?

Johann, E. 1997. De la sobreutilización a la regulación de manejo sostenible. Un estudio de caso de cambios históricos a largo plazo en el recurso forestal de Austria.

Keh, S.K. 1997. ¿Establecimiento de plantaciones de teca en Myanmar?

Kigomo, B.N. 1997. Papel de los cultivos indígenas alimenticios y arbóreos en la lucha contra la deforestación y la degradación de las tierras. Estudio de un caso de Kenya.

Lee, K.-H. 1997. Acumulación y flujo del carbono en los bosques de Corea.

Marland, G. y Schlamadinger, B. 1997. ¿Bosques para la captación y retención del carbono o para la sustitución de los combustibles fósiles? Un análisis de sensibilidad.

Mulyadi, A.T. y Fraser, A.L. 1997. Indonesian experience with establishing permanent forest management units (KPHPs) as a prerequisite for sustainable forest management.

Murphy, S.T. 1997. Protección de los árboles de Africa: situación y acciones para el control de las plagas en el sector forestal africano.

Negi, S.S. y Stimm, B. 1997. La conservación de la biodiversidad forestal en la India y Alemania.

Özhatay, N y Atay, S. 1997. El comercio de kekyh en Turquía.

ÖzyuvacW N., Özhan, S. y Görcelioalu, E. 1997. Integrated watershed management for sustainable development of renewable natural resources.

Pihlajamaki, P. 1997. Pacific rim wood fibre demand and supply prospects - will there be a shortage of wood?

Retnowati, E. 1997. El cambio climático y el papel de los bosques como sumideros de carbono en Indonesia.

Schabel, H.G. y Pecore, M. 1997. La silvicultura en la reserva india de Menominee, en Wisconsin. ¿Es un Dauerwald?

Suharti, M. y Sitepu, I. 1997. Some important pests and diseases of forest plantation in Indonesia.

Sukradi, D.S. 1997. Modelo de un prototipo de sistema experto para la evaluación de las políticas de ordenación forestal sostenible.

Sumantri, I. y Santoso, H. 1997. Forest gazzetment for sustainable forest management in Indonesia: policies and progress.

Thijssen, R. y Kamondo, B. 1997. Policies for tree propagative materials for agroforestry.

Zhao Chen. 1997. La instrucción asistida por computadora en la ingeniada de explotación forestal

Zuomin Shi, Ruimei, C. y Youzu, J. 1997. Estudio sobre el método de valoración de la biodiversidad del ecosistema regional.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente