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Introducción


Introducción

La realidad de las comunidades rurales andinas muestra que existe una íntima conexión las mujeres, las comunidades y los árboles, relación raramente reconocida en los programas de desarrollo, hasta anos recientes. Asimismo, se evidencia el hecho de que la mujer, además de los trabajos vinculados con la reproducción, asume una relación cada vez más directa con los distintos factores de la producción, pues mientras el hombre emigra fuera de la comunidad para completar los ingresos familiares, la mujer se hace cargo de los cultivos, el ganado, las artesanías y los árboles, cuando los hay.

Los árboles son usados en la casi totalidad de las expresiones económicas y vitales de las comunidades andinas. En su alimentación, bebida y medicina, en la generación de ingresos monetarios, en sus ritos y fiestas, en su trabajo y descanso, y son la base de numerosas iniciativas de desarrollo. En este contexto, las mujeres son quienes más cuidan y aprovechan los bosques: recogen frutos para la alimentación, hadas y vainas para forraje de los animales, leña como energía para el hogar; utilizan cortezas, raíces y yerbas como medicina; fabrican y mantienen sus casas y se proveen de sombra y protección.

No obstante, las connotaciones y los énfasis del desarrollo que maximizan la ganancia y la rentabilidad, han generado procesos que atentan contra el equilibrio del entorno natura de las comunidades andinas. La explotación industria y la presión demográfica han provocado la degradación ambienta que acampana a la deforestación, la desertificación y el deterioro del suelo, poniendo en grave peligro la vida de las poblaciones rurales, especialmente de las mujeres, que dependen del bosque sus productos.

Esta realidad ha sido motivo de reciente preocupación de los organismos de desarrollo, especialmente después del Decenio de la Mujer (1975-1985). Sin embargo, a pesar que se ha avanzando en el estudio de los roles a cargo de la mujer en los procesos de desarrollo, ellas no están integradas todavía en los grandes proyectos, sobre todo en los del área forestal y de recursos naturales. La mayor parte de estos proyectos están orientados a hombres, basados en una falsa percepción de que la silvicultura es una actividad eminentemente masculina, olvidando que las necesidades de las mujeres en lo que respecta al bosque, difieren a menudo de las de los hombres.

Las mujeres rurales enfrentan además, otros obstáculos que limitan su participación en actividades forestales y en el desarrollo rural. A menudo, la falta de acceso de la mujer capacitación, educación, atención sanitaria infantil y tenencia de la tierra, ha impedido su participación más que a los hombres. Por añadidura, carecen de confianza para hablar en público, lo que hace muy difícil que puedan ser escuchadas y tengan un papel más importante en el acceso a los recursos forestales y en las decisiones en torno a ellos.

Esta situación, Junto con otros vacíos, ha limitado la eficiencia en numerosas acciones de desarrollo, ya que la importancia del bosque en la economía rural, depende en gran medida de los usos que de él hacen las mujeres, amén de considerar que ellas son portadoras de conocimientos y capacidades para generar estrategias de sobrevivencia, desde su propia especificidad.

Las mujeres en la familia definen en muchos casos el ritmo y la orientación de los cambios, las transformaciones tecnológicas, los grados de democratización y las resistencias culturales de las comunidades andinas.

Más de tres décadas de ejecutar programas y proyectos de desarrollo ha mostrado además, que éstos sólo podrán mantenerse en el tiempo, si efectivamente consideran desde el inicio y mantienen en su ejecución, la participación organizada de los beneficiarios, hombres y mujeres, para que vayan asumiendo la administración y gestión de sus propios proyectos en el futuro. Numerosas experiencias enseñan que acciones «impuestos» por técnicos e instituciones han dejado de funcionar una vez concluido el financiamiento y alejados los técnicos.

Para superar estos vacíos e impulsar una política de desarrollo sostenible e integral, es necesario incorporar desde el inicio del diseño del proyecto la participación explícita de hombres y mujeres, estableciendo los mecanismos para que unos y otras tengan acceso a los bienes y servicios generados y se beneficien de ellos, procurando la autogestión comunitaria.

Tal propuesta requiere incorporar el análisis de género en el ciclo de proyectos, para describir los sistemas forestales y agro-silvopastoriles en que participan productores de ambos sexos y proponer alternativas para mejorarlos. No obstante, encontrar canales apropiados para rescatar la visión y participación específica de la mujer en el contexto de los proyectos forestales, no es tarea fácil, ya que la concepción de directivos, planificadores forestales y los instrumentos metodológicos existentes, se basan en el rol productivo del varón sin rescatar las especificidades de los roles femeninos.

Para ello, se requiere como punto de partida dos condiciones: en primer lugar la convicción, decisión y voluntad de directivos, planificadores y técnicos de campo de los proyectos forestales para asumir la dimensión de género en sus actuaciones y facilitar la participación de las mujeres tanto como de los hombres en los proyectos; y, en segundo lugar es necesario contar con métodos, instrumentos y herramientas que incorporen la dimensión de género para promover y facilitar la participación de las mujeres tanto como de los hombres.

Reconociendo estos hechos, esta guía se orienta a proporcionar instrumentos prácticos que faciliten la incorporación de la dimensión de género en el ciclo de los proyectos forestales promoviendo la participación igualitaria de las mujeres y los hombres - beneficiarios tradicionales en los proyectos.

¿A quién se dirige esta guía?

La guía está destinada a los directores y facilitadores de proyectos forestales o de recursos naturales. El término facilitador alude a una amplia gama de personas involucradas en distintas acciones de forestación y conservación de recursos naturales, como parte de los equipos interdisciplinarios de trabajo. Entre ellos, principalmente los planificadores. extensionistas y promotores que trabajan en la formulación, ejecución y evaluación de proyectos forestales.

La guía propone un proceso de trábalo participativo preferiblemente a ser realizado en equipo compartido entre planificadores y ejecutores, entre extensionistas y promotores, con distintas trayectorias, niveles de formación y especialidades profesionales; proceso que busca concretar una concepción de género en el ciclo de proyectos en el área forestal.

No obstante, se llama la atención sobre la necesidad de capacitar en el enfoque de género a los extensionistas y promotores, en forma previa a la utilización de la Guía. La experiencia muestra que si no se conoce el contenido de este enfoque (como cualquier otro marco de referencia), no se podrán utilizar las herramientas, por más sencillas y prácticas que éstas sean.

La guía puede ser igualmente útil para directivos de proyectos y responsables de equipos, encargados de dar orientación sobre las acciones y/o de capacitar y entrenar al personal, para trabajar en proyectos que también incluyen a mujeres como beneficiaras.

¿Cómo usar esta guía?

Esta guía es eminentemente práctica. Numerosos manuales o guías corren el riesgo de ser demasiado rígidos, simplistas o esquemáticos, en tanto que la realidad se muestra mucho más compleja y diversa que la que ellos nos muestran. Para evitar este riesgo, en la guía se hacen varias recomendaciones que no pretenden ser recetas, sino más bien una ayuda para la adecuación y/o aplicación a la realidad concreta de las comunidades con las que se trabaja.

Esto significa que la guía pretende servir como estímulo, sugiere pistas, entrega herramientas para aclarar ideas, amplía las perspectivas de análisis de la realidad de los y las beneficiarias y favorece el trábalo con hombres y mujeres. Pero no reemplaza la necesidad de creatividad para elaborar propuestas y ejecutar acciones de acuerdo a la realidad concreta de los grupos involucrados.

ADVERTENCIAS

Suele ocurrir que quienes ya están involucrados en la fase de implementación de proyectos, pueden no considerar útil las sugerencias para las fases anteriores.

No obstante, se advierte que si la ejecución de proyectos constituye un proceso continuo de acción - reflexión - evaluación - corrección, se pueden incorporar correctivos en cualquier momento de la ejecución de proyectos, cuando éstos han sido formulados sin considerar las especificidades de ambos géneros. Por ello, los ejecutores que están conscientes de la necesidad de incorporar la dimensión de género, superando los vacíos de la formulación inicial, pueden utilizar esta guía en cualquier momento.

Además, se advierte que tanto la metodología, como los instrumentos y herramientas propuestas para las fases de diagnóstico, pre-identificación e identificación son útiles al momento de la ejecución para, por ejemplo: la identificación de comunidades, la elaboración de planes operativos anuales, los análisis específicos para iniciar nuevas acciones, etc.

Para esto, se recomienda usar la guía como consejero permanente en el trabajo, consultando y poniendo en práctica las recomendaciones metodológicas y validando en los hechos, los instrumentos disonados para mejorarlos con las experiencias concretas.

¿Cuál es el contenido de la guía?

La presente guía se elaboró con el propósito de que pueda cumplir tres funciones: a) como marco conceptual y apoyo instrumental a los planificadores; b) como marco conceptual y herramienta práctica para extensionistas y otros técnicos de campo; y, c) como apoyo a la capacitación en contenidos de género de extensionistas y promotores.

La guía consta de dos partes:

En la PRIMERA PARTE se incluye una breve presentación de conceptos relacionados can 'desarrollo forestal participativo' y' género', elaborados en base a experiencias de la región. Tiene el propósito de reforzar la necesaria capacitación en el enfoque de género que deben recibir los técnicos, homogeneizando entre todos los usuarios los contenidos de este enfoque en el desarrollo forestal participativo.

En la SEGUNDA PARTE se incluyen instrumentos prácticos para apoyar la incorporación de la dimensión de género en el ciclo de proyectos. Para ello, se hace una breve conceptualización de cada fase del ciclo de proyectos, a continuación se presentan mecanismos y sugerencias para incorporar el enfoque de género; se concluye con la presentación de instrumentos y herramientas que pueden facilitar estas tareas.

Consideraciones generales para el uso de la guía

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