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Prefacio


Prefacio

El Programa Bosques, Arboles y Comunidades Rurales (FTPP, por sus siglas en inglés), como un programa de la FAO, basa sus propuestas y líneas de trabajo en su vasta experiencia institucional, y sobre todo en la identificación de los procesos en marcha en las regiones, recuperando importantes aportes de las diferentes conferencias mundiales sobre el desarrollo rural, desarrollo agrario, políticas alimentarias y pobreza. Específicamente, son importantes las recomendaciones de la Conferencia sobre la Mujer y el Desarrollo Agrícola de 1990, en la que se determinó un plan de acción, que a su vez retome valiosos avances sobre el tema enfocado desde diferentes perspectivas. Así, programas y proyectos de desarrollo encontraron que la deficiente, poca o ninguna participación de las mujeres en los proyectos constituye una de las causas para el fracaso o el no cumplimiento de sus objetivos. También se relaciona la incorporación diferenciada de hombres y mujeres a los beneficios del desarrollo, con el hecho que de los índices de pobreza no cambiaron notoriamente después de la ejecución de los planes. Posteriormente, experiencias de investigación y evaluación de proyectos y políticas de desarrollo demostraron que las mujeres eran portadoras de importantes capacidades, conocimientos y propuestas económicas, políticas, etc., que hacia indispensable considerarlas con especificidad en los proyectos, planes y políticas.

Las actividades del FTPP en Africa y Asia constituyeron verdaderos aportes en tanto estrategias metodológicas en este campo, especialmente las relativas a la seguridad alimentaria y el uso energético de los recursos del bosque. Sin duda, estos trabajos, junto a otros aportes, influyen en los planes y programas de desarrollo. En un proceso de aproximadamente dos décadas, hicieron que los principales programas, así como las políticas de las agencias de desarrollo introdujeran el tema de la mujer en el desarrollo y más tarde el de género.

En esta dinámica se fue especificando el rol de las mujeres, en articulación con los diferentes procesos productivos y el uso de recursos naturales. En cuanto la relación de las mujeres con los recursos forestales, se tiene importantes estudios de caso que demuestran que las mujeres tienen actividades, conocimientos y necesidades específicas respecto a estos recursos y que es imprescindible trabajar en torno a ello. Sin embargo, las pocas experiencias realizadas y conocidas hasta la fecha, carecen de sistematización y difusión como para ser efectivamente incorporadas en forma de propuestas generales de trabajo con mujeres en lo que se refiere al problema forestal.

La perspectiva de género surge de la experiencia y la reflexión de muchos anos de trabajo con mujeres y teorías sobre procesos productivos y reproductivos, identidad, transformaciones culturales, desarrollo humano, modernidad, transformaciones tecnológicas y otras vertientes. Esta perspectiva intenta dar un salto cualitativo en términos teórico-metodológicos sobre la fase anterior, que propone incorporar a mujeres y programas de desarrollo existentes.

La perspectiva de género plantea entonces una lectura diferente de la relación sociedad-naturaleza, como un vínculo multifacético, dinámico y variable Cuestiona una lectura unidimensional del desarrollo y de las relaciones humanas y sociales, y se basa en la recuperación de la interacción y la mutua determinación de las identidades socioculturales y de éstas con la naturaleza. El análisis de género permite descubrir las múltiples interacciones sociales y ecológicas en los diversos tipos de sociedad y modelos culturales y económicos.

La relación hombre-mujer, entendida como interacción, crea un espacio de análisis que tiene que ver sobre todo con las reglas, normas, costumbres, etc., que definen los roles y relaciones de los actores en comunidades específicas en su actuación sociocultural y económica como también su vinculación con los recursos forestales y su manejo. De esta manera, el acercamiento posibilita descubrir un terreno para el desarrollo sostenible.

Por tanto, trabajar en forestería desde la perspectiva de género significa hacerlo con las normas, reglas y costumbres de las sociedades y comunidades en su relación con el bosque, y no necesariamente trabajar en exclusividad con la mujer sino sobre las condiciones de su identidad y la de los otros géneros. Aún cuando esta perspectiva cuenta con aportes importantes, actualmente el desarrollo de métodos válidos para trabajar en forestería comunitaria desde una perspectiva de género es todavía un desafío.

El programa FTPP-CERES en Bolivia puso en marcha un proceso de construcción colectiva de un currículo universitario sobre el tema. Con la intención de recuperar las reflexiones y aportes empíricos, el proceso se basa en seminarios y talleres de socialización de experiencias y una amplia revisión bibliográfica sistematizada y organizada por la doctora Susan Paulson, consultora del Programa.

El recurso para la reflexión y enseñanza comunitaria realizado en Bolivia, recupera una gran parte de las experiencias forestales y de reflexión efectuadas a nivel nacional e internacional y se propone como base para un currículo latinoamericano, con aportes en Quito y Centroamérica. Los objetivos son dos: primero, contribuir a la formación de técnicos para que éstos, en su desarrollo profesional, incorporen la visión de género como una estrategia metodológica para trabajar por la equidad, la participación y la sostenibilidad; y segundo, difundir estas experiencias para que sean sistematizadas y analizadas con el fin de contribuir al cuestionamiento y reformulación de conceptos, teorías y metodologías que estructuren las políticas y programas de desarrollo y conservación.

Rosario León

Facilitadora Programa Bosques, Arboles y Comunidades Rurales

Bolivia

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