4. Evaluación de las pérdidas

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4.1 Introducción

La evaluación de las pérdidas de alimentos constituye la base de los programas para reducir las pérdidas poscosecha. La evaluación puede efectuarse aplicando tanto métodos tradicionales como métodos mejorados, que se complementarán con comparaciones cuantitativas, técnicas y financieras. Pueden realizarse ensayos para determinar la aceptabilidad de las estructuras de almacenamiento o los métodos de manipulación mejorados. Debería hacerse una distinción entre encuestas de pérdidas y estudios o ensayos de campo, puede que en ambos casos haya que comparar los métodos tradicionales y los mejorados por lo que respecta a la reducción de pérdidas.

 

4.2 Definiciones

En la Sección 1.1 figuran muchos de los términos utilizados en las mediciones para la evaluación de pérdidas.

 

4.3 Encuestas

Pueden identificarse tres tipos de encuestas de pérdidas.

4.3.1 Encuesta general. Es el examen preliminar de puntos problemáticos especificos y la evaluación in situ de las medidas que probablemente reducirían las pérdidas. Este tipo de encuesta debería realizarse antes de iniciar un proyecto de reducción de pérdidas, para comprender plenamente el sistema de posproducción, identifcar los puntos en que pueden producirse pérdidas considerables, y sugerir las causas de dichas pérdidas. (Además, deberían recogerse y compararse todos los datos pertinentes disponibles de otras fuentes sobre pérdidas. De ser posible, debería hacerse una estimación aproximada de las pérdidas previstas.)

4.3.2 Encuesta piloto (encuesta no aleatoria). En este tipo de encuesta se aplica un método cuantitativo basado en técnicas de muestreo ya establecidas, pero no se sigue un plan de muestreo absolutamente científico.

Las técnicas de muestreo adoptadas son las que determinan la fiabilidad de los resultados de la encuesta (véase Sección 2.5). La ejecución de una encuesta com pletamente aleatoria resulta muy costosa. De hecho, las dificultades que plantea la falta de cooperación por parte de los agricultores y la inaccesibilidad a los lugares constituyen generalmente los factores decisivos a la hora de seleccionar las aldeas y granjas para la muestra. Rara vez resulta posible efectuar un muestreo de productos no descascarados almacenados que sea estadísticamente válido, sin vaciar el contenedor del producto almacenado, cosa a menudo inaceptable para el agricultor. Por otra parte, tal muestreo trastorna las poblaciones y estratificaciones de plagas presentes en el contenedor. El mismo contenedor y su contenido no pueden utilizarse luego para las mediciones de la evaluación de pérdidas. Así, en las encuestas piloto sobre pérdidas de almacenamiento, generalmente se toman muestras aleatorias de productos que están al alcance.

A pesar de estas limitaciones, las encuestas piloto sobre almacenamiento, aunque tal vez no sean estadísticamente sólidas, pueden proporcionar datos valiosos sobre las pérdidas que se están produciendo y permitir que se pueda seguir su evolución a lo largo del tiempo.

La finalidad de una encuesta piloto es establecer una estimación de las pérdidas y obtener datos sobre sus causas. Podrán introducirse entonces mejoramientos, que habrá que seguir de cerca y perfeccionar a medida que se vaya obteniendo más información.

4.3.3 Encuesta fiable (encuesta aleatoria). En este tipo de encuesta la finalidad es obtener datos cuantitativos estadísticamente fiables sobre pérdidas a nivel nacional, regional o de aldea. Es esencial adoptar un programa de muestreo aleatorio estratificado y un método de análisis de muestras estadísticamente aceptable. Estos procedimientos son costosos y requieren un gran número de personal especialmente capacitado para dicha tarea.

Tales encuestas se adaptan mejor a los procedimientos de recolección, trilla, secado y elaboración. Son menos idóneas para evaluar pérdidas durante el almacenamiento, a causa de los problemas que comporta el proceso de deterioro biológico.

 

4.4 Ensayes de campo

Los ensayos de campo se utilizan frecuentemente para comparar las pérdidas que derivan de las prácticas tradicionales y de las mejoradas.

Pueden realizarse tres tipos de ensayos.

 

4.4.1 Ensayo de la eficiencia del equipo. Es necesario someter a ensayo el equipo recién construido o comprado para comprobar su idoneidad para la cosecha, la trilla, el secado o la elaboración de cultivos de producción local. Una vez que se ha comprobado la eficiencia de determinado tipo de equipo, es esencial determinar su rendimiento cuando lo utilizan los agricultores.

 

4.4.2 Ensayes de simulación de almacenamiento en estaciones de investigación. Hay que proceder con gran cuidado al interpretar los resultados de este tipo de ensayos, porque las condiciones que se dan en las estaciones de ensayo son muy diferentes de las que se encuentran en las granjas.

 

4.4.3 Ensayos en las granjas. Estos ensayos se realizan para satisfacer dos objetivos.

Pueden evaluarse diversas prácticas de posproducción para determinar sus efectos y la cuantía de las pérdidas. Los ensayos se realizan con la cooperación de los agricultores en sus propios campos y aldeas o, si ello no es posible, en las estaciones de investigación o granjas experimentales locales (pero utilizando con el debido cuidado los resultados).

Se introducen y evalúan posibles mejoras cuando éstas son utilizadas por grupos de agricultores, sin haber sido sometidas a un ensayo completo en las estaciones de investigación. Este tipo de ensayos es de gran utilidad al evaluar métodos que se han demostrado ya satisfactorios en otras regiones o paises. Durante el ensayo podrán hacerse reajustes para mejorar el rendimiento del equipo. Se organizan los programas de capacitación práctica necesarios para la comunidad agrícola.

 

4.5 Validez de la encuesta y los trabajos de ensayes

Los resultados de las encuestas y evaluaciones valen sólo para las condiciones en las que se han realizado. Casi ciertamente hay un efecto estacional en la cuantía de las pérdidas, que sólo puede determinarse después de varios años.

Una solución más práctica de este problema es la de realizar una encuesta para identificar los puntos del sistema en que las pérdidas son elevadas, y su magnitud. Se introducen mejoras, que se seguirán muy de cerca y se evaluarán. Se compara la eficacia de los métodos mejorados y no mejorados, por lo que respecta a reducir las pérdidas, en la misma estación y la misma localidad.

Estas encuestas a largo plazo, aunque proporcionan información fiable, resultan muy costosas y no determinarán desde luego, por si solas, una reducción de las pérdidas.

 

4.6 Evaluación de pérdidas de cereales y legumbres

 

4.6. 1 Pérdidas durante la recolección, el secado en el campo, el hacinamiento, el transporte, la trilla, el secado y la limpieza. Todas las pérdidas que se deban a agentes biológicos deberán expresarse con referencia al peso en seco. Las demás pérdidas generalmente se expresan en términos de peso del producto con un 14 por ciento de contenido de humedad.

Ambas modalidades de expresión requieren algún cálculo, que puede dar lugar a confusiones a la hora de interpretar los resultados, pero si las pérdidas se expresan en porcentajes (y no según los pesos ajustados), y se declara la base de referencia, podrán compararse en este caso los resultados con otras cifras de evaluación de pérdidas.

Las pérdidas producidas en las operaciones de recolección, secado en el campo y hacinamiento se expresan en porcentaje de la producción total. Por producción total se entiende la producción obtenida, que es la cantidad máxima de grano limpio menos las pérdidas que se están evaluando. Durante la trilla y la limpieza las pérdidas se expresan en porcentaje del insumo de grano para la operación.

Las prácticas de los agricultores con relación a la época de recolección, a la duración del secado sobre el terreno y el hacinamiento, repercuten considerablemente en la cuantía de las pérdidas. Generalmente las perdidas durante la recolección aumentan, cuando ésta se retrasa más allá de la época considerada mejor por el agricultor.

Las pérdidas durante el secado sobre el terreno, el transporte, el secado al sol y la limpieza tienden a ser bajas, mientras que las pérdidas durante la trilla dependen mucho de los métodos utilizados y de la época de recolección.

 

4.6.2 Pérdidas durante el almacenamiento a nivel de granja y de aldea debidas a insectos y mohos. Las pérdidas de peso durante el almacenamiento deben referirse siempre al volumen de producto almacenado en el momento de realizar la evaluación. Hay tres métodos para evaluar las pérdidas durante el almacenamiento y se están elaborando otros.

En el método estándar de volumen/peso, el peso en seco de un volumen determinado de grano que se ha medido utilizando un método estándar al comienzo del periodo de almacenamiento, se compara con el peso seco del mismo volumen de grano después de un periodo determinado de almacenamiento. El principio en que se basa este método es que, en el periodo de almacenamiento, las plagas se desarrollan fundamentalmente dentro de los granos. La forma de éstos no variará y los granos dañados ocuparán el mismo volumen, pero pesarán menos. Sin embargo, hay también insectos que devoran la superficie de los cereales, lo cual puede hacer variar el volumen de los granos, de forma que se ocupe el mismo volumen con un mayor número de granos y se obtengan, en consecuencia, resultados poco fidedignos.

El peso en seco de un volumen determinado de granos depende del contenido de humedad y de la variedad. Al comienzo del periodo de almacenamiento hay que preparar para cada una de las variedades cuyas pérdidas se han de evaluar una curva de base estándar del peso en seco de un volumen determinado de granos en función de las variaciones del contenido de humedad. La preparación de esta base constituye un importante factor en la aplicación de este método. El método se ha utilizado con éxito, sin preparar datos de base, en climas muy secos, donde las variaciones del contenido de humedad durante el almacenamiento son muy pequeñas.

En el método de recuento y pesaje se cuentan y pesan los granos deteriorados y no deteriorados de una muestra de 100 a 1000 granos. El peso de la muestra se compara con el que ésta habría tenido si no se hubieran producido daños. La ecuación básica es la siguiente:

pérdida porcentual de peso = {[UaN-(U+D) X 100}/UaN

donde

U = peso de la parte no deteriorada de la muestra
N = número total de granos de la muestra
Ua = peso medio de un grano no deteriorado
D = poso de la parte deteriorada de la muestra

La pérdida porcentual de peso hay que ajustarla a un 14 por ciento de c.h.p.h. O bien hay que indicar el contenido de humedad.

La pérdida porcentual de poso también puede calcularse como sigue:

porcentaje de granos dañados × ( pérdida media de peso por grano / peso medio del grano no dañado)

= p × (PMP / PM)

Si Nu = número de granos no dañados
Nd = número de granos donados
U + D = como arriba, tenemos que

P = [Nd / (Nu + ND)] ´ 100

Pérdida porcentual de peso = P ´ (PMP / PM)=[(Nd ´ 100) / (Nu + Nd)] ´ [(Und - DNu) / UNd] = [(Und - DNu) ´ 100] / [U (Nd + Nu)]

Para esta fórmula no se necesita el valor del peso medio del grano no dañado. Las principales desventajas de este método son las siguientes:

  1. los insectos pueden preferir los granos de ciertas dimensiones, composición o contenido de humedad, por lo que el peso medio de los granos antes de ser dañados por los insectos puede ser diferente del de los granos de la muestra no dañada;
  2. un grano aparentemente no dañado puede esconder infestaciones dando lagar a una subestimación de las pérdidas.

Habida cuenta de las posibles fuentes de error mencionadas, pueden obtenerse cifras negativas de pérdida de peso con bajos niveles de infestación.

El método de conversión del daño porcentual consiste en convertir el daño porcentual en pérdida de peso, utilizando un factor que es constante para cada producto. Su fiabilidad es limitada y sólo se recomienda cuando no pueden aplicarse los métodos anteriormente mencionados.

 


5. Control de plagas

5.1 Observaciones generales

Antes de tratar de aplicar las medidas de control es esencial identificar la plaga de que se trate, y entender por qué constituye una amenaza para el almacenamiento sin riesgos del producto.

Es preferible siempre evitar una infestación antes que controlarla cuando haya asumido graves proporciones. Es necesario conocer la fuente potencial de infestación, a fin de poder controlar más fácilmente, y a un costo razonable, el desarrollo de la plaga durante el almacenamiento.

El tipo de estructura de almacenamiento influye en la susceptibilidad del producto a ser terreno para que se desarrolle una plaga. De ello depende también la selección del método de control más económico. En la Sección 5.6 se hace una breve descripción de las estructuras de almacenamiento.

Figura 5.1: Posibles fuentes de infestación

Figura 5.2: Pérdidas causadas por insectos

 

5.2 Pérdidas causadas por insectos

 

5.2.1 Pérdida de peso. Las plagas de insectos que se desarrollan en un producto van alimentándose continuamente. Las estimaciones de las pérdidas consiguientes varian mucho según el producto, la localidad y las prácticas de almacenamiento. Para los cereales o las leguminosas de grano de zonas tropicales, almacenados en condiciones tradicionales, puede esperarse una pérdida del 10-30 por ciento durante toda una temporada de almacenamiento.

 

5.2.2 Pérdidas de calidad/valor comercial. Como el producto infestado se contamina con detritos de insectos, tendrá por supuesto un mayor contenido de polvo. Los granos estarán perforados y a menudo descoloridos. Los alimentos preparados con productos infestados pueden tener un olor o sabor desagradables.

Los precios en los mercados tradicionales son relativamente insensibles a los daños de plagas. No obstante, el mercadeo y la distribución centralizada de productos generalmente depende de un sistema de clasificación que penaliza los productos infestados.

Respecto a los cultivos de exportación, tales como el café, el cacao y el maní se exigen normas de calidad particularmente elevadas.

 

5.2.3 Favorecimiento de la formación de moho. Los insectos, mohos, así como los granos mismos producen agua en la respiración, es decir, la escisión del sustrato de carbohidratos. En condiciones húmedas, sin suficiente ventilación, la formación del moho y el «apelmazamiento» pueden difundirse rápidamente, causando graves daños.

 

5.2.4 Reducida germinación de las semillas. Los daños al embrión de las semillas generalmente impiden su germinación; algunas plagas de almacenamiento tienen preferencia por el embrión.

 

5.2.5 Reducido valor nutricional. La eliminación del embrión por las plagas de almacenamiento tenderán a reducir el contenido de proteínas del grano.

 

5.3 Fuentes de infestación

5.3.1 Las plagas de insectos pueden sobrevivir de una estación a otra en una variedad de situaciones:

  1. residuos infestados del año anterior (almacenados en el hogar o en la granja);
  2. la estructura del almacén mismo:
  1. hábitat naturales como:

Figura 5.2: Supervivencia de las plagas de insectos

 

5.3.2 Infestación del producto fresco. Dicho producto puede ser infestado por:

  1. migración activa al cultivo en fase de maduración en el campo, desde el hogar, la despensa de la casa, el almacén o los «matorrales »;
  2. contaminación, cuando el producto se deposita en un almacén ya infestado.

Cuando los cultivos maduran en el campo pueden ser infestados por plagas de almacenamiento:

  1. el maíz, el sorgo y otros cereales por los gorgojos del maíz y del arroz (Sitophilus spP );
  2. el caupí y otras legumbres de grano, por los gorgojos de los frijoles (Bruchidae); las larvas de estas plagas, que se desarrollan dentro de las semillas, entrarán en el almacén junto con el producto y continuarán allí su desarrollo.

La gravedad de los daños producidos en el campo puede variar considerablemente según el tipo de cultivo y las prácticas agrícolas.

 

5.4 Desarrollo de plagas en los almacenes

En climas tropicales húmedos, las condiciones pueden ser muy favorables al desarrollo de muchas especies de plagas de almacenamiento. A 27-30 °C y 70-90 por ciento de humedad relativa, en sustratos apropiados, los indicas potenciales de incremento son muy elevados, por ejemplo, un incremento de 25 veces por mes para el gorgojo del arroz (Sitophilus oryzae) 50 veces por mes para el gorgojo de los frijoles (Callosobruchus maculatus ) 70 veces por mes para el gorgojo de la harina (Tribolium castaneum ).

La competencia, la depredación y el parasitismo pueden reducir el número de plagas de insectos.

Las condiciones de sequedad pueden disminuir considerablemente los índices de desarrollo.

En general, se presume que habrá problemas de plagas a lo largo de la temporada en las zonas más húmedas, pero en las zonas de sabana semiárida la actividad de las plagas suele detenerse durante la estación seca.

 

5.5 Factores que afectan a la selección del método de almacenamiento y de las medidas de control de plagas

Las opciones de diferentes métodos de almacenamiento varian según el tipo de gestión del almacenamiento:

La idoneidad de un determinado método dependerá de varios factores, por ejemplo:

A continuación se describe en forma resumida cada tipo de estructura indicando las posibles técnicas de control de plagas para cada sistema.

Los métodos que se describen no deben tomarse como recomendaciones; tratan más bien de sugerir una forma de evaluar las diversas opciones disponibles en una determinada situación.

 

5.6 Tipos de almacenamiento y consecuencias para el control de plagas

 

5.6.1 Hórreos tradicionales. Se caracterizan por su menor ventilación en comparación con los modelos mejorados; el maíz se almacena a menudo con las espatas; el sorgo y el mijo en la espiga.

El cultivo debe permanecer más tiempo en el campo, para que se seque suficientemente y se evite la formación de moho. Las pérdidas en el campo debidas a los pájaros, roedores y el hacinamiento serán graves, especialmente en zonas húmedas.

Puede que los hórreos mismos no sean a prueba de roedores.

Las espatas del maíz pueden ofrecer considerable protección contra los insectos, cuando se trata de las variedades tradicionales. Si se emplea un insecticida, su eficacia puede ser menor por la presencia de las espatas, aunque las pruebas son contradictorias; generalmente se utilizan insecticidas en polvo.

Figura 5.3: Hórreos tradicionales

En un tipo de hórreo «cerrado» (por ejemplo, de mimbre trenzado), los insecticidas pueden permanecer de forma relativamente persistente, pero no vale la pena repetir la aplicación, por su poca penetración.

Los costos de capital de la estructura son bajos, pero no suelen durar mucho.

 

5.6.2 Hórreos mejorados. Bien ventilados, que permiten almacenar cosechas con elevado contenido de humedad. La recolección temprana reduce las pérdidas en el campo. Están protegidos contra los roedores.

La ventilación resuelve prácticamente el problema del moho, pero puede producirse la germinación superficial en condiciones muy húmedas.

Es necesario eliminar la cáscara, debido al elevado contenido de humedad, con lo cual se expone el grano al ataque de los insectos; en la mayoría de las localidades es necesario aplicar insecticidas en forma de polvos o de rociado.

Los insecticidas mezclados inicialmente Irán perdiendo eficacia, pero pueden volver a aplicarse al menos en la parte exterior; se mejora así la penetración hacia el interior.

Los costos de capital son bajos o moderados, según los materiales seleccionados. La durabilidad dependerá de los materiales utilizados. El costo recurrente es el de los plaguicidas.

Figura 5.4: Hórreos mejorados

 

5.6.3 Silos. Estructuras sin ventilación (tradicionales o mejoradas), para almacenar granos a granel.

El producto debe estar muy seco inicialmente; en zonas muy húmedas es imprescindible el secado artificial.

Pueden eliminarse los daños por roedores.

Es muy probable la formación de moho si se produce condensación; el calentamiento y enfriamiento de cada día contribuyen a la migración de la humedad y al apelmazamiento local que puede difundirse rápidamente.

Es necesario inspeccionar frecuentemente los silos para evitar el apelmazamiento y puede que sea necesaria también la ventilación artificial (no factible a nivel rural) o el vaciado para volver a secar.

El control de insectos en los silos es teóricamente bueno; cuando la estructura es idónea puede fumigarse inicialmente y cerrar luego herméticamente para evitar la reinfestación. La mezcla de insecticidas (en polvo) se mantiene con cierta persistencia.

Con bajo contenido de humedad el desarrollo de los insectos es menor.

Cuando la gestión de los silos es adecuada éstos resultan eficaces, pero si no se corre el riesgo de una rápida y total pérdida de la cosecha.

Para los tipos más grandes se requiere equipo de manipulación a granel.

Los costos de capital son elevados y a veces incluso muy elevados, según los materiales empleados. Los costos recurrentes de secado pueden ser también elevados, y se necesita considerable mano de obra para recoger combustible en el periodo de cosecha.

Figura 5.5: Silos

 

5.6.4 Almacenes (almacenes de productos ensacados en general). Hay que secar inicialmente algo los productos, pero los productos ensacados ofrecen mayor tolerancia que los productos almacenados a granel.

Permiten controlar los roedores y proteger el producto ensacado contra las plagas con moderada eficacia.

Cuando se trata de productos valiosos, se puede justificar su fumigación para prevenir la reinfestación. El rociado resulta más eficaz que en las estructuras ventiladas; los insecticidas se mantendrán con relativa persistencia.

No se necesita equipo especializado para la manipulación en los almacenes.

 

5.7 Pérdidas producidas por roedores

Los roedores causan pérdidas de alimentos consumiendo granos y contaminando todavía más de lo que consumen. Difunden también enfermedades que pueden trasmitirse a las personas.

Son tres las especies de roedores que constituyen las plagas principales de los productos almacenados:

Las ratas entran en acción después que ha oscurecido o cuando quedan en calma los locales. Las ratas negras y pardas tienen la costumbre de seguir rutas ya establecidas cuando se mueven entre los productos almacenados, la fuente de agua y su escondrijo normal. Después de algún tiempo estas rutas quedan marcadas con huellas grasientas que pueden identificarse fácilmente. También de conformidad con estos hábitos las ratas evitan las trampas o alimentos venenosos desconocidos, particularmente la primera vez que se ponen.

Las señales que denuncian la presencia de ratas son:

 

5.7.1 Métodos de control. Es muy diferente eliminar una sola rata en un hogar que tener que controlar un gran número en un grupo de almacenes. Es importante conocer los hábitos de las ratas para establecer medidas de control eficaces y económicas.

El método de control más eficaz es el de impedir el acceso de los roedores al almacén, lo cual podrá lograrse sobre todo construyendo almacenes «a prueba de ratas », pero también con medidas complementarias.

Los métodos principales para controlar una población de roedores ya establecida se agrupan en mecánicos y químicos.

El principal método de control mecánico es el de las trampas. Para los almacenes son preferibles las trampas en forma de jaula, que deberán colocarse en la trayectoria habitual de la rata. Se deja en posición y abierta durante varios dias, sin cebo y sin prepararla, para superar la timidez de las ratas ante la novedad, se coloca luego un cebo atractivo para la rata. Este es el método que asegura los máximos resultados.

Figura 5.6: Precauciones contra la invasión de ratas

Figura 5.6: Precauciones contra la invasión de ratas (concl.)

El método principal de control químico es el del veneno, bien como dosis única (veneno fuerte) o como dosis múltiple (envenenamiento crónico).

Dosis única. El fosfuro de zinc es el que se utiliza más comúnmente. Para un control eficaz hay que tener en cuenta dos fases esenciales.

Figura 5.7 Lucha mecànica contra las ratas

  1. cebo previo. Los lugares, los cebos y los contenedores deben ser los mismos que los que hayan de utilizarse para el veneno en la fase siguiente. Cuanto más atractivo sea el cebo, mejores serán los resultados de control. El arroz cocido, el trigo o el maíz remojado, y la harina mezclada con jarabe son cebos atractivos. La fase de cebo previo deberá durar tres o cuatro días, colocando cada día cebo recién preparado.
  2. cebo con veneno. Se mezcla homogéneamente una parte de fosfuro de zinc con 20-40 partes de cebo análogo al utilizado en la fase de cebo previo. Los recipientes especiales utilizados en la fase anterior se llenarán de cebo envenenado, colocándolos en las mismas posiciones que los contenedores del cebo previo. La mañana siguiente se retirará el cebo envenenado que quede en los recipientes, destruyéndolo. Se sustituirán luego los recipientes, provistos de material de cebo previo (no venenoso). Si comen este material, quiere decir que es necesario continuar con las medidas de control, por lo que deberá repetirse toda la operación. Se eliminarán cada día los roedores muertos.

Envenenamiento crónico con dosis múltiples. Se trata en general de anticoagulantes de la sangre que causan la muerte por hemorragia interna. Las ventajas principales con respecto al envenenamiento con dosis únicas son:

  1. no se alarma a las colonias de ratas, porque las muertes parecen deberse a causas naturales y continuarán ingiriendo el cebo envenenado, dando lugar a un control final mejor que con el envenenamiento mediante dosis única;
  2. no suscitan la timidez ante el cebo ni es necesario el cebo previo;
  3. los anticoagulantes se utilizan en cantidades muy pequeñas: su acción es lenta y por lo tanto presenta menos riesgos de ingestión por los hombres y los animales domésticos.

Deberán observarse atentamente las instrucciones del fabricante para los anticoagulantes, colocando los recipientes de cebo en lugares a los que sólo los roedores tienen acceso. Las ratas mueren en el plazo de unos diez dias, pero ta] vez se necesiten veinte dias para los ratones. Los roedores intoxicados buscan aire fresco y agua, por lo que generalmente salen del almacén para morir. Deberán eliminarse cuidadosamente los cadáveres, porque los residuos de anticoagulantes que hayan quedado en ellos perjudicarán a los animales que se alimentan de desechos.

 


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