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La Conservación de los Bosques y la Liberación de la Humanidad del Temor a la Indigencia

UNO de los más graves problemas económicos que ha confrontado el mundo en los últimos dos o tres años ha sido la escasez de alimentos.

Por tal razón, la FAO, en consulta con los gobiernos Miembros y con otras organizaciones internacionales, ha concedido preferente atención a la solución de dicho problema. Quizás el énfasis puesto en ello pudiera haber sugerido que las actividades de la organización se limitan al campo de la producción y de la distribución. Ello no es así. La Constitución de la FAO lo define con toda claridad. Su tarea consiste en elevar los niveles de vida de todos los pueblos del mundo o, dicho de otra manera, "liberarlos del temor a la indigencia."

La "liberación del temor a la indigencia" no sólo significa proveer los alimentos suficientes para todo el mundo; se refiere también al vestuario y albergue adecuados que permitan a los seres humanos disfrutar de felicidad, salud y prosperidad. A ello se debe que las naciones de la tierra, al crear la FAO, incluyeran en su esfera de acción la silvicultura y los productos forestales. El desarrollo atinado de la silvicultura y el uso adecuado de los productos forestales no solamente contribuyen en gran parte a proporcionar los hogares y el vestuario que la humanidad necesita, sino que influyen también en los programas de largo alcance de producción de alimentos.

N. E. Dodd
Director General de la
Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación

LA FAO adoptó como su objetivo la declaración de la Carta del Atlántico sobre "la liberación de la humanidad del temor a la indigencia."

Una definición racional mínima de lo que constituyen las necesidades humanas comprende los requisitos primordiales de alimento, vestuario y albergue, para cuya satisfacción hay que recurrir a los productos primarios de la tierra. Salvo en las sociedades del todo primitivas, incluye también otras cosas, tales como seguridad, salud, educación y esparcimiento.

En la estructura de la FAO y en sus programas, formulados con la mira de colocar en su lugar, con el debido énfasis, cada segmento de la conservación, de tal manera que nunca se descuiden sus relaciones recíprocas con el todo, se ha incorporado una definición amplia de lo que se entiende por "necesidades," que va mucho más allá de la idea de suficiencia de alimentos.

Como ocurre con el lema de: "vida, libertad y el derecho a buscarse la felicidad" (life, liberty and the pursuit of happiness), en la Declaración de Independencia estadounidense, la "satisfacción de las necesidades humanas" es un objetivo filosófico fácilmente aceptable.

Sin embargo, la FAO no es juzgada por la nobleza de sus objetivos filosóficos, sino por el realismo y la solidez de sus programas prácticos tendientes a lograr un uso completo, productivo y permanente de los recursos de tierras y aguas para bienestar de los 2,000 millones de seres humanos que de ellos dependen. Lo más que la humanidad puede realizar en forma fehaciente y constructiva es producir alimentos, fibras y maderas en abundancia y en forma sostenida, aprovechando los recursos de tierras y aguas.

La alternativa, en sentido negativo, como lo insinúan los neomaltusianos, será confiar los destinos de la humanidad a los cuatro jinetes del Apocalipsis: guerra, hambre, peste y muerte, en una vorágine suicida

Los métodos de que se vale la FAO tienen una doble finalidad:

En primer lugar, estimular y ayudar a los gobiernos a adoptar medidas atinadas, con pleno conocimiento de causa, en interés de sus pueblos, en relación con las actividades primarias de producción y de distribución, mediante la aplicación de las técnicas establecidas.

Segundo, colaborar con los gobiernos en la fijación de metas de producción realizables y progresistas, hacia las cuales puedan encauzar sus medidas de acción y cuyo logro pueda servir de norma para juzgar de su actuación.

Unicamente mediante el establecimiento de tales metas se podrá aquilatar, en su verdadero significado, el progreso realizado año por año en relación con lo que pudiera ser factible de realizarse y lo que falta por hacer. Hasta en tanto no se establezcan, país por país, estas metas realizables, la humanidad no estará en condiciones de saber si está condenada a la escasez perpetua de medios de subsistencia o si es posible lograr, mediante la aplicación de los conocimientos, la inteligencia y la laboriosidad, una situación de abundancia ordenada. Habrá necesidad de convenir en que toca a la FAO fijar metas realizables de producción a largo plazo.

La producción obtenible de los bosques ya ha sido calculada y ha venido a revelar la enorme potencialidad no aprovechada, por causa de la desidia actual de los países de la tierra, de un sector tan importante de los recursos naturales básicos. Por lo que hace a la producción mundial que pudiera obtenerse de los mares, las tierras de cultivo y los pastizales, si llegaren a aplicarse los conocimientos técnicos de que actualmente se dispone, no se tiene ni siquiera una ligera idea de lo que ésta pudiera llegar a ser.

Cuando los pueblos se resuelven decididamente a alcanzar un objetivo, como ocurre en los casos de guerra, establecen el mecanismo para lograrlo en su totalidad. El problema que confrontan las naciones y la FAO es el de lograr que se coloque en un plano moral semejante su esfuerzo tendiente a satisfacer las necesidades humanas.

Una revisión, con sentido más amplio, de la definición de los objetivos deberá recalcar

que la satisfacción de las necesidades básicas de productos del mar y de la tierra es probablemente realizable mediante la aplicación de las técnicas conocidas;

que lo anterior requerirá el uso completo y permanente de los recursos de tierras y aguas sobre una base de explotación racional y no de explotación agotante;

que el desarrollo racional en este sentido requiere

el conocimiento separado y también global de los recursos naturales,

la declaración de las metas de producción realizables,

los servicios gubernamentales para impulsar los programas de fomento,

cuantiosas inversiones de capital, y

la reeducación de los productores primarios en el uso de técnicas conocidas sobre aprovechamiento de la tierra y producción de cosechas;

que las teorías económicas nacionales aplicables en tiempos de escasez son más complejas que las aplicables en tiempos de excedentes.

Por lo tanto, se hará necesario seguir prestando una atención constante a los problemas de la distribución y de los precios y a los factores económicos en general.

Pero todavía es mayor la atención que se requiere para establecer firmemente la producción sostenida y llegar a alcanzar las metas realizables de abundancia, haciéndolo mediante el mantenimiento de la unidad esencial en todos los aspectos de la conservación de tierras y aguas. Las enormes dificultades y complejidades pueden, no obstante, ser superadas.

Existen, pues, diversas consideraciones en apoyo de una definición revisada de alcances más amplios.

En primer lugar, es una realidad, como implícitamente lo establece la Constitución de la FAO, que los suelos forestales productivos, así como también los de pastos y de labranza, están siendo destruidos por el empleo de métodos de explotación agotantes y que la aplicación de los conocimientos técnicos actuales podría incrementar la producción, substituyendo esta clase de explotación exhaustiva por una más racional. Entretanto, como resultado de esta situación, sigue prevaleciendo en escala muy amplia la escasez de medios de subsistencia para la humanidad.

En segundo lugar, la Constitución de la FAO declara que los objetivos de los países que la integran serán

elevar los niveles de nutrición y las normas de vida de los pueblos bajo su respectiva jurisdicción,

lograr una mayor eficiencia en la producción y distribución de todos los productos alimenticios y agrícolas,

mejorar las condiciones de la población rural, y de este modo contribuir a la expansión de la economía mundial.

O lo que es lo mismo, proveer a la satisfacción de las necesidades humanas.

Se asienta además que el término "agricultura" abarca también los bosques y productos forestales, las pesquerías y los productos marinos. En consecuencia, las tierras y aguas del globo terrestre y sus productos orgánicos primarios constituyen el campo de actividades de la FAO.

Al declarar que una de las funciones de la Organización consiste en

fomentar la conservación de los recursos naturales y la adopción de mejores métodos de producción agrícola,

la Constitución reconoce la correlación que existe entre las diferentes clases de tierras, las posibilidades de obtener productos más valiosos de ellas y la necesidad de hacer que su aprovechamiento sea permanente.

En tercer lugar, la enorme potencialidad no aprovechada de los terrenos forestales, los grandes adelantos en las técnicas de producción y de distribución aplicables, pero que generalmente no son aplicadas a los productos alimenticios y a las fibras, sugieren en forma contundente, sin llegar a demostrarlo, que la humanidad puede librarse de su dilema actual y confiar en un porvenir que ofrezca más esperanzas.

Indudablemente que esto no es fácil ni sencillo. En realidad, en los casos en que el desequilibrio entre el hombre y la tierra ya se ha acentuado con severidad, únicamente la aplicación inmediata de medidas enérgicas de conservación podrá, tal vez, lograr que se restituya el equilibrio. En los demás casos, únicamente el pleno aprovechamiento de los recursos ociosos, tales como los bosques inexplotados, podrá mejorar las condiciones de vida.

Finalmente, en todo amplio programa unificado de conservación concebido para reemplazar la escasez por la abundancia, la silvicultura y los terrenos forestales desempeñan generalmente un papel principal. Pueden proporcionar una corriente continua de productos para satisfacer necesidades humanas; pueden también servir de protección a los suelos, a las corrientes de aguas y al clima, factores sin los cuales la situación de los alimentos y de la agricultura seguirá empeorando en muchos países. Es posible, entonces, que los bosques puedan servir para coordinar todas las obras relacionadas con la conservación.

El adiestramiento práctico es esencial. La foto presenta el acto de hacer un recuento en una selva de Suecia.


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