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Reforestación por aeroplano: Ensayo de un nuevo sistema

POR MARINUS WESTVELD

Este informe fué presentado a la Sociedad de Silvicultores norteamericanos en Boston, Massachusetts, en su reunión nacional del 16 al 18 de diciembre de 1948 Colaboraron en el trabajo algunos miembros de la Estación Experimental de Forestación del Nordeste del Servicio Forestal de los Estados Unidos. Entre ellos se hallaban los señores: A. C. Hart, V. S. Jensen, W. J. Kidd Jr. T. W. McConkey, J. R. McGuire, T. F. McLintock, W. E. McQuilkin, S. F. Ricker, F. M. Rushmore, E. J. Schreiner, R. F. Taylor y M. J. Williamson. El autor agradece la ayuda que le brindaron con sus conocimientos.

Los devastadores incendios forestales, como los que arrasaron a Maine en Octubre da 1947, constituyen un difícil y desafiador problema de rehabilitación. Cómo pueden reponerse rápidamente esos árboles? A veces los fuegos son tan intensos que destruyen, no sólo la generación de los árboles jóvenes, sino que también los mayores, Miles de acres de bosques de pino blanco quedaron en ese estado después de la conflagración de Maine.

Cerca del 40 por ciento de esos bosques se hallaba en la misma condición que los del Bosque Experimental de Massabesic, situado en el centro del incendio del Candado de York. Y si hay que rehabilitarlos pronto, se impone realizarlo por el método de reforestación artificial.

Esto puede llevarse a cabo de dos maneras: 1) Plantando matas o "pies genéticos" y 2) por siembra directa de semillas. En el Bosque Experimental de Massabesic se escogió, por varias razones, la diseminación directa por aeroplano. El terreno necesitado de reforestación era extenso y daba la oportunidad de ensayar este método en escala relativamente grande. El método poseía posibilidades de cubrir rápidamente el terreno y de una pronta reforestación a un costo muy reducido. Las condiciones del suelo eran favorables para la germinación de la semilla, pues el fuego había destruido casi toda la maleza y cualquier otra vegetación que le pudiera hacer competencia. El peligro de graves pérdidas de semilla por roedores era insignificante, porque el intenso calor de los fuegos había reducido su número en grado considerable. Y por último, el método proporcionaba la ocasión para obtener información muy necesaria acerca de las potencialidades de la siembra por aeroplano, como un medio de exitosa regeneración de las regiones forestales recientemente quemadas. El ensayo proporcionaría también valiosas experiencias adicionales, como la del costo de la siembra por aeroplano comparado con otros métodos directos de siembra y operaciones de plantación, así como los procedimientos para obtener los mejores resultados de este método de reforestación.

Fig. 1. Modelo de distribución de semilla por aeroplano, basado en el equivalente de 21 vuelos de prueba.

Anteriores ensayos de diseminación por aeroplano

El plan de diseminación por aeroplano de Massabesic, no fué el primero de su clase intentado en los Estados Unidos. En 1946 el Estado de Oregon sembró sao acres incendiados (200 hectáreas) de abeto Douglas, Pseudotsuga taxifolia, y de cedro de Port Oxford, Chamaecyparie lawsoniana, en la misma proporción de media libra de semilla por acre (0.6 kg. por hectárea); y 100 acres (40 hectáreas), en tierras con grama y maleza, de abeto del oeste, Tsuga heterophylla, pinabete Sitka, Picea sitchensis, y cedro de Port Oxford, a un promedio de 1/8 a 1/4 de libra por acre (0.14 y 0.28 kg. por hectárea). El Guardabosque del Estado informó que el 21.7 por ciento de la operación había tenido éxito.

En 1947, la Compañía Crown-Zellerbach esparció semilla por aeroplano en 1,100 acres (450 hectáreas) en Oregon. El resultado quedó por determinarse. Para 1948 la compañía proyectaba diseminar por helicóptero en 2,600 acres adicionales (1 ,100 hectáreas) .

En el Canadá también se comenzó a usar este sistema de sembrar por aeroplano las regiones incendiadas. La Dirección de Tierras y Bosques de Ontario lo hizo con pinabete, Picea sp., pino rojo, Pinus resinosa, y pino blanco, Pinus strobus. Las densidades de la siembra oscilaban entre s y 10 mil semillas por acre (12 a 24 mil por hectáreas). El Departamento dijo que los resultados habían sido moderadamente buenos.

También ha laborado en este campo el Departamento de Tierras y Bosques de New Brunswick. En 1947 comenzó la resiembra de bosques de la Corona quemados. La germinación llegó hasta 6,000 arbolillos por acre (15,000 por hectárea) en las regiones quemadas en 1947. En cambio, en las regiones quemadas en 1944, los resultados fueron malos, quizás por la excesiva competencia de la vegetación que cabría los terrenos más antiguamente quemados,

Desarrollos de la técnica

Una inspección del Bosque Experimental de Massabesic después de los incendios, indicaba la necesidad de la reforestación artificial en unos 2,200 acres (890 hectáreas). El plan original de la Estación del Nordeste fué sembrar pino rojo y pino blanco. Pero la semilla de pino rojo no se podía conseguir y la de pino blanco era escasa y costosa; tan sólo 800 libras disponibles a $ó.00 la libra (360 kg. a $13.00 cada uno). De esta suerte, con una densidad relativamente baja, fué necesario realizar la diseminación en los 2,200 acres.

Para la mayor parte de la superficie se fijaron densidades de 4,000 y 8,000 semillas por acre (10,000 y 20,000 por hectárea). En pequeños lotes de ensayo, las densidades empleadas fueron de 20,000, 40,000 y 56,000 por acre (50,000, 100,000 y 140,000 por hectárea).

Antes de que pudiera comenzar la siembra, era necesario efectuar vuelos de prueba para determinar los mejores métodos para obtener estos promedios de dispersión. El problema fue mezclar la semilla con alguna otra sustancia. Las pruebas se hicieron a principios de febrero de 1948 en el campo aéreo del Centro de Investigación del Departamento de Agricultura del Gobierno en Beltsville, Maryland, con la cooperación de la Oficina de Entomología y Cuarentena de Plantas. Se usó un biplano de adiestramiento de la Marina, el cual sirvió después en las siembras de Massabesic.

Mezclando la semilla de tino blanco con aserrín. El aserrín resultó ser el mejor diluyente para asegurar la deseada distribución de semilla.

El avión llevaba la mezcla de semilla en una tolva con capacidad de 17 bushels¹ instalada delante de la casilla del piloto. La mezcla se depositaba por gravedad en el fondo de la tolva, donde unos agitadores (movidos por hélices de aire montados en el ala del avión) la empujaban al través de una hendidura (regulada desde la casilla por una palanca), hasta un sencillo esparcidor en forma de cola de pescado sujeto en la superficie inferior del fuselaje. De este esparcidor, la corriente de aire impulsó la mixtura por escapes Venturi (o ventiladores de dispersión) diseñados para esparcirla.

(1) 1 U.S. bushel = 35.24 litros.

El trigo y el aserrín se probaron como diluyentes. En las primeras pruebas se empleó el trigo. Desde el principio se notó que se necesitaba una gran proporción de diluyente en relación a la semilla requerida para densidades de siembra tan bajas como 4,000 y 8,000 semillas por acre. Como el precio del trigo había alcanzado un nivel sin precedentes, había suficiente motivo para experimentar con un diluyente más barato. Después de un número de vuelos con trigo, el aserrín se empleó como sustituto. Las pruebas se realizaron con diferentes proporciones de diluyente, diversas alturas de vuelo variándose las aberturas de la tolva, y con distintas direcciones y velocidades del viento.

Para obtener la medida de estos factores en relación con la anchura de la ringlera, densidad y uniformidad de la distribución de la semilla, se hicieron cómputos de las semillas en una serie de trampas de semilla. Se usaron dos tipos de estas trampas. El primero consistía de una caja de cartón de 3 pies por 3 pies y 12 pulgadas de altura (90x90x30 cms.) que no dió resultado. Se observó que a veces las semillas saltaban de las cajas. Después se empleó otra más segura, compuesta de una tabla plana y delgada de 3 pies en cuadro, en la superficie de la cual se pegaron con cola cintas de algodón en rama, la cual retuvo muy bien la semilla.

La serie constaba de 48 de estas trampas en tres filas paralelas colocadas a una distancia de 100 pies (30 m.) Cada fila tenía 16 trampas de semilla separadas unas de otras por 3 pies (90 cm.), de tal manera que la longitud de cada hilera llegaba hasta 93 pies (28 m.). Este modelo facilitaba el cálculo de la densidad de la distribución de la semilla paralelamente y en ángulo recto a la línea de vuelo del avión.

Al principio se hizo la prueba con todos los escapes Venturi abiertos. Los resultados de distribución de las semillas se indican en la Figura 1 y muestran una elevada concentración de semilla a lo largo de una faja relativamente estrecha situada cerca del centro de la ringlera. Para reducir esta densa concentración de semillas a lo largo del centro y obtener una distribución más uniforme en una ringlera más ancha, se efectuaron varios vuelos con el escape Venturi del centro cerrado con una tapa de hojalata. Los resultados fueron mucho mejores como puede verse en la Fig. 1.

Introduciendo la mezcla de semilla en la tolva del avión. El piloto es perito en la diseminación por aeroplano.

Los datos necesarios para determinar la efectiva anchura de la ringlera y la proporción de diluyente requerida para alcanzar un promedio específico de dispersión, se obtuvieron después de unos 80 vuelos. Con la abertura de la tolva a 1/4 de pulgada (6 mm.), las proporciones, en volumen, de 12 partes de aserrín por I de semilla, de 6 por 1 y de 3 por I dieron, en los tanteos, una densidad de 4,000, 8,000 y 16,000 semillas por acre (10,000, 20,000 y 40,000 por hectárea). La anchura de la ringlera se calculó en unos 50 pies (15 m.). En la Fig. I puede verse que la dispersión efectiva de la semilla fué más extensa en unos 25 pies (7.6 metros). El aumento aseguró una densidad de siembra relativamente uniforme.

Siembra en la quema de Massabesic

La operación de esparcir semilla en los bosques incendiados de Massabesic, comenzó en los últimos días de febrero de 1948. Las condiciones en ese momento fueron consideradas ideales. El campo se hallaba cubierto con dos pies (60 cm.) de nieve y la superficie de la nieve se había congelado mostrando incontables agujeritos que hacían de pequeñas trampas para recoger y retener la semilla.

Antes de iniciar los vuelos, una cuadrilla de campo señaló los linderos y esquinas del terreno y colocó mangas indicadoras de la dirección del viento ¹. A causa de que los terrenos de Massabesic se dividían en dos unidades, una al norte y otra al sur, de contornos muy irregulares, se necesitaron 64 marcadores para delimitar las zonas que se sembrarían. El total del trabajo individual fué de 156 horas para montar y desmontar las mangas indicadoras del viento.

(1) La cuadrilla estaba compuesta por John W. Regan y Walter R May cuyos servicios fueron facilitados por la Oficina de Entomología y Cuarentena de Plantas, más los de un asistente. Aquellos eran personas de mucha experiencia en la organización de instalaciones terrestres para la diseminación por avión.

La semilla de pino blanco se mezcló con el aserrín en un pequeño mezclador para cemento movido a motor. El aserrín fresco de pino blanco, previamente cernido en una criba de una malla de ¼ de pulgada (6 mm.), fué almacenado. De dos a tres hombres se emplearon para mezclar y ensacar el material. Dos pueden hacerlo con facilidad. La carga era de un bushel de aserrín, más la correspondiente cantidad de semilla de pino blanco. La máquina funcionó hasta que la carga estuvo completamente mezclada; luego se vació en una canasta y se ensacó en proporciones de 2 bushels.

La producción de mezcla fué de unos 16 bushels por hora. Al principio se notó que la mezcla del fondo era incompleta. Este inconveniente se allanó vaciando la mitad de la cantidad de aserrín y después la mitad de la cantidad de semilla requerida, seguido del resto de aserrín y semilla. El mezclador debía de funcionar durante tres minutos, por lo menos, para asegurar una buena operación. Según la clase de aserrín, así varía el tiempo de la mezcla, lo que puede establecerse inspeccionando la carga y alargando el tiempo si fuere necesario.

Para llevar la mixtura hasta la base aérea, distante 7 millas (11 km.), se utilizó un camión liviano.

En los vuelos definitivos el aparato voló a una velocidad media de 80 millas por hora (130 km.) y a una altura de so a 75 pies (15 a 23 m.) sobre la copa de los árboles. Las distancias entre las líneas de vuelo fueron de unos so pies (15 m.). Al piloto se le dió un mapa del bosque con indicación de las regiones que se sembrarían, la cantidad de acres de cada uno y la densidad de distribución deseada. Antes de comenzar, el piloto hizo "vuelos en seco" por cada una de las dos unidades del bosque para familiarizarse con el terreno. Además de las mangas indicadoras de viento, los campos y carreteras sirvieron de guías.

Para asegurar la distribución uniforme de la semilla, las dos unidades se subdividieron, a su vez, en bloques de vuelo de unos 140 a 265 acres de superficie (57 a 107 hectáreas). La cantidad de mezcla para cubrir cada uno se calculó con anticipación. La tolva del avión se cargó con la cantidad de mezcla suficiente para cubrir el bloque con la densidad de siembra deseada; así, cada bloque fué asegurado con la cantidad de semilla calculada. El piloto voló sobre el mismo bloque en algunos casos y más de una vez, dispersando la semilla varias veces y en diferentes direcciones.

Fueron sembrados aproximadamente 1,000 acres a una densidad de 4,000 semillas por acre. Otros 1,100 y pico de acres, a una densidad de 8,000 cada uno. Para obtener una variedad mayor de densidades se sembraron tres pequeñas parcelas que en conjunto sumaban aproximadamente 120 acres a densidades de 20,000, 40,000 y 56,000 semillas por acre. Los resultados pueden verse en la Tabla No. I.

Las inspecciones sobre el terreno que pudieron hacerse de estas tierras, demostraron una magnífica distribución. Al establecerce 11 bloques de vuelos se necesitaron 11 vuelos distintos para los 2,200 acres de la zona severamente incendiada a densidades de 4,000 y 8,000 por acre. Se gastaron 154 bushels de mezcla de semilla y aserrín. La base aérea se encontraba a unas 6 millas de las zonas (10 km.). Cada vuelo duró cerca de una hora, incluyendo la carga del avión, consulta del mapa, almuerzo y otros detalles.

TABLA NO. 1. CANTIDADES DE MEZCLA DE SEMILLA DE PINO BLANCO ESPARCIDAS POR AEROPLANO EN LOS CAMPOS INCENDIADOS DEL BOSQUE EXPERIMENTAL DE MASSABESIC PARA CONSEGUIR LA DISTRIBUCIÓN DE LA SEMILLA EN SUS DIFERENTES DENSIDADES.

Localidad

4,000 semillas por acre (1)

8,000 semillas por acre (1)

Terreno sembrado (2)

Mixtura

Terreno Mixtura sembrado (2)

Mixtura

acres

bushels

acres

bushels

Unidad Norte

220

15.4

235

16.5

Unidad Norte

140

9.8

170

11.9

Unidad Sur

265

18.5

160

11.2

Unidad Sur

202

14.1

229

16.0

Unidad Sur

203

14.1

220

15.4

Unidad Sur



160

11.2

TOTAL

1,030

71.9

1,174

82.2

1 acre = 0.4047 hect.
1 bushel = 35.24 litros.
4,000 semillas por acre = 10,000 semillas por hectárea.
8,000 semillas por acre = 20,000 semillas por hectárea.

(1) Densidades de siembra de 20,000, 40,000 y 56,000 semillas por acre (50,000, 100,000 y 140,000 por hectárea) se efectuaron en bloques de 57, 28 y 32 acres (23, 11 Y 13 hectáreas), respectivamente, usando mixturas de 3 volúmenes de aserrín por I volumen de semilla de pino blanco.

(2) Para su confrontación se dejaron sin sembrar tres lotes de 24, 34 y 38 acres (10, 14 y 15 hectáreas): los dos primeros en la unidad sur y el último en la del norte.

Casi tan pronto como la siembra se había completado, la nieve comenzó a caer cubriendo el campo con una capa de s a 8 pulgadas de espesor (13 a 20 cm.). Esto indudablemente contribuyó a reducir a un mínimo las pérdidas por pájaros o roedores.

De agregado, y por medio de un convenio cooperativo con la Compañía de Papel St. Regís, la Estación esparció semilla por aeroplano sobre 400 acres (160 hectáreas) de propiedad de la compañía, cerca de Whitneyville, Maine, los cuales habían sido también quemados en 1947. El promedio de diseminación fué de 5,000 semillas por acre (12,000 por hectárea). Las instalaciones del campo en la operación de la St. Regís fueron sencillas. El lote era un rectángulo, y requirió solamente seis mangas indicadoras de la dirección del viento.

Costos

Los libros de cuentas muestran un costo aproximado de 3 dólares por acre (7.25 dólares por hectárea) para densidades de 8,000 semillas por acre (20,000 por hectárea). Las cuentas se distribuyen así:

 

Costo por acre

Costo por hectárea

(dólares)

(dólares)

Semilla

2.40

5.90

Instalaciones en el campo

0.20

0.50

Avión

0.30

0.75

Costo de la mezcla

0.04

0.10

Total

2.94

7.25

La partida por vuelo, de 30 centavos el acre (75 centavos por hectárea), no incluye arriendo o desgaste del aparato. Sin embargo, una reputada compañía de esta clase de servicio ofreció hacerlo por so centavos el acre (1.10 dólares por hectárea).

El esparcidor en forma de cola de pez en la superficie inferior del avión. Fíjense las cinco aberturas, con la del centro cerrada.

La semilla fué lo más costoso. Las siembras de 4,000 y 8,000 semillas por acre se llevaban 1/5 y 2/5 de libra de semilla por acre (1/5 y 2/5 de kg. por hectárea para una densidad de 10,000 a 20,000 semillas por hectárea). Con semilla de pino blanco vendida a 6 dólares la libra (13 dólares el kilogramo), el costo sólo de la semilla llegó a 1.20 dólares y 2.40 dólares por acre (2.95 y 5.90 dólares por hectárea). El costo total de la diseminación por aeroplano en el plan de Oregon, incluyendo control de roedores y derriba de troncos, fué de 5.13 dólares por acre (12.70 dólares por hectárea). Con el precio tan alto de las matas (pies genéticos) y los elevados salarios, es muy dudoso que las operaciones de plantación a mano cuesten menos de 35.00 dólares por acre (86 dólares por hectárea), o sea diez voces más que el de la diseminación aérea.

Vista detallada de la tolva, desde arriba, con la puerta esparcidora y agitadores.

El costo de la dispersión a mano varía considerablemente con las densidades y técnicas empleadas. Sin embargo, con iguales densidades, puede costar dos voces más que por avión, por lo que ésta resulta sustancialmente más barata que los métodos ortodoxos de reforestación artificial. En fin, y hasta tanto los hechos no lo comprueben, se ignora si los gastos causados por este método corresponden o no a sus resultados.

Resultados

Todavía es demasiado prematuro para juzgar de los resultados de este experimento. Sin embargo, el cómputo hecho en el verano y otoño pasados de las matitas nacidas demostró resultados bastante satisfactorios. El cómputo hecho en las quemas de Massabesic a fines de agosto mostró un resultado de 25 a 2,475 por acre (60 a 6,120 por hectárea). Los resultados variaron conforme a las condiciones en que el incendio dejó los lechos donde cayó la semilla. En la Tabla No. 2 se observa que en los lugares muy quemados la germinación fué sólo de 2.5 y 11.9 por ciento en contraste con más del 25 por ciento de los poco quemados. Aunque todavía es necesario seguir investigando las causas de estas sorprendentes diferencias, puede adelantarse que ellas se debieron principalmente a las elevadas temperaturas de la superficie del suelo y a la escasa humedad. En las partes carbonizadas se encontraron muy pocas matitas.

En la Tabla No. 2 se observa que los éxitos más satisfactorios se obtuvieron de los sitios poco quemados con 725 "stocked quadrats"¹ por acre, de una posibilidad de 1,600, y un promedio de 2,475 plantitas por acre en densidades de 8,000 semillas. Las cifras correspondientes para una densidad de 4,000, son de 525 y 1,325 En los suelos muy quemadas ' Las densidades de 8,000 y 4,000 rindieron solamente 150 y 25 "stocked quadrats" por acre, con 175 y 25 plantitas nacidas, respectivamente.

(1) En el levantamiento de reproducción se llama "stocked quadrats" a un miliacre u otra unidad muestra de área, con un árbol establecido por lo menos.

Todas las ilustraciones son cortesía del Servicio Forestal de los EE. UU. de A.

TABLA No. 2. - RESUMEN DE GERMINACIÓN DE SEMILLA Y CÓMPUTO DE SEMILLA EN EL EXPERIMENTO DE SIEMBRA POR AVIÓN DEL BOSQUE EXPERIMENTAL DE MASSABESIC AL FINAL DEL PRIMER PERÍODO.

Método y densidad de siembra

Germinación

Plantitas

"Stocked quadrats"

SUELOS POCO QUEMADOS

Porcentaje

Cantidad

Cantidad

Aeroplano




4.000 semillas por acre

28.4

1.325

525

8.000 semillas por acre

28.4

2.475

725

Natural

...

298

134

SUELOS MUY QUEMADOS




Aeroplano




4.000 semillas por acre

2.5

25

25

8.000 semillas por acre

119

175

150

Natural

...

0

0

A mano:




4.000 semillas por acre

8.2

250

200

8.000 semillas por acre.

8.2

400

175

1 acre = 0.4047 hectárea.
1,000 semillas por acre = 2,500 por hectárea.

Mucho del éxito en los suelos poco quemados, se debe a la germinación de las semillas esparcidas al natural y que sobrevivieron al incendio. A base de cómputos hechos en las parcelas de examen, las semillas diseminadas al natural dieron aproximadamente 300 arbolillos por acre. Es interesante observar que en los sitios muy quemados, donde no había siembra por avión, no se encontró una sola matita de pino blanco. En general las nuevas matitas germinadas en las zonas quemadas, se encuentran grandes, vigorosas y creciendo rápidamente. Tal vez mueran algunas en el curso del invierno, pero esta pérdida será posiblemente compensada con la tardía germinación en la próxima primavera. El cómputo en la región de St. Regís da un promedio general aproximado de 175 matitas por acre.

Puede afirmarse en conclusión, que la dispersión de semilla por aeroplano en los bosques quemados, si se hace en condiciones apropiadas, es económicamente posible. La rápida dispersión y el bajo costo son factores de gran atracción. Hay mucho que hacer todavía para mejorar métodos y técnicas. Es obvio, sin embargo, que la siembra por avión logró reforestar parcialmente las región" quemadas con pino blanco.


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