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El programa ampliado de asistencia técnica

Por M. PEREZ GUERRERO, Secretario Ejecutivo de la Junta de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas

El Programa Ampliado de Asistencia Técnica para el desarrollo económico de los países insuficientemente desarrollados, iniciado recientemente por las Naciones Unidas y los Organismos Especializados, tuvo su origen en la Conferencia de San Francisco, celebrada en 1945. Los signatarios de la Constitución de las Naciones Unidas sabían muy bien que no bastaba crear una organización destinada a mantener la seguridad y la paz internacional si no se mejoraban al mismo tiempo las condiciones sociales y económicas que hicieran posible esa paz. Se comprometieron, por consiguiente, según lo estipulado en el Artículo 55, a trabajar conjuntamente para lograr "niveles de vida más elevados, trabajo permanente para todos y condiciones de progreso y desarrollo económico y social".

La tremenda y peligrosa disparidad entre las condiciones de vida de los países avanzados y los insuficientemente desarrollados fué señalada en un estudio reciente verificado por las Naciones Unidas. En 1947, llegó a estimarse que el promedio de ingresos por habitante en los Estados Unidos de América era superior a 1.400 dólares, y que en 14 países oscilaba entre 1.400 y 900 dólares. Sin embargo, en otros 25 países, que comprendían más de la mitad de la población mundial, el promedio de ingresos era inferior a 100 dólares por año. Esta desigualdad no es una cosa nueva, pero se ha puesto en mayor evidencia después de la guerra, debido a la creación de muchas naciones independientes en Asia, entre ellas India, Pakistán, Indonesia, Birmania y Ceilán, cuyos gobiernos están empeñados en ejecutar programas trascendentales para el mejoramiento de los niveles de vida, y cuyas poblaciones se muestran cada vez más impacientes dentro de las condiciones actuales. El problema básico que confrontan ésos y otros países insuficientemente desarrollados, es la presión constante sobre los recursos de la tierra, lo que crea un círculo vicioso de pobreza; pobreza que impide la adquisición de equipos agrícolas modernos que contribuirían a producir mejores cosechas, o de maquinarias para la industria que crearían nuevas oportunidades de trabajo; pobreza que impide el tratamiento y la erradicación efectiva de las enfermedades y la liquidación del analfabetismo.

Para eliminar esta pobreza se requiere la inversión de capitales, así como el establecimiento de nuevas maquinarias industriales y agrícolas, plantas eléctricas, medicinas y equipo de transporte. No obstante, lo que con mayor urgencia se necesita en la etapa inicial es planeación y consejo técnico. El analfabetismo de las personas adultas, por ejemplo, no se elimina construyendo escuelas, sino aplicando los mejores métodos para ponerse en contacto con dichas personas. En las campañas de erradicación de enfermedades, es tan importante persuadir al campesino a que adopte simples medidas sanitarias, como suministrarle medicinas. La mejor maquinaria industrial es inútil, si no se dispone de mecánicos capacitados para mantenerla.

Las Naciones Unidas y los Organismos Especializados no están en condiciones de efectuar inversiones o de conceder préstamos pero sí pueden brindar una ayuda que siempre han considerado como una de sus funciones más importantes, suministrar expertos para que visiten aquellos países que necesitan de consejo e instrucción técnica y - actividad que es igualmente importante - crear facilidades para que los estudiantes de los países insuficientemente desarrollados puedan capacitarse en el exterior. Aun antes de que se anunciara el Programa del Punto Cuatro del Presidente Truman, la Asamblea General de las Naciones Unidas había asignado una modesta suma para un programa de asistencia técnica. Esta fué invertida en la organización de misiones de expertos encargados de asesorar a los gobiernos en sus programas de fomento económico, y en la concesión de becas para la capacitación técnica superior en los países adelantados.

Financiación del Programa

Debido principalmente a la iniciativa del Presidente Truman, el Consejo Económico y Social pidió, en febrero de 1949, al Secretario General y a los Directores de los Organismos Especializados que elaboraran un "vasto plan para el programa ampliado de asistencia técnica", y en agosto de 1949, una vez considerado dicho plan, se aprobó la Resolución 222 (IX) que establece, en detalle, el mecanismo encargado de su administración.

Faltaba obtener el dinero para financiarlo y, con este motivo, en julio de 1950 todos los miembros, no sólo de las Naciones Unidas sino también de los Organismos Especializados, fueron invitados a Lake Success para suscribir un nuevo Fondo de Asistencia Técnica. En esa conferencia, notablemente breve y armoniosa se ofrecieron cerca de 20 millones de dólares para los primeros 18 meses de la empresa.

A fines de agosto, ya se había recibido un 11 por ciento de los fondos prometidos y se habían iniciado las actividades del Programa. En la resolución 222 (IX) se señalaba cuidadosamente el sistema que debía seguirse. Los primeros diez millones de dólares de la contribución estaban automáticamente asignados para la distribución entre las organizaciones participantes, en proporciones determinadas. Estas organizaciones, además de las Naciones Unidas, eran las siguientes: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO); Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); Organización Internacional de la Aviación Civil (ICAO), y Organización Mundial de la Salud (WHO). Todas ellas suministrarían técnicos o facilidades de capacitación, en respuesta a solicitudes formuladas únicamente por los gobiernos y no por individuos u organizaciones particulares. Para asegurar la coordinación y prevenir cualquier duplicación de trabajo, se estableció una Junta de Asistencia Técnica, en la cual están representados todos los Organismos participantes, y en cuyas discusiones intervienen también el Banco Internacional y el Fondo Monetario Internacional. La Junta decide sobre el envío de misiones conjuntas a los países que tienen problemas múltiples, para la resolución de los cuales se ha solicitado asistencia técnica. La Junta verifica también estudios de los antecedentes económicos, arregla la compensación de divisas, determina los requisitos que deben llenar los expertos y los becarios y decide sobre el nombramiento de Funcionarios Residentes de Asistencia Técnica, que habrán de permanecer en determinados países para aconsejar a los gobiernos en lo que respecta al tipo de ayuda que se requiere en relación con las necesidades del país y con los recursos de que dispone la organización respectiva. La Junta mantiene, además, relaciones de trabajo con los funcionarios encargados de otros proyectos de asistencia técnica, tales como el de la Organización de los Estados Americanos. La Junta de Asistencia Técnica continúa dependiendo del Consejo Económico y Social, que ha formado una Comisión de Asistencia Técnica, integrada por todos sus miembros, para recibir los informes regulares de la expresada Junta.

Desarrollo del Programa

Esta es, en pocas palabras, la historia del Programa Ampliado de Asistencia Técnica. Su desarrollo futuro puede tal vez indicarse a base de las numerosas solicitudes de asistencia recibidas de los distintos continentes. Como ejemplos, puede anotarse que a las Naciones Unidas se ha solicitado el envío de consejeros económicos, estadígrafos y expertos en bienestar social; a la Organización Internacional del Trabajo, información sobre administración de cooperativas y asuntos de seguro social; a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, expertos en agricultura, pesquería y silvicultura; a la UNESCO, planes para las campañas de educación en general y de alfabetización; a la Organización Internacional de la Aviación Civil, expertos en aviación; y a la Organización Mundial de la Salud, especialistas en salubridad pública y prevención del paludismo, la tuberculosis y el tifus.

¿Por qué deben las Naciones Unidas y los Organismos Especializados abarcar un campo tan vasto, cuando por muchos años han existido otros medios de proporcionar asistencia técnica? Esta pregunta fué contestada por el Secretario General en junio de 1950, al inaugurarse la Conferencia de Asistencia Técnica. El programa, dijo, "se funda en el principio de universalidad - universalidad de participación, de contribución y de beneficios... Demuestra el espíritu de las Naciones Unidas con el hecho de que los países insuficientemente desarrollados participan en su dirección y administración a base de una completa igualdad con los países más avanzados. Ya no es posible que ocurran los abusos de dominación política o económica de un país sobre otro, que se cometían en el pasado".

A pesar de que el nuevo programa ha comenzado bien y de que se puede esperar mucho de su desarrollo futuro, hay que tener presente sus limitaciones. Veinte millones de dólares es una suma muy pequeña en relación con la aterradora pobreza de las grandes regiones de Asia y de América Latina. El Programa Ampliado no puede contribuir con capitales ni tampoco con equipos, a no ser el que se necesite para pequeños trabajos de demostración. Asimismo, es limitado el número de expertos calificados de que es posible disponer para las actividades de asistencia técnica. El Programa, por sí solo, no puede elevar los niveles de vida de ningún país. Su utilidad depende de la energía y del ingenio de las naciones que lo necesiten. Además, es evidente que desde la terminación de la guerra, hay una situación más acentuada de pobreza, analfabetismo y enfermedad en todo el mundo. Mas, en cualquier momento en que los gobiernos estén decididos a hacer esfuerzos y ano sacrificios para elevar los niveles de vida de sus países, y soliciten cooperación técnica para poderlo conseguir, encontrarán en las Naciones Unidas y en los Organismos Especializados una fuente de ayuda comprensiva y sin prejuicios.

Con el estímulo de estas nuevas tareas, las Naciones Unidas y los Organismos Especializados lograrán conocer más a fondo a los pueblos del mundo y éstos, a su vez, conocerán mejor a las Naciones Unidas y a los Organismos Especializados.


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