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Viceministerio de la juventud ministerio de educación y culto

EL VICEMINISTERIO DE LA JUVENTUD FRENTE AL DESAFÍO DE LA EDUCACION PARA LA POBLACION.

Dr. Hugo Estigarribia
Viceministro de Juventud

1. Si bien es cierto que el área de Educación en temas de Población de la juventud de zonas rurales es todavía muy reciente en el contexto de las acciones que viene realizando el Viceministerio de la Juventud, no es menos cierto que desde hace bastante tiempo organismos del sector público y organizaciones privadas han estado desarrollando proyectos y actividades en el campo en cuestión en el Paraguay. Un gran número de estos proyectos y actividades cuenta con apoyo del PNUD.

Para nuestra institución, el enfoque de Educación en Población para la juventud, - más específicamente para la juventud del sector rural - reviste de gran importancia en la medida en que desde esta perspectiva es posible elaborar una noción de desarrollo más amplia. Dado que la Educación en aspectos de Población engloba una multiplicidad de aspectos interrelacionados, como la perspectiva de género; un ethos ecológico desde el que se promueve la idea del desarrollo sostenido y sostenible; y las exigencias de protagonismo activo de los individuos y las comunidades, este enfoque, decimos, evita los reduccionismos que apuntan a la atención de problemas de juventud rural mediante el abordaje de aspectos puntuales e inconexos, así como los sesgos indeseados de paternalismo y verticalismo en el diseño y la ejecución de las políticas.

Justo es reconocer, en este primer apartado, la labor principal que en la difusión de los postulados de la Educación en Población han cumplido las organizaciones de mujeres, tanto las del sector oficial como la Secretaría de la Mujer de la Presidencia de la República; las que, con mucho, han venido construyendo un ámbito de opinión muy favorable a la promoción y a la vigencia de esta acción. Reconocemos, igualmente, la labor de organizaciones de apoyo a la producción agraria, que han venido experimentando formas de implementación de la perspectiva de la educación en población.

2. Está claro que hoy las exigencias más importantes son, por una parte, la coordinación de actividades. La duplicidad y repetición de tareas, y el postergamiento de importantes sectores de población, mientras otros reciben asistencia de dos o más programas u organizaciones, es un mal endémico de las actividades nacionales. En tal sentido, uno de los postulados básicos de la política institucional del Viceministerio de la Juventud ha sido la búsqueda de racionalidad en las inversiones previstas en los diversos planes, programas y proyectos, mediante la coordinación interinstitucional de éstos. Una coordinación eficaz exige, sin embargo, disponer de servicios adicionales, como una buena base de datos, con la que no contamos, sobre los diversos aspectos del tema Población. A paliar esta necesidad apunta la cooperación que el Viceministerio de la Juventud ha iniciado con el Departamento de Estudios de Población y Desarrollo de la Facultad de Ciencias Económicas, Contables y Administrativas de la Universidad Nacional de Asunción; y los acuerdos suscritos con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Programa de Juventud Rural del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

La segunda exigencia es la de que se introduzca una perspectiva de juventud en los servicios que se prestan en materia de Educación para la Población. Hasta hoy, salvo intentos aislados, la mayoría de los servicios que entregan productos en el campo de la educación para la población lo han hecho en forma indiscriminada. Esto se explica en parte por el hecho de que la Juventud no ha sido objeto de políticas específicas sino hasta 1994, cuando se crea el Viceministerio de la Juventud. Por "perspectiva de Juventud" entendemos una concepción de la política social que incorpora el conjunto de características sociosicológicas y culturales relevantes de este período de la vida humana, como la afirmación progresiva de la identidad personal; la creciente autonomía e independencia relativa en las decisiones y el concomitante crecimiento del sentido de la responsabilidad, el reconocimiento de los límites y posibilidades de la cooperación frente al relativo individualismo de los años de la adolescencia; y la necesidad urgente de una visión de futuro motivadora.

Introducir la perspectiva de juventud no es una tarea sencilla, y sin embargo, se ha venido realizando sin pausas, en el marco de una política de diálogo y de capacitación técnica del personal que trabaja con jóvenes.

3. El Viceministerio de la Juventud considera que para responder a las necesidades de Educación en Población, sobre todo en el medio rural, es imprescindible la descentralización en la ejecución de las políticas. La descentralización consiste en permitir que cada departamento y/o municipio asuma efectivamente la atención de los problemas de la juventud dentro de sus límites geográficos. A este fin apunta nuestro Programa de apoyo a la creación y fortalecimiento de Secretarías de Juventud en el interior del país. A través de este Programa, el Viceministerio ha venido capacitando a los responsables de juventud de departamentos y municipios en cuestiones de política y administración, para que puedan realizar con propiedad sus funciones. Una de las estrategias propuestas consiste en capacitar a los agentes locales de juventud en cuestiones de Población.

Un sentido ligeramente diferente tiene nuestra siguiente propuesta: aprovechar la desconcentración de las funciones de organismos públicos. Hacer un uso óptimo de la estructura con que cuentan oficinas regionales del Instituto de Bienestar Rural, de los servicios de extensión agraria del Ministerio de Agricultura y Ganadería, los centros y puestos de salud del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social y de otros de carácter social; capacitar al personal técnico que trabaja en el campo, también permitirá mayor efectividad en Educación en Población.

La tercera estrategia consiste en fortalecer los lazos con las organizaciones para hacer de éstas monitores de experiencias y educación en Población. Desde la experiencia del diseño de la Política de Juventud en el Paraguay, que involucró a jóvenes representativos de sectores políticos, sociales gremiales, culturales, entre otros, está muy claro que ningún programa ni estrategia tendrá éxito si se prescinde del protagonismo juvenil. Como en ningún otro campo, un fracaso puede ser tan rotundo como lo puede llegar a ser en el campo en el campo de programas y políticas de juventud, en el sentido de que genera un escepticismo difícil de superar, que afectará decisivamente las perspectivas de un joven, o un colectivo de jóvenes, respecto de su futuro.

La formación de un equipo técnico especializado, de carácter multisectorial, es también indispensable. Los deseos de introducir la perspectiva de Población pueden llegar a ser simples expresiones de buena voluntad o impropias maneras de emplear el erario público si no se cuenta con el personal técnico especializado en los temas propios de Población y en el diseño de programas y proyectos.

Por último, creemos que la perspectiva de Educación en Población también debe ser complementada con una visión de integración regional. Desde que los gobiernos latinoamericanos han venido poniendo en marcha mecanismos de integración, la juventud ha generado visiones que oscilan entre la mera interrogación e incertidumbre hasta la más franca desesperanza. Esta visión de crisis se profundiza en el sector rural. Sin embargo, la educación en población puede generar legítimas esperanzas en la medida en que se basa en un sentido de solidaridad y compromiso con el futuro. El desarrollo sostenible no puede ya pensarse como cuestión restringida al ámbito geográfico de un estado, sino como una cuestión de interés regional, cuando menos y hasta mundial. Por otra parte, cuestiones vitales, como las migraciones, no pueden seguir siendo pensadas como amenazas, sobre todo de orden laboral, sino como la solución extrema e indeseada de quienes sólo buscan un futuro mejor para si y para sus familias.

Como se ve, una perspectiva de la Educación en Población que asimile la idea de una región integrada, podría constituirse en herramienta generadora de esperanza y solidaridad, ante un fenómeno que muchos perciben hoy como amenazas.

4. Nuestra institución pondría énfasis en la equidad de género. El fundamento de esta idea es que, si bien las organizaciones de mujeres en el Paraguay han obtenido importantes conquistas, estas solo podrán formar parte de una cultura democrática en la medida en que sean asimiladas por las generaciones jóvenes.

Igualmente, creemos que, en el marco de los procesos de integración, también debería ocupar un lugar preferencial en la educación el tema de las migraciones. Dado que, en este momento, las reformas económicas están mostrando limitaciones para la generación de empleo productivo, es probable que las migraciones internas e internacionales se acentúen, por lo cual deberá realizarse una importante labor educativa que impida el surgimiento de tendencias xenófobas en el seno de una población especialmente sensible ante dicho fenómeno, como lo es la Juventud.

5. Ya en los apartados anteriores hemos mencionado algunos de los actores que deben ser involucrados en el desarrollo de la Educación en Población. Pero reiteramos una llamada fundamental: los actores centrales deben ser los propios jóvenes, individualmente o a través de sus organizaciones. Esto no es, ni quiere ser, una apelación demagógica. Lo cierto y lo concreto es que nuestra experiencia ha probado que un proyecto o programa enfocado con los jóvenes, tiene consecuencias más importantes en términos de asimilación de nuevos valores. Esto es, un programa o proyecto con jóvenes constituye una experiencia pedagógica para todos los involucrados. No es lo mismo trabajar en cuestiones de Población con padres de familia de hoy, aferrados a tradiciones y dogmas sobre relaciones intrafamiliares y de género, que con los padres del mañana, provistos de una mentalidad relativamente libre de tales prejuicios, o, al menos, con mayores posibilidades de ser modificada.

No podemos dejar de mencionar la importancia de trabajar con las familias: si bien, como hemos dicho, resulta difícil alterar normas y costumbres muy arraigadas en los "padres de hoy", no es menos cierto que, en la medida en que perciben beneficios para si y para sus hijos, ayudan a potenciar los programas y se convierten en factores que aumentan su eficacia, como lo ha demostrado el trabajo que el Programa de Juventud Rural realiza con los hijos de pequeños productores rurales de diferentes localidades del Paraguay.

6. Creemos que, entre otras medidas que deben adoptarse para el seguimiento de las acciones previstas en los talleres, debe integrarse un equipo técnico que se reúna con una frecuencia a ser determinada, y que permita recopilar las experiencias de los diferentes países y/u organizaciones que desarrollen programas de educación en población; analizarla y determinar los cambios que se producen como consecuencia de su ejecución. Las decisiones que se adopten en el futuro - un futuro que se presenta cada vez más "regionalizado" si se nos permite la expresión - dependerán de la información que estos programas puedan generar.


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