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©FAO / A. Odoul

Las fibras naturales son sustancias muy alargadas producidas por plantas y animales, que se pueden hilar para obtener hebras, hilos o cordelería. En tejidos, en géneros de punto, en esteras o unidas, forman telas esenciales para la sociedad.

Como la agricultura, los textiles han sido parte fundamental de la vida humana desde los albores de la civilización. En México y en Pakistán se han encontrado vestigios de artículos de algodón de 5 000 a C. Según la tradición china, la historia de la seda se inicia en el siglo XVII a C. El tejido de lana más antiguo, descubierto en Dinamarca, data de 1 500 a C, y el tapete de lana más antiguo, de Siberia, es del año 500 a C. Fibras como el yute y el bonote se cultivan desde la antigüedad.

Si bien desde entonces han evolucionado mucho los métodos para fabricar textiles, sus funciones han cambiado muy poco: hoy, casi todas las fibras naturales se usan para la fabricación de vestido y contenedores, así como para aislar, suavizar y decorar los ambientes donde vivimos. Sin embargo, los textiles tradicionales se usan también cada vez más con propósitos industriales: como elementos de materiales compuestos, en implantes médicos y en geotextiles y agrotextiles.