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Capitulo II - Metodología


2.1 Introducción
2.2 Definiciones
2.3 Clasificación de los recursos
2.4 Procedimiento seguido en el estudio
2.5 Presentación de los resultados


2.1 Introducción

La metodología preparada para el presente estudio se basa en dos consideraciones fundamentales: por un lado, la especificidad geográfica de las distintas situaciones existentes en lo tocante al aprovisionamiento y el consumo de leña y, por otro, la diversísima naturaleza de esos aprovisionamientos. La finalidad que con ella se persigue es evaluar el nivel de aprovisionamiento que es compatible con una producción sostenida y al que una población determinada puede tener acceso, para compararlo luego con el nivel de las necesidades. Esa comparación permite obtener una indicación de la situación en materia de leña y detectar indicios de escasez aguda o de déficit naciente.

La especificidad geográfica de las situaciones existentes en materia de leña es una característica en la que no hace falta insistir. La limitada transportabilidad de la leña y las condiciones de acceso a los recursos hacen que, para estudiar válidamente una situación, sea preciso tomar en consideración superficies relativamente limitadas; en caso contrario, se corre el peligro de que la situación global encubra considerables variaciones locales. La abundancia de recursos forestales disponibles en una región relativamente vasta puede eclipsar situaciones localizadas de escasez aguda, por el simple hecho de que a veces la demanda y los recursos no se hallan en una misma zona, y también es posible que suceda lo contrario. Por otro lado, la posibilidad de tener en cuenta situaciones particulares en un estudio de este tipo tiene sus limites, con los que pronto se topa. Uno de los primeros problemas que la metodología ha tenido que resolver ha sido, pues, la definición de los parámetros que habían de servir para identificar Las diversas situaciones existentes en materia de leña, esforzándose por ir más allá de la apariencia de las situaciones existentes a nivel nacional para percibir las variaciones que pudieran estar encubiertas tras ella.

La segunda característica se debe a la heterogeneidad de los materiales que se utilizan bajo al nombre de "leña", y a la variedad de las fuentes de aprovisionamiento, cuya importancia relativa no es posible determinar con precisión salvo en El marco de estudios muy detallados. Como fuentes de leña se utilizan no sólo los bosques propiamente dichos sino también otros tipos de vegetación leñosa, arbórea o arbustiva, densa o dispersa, y pequeñas masas bascosas diseminadas en el ámbito rural (incluso árboles aislados), sin olvidar los desperdicios leñosos de la agricultura o de la industria. Todos estos recursos se recogen con vistas a un único fin: la producción de calor para usos domésticos o artesanales, bien sea por combustión directa o previa carbonización. En el marco del presente estudio es particularmente importante señalar que cuanto mas difícil es la situación del abastecimiento de leña tanto mas probable es que los recursos no directamente forestales desempeñen una función importante, e incluso capital en los casos extremos. En la metodología, paree, ha sido también necesario definir criterios que permitan incluir en la evaluación de los aprovisionamientos de leña los diferentes recursos utilizables.

Por último, la metodología se ha preparado de manera que hiciera posible la utilización, con criterios relativamente homogéneos, de la enorme diversidad de informaciones existentes y disponibles, una vez verificadas y completadas por los conocimientos y la experiencia de cuantos participaran en el estudio. Precisamente en este punto la función de los equipos regionales ha sido particularmente importante, para controlar y completar la valides de los análisis. Es preciso señalar, sin embargo, que la presentación global, por razón sobre todo de la coherencia necesaria a ese nivel, encubre, además de las diferencias regionales, considerables variaciones en la extensión y la calidad de las informaciones posibles, aspecto, por otro lado, que es sintomático de los diversos grados en que se ha tomado conciencia de la importancia que tiene la leña en el balance energético y de la degradación de los recursos que está en marcha en muchos lugares. En los casos en que no se pudo disponer de información, los estudios se han hecho refiriéndose a situaciones similares.

2.2 Definiciones

A efectos de la evaluación de la situación de la oferta y la demanda de leña, ha sido preciso definir desde el principio con precisión y sin ambigüedades los conceptos necesarios para conseguir los objetivos del estudio. Para completar las definiciones será útil recordar la clasificación de la vegetación leñosa que se ha utilizado para evaluar el potencial de los recursos de leña.

Las definiciones de los principales términos empleados en el estudio son las siguientes:

Leña: materia leñosa y celulósica de troncos, ramas y otras partes de árboles y arbustos que se utiliza como combustible para cocinar, para calefacción o para la producción de energía por combustión directa, no solo en los hogares sino también en las industrias rurales (curado, ahumado, etc.). La definición incluye la madera destinada a la producción de carbón vegetal y los residuos leñosos y celulósicos agrícolas e industriales. No incluye, en cambio, la utilización de combustibles leñosos en gran escala industrial, por ejemplo en la metalurgia.

En esta definición entra una enorme variedad de materiales utilizados como leña, incluidas raíces, cortezas y hojas de plantas leñosas, y residuos agrícolas tales como paja, cáscaras y productos de la poda o la tala de árboles frutales. Bajo el nombre de leña se agrupa, pues, una gama muy variada de materiales vegetales utilizados más o menos indistintamente con el mismo fin, según la escasez más o menos aguda de leña propiamente dicha.

Necesidades de leña: las cantidades mínimas de leña que son necesarias para obtener la energía mínima indispensable para el consumo familiar doméstico y el consumo de los artesanos y las industrias rurales, habida cuenta de las condiciones locales y de la parte correspondiente de hecho a la leña en el aprovisionamiento energético total. El consumo efectivo de leña es a veces inferior a las necesidades estimadas, a causa de la escasez, o bien superior, cuando existe una situación de suministros abundantes. Las necesidades de leña no incluyen aquí la utilización industrial en gran escala, como siderurgia, fábricas de cemento, etc. La estimación de las necesidades se hace sobre la base de las tecnologías actuales de conversión utilizadas en los sistemas energéticos existentes en las zonas rurales y en las concentraciones urbanas de dimensiones limitadas, donde el consumo de energía es muy similar al de las zonas rurales vecinas.

Poblaciones dependientes de la leña o poblaciones rurales: a efectos del presente estudio se ha supuesto que las poblaciones notoriamente dependientes de la leña son las poblaciones con consumo energético de tipo rural, en las que los combustibles tradicionales, como la leña, desempeñan un papel preponderante.

Se ha decidido arbitrariamente incluir entre las poblaciones dependientes de la leña no sólo las poblaciones rurales propiamente dichas sino también los centros de población inferiores a 100000 habitantes, que en general han conservado un consumo energético similar. Se ha supuesto que la parte de la población de esos centros que depende esencialmente de los combustibles comerciales queda contrarrestada por el número de personas que en los centros de dimensiones mayores siguen dependiendo de los combustibles tradicionales.

Salvo indicación en contrario, es en este sentido en el que se utiliza el término "poblaciones dependientes de la leña" en el presente estudio.

Las estadísticas de población que se han utilizado en particular en lo que se refiere a las tendencias demográficas hasta el año 2000, son las preparadas por la FAO1.

1 Estimaciones y proyecciones de la población mundial, 1950-2000.

Disponibilidades de leña: cantidades de leña disponibles, o de las cuales puede disponerse, para usos energéticos, calculadas sobre la base de la capacidad productiva anual media de todos los recursos potenciales en régimen de producción sostenida. La productividad anual media de leña se calcula deduciendo de la productividad anual total media los suministros de madera para fines industriales, que constituyen en general la utilización prioritaria. Entre los recursos potenciales figuran la vegetación leñosa natural, las plantaciones, los grupos de árboles dispersos en las zonas agrícolas y los residuos leñosos de la industria y de la agricultura, recursos todos que se definen con más detalle en la sección siguiente, donde se explica su clasificación. Se distingue entre disponibilidades totales o "aparentes" y disponibilidades accesibles.

Disponibilidades accesibles de leña: conviene distinguir entre estas disponibilidades y las disponibilidades totales aparentes. La accesibilidad es un factor de corrección, basado en consideraciones físicas y económicas, que permite tener en cuenta la dispersión de los recursos, la falta de infraestructura para su explotación, la competencia con otras aplicaciones - como, por ejemplo, la utilización de residuos agrícolas como fertilizantes y otros parámetros. Las disponibilidades accesibles de leña representan aquella parte de las cantidades disponibles para usos energéticos que pueden utilizarse de hecho en las condiciones normales de oferta y demanda.

Balance de leña: la diferencia entre las necesidades y las disponibilidades accesibles indica el equilibrio o desequilibrio de la situación del momento. Un balance positivo indica un exceso de las disponibilidades respecto de las necesidades, en tanto que una negativo señala que exista un déficit de las disponibilidades en relación con las necesidades. En este último caso, las necesidades se cubren bien explotando excesivamente las disponibilidades, bien pasando a otros tipos de combustible, si existen. En último término, el consumo puede ser de hecho muy inferior a las necesidades. Como, en este sector, las situaciones tienen un carácter muy local, el balance de leña de una superficie relativamente extensa puede ocultar importantes problemas locales en la relación entre suministros y necesidades, particularmente en las proximidades de los grandes centros de población.

El balance entre las disponibilidades accesibles y las necesidades constituye el punto final del análisis y es el principal indicador de la situación existente en el sector de la leña en una zona determinada. Si el balance es positivo, hay aún posibilidades de incrementar la utilización de leña con fines energéticos. Si es negativo, pone de relieve la magnitud del déficit entre el nivel de las disponibilidades accesibles en régimen de rendimiento sostenido y las necesidades mínimas de las poblaciones dependientes de la leña. El balance per capita es particularmente significativo y se utilizará constantemente en este estudio.

2.3 Clasificación de los recursos


2.3.1 Vegetación leñosa natural
2.3.2 Plantaciones
2.3.3 Otros recursos leñosos naturales
2.3.4 Residuos agrícolas e industriales
2.3.5 Concepto de volumen de leña


En la clasificación de los recursos con vistas a la evaluación de las disponibilidades de leña se distingue principalmente entre vegetación leñosa natural, plantaciones, masas boscosas rurales y residuos agrícola e industriales. La clasificación de la vegetación leñosa natural y de las plantaciones se ha tomado del Proyecto FAO/PNUMA de evaluación de los recursos forestales tropicales. En los párrafos que siguen se resume brevemente dicha clasificación, teniendo en cuenta los elementos directamente vinculados con la producción de leña.

2.3.1 Vegetación leñosa natural

"Solamente se consideran las formaciones en que las plantas de consistencia leñosa cobren más del 10% del terreno. Si bien será difícil, si no imposible, verificar ese porcentaje a partir de las descripciones disponibles y aunque dicho porcentaje no esta siempre indicado en las clasificaciones, se le ha utilizado como indicador del limite entre las formaciones donde los componentes leñosso constituyen una comunidad y aquellas en las cuales los elementos leñosos están esparcidos (o en líneas) como parte de un paisaje de vegetación esencialmente no leñosa o sin otra vegetación".

"El término "leñoso" se utiliza también para los árboles de ciertas especies monocotiledóneas que no contienen "madera" en el sentido tradicional de esta palabra".

"El calificativo "natural" se utiliza únicamente en oposición a las plantaciones, que pueden considerarse como vegetación artificial (véase la sección 2.3.2). Ello no significa en modo alguno que no haya interferencias humanas o, más generalmente, bióticas. Al contrario, una proporción nada insignificante de la vegetación "natural", variable según las regiones, corresponde de hecho a ciertos estados de degradación (a causa de incendios, daños causados por la agricultura migratoria, sobreexplotación maderera o pastoreo) o de reconstitución (después de una degradación) o a formaciones que ya han sido objeto de explotación forestal, con un plan de ordenación o sin él".

Se distinguen los tipos siguientes de formaciones naturales (véase también el diagrama adjunto).

- "N indica toda formación vegetal donde el elemento leñoso predominante es el árbol. Se toma como definición de árbol la siguiente: planta leñosa perenne grande (más de 7 metros de altura en la edad adulta1) con un tronco único que soporta una copa de forma y dimensiones variables".

- "n indica toda formación vegetal en que el elemento leñoso predominante está constituido por arbustos o arbolitos de más de 50 cm y menos de 7 metros de altura1".

- "NH indica las formaciones con predominio de árboles de especies latifoliadas (angiospermas) dicotiledóneas o monocotiledóneas (p.e. palmeras). El predominio se expresa por una proporción superior al 50% de la cubierta de copas".

- "NS indica las formaciones con predominio de coníferas (gimospermas). Especies de coníferas, por ejemplo de, género Podocarpus, están a menuda presentes en los bosques mixtos tropicales de mediana y gran altura, sin ser, sin embargo, predominantes. Como resultado, en ciertos países, a posar de la presencia de especies coníferas, ninguna extensión significativa de bosque se clasifica como NS".

- "NHC indícalas formaciones arbóreas latifoliadas densas, es decir, aquellas que, cuando no han estado afectadas en un periodo reciente por daños causados por la agricultura migratoria o por la sobreexplotación, cubren con sus diferentes estratos y sotobosque gran parte del suelo y en los que no hay un estrato herbáceo continuo que facilite el paso del fuego y el pastoreo".

- "NHO corresponde a formaciones latifoliadas mixtas de árboles y gramíneas, con un estrato herbáceo continuo y donde la cubierta o estrato arbóreo cubre más del 10% de la superficie del suelo (ejemplo: diferentes formas de cerrado brasileño y de chaco, sabanas arbóreas, bosques abiertos de Africa). Esta división entre bosque denso y formaciones mixtas es más de orden ecológico que fisionómico y no se caracteriza por un nivel de cobertura del suelo por las copas (densidad), ya que, por ejemplo, los árboles de ciertas poblaciones de cerrado o de chaco aseguran una cobertura completa del suelo, como en el caso de los bosques densos".

1 Estos limites tienen que interpretarse con cierta flexibilidad, en particular la altura mínima de los árboles y máxima de los arbustos, que puede variar entre 5 y 8 m.

Se ha introducido una distinción entre las formaciones latifoliadas mixtas de árboles y gramíneas que cubren más del 40% de la superficie del suelo (NHO1), que corresponde a los bosques abiertos, y las que cubren del 10 al 40% de la superficie del suelo (NHO2), denominadas sabanas arbóreas. Esta distinción corresponde a diferencias notables en el nivel de producción de material leñoso y, por tanto, en las disponibilidades de leña.

En ocasiones, determinadas extensiones de bosques densos y de formaciones mixtas de árboles y gramíneas resultan improductivas desde el punto de vista de la leña, bien sea porque se prohibe legalmente su explotación, como sucede en los parques nacionales, las reservas, etc., o porque las condiciones del terreno la hacen prácticamente imposible. Esas extensiones no se han tenido en cuenta, en general, en la evaluación de las disponibilidades de leña.

- "NHCa (o NSa "barbecho de bosque") corresponde a todos los complejos de vegetación leñosa que suceden a la agricultura migratoria en bosques densos de latifoliadas (o bosques de coníferas), complejos constituidos por un mosaico de diferentes facies de reconstitución del bosque ("matas secundarias", "bosques secundarios jóvenes", rodales de Cecropia). En general en estas superficies se incluyen manchas de bosques no perturbados y parcelas de cultivo, debido a la imposibilidad de contabilizarlas separadamente en el interior de las zonas donde se practica la agricultura migratoria, en particular durante la interpretación visual de imágenes do satélite. Cuando las condiciones del medio son desfavorables, (por ejemplo, terreno accidentado) o el periodo de barbecho es muy corto, la roturación con fines agrícolas conduce a una degradación tal del sitio que la recuperación del bosque no es posible en un futuro previsible y, en consecuencia, la vegetación degradada resultante no se incluye en la categoría NHCa (o NSa) sino en las formaciones arbustivas (n) o fuera de la clasificación de la vegetación leñosa".

- "nH representa las formaciones en que el elemento leñoso predominante está constituido por arbustos y arbolitos de especies latifoliadas (monte bravo, sabanas arbustivas) Por falta de datos precisos no se ha hecho, en la mayoría de los casos, una subdivisión de esas formaciones. Por lo que se refiere a las formaciones latifoliadas mixtas de árboles y gramíneas, la separación entre aquellas en que los elementos leñosos predominantes son los árboles (NHO) y aquellas en que predominan los arbustos (nH) es frecuentemente sólo aproximativa".

2.3.2 Plantaciones

"El término "plantaciones" se usa para designar:

- los bosques establecidos artificialmente para el embosquecimiento de terrenos que no han tenido bosques anteriormente;

- los bosques establecidos artificialmente para la reforestación de terrenos que habían tenido bosque en los últimos 50 años; la operación implica el reemplazo del bosque anterior por una masa nueva y esencialmente diferente".

"El concepto de plantación, en el sentido utilizado en este estudio, no incluye las masas establecidas para la regeneración artificial que son esencialmente semejantes a las masas originales".

"Se distingue entre plantaciones industriales, establecidas total o parcialmente con objeto de producir materia prima para las industrias madereras (madera de construcción, madera para pasta y postes da mina, esencialmente) o para disponer de una fuente de energía industrial, y plantaciones no industriales (otras plantaciones), destinadas principalmente a producir leña y carbón vegetal o maderas útiles para las poblaciones rurales".

En las plantaciones industriales, la productividad de leña se calcula a partir de los productos del clareo y de los residuos no utilizados industrialmente.

2.3.3 Otros recursos leñosos naturales

Entre los recursos importantes para el aprovisionamiento de leña figuran también las hileras de árboles, los cercos, los cortavientos, las masas boscosas comunales y familiares, los huertos y los árboles dispersos en las tierras de labor. Por masas boscosas rurales se entiende pequeños grupos de árboles, de superficie inferior a 10 ha, dispersas en el espacio rural A falta de informaciones precisas sobre estos recursos leñosos y su contribución real a las disponibilidades de leña, se han hecho algunas suposiciones, basadas en general en las estadísticas de producción agrícola o en estudios de casos concretos cuyos resultados se han extrapolado, obteniendo así estimaciones especificas de la importancia de esos recursos y de su productividad en leña.

2.3.4 Residuos agrícolas e industriales

Son muchos los residuos agrícolas que pueden utilizarse como combustible en sustitución de la leña o como complemento de ella. En todas aquellas zonas donde eso sucede se han hecho estimaciones de su disponibilidad, basadas en las estadísticas de producción agrícola y en un factor de conversión, para reducir los residuos derivados de una unidad de producto a su equivalente en leña. Para tener en cuenta la importante función que esos residuos desempeñan en el mantenimiento de la producción agrícola (por descomposición sobre la tierra), se ha supuesto, en general, que sólo el 50% de los residuos derivados de la agricultura quedan de hecho disponibles para usos energéticos por combustión directa.

Entre los residuos de la industria maderera que pueden utilizarse como leña cabe destacar los restos de la extracción y los desechos de las serrerías y de las industrias de paneles, que se ha calculado representar el 30% en volumen, de la madera de construcción, e industrial extraída de los bosques. Por otro lado, se ha supuesto que sólo el 5 de la cantidad estimada de residuos queda disponible para utilizarse como leña y que el resto se reaprovecha en la producción o se utiliza con fines energéticos industriales, entre ellos para cubrir al menos en parte las necesidades energéticas de la unidad industrial misma de La cuál proceden.

Los excrementos animales utilizados con fines energéticos no se han incluido en este estudio y asa exclusión se ha tenido en cuenta al definir el nivel de las necesidades mínimas de leña.

2.3.5 Concepto de volumen de leña

Una vez clasificados y evaluados los diferentes tipos de recursos, se ha establecido para cada uno de ellos una producción media de leña, que corresponde al volumen bruto de material leñoso utilizable como leña, previa deducción, en los casos oportunos, del volumen que puede utilizarse industrialmente o destinarse a otros usos más cotizados que la energía (por ejemplo, la construcción). Se ha partido pues claramente del principio que, cuando la materia prima se presta para ello, se prefiere utilizarla como madera de construcción o industrial antes que para leña. Por otra parte, el volumen de leña, tal como se utiliza en este estudio, corresponde a una definición media de leña y no puede confundirse con el volumen de biomasa utilizable para la obtención de energía.

Tras analizar las informaciones disponibles, y de acuerdo con los equipos regionales, se han establecido los siguientes niveles medios para la producción de leña por hectárea y año de los diversos tipos de vegetación leñosa natural:

Bosques densos de latifoliadas (NHC)

3 m3/ha/año

Bosques con predominio de coníferas (NS)

2 m3/ha/año

Bosques abiertos (tipo sabana) (NHO1)

1 m3/ha/año

Sabanas arbóreas (NHO2)

0,5 m3/ha/año

Formaciones arbustivas (nH)

0,1 m3/ha/año

Barbechos de bosque (NHCa, NSa)

1 m3/ha/año

Estas cifras representan una media prudente que puede modificarse localmente aumentándola o disminuyéndola, teniendo en cuenta los conocimientos disponibles sobre la productividad real de las formaciones leñosas naturales.

2.4 Procedimiento seguido en el estudio


2.4.1 Estratificación de las situaciones
2.4.2 Clasificación de las situaciones
2.4.3 Análisis de las distintas categorías de situaciones
2.4.4 Tipología de las situaciones actual o potencialmente deficitarias


El procedimiento seguido en este estudio ha consistido esencialmente en identificar las zonas con situaciones en materia de leña relativamente homogéneas y analizar las disponibilidades en relación con las necesidades, para obtener así un balance, que constituye el principal indicador del tipo de situación existente. En el procedimiento utilizado, pues, se insiste en particular en la estratificación de las situaciones y en el análisis de los recursos. Uno de los aspectos esenciales consiste en individuar, en la medida de lo posible, las principales situaciones diferentes que pueden encontrarse dentro de un país y referirlas geográficamente a zonas distintas; el enfoque utilizado, pues, no es de carácter nacional. Otro aspecto importante es la flexibilidad con que se ha procedido en el análisis de los recursos de leña dentro de una situación dada: sólo en la medida en que las disponibilidades de leña provenientes de los recursos forestales tradicionales resultan insuficientes para cubrir las necesidades se procede a un análisis más a fondo, que se extiende a otros recursos menos convencionales, como masas boscosas rurales o residuos agrícolas, para obtener un balance total lo más completo posible.

El procedimiento de estudio ha incluido, pues, las etapas siguientes:

a) estratificación de las situaciones e identificación de las zonas homogéneas;
b) clasificación de las situaciones por categorías;
c) análisis de las situaciones existentes en 1980;
d) estudio de las tendencias y de la evolución hasta el año 2000;
e) tipología de las situaciones de déficit y viabilidad de las soluciones forestales.

En los párrafos que siguen se describirán brevemente cada una de esas etapas:

2.4.1 Estratificación de las situaciones

Se comenzó ante todo por estudiar los datos nacionales sobre la leña, para individuar las zonas geográficas que presentaban situaciones más o menos homogéneas. Dichas zonas pueden corresponder a un país, considerado en su totalidad, o, cuando ello ha parecido necesario y posible, a una parte del territorio nacional. Por razones evidentes, y para evitar dificultades suplementarias, los limites geográficos de esas zonas se han determinado sobre la base de unidades administrativas conocidas y cartografiadas (estado, provincia, departamento, etc.).

El objeto de la identificación de zonas relativamente homogéneas es conseguir una estratificación de las situaciones sobre la base de dos categorías de parámetros, relativos a la oferta y la demanda de leña:

- oferta de leña:

a) extensión y naturaleza de los distintos tipos de formaciones forestales, tal como se han definido en la sección 2.3.1;

b) productividad media anual de leña de esos recursos, sobre la base de los niveles medios indicados en la sección 2.3.5;

- demanda de leña:

a) importancia de las poblaciones dependientes de la leña, según la definición dada en la sección 2.2, en relación con la superficie de las formaciones boscosas; los centros urbanos de más de 100000 habitantes se consideran aparte;

b) necesidades individuales de leña, estimadas a partir de las informaciones disponibles sobre el consumo energético en las zonas en cuestión.

La homogeneidad relativa de los niveles de recursos y las necesidades da leña permite establecer la identidad de una zona; posteriormente, su estratificación permite clasificar las situaciones por categorías.

2.4.2 Clasificación de las situaciones

Una vez establecidas las situaciones en materia de leña de las distintas zonas, "e las agrupó por categorías, reuniendo aquellas que presentaban condiciones análogas de oferta y demanda y una similitud relativa de condiciones geográficas, y en particular ecológicas, en la medida en que estas últimas constituyen un factor determinante para el crecimiento de la vegetación forestal y su productividad. Se ha intentado agrupar las zonas identificadas en seis categorías aproximadamente, por considerar que ese número era suficiente para tener en cuenta la diversidad de las situaciones sin aumentar excesivamente la complejidad del estudio. La clasificación de una zona dentro de una de esas categorías de situaciones se basa en un juicio sobre el conjunto de los parámetros que la caracterizan y es claro que no tiene carácter absoluto y, menos aún, definitivo.

2.4.3 Análisis de las distintas categorías de situaciones

Se procedió a analizar cada una de las categorías, para evaluar las diferentes componentes de la disponibilidad de leña en 1980 y las condiciones de acceso a esas disponibilidades, profundizando en el análisis cuando las disponibilidades parecían insuficientes para cubrir las necesidades. La accesibilidad permite corregir la cifra de las disponibilidades de leña procedentes de formaciones naturales teniendo en cuenta las condiciones del terreno, la dispersión de dichas formaciones y la densidad demográfica en relación con la extensión de los recursos. La comparación entre los niveles de disponibilidades (realistas y compatibles con una producción sostenida), por un lado, y las cifras de las necesidades, por otro, es lo ciare constituye el balance de leña, tal como ha sido definido en la sección 2.2. Para que ese balance sea plenamente significativo debe referirse tanto a la situación per capita como a la situación global.

El análisis de las situaciones existentes en 1980 lleva a distinguir dos grupos de categorías, según que los balances de leña sean positivos, con disponibilidades excedentarias, o negativos, con un déficit más o menos acentuado. Dado cine la finalidad del estudio era concentrarse en las zonas donde existían problemas, se ha introducido una distinción en las situaciones deficitarias, para poner mejor de relieve la gravedad del problema en 1980. Así, pues, las zonas deficitarias se han clasificado en la forma siguiente:

- situaciones de escasez aguda: zonas o países con un balance muy negativo, en las que las disponibilidades de leña con tan notoriamente insuficientes que ni siguiera con una explotación excesiva de los recursos seria posible abastecer suficientemente a la población: en otras palabras, el consumo de leña es netamente inferior a las necesidades mínimas. Esas situaciones de escasez aguda pueden deberse principalmente a condiciones ecológicas particularmente difíciles o a una sobre explotación continua de los recursos derivados de la elevada densidad de la población,

- situaciones de déficit: zonas o países cuya población aún puede satisfacer sus necesidades mínimas de leña, pero únicamente mediante una explotación excesiva de los recursos existentes: el nivel actual de las disponibilidades es insuficiente para asegurar el abastecimiento en un régimen de rendimiento sostenido y la explotación excesiva conduce a la degradación e incluso a la destrucción progresiva de los recursos.

Una vez identificadas las situaciones en materia de leña en 1980, es particularmente importante colocarlas en la perspectiva de la evolución dinámica del problema. Por ello, en el análisis de las situaciones por categorías se pasó luego a determinar cuál seria la evolución de la situación en los próximos veinte años si se proyectaran al ano 2000 las tendencias actuales de crecimiento demográfico, ritmo de reducción de los recursos forestales y cadencia de los programas de plantación. En esta parte prospectiva, el estudio se ha basado sobre todo en el análisis de las tendencias hecho en el marco del Proyecto FAO/PNUMA de evaluación de los recursos forestales tropicales. Por lo que se refiere a la evolución de las necesidades de leña, se dio por supuesto, de acuerdo con los equipos regionales, que las necesidades mínimas estimadas en 1980 no sufrirían más variaciones y que una disminución del 5%, por considerar poco probable que las fuentes sustitutivas de energía, cuya aceptabilidad técnica y económica por parte de las poblaciones rurales está aún por demostrarse, pudieran tener un efecto masivo en los niveles de las necesidades de leña. Es claro que, a menudo, las situaciones que se anuncian para el año 2000 son improbables, dado que la acentuada disminución de las disponibilidades de leña y sus repercusiones en la oferta energética y en el medio ambiente obligaran a la población y a los gobiernos a tomar medidas para resolver la situación. A posar de ello, la extrapolación de las tendencias actuales al ano 2000 ofrece un indicador útil para examinar mis adelante las perspectivas y determinar la amplitud del problema de la leña, además de haber permitido juzgar cuál será la evolución de situaciones ya deficitarias en 1980, ha hecho posible identificar otros dos grupos de situaciones, sobre la base de los balances previstos para el año 2000:

- situaciones criticas: zonas o países donde en 1980 las disponibilidades eran aún superiores a la demanda pero que en el año 2000 se hallarán en situación de déficit si prosiguen las tendencias actuales, este grupo de situaciones viene a añadirse a las situaciones de déficit o de escasez aguda ya identificadas en 1980, que entretanto Irán empeorando, a causa sobre todo del crecimiento demográfico y de la continua dependencia de la leña;

- situaciones satisfactorias: zonas que, en conjunto, dispondrán todavía de suficientes suministros de aquí al año 2000. Pueden presentarse dos tipos de situaciones: que los recursos sigan siendo suficientes para responder a las necesidades presentes y futuras, o que vayan disminuyendo, pero a un ritmo que, de todas maneras, permitirá atender las necesidades en un futuro previsible. En este caso, sin embargo, es posible que en algunos puntos, en particular en los centros urbanos y su periferia, se registren escaseces agudas.

Es importante subrayar que, de la misma manera que la clasificación de una zona en una categoría se hace sobre la base de un juicio que tiene valor relativo, la identificación de una categoría con una situación tipo no puede interpretarse como una evaluación absoluta y generalizada del conjunto de esas situaciones. Como es natural, el balance de conjunto de una zona o de una categoría encubre siempre toda una serie de variaciones y gradaciones en la intensidad de los problemas. Dentro de zonas clasificadas como deficitarias o criticas pueden encontrarse situaciones localizadas de ausencia de problemas con respecto a la leña, y en zonas clasificadas como satisfactorias pueden darse problemas críticos localizados, en particular en las proximidades de grandes centros urbanos o de fuertes concentraciones de población. De igual modo, situaciones clasificadas en categorías diferentes pueden presentar ciertas semejanzas.

A parte la dificultad misma de hacer un censo, los grandes centros urbanos plantean un problema particularmente difícil, porque es imposible someterlos a un tratamiento sistemático. Dadas sus particularidades y su complejidad, seria preciso examinarlos uno por uno, cosa que, como es evidente, está fuera de las posibilidades del presente estudio. Durante los trabajos preparatorios se han hecho algunos estudios concretos de grandes ciudades para comprender mejor las situaciones regionales y, siempre que las informaciones disponibles lo han hecho posible, se han tenido en cuenta las situaciones urbanas en el análisis de conjunto.

2.4.4 Tipología de las situaciones actual o potencialmente deficitarias

Una vez terminado el análisis de las situaciones en materia de leña se hizo una reflexión más detenida sobre las situaciones actual o potencialmente deficitarias, con vistas a determinar los caracteres específicos de los diversos tipos de situaciones identificados. Esa tipología tiene por objeto, además, poner de relieve los obstáculos que amenazan dificultar eventuales soluciones forestales y las implicaciones que podría tener un agravamiento del déficit, implicaciones que pueden ser tanto de carácter socioeconómico como ecológico. La preparación de esa tipología y la identificación de los obstáculos son importantes, porque facilitan indicaciones sobre la posibilidad de resolver los déficit de leña con soluciones puramente forestales y sobre el posible impacto de esas soluciones. No es del caso, en el presente estudio, proceder a un análisis detallado de las soluciones forestales posibles y deseables ni intentar determinar con mayor o menor precisión en qué medida podrían contribuir a invertir las tendencias actuales o a cubrir los déficit existentes. Si parece importante, en cambio, llegar, al final del análisis, a un juicio sobre la viabilidad de las soluciones forestales y sobre la necesidad de completarlas eventualmente con otras medidas para atender las necesidades energéticas mínimas de poblaciones que hasta ahora dependían casi exclusivamente de los combustibles tradicionales. Dicho juicio es de índole puramente técnica y, como es evidente, no tiene en cuenta la capacidad de los países de realizar programas sustancialmente mayores ni las dificultades financieras e institucionales con que pueden tropezar esos programas.

2.5 Presentación de los resultados

El principio fundamental de este estudio es proceder a un análisis de las situaciones en materia de leña encontradas en el marco de una entidad geográfica en la cual los parámetros de oferta y demanda presentan cierta homogeneidad. Esa entidad geográfica puede ser una parte de un país o todo un país, si su extensión es limitada. El estudio, pues, no parte del análisis de las situaciones nacionales y un país puede hallarse subdividido en varias zonas, así B odas cada una a diversas categorías. En realidad, el proceso de estudio conduce a un enfoque regional: la identificación de las situaciones en materia de leña y su clasificación en grupos característicos generales permite poner de relieve la amplitud y la especificidad del problema a nivel de las regiones y, al mismo tiempo, localizarlo. Son muchas las razones que militan a favor de este enfoque regional: el carácter "transnacional" de las situaciones en materia de leña, los caracteres comunes existentes a nivel regional, la utilización de un equipo regional para la ejecución e interpretación del análisis, el interés que tiene la exposición de la situación a nivel regional como base para una reflexión sobre las medidas que han de tomarse, etc.

La función de los equipos regionales ha sido preponderante en la fase activa de identificación de las zonas y de agrupación y análisis de las situaciones y en la recopilación e interpretación de una importante cantidad de datos de diversa naturaleza. La exposición final de los resultados del estudio se ha hecho a nivel central, para asegurar la coherencia global y poder preparar el mapa general.

Los resultados del estudio se presentan en dos documentos complementarios:

a) el Mapa de la situación en materia de leña en los países en desarrollo, que se preparó y publicó inmediatamente para presentarlo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Fuentes de Energía Nuevas y Renovables, y al que acompaña una nota aclaratoria;

b) la presente publicación, que contiene una síntesis detallada de los resultados y conclusiones del estudio.

En el Capitulo III se expone la situación general en materia de leña en los países en desarrollo, y en los cuatro capítulos siguientes se trata, respectivamente, a nivel regional, de Africa al Sur del Sahara, Asia, América Latina, y Africa del Norte y Medio Oriente.

En los capítulos relativos a las distintas regiones se ha seguido un esquema uniforme y los resultados se presentan en una serie de cuadros básicos. Cada uno de los capítulos comprende las secciones siguientes:

1. Introducción, con una indicación de los países comprendidos

2. Panorama regional en 1980

2.1 Población y necesidades básicas de energía

2.2 Recursos leñosos utilizables como fuente de energía

2.3 Identificación y naturaleza de las diferentes categorías de situaciones, con un análisis categoría por categoría

2.4 Recapitulación regional, presentación de los balances, identificación de las zonas deficitarias

3. Posible evolución de la situación para el año 2000

3.1 Evolución de la población y de sus necesidades

3.2 Evolución de los recursos energéticos leñosos

3.3 Recapitulación regional, balance previsible para el año 2000, identificación de las situaciones criticas

4. Tipología de las situaciones deficitarias, cuantía del déficit y viabilidad de las soluciones forestales.

En cada caso se remite a un anexo, que permite localizar con facilidad las zonas identificadas y las divisiones administrativas que las integran.

Cuadro 1 - Clasificación de la vegetación leñosa natural


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