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Preocupaciones y responsabilidades éticas fundamentales

En el mandato del Cuadro de Expertos sepide a éste que reflexione y fomente la reflexión sobre cuestiones éticas que se plantean en la producción y consumo de alimentos, así como sobre el desarrollo agrícola, incluidos los sectores forestal y pesquero. Ello debe realizarse en el contexto de la seguridad alimentaria, el uso sostenible de los recursos naturales, la salvaguardia de la biodiversidad y una combinación equilibrada de tecnologías tradicionales y modernas para aumentar la seguridad alimentaria y promover la agricultura sostenible.

En su primera reunión, celebrada en septiembre de 2000, el Cuadro de Expertos determinó las principales preocupaciones éticas que habían de orientar su trabajo. Se basó en que el compromiso ético fundamental de la FAO era tratar de liberar a la humanidad del hambre y garantizar el acceso de todos a una alimentación suficiente, como se declaraba en la Constitución de la Organización y en sus compromisos posteriores. Además, el Cuadro de Expertos observó que, si bien el objetivo de la conservación y ordenación sostenible de los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras no se reconocía expresamente en la Constitución, en la práctica se había convertido en una de las principales preocupaciones de la FAO.

Las cuestiones éticas relacionadas con la alimentación y la agricultura respondían por lo tanto a dos objetivos fundamentales. Uno era promover condiciones en las que se produjeran alimentos suficientes y toda persona tuviera acceso a una alimentación adecuada; el otro era promover políticas y medidas que garantizasen la sostenibilidad ecológica de la producción de alimentos, inclusive en el sector pesquero, y asegurar una sostenibilidad similar en las prácticas forestales.

La ética exigía que las personas superasen su propio interés para ocuparse de los demás. Eran varios los enfoques convencionales de la ética que el Cuadro de Expertos había tomado en cuenta. Uno de estos enfoques consideraba que los imperativos éticos se derivaban de unos deberes (se trataba del enfoque «deontológico»). Un segundo enfoque basaba las consideraciones éticas en el análisis de los probables resultados de las acciones y en sus efectos positivos y negativos (se trataba de un enfoque «utilitarista» o «consecuencialista»). Un tercer enfoque era el relacionado con la denominada ética «contractual»; consistía en una combinación del enfoque basado en los deberes y el utilitarista en la que se postulaba que la ética podía considerarse a través de un acuerdo entre personas racionalmente preocupadas por su propio interés y socialmente responsables de directrices relativas a la interacción social y el sistema de gobierno.

Las directrices éticas contemporáneas más detalladas se encontraban en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se fundaba en un cuidadoso equilibrio entre principios deontológicos y utilitaristas. La Declaración Universal de los Derechos Humanos constituía un marco mundial convenido de valores que abarcaba culturas, religiones e ideologías y era en muchos aspectos la referencia contractual para una evaluación ética.

Teniendo en cuenta el compromiso mundial de la FAO, el Cuadro de Expertos subrayó que, al llevar a la práctica la preocupación ética por los demás, debía concederse prioridad a los grupos más vulnerables en el mundo y a la conservación de los recursos naturales para las generaciones futuras. El ejercicio del derecho a la alimentación era fundamental para el mandato de la FAO. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas2   (Observación General 12, párrafo 8) consideraba que el contenido básico del derecho a la alimentación implica

la disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad suficientes para satisfacer las necesidades alimentarias de los individuos, sin sustancias nocivas, y aceptables para una cultura determinada, así como la accesibilidad de esos alimentos en formas que sean sostenibles y que no dificulten el goce de otros derechos humanos.

Teniendo presentes estas consideraciones, el Cuadro de Expertos trató de identificar las novedades positivas en la alimentación y la agricultura, así como los obstáculos y problemas que pudieran tener efectos negativos sobre la eliminación del hambre y la malnutrición o sobre la sostenibilidad ecológica. Indicó el efecto del crecimiento de la población humana y los desplazamientos demográficos, las consecuencias de enfermedades como el paludismo y el VIH/SIDA para la agricultura y la alimentación, la presión sobre los recursos naturales, las graves y a menudo crecientes diferencias en los ingresos y las oportunidades que generaban desigualdades y conflictos, incluida la diferencia entre quienes ganaban y perdían en los procesos de globalización económica, que actualmente se caracteriza por rasgos predominantemente neoliberales. Señaló que la globalización en el terreno económico debía complementarse con la cooperación entre los Estados para asegurar la justicia en el plano nacional y un sistema responsable de gobierno en el plano mundial. Indicó los grandes beneficios que podían obtenerse de los adelantos biotecnológicos si éstos iban acompañados de una responsabilidad social y ambiental y de un buen sistema de gobierno.

Se redactó una lista inicial de recomendaciones y consejos en la que se presentaban propuestas para lograr una ordenación mejor y más amplia de los ecosistemas, medidas para atenuar las consecuencias negativas de la intensificación agrícola y para contrarrestar los efectos perjudiciales de la concentración en curso de la capacidad económica para llevar a cabo investigaciones agrícolas. El Cuadro de Expertos pidió también que se mejoraran la información y la educación con objeto de hacerlas llegar a los grupos vulnerables.

En esta segunda reunión, el Cuadro de Expertos no trató de formular recomendaciones concretas, sino que realizó un examen más detallado de las cuestiones fundamentales con miras a elaborar una serie de directrices provisionales en su tercera reunión.


2 El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas es un organismo de expertos independientes establecido por el Consejo Económico y Social (ECOSOC) para supervisar la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Formula observaciones generales, que sirven como interpretación o guía sobre las obligaciones contraídas por los Estados en virtud del pacto. Se han formulado observaciones generales, por ejemplo, acerca del derecho a la alimentación, a la salud, a la vivienda y a la educación. Los textos de estas observaciones generales pueden encontrarse en la página Web de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (http://www.unhchr.ch/ ).

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