La consulta recomendó que FAO y OMS deben:
Desarrollar pautas para la recolección de datos para garantizar que la calidad de los datos recogidos para usar en la evaluación de riesgos sea comparable entre los países (planes y métodos de muestreo sobre análisis de datos).
Alentar la notificación de prevalencia y concentración de peligros específicos en diferentes etapas del canal total de exposición en todas las regiones del mundo reconociendo que la mayoría de los datos de control actualmente disponibles no son útiles para hacer una evaluación de riesgos microbiológicos cuantitativa.
Desarrollar un documento estructural para guiar la implementación una central de depósito de datos sobre inocuidad de los alimentos y datos sobre vigilancia críticos para una efectiva evaluación de riesgos.
Facilitar el desarrollo de sistemas de vigilancia con el fin de generar datos para evaluación cuantitativa de riesgos microbiológicos y explorar formas para evaluar más la importancia de [4]los sistemas de preservación de alimentos que han sido reconocidos recientemente como un medio útil para obtener datos cuantitativos en el caso de brotes.
Promover la recolección de datos de consumo adecuados para la evaluación de riesgos microbiológicos a nivel nacional.
Facilitar el diálogo entre los asesores de riesgos y los administradores de riesgos para brindar una respuesta sobre la creación del modelo y la documentación del mismo para que sean de mayor utilidad para los administradores de riesgos.
Garantizar que los requerimientos de los administradores de riesgos para el desarrollo de caracterizaciones de riesgos o evaluaciones de exposición incluyan una clara descripción del propósito y del alcance.
Colaborar con los países miembros en la preparación de propuestas de proyectos sobre actividades de evaluación de riesgos microbiológicos para presentar a los posibles patrocinadores.
Alentar a los países miembros a brindar tiempo y financiación a los miembros del grupo de redacción para colaborar en el desarrollo de modelos de evaluación de riesgos, ya que esto ha sido reconocido como una limitación en algunos grupos de redacción de expertos.
Definir los términos usados en los documentos de evaluación de riesgos para garantizar coherencia en el uso de la terminología y también para que queden claros para todas las partes interesadas.
Facilitar la cooperación técnica directa entre los países desarrollados y en desarrollo para que puedan lograr la capacidad técnica necesaria para llevar a cabo evaluaciones de los riesgos microbiológicos. Este apoyo debe tener en cuenta la situación local para que los resultados sean sostenibles.
Considerar, para futuras actividades de evaluación de riesgos, el compromiso de los expertos científicos que actúen como grupo asesor permanente para el grupo de redacción de evaluación de riesgos durante la asignación de un trabajo específico. Esto sería una actividad complementaria significativa a las reuniones personales, más formales de los expertos y ciertamente tomaría una mayor ventaja de los recursos intelectuales de la comunidad de expertos a través de sus conocimientos y acceso a los datos, las referencias y redes de colegas relevantes.
Considerar procesos para lograr el juicio de los expertos en forma estructurada, usando procedimientos y protocolos reconocidos para emitir sus conocimientos y opiniones y para minimizar la parcialidad. Esto será beneficioso para limitar la imprecisión del modelo ante la falta de datos, o cuando los datos disponibles son controvertidos, principalmente para aquellos parámetros que son determinantes importantes para la caracterización de riesgos.
Además, la consulta de expertos recomendó que:
Se incluya en la curricula de los cursos de universidades importantes la evaluación de riesgos de peligros microbiológicos en los alimentos.
[4] Sistemas de
preservación de alimentos: un sistema por el medio del cual los
establecimientos importantes de despacho de alimentos son asesorados a guardar
porciones congeladas de alimentos preparados por un período de tiempo
específico para su posterior evaluación en el caso de enfermedad
asociada con el alimento. |